1. INTRODUCCIÓN
Lejos de ser un fenómeno particular, la movilidad humana ha marcado la historia global. Sin embargo, se sabe que los flujos migratorios se intensifican durante épocas y situaciones específicas, como la expansión del colonialismo europeo, la extensión del capitalismo industrial, las guerras, la descolonización, la expansión del capital neoliberal y el declive del Estado, actualmente seguido de restricciones sin precedentes sobre la movilidad humana a través de políticas migratorias reforzadas y el control más estricto de las fronteras. Hoy, la migración afecta a todos los países del mundo.1 En República Dominicana, el número de dominicanas y dominicanos involucrados en la migración internacional puede alcanzar al menos el 15% de la población, si se toman en cuenta los descendientes de inmigrantes y las personas en situación irregular. Pero República Dominicana no es solo una fuente de migración. El país también alberga a más de medio millón de migrantes, la mayoría de origen haitiano —los venezolanos también se están convirtiendo en un grupo de rápido crecimiento—, quienes junto con otras nacionalidades representan alrededor del 5% de la población nativa (OIM y INM 2017). Finalmente, sirve como un espacio de tránsito para los flujos migratorios destinados a otros lugares. Aparte de la diferencia numérica entre entradas y salidas, la migración se ha convertido en un tema de orden político, de interés público y de los medios de comunicación, como nunca. Este panorama debe entenderse como un entramado de acontecimientos que tienen lugar simultáneamente en varias regiones del
1 Aunque la migración afecta a casi todos los países del mundo, hay que tomar en cuenta que solamente alrededor del 4% de la población global está directamente involucrado en la migración internacional.
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