Urbanismo y Juventud

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Libro U&J:Maquetación 1

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urbanismo de composición o el urbanismo estratégico). Lo curioso es que, como ha manifesta­ do Lacaze (1990: 52-55) y Madariaga (1999), las críticas surgen a la vez de los ámbitos científicos y de las reivindicaciones ciudadanas, dos universos que coinciden en: a) la crítica de los procesos de planificación tecno-burocrática; b) la denuncia de la desigualdad existente en los procesos de toma de decisiones sobre el medio urbano; c) la exigencia del reconocimiento efectivo del derecho de los ciudadanos a controlar el dise­ ño de su entorno y a participar en el sistema reglamentario de toma de decisiones al res­ pecto. La crítica académica se ha centrado fundamentalmente en el modelo decisional, en la existen­ cia de una desigualdad de recursos y capacidades (económicas y culturales) entre los actores involucrados que compromete la misma idea de un interés colectivo, en la ausencia de justifica­ ciones convincentes en los planes realizados, recurriendo a pretextos formales para justificar en la mayoría de los casos juicio de valor, suyos o ajenos; también se ha referido a la contradicción insalvable entre una visión estática común a los proyectos de ordenación y las enseñanzas de la historia y de la sociología urbana (Lacaze, 1990: 53). Por su parte, la crítica popular parte en cambio de una visión más concreta que adopta dos formas: la adecuación entre vida cotidiana y entorno cotidiano, y una reivindicación de poder –lo que señala también al modo en que se toman las decisiones: por la cual los ciudadanos afectados por la planificación declaran su volun­ tad de presencia y de oponerse a decisiones ajenas sobre su vida y sobre su entorno vital. En el urbanismo participativo no sólo existen cuestiones de procedimiento que deben ser, aparentemente, respetadas. El paso a un urbanismo de participación significa una inversión esencial de los valores de referencia utilizados. Así, ambas críticas han permitido reunir una serie de justificaciones al planeamiento participativo que podemos cifrar en las siguientes15: 1. La participación ciudadana actúa como factor de activación de la democracia directa (o democracia de base) y como complemento de la democracia formal representativa. 2. La participación ciudadana mejora la eficacia administrativa. La contribución de los habi­ tantes a través de sus opiniones, alegaciones, necesidades y sugerencias enriquece la base informativa sobre la que se debería fundamentar las determinaciones del plan urbano. 3. La eficacia del planeamiento a largo plazo descansa en su apoyo público. Al establecer un consenso. 4. La integración social de los habitantes puede ser potenciada a través de la participación. Es decir, la cohesión del tejido social viene referida al hecho de compartir experiencias y caminos comunes. 5. De modo similar, unida a la integración social, encontramos la cuestión relativa a la identi­ ficación del individuo y/o del grupo habitante con su entorno. El apego al lugar de residen­ cia puede reforzarse aceptando las iniciativas y sugerencias de los moradores sobre su lugar. De hecho, hemos visto como ocasionalmente la apropiación del espacio equivale en parte a una identificación con el lugar. Es evidente que en urbanismo el modo como se deciden las cosas tiene tanta importancia como la naturaleza de lo que se decide. Como ha planteado Lacaze (19990: 14), la realización de una plaza en un barrio cualquiera al término de un proceso participativo no tiene porque ser muy diferente del diseño previo elaborado por un equipo de arquitectos; es decir, si se estima como preferible no es tanto sobre la base de una comparación objetiva entre los proyectos concurren­ tes o sobre la base de criterios estéticos, técnicos o financieros definidos a priori, como en base

15 Seguimos aquí las sugerencias de Jesús Leal en "Participación y medio ambiente", en VV.AA. Sociología y medio ambiente,

Madrid, MOPU-CEOTMA, 1982.; y las de Rafael Soler en su artículo, "La participación pública en el urbanismo", Revista Cimbra, mayo 1986, 232, XXIII. Igualmente nos remitimos a nuestro estudio sobre “Experiencias de planificación y participación cívicoambiental”, Notas Sociológicas, III, oct-dic., pp. 103-112, UNSJ (Argentina).

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