Informe Juventud en España 2016 (Parte 2)

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Las salidas nocturnas en la adolescencia son una forma de marcar estatus y de afirmación de la autonomía personal. El sentido de esta temporalidad se construye, normalmente, a través de duras negociaciones entre padres y adolescentes, con amenazas, castigos y todo tipo de chantajes emocionales, apelaciones al sentido común, agravios comparativos —lo que hace el resto de amistades— y llamadas telefónicas a o consultas con los conocidos con hijos o hijas de la misma edad. Cuando de menores de edad se trata, y dependiendo del lugar de residencia —cercanía o lejanía a medios de transporte, zonas urbanas o periurbanas—, los padres despliegan diversas estrategias e infraestructuras de acompañamiento, protección o securización. Desde el punto de vista de la juventud, la construcción de imaginarios y significados de las salidas nocturnas depende de elementos estructurales y de prácticas que permiten compartir definiciones diferentes en situaciones distintas que experimentan una rápida mutación: a medida que se alcanza una parcela de libertad se busca el siguiente escalón de autonomía. No deja de sorprender los diversos sentidos que los jóvenes otorgan a la noche. El mayoritario y más presente es el de hacer algo distinto (gráfico 6.15), que permite romper con la rutina y la monotonía del resto de la semana (51%), característica que se mantiene constante en todos los grupos de edad y que resulta algo mayor entre las mujeres. Le sigue ‘la noche como momento de la gente joven, es para la gente joven’ con un 25%, quizás como contraposición al tiempo —diurno o diario— de los adultos. Puede significar también un tiempo para la vitalidad, para lo nuevo. Hay un grupo importante de jóvenes, uno de cada cinco, para quienes no tiene un contenido transgresor, ni siquiera diferente del de salir de día (22%), sentido de indiferenciación que está algo más presente entre las mujeres y entre los que tienen 25 y 29 años. Aunque existen diferencias importantes en cómo la juventud celebra los momentos de ocio nocturno, especialmente de fin de semana, progresivamente se han ido generalizando ciertas prácticas hasta configurar un ocio mayoritario en torno a la música, la diversión, el baile, los bares y discotecas. Es un tiempo de expansión y liberación de energías y deseos contenidos durante varios días. Así, para el 17%, la noche presenta un claro e inequívoco sentido de desahogo, de aflojamiento del control de los mayores, pero también de desinhibición o relajamiento del autocontrol, un tiempo de liberación y de experimentación, con maInforme Juventud en España 2016

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