Informe Juventud en España. Tomo 3. Mayo 2008

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Las tablas 6.36 y 6.37, nos permiten visualizar algunos componentes del cambio producido entre el año 2004 y el año 2006. Parece que la reducción global del consumo de cannabis afecta a todas las edades y en particular cuanto más jóvenes. En cambio el descenso del consumo de cocaína se centra más bien en jóvenes mayores (17/28 años) y especialmente entre usuarios del último mes, lo que vendría a indicar que si bien “se prueba”, ya no es tan común el consumo más habitual de esta sustancia de consumo típico de “fin de semana”. Se mantiene e incluso parece aumentar ligeramente, desde edades muy jóvenes, el consumo de hipnosedantes y de inhalantes (muy vinculado a algunos colectivos de inmigrantes) y también se reduce el consumo de anfetaminas especialmente entre habituales de mayor edad. TABLA 6.37. Evolución del consumo en los últimos 30 días de las drogas ilegales citadas entre escolares por edad.

Hipnosedantes Cannabis Anfetaminas Cocaína Inhalables

14 Años

15 Años

16 Años

17 Años

18 Años

2004

1,6

2,1

2,6

2,7

3,3

Total 2,4

2006

1,8

2,3

2,7

2,6

2,9

2,4

2004

10,0

19,2

27,8

34,6

35,7

25,1

2006

7,5

16,6

22,5

27,7

31,5

20,1

2004

0,2

1,0

1,9

2,8

4,5

1,8

2006

0,3

0,9

1,6

2,1

3,3

1,4

2004

0,5

1,6

3,1

7,2

11,1

3,8

2006

0,8

1,2

2,6

3,1

5,9

2,3

2004

0,7

1,1

1,1

1,3

1,6

1,1

2006

0,6

1,1

1,4

1,1

1,6

1,1

Fuente: Encuesta Población Escolar del PNsD.

Podemos completar los datos de escolares con los de un grupo de edad más amplio, para ver si la evolución es similar (tabla 6.38). El problema es que los datos relativos a la población general sólo llegan hasta el año 2003 y por tanto los parámetros de consumo se mantienen al alza, salvo justamente heroína. ¿Será cierto que en los últimos dos o tres años han variado todas las tendencias de consumo de drogas? Aunque los datos no sean definitivos, la hipótesis más plausible es que estamos entrando en otro ciclo en el que las drogas pierden relevancia social, se consumen, pero de forma general sólo se experimenta con las mismas. A la vez los programas de reducción del daño, especialmente cuando se aplican a prevención, están disminuyendo de manera sensible las consecuencias sobre la salud y quizá están desplazando tópicos y estereotipos que mitificaban a las drogas. En todo caso estamos inmersos en un proceso de “normalización” de las drogas, que, en este momento está reduciendo las consecuencias sobre la salud de usuarios/as más jóvenes y más esporádicos. De hecho las consecuencias más graves aparecen entre colectivos de adultos que iniciaron sus consumos en las décadas pasadas y con otro estilo y hábitos de consumo. Por su parte en la ya mencionada Encuesta sobre Salud y Consumo de Drogas a los Internos de Instituciones Penitenciarias (2006) que han realizado en dicho año la Dirección General de Instituciones Penitenciarias y la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, las tendencias, aun entre jóvenes son muy diferentes. Si observamos las cifras de la tabla 6.39 podemos ver cómo el colectivo realiza consumos muy elevados especialmente cuando está en libertad.

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INFORME JUVENTUD EN ESPAÑA 2008


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