de la tarde en aquel pequeño apartamento de Montmatre, en París. Nos perdonamos e hicimos el amor como perros, como pastores alemanes. ¿Tú también te acuerdas, Rafael? LUCIANA
Sí, claro. ¿Sabés si hay algo de cenar? Tengo hambre.
PACA ríe. PACA
Es mejor que cuando vuelvas yo ya no esté aquí.
LUCIANA
Pero… ¿por qué?
PACA
No, no trates de impedirlo. Es mejor así.
Sólo unas últimas palabras. Quiero que recuerdes esto. Quiero que me digas que me vas a comer el coño hasta hacerme sangre, Rafael. Quiero que digas: Voy a comerte el coñito ese de zorra que tienes hasta hacerte sangre. LUCIANA Voy a comerte todo el coñito ese de zorra que tenés
hasta hacerte sangre. PACA
Ya no, ya no Rafael, ya no.
Ahora puedes irte. Yo voy a estar aquí todavía un rato.
Voy a tomar un whisky on the rocks y fumar un
cigarrillo.
Me gusta que seas así. Estás muy tranquilo.
¿No me vas a decir nada?
LUCIANA
No sé. Yo te quiero.
PACA No es eso lo que quiero que digas. Te crees que sólo
quiero que me complazcas.
¿Cuánto tiempo hace que no me hueles?
LUCIANA Mucho. Pero hace tiempo que las cosas en la oficina no
están bien. No quería preocuparte, por eso no te dije nada.
249