Varejón 155. Nunca más sin nosotras

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NUNCA MAS SIN NOSOTRAS

KATÚN 2 155 NOVIEMBRE/DICIEMBRE 2017/ www.indignacion.org 1


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La hora de las mujeres Monstruo de las empresas, del dinero, del gobierno, de los partidos, de la corrupción. Irremediablemente El Varejón y nuestra Indignación se entusiasma con esa propuesta que usa el tiempo electoral a favor de los pueblos indígenas de México pero que se sitúa abajo y lejos de los partidos políticos. Usa el tiempo electoral para mostrar el despojo y el desprecio que enfrentan los pueblos y muestra las luchas y la dignidad. Casi en todas las fotos, junto a Marichuy o detrás de ella está Magdalena García Durán. Doña Magdalena. Enfrentó a la policía que reprimió Atenco y la encarcelaron. Doña Magdalena tiene experiencia en la lucha y la organización y acompaña siempre a Marichuy. Como ella, tantas mujeres están desde sus pueblos reconstruEs la hora inaplazable de las mujeres, dice Marichuy, mujer indígena que recorre México escuchando a los pueblos y sus luchas y articulando resistencias. Su voz, la palabra colectiva que comparte, la toma este Varejón que precisamente está dedicado a la participación política de las mujeres en el marco de la campaña por los 16 días de activismo contra la violencia de género. El Varejón, con sus rutas que a veces quieren dibujar caracoles, prefiere detenerse en la otra política cuando se habla de la participación de las mujeres. Porque en los pueblos, en las colonias, en las calles, en las asambleas comunitarias, en el ejido se vive de otra manera muy distinta a la de los partidos y sus vicios. De hecho, se sufre a los partidos y sus vicios. Las luchas de las mujeres indígenas están tan invisibles que ni siquiera se nombran. Marichuy es el nombre y el rostro de las mujeres indígenas de México. A sus lados y detrás de ella van muchas otras mujeres nombradas por sus pueblos para formar parte de un Concejo Indígena que gobierne este país. Todas ellas han llevado adelante luchas por sus pueblos, junto con sus pueblos. Todas ellas han enfrentado el machismos y el patriarcado dentro y fuera de sus pueblos, en sus trabajos, en sus hogares y en sus luchas. Y afuera enfrentan además, junto con sus pueblos, el

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yendo este país. Precisamente por estos días en los que, alrededor del 25 de noviembre se hace visible la violencia contra las mujeres, la Corte Interamericana de Derechos Humanos recibió el testimonio de las mujeres que fueron torturadas sexualmente por la policía en Atenco en 2006. Ahí el Estado castigó a un pueblo organizado golpeando con especial furia a las mujeres, como botín de guerra. Gobernaba el Estado de México Enrique Peña Nieto. El caso llegó a la Corte porque sigue impune, porque en todo este tiempo no se ha castigado a ninguno de los responsables. La dignidad retumbó en la Corte, titula el Centro ProDH la nota que se incluye en este Varejón. La lucha de Los Chenes, en Campeche, contra Monsanto, con sus importantes logros, está protagonizada por mujeres que van, junto con sus pueblos, apostando por la vida, la organización y la comunidad. Este Varejón también incluye una entrevista a Yamili, mujer maya concejala del CNI, hecha por Yuum Beto, que también nos acompaña con sus fotos; colaboraciones de Mauricio Casares y de Randuch, y cuenta con la complicidad de Rodrigo Díaz Guzmán, fotógrafo y compañero. RLM nos regala una mirada desde la música a quien cantó y recogió el dolor y el arte de los pueblos originarios: Violeta Parra.


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La participación política de las mujeres

Candela y tirahule Sofía Magdalena

Iba a escribir matar dos pájaros de un tiro y me detuve: ¡nada de matar pájaros! Pensé en la candela: “Guisar dos comidas en el mismo fuego” no está mal, pero me reí por el autogol, además fallido, como si fuera la cocina nuestro espacio natural. Como si no lo fuera. Como si fuera sólo nuestro. Como si no. Me reía y me rebelaba a la vez conversando con mi comadre que es tan hábil con la candela como, me cuenta, lo era con el tirahule en su infancia. Pero sí: matar dos o tres pájaros de un tiro, guisar dos o tres comidas en la misma candela, enfrentar tres monstruos y librar dos, tres, cuatro batallas. Eso es, me parece, lo que hace la lucha de las mujeres indígenas y de sus pueblos organizados en el CNI ahora en México: enfrentar el despojo, el desprecio, el racismo, la explotación, la destrucción, la violencia y todos los males del capitalismo que están acabando a los pueblos y, a la vez, enfrentar al monstruo del patriarcado con sus secuelas de exclusión, discriminación, violencia y muerte. Dos luchas vinculadas estratégicamente ¡al fin! Nada de dejar para después una u otra. Nada de poner a competir ambas luchas. Nada de caminos paralelos. Nada de sabotear alguna ¡al contrario! Al juntarlas, cada una hace más fuerte la otra, se multiplican los logros y los frutos. Foto: Rodrigo Díaz

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Mi comadre se ríe de mis desvaríos pero coincidimos en que cada vez somos más mujeres las que nos metemos en lo que no debemos: la asamblea, la calle, la tierra, el ejido, la política, la escuela. Conversamos de Claudia Cob, que es comisaria ejidal en Chocholá, que junto con su pueblo se opone a la venta de tierras y que enfrenta ahora el machismo de quienes la quieren destituir: ejidatarios y gobierno ¡Eso sí es violencia política! Me dice mi comadre, a la que no le simpatizan los partidos políticos. ¿violencia política? Le leo lo que dijo la comandanta Rosalinda en La Garrucha, en octubre pasado: “Y ahora como mujeres zapatista que somos, nosotras queremos explicarles cómo cuando éramos niñas no teníamos derecho de estudiar, ni atención médica, mucho menos de divertirse, no teníamos totalmente el derecho y la libertad, solamente nos dedicábamos en la cocina a ayudar nuestras mamás, cargar nuestros hermanitos, a lavar las ropas y a mantener nuestras familias. Nuestros padres ellos deciden con quien nos vamos a casar porque solamente nos cambian con unas botellas de tragos, ni teníamos derecho de salir en las reuniones, no teníamos derecho de participar, de decidir, no teníamos derecho de tomar cargos por que siempre dicen los pinche hombres que no podemos salir solas como mujeres. Así nos maltrató nuestro padres y madres, peor cuando ya estamos casadas, nos dicen que no tenemos derecho de tomar cargos, sólo tenemos derecho de dar hijos, no podemos quejar, nos pegan. Siempre nos amenazan, nos humillan, nos desprecian, así lo vivimos porque así nos controlaban.

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Nuestros padres son controlados con tragos por los malditos patrones y terratenientes, porque siempre quiere que estemos ciegas, sordas y calladas para no poder organizarnos y tener derechos de tomar decisiones y tener libertad como mujeres. Después cuando se formó los ejidos ya nos separamos con los patrones, ya pueden hacer asambleas, aunque puros hombres pero ya iban buscando sus derechos de elegir sus autoridades, ya deciden organizar sus trabajos, pero todavía no somos tomada en cuenta como mujeres que somos.” Esa es la historia de mi vida, me dice mi comadre, pero añade: y hasta eso ya está cambiando y hasta eso va a cambiar. Hacemos juntas un rápido recuento: Caro, en Homún; Claudia, en Chocholá; Leydi, en Hopelchén; Bety, María y las mujeres en Chablekal; las mujeres de Kimbilá que defendieron su derecho a elegir a su autoridad y a decidir qué obras se realizan en su pueblo; Yazmín desde la música, la radio y la cultura; la maestra Candy desde Valladolid, desde la educación; Cecilia desde todas las tierras… Tienen en común el ser mujeres mayas de la península de Yucatán. Ninguna va sola: van con sus pueblos, con otras mujeres y otros hombres, en una lucha que es de lo más política y no precisamente electoral. En un proyecto amplio, enorme, de largo aliento. En un sueño de raíces profundas. Arriba, hombres y mujeres de la política electoral se mueven cada vez más lejos de sus pueblos y de manera individual, protagónica pero, quizá lo más notorio es que están al servicio de las empresas, del capital, del dinero, favoreciendo el despojo de los pueblos. Abajo la organización va ensanchándose, sumando luchas, afinando el rumbo, el tino y la mirada.


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Es la hora inaplazable de las mujeres que luchan y se organizan: Marichuy Palabras de Marichuy en Netzahualcóyotl

con violencia de nuestros recursos naturales, de nuestras tierras, en la explotación de hombres y de mujeres en el campo y la ciudad, en acabar con todos los tejidos organizativos para ser el mandón que dice dónde destruirá o privatizará, porque antes ya destruyó y privatizó a pueblos enteros e hizo violencia sobre las personas que defienden esos pueblos y las que defienden los acuerdos comunitarios, que no sólo ocurren en nuestras comunidades sino cada vez más en las ciudades, las que defienden su tierra, su trabajo o su familia.

Hermanas, Hermanos: La justicia y la verdad germinan de la resistencia y la rebeldía, y desde ellas necesitamos desmontar el poder que nos oprime. Como mujeres nos queremos vivas, como viva está nuestra madre la tierra y como vivos estamos los pueblos. Nos queremos libres, como libres queremos nuestros territorios y a nuestra gente consciente y solidaria. Nos queremos sin miedo, porque es el momento de cambiar desde lo que somos como mujeres los tejidos que nos unen como familias, que nos unen como pueblos originarios y como sociedades de la ciudad. El sistema capitalista está basado en la opresión de nuestros hermanos y hermanas en las fábricas, en el despojo

Entonces, destruir o privatizar nuestros cuerpos y nuestras vidas es esa misma opresión que hacen los hombres de todas las esferas de la sociedad contra las mujeres, es ese mismo desprecio y violencia que se vive en muchos hogares, en las familias, en las fábricas, en las oficinas y en los campos, porque es la opresión capitalista. Defender entonces la organización como mujeres y cambiar desde ahí el mundo, es una necesidad que tenemos como humanidad, pues sólo de esa manera podremos romper el tejido que los poderosos hicieron sobre todas y todos, que no sólo está poniendo en riesgo la vida de nosotras, sino de nuestra madre tierra y por lo tanto de la vida en su conjunto. Las miles de mujeres muertas en el país no sólo nos hablan de la impunidad que rodea a los criminales cuando pertenecen a las clases privilegiadas, sino que son un espejo de la guerra que hay en contra de la organización de abajo, que busca a costa de todas y todos arrasar los intentos por reconstituirnos como sociedad.

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Cuando violan, desaparecen, encarcelan o asesinan a una mujer es como si toda la comunidad, el barrio, el pueblo o la familia hubiera sido violada, desaparecida, encarcelada o asesinada, buscando en medio de ese luto y miedo colonizar y pervertir el tejido que hay en nuestro corazón colectivo, para adueñarse de todo cuanto somos y convertirlo en la mercancía que necesitan para la acumulación insaciable de dinero y poder que hace a los capitalistas lo que son. Entonces, atentar contra la vida de las mujeres, contras su integridad, su dignidad y sus derechos, es atentar contra la vida misma y para un pueblo es profundamente autodestructivo, pues el colectivo sagrado que imaginamos, ejercemos y luchamos es lo que defendemos fundamentalmente en esta la lucha como mujeres indígenas. Para quienes soñamos el nacimiento de un nuevo mundo, donde de verdad quepan todos los mundos, esa es la única vía que tenemos, por lo que el silencio, el miedo, el machismo y el patriarcado capitalista que nos mal gobiernan son el odio mismo de los poderosos contra la vida. Entonces, hermanos y hermanas, es el momento de tumbar también esos muros, debemos agrietarlos con la lucha y la organización como mujeres que somos, para tomar el papel que nos reclama la historia, que inicia desde que nació la vida en el mundo y desde que nace la vida a cada instante. Un crimen de odio es un crimen capitalista, entonces no nos callemos ante ello y respondamos con digna rebeldía y organización, porque es cierto que cuando la sangre es de una mujer, la herida es de todas y todos, es de nuestra madre y nuestras hijas, es de nuestras abuelas y es de nuestra madre la tierra, que es la luz que nos guía para hacer parir una nueva civilización autónoma y rebelde, y que hoy nos pide que nos levantemos por los que todavía no nacen. Entonces, esta no es una lucha solamente de las mujeres o de las víctimas y sus familias, es una lucha que llama también a los hombres con quienes construimos nuestra resistencia diaria y con quienes soñamos la esperanza que ya se dibuja en el horizonte, es una lucha que nos corresponde como colectivos y como colectivos de colectivos para desmontar el poder que es esencialmente machista y patriarcal. Compañeras, es la hora de las mujeres que luchan y se organizan, es la hora inaplazable de sacudir todos los rincones que tenemos como sociedades del campo y la ciudad rompiendo la opresión, el desprecio, la represión y la explotación en contra de nosotras, pues esa es la guía y la esperanza para millones de personas en México y el Mundo, de que un otro mundo nuevo, recién parido, justo, rebelde y organizado, es posible. A 26 de noviembre de 2017. Nunca Más un México sin Nosotras.

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La voz de las mujeres de abajo en el recorrido del Concejo Indígena de Gobierno Recopilación de José A. Koyoc

El recorrido que el Concejo Indígena de Gobierno y su vocera, María de Jesús Patricio “Marichuy”, ha hecho en diferentes puntos del país ha hecho retemblar los cimientos del sistema político mexicano. Por primera vez en mucho tiempo, las mujeres del México de abajo han compartido la situación crítica en la que viven los pueblos originarios en sus comunidades y en las ciudades, estos últimos, lugares a los que se han visto obligadas a migrar en busca de mejores oportunidades de vida. Nahuas, purépechas, mazahuas y kumiais han unido su voz a otros sectores de la sociedad mexicana que han llevado la peor parte del embate capitalista y de la sociedad machista y misógina: los familiares de las víctimas de feminicidio y la comunidad LGTB, entre otros. En esta pequeña recopilación hemos seleccionado parte de la palabra que en cada encuentro mujeres, concejales y la vocera del CIG han expresado ante cientos de asistentes en los eventos públicos. El recorrido de Marichuy empezó en los caracoles zapatistas. El 16 de octubre, en La Garrucha, la Comandanta Rosalinda expresó: “…actualmente el mal sistema capitalista está destruyendo, saqueando todas las riquezas de nuestra nación que es México; así como bosques, ríos, manantiales, lagunas, cascadas, ruinas, talas de maderas preciosas; así también como el petróleo, oro, plata, uranio, minas, como nuestras riqueza más que existe en nuestro suelos. Estos ricos sólo tienen intereses de hacerse más ricos, a pesar de sacar los recursos naturales ponen sus empresas transnacionales, como presas hidroeléctricas, embotelladoras de agua, hoteles en los centros turísticos, grandes aeropuertos y autopista.” El 5 de noviembre, Marichuy, reflexionando sobre la necesidad de organización de los pueblos indígenas a nivel nacional, dijo en Xalatlaco: “Cuando nacimos en el ’96 en la ciudad de México estuvo presente nuestra hermana, la comandanta Ramona, que fue parte también de este proceso donde se conforma y donde surge el Congreso Nacional Indígena, un espacio donde participan diferentes pueblos indígenas de México y ven que es necesario establecer este espacio porque los pueblos indíge-


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nas nos parecemos en la problemática que tenemos en común. Y por eso se creo este espacio porque dijeron los pueblos indígenas en ese tiempo, si nos parecemos en lo físico, si nos parecemos en los problemas, si nos parecemos en la organización que tenemos las diferentes comunidades pues no es bueno que estemos separados, es bueno que estemos juntos y que consolidemos este espacio que se llama Congreso Nacional Indígena”.

"La lucha contra el sistema capitalista no es posible solo con la bandera rojinegra, sino también con la alegre bandera de la diversidad sexual".”

En San Cristóbal de las Casas, Marichuy dejó en claro cuál sería el objetivo de recorrer los pueblos indígenas del país: “Vamos a escuchar a los diferentes pueblos indígenas por donde vamos ir pasando. Y también les vamos a dar conocer la nuestra. Y es con esa finalidad, hermanos, de que queremos vida, queremos vida para todo México y para todo el mundo. Pero para lograr que tengamos esa vida tenemos que empezar a construir algo nuevo desde abajo”.

Y para finalizar, la concejala del pueblo nahua de Cuenalá, dijo: "Solo la gente sencilla y organizada de los pueblos y las ciudades podremos cambiar las cosas"

El 18 de noviembre durante el recorrido en Puebla del CIG, en el pueblo de Cuenalá, Zaira, de la lucha LGTB anticapitalista aseveró:

En el mismo encuentro, Gloria Mateos, habitante del pueblo nahua de San Lucas Atzala, señaló: "Estamos cansados de estos gobiernos corruptos, son mentiras, son beneficios para las trasnacionales"

El 22 de noviembre, en su recorrido por el pueblo nahua de San Pedro Tlanixco, Marichuy señaló: “Nosotros no podemos olvidar porque sería condenar a la muerte a nuestros pueblos, no podemos perdonar porque sería esperar a que esos crímenes no ocurran nuevamente y sabemos que por el contrario será peor, que los capitalistas se alistan para una agresiva embestida contra todos y todas. La rabia y el dolor de nuestros pueblos nacen y crecen abajo, no caben en ninguna urna electorera, ni en ninguna agenda de arriba. Es

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germinado aquí, como es el caso de la compañera Lesvy Berlín, asesinada en este mismo año aquí en Ciudad Universitaria. Exigimos la verdad y castigo a los culpables de la muerte del compañero Carlos Sinuhé Cuevas Mejía, solidario y comprometido con las luchas del pueblo trabajador y que fue asesinado en el año 2011 sin que hasta la fecha las autoridades del mal gobierno hayan cumplido con la exigencia de verdad y justicia, como pasa también con el compañero Luis Roberto Malagón de Gaona, estudiante de la Facultad de Derecho, asesinado en el año 2017. Tengan por seguro que la memoria es la virtud de las comunidades y pueblos del CNI, por lo que estamos y estaremos hombro con hombro con ustedes. Tenemos dolor y rabia por la impunidad ante miles de feminicidios, por la violencia sistemática que día con día vivimos las mujeres del campo y las ciudades y que nos hacen decir “¡ya basta!, llegó la hora de las mujeres”, y no tengan duda, nosotras también vamos por todo.

la palabra de quienes están desaparecidos y desaparecidas, de quienes fueron asesinados y asesinadas, de quienes están privados de su libertad por defender para todos lo que es de todos”. Araceli Osorio, madre de Lesvy Berlín Osorio, quien fue asesinada en Ciudad Universitaria a mediados de este año, señaló frente a miles de estudiantes congregados el 28 de noviembre en estas mismas instalaciones que: “Lo que no queremos en esta ciudad, ni en este país es más violencia a nuestros cuerpos de mujeres”. Bettina Cruz, concejal binizáa (zapoteca), dijo ese mismos día: “Sabemos que las elecciones son un espacio que este gobierno capitalista neoliberal tiene para legitimar a los próximos que vienen a seguir explotando a este país. Por esto en este momento es como se está dando esta propuesta de unirnos […] Unámonos por luchar por no más feminicidios, porque el cuerpo de las mujeres no es un espacio de venganza, no es un espacio donde se tienen que vengar todos los poderosos”. Ahí mismo, en la UNAM, Marichuy señaló que: “…los que somos el Congreso Nacional Indígena no hemos dejado de estar atentos a las rabias y los dolores que se han

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Y también dijo a los estudiantes: Hoy más que nunca, necesitamos que la educación sea crítica, científica y acorde a la realidad de esta nación multicultural en la que las culturas originarias siempre han sido negadas. Lo anterior para que deje de ser el adiestramiento para instruir operadores del despojo, de la producción desmedida, de los justificadores del desastre social, político y ambiental a que nos ha sometido este sistema capitalista, que deje de ser la educación el semillero de la enajenación de los pueblos en nuestras comunidades y en las ciudades; o sea que deje de ser parte de los engranes que hacen funcionar al sistema capitalista. Necesitamos que la educación sea gratuita y popular porque los derechos no deben ser mendigados ni convertidos en mercancía, sino reivindicados y ejercidos sin miedo para la construcción de nuevas formas y horizontes. El 2 de diciembre, Magdalena, concejal del pueblo mazahua migrante en el Distrito Federal expresó en Zapotlán, Jalisco, el punto de encuentro que ha significado el Congreso Nacional Indígena: “Antes del CNI pensábamos que el pueblo mazahua era el único pueblo originario, pero después de comenzar a caminar con el CNI conocimos más pueblos de México”. En el mes de diciembre, Marichuy visitará la Península de Yucatán y tendremos la oportunidad de escuchar la voz de ese México de abajo en tierras mayas.


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Marichuy, el bix y el sac be de los pueblos Mauricio Casares Castro / Equipo Indignación

Aquí estoy ahorita, estoy presente, acá en mi pueblo. Nosotros somos pueblos originarios, indígenas. Todos sabemos que esta tierra no es del gobierno, no es del ayuntamiento, esta tierra no la hizo el gobierno, tiene un dios grande el que hizo la tierra. ¿Quién es dueño de la tierra? son Dios los dueños de la tierra. A lo largo del año recibimos visitas de familiares que han ido a otro pueblo a vivir y vuelven para alguna reunión familiar, boda o gremio. A veces nos visitan quienes han ido a trabajar a la ciudad. En Noviembre nos visitan los Pixanes y los celebramos con pib y velas. Todas estas visitas tienen en común que, llegada la hora, se marchan y dejan al pueblo un poco tristes, un poco contentos, pues su presencia nos ha cambiado, ya no somos los mismos. Por otro lado la llegada de los españoles al mayab, tierras ancestrales del pueblo maya, ha sido todo menos una visita amistosa. Invadieron e impusieron su lengua, su religión y su gobierno en casa de los yuumes y los pixanes. Cinco siglos después es difícil saber qué es jach maya pues mucho hemos cambiado y mucho se ha transformado; sincretismo le dicen los que estudian. El pueblo maya resiste y conserva viva su lengua, sus tradiciones, un poco mezcladas con las europeas, para bien o para mal, no hay marcha atrás. Donde no ha habido mezcla ni mucho menos transformación o sincretismo es en la im-

posición de un gobierno invasor en los pueblos originarios. Primero fueron los reyes en la colonia y ahora son los presidentes y gobernadores en México. Ante la imposición de la República en tierras indígenas explicar la importancia de una candidata indígena en las boletas electorales presidenciales es de vital importancia. Primero debemos de observar la escasa representatividad del pueblo maya en los puestos de elección popular en el estado y país. Solo este hecho anula la posibilidad de una democracia para el pueblo. La paupérrima visualización de la problemática que enfrentan los pueblos originarios en el estado y los medios masivos de comunicación, así como la falta de una efectiva planeación política para los pueblos, es decir, la solución a los problemas que enfrenta el pueblo maya en la

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155 noviembre/diciembre 2017 coyuntura local y nacional nunca son ni siquiera imaginados por el congreso del estado o el congreso de la nación porque el pueblo maya es cultura en la constitución y no nación. Otra parte del pueblo con el síndrome de Juan Dieguito piensa, soy solo una víctima de éste sistema capitalista, yo no soy culpable de la corrupción gubernamental, pero vende su voto en las elecciones por un apoyo económico. Papa gobierno es el título que el pueblo dá a la asimétrica relación que tiene el pueblo que ha olvidado sus orígenes por los partidos políticos. Pero la resistencia profunda de los pueblos tiene nueva voz, es de mujer y es de abajo y a la izquierda. Este año tembló en la ciudad de México, tembló en Oaxaca, en Guerrero y hasta acá en Yucatán; así también retiembla en sus centros la tierra cuando Marichuy y los concejales del Concejo Indígena de Gobierno recorren el país llamando a la organización desde abajo para acabar con el sistema patriarcal y capitalista que está matando parejo y que busca también despojar de su territorio a los pobladores originales de estas tierras. Tal vez tengamos que formar un Chunt´aan maya para que seamos nosotros quienes decidamos sobre nuestras tierras, nuestras aguas y nuestra vida. Es nuestro derecho a decidir qué queremos y cómo lo queremos, es la libre determinación y autonomía que el EZLN y el gobierno firmaron en los acuerdos de San Andrés por todos los pueblos originarios y hasta hoy no se cumple.

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Así entonces tenemos distintos tipos de visitas y recorridos. Los pixanes nos recuerdan la breve estancia de nuestro paso por estos lares, por estos rumbos. La celebración de nuestros difuntos dura varios días en algunos pueblos, unos tienen el bix tras un ochavario, otros tienen el bix tras un mes de ser acompañados por las ánimas, pero todos tenemos en común la visita de unas almas perdidas pidiendo votos, los discursos de muerte de la política haciendo campaña y la imposición del olvido de nuestra identidad. Por otro lado Marichuy y el Concejo Indígena de Gobierno recorre también el país y sus principios son: servir y no servirse, representar y no suplantar, construir y no destruir, obedecer y no mandar, proponer y no imponer, convencer y no vencer, bajar y no subir. Un sac be que lleva al florecimiento de los pueblos, contra la caduca experiencia de la clase política impuesta por los dzules y las empresas. Son las velas encendidas las que guían de vuelta a los pixanes. Son los pasos de justicia y dignidad del Concejo Indígena de Gobierno y su vocera, Marichuy los que vuelven la vida a los pueblos. Aquellos que pusieron nombre a los pozos y a los montes, fundaron nuestros pueblos y tras el bix se marchan dejando vivo el recuerdo de que un mundo distinto es posible. ¿Cuántas velas debemos quemar para recordar la vía que caminaron los primeros abuelos?


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Entrevista a Yamili Chan, concejal del CIG

Autogobernarnos a nosotras mismas Gobernar nuestros cuerpos, nuestras mentes, nuestros corazones Alberto Velázquez

En el mes de mayo se conformó el Concejo Indígena de Gobierno (CIG) después de que los delegados del Congreso Nacional Indígena (CNI) consultaron y decidieron en asamblea de cada uno de los pueblos indígenas que caminan con el CNI quiénes serían sus concejales, un hombre y una mujer que, además de ser indígenas y hablar su lengua, caminen con los siete principios del CNI, que conozcan la historia de su pueblo y su cultura y que estén en la lucha de ir construyendo hacia la autonomía. Así, en Yucatán, por acuerdo de asamblea nombramos a Yamili Chan para que lleve la voz de nuestros pueblos mayas al Concejo Indígena de Gobierno. Yamili desde muy joven ha luchado por la dignificación del pueblo maya, por no dejar en el olvido las enseñanzas de los abuelos y las abuelas mayas, por contarle a las nuevas generaciones, a los más chicos, esas historias que de pronto dieron un salto y se empezaron a olvidar, así como la lengua y muchas tantas cosas que en su pueblo va recu-

perando junto a las niñas y niños. Aquí un pequeño tsikbal con ella, quien nos comparte sus reflexiones sobre la participación política de las mujeres a la luz del CIG y del CNI. ¿Cómo ves la participación política de las mujeres mayas a partir de la propuesta del CIG? Me parece que la participación de las mujeres en Yucatán ha estado cada vez más activa porque nos golpean más los feminicidios. Cada vez más estamos abriendo esas miradas hacia la lucha que van exigiendo el paro a la violencia, en mujeres de las ciudades y de las comunidades estamos empezando un cuestionamiento que se está haciendo constante. Las mujeres por ejemplo de mi pueblo, que van interesándose o que se van cuestionando la violencia, van tomando también acción desde sus hogares, desde donde se pueda. Ha habido participación, ha habido reclamos, ha habido movilización y estamos en una constante reflexión.

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La propuesta del CIG, y de la vocera Marichuy, viene a sacudir, a mover pensamientos, a traernos otra vez a la discusión, todavía falta mucho por hacer para que la participación de las mujeres sea cada vez más activa, más reflexiva, más involucrada, pero nuevamente la propuesta del CIG y de la vocera viene a recordar que hay una necesidad. Estamos tratándonos de encontrar, incluso como CNI estamos tratando de encontrarnos con las mujeres, con los grupos más vulnerables, aunque eso va lento, ha habido respuesta. En algunos pueblos nos vamos encontrando con otras mujeres que están en la lucha y creo que ese es el trabajo del CNI, podernos encontrar con los grupos pero también con las mujeres porque se trata de poder visibilizar que las mujeres podemos ocupar esos espacios o que podemos hacer esos reclamos y podemos visibilizar, organizar, encontrarnos con otra mujer en un pueblo y decir ¡aquí estamos en la lucha! Eso nos va dando fuerzas para que podamos decir que somos más, que no soy la única loca que está en la lucha, no soy la única loca que está reflexionando que esto no está bien, que la violencia debe parar, que mi relación en casa no está siendo bien, que mi relación en el noviazgo, con mi pareja, en el empleo, en las maquiladoras, en las granjas, esto no está bien. Entonces (…) vamos a seguir yendo a las comunidades para encontrarnos con las mujeres que estamos siendo explotadas, golpeadas, asesinadas y bueno es un caminar que nos corresponde a todos, a todas, y que este es un pretexto enorme para que sigamos encontrándonos con las mujeres. ¿Cómo el CIG podría fortalecer la situación de las mujeres mayas en torno al territorio, la autonomía y en general a una vida más justa? El CIG es algo enorme, tremendo, es un Concejo Indígena de Gobierno y creo que es muy importante que las mujeres en este momento podamos comprender que es posible un autogobierno, el autogobernarnos, y eso implica el autogobierno de nosotras mismas, de nuestros cuerpos, de nuestras mentes, de nuestros corazones, de nuestros sentimientos; es un autogobierno que empieza desde la defensa propia, desde la defensa misma. Este autogobierno implica todo, ya se ha dicho implica la defensa de la vida y la defensa de la vida es colectiva y también individual. Las mujeres tenemos que empezar a comprender que hay maneras y que hay posibilidades, que es justo, que es nuestro derecho y que es una exigencia, que podemos autogobernarnos, que podemos decir, que podemos vivir como nosotras pensamos, como nosotras decidamos en nuestras comunidades y eso entonces es lo que trae el CIG (…) un concejo de defensa de nosotras mismas, de empezar a pensar por nosotras y desde nosotras mismas. El CIG a través de su propuesta y del planteamiento de sus nueve temas: autonomía, defensa del territorio migración, justicia tradicional, mujeres, juventud, niñez, diversidad sexual, trabajo y explotación (…) nos deja también pensando en que las mujeres formamos parte de un contexto, tenemos hijos, vivimos en una comunidad y también como mujeres que formamos parte de un contexto, y ahí está la defensa y el autogobierno, el autogobierno también está en lo colectivo, ahí empieza esta vinculación con los otros y con las otras

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porque vivimos en comunidad. Entonces ahí es como también pensamos y participamos en la defensa del territorio, en la defensa de nuestros pueblos, de nosotras mismas como parte de nuestros pueblos; las mujeres también trabajamos en el monte, nos hacemos cargo de la selva, de la defensa y del trabajo y por tanto nos corresponde y nos sentimos parte de y por consiguiente también nos corresponde defenderlo (... ) Entonces este autogobierno de las mujeres va entre lo individual y lo colectivo, que tenemos que autogobernarnos nosotras mismas, pero también formamos parte de un territorio y eso es parte de esta resistencia antipatriarcal, anticapitalista, que hay una lucha entre lo individual y lo colectivo, entre pensar por nosotras mismas pero también por lo comunitario. ¿Cómo ves la Participación política de las mujeres en el contexto del CIG del CNI? En muchos pueblos de México en las asambleas la participación es mayoritariamente de hombres, me parece que hay también esfuerzos de las compañeras indígenas que están empezando a discutir los temas sobre equidad, sobre género y también sobre la vida comunitaria (...) Entonces me parece que también por tratarse ahora en una asamblea y del derecho que nos corresponde igual a las mujeres de participar en las asambleas, de dar la voz, me parece que ahí está su importancia pues como asamblea se decidió que este Concejo Indígena de Gobierno esté formado por un hombre y una mujer, pues nos está hablando de esa manera, de esa mirada colectiva, que podemos y debemos construir hombres y mujeres, que las mujeres vayamos ocupando esos espacios políticos me parece muy importante, que vayamos recorriendo el territorio mexicano dando la palabra de los despojos del territorio, pero del despojo de nuestros cuerpos, del feminicidio, de esta violencia tan cruel, es importante decirlo, demandarlo, decir las razones que ante el sistema patriarcal son otras, que las mujeres miramos esta violencia también de otra manera, es importante que sea nuestra voz la que esté recorriendo el territorio mexicano, porque también nosotras podemos dar y hacer cuentas desde nosotras mismas de lo que vivimos y de cómo queremos vivir, abre la posibilidad de este poder, de este sí se puede, de este gritar ¡ya basta! De este sí se puede, sí se puede luchar, sí podemos dar la palabra, sí podemos tomar las acciones en nuestras comunidades, en nuestras asambleas y también además de poder dar la palabra en nuestras asambleas, en cambiar esos modos que sea solamente con los hombres, sino que las decisiones también sean de las mujeres; pero también es algo fuerte, es algo que rompe con la estructura mental, patriarcal que la voz de las mujeres puede estar recorriendo, pisando, demandando, alzando la voz y exigiendo estas luchas a través de las mujeres, y también las mujeres nos la vamos creyendo y vamos viendo esas posibilidades de que podemos dar la palabra, podemos demandar, podemos alzar la voz desde nuestros pueblos y también a nivel nacional, entonces me parece que es un punto clave que las mujeres podamos participar en este concejo, que las mujeres mismas del CNI y del CIG empecemos la construcción de una vida más justa.


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Mayas frenan a Monsanto y sus transgénicos Comunicado conjunto *

El pueblo maya de la península de Yucatán derrotó a la enorme empresa extranjera que tiene nombre de Monstruo y que produce y comercia semillas transgénicas y plaguicidas. Efectivamente, el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) revocó el permiso a MONSANTO para liberar soya transgénica con fines comerciales en el país gracias a la lucha organizada de la sociedad civil. El permiso se revocó desde septiembre pero apenas hace unas semanas se hizo público. Ante esa noticia, representantes de más de 30 comunidades Mayas de los estados Campeche, de Quintana Roo y Yucatán se reunieron en la Ciudad de Campeche para trazar una agenda conjunta para proponer un plan de desarrollo apegado a sus formas de vida que sea sustentable y tome en cuenta a las generaciones futuras y se solidarizaron con la decisión de los pueblos de Campeche de suspender los distintos procesos de Consulta sobre la siembra de soya transgénica. En rueda de prensa declararon su rechazo a la imposición de proyectos que los gobiernos federal y de los estados están promoviendo, tales como las eólicas, los transgénicos y parques solares, entre muchos otros. Se reunieron también para presentar un frente unido en contra de las continuas violaciones a sus derechos humanos y la discriminación que viven los miembros de sus comunidades, sus mujeres y sus líderes de forma sistemática que no les permite participar en las decisiones sobre sus territorios y comunidades.

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155 noviembre/diciembre 2017 La revocación del permiso a Monsanto es producto de la lucha organizada y de las múltiples denuncias que comunidades afectadas y organizaciones civiles ambientalistas y de derechos humanos han realizado por la siembra ilegal de soya transgénica en diversas comunidades mayas de la Península, esto a pesar de que el permiso se encontraba suspendido por orden de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en varios municipios de Campeche, Yucatán y Quintana Roo, a raíz de las sentencias emitidas en diversos momentos en las cuales determinó la inconstitucionalidad del permiso por la ausencia de consulta libre, previa informada y culturalmente adecuada a favor de las comunidades mayas cuyos territorios han sido afectados. Aún y cuando esta suspensión opera desde principios del 2016, tanto en la región Poniente de Bacalar en Quintana Roo como en el estado de Campeche, se ha podido comprobar la presencia de soya transgénica sembrada durante 2016 y el 2017. Se han detectado miles de hectáreas de soya genéticamente modificada lo cual implica no sólo la violación a una sentencia judicial emitida por la Suprema Corte y al proceso de consulta mandatado por el Máximo Tribunal, sino también es clara evidencia de que en México no existen medidas adecuadas de bioseguridad que garanticen la siembra de transgénicos sin que exista riesgo de contaminación y dispersión, y por lo tanto de “daños graves o irreversibles al medio ambiente, biodiversidad y salud humana.” Si bien es cierto que la revocación del permiso es una medida de sanción administrativa a la empresa Monsanto, también lo es que la investigación de la siembra ilegal debe incluir a toda la cadena de distribución de la semilla, incluyendo las bodegas donde se almacena y distribuye el grano. Dichas investigaciones deben establecer no solo responsabilidades administrativas, sino también penales, dado que la distribución y siembra de organismos genéticamente modificados no autorizados es también un delito. Al respecto es preciso recordar que se encuentran abiertas dos carpetas de investigación ante la Procuraduría General de la República (PGR), mismas que hasta la fecha no han sido determinadas. Frente a esta decisión del SENASICA, que aún no es definitiva, las comunidades mayas de la Península solicitaron la suspensión de los diversos procesos de consulta hasta que no se confirme en la última instancia la revocación del permiso y hasta que no se detengan las innumerables violaciones a los derechos de los pueblos que se han venido suscitando en el proceso iniciado en marzo de 2016 en Hopelchén, Campeche. En este proceso las autoridades federales encargadas de llevarla a cabo (la CIBIOGEM y la CDI) han violado los acuerdos tomados con los representantes comunitarios, han intentado dividir a las comunidades deslegitimando a sus representantes, han fragmentado el proceso de consulta y efectuado fases informativas a modo, como la última realizada en la comunidad de Bolonchén en donde se suscitaron diversas irregularidades que en su momento fueron dadas a conocer por las comunidades. Todas estas acciones son procedimientos ilegales por lo que las comunidades han solicitado que se tramite la inejecución.

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Aún y cuando el permiso ya no esté vigente, productores, centros de distribución y empresas procesadoras de oleaginosas continúan sembrando, vendiendo y comprando esta soya. La revocación en sí presenta un primer paso para detener el tráfico ilegal de esta semilla y las afectaciones a la biodiversidad de la selva maya y al patrimonio biocultural del pueblo Maya. Queda pendiente todo el proceso de reparación por los daños causados al patrimonio biocultural de las comunidades mayas afectadas por la siembra de soya transgénica. Los daños ambientales al territorio son graves y requieren una acción coordinada del Estado mexicano para restituir toda la pérdida de biocultural que se ha generado por la acción de Monsanto y los productores soyeros, agudizada por la omisión de autoridades federales. Finalmente, las comunidades mayas que suscribimos este comunicado insistimos en que es obligación de todos los órganos e instancias del Estado mexicano hacer efectivos los derechos que como pueblo originario tenemos a decidir en nuestros territorios, a vivir en un ambiente sano, a la salud, nuestra autonomía y libre determinación. En razón de lo anterior exigimos el establecimiento inmediato de la Zona Libre de Transgénicos para toda la península de Yucatán y al poder legislativo que se ocupe de impulsar leyes que protejan al medio ambiente. También hacen un llamado a las instancias pertinentes de hacer efectivo el principio precautorio y reparar o vigilar la reparación de los daños ocasionados al pueblo maya tras el otorgamiento de dicho permiso a Monsanto. Representantes de las comunidades mayas de Hopelchén y Tenabo en Campeche en el proceso de consulta indígena sobre la soya genéticamente modificada MON-04032-6 Consejo Regional Indígena Maya de Bacalar * MA OGM Colectivo * Colectivo de Semillas Nativas * Much Kanan I’inaj * Educación Cultura y Ecología A.C. * Centro Mexicano de Derecho Ambiental A.C. Greenpeace México * Indignación, Promoción y Defensa de los Derechos Humanos, A.C. * Muuch Kambal, A.C. Campaña Nacional Sin Maíz no Hay País * Meliponario Mucen_Cab * Grupo Comunitario Naal Xoy * Asociación Promotora del Ambiente Sustentable A.C. (Valladolid) * ASociación Regional de Silvicultores (sur de Yucatán), y U Kaanaantal Sihó. Misioneros A.C. * Guardianes de Semillas de Yucatán * Miel Be'e S.C. del Camino Real * Municipios de Maxcanú y Halachó (Dir. Mun. PC) * Ejido Coahuila de Maxcanú * Ejido de Chocholá. * Telenvid


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Despojo y discriminación contra el pueblo maya Peninsular, exponen a Relatora de la ONU Comunicado del equipo Indignación

Afectaciones al derecho a la libre determinación así como violaciones al derecho a la consulta, despojo de territorios y contaminación de aguas y otros recursos naturales en agravio del pueblo maya peninsular se presentaron ante la Relatora Especial de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, que estuvo en México realizando una visita oficial del 8 al 17 de noviembre pasado. La lucha de las comunidades mayas de Campeche contra Monsanto, el esfuerzo de Homún en defensa del los cenotes, del agua, de sus derechos y de su territorio; los proyectos eólicos impuestos sin consulta y sin información fueron algunos de los casos incluidos en el informe que el equipo Indignación hizo llegar a la Relatora Especial el día de hoy durante una reunión con organizaciones de la sociedad civil en la ciudad de México. Recientemente en el municipio maya de Homún, se autorizó la instalación de una mega granja con capacidad para 45 mil cerdos, sin que existiera ningún proceso de información, consulta ni consentimiento de las comunidades mayas asentadas en ese territorio. El hecho es de sumo grave, dado que dicha granja se asienta en una de las zonas más importantes de reserva geohídrica del país, y una de las principales fuentes de abastecimiento de agua para las comunidades indígenas de decenas de municipios del estado de Yucatán. El permiso para dicha granja fue otorgado sin consulta ni consentimiento y sin sustento científico, por lo que el riesgo de contaminación por heces fecales y desechos animales es alto, poniendo en peligro la salud y el medioambiente sano de las comunidades mayas. El propio pueblo de Homún realizó una autoconsulta ante las omisiones de las autoridades y más de setecientas personas manifestaron su rechazo a la megagranja porcícola. Una fuente de grave afectación al derecho a la libre determinación y a la consulta previa, libre, informada, de bue-

na fe y culturalmente adecuada de los pueblos indígenas de la Península de Yucatán, es el creciente número de proyectos de energía renovable, tanto solares como eólicos que se pretenden implementar en territorio indígena. Una de las características de estos proyectos, es que los mismos se someten a consulta de las comunidades una vez que ha sido aprobado todo el procedimiento administrativo, sin dar la debida información a las comunidades, sobre los proyectos, lo que viola el derecho a la consulta previa, libre e informada, como ha sucedido en Tizimín, Muna, Sacalum, Ticul y Kimbilá, entre otros. De estos casos concretos en los que no ha habido una consulta previa, libre, informada y culturalmente adecuada para instalar parques eólicos, se desprende el gran desconocimiento de los comisarios ejidales de los detalles de los proyectos eólicos al momento de la firma de los contratos de arrendamiento; las asambleas no se están llevando a cabo en lengua maya; la falta de asesoramiento a los líderes ejidales y la poca claridad en los tratos entre empresas y comisariados ejidales, derivan en corrupción y en la firma final de contratos sin consulta previa. En el caso de la lucha de las comunidades mayas de Campeche contra la soya transgénica, de manera reciente, el Juez Segundo de Distrito de Campeche, a petición de la empresa Monsanto, decidió acotar el proceso de consulta a sólo 6 comunidades, con lo cual dejó a más de 28 comu-

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Para ti… Randuch

Te escribo esto encontrándome en una situación crítica, como te darás cuenta he sido prácticamente anulada de muchos corazones. Miro con tristeza un país en ruinas, un país empobrecido cada día más. Veo una elite política envenenando cada día más las venas abiertas de un pueblo en resistencia, como diría un escritor uruguayo llamado Eduardo Galeano, por cierto uno de mis colegas que supo darme vida, que ahora duerme soñando en ese otro mundo posible. Miro con ansiedad la hora que la corrupción en México sea enterrada, desterrada, olvidada y nunca más acordada, ¡no te rías! ya sé que te causa gracia, recuerda que todo lo puedo. También no puedo dejar de contemplar tanta crueldad en que los hombres en México han vuelto su manera de vivir, me duele el poco valor que les representa para aquellos que asesinan una vida, tú más que nadie sabe en qué momento dejé de existir para ellos, eso no lo puedes seguir permitiendo. Sentí el terremoto en México, en Oaxaca, Morelos y Chiapas, la solidaridad de muchos me dejó vivo, cambié y miré con tristeza, como se derrumbaban edificios en mal estado construidos bajo la impunidad, ante el asombro de muchos, que gracias a dios ha cobrado factura convirtiéndose en escombro tanta impunidad de políticos deshonestos. Las pérdidas humanas son una tragedia, me duele, a ti también me imagino. Miro con mucha gracia a políticos vendiéndome. Te voy a contar… Hace poco me encontraba con una mujer en una comunidad de Yucatán. Ella prácticamente desconoce la situación política en este momento en México. Éramos tan contentos, ella contaba conmigo y yo pues no podía dejarla, de repente llegó un político de la nada a hablarle de sus futuras aspiraciones a gobernador, traía una sonrisa que enamoraba, unos bigotes recién cortados, y por supuesto muchas personas a su alrededor diciendo esto. Buenos días abuela, ¿me regala un vaso de agua? hace mucho calor ¿verdad? Después de beber el agua dice: abuela estoy visitando a las comunidades y hablando con los habitantes sobre sus necesidades, yo soy fulano de tal y me gustaría saber qué necesita el pueblo, ya que si gano tenga la seguridad que cumpliré mi promesa. La abuela, que en esos momentos se encontraba sola en compañía de sus gallinas y sus pavos, estaba prácticamente rodeada de cámaras fotográficas

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de gente extraña, buscándole el ángulo donde la ropa se le vea más descosida para encender el flash y lograr el objetivo. La abuela les contestó, hijo estoy muy vieja para creer en lo que me ofreces, seamos razonables, tú no puedes cumplir lo que te pediría pues sería un crimen para ti hacerte una lista de cosas que mi pueblo necesita pues te sentirías agraviado y no lo harías. El político contestó: abuela usted dígame que necesita. El aspirante miro y llamó a una persona para tomar nota y dijo: ¡apunta, apunta todo lo que diga la abuela! Entonces la abuela procedió. Hijo tengo 89 años, creo que un poco más que tú, mis hijos, algunos muertos y otros vivos, quien sabe dios dónde andarán. Mira, vivo en este pequeño pueblo desde que tengo uso de razón, ¿sabes? ya no me causa gran impresión la política. Hace mucho dejé de creer en ello sobre todo en ustedes, entendí que muchos de los males que hacen a un pueblo miserable son ustedes, ¡sí ustedes! Aquí no necesito nada de ustedes ¡con que nos dejen de chingar es suficiente! Gracias a dios vivo con lo necesario, tengo mis gallinas, mis cochinos y mis pavos. Afortunadamente mi pueblo es campesino y vivimos de eso. Lleva tu política a la ciudad, a ellos sí ofréceles, pregúntales qué les falta y verás que en la ciudad están más necesitados que yo. El político respondió —vámonos, gracias por el agua—. Y la abuela siguió criando a sus pavos. ¿Qué te pareció la reflexión de la abuela? Por abuelas así, es por la cual aún no he muerto, y te puedo señalar un sin fin de mujeres que me han mantenido vivo, las madres de los 43 de Ayotzinapa, las mujeres de Atenco, las mujeres zapatistas jugando la vida por defender su dignidad, y podría seguir pero por hoy aquí le voy a parar, la carta es para que sepas, que me tengas pendiente y no te olvides de mí, ahora estoy cercano a un movimiento llamado CNI te contaré luego. Ando ahí metido en esos andares, pero te voy a adelantar, solo sé que nos invitan a soñar juntos un México posible, y un mundo donde quepan muchos mundos ¡a que esa no te la sabias ¿verdad?! Aunque así maltrecho por tanto abandono, jamás me olvidaré de ti, con mucho cariño… Esperanza


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Atenco: la lucha por la justicia ProDH Tras los operativos de policías municipales, estatales y federales en Atenco y Texcoco del 3 y 4 de mayo de 2006, al menos 31 de las mujeres detenidas denunciaron agresiones sexuales por parte de las fuerzas de seguridad tanto al momento de la detención como en su traslado al penal y a su llegada a éste. Mientras las mujeres tuvieron que lidiar por años con procesos penales por ultrajes a la autoridad, portación de arma, ataques a las vías de comunicación y secuestro equiparado, las graves violaciones a derechos humanos cometidas en su contra se mantuvieron impunes. Entre las detenidas se encontraban las once denunciantes ante el Sistema Interamericano de Derechos Humanos: Mariana Selvas Gómez, Georgina Edith Rosales Gutiérrez, María Patricia Romero Hernández, Norma Aidé Jiménez Osorio, Claudia Hernández Martínez, Bárbara Italia Méndez Moreno, Ana María Velasco Rodríguez, Yolanda Muñoz Diosdada, Cristina Sánchez Hernández, Patricia Torres Linares y Suhelen Gabriela Cuevas Jaramillo. VIOLACIONES A DDHH Y CAMINO A LA CORTE Debido a la ineficacia de las investigaciones a nivel interno por los delitos cometidos contra las mujeres, en noviembre de 2011 la CIDH declaró admisible el caso. En octubre de 2015 aprobó el Informe de Fondo 74/15, en el que resolvió a favor de las peticionarias declarando que habían sido víctimas de detención ilegal y arbitraria, tortura física, psicológica y sexual, falta de acceso a la justicia y otras violaciones a derechos humanos. La Comisión recomendó al Estado investigar de manera efectiva, con la debida diligencia y dentro de un plazo razonable, identificar y sancionar los distintos grados de responsabilidad e implementar medidas estructurales encaminadas a prevenir la repetición de hechos similares. Nueve meses después, la CIDH valoró que el Estado no había avanzado integral y sustantivamente en las recomendaciones y remitió el caso a la Corte Interamericana, facultada para emitir sentencias vinculatorias. El 16 y 17 de noviembre de 2017 se realizará la au-

diencia pública en la Corte IDH. Se espera la emisión de una sentencia para el 2018. POSIBLES APORTES AL PANORAMA ACTUAL DE SEGURIDAD EN MÉXICO La resolución del caso es una oportunidad para contar con medidas concretas para atacar las fallas estructurales del sistema de justicia en México, evidenciadas en la grave crisis de derechos humanos que vivimos hoy: la tortura generalizada, especialmente la sexual; la impunidad en las violaciones a derechos humanos y los delitos; la falta de controles adecuados sobre los cuerpos de seguridad y la nula rendición de cuentas de los responsables políticos, todos estos temas fundamentales para la creación de un modelo ciudadano de seguridad. En cuanto a la denegación de justicia, reflejada en el 98% de impunidad de los delitos en México, la Corte IDH podrá ordenar al Estado implementar medidas estructurales para mejorar la investigación de violaciones a derechos humanos, como garantizar la independencia de las y los especialistas que documentan casos de tortura y fortalecer los controles sobre los cuerpos policiales –especialmente controles externos que aseguren independencia e imparcialidad, como se recomienda a nivel internacional- antes, durante y después de los operativos, para prevenir y sancionar los abusos y los excesos en el uso de la fuerza. Específicamente en el tema de género, la Corte podrá desarrollar los tipos de violencia sexual que pueden constituir tortura, -una grave violación a los derechos humanos que es reconocida por la ONU como generalizada en México- así como las obligaciones de los Estados de investigar y sancionar tales actos. Los criterios de la Corte podrán ser retomados como una herramienta para guiar la aplicación de la ley general contra la tortura en nuestro país. Además, la revisión del caso podrá ordenar la eliminación de las disposiciones en diversos estados de la República que hoy criminalizan la protesta, adecuando el marco normativo interno y modificando la práctica de las detenciones masivas.

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La verdad y la dignidad llenaron la Corte Centro de Derechos Humanos Miguel A. Pro

La verdad y la dignidad impregnaron el primer día en el que las #MujeresDeAtenco fueron escuchadas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Estremecedoras, las voces de las cinco sobrevivientes de tortura sexual llamadas a declarar ante el máximo tribunal regional representaron a las once denunciantes que, tras once años de lucha, sentaron al Estado mexicano ante el banquillo de los acusados por la impunidad y las graves violaciones a derechos humanos en su contra cometidas en mayo de 2006. Durante el segundo día de la audiencia pública sobre el caso Mariana Selvas y otros vs los Estados Unidos Mexicanos, las intervenciones tanto de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), como de las representantes de las víctimas e incluso del propio Estado dejaron claro ante la Corte que el caso se mantiene en la impunidad total.

Concluyó la segunda jornada de audiencia pública ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que once mujeres —a través de sus historias— dieron a conocer el relato de una realidad que se ha perpetuado en México de manera preocupante. El Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, como organizaciones representantes, reconocemos la dignidad de la lucha de estas once mujeres, que han protagonizado una búsqueda incansable para alcanzar la justicia y el reconocimiento de la verdad de lo ocurrido. Las once mujeres de Atenco representan a miles de víctimas y dan cuenta de los grandes problemas estructurales del Estado: el uso excesivo de la fuerza policial, la violencia contra las mujeres, la tortu-

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ra como mecanismo de control y la impunidad que permite su repetición crónica. Los días 3 y 4 de mayo del 2006, fuerzas policiales irrumpieron para sembrar terror en San Salvador de Atenco, a partir de un operativo diseñado por autoridades y monitoreado en tiempo real, con el objetivo de “reestablecer el orden”. Las detenciones arbitrarias de las once mujeres se enmarcan en la captura indiscriminada de más de 200 personas. Éstas devinieron en el ensañamiento contra sus cuerpos como mecanismo de control social. La tortura física, sexual y sicológica que enfrentaron los días 3 y 4 de mayo de 2006 dejó marcas que aún enfrentan. A partir de estos hechos, sus historias y sus proyectos de vida cambiaron para siempre. Lejos de sancionar los hechos ocurridos, todas las denunciantes, tras la tortura sexual de Atenco, fueron acusadas, estigmatizadas, revictimizadas y procesadas por delitos que nunca fueron probados. Al día de hoy no hay una sola persona sancionada por lo ocurrido a las denunciantes, habiéndose llevado a cabo investigaciones que dejan constancia de una serie de faltas al debido proceso. Como organizaciones representantes, exigimos que la Corte IDH ordene al Estado realizar una investigación seria, que incluya todos los hechos y considere su gravedad, así como todos los niveles de responsabilidad. Esto sin descartar pruebas y líneas


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de investigación relevantes y conducentes a poner fin a la impunidad. También le exigimos al Estado mexicano que adopte políticas y mecanismos transparentes para regular el uso de la fuerza policial y erradicar la tortura sexual como práctica extendida. Por último, exigimos al Estado que adopte las medidas de no repetición y consiga los recursos necesarios con el objetivo de acabar con las causas de las violaciones, para superar los obstáculos estructurales que impiden del gozo pleno de los derechos de sus habitantes.

Hace más de once años desde que ocurrieran los hechos denunciados, hechos que no son aleatorios ni aislados, sino que pertenecen a una estrategia de represión social, sostenida a través de la impunidad. La audiencia pública ante la Corte IDH, ha representado para estas once mujeres un hito en su lucha por la verdad. Ahora es el turno de la justicia de acabar con una realidad que ha durado demasiado tiempo y de reparar las vidas rotas de quienes optaron por romper el silencio.

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No son propietarias de tierra hasta que el marido muere

Derecho a la tierra para las mujeres en México, un tema de desigualdad Por: Montserrat Antúnez Estrada Cimacnoticias | Ciudad de México.- 30/11/2017

Pese a que a las mujeres indígenas en México trabajan tierras para ganado y agricultura no son dueñas de ellas, pues se enfrentan a la desigualdad, violencia de género y problemas burocráticos, denunció la Red de Mujeres Indígenas Tejiendo Derechos por la Madre Tierra y el Territorio (RENAMITT), que trabaja desde 2012 en Oaxaca, Veracruz, Jalisco, Chihuahua y Guerrero para que más mujeres tengan certificados agrarios que las reconozcan como dueñas de parcelas. La abogada e integrante de la RENAMITT, Rosenda Maldonado Rodríguez, dijo que en el país no hay un registro que permita conocer cuántas de las mujeres propietarias son indígenas, pero lo que sí sabe es que no existen políticas públicas enfocadas en garantizarles el derecho a la tenencia de la tierra. “Desde que se hizo el reparto agrario no hubo una política específica para las mujeres indígenas, por eso somos derechosas de las tierras casi por accidente porque es hasta que se muere nuestro marido que podemos tenerlas”, comentó en entrevista con esta agencia Rosenda Maldonado. La RENAMITT comprobó esto desde el trabajo que hace en las comunidades y tras revisar las estadísticas del Registro Agrario Nacional (RAN), donde encontró que las propietarias son en su mayoría mujeres de 50 años en adelante. En las comunidades indígenas cuando los hombres emigran a Estados Unidos son las mujeres las que trabajan en las tierras, sin embargo no se les reconoce que tengan derechos sobre ellas, aún si sus esposos, los dueños, no regresan. La desigualdad en el acceso de la tierra, explicó Maldonado Rodríguez, vulnera a las mujeres en todos los ámbitos de su vida pues propicia que la comunidad las relegue en la toma de decisiones que impactan directamente en la vida de ellas y sus familias.

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Por ejemplo, en las asambleas comunitarias de municipios veracruzanos donde habitan indígenas otomíes y nahuas, ahí las mujeres que no tienen títulos de propiedad a nombre de sus maridos sólo asisten para pasar lista porque de no acudir les cobran una cuota, más no pueden tomar decisiones porque oficialmente la tierra no es suya. El problema se extiende incluso con las consultas gubernamentales que comenzaron a hacerse en comunidades indígenas de Oaxaca, Veracruz, Jalisco, Chihuahua y Guerrero antes de comenzar algún megaproyecto desde que se implementó en el país la Reforma Energética. La defensora Rosenda Maldonado califica a estas consultas de “simuladas y amañadas”, pues se cita a los representantes de las asambleas comunitarias y autoridades municipales (donde hay mayoría de hombres) e ignoran las consecuencias que estos proyectos tendrían en la vida de las mujeres. “Si se acaba el agua en la zona, además de toda la carga de trabajo en los hogares de cuidado de nuestros familiares, tendríamos que caminar hasta dos horas más por aguas, los hombres no ven eso”, agregó. Lo mismo sucede con los programas gubernamentales como Procampo, de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural (Sagarpa): “las mujeres indígenas no pueden acceder a los beneficios para apoyos de siembra o ganadería porque no tienen un documento que las certifique como dueñas y se quedan sin fuentes de trabajo”, dijo la defensora Rosenda Maldonado. A esto se suman también las distancias que deben recorrer las mujeres para regular sus certificados luego de que sus esposos fallecen ya que de las comunidades ubicadas en la Sierra de Oayacocotla o Ilamatlán, en Veracruz, hasta la sede del Registro agrario ubicada en Jalapa, los traslados suelen tomar más de 10 horas.


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“Las mujeres no tienen los recursos para esos viajes, por eso a veces pueden pasar hasta 20 años para que regulen sus documentos, 20 años sin que accedan a todos sus derechos como propietarias”, denunció. Para hacer frente a este panorama las defensoras de la RENAMITT, que comenzaron trabajar desde 2008 pero se articularon como red en 2012, han acompañado a al menos 70 mujeres de los estados donde trabaja logrando que tuvieran un certificado de tierra. Tan sólo en 2015, cuando comenzaron a trabajar con el Instituto de Liderazgo Simone de Beauvoir (ILSB) y el Fondo Semillas como parte de un proyecto financiado por la Unión Europea, lograron 23 certificados agrarios para mujeres indígenas. INCIDIR DESDE LAS LEYES Para que las mujeres ejerzan con plenitud sus derechos de tenencia de la tierra, explicó Maldonado Rodríguez, no sólo basta con que cuenten con certificados, también es indispensable que las leyes en materia agraria y los reglamentos internos ejidales contemplen y se aplique la perspectiva de género, para que, por ejemplo, las tierras puedan registrarse a nombre de una pareja, algo por lo que también trabaja la RENAMITT. Muestra de ello fue que en 2016 lograron que se reformara el artículo 37 de la Ley Agraria, que estableció que debía haber

una postulación de 40 por ciento de mujeres para candidaturas de comisionarías ejidales y los consejos de vigilancia, sin embargo, esto no garantiza que las mujeres sean electas y puedan participar activamente en la toma de decisión sobre la administración de las tierras. “Buscamos paridad, si el consejo de vigilancia es hombre queremos que la ley obligue a que el comisariado esté a cargo de una mujer”. Luego de exponer junto con la Asamblea Nacional Política de Mujeres Indígenas el problema de la tenencia de la tierra a la relatora especial de Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas, Victoria Tauli-Corpuz, durante su visita a México a principios de noviembre, lograron que en su informe preliminar la relatora mencionara este ámbito como uno indispensable para erradicar la brecha de desigualdad. Rosenda Maldonado añadió que los trabajos en la red continuarán enfocados a que más mujeres puedan tener un certificado agrario que las reconozca como titulares de derecho y dijo: “Tenerlos le cambia la vida a las mujeres, nos dicen ‘ahora sí ya puedo hacer lo que quiera, estoy en mi casa’, no sólo es un documento, se les empieza a reconocer y se les pone al mismo nivel que los hombres. Queremos generar las condiciones para que futuras generaciones de mujeres jóvenes estén al mismo nivel que los hombres”, concluyó. 17/MMAE/LGL

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R.L.M.

Arauco tiene una pena Violeta Parra - Rugen las votaciones

Este 2017 se cumplen 100 años del nacimiento de una de las mujeres más influyentes de la música latinoamericana y considerada por muchos uno de los más sólidos cimientos de la canción comprometida. Nació en octubre de 1917 y nos dejó en febrero de 1967. Dicen algunos que vivió su vida con una intensidad casi violenta, 49 años le bastaron a Violeta Parra para establecer una dinastía musical, rescatar parte del folklor del pueblo chileno, componer canciones inolvidables, escribir libros, fundar un museo, ser la primera mujer latinoamericana en exponer en el Louvre y tantas cosas más. Dentro de las diversas facetas de su vida, la relación con los pueblos originarios de su tierra fue una especial. A los 36 años comienza un recorrido por todo el territorio chileno en búsqueda de canciones perdidas de los pueblos campesinos, entrevistando sobretodo a las cantoras. Esta tarea de recopilar el folklor y el canto tradicional en chile, la realizo entre 1953 y 1959 como una empresa personal. De esta minuciosa búsqueda de canciones grabó una serie de 5 discos, escribió un libro y las dio a conocer semanalmente en un programa de radio. Fue a esa misma edad que también comenzó a componer sus primeras canciones basándose en aquellas formas tradicionales del folklor chileno. ¿Qué tanto habrá escuchado de

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la gente, de sus historias, de su realidad? Algo la llevó a ser de las primeras mujeres cantoras que incluía en sus composiciones no sólo la poesía y las figuras de su pueblo, sino una denuncia o reflexión de la realidad social. Así, en 1961, graba la canción que acompaña este varejón: Arauco Tiene una Pena Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar, nadie le ha puesto remedio pudiéndolo remediar. Levántate, Huenchullán. Un día llega de lejos Huescufe conquistador, buscando montañas de oro, que el indio nunca buscó, al indio le basta el oro que le relumbra del sol. Levántate, Curimón. Entonces corre la sangre,


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no sabe el indio qué hacer, le van a quitar su tierra, la tiene que defender, el indio se cae muerto, y el afuerino de pie. Levántate, Manquilef.

do se

Adónde se fue Lautaro perdido en el cielo azul, y el alma de Galvarino se la llevó el viento Sur, por eso pasan llorando los cueros de su cultrún. Levántate, pues, Calful. Del año mil cuatrocientos que el indio afligido está, a la sombra de su ruca lo pueden ver lloriquear, totoral de cinco siglos nunca se habrá de secar. Levántate, Callupán. Arauco tiene una pena más negra que su chamal, ya no son los españoles los que los hacen llorar, hoy son los propios chilenos los que les quitan su pan. Levántate, Pailahuán. Ya rugen las votaciones, se escuchan por no dejar, pero el quejido del indio ¿por qué no se escuchará? Aunque resuene en la tumba la voz de Caupolicán. Levántate, Huenchullán. Arauco es la región donde viven los pueblos Mapuches, originarios de aquellas tierras. La canción comienza contando las historia de la llegada de los españoles, “la conquista”, las injusticias que los indios sufrieron y la defensa de sus tierras que les cuesta la vida. Es significativo escuchar esta historia conocida del pueblo latinoamericano en la voz de una mujer. Pero de pronto, las últimas dos estrofas de la canción dan un salto en el tiempo, y no solo hasta aquellos años sesentas cuan-

compuso, sino hasta nuestro 2017. Ya no son los españoles los que hacen llorar al indio, son los propios chilenos, o los propios mexicanos diremos. Y más aún, la última estrofa hace eco para este preciso momento en el que estamos: ya rugen las votaciones, se escuchan por no dejar, pero el quejido del indio ¿por qué no se escuchará? Efectivamente, ya vienen las votaciones y el pueblo indígena de México ,ha hablado, y su voz es la voz de una mujer, María del Jesús Patricio Martínez (Marichuy), Nahua, médico tradicional. Hoy busca llegar a la boleta electoral y que el país entero escuche esta voz que tantos quieren ignorar. Dicen que no reunirá las firmas, que es una tarea titánica, imposible, y que si lo logra, no tiene posibilidades en las elecciones. Los últimos versos de la canción de Violeta ilustran su espíritu y lo que en realidad ha dicho el Concejo Indígena: aunque resuene en la tumba la voz de Caupolicán (aunque parezca que ya todo está perdido) ¡LEVÁNTATE¡ ¿Por qué no se escuchará?

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SOMOS UN EJÉRCITO DERROTADO DE UNA CAUSA INVENCIBLE

VOLVEREMOS Y LO HAREMOS POSIBLE

ES NUESTRO TIEMPO

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