Introducción a los Capítulos Este informe analiza uno de los grandes retos contemporáneos para el desarrollo humano de los latinoamericanos: la inseguridad ciudadana. En los últimos 12 años, América Latina ha registrado mejoras en rubros como salud, educación y esperanza de vida, lo cual se ha traducido en un crecimiento anual promedio de 0,94% en el Índice de Desarrollo Humano[i] de la región, uno de los más altos a nivel mundial. Sin embargo, la desigualdad, la falta de movilidad social y la inseguridad han puesto un freno al desarrollo humano de la región. El informe se nutre de los avances conceptuales y analíticos presentados por otros informes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en materia de seguridad ciudadana. Destacan entre éstos el Informe de América Central “Abrir espacios para la seguridad ciudadana y el desarrollo humano 2009-2010” y el Informe del Caribe titulado “Desarrollo Humano y el cambio hacia una mejor seguridad ciudadana” (2012). La estructura del presente informe consta de tres secciones: diagnóstico, respuestas y guía para la acción.
El diagnóstico El capítulo 1 coloca a las personas al centro de la definición de seguridad ciudadana. En la tradición del PNUD, la seguridad ciudadana se concibe como una condición necesaria para el desarrollo humano de las personas. Ésta es valorada como un bien público, cuya provisión es responsabilidad principal del Estado. El capítulo plantea que el fortalecimiento de la seguridad ciudadana va de la mano de la construcción de instituciones y formas de convivencia democráticas que permitan proteger de manera efectiva y con apego a los derechos humanos la integridad física y material de las personas. “Detrás del delito y la violencia” (capítulo 2) responde a una paradoja latinoamericana: ¿por qué, a pesar de los avances en los indicadores de crecimiento y desarrollo regional en la última década, la inseguridad objetiva y percibida ha aumentado? Cuatro conjuntos de variables permiten explicar las vulnerabilidades de América Latina al delito y la violencia: 1. la estructura económica que ha condicionado un crecimiento económico sin calidad y centrado en el consumo, una movilidad social insuficiente, generando incluso un “delito aspiracional”; 2. los cambios en las instituciones sociales, como el aumento de las familias monoparentales, la alta deserción escolar y el crecimiento urbano acelerado; 3. los facilitadores -armas, alcohol y drogas-, y 4. la falta de capacidades institucionales de los Estados latinoamericanos, especialmente en materia de procuración de justicia. En el “Mapa de la inseguridad” (capítulo 3), se hace una radiografía del delito y la violencia regional a través de tres indicadores: homicidios, robos y el temor; este último, mediante VIII
INFORME REGIONAL DE DESARROLLO HUMANO 2013-2014