20151231 abel arcos 9550 pdf

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ligera; o 2) por hacer la instalación indebidamente, de una manera para la que no se diseñó la goma, especialmente por suspender la goma más abajo de lo debido, colgando de una cuerda demasiado larga. Las consecuencias de estos dos errores también son dos: 1) que el saltador toque suelo con la cabeza, o 2) que el saltador toque suelo con los pies. Ambas hacen mucho daño. 4. Que la goma estire demasiado poco. Consiste en saltar con una goma dimensionada para gente más pesada. Eso conlleva una brusca desaceleración y el consiguiente tirón para el saltador. Las consecuencias se acercan a desprendimientos de retina, rotura de capilares oculares, dolores en tobillos, problemas de osamenta y otros traumas poco aconsejables. 5. Rotura de goma. Es muy difícil de presenciar, pues una vez rota la goma el saltador sale disparado en un rebote fatal describiendo un arco en el aire que termina invariablemente con sus huesos en la tierra. Ni siquiera gritan, aunque se conocen casos que han logrado aullar (pues en eso se convierten los gritos en caída libre) antes de silenciarse para siempre en un golpe seco que según la altura, la aceleración y el viento puede escucharse en varios kilómetros a la redonda. 6. Caída de objetos. Quien salta no debe llevar nada que se le pueda escapar (bolsillos vacíos; calzado bien amarrado; sin gafas, gorras, monedas, joyas y objetos de valor). Es especialmente importante que pueda haber gente abajo. Y toda la gente que pueda estar en el puente o plataforma de salto ha de conocer y cumplir esa norma. Cuidado especial con los objetos rodantes (botellas, latas, etc.) que puedan caer del puente o rodar a la calzada y ser pisadas por el tráfico (con accidente de moto o bicicleta…) Hay otros riesgos (terremotos, rachas repentinas de 81


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