Revista de Glaciares y Ecosistemas de Montaña N° 3

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Percepciones tradicionales del cambio climático en comunidades altoandinas en la Cordillera Blanca, Ancash

Las Diferentes Causas Atribuidas al Cambio Climático Cada uno se ha forjado una explicación, aunque quede imprecisa y sin estar necesariamente convencido por ella. En primer lugar, mencionemos que, para los habitantes de estas comunidades rurales, la noción de “calentamiento global” no existe. Si han oído esta expresión en los medios de comunicación o en otro lugar, y la utilizan a veces en sus discursos, salvo excepciones, no entienden su significado. Así, cuando les explicaba que el cambio climático también existe en mi país, me miraban asombrados. (Señalamos de paso que sus conocimientos de la geografía mundial son muy limitados, y que si uno les pregunta dónde se encuentra tal o cual país determinado, generalmente no tienen la menor idea.) Por otro lado, su visión del cambio climático es muy local.4 Como lo veremos, sus interpretaciones varían bastante en función de la ubicación geográfica de su comunidad y de su entorno inmediato. Las interpretaciones dependen también de la edad de los informantes y de su nivel educativo. He podido observar amalgamas sorprendentes entre sus concepciones del cambio climático y algunos mitos y creencias tradicionales relativos a la naturaleza. De igual manera, muchas veces sus percepciones están influenciadas por creencias bíblicas o también por las informaciones recogidas en los medios de comunicación, en la escuela, o entre miembros de diversas instituciones (Parque Nacional, ONGs, y otras entidades públicas o privadas). Sin embargo, como lo subrayan Marin y Berkes (2013), generalmente estos mensajes recibidos de afuera no son incorporados como tales por los pobladores locales. No solo su

influencia queda superficial, sino que a menudo son reinterpretados de acuerdo con los valores, creencias, normas culturales y experiencias personales de cada uno. Por lo general, podemos clasificar las causas proporcionadas por los diferentes interlocutores en dos categorías: las que dependen de elementos cósmicos, naturales o divinos; y las que están directamente relacionadas con los comportamientos humanos (Paeregaard, 2013). Añadimos que no es siempre fácil para el antropólogo abordar estos temas: a veces surge cierto malestar. Así, interrogando a una mujer analfabeta y quechuahablante monolingüe de 55 años, ella me dijo, asustada, que no sabía, que más bien yo, que he estudiado, debía saberlo. Otra vez, me enfrenté con una reacción aguda de parte de un joven de Quitaracsa, que conocía desde hacía años, y que no ignoraba mi calidad de andinista. Se encontró visiblemente molesto cuando le pregunté por qué el glaciar arriba de su pueblo estaba desapareciendo. Pensando seguramente que quería resaltar su ignorancia y burlarme de él, me miró a los ojos, y me dijo con un tono virulento: “Tú deberías saber esas cosas. ¡Tú eres la dueña de los cerros!” El Mundo Está Viejo Varias personas, generalmente de cierta edad, me contestaron simplemente que ahora el mundo está viejo. Mundu avansadunam. (El mundo está avanzado ya...). Por eso, los glaciares están desapareciendo.

Figura 2. Glaciar gris y sucio con detritus, macizo de Huantsán, Huari. Foto: M. Anger. 4

Cf. el estudio de Paeregaard (2013) en el valle del Colca, y el de Boillat y Berkes (2013) en la región de Cochabamba, Bolivia.

Revista de Glaciares y Ecosistemas de Montaña 3 (2017): 9-24

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