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HÉROE DE LA FE

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MÚSICA

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El Señor levantó al pastor Henry Bidleman Bascom como un destacado predicador del siglo XIX por su lealtad a la Palabra de Dios, su confianza en la autoridad del Creador y su trabajo evangelizador.

EL FIEL

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MISIONERO

MONTGOMERY HENKLE

PORTAVOZ del mensaje del Señor, defensor riguroso de la sana doctrina y perseverante en la predicación de la Palabra de Dios, el pastor Henry Bidleman Bascom presentó a lo largo de su vida un ejemplo de fe, lleno de acontecimientos notables, digno de ser esparcido por todo el mundo. En virtud de su lealtad al Evangelio, su confianza en el poder de Cristo y sus obras espirituales, el Creador lo levantó como un destacado predicador estadounidense del siglo XIX. Hijo de Alpheus Bascom y Hannah Houk, personas temerosas del Altísimo, nació el 27 de mayo de 1796 en las orillas del río Delaware, en una finca de la localidad de Hancock, ubicada en el estado de Nueva York. Por el lado paterno, descendía de una familia francesa partidaria de la Reforma que fue expulsada de Francia, por no estar de acuerdo con la iglesia tradicional, y se estableció en América del Norte. En tanto que su parentela materna procedía de Alemania. A los cinco años de edad, fue inscrito en una escuela local en la que aprendió a leer. Al cabo de dos años, fue trasladado a otra institución en la que avanzó en su formación inicial. Un año y medio después, un pariente de su familia, que tenía su mismo nombre, le ofreció la posibilidad de proseguir sus estudios en la ciudad de Easton del estado de Pensilvania. Posteriormente, ingresó a un colegio del municipio de Greenwich dirigido por el siervo John Simpson. Alumno destacado, luego de ser instruido por En 1823, tras más de una década al servicio de la expansión del cristianismo, estaba convertido en uno de los predicadores más sobresalientes de América. Entonces, el 8 de diciembre de aquel año, asumió la conducción de la capellanía de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, una zona del Congreso norteamericano de apoyo pastoral y espiritual.

el hermano Simpson, fue formado, hasta los doce años, por el educador Henry Evans a quien siempre recordó con enorme gratitud por todas sus enseñanzas. Edificado en pleno desarrollo del Segundo Gran Despertar, se entregó al Redentor el 18 de agosto de 1810, en el pueblo de Little Valley del condado de Cattaraugus, tras ser impactado por la doctrina de Jesús. Más adelante, en 1811, se unió a una congregación de Pensilvania.

Labor evangelística

Tras su conversión, con la aprobación de sus progenitores, empezó a servir al Altísimo en el salvaje oeste, en una zona habitada por indios de la tribu seneca, donde sobresalió por su elocuencia para transmitir las verdades del Salvador. El evangelista James Gilmore, un joven de apenas dieciocho años, fue quien lo invitó a llevar el agua de vida a todos los sedientos de la Tierra. Junto a él, apuntaló las bases de la labor misionera que desplegaría posteriormente. A inicios de octubre de 1812, después de haber exhortado a tiempo y fuera de tiempo y dispuesto a trabajar a gran escala para la salvación de la humanidad, asistió a la primera reunión de la Conferencia de Ohio de la Iglesia metodista. En esta reunión, llevada a cabo en la ciudad de Chilicothe, consolidó su idea de ser portavoz itinerante de Jehová. En febrero de 1813, en un congreso realizado en el municipio de Brush Creek, recibió su licencia para predicar el Evangelio. A finales de setiembre de 1813, inició su ministerio en el circuito de Deer Creek, uno de los más importantes de la Conferencia de Ohio, donde demostró su amor por Jesús. Allí, con la bendición del Espíritu Santo, desplegó una intensa labor evangelística que duró cerca de un año. En seguida, fue destinado al circuito de Guyandotte que lo acogió por espacio de diez meses. Después, fue enviado al circuito de Mad River en cuyo territorio permaneció alrededor de doce meses. En setiembre de 1816, luego de tres años de exitosa predicación en Ohio, fue trasladado a la Conferencia de Tennessee de la Iglesia metodista, que abarcaba el estado de Kentucky, y se le designó como responsable del circuito de Davnville. En

octubre de 1818, se le encargó la organización del circuito de Louisville. Dos años después, cuando se formó la Conferencia de Kentucky, fue enviado al circuito de Madison. En 1821, fue designado para el circuito de Hinkston.

Siervo ilustre

En 1823, tras más de una década al servicio de la expansión del cristianismo, estaba convertido en uno de los predicado-

res más sobresalientes de América. Sus mensajes, preparados con gran cuidado, habían impactado a multitudes. Entonces, el 8 de diciembre de aquel año, asumió la conducción de la capellanía de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos, una zona del Congreso norteamericano de apoyo pastoral y espiritual, en la que se mantuvo hasta el 27 de mayo de 1824. En junio de 1827, fue nombrado presidente del “Madison College”, una institución educativa cristiana ubicada en el estado de Pensilvania, donde se puso a trabajar con el celo y la energía que evidenció en todos los emprendimientos de fe que le fueron confiados por los superiores de su congregación. Con el respaldo del Rey de Reyes, logró organizarla, encaminarla y potenciarla bajo los preceptos del Evangelio. En 1829, contento con sus logros, renunció a sus funciones. Después de dejar el “Madison College”, fue aceptado por la Sociedad Americana de Colonización, una organización vinculada con el Gobierno estadounidense que se dedicaba a enviar afroamericanos libres a África, en la que se esforzó para extender las bendiciones de la sana doctrina e irradiar la luz de Jesucristo sobre un continente manchado, en ese momento, por el paganismo, la idolatría y la oscuridad. Además, como agente de esta entidad, siguió anunciando las buenas nuevas. En 1832, fue elegido profesor del “Augusta College”, una universidad situada en Kentucky, donde enseñó ciencias morales y bellas letras. Leal con sus obligaciones académicas, estuvo conectado con esta institución por un período de diez años. En el tramo final de esa década, en 1840, fue nombrado presidente del “Louisiana College”, una entidad educativa del pueblo de Jackson, pero rechazó la designación. De igual manera, no aceptó una oferta de la Universidad de Missouri.

Varón fructífero

Luego de su salida del “Augusta College”, se hizo cargo de forma provisional de la presidencia de la Universidad de Transilvania, situada en la metrópoli de Lexington, que bajo su liderazgo prosperó en apenas dos años. En 1844, en virtud de los resultados positivos de su administración temporaria al frente de esta casa de estudios evangélica, fue proclamado presidente permanente. Más adelante, en 1849, renunció a su cargo cuando sintió que su cometido estaba cumplido. En su etapa al frente de la Universidad de Transilvania, fue distinguido con el cargo de editor de la publicación “Southern Methodist Quarterly”, elaborada por creyentes metodistas, que le sirvió para transmitir contenidos edificantes. A principios de 1850, editó un libro con sus prédicas que registró más de veinte mil ejemplares vendidos. Su publicación, que fue bien recibida por creyentes y seculares, evidenció su obediencia a las enseñanzas contenidas en las Escrituras. El 8 de septiembre de 1850, en la urbe de Louisville, el reverendo Henry Bidleman Bascom dejó de existir y se marchó al reino de Dios. Doctor en Divinidad, abolicionista y uno de los principales líderes del cristianismo estadounidense de su época, su deceso fue causado por el cólera. Antes de partir a la patria celestial, postrado en su cama, testificó por última vez su plena confianza en la bondad infinita del Creador y proclamó que la salvación solo está en Cristo Jesús. Héroe de la fe que sembró la semilla del Evangelio en los estados de Kentucky, Nueva York, Ohio, Pensilvania y Virginia Occidental, trabajó por el bien de los miserables y los infelices a quienes reveló la misericordia del Redentor. Sus mensajes siempre estuvieron concentrados en los grandes elementos de la doctrina del Mesías y promovieron el poder restaurador de Jehová. Fiel al Señor, jamás se fatigó y nunca dejó de dar frutos como el árbol plantado junto a las aguas.

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