
4 minute read
CIENCIA
Una de las voces importantes en el ámbito de la iglesia evangélica sobre el cuidado de la creación es Miguel Wickham, quien sostiene que en la Biblia está el verdadero análisis de los desafíos ecológicos y la única solución. (*)
EL CRISTIANISMO Y EL CAMBIO CLIMÁTICO
Advertisement
A ALGUNOS cristianos no les preocupa el tema de la ecología, ya que piensan que lo importante es el alma, no lo material. Hay otros que piensan que es un tema importante, pero no lo consideran una responsabilidad personal. Sin embargo, ambas posturas podrían están equivocadas. Dios creó todas las cosas, entre ellas, el mundo y al ser humano; por lo tanto, somos responsables de cuidar la creación de Dios. Esta es la posición de Miguel Wickham, autor
del libro “Ecología y cambio climático” y de varios artículos sobre la situación climática quien ha sido entrevistado por la página web www.protestantedi-
gital.com. Wickham ha sido profesor de Geografía en institutos en Oxford, Barcelona y Madrid, donde dirigió la secundaria de un colegio británico desde 1996. Estudio Geografía y luego Educación en Oxford y le interesa especialmente los temas de la ecología, el cambio climático y el cuidado de la creación de Dios. Pregunta. Se suele atender los acuerdos a los que se llega en conferencias como la COP21 en París o la COP25 en Madrid. ¿Qué valoración hace del cumplimiento de estos acuerdos por parte de los países? Respuesta. No se han cumplido. Ya terminó mal el COP25 en Madrid en 2016 al no ponerse de acuerdo las partes sobre la cuantificación y la sincronización de sus contribuciones a Nivel Nacional (NDCs), que son las acciones climáticas concretas que cada país se comprometió a presentar cada 5 años (hasta 2030). Hasta hace unos días solo una docena de países de las 194 están al día. En el acuerdo de Paris se necesitarían reducciones de emisiones del 30 al 55% para alcanzar el objetivo de un incremento de 1,5 ºC. Con lo que se cuenta hasta ahora (comprometido y prometido) solo se reducirían el 7,5%. De momento, sería una subida de temperaturas, en el mejor de los casos, de 2%. P. Se espera que en el COP26 se alcancen acuerdos nuevos mundiales que tengan un impacto para frenar el calentamiento global. ¿Es la situación climática actual urgente? R. Si, la situación climática actual es urgente, como nos siguen avisando los científicos, y como vemos en los medios de comunicación a diario. Los países que están ya sufriendo los efectos del cambio climático, mayormente son de los llamados PMA (Países Menos Adelantados) están ya muy preocupados, viendo que los países desarrollados no firman acuerdos y no cumplen su promesas y compromisos. Una de estas es un fondo anual de 100.000 millones de dólares (una reserva verde) para paliar los efectos. Se llegó sólo a 89 millones anuales, una cantidad sólo testimonial. P. Tras la pandemia, la reactivación comercial e industrial está disparando el consumo energético. ¿En qué medida es posible o sostenible una reducción de la quema de carbón o de otros combustibles fósiles ante una demanda creciente como la que se espera en los próximos años? R. Sí, y en general en los países de más consumo la gente tiene dinero ahorrado, y están comprando. La industria no da abasto, la demanda supera la oferta en todo, y los precios se disparan. En cuanto a la energía, las situaciones de geopolítica mundial y la enorme demanda de China están creando grandes problemas de suministro y la subida de precios. Estamos pagando la falta de previsión y continua la apuesta por las energías fósiles, que se acaban, y no se ha desarrollado aún una transición energética a las energías renovables como se podría haber hecho. P. ¿Qué papel pueden tener los cristianos en este contexto? R. Apoyo al máximo, y a las organizaciones que están intentando influir para el bien de los millones que están y estarán sufriendo por el egoísmo de los países más desarrollados. Los cristianos coincidimos en el diagnóstico, pero tenemos unas razones mucho más profundas que sólo la supervivencia de nuestros hijos y nietos y de la raza humana. La creación es de Dios, no nuestra, y debemos reflejar su amor por ella como nosotros la amamos y las cuidamos. Es necesario vivir consecuentemente con lo que conocemos de Dios, quien es y que nos pide a nosotros en un mundo sufriente, pero, ante todo, de espaldas a Su Creador, y al que sostiene todo. El apóstol Pablo nos recuerda que Dios es el Creador y sustentador de todo (Colosenses 1:15-20). La Biblia nos llama a amar a lo que Dios ama, su creación entera. Nosotros somos parte de la creación, pero diferente a ella, por a) ser hechos “a imagen y semejanza de Dios” (Génesis 1:26), y b) porque tenemos un mandato, el de administrar y cuidar el Jardín de Dios, como jardineros, mayordomos (Génesis 1:26- 28 y 2:15). Nos recuerda que Dios está en control y que en sus manos está el destino nuestro y de los pueblos, y nos llama a volver a él.