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La concesión de las centrales hidroeléctricas
El 11 de agosto de este año vence la concesión de las centrales hidroeléctricas de Arroyito y El Chocón, Planicie Banderita, Piedra del Aguila, y Alicurá, en la región del Comahue.
Las empresas concesionadas tomaron a su cargo la operación, el mantenimiento y mejoras, en algunos casos.
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El detalle de las empresas concesionarias es el siguiente: Alicurá está en manos de AES Alicurá S.A. El Chocón y Arroyito tienen como concesionaria a ENEL Generación El Chocón S.A. Planicie Banderita está a cargo de Orazul Energy Cerros Colorados S.A., Y Piedra del Aguila, concesionada a Central Puerto S.A. (vence el 29 de diciembre de 2023).
Vencido el plazo de 30 años de concesión, las opciones que se presentan son: la renovación de la concesión, un nuevo llamado a licitación o la reestatización. En la columna “La peligrosa re estatización de concesiones hidroeléctricas” publicada en la web de la fundación Libertad y Progreso, Emilio Apud, ex secretario de Energía, plantea que las presas, además de construcciones civiles, contienen importantes elementos electromecánicos. Destaca que una parte de dichos elementos está cerca del fin de su vida útil, por lo que se requerirán inversiones en los próximos años. En el caso de El Chocón, la antigüedad es de 50 años. En el futuro las inversiones serán necesariamente mayores que las requeridas durante los primeros 30 años de concesión.

El senador kirchnerista Oscar Parrilli, junto a los senadores del Frente de Todos por Neuquén, Chubut y Río Negro, presentó un proyecto de ley que plantea que una vez concluídos los plazos de concesión, la administración y operación esté a cargo de ENARSA, con la participación de las provincias en las que están ubicadas las represas.
En la citada columna, Apud hace referencia al cuestionamiento kichnerista, referido a que durante los 30 años de operación privada, disminuyó la participación de la hidroelectricidad en la matriz energética. Apud destaca que las empresas concesionadas recibieron centrales en operación, en las que no podía ser significativo un aumento de la potencia ofrecida.
Un punto central, citado por Apud. La necesidad de cuantiosas inversiones para el mantenimiento de las centrales hidroeléctricas. Es crucial generar las condiciones de seguridad jurídica y calidad institucional para atraer la inversión privada.

Los gobiernos no tienen los recursos ni los incentivos para desarrollar una gestión eficaz en la operación de las represas. Las empresas estatales han servido para sumar clientelismo político. El criterio de eficiencia brilla por su ausencia.
Ni el Estado nacional y los provinciales hacen bien lo básico: seguridad, justicia, salud y educación. ¿Cómo podemos pensar que serán eficientes en el manejo de las centrales hidroeléctricas?
