edición 204

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Año 4

No. 204

Nuevos nombramientos en la Iglesia Potosina

Semana del 13 al 19 de enero de 2013

Mantengan los ojos fijos en Jesucristo que es el origen y el fin de nuestra fe Cristo es la fuerza espiritual para fortalecer la comunidad eclesial que es animada por la fe, el esfuerzo y la perseverancia de sus pastores, así como de aquellos hombres y mujeres comprometidos en la Evangelización. ¡Conservemos la unidad del Espíritu, con el vínculo de la paz!

Nellie Gray,

Defensora de la vida en Estados Unidos

Nellie Gray, fundadora y organizadora de la Marcha Nacional por la Vida en Washington DC, falleció el pasado 2012 por causas naturales, a los 88 años de edad. Católica conversa, Gray abandonó su profesión de abogada y se convirtió en una defensora pro-vida. La directora asistente de políticas y comunicaciones de la Secretaría Pro-Vida de la Conferencia Estadounidense de obispos católicos, Deirdre McQuade, expresó su tristeza por la muerte de la activista Nellie Gray. “Su muerte ha sido un acontecimiento triste en el movimiento pro-vida, en el que lloramos la muerte de Nellie Gray, quien se dedicó fielmente a la protección legal de los niños por nacer, sin excepción”, dijo.

“A través de la Marcha por la Vida –continuó McQuade--, ella movilizó a millones de personas para hablar en nombre de los niños no nacidos que no tienen voz propia. No descansaremos hasta que el derecho a la vida se restaure una vez más. ¡Que los ángeles la lleven al paraíso!”. La Marcha Nacional por la Vida, dirigida por la señorita Gray desde 1974, atrae a cientos de miles a Washington DC alrededor del 22 de enero de cada año, en protesta por el caso ‘Roe contra Wade’, la decisión de la Corte Suprema de 1973 que legalizó el aborto en los Estados Unidos durante los nueve meses de embarazo. Eventos similares tienen lugar anualmente en todo el país.


ENERO 13 DE 2013

“Bienaventurados los que trabajan por la paz”

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emos ya iniciado este año 2013, y en este contexto se nos presentan retos, temores, preocupaciones, angustias. Nos preguntamos qué pasará, qué nos sucederá, podremos salir bien librados, o llegarán situaciones fuera de nuestro control; claro está, después de un año caótico como el que hemos vivido y hemos dejado atrás. Sin negar los problemas, es necesario generar una esperanza que esté fincada en seguridades que nos dan certeza, confianza y alegría. Eso es lo que Dios nos ofrece. Como cada año, desde 1967, el Papa en turno han dado un mensaje de paz, no solo a los cristianos católicos, sino también a todo hombre y mujer de buena voluntad. Para ésta ocasión, el Papa Benedicto XVI ha señalado en su mensaje como lema una de las bienaventuranzas que ponen de relieve el trabajo por la paz: “Bienaventurados los que trabajan por la paz”. El Papa señala que, como todo inicio de año, trae consigo la esperanza de un mundo mejor, y es a partir de aquí, en el que se vuelve un anhelo y una plegaria la concordia y la paz para que se puedan cumplir las aspiraciones de una vida próspera y feliz para todos. Son muchos los aspectos negativos que han cimbrado al mundo, a nuestra patria, a nuestro Estado, a nuestro entorno potosino que se ha visto involucrado en estos últimos días en cuadros tenebrosos como la muerte de personas por parte del crimen organizado. El papa en su mensaje nos señala que todo esto reclama un compromiso renovado y concertado en la búsqueda del bien común, del desarrollo de todos los hombres y de todo el hombre. Las situaciones de falta de confianza en los gobiernos, la evidente corrupción que han dejado las administraciones salientes y la falta de memoria de nosotros las gentes, sigue llevando una situación de complicidad y de falta de compromiso por arreglar las cosas. El Papa, añade en su mensaje, la alarma que causan los focos de tensión y contraposición provocados por la creciente desigualdad entre ricos y pobres. Señala también predominio de una mentalidad egoísta e individualista, que se expresa también en un capitalismo financiero no regulado. Aparte de las diversas formas de terrorismo y delincuencia internacional, representan un peligro para la paz los fundamentalismos y fanatismos que distorsionan la verdadera naturaleza de la religión, llamada a favorecer la comunión y la reconciliación entre los hombres. Sin embargo, todas estas cosas no ensombrecen las numerosas iniciativas de paz que enriquecen el mundo y que atestiguan la vocación innata de la humanidad hacia la paz. La paz concierne a la persona humana en su integridad e implica la participación de todo el hombre. Se trata de paz con Dios viviendo según su voluntad. Paz interior con uno mismo, y paz exterior con el prójimo y con toda la creación. El deseo de paz es una aspiración esencial de cada hombre, y coincide en cierto modo con el deseo de una vida humana plena, feliz y lograda. En otras palabras, el deseo de paz se corresponde con un principio moral fundamental, a saber, con el derecho y el deber a un desarrollo integral, social, comunitario, que forma parte del diseño de Dios sobre el hombre.

 El hombre está hecho para la paz, que es un don de Dios. Todo esto me ha llevado a inspirarme para este mensaje en las palabras de Jesucristo: “Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios”.

Fundado por el Arz. Emérito Don Luis Morales Reyes

La RED no necesariamente apoya la publicidad de nuestros anunciantes.

La oración en los Hechos de los Apóstoles (Tercera de tres partes)

Por Pacco Magaña

Queridos hermanos y hermanas:

El concilio Vaticano II quiso subrayar de modo especial este vínculo que se manifiesta visiblemente al orar juntos María y los Apóstoles, en el mismo lugar, a la espera del Espíritu Santo. La constitución dogmática Lumen Gentium afirma: “Dios no quiso manifestar solemnemente el misterio de la salvación humana antes de enviar el Espíritu prometido por Cristo. Por eso vemos a los Apóstoles, antes del día de Pentecostés, perseverar en la oración unidos, junto con algunas mujeres, con María, la Madre de Jesús, y sus parientes (Hch 1, 14). María pedía con sus oraciones el don del Espíritu, que en la Anunciación la había cubierto con su sombra” (n. 59). El lugar privilegiado de María es la Iglesia, donde “es también saludada como miembro muy eminente y del todo singular... y como su prototipo y modelo destacadísimo en la fe y en el amor” (ib., 53). Venerar a la Madre de Jesús en la Iglesia significa, por consiguiente, aprender de ella a ser comunidad que ora: esta es una de las notas esenciales de la primera descripción de la comunidad cristiana trazada en los Hechos de los Apóstoles (cf. 2, 42). Con frecuencia se recurre a la oración por situaciones de dificultad, por problemas personales que impulsan a dirigirse al Señor para obtener luz, consuelo y ayuda. María invita a abrir las dimensiones

de la oración, a dirigirse a Dios no sólo en la necesidad y no sólo para pedir por sí mismos, sino también de modo unánime, perseverante y fiel, con “un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4, 32). Queridos amigos, la vida humana atraviesa diferentes fases de paso, a menudo difíciles y arduas, que requieren decisiones inderogables, renuncias y sacrificios. El Señor puso a la Madre de Jesús en momentos decisivos de la historia de la salvación y ella supo responder siempre con plena disponibilidad, fruto de un vínculo profundo con Dios madurado en la oración asidua e intensa. Entre el viernes de la Pasión y el domingo de la Resurrección, a ella le fue confiado el discípulo predilecto y con él toda la comunidad de los discípulos (cf. Jn 19, 26). Entre la Ascensión y Pentecostés, ella se encuentra con y en la Iglesia en oración (cf. Hch 1, 14). Madre de Dios y Madre de la Iglesia, María ejerce esta maternidad hasta el fin de la historia. Encomendémosle a ella todas las fases de paso de nuestra existencia personal y eclesial, entre ellas la de nuestro tránsito final. María nos enseña la necesidad de la oración y nos indica que sólo con un vínculo constante, íntimo, lleno de amor con su Hijo podemos salir de “nuestra casa”, de nosotros mismos, con valentía, para llegar hasta los confines del mundo y anunciar por doquier al Señor Jesús, Salvador del mundo.


Concilio Vaticano II

La promoción de la cultura

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ENERO 13 DE 2013

¡No tengan miedo!

Por P. Juan José Torres Galván

a cultura es indispensable para que el ser humano se desarrolle plenamente. Se puede decir que donde hay vida humana, existe una íntima relación con la naturaleza y la cultura. Son tres realidades que se exigen y se complementan entre sí. Podemos definir la cultura como todo aquello con lo que la persona humana afina o desarrolla sus facultades espirituales y corporales, haciendo más humana la vida social. Resulta sorprendente que los padres conciliares, hace 47 años, afirmen lo siguiente: “las condiciones de vida del hombre moderno han cambiado tan radicalmente en sus aspectos social y cultural, que hoy se puede ya hablar de una nueva era de la historia humana”. Se refieren sobre todo a los grandes avances científicos y técnicos, así como a los medios masivos de comunicación. ¡Cuánta verdad tienen estas palabras en nuestros días! Nuestro tiempo vive aceleradamente las consecuencias de la globalización económica y cultural. Se vive actualmente con una conciencia clara de que el ser humano es el autor de la cultura. Él es el protagonista principal. Está surgiendo también un nuevo humanismo: la persona humana se define por su responsabilidad hacia sus hermanos y hacia la historia. Ante este panorama fascinante de la cultura se perciben ya, en los años en que se celebró el Concilio Vaticano II, algunas dificultades que habrá que enfrentar: 1. ¿Cómo hacer para que el intercambio cultural (que caracteriza esta nueva época) no avasalle las culturas originarias de cada pueblo? 2. ¿Cómo lograr un equilibrio entre la nueva cultura y la fidelidad a la herencia viva de nuestras tradiciones, que nos comunican los tesoros de sabiduría de nuestros antepasados? 3. ¿Cómo compaginar la especialización de las disciplinas científicas sin dejar al margen la capacidad humana de contemplar y admirar, actitudes claves para alcanzar la sabiduría? 4. ¿Cómo lograr que la nueva cultura llegue de manera universal a todos los seres humanos, sin excluir a nadie? 5. ¿Cómo respetar la autonomía de la cultura sin caer en un humanismo puramente terrenal e incluso contrario a la religión? La cultura humana se debe desarrollar cultivando, dentro de un orden justo, a la persona humana considerándola de manera integral, promoviendo a la humanidad (y especialmente a los cristianos) en una fraterna unidad, de manera que lleguemos a considerarnos todos miembros de una sola familia humana. (Continuará…) Referencia de lectura: Gaudium et Spes 53-56

Renovemos nuestro bautismo Queridas familias potosinas: Les saludo en este nuevo año que hemos comenzado deseando que la paz del Señor esté con todos ustedes. Hemos pasado las fiestas Navideñas en las que, estoy seguro, hemos vivido con gran esperanza y entusiasmo nuestra vida de familia, de vecinos, de comunidad; porque precisamente la Navidad es nacer en Cristo a esa vida de comunión y fraternidad. Con esta Fiesta del Bautismo del Señor, terminamos el tiempo de la Navidad y nos abrimos a la oportunidad que este tiempo ordinario nos brinda para iniciar una vida nueva, diferente, marcada por los firmes propósitos que cada uno nos hemos hecho al iniciar este año 2013. A propósito de nuestros buenos propósitos de ser personas nuevas: Cuentan que en una ocasión el Rey visitó de incógnito una famosa fábrica de papel con el fin de conocer a los trabajadores y el trabajo que ahí se realizaba. El encargado, que no conocía la identidad del ilustre visitante, le enseñó todo, incluso el sótano donde unos obreros amontonaban todos los trapos sucios que recogían de la basura que tiraban en la ciudad. Al Rey le entró la curiosidad de saber para qué querían aquellos trapos tan malolientes. El encargado, lleno de orgullo, le informó que con esos trapos se hacía el papel más fino y más elegante del país. Cuando se marchó, el encargado supo que el ilustre visitante era nada menos que el Rey. Semanas más tarde su Majestad recibía un paquete con el papel más blanco y más fino del mundo con su imagen y su escudo de armas. Y en una nota el encargado le decía: “Este papel ha sido fabricado con los trapos sucios que su Majestad inspeccionó recientemente”. También en nuestras vidas necesitamos hacer un reciclaje de todo aquello que sabemos que nos hace personas no tan valoradas, por nuestras actitudes y modos de ser que contaminan en la vida y en el ambiente con quienes convivimos. No tengamos miedo de reciclarnos para ser personas nuevas y mejores, de eso se trata. Al celebrar la Fiesta del Bautismo del Señor, hemos de renovar nuestros compromisos bautismales. Nos dice el Evangelio que el día de su bautismo Jesús quedó “marcado y lleno del Espíritu” y es en ese momento que descubre su misión: “Tú eres mi Hijo, el amado, al que miro con cariño”. El día de su bautismo marcó un antes y un después. El antes son esos 30 años que vivió sujeto a sus padres; el después fue la fuerza del Espíritu que le impulsó al anuncio del Reino de Dios, a la predicación, a la implantación del amor, a la búsqueda de los pecadores, de los pobres y abandonados. En este año de la fe, les invito a volver a la fuente donde fuimos bautizados, ahí hemos de renovar nuestro compromiso bautismal que, nos hizo hijos de Dios, nos llenó de la fuerza de su Espíritu para ser mujeres y hombres intrépidos, capaces de transformar, con la vivencia del evangelio, darle un nuevo clima de más paz, alegría y entusiasmo por vivir. Que nuestra Madre Santísima nos guíe y acompañe en nuestro peregrinar de cada día y no dejemos de recordar nuestro Bautismo, para que, renovados en el Espíritu Santo, defendamos y difundamos la fe que hemos recibido como un don del Padre destinado para todos los hombres. El Señor les bendiga

+ Mons. Jesús Carlos Cabrero Romero Arzobispo de San Luis Potosí


Nuestra historia

El arte cristiano en las catacumbas El arte fue la primera experiencia de inculturación del Evangelio en una cultura distinta de aquella en la que había nacido. El arte cristiano del siglo III era fundamentalmente un arte funerario. Después de Constantino desde la segunda mitad del siglo IV, el cristianismo adquiere una nueva visibilidad, y a la par de la Iglesia que deja de ser perseguida, se hizo más grandioso y encontró una función social nueva. Constantino fue el primer mecenas del arte cristiano. Por Pbro. Lic. Rubén Pérez Ortíz

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a contemplación de las catacumbas nos descubre, entre otras cosas, los principios del arte cristiano. El arte cristiano es una rama y podríamos decir una prolongación del arte pagano de Roma, y experimentó sus mismos cambios y períodos. El arte romano tuvo sus apogeos en el tiempo del Imperio durante los siglos I y II de nuestra era. Las pinturas halladas en Pompeya y en el Palatino son del estilo más puro. Lo mismo aparece en los arcos triunfales y en las esculturas de este tiempo. Desde el siglo III se halla en decadencia, que va aumentando rápidamente. El arte primitivo cristiano sigue las mismas fases. Esta observación es importante, pues resuelve la objeción que puede proponerse de que el arte cristiano es rudo, de modo que, a medida que prosperaba el cristianismo, el arte iba perdiendo en perfección. En realidad, las pinturas cristianas del siglo I y II son más perfectas que las del III, IV y siguientes. Esto se debe a que los cristianos, hijos al fin y al cabo de su tiempo, vivían en el ambiente romano, cuyo arte estaba en franca decadencia.

El arte paleocristiano es un buen testimonio de lo que aquellos primeros cristianos creían, vivían y esperaban. El arte fue la primera experiencia de inculturación del Evangelio en una cultura distinta de aquella en la que había nacido; y por eso mismo esta primera inculturación permanecerá para siempre como el modelo a seguir en la presentación del Evangelio a quienes no lo conocen. Por lo tanto, no es de extrañar que los artistas paleocristianos tomasen elementos propios del arte grecorromano, y los reinterpretasen a la luz de la fe, purificándolos algunas veces y otras veces adaptándolos sin más, pero infundiendo el espíritu cristiano al mensaje de determinados personajes históricos, ciertos mitos y otros símbolos comunes de la cultura circundante como fue el caso del Orfeo, del Pastor, de la Orante, de las escenas de maternidad, de las cuatro estaciones, del pavo real, y de otros, hasta el punto de poder afirmar que no hay prácticamente ninguna figura importante del arte paleocristiano que no haya tenido algún precedente en el arte pagano de aquel tiempo; y cuyo empleo, por consiguiente no podría provocar extrañeza entre los cristianos ni entre los paganos. El arte cristiano del siglo III era fundamentalmente un arte funerario: pinturas catacumbales y relieves en los sarcófagos. De este periodo solamente quedan algunas estatuas de bulto como la del Buen Pastor, y la de Hipólito Romano que se conservan en el museo lateralense.

El uso de decorar con pinturas los altares o locales donde se celebraba la fracción del pan, debió de introducirse ya en tiempos de los apóstoles. La decoración de las tumbas era costumbre típicamente romana, heredada de los etruscos. En el período más antiguo, en que las sepulturas cristianas eran sepulcros particulares romanos, no aparecen los motivos cristianos. Los adornos eran del tipo clásico: pájaros, figuras decorativas, paisajes, reproducciones del natural. En el siglo II se desarrolla el simbolismo. Así se advierte en multitud de lápidas mortuorias y frescos de las diversas catacumbas con multitud de símbolos. Ya en el siglo III aumentan las figuras decorativas, que van tomando un sabor más cristiano.

Después de Constantino desde la segunda mitad del siglo IV, el cristianismo adquiere una nueva visibilidad, y a la par de la Iglesia que deja de ser perseguida, se hizo más grandioso y encontró una función social nueva, para dirigirse a los pueblos recientemente cristianizados. Así se comenzaron las majestuosas construcciones de suntuosas basílicas: Roma, Jerusalén (Santo Sepulcro), Belén (la Natividad), Constantinopla (Santa Sofía) y Rabean y otras muchas ciudades del Imperio que fueron decoradas con espléndidos frescos y espectaculares mosaicos. Constantino fue el primer mecenas del arte cristiano y sus sucesores. También debemos decir que ciertamente el arte cristiano al ser beneficiado por el emperador adquiere ese carácter de faustoso y rico, con significados a veces más bien lejanos al ideal de sencillez evangélica.

¿Qué tan importante es la fe? Por Pbro. Lic. Salvador González Vásquez

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i no confiamos, no avanzamos. El creer en alguien nos hace mirar el mundo de otra manera. Pero es fundamental que nos preguntemos, ¿En quién hemos puesto nuestra fe? Si hemos puesto la fe en algo, o en alguien que no es Dios, viviremos en la zozobra, porque fuera de Dios todo esta sujeto al movimiento. Y cuando el objeto o sujeto de nuestra fe, es modificado, acabamos perdiendo la confianza. El hombre busca verdades exactas para tener seguridad. El ser humano es inseguro por naturaleza, y busca una verdad para sostenerse en ella. Pero hay verdades que no se alcanzan a conocer por la ciencia, y es ahí donde necesitamos de la certeza de la fe. Ésta significa creer en lo que no es preciso. Y aunque el hombre se aferra a la verdad científica, ésta nunca resolverá el enigma de la existencia humana. La vida material esta sujeta a leyes exactas; el misterio humano nunca es exacto. Los misterios no se resuelven como se soluciona un problema matemático. Es imposible conocer a cada persona, porque el misterio humano no es un asunto de física matemática. Se nos ha dado el conocer científico para dominar y transformar la naturaleza, no para dominar al hombre. El saber exacto trasforma el mundo, pero el corazón del hombre no se trasforma por el capricho humano. El corazón humano solo es trasformado por la confianza en Dios. Dios que es persona, es un misterio absoluto. Hay tantas cosas divinas, que jamás las hubiéramos conocido, si él no nos las hubiera revelado. Para conocer a Dios, hay que amarlo y tener un encuentro personal con Él; no hay que pedir, también hay que aprender a escucharlo. Porque sino lo escuchamos, tendremos un concepto erróneo de lo que significa Dios. Sin fe la vida, la vida es imposible. El hombre es muy limitado y solo mira lo que pasa aquí y no puede saber lo que esta sucediendo allá; solo vive el ahora y no puede mirar el después. El hombre esta limitado por el espacio y el tiempo, y para ayudarse a vivir tiene que confiar en Dios. Solo en un acto de abandono en él, es como podemos vivir en paz.


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¡Cuñaaa! Los bebés en la misa Por P. Kino

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ace un par de meses Dios me concedió ir por segunda vez a Tierra Santa. Al abordar uno de los aviones que me llevaría a este destino, veo subir a una señora con un niño de aproximadamente un año… sucedió lo que me temía, cuñaa, cuñaa a todo pulmón. No dejaba dormir. Este pequeñito Placido Domingo, hizo de mi viaje un tormentoso martes. La mamá buscaba con desesperación como callarlo, y cuando por fin lo logró y me disponía a visitar a morfeo, llego la azafata a servirme no sé si de comer o de cenar, pues hasta la noción del tiempo había perdido. Una vez que estuve con la “barriga” llena, reflexioné más tranquilamente y me di cuenta que, ni la madre ni el niño tenían la culpa de esa situación incómoda, tanto para la madre como para los pasajeros; ni modo, había que aguantarse, pues ni modo de llevar al niño y a su madre en avión privado… Paciencia. Algo muy similar, pero a la vez distinto es cuando los peques lloran en la misa, y no dejan participar de ella a los demás feligreses. Ahí, si se puede hacer algo y a continuación doy algunos tips que cada mamá o papá puede hacer. - Hay iglesias donde hay un lugar reservado para niños de esta edad. Tienen bocinas en estos espacios, están con vidrios que aíslan el ruido, y dentro de estas cámaras hay una bocina que permite que se escuche el mensaje dominical. Utiliza este lugar. Pero alguien me puede decir que esto solo lo ha visto en Estados Unidos, y tiene razón, pero ¿quién dice que este artículo no puede un día leerse en el país de la hamburguesa? - Quédate siempre muy cerca de la puerta del templo, pues si el niño comienza a llorar no batallaras para salir inmediatamente del recinto. - Procura llevarlo cómodo, alimentado, fresco o abrigado según el clima propicio para él. - Llevar pañales, y si tu pequeño pulcro defecó, cambiarlo inmediatamente, pues al rato el ambiente se tornará incómodo, no solo por el llanto, sino por el olor que comenzará a extenderse por el lugar. - No vayas a misa si ves que el niño está enfermo, que es muy inquieto y no tienes con quien dejarlo, si resulta un tanto pesado cuidar al niño y escuchar la Eucaristía… son situaciones que te eximen de este mandato de la Iglesia. Obviamente si puedes ir y dejar encargado al niño sería extraordinario, pero cada situación es diferente. - Puedes tener tu misal mensual o anual, para cuando por una situación no puedas asistir al templo, en la casa se puede leer la palabra de Dios y reflexionarla. He escuchado historias donde el niño está con el cuñaaa y la mamá o papá no hace nada, y el sacerdote les pide que por favor saquen al niño a llorar afuera. Algunos lo asumen maduramente, y otros por el contrario lo toman de pretexto para no volver a misa porque “el padre los corrió” y “le faltó caridad”… Pero, ¿no será más falta de caridad a la asamblea el no dejarla participar en la misa debido al llanto del niño?

Don Arturo Antonio Szymanski Ramírez Por Pbro. Lic. Héctor Colunga colunga46561@hotmail.com

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omo en otras ocasiones, hoy me saldré un poco de la línea del Derecho Canónico y de la familia para expresar por este medio mi afecto por monseñor Arturo Antonio Szymanski Ramírez, con motivo de su onomástico y cumpleaños número 91. Nace de mi corazón un profundo sentimiento de alegría, porque yo fui testigo de que usted vino a esta arquidiócesis para que en nombre de Cristo, fuera nuestro obispo, sacerdote y pastor y se entregara incondicionalmente al servicio del Pueblo de Dios. La ciudad de Tampico lo vio nacer un 17 de enero del año 1922, y a temprana edad sintió la vocación sacerdotal y San Luis Potosí lo recibió en 1937 para que estudiara humanidades en el anexo al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe. Después tuvo que emigrar al Seminario Interdiocesano de Montezuma, Nuevo México en Estados Unidos donde fue ordenado sacerdote el 22 de marzo de 1947, por el señor arzobispo de Santa Fe, Nuevo México, Edwin Vincent Byrne, en la capilla del Seminario de Montezuma. Al poco tiempo de regresar a su tierra natal, fue preconizado obispo de San Andrés Tuxtla el 20 de abril de 1960, y consagrado en Tampico el 21 de junio, por monseñor Ernesto Corripio Ahumada, entonces Obispo de Tampico. El papa Juan XXIII, lo nombró coadjutor y después administrador apostólico de la diócesis de San Andrés Tuxtla, de donde pasó a ser obispo residencial de la misma el 31 de marzo de 1965. En ese tiempo asistió al Concilio Vaticano II. El 12 de octubre de 1968, S.S. Paulo VI lo trasladó a la diócesis de Tampico. Ahí estuvo por más de 18 años. Después, el papa Juan Pablo II lo nombró 11º obispo de San Luis Potosí, el 29 de enero de 1987 y tomando posesión el 17 de marzo siguiente. El 5 de noviembre de 1988, se elevó a rango de Arquidiócesis y fue nombrado primer Arzobispo. En los doce años (1987-1999) que usted estuvo al frente de Arquidiócesis, se estructuró el Plan Diocesano de Pastoral, que se realizó en enero de 1988. Tenía cuidado de visitar todas las parroquias en un año y vigilaba que se cumpliera el plan diocesano de pastoral.

Cuando tomó posesión había 49 parroquias y 17 cuasiparroquias; hasta 1997 se erigieron 34 parroquias y 7 cuasiparroquias más. Hasta 1999, envió a 32 sacerdotes a estudiar al extranjero, dos a Medellín, dos a Bruselas, uno a Pamplona y el resto a Roma. Ordenó a 9 diáconos permanentes y ha ordenado a 131 sacerdotes hasta la fecha. De todos los obispos que ha tenido San Luis Potosí, es el que más ha ordenado. Monseñor Montes de Oca, en su época ordenó 10, en 36 años. El total de sacerdotes ordenados, incluyendo de otras diócesis ha sido de 175; y ha conferido el orden del episcopado a monseñor Lorenzo Cárdenas Aregullín como obispo auxiliar de Tehuacán, ahora obispo emérito de Papantla, y a monseñor Juan Manuel Mancilla como obispo auxiliar de Texcoco, ahora obispo residencial de esa diócesis. Con espíritu generoso y misionero colaboró en otras diócesis y entidades prestando presbíteros, diáconos y seminaristas a las arquidiócesis de Chihuahua, de México y de Santa Cruz en Bolivia. A las diócesis de Ciudad Juárez, Campeche, Lázaro Cárdenas, Tarahumara, San Cristóbal de las Casas, Prelatura de El Salto. En Roma al Colegio Mexicano y en el servicio de esa casa a la Comunidad de los hermanos de Jesús y posteriormente a los Discípulos de Jesús y también mandó a dos sacerdotes a la parroquia de San Melquíades, y dos sacerdotes a la Conferencia del Episcopado Mexicano. En su época llegaron a esta Arquidiócesis 14 comunidades religiosas y se aprobaron dos congregaciones de derecho diocesano y dos comunidades como Asociación Pública de Fieles; cuatro hermanas se consagraron como vírgenes cristianas. Ha tenido como principio y opción preferencial el cuidado y la atención a sus sacerdotes y suele asistirlos en sus momentos de alegría y también de pena y dolor. Suele ir a todas las ordenaciones episcopales y los traslados de obispos. Dios le recompense todo el bien que ha hecho a las iglesias particulares donde estuvo y siga siendo ejemplo para las futuras generaciones. Muchas felicidades. Hasta la próxima.


El hombre y la vela Canónigo José Ma. Ortega Robles

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Breve introducción al mensaje final del Sínodo de los Obispos para la nueva evangelización

a vela alumbra la oscuridad de la noche, se consume poco a poco; si hace aire se chorrea. La vela disipa las tinieblas; enseña los caminos por donde podemos pasar seguros en la noche sin sufrir golpes. Así es la vida del hombre, se gasta lentamente, se chorrea si viene un viento; una enfermedad, un dolor, y peor todavía si sufre un accidente que puede apagar su vida.

espués de tres semanas de intercambio de opiniones y consultas con expertos eclesiales, la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos aprobó por unanimidad, el mensaje final de esta histórica

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La vida del hombre también debe ser luz para las almas; por su fe, su buena conducta, su carácter, su buena voluntad para todo lo bueno hasta que se consuma y tenga que apagarse. La vida del hombre, en una palabra, debe iluminar la vida de otros hombres.

Aunque no se trata del fruto final del Sínodo, este mensaje servirá de base a la exhortación post sinodal que el Papa Benedicto XVI publicará próximamente.

La vida de los santos, de los héroes de la Patria, ha sido luminosa para muchos hombres. ¿Qué haríamos sin la luz del sol en el día y sin la luz de lámparas eléctricas o velas en la noche? Nos daríamos mil frentazos, nadie podría caminar ni trabajar, no habría ningún progreso.

Por Pbro. José Antonio Martínez Ortiz

cita.

Los responsables de presentar el texto a la prensa, fueron el arzobispo de Florencia (Italia), cardenal Giuseppe Betori; el arzobispo de Montpellier (Francia), monseñor Pierre-Marie Carré; y el arzobispo de Manila (Filipinas), monseñor Luis Antonio G. Tagle, quienes conforman la comisión para la elaboración del mensaje.

Hay otra luz, la luz Divina; es el ejemplo de Cristo, su doctrina es el cirio mayor, como el Cirio Pascual, que viene a ahuyentar las tinieblas. Su luz no se acaba, durará hasta el final de los tiempos. Bendito sea Dios, que hizo la luz desde el principio, como lo relata el Génesis en el capítulo primero.

Monseñor Betori señaló que se trata de un mensaje “ante todo alentador y de exhortación”, y que en la transmisión de la palabra del Evangelio, los cristianos “no podemos tener miedos, porque si los tuviéramos negaríamos la existencia del Cristo”. Además, explicó que para la elaboración del texto siguieron un proceso de votación de comunión, en el que no hubo mayorías ni minorías, y recordó que el objetivo del mensaje en sí mismo, debe esperar a la exhortación apostólica, que deberá ser firmada previamente por el Papa Benedicto XVI. El mensaje del Sínodo incluye como novedad unas palabras dedicadas a la Iglesia en los diversos continentes del mundo, y sus respectivas regiones. “Nos llama la atención en particular como se han desarrollado a través de los siglos en vuestros países formas de piedad popular fuertemente enraizadas en los corazones de tantos de vosotros, formas de servicio de la caridad y de diálogo con las culturas. Ahora, frente a los desafíos del presente, sobre todo la pobreza y la violencia, la Iglesia en América Latina y en el Caribe los exhortamos a vivir en un estado permanente de misión, anunciando el Evangelio con esperanza y alegría, formando comunidades de verdaderos discípulos misioneros de Jesucristo, mostrando con vuestro testimonio como el Evangelio es fuente de una sociedad justa y fraterna. También el pluralismo religioso interroga a vuestras Iglesias y les exige un renovado anuncio del Evangelio”, expresaron los 262 obispos al dirigirse hacia América Latina. El mensaje total recorre a través de 11 páginas, 14 puntos básicos para anunciar el Evangelio. Entre ellos, destaca el saciar el deseo más profundo del corazón; el encuentro personal con Jesucristo en la Iglesia; la escucha de las Escrituras; evangelizarnos a nosotros mismos y disponernos a la conversión; reconocer en el mundo de hoy nuevas oportunidades de evangelización. También se refiere a la aplicación de la evangelización a la familia y la vida consagrada; el camino para que los jóvenes puedan encontrarse con Cristo; el contemplar el misterio y ser cercanos a los pobres; y no olvidar la figura de María como la estrella que nos ilumina en el desierto.

Hagámonos de palabras

En este frío es necesario ir al balneario

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odo comenzó en aquella región en donde una noble loba alimentaba a dos párvulos hombrecitos, pero tiempo después se forjaría una ciudad colosal. El Imperio romano tenía una sana debilidad por la higiene, por lo que dentro de su estructura arquitectónica-social, existían las termas, éstas eran un complejo de salas en donde se daban diferentes servicios y/o usos, pasando por aire caliente para trasudar, baño muy caliente para la limpieza y una ducha con agua fría para lograr una tersura en la piel, pero no acababa allí, le secundaba el masaje y fricciones en el cuerpo, ¿se le antoja? Por muy familiar que parezca, a los ahora llamados spa, estos no son más que modernas termas, prueba de ello es que aún se conservan en algunos idiomas este origen, aunque paulatinamente las modas, la globalización, la comida rápida y los “paisas” le han dado el nombre de spa (dicen que viene de salutem per aquam, salud por medio

del agua, y escribo “dicen” porque no lo creo probable), a los balnearios. Tal como lo lees, balnearios; y en los idiomas italiano y portugués es traducido como: terme y estância termal, respectivamente. Y en nuestro español pasó como balneario, ¿cómo sucedió? Las Termas, como ya lo mencioné, se integraban de salas y esta unión de salas, tales como: la concamerata sudatio (cámara para sudar), balneúm, frigidarium y más se les asignaba el nombre de balneuro, y sumando el sufijo ario (lugar donde hay) tenemos Balneario. Recuerda que del latín balneum llega la palabra baño; no obstante un baño pequeño y no como el de las termas, además estos lugares contaban con bibliotecas y jardines −como los balnearios de hoy−. También son famosas las termas por su cabal batalla, la batalla de las termopilas, pero eso es otro lío que nada tiene que ver con el antojable viaje al balneario.


Los libros y sus autores

07 Por Mtro. Luis Marino Moreno F.

Ética para Corruptos Una forma de prevenir la corrupción en los gobiernos y administraciones públicas Urdiluz, Desclee De Brouwer, 2009, 158 páginas

É

tica para corruptos indaga sobre las causas que impulsan gobernantes y funcionarios de la administración a realizar prácticas corruptas; también destaca la importancia de la ética en el servicio público para hacer frente a la pandemia de la corrupción y a los diversos contravalores que afectan la vida pública, al mostrar que la ética en el servicio público es posible, y que su aplicación mediante una política de Estado es, además rentable. El libro, por su relevancia social, resulta de interés para diversos perfiles profesionales: políticos y funcionarios públicos, quienes viven y padecen las prácticas corruptas; investigadores y profesores de disciplinas tales como Derecho, Política, Administración Pública, Relaciones Internacionales, entre otras; y para estudiantes y ciudadanos en general, cuya formación como aspirantes a ocupar cuadros en política será más sólida si se acompaña de valores éticos de servicio público.

CIUDAD DEL VATICANO.- En su primera catequesis de éste 2013, de la audiencia semanal del Papa dijo que “este tiempo, trae un anuncio siempre nuevo y esperanza y gozo a nuestro corazón, porque cada vez nos da la certidumbre que aunque a menudo nos sentimos débiles, pobres e incapaces frente a las dificultades y a los problemas del mundo, el Espíritu de Dios actúa justamente en la debilidad, su gracia es nuestra fuerza’’. CIUDAD DEL VATICANO.- En su discurso al Cuerpo Diplomático acreditado ante la Santa Sede, en el que suele hacer a comienzos del año una revisión general del “estado del mundo”, el Papa Benedicto XVI exhortó a trabajar por la paz y precisó que el olvido de Dios, en lugar de su glorificación, engendra la violencia. El Pontífice indicó que “a veces hoy se nos hace creer que la verdad, la justicia y la paz son una utopía y que se excluyen mutuamente. Parece imposible conocer la verdad y los esfuerzos por afirmarla parece que desembocan con frecuencia en la violencia”. “Por otra parte, y de acuerdo con una concepción muy difundida, el empeño por la paz consistiría en una búsqueda de compromisos que garanticen la convivencia entre los pueblos o entre los ciudadanos dentro de una nación. Desde el punto de vista cristiano, por el contrario, existe un vínculo íntimo entre la glorificación de Dios y la paz de los hombres sobre la tierra, de modo que la paz no es fruto de un simple esfuerzo humano sino que participa del mismo amor de Dios”. LINCOLN, N.- Mons. James D. Conley, señaló que la comunidad latina en Estados Unidos aporta un “fuerte sentido familiar y un gran amor a la fe católica, a los sacramentos y a la Virgen María”. Tras recordar que más de la mitad de los católicos en el mundo viven en América Latina, el Prelado hizo un llamado a todos sus compatriotas a “trabajar juntos porque mientras más seamos, será más grande el impacto que haremos en el mundo”.

El obispo dijo también que busca utilizar las gracias y dones del Año de la Fe para llevar un mensaje de esperanza y verdad al Sur de Nebraska, donde hay una gran cantidad de fieles y la fe católica es cada vez más fuerte.

Oscar Diego Bautista Doctor por la Universidad Complutense de Madrid. Fue Profesor de la Universidad Autónoma de México. Autor del libro La Ética en los Servidores Públicos, así como artículos sobre cuestiones de ética pública y buen gobierno en revistas especializadas españolas y americanas.

MEXICO.- El escritor mexicano Arturo Zárate publicó recientemente, de la mano de Ediciones De Buena Tinta, “Ensayo sobre las Virtudes Cardinales”. Zárate es docente de El Colegio de la Frontera Norte en Matamoros (México), egresado de la Universidad de Wisconsin, de la Universidad de Navarra y de la Universidad de Monterrey. Se ha especializado en la cultura y la política fronteriza entre México y Estados Unidos.

 “Ensayo sobre las Virtudes Cardinales” no está solamente dirigido a gobernantes o políticos, sino a todo público, pues plantea el crecimiento personal en las virtudes cardinales para contrarrestar los graves flagelos que padece la humanidad y para saciar el anhelo profundo de felicidad del corazón humano. MÉXICO.- El cardenal Norberto Rivera Carrera dijo que en la historia de los Reyes Magos hay un amplio simbolismo relacionado con nuestra fe, lo que es más relevante en este tiempo, cuando la Iglesia celebra el Año de la Fe. Explicó: que Cristo sigue presente en medio de nosotros, pero que es necesario buscarlo: “La fe en Cristo ciertamente es un regalo, un don, que Dios nos ha hecho llegar por caminos diversos… La fe es algo vital, algo que invade todo nuestro ser, desde el entendimiento, hasta la práctica, pasando por la voluntad y el corazón. Es ver, sentir, querer y hacer las cosas al estilo de Cristo, como Cristo nos ha enseñado en su Evangelio… La fe es algo dinámico, una experiencia de crecimiento continuo en el conocimiento y en la realización de los planes de Dios sobre nosotros”, agregó. SAN LUIS POTOSÍ.- Hace algunos años, el presbiterio tenía la costumbre de concentrarse, en torno al 12 de enero de cada año, junto al monumento, conocido como la “Caja del agua”, para peregrinar hacia el santuario de la Nuestra Señora de Guadalupe. Esta bonita actividad se ha retomado con la llegada de don Carlos Cabrero, Arzobispo de la Arquidiócesis. Todo el presbiterio caminó por la calzada de Guadalupe, como lo hacen tantas personas que aprovechan para rezar el Rosario, de ésta manera, también los presbíteros hicieron el recorrido y con ello encomendar su ministerio y su actividad pastoral.


Jesús, hijo del Padre y ungido por el Espíritu “Como el pueblo estaba a la expectativa y todos se preguntaban si Juan no sería el Mesías, él tomó la palabra y les dijo: «Yo los bautizo con agua, pero viene uno que es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de desatar la correa de sus sandalias; Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Todo el pueblo se hacía bautizar, y también fue bautizado Jesús. Y mientras estaba orando, se abrió el cielo y el Espíritu Santo descendió sobre Él en forma corporal, como una paloma. Se oyó entonces una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta toda mi predilección»” (Lc 3,15-16. 21-22).

No te distraigas Por Pbro. Margarito de la Torre

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ra una misa muy solemne. La gran cantidad de acólitos, que se arremolinaban en torno a sus vestimentas, impedían al sacerdote acercarse para tomar su ornamento. Ya casi era hora de iniciar la procesión. Curiosamente, la sacristía improvisada estaba al otro lado de la calle, frente a la entrada principal del templo. Los acólitos terminaron de revestirse, iniciaron la procesión y, olvidándose de los sacerdotes, pronto desaparecieron al otro lado de la calle. Por fin el Padre tuvo acceso a su ornamento, lo tomó y se lo llevó entre las manos. La procesión no entró por la puerta principal sino por una lateral. Los padres se detuvieron en la puerta, ante un tablero electrónico en donde se podían ver las lecturas de la misa, en diferentes idiomas, con solo oprimir un botón, de lo cual se maravillaron. Comenzaron a ver en cuántos idiomas estarían y, en forma de broma preguntó uno al otro: ¿en qué lengua vamos a celebrar? También había allí varios ornamentos, como para elegir quien presidía la Santa Misa. El tiempo pasó sin que los Padres lo advirtieran. De pronto uno de los sacerdotes reaccionó y le dijo al que todavía tenía el ornamento entre las manos, sin decidirse a ponérselo, o a tomar otro: “¡ya faltan veinte para las seis!”. La misa debía haber comenzado a las cinco y aquel templo es de los que tienen misa cada hora los domingos y días festivos. Cualquier parecido con la realidad será mera coincidencia y, sin embargo, pueden darse casos semejantes a lo que acabamos de narrar. A veces pasamos el tiempo en diversiones, distracciones, y dejamos de hacer lo esencial por cosas superfluas. Claro que es bueno el esparcimiento, la recreación, pero que no se nos vaya en eso la vida. Podemos hacerlo cuando se ha dispuesto un tiempo para eso, no cuando tienes una obligación qué cumplir; bueno, eso creo. Aprovechemos el tiempo que tengamos de vida pues de lo contrario, la vida se nos va.

Según san Lucas Jesús tenía como treinta años cuando inició su ministerio, y justo su bautismo parece ser el comienzo de su vida pública. Este evento constituye su manifestación pública en los evangelios sinópticos. Por lo tanto, dicho evento no es un evento común, es el punto de partida de la era de Jesús, de ahí que, al salir del agua, interviene el Padre y el Espíritu Santo. El Padre y el Espíritu actúan con Jesús. Es difícil que encontrar algo tan expreso en los otros dos Evangelios sinópticos: la estrecha unión de Jesús con el Padre y la posesión del Espíritu Santo. La relación con el Padre queda manifiesta de modo programático, desde que Jesús es encontrado en el Templo, la casa de su Padre, cuando responde a su angustiada mamá: “¿no sabían que debo estar en la casa de mi Padre?” A partir de ahí, es innegable que, más que en ningún otro Evangelio, incluido el de Juan, Jesús aparecerá en distinguidos coloquios orantes con su Padre con muy notoria y significativa frecuencia. Su vida es orar. Su Padre nunca lo abandona, y su expiración en la cruz es muy pacífica, san Lucas lo entiende como un pasar a los brazos del Padre: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”. La enseñanza de la oración es muy frecuente en san Lucas. Esta es una señal de lo que fue la vida orante de Jesús, como expresión de un ministerio sostenido por el Padre. Los discípulos, a pesar de

pertenecer a la tradición orante del pueblo bíblico, se cautivan con la manera como Jesús oraba y le suplican que les enseñe a orar. Por otra parte, las parábolas sobre la oración, exclusivas del evangelio lucano, muestran también el corazón orante de Jesús que desea que sus discípulos vivan la misma estrecha relación con el Padre celestial. La relación con el Espíritu Santo también queda solemnemente expresada en un texto programático, quizá más reconocido que los otros. Se trata de la visita de Jesús a Nazaret y su participación en la liturgia de la sinagoga, al inicio de su ministerio, cuando declara “Hoy se ha cumplido este pasaje de la Escritura que acaban de oír,” el texto proclamado afirmaba: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”. Al igual que la oración, la cual expresa la unión de Jesús con el Padre, san Lucas deja en claro que Jesús tiene la unción del Espíritu, el cual lo llena y lo conduce. Así, la escena del Bautismo de Jesús, evento inaugural de su ministerio, no sólo es una manifestación de la identidad de Jesús como hijo del Padre celestial y como poseedor del Espíritu, sino que dichas realidades quedarán manifiestas en el desarrollo de su vida y su ministerio.

Las distracciones pueden provocar que pasen inadvertidas las maravillas de Dios ante nuestra vida o que, teniendo grandes cualidades, también obra de Dios, no sepamos disfrutar de ellas, para nuestro bien y el de los demás. Leí, a propósito del tiempo, no sé dónde ni cuándo, que si robas dinero, tienes la posibilidad de retribuirlo, pero si robas el tiempo nunca podrás devolverlo. Debe ser un arte aprovechar bien el tiempo; es cuestión de virtudes; hay que cultivarlas; de manera especial, aquí, el discernimiento y la voluntad. Pero no sólo puedes robar el tiempo a otra persona, puede ser a tu propia vida. Podemos perder el tiempo, o hacer cosas útiles, ciertamente, pero que descuidemos lo esencial. A qué llamo lo esencial: a todo aquello que sea de provecho para tu propia salvación y la de los demás. Tal vez nos ayude a pensar si en lo que hacemos el protagonista es Dios o nosotros; porque la salvación es obra de Dios; ciertamente con la propia participación, pero es Él quien tiene la iniciativa y nos da los medios. Me hace pensar el hecho de que muchos grandes santos hayan vivido pocos años, como santa Teresa del Niño Jesús, pero que hayan hecho tanto bien a la humanidad, mientras muchos vivimos más tiempo y menos bien hacemos. Que Dios nos ayude; o como dice un hermano sacerdote: “Dios nos ayude y nos agarre confesados”.


VICARIOS


Cd. Fernández honra al Dulce Nombre de Jesús Por Luz Elena González

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ste 4 de enero, iniciando un año nuevo, la comunidad parroquial de Cd. Fernández, SLP, honra el Santísimo y Dulce Nombre de Jesús, Santo patrón de este lugar y se le festeja con una novena de misas y entradas de cera en donde participan las comunidades que conforman esta parroquia, así como comerciantes, taxistas, camioneros, charros, grupos y movimientos, que agradecidos con Dios nuestro Señor, acuden a Él para poner en sus manos su trabajo y esfuerzo del año. El viernes 4 en punto de las doce horas, tuvimos la visita de nuestro Pastor el señor arzobispo don Jesús Carlos Cabrero Romero, quien acompañado del señor cura Francisco Correa, del padre vicario Ismael Nava, del Presidente Municipal y de fieles recorrieron algunas calles de la Ciudad para llegar al templo parroquial a la Concelebración Eucarística en honor del “Dulce Nombre de Jesús”, en donde lo esperaban cientos de fieles y con aplausos le dieron la más cordial de las bienvenidas. El señor arzobispo agradeció la invitación para presidir esta fiesta, saludó a los sacerdotes, a las autoridades municipales y a los feligreses, deseándoles un feliz año nuevo en el Señor.

“El nombre indica el ser de la persona, su identidad y habla de lo que se espera de esa persona. Jesús fue el nombre escogido para el Hijo de Dios; le pondrán Jesús, porque Él salvará al mundo de sus pecados.

“¿Se han preguntado por qué esta parroquia lleva el nombre de “Dulce Nombre de Jesús? Considero estas razones: Hubo un tiempo en el que se le conocía como Villa del Santo Nombre de Jesús, y este nombre guarda gran riqueza y debemos valorarlo, desde el Evangelio y con nuestro vivir y actuar. No debemos olvidar nuestro origen cristiano y el rumbo de los padres que nos dieron la fe, ya que en esta fe fuimos bautizados. Si nuestro origen partió de la fe pregúntemonos: ¿Qué es de mi vida? ¿Qué llevas en tu mente marcado con este nombre, tus pensamientos, palabras y obras? Preguntémonos esto cada día.

San Mateo dice que el hombre necesita ser salvado de la violencia y hoy necesita ser perdonado y amado, la salvación, la fraternidad y la comunión, bienes que solo el Señor nos va a conseguir. Ahora nos hemos hecho flojos, destruímos y matamos y no solo la naturaleza sino nuestra propia vida con adicciones. Recordemos que desde la erección de nuestra parroquia el 1 de mayo de 1904 fuimos encomendados el “Dulcísimo Nombre de Jesús”, Hoy muchos hermanos están muriendo de hambre, pero de hambre de Dios, así que tenemos la tarea de darlo a conocer”.

Fiesta Patronal en la

Parroquia de la Sagrada Familia de Nazareth Por LCC Angélica Maldonado Morales

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a Iglesia celebra la festividad de la Sagrada Familia de Nazareth en el marco de la Navidad, para que veamos la importancia que tiene el que el Hijo de Dios, nuestro Señor Jesucristo, naciera, creciera y se desarrollara en el seno de una familia y de ahí saliera a ejercer su misión. “Jesús, María y José forman una familia modelo, en ellos todo estaba sometido a Dios, pero nuestras familias están en crisis y seguirán estándolo mientras exista entre muchos esposos y hermanos divisiones, mientras se den divisiones entre padres e hijos, y seguirán mientras no nos atrevamos a tener como ejemplo a ellos”. Así lo señaló enfático nuestro pastor, monseñor Jesús Carlos Cabrero Romero, el pasado 30 de diciembre del 2012, en la Parroquia de la Sagrada Familia de Nazareth ubicada en la colonia Lomas 4ª sección, donde fue recibido por el párroco, padre Fran-

cisco Antonio Salazar Valdéz quien recibió al señor arzobispo y le pidió que en el marco de esta magna festividad que le impusiera la cruz de ministros extraordinarios de la sagrada Comunión a varios fieles amantes de Jesús Eucaristía que le apoyarán en este bello apostolado. Indicó nuestro señor azobispo con un dejo de peocupación: “Ahora se empeñan en hacernos creer que el hombre es un lobo para el hombre por esa violencia de derechos que se ha desatado, pero debemos decir no, el hombre no es lobo para el hombre sino que está llamado a ser hermano. “Miremos por la familia humana, ensanchemos el valor de la familia, cambiemos el modo de ver a los demás, no tenemos ni por qué destruir ni la vida ni la fama de los demás. Somos hermanos y venga de dónde venga, no lo miremos como rival o como amenaza”. enfatizó el arzobispo.


ENERO 13 DE 2013

Se vivió intensamente la Prepascua Nacional Juvenil 2013 “Jóvenes, ábranle su corazón de par en par a Cristo Bendito” Por LCC Angélica Maldonado Morales

B

ajo el lema: “Cristo vive, comparte tu fe con alegría” los días 4, 5 y 6 de enero del 2013 se llevó a cabo la Prepascua Juvenil 2013, donde se dieron cita más de 25 sacerdotes asesores de DIPAJ (Dimensión de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes), provenientes de cada diócesis de todo el país y cientos de jóvenes llenos de profunda y evidente emoción por dar a conocer el Evangelio de Cristo. La Sede de este evento fue San Luis Potosí, y se realizó en las instalaciones del Instituto Salesiano Carlos Gómez, bajo la acertada organización del titular de DIPAJ de la arquidiócesis potosina, padre Oswaldo Esquivel Castillo a quien le tocó ser el anfitrión para atender a innumerables jóvenes entregados al amor de Cristo y al servicio de su Iglesia, así como a sacerdotes que enriquecieron en gran medida este encuentro.

Los jóvenes llenos de entusiasmo y amor apasionado por Cristo, se dieron a la tarea de disfrutar al máximo de esta Prepascua Juvenil 2013 que convocó a cientos de jóvenes a nivel nacional. Ellos se prepararon no sólo espiritualmente, sino también de forma integral para ser los “PROMOTORES Y ENAMORADOS DE CRISTO”, para lo cual se les impartieron un gran número de temáticas, dinámicas, conferencias, reflexiones, juegos, cantos y ejercicios espirituales para que se consolidaran como fieles discípulos de Cristo y audaces misioneros reforzando sus conocimientos y aumentando su fe. En la clausura que fue el pasado domingo 6 de enero del 2013, pudieron escuchar el mensaje de nuestro pastor, don Jesús Carlos Cabrero Romero, quien les dijo: “Dejen que la Palabra de Dios penetre en lo más profundo de su corazón, ábranle las puertas de su alma de par en par y nunca se desvíen

de sus mandamientos. Nunca le den la espalda a Cristo ni se aparten de Él, pues de otra forma no podrán ser verdaderamente felices; se es feliz cuando caminamos con Cristo, cuando hacemos vida nuestra fe en plenitud con acciones que al Señor le agraden, no cuando vivimos sumergidos y esclavizados por el pecado”. “No pueden ni deben olvidarse nunca de Cristo, que los llamó para que tuvieran un encuentro auténtico con Él y para que siempre estuvieran apegados a su amor”. Nuestro Pastor, exhortó a los jóvenes a ser portadores de fe, de amor y de esperanza, a vivir libres de todo pecado que los pueda apartar de Dios en este tiempo en el que tal parece que predominan los antivalores. Les pidió que no se alejaran de sus sueños, metas, planes, propósitos y grandes proyectos que los lleven a autorrealizarse como seres humanos y como cristianos auténticos. Les aconsejó sabiamente que pusieran sus dones, cualidades, virtudes y carismas al servicio de Dios sin límites, “pues Él no dejará sus esfuerzos sin premiar. ¡Eso ténganlo por seguro!”— dijo nuestro Pastor. Esta Prepascua se tornó un trabajo muy eclesial porque todos –sacerdotes, jóvenes de todas las diócesis, parroquias y templos-, trabajaron en conjunto, con un espíritu de amor fraterno en el que demostraron que la Iglesia tiene fe viva, alegre y entusiasta para ser misionera y discípula como lo marca nuestro IV Plan Diocesano de Pastoral. Cabe señalar que durante 2 días se contó con la presencia del obispo titular de la Dimensión del Episcopado Mexicano de Pastoral de Adolescentes y Jóvenes (DEMAJ), Mons. Héctor Luis Morales Sánchez, así como del Padre Salesiano, Hugo Orozco, encargado de las Prepascuas a nivel nacional.



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ENERO 13 DE 2013

Amores telemáticos

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desinhibición total. La fantasía está a salvo y, al no haber contacto físico, tampoco existe la posibilidad del contagio del virus». El ideal es hacer de todo, sentirlo todo, pero con la seguridad absoluta de que nada pasará.

l amor en los tiempos del cólera hizo nacer una novela (y Gabriel García Márquez fue su autor), pero los tiempos del sida han hecho nacer muchas otras clases de amores. Uno de ellos es el amor telemático. Según lo dice su nombre, el amor telemático es un «amor de lejos» (el prefijo griego tele significa lejanía). Ahora bien, como mexicano que soy, no preciso de elevados argumentos para calificar esta nueva manera de amar, pues me es suficiente con citar un dicho muy conocido entre nosotros, aunque me abstendré de hacerlo para seguir adelante. Puesto que es un amor de lejos, el amor telemático es al mismo tiempo un amor mediado. Esto quiere decir que entre uno y otro de los «amantes» está siempre un medio de comunicación: se trata, pues, de un amor sin encuentros personales. Los amantes no tienen contacto físico, pero se contactan: es decir, se ponen de acuerdo para utilizar a la misma hora el mismo medio de comunicación, como confiesa haber hecho Bill Gates, hasta hace poco el hombre más rico del mundo, en su precoz autobiografía (Camino al futuro): «He tenido una relación con una mujer de otra ciudad. Nos intercambiábamos mensajes a través del correo electrónico. Inventamos incluso una manera de ir juntos al cine: escogíamos una película proyectada a la misma hora en nuestras respectivas ciudades. Durante el trayecto al cine conversábamos a través de nuestros teléfonos celulares. Asistíamos a la misma proyección y, de regreso, retomábamos nuestros celulares para comentar la película». ¿Conocía Bill Gates personalmente a esa mujer? No lo sé, pero no me extrañaría nada que ni siquiera la hubiera visto una sola vez en su vida, pues es común en este tipo de amores que los amantes desconozcan incluso sus nombres verdaderos. «No podía echarme para atrás. Lo que habíamos descubierto una del otro (de la otra) era demasiado profundo, demasiado esencial para nuestras vidas y para nuestras identidades». Así se expresó una mujer que durante varios meses había estado alimentado un romance telemático con un ser que al final resultó ser… ¡otra mujer! ¿Cómo pudo nacer una cosa tan extraña? El amor, al menos como lo conocimos hasta hace poco, era incapaz de prescindir de eso que san Juan de la Cruz llamó la presencia y la figura. Pero el amor telemático prescinde de la presencia, de la figura, del nombre y hasta de la existencia del sujeto que se halla en el otro polo del canal. El amor telemático, para decirlo ya, es un amor que por miedo al contagio de los virus que infestan los caminos de esta vida, ha preferido depositar la botella que guarda su mensaje amoroso en las olas infinitas del mar electrónico. ¿Quién la recogerá? ¿A qué playa lejana irá a dar?

En 1999, la Carnegie Mellon University, tras un sondeo entre miles de estudiantes, concluyó que «el uso excesivo de Internet genera soledad y depresión». Si esto es así, dejará todavía más solas y deprimidas a las personas que buscan entre sus olas a alguien a quien querer, pues el amor no es solamente un intercambio de palabras atrevidas, sino aquello que nace del conocimiento, el tiempo compartido y los encuentros cara a cara. Esto lo sabía ya Séneca, el filósofo estoico, en el siglo I de nuestra era, pues escribió así a su amigo Lucilio en una de sus famosas Cartas: «Aunque es verdad que el amor puede compensar la distancia, nada puede ser comparado con el calor del contacto físico y el placer de la conversación. Te ruego, pues, que me hagas este grandísimo regalo: tu presencia». Regalo que, por lo demás, es el único que no quieren hacerse los amantes telemáticos, esos seres desinhibidos en el ciberespacio pero cobardes en la realidad. ¿Qué es lo que temen: sólo el contagio de un virus? Sí, pero también algo más: temen al otro, pues toda relación real –es decir, no puramente virtual- implica desgaste de energía y, por supuesto, compromiso. Lo que se busca es experimentar las dulzuras del amor pero sin tener que vérselas con lo amargo de la cáscara que lo envuelve; se quiere huir de la soledad, pero sin tener que lidiar con una compañía que podría con el tiempo volverse demasiado cargante o fastidiosa. Esto lo expresó muy bien un joven inglés de 26 años de edad cuando confesaba hace poco a un periodista: «Prefiero mil veces las citas en Internet a las citas en bares o cafés. Porque si algo empieza por no gustarme, me basta con apretar la tecla cancelar, cosa que sería del todo imposible en un encuentro directo». De este modo la seguridad afectiva está a salvo. Y la soledad también. Es claro que el amor telemático no renuncia a la relación erótica, sólo que ésta es practicada aquí de una manera puramente virtual. «Lo que caracteriza a la seducción de hoy –escribe Vanni Codeluppi, un teórico de las nuevas tecnologías informáticas-, es la toma de distancias. Las personas se conocen solamente mediante un nombre en clave y hablan de amor y sexo a través de las terminales del video. No tanto para poder encontrar después a aquellos con quienes se dialoga, cuanto por activar una seducción en la que todo lo dicho en la pantalla toma el puesto del sentir, del tocar y del ver en persona. Y el anonimato, el no saber nada el uno del otro, ni siquiera el verdadero sexo de pertenencia, permite una

¿Tenía razón don Benito Pérez Galdós cuando escribió en La loca de la casa:

«El verdadero amor, el sólido y durable, nace del trato; lo demás es invención de los poetas, de los músicos y demás gente holgazana»? Júzguelo el lector.


El derecho romano en la vida cotidiana Persona, Cabeza, Abdicar, Hijos naturales. Lustro, Hacienda y Proletariado. (Quinta parte)

Por Mtro. José Ricardo García López

PERSONA La palabra persona, estrictamente hablando, es postiza al hombre porque no hace referencia a su naturaleza, a su configuración física o psíquica, a su manera de actuar etc., sino a una circunstancia externa a él contemplada por el derecho. Porque si analizamos sus componentes, encontramos con que dicha palabra esta compuesta por la partícula per que podemos traducir como por medio de o liza y llanamente por la misma partícula castellana por y el verbo sonare que significa sonar, hacer ruido, y si traducimos la expresión completa nos resulta sonar por o por medio de o también, hacer ruido por medio de. Estas dos palabras unidas, persona, sirvieron para designar a las máscaras que los artistas, tanto griegos como romanos utilizaron en el teatro, que como se recordará, era siempre, al aire libre, así la máscara servía como una bocina que aumentaba la intensidad del sonido de la voz y la voz se oía más clara. Luego por extensión se le dio el nombre de persona o máscara al artista que utilizaba la máscara. Los jurisconsultos tomando en consideración esta circunstancia reflexionaron y, tal vez, dijeron: el hombre desde el punto de vista del derecho, desempeña un papel en la sociedad que es necesario, sea regulado por el derecho, pues el hombre desempeña el papel de padre de familia, de hijo, de deudor, de acreedor, de esposo, de siervo, por lo tanto el hombre desde el punto de vista del derecho desempeña varios papeles o puede desempeñarlos tal como lo hace un artista en el teatro por lo tanto el hombre desde el punto de vista del derecho es una persona. CAPUT Cabeza, Capítulo, Cabildo, Capitán, Capitel En Roma, para ser persona en derecho, no bastaba el nacimiento del ser humano sino que debían reunir tres elementos o status que eran: status libertatais, status civitatis y status familiae (tener la libertad y no ser esclavo, ser considerado por el derecho como ciudadano y poseer una familia o ser padre de familia). Por lo tanto, el individuo que tiene estos tres elementos tiene la caput (esto puede traducirse como la capacidad), es decir, aquello que le es capital o fundamental a un hombre que vive en la ciudad de Roma. Caput también significa cabeza, es decir la parte principal del hombre. De caput derivan: Cabildo (la parte principal de un ayuntamiento), Capítulo (la parte principal de una comunidad religiosa, o la parte principal de un libro; Capitel (la parte principal de la columna) etc. DICATIONE Abdicar, Abdicación La ciudadanía romana se pierde por diversas causas como son: a) por todas las causas de reducción a la esclavitud, pues la pérdida de la libertad arrastra la pérdida de la ciudadanía; b) por efecto de ciertas condenas como la interdicción del agua y del fuego y la deportación que reemplaza la interdicción del agua y del fuego en la época de Tiberio y finalmente c) por Dicatione, es decir, cuando se abandonaba voluntariamente la patria para hacerse ciudadano de otra nación extranjera. Por lo que Dicatione es lo que ahora decimos abdicación o abdicar.

HIJOS NATURALES En Roma existen dos tipos de parentesco, el civil que se llamaba agnatio o agnación y el parentesco natural que se llama congnatio o congnación. El parentesco civil o agnación es el reconocido por el estado y es el que más importa al ciudadano romano porque es el que le da derecho a heredar. Si un ciudadano romano procreaba un hijo con una mujer, aún cuando esta fuera patricia pero distinta a su matrimonio civil tenía con su hijo el parentesco cognático o cognaticio, diríamos ahora: consanguineo pero no tendría el reconocido por el estado por eso es que esos hijos pasaron a llamarse naturales porque sólo tenían el parentesco que da la naturaleza pero no el derecho civil . Y nunca como algunas personas han querido hacer creer como contrario el término natural a artificial. Para el ciudadano es más importante el parentesco agnaticio o agnático porque ya dijimos le da derecho a heredar y podía darse el caso que un Romano que tuviera hijos pero estuviera soltero, sus otros parientes y no sus hijos tenían el derecho preferente para heredar. EL CENSO Lustro Tarquino Prisco, el quinto de los siete reyes de Roma, que reinó del año 616 al 579 antes de Cristo, tuvo grandes dificultades económicas para satisfacer los gastos de la administración pública en virtud de que por las guerras para conquistar la península itálica se erogaban fuertes sumas de dinero. Para recabar fondos determinó proponer al Senado la creación de nuevas tribus compuestas por los plebeyos ricos, lo que suponía aumentar el número de senadores. Una vez que expuso su idea en el senado romano, los miembros de este cuerpo rechazaron la idea aduciendo que no era posible que los patricios se revolvieran con los plebeyos como si fueran animales, lo único que fue aceptado fue la creación de tribus de segunda formadas por los plebeyos, pero siempre supeditados a los patricios, para que también ellos aportaran dinero a manera de impuestos. Los nombres de estas tribus fueron Ramneses secundi, Luceres secundi y Titienses secundi; según la tribu de patricios de la que estuvieran dependiendo, es decir eran ciudadanos de segunda. Muerto Tarquino Prisco, subió al trono Servio Tulio (579 a 534 antes de Cristo), y el problema económico persistía, por lo que este monarca trató de evitar las objeciones esgrimidas en contra de los argumentos de su antecesor, por ello aprovechó el censo que ya existía como una ceremonia religiosa mediante la cual todo jefe de familia debía ser inscrito en la tribu donde tenía su domicilio, y se hallaba obligado a declarar bajo juramento, al inscribirse, el nombre y la edad de su mujer y de sus hijos, así como el importe de su fortuna, dentro de la cual figuran sus esclavos. Aquel que no se sometía a esta obligación era un incensus, insensato y era castigado con la esclavitud y sus bienes confiscados. Las declaraciones estaban inscritas en un registro, donde cada jefe de familia tenía su capítulo o caput. Estas declaraciones debían ser renovadas cada cinco años.

Los censores antes de iniciar las operaciones del censo iban procesionalmente al foro en donde efectuaban una ceremonia llamada lustral por eso llamamos al período de cinco años lustro, esta ceremonia era con el fin de simbolizar que el censo se iba a realizar con toda limpieza por lo que las lustraciones consistían en lavarse las manos delante del pueblo a la manera que hacen los judíos las abluciones o el sacerdote católico antes de la consagración. En todos estos casos simboliza la pureza o limpieza con que se realizan las ceremonias o actos posteriores al lavatorio. ASEM DARI Y PROLEM DARI Hacienda y Proletariado Dijimos que Servio Tulio aprovechó la ceremonia del censo que era religiosa y la convirtió en un trámite administrativo ya que era un medio para conocer la fortuna de cada ciudadano. Servio Tulio estableció sobre esta base una nueva representación de la población, desde el punto de vista del servicio militar y del pago del impuesto. Los ciudadanos fueron divididos según su fortuna y ya no según su estirpe por lo tanto se formaron cinco clases, según que su patrimonio tuviera por lo menos un valor de cien mil ases para la primera clase; 75 mil para la segunda, 50,000 para la tercera, 25,000 para la cuarta y 11,000 para la quinta. Debían pagar hasta los que tenían 1,500 ases. Todos estos eran ASEM DARI porque asem dabant (daban los ases). Es decir todos pagaban los ases. Por eso es que todavía en la actualidad la oficina recaudadora de impuestos se denomina Hacienda. Los ciudadanos que tenían menos de 1,500 ases se hallaban exentos de pagar el impuesto con el As, que era la moneda corriente pero en cambio entregaban a sus hijos al ejército, es decir a su prole para el trabajo: llevar las acémilas, cavar hoyos para colocar los postes de las tiendas de campaña, transportar agua etc. Es decir que quienes estaban tan desposeídos que no podían pagar ases, entregaban a sus hijos en vez de dinero y por consiguiente eran los PROLEM DARI o sea, los que pagaban el impuesto por medio del servicio de sus hijos en el ejército. En la actualidad denominamos proletarios a las personas de escasos recursos.


Diferencias necesarias Por Javier Algara

H

ace poco un amigo mío me comentó que estaba asistiendo a un curso muy interesante. Se trataba de estudiar el fenómeno de la pluralidad religiosa en el mundo, con objeto de abrir los ojos y darse cuenta de que en el mundo hay muchas religiones, y de que no podemos estar tranquilamente pensando satisfechos que la nuestra es la única o, por lo menos, la única verdadera. Me habló de textos de reconocidos escritores en los que se afirmaba, con no poca razón, que la falta de reconocimiento mutuo de las religiones ha sido causa de guerras, persecuciones y otras calamidades. Ya es hora -demandan los iniciadores de este movimiento unificador- de dejar de pelear por la religión, de que cada religión deje de exigir que se le reconozca como “la única religión verdadera”; es hora de encontrar valores comunes. Ello llevaría, afirman categóricos, a la construcción de una “ética universal”, valedera para todos, reconocible y exigible por las leyes de todos los países. El que todos los pobladores de la Tierra deban reconocer y aceptar la existencia de una miríada de creencias religiosas indudablemente que es algo muy razonable. Es también indudable que ese reconocimiento puede convertirse en un instrumento valioso para la construcción de un mundo más pacífico. Nuestra Iglesia, que también tuvo sus épocas de cerrazón hacia otras religiones, dio un ejemplo oficial de su apertura desde el Concilio Vaticano II con la promulgación del decreto Unitatis redintegratio, y la creación de un organismo pontificio dedicado a buscar la unidad de todas las religiones. Es un hecho que uno de los motivos que llevó a Juan XXIII a convocar el Concilio Vaticano II fue su deseo de cumplir el mandato del Señor de “que todos sean uno”. Después de él, todos sus sucesores también se han distinguido por su continuado esfuerzo en esa línea. No obstante, es importante aquí hacer un alto para reflexionar sobre el significado y alcances reales de este esfuerzo de quienes proponen el encontrar los puntos que unen a las diferentes doctrinas y desechar lo que nos separa, que es la metodología propuesta por ellos. Encontrar puntos comunes es algo bueno si los puntos comunes que se desea universalizar, y por ende las diferencias que se desea eliminar como obstáculos innecesarios, son fruto de la razón humana, logrado a través del esfuerzo filosófico o científico. Rescatar todo lo bueno que la mente humana ha logrado a través del esfuerzo de tantos pensadores desde las diferentes posiciones religiosas, y ponerlo al servicio de la unidad humana es obviamente una meta loable desde dondequiera que se le mire. Lo mismo se puede decir del intento de eliminar como corrosivos de la unidad aquellas aberraciones intelectuales en las que la mente humana ha caido por sus limitaciones naturales y que, desgraciadamente, se han convertido en doctrinas religiosas o interpretaciones de las mismas. Pero la unidad que así se llegara a lograr sería falsa y endeble, y eventualmente terminaría asfixiándose. La unidad no puede lograrse en el campo religioso si la religión se concibe exclusivamente como el resultado del esfuerzo humano. Explico. Por un lado, cuando esos grupos hablan de que cada una de las iglesias debe dejar de

considerarse la única verdadera, lo que están haciendo es exigir que ninguna religión se considere a sí misma como poseedora de una revelación divina. ¿Habrá alguna que acceda a ello? Solamente cuando las religiones accedieran a considerarse a sí mismas como fruto del mero raciocinio humano, como una simple búsqueda humana de Dios, entonces se podrá hablar de posibilidad de buscar elementos comunes y de la de desechar elementos de diferencias inecesarias. Al menos las religiones cristianas se negarían rotundamente, siendo que todas se consideran a sí mismas como originadas a partir de la revelación de la verdad en el Verbo Encarnado. Y cada una de ellas cree que es poseedora de la plenitud de la verdad. ¿Cómo acceder a negar esa parte de su doctrina sin borrar su propia identidad? ¿Y van a ser los miembros de ese grupo unificador quienes establezcan los criterios para determinar cuál de todas esas iglesias realmente posee la verdad -revelada por Dios y consecuentemente ajena a criterios humanos- y cuál no? Mas si se admite que alguna o algunas religiones son reveladas, o que tienen elementos de verdad que proceden de Dios, también debe admitirse que al menos la parte revelada es intocable por la mano humana, so pena de incurrir en una contradicción doctrinal. Ignorar la revelación, con el afan de discriminar entre las similitudes y diferencias en una aberración igualmente tremenda que las que se trata de eliminar. Tal actitud sería la de Adán, o de los personajes que construyeron la Torre de Babel. Porque quiere hacer al hombre igual a Dios, o a Dios igual al hombre. Es el error de querer ver a la religión como un simple movimiento ascendente, del hombre hacia Dios, que termina siempre poniendo a un hombre en el sitio de Dios. Finalmente deberemos reconocer que hay verdades que no pueden ser puestas a discusión, y son la herencia de esa religión a la que Dios decidió revelarlas. Esa religión, necesariamente será la verdadera, o por lo menos la más cercana a la verdad. En cuyo caso, serían las pruebas constatables de la presencia de Dios las que darían testimonio de esa elección, no el consenso mundial. La unidad de las religiones vendrá, no cuando los seres humanos decidan aceptar una serie de principios éticos comunes, sino cuando todos puedan reconocer en esa religión elegida las señales irrefutables de ser la verdadera. ¿Cómo distinguir entre todas a la verdadera religión, la que posee la verdad como algo revelado directamente desde la fuente de la Verdad? entre todas. En el Evangelio de san Juan esas señales están bien estipuladas por el Señor: que todos sean uno como Él y el Padre son uno, y que los miembros de esa religión se amen unos a otros como Él ha amado a la humanidad. Estas dos cosas son la única señal válida de la verdad de una religión porque para que ellas se den es necesario que sus seguidores se hayan librado del pecado, causa radical de la desunión y el desamor; que estén “libres del temor y arrancados de las manos de los enemigos”, como dice el canto del Benedictus. Y el pecado únicamente puede ser vencido por la fuerza de Dios, que no depende de ningún consenso humano. La conclusión para nosotros los católicos está clara ¿no?

El acto de fe es una verdadera conversión,

un cambio de mentalidad

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artiendo de la carta de san Pablo a los cristianos de Éfeso (cf. 1, 3-14) leída en el Aula Pablo VI, del Vaticano, el santo padre recordó cómo en ese pasaje, el apóstol eleva una oración de bendición a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que es a la vez un “himno de alabanza al plan de Dios con respecto al hombre, que se define en términos llenos de alegría, de asombro y de gratitud, como un “benévolo designio” (v. 9), de misericordia y de amor”. San Pablo nos ayuda a entender -continúa-, “como toda la creación y, en particular, el hombre y la mujer no son el resultado de la casualidad, sino que responden a un proyecto de bondad de la razón eterna de Dios” y que ambas creaturas, “han sido elegidos por Dios incluso antes de la creación del mundo, en el Hijo, Jesucristo”. Dios habló primero Esta iniciativa divina, “precede a toda respuesta humana: es un don gratuito de su amor que nos envuelve y nos transforma” -dijo-, a la vez que se preguntaba: “¿Cuál es el objetivo final de este plan misterioso? ¿Cuál es el centro de la voluntad de Dios?”. Y citando nuevamente a san Pablo, el papa recordó que el plan de Dios es “hacer que todo tenga a Cristo por cabeza” (Ef 1,10). Para el Apóstol, continuó, “Cristo se presenta como el centro de todo el camino del mundo, la columna vertebral de todo, que atrae a sí mismo la totalidad de la realidad misma, para superar la dispersión y el límite, y conducir todo a la plenitud querida por Dios (cf. Ef 1, 23)”. Pero este “designio benevolente” no ha permanecido en el silencio de Dios, “sino que se ha auto-comunicado a nosotros, hasta ser uno de nosotros, (hasta) encarnarse”. Y dado que con la sola inteligencia y sus capacidades, el hombre no habría podido alcanzar esta revelación, recordó el Catequista universal que “fue Dios quien ha abierto su cielo y se ha abajado para conducir al hombre hacia el abismo de su amor”. Citó al respecto una famosa página del comentario a la Carta a los Efesios de san Juan Crisóstomo, en la que “invita a disfrutar de toda la belleza del “benévolo designio” de Dios revelado en Cristo”, interrogando así al hombre: “¿Qué te falta? Te has convertido en inmortal, te has hecho libre, te has convertido en hijo, te has convertido en justo, eres un hermano, te has convertido en un coheredero, con Cristo reinas, con Cristo eres glorificado. Todo se nos ha dado, y --como está escrito-- ¿cómo no nos dará con él graciosamente todas las cosas?” (Rm. 8,32). Tus primeros frutos (cf. 1 Co. 15, 20.23) son adorados por los ángeles [...]: ¿qué te falta? (PG 62.11)”. La respuesta del hombre Este don de Dios, esta “comunión en Cristo por obra del Espíritu Santo, ofrecida por Dios a todos los hombres con la luz de la Revelación”, continuó Benedicto XVI, “es el cumplimiento de los más profundos anhelos, de aquel deseo del infinito y de plenitud que habita en las profundidades del ser humano”. Sin embargo, la respuesta del hombre a la revelación de Dios es fundamental, es lo que el papa denomina “el acto de fe”. Pero esta respuesta no es un “acto de imposición”, sino que “es un dejarse, un abandonarse en el océano de la bondad de Dios”. El “acto de fe” es por lo tanto, “una verdadera conversión, la fe es un cambio de mentalidad, porque el Dios que se ha revelado en Cristo y ha dado a conocer su plan de amor se convierte en el sentido que sostiene la vida, la roca sobre la que se puede encontrar la estabilidad”. Recordó que Dios mismo quiere entrar de nuevo en el mundo, “a través de nuestra fe, hacer resplandecer su luz en la noche”.


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Cierta historia de lámparas Les decía también: “¿Acaso se trae la lámpara para ponerla debajo del celemín o debajo del lecho? ¿No es para ponerla sobre el candelero? Pues nada hay oculto si no es para que sea manifestado; nada ha sucedido en secreto, sino para que venga a ser descubierto. Quien tenga oídos para oír, que oiga.” (Mc 4, 21-23).

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tra vez aquí Jesús con sus palabras al parecer obvias. Nuevamente sus enseñanzas que parecen para personas simples. Pero no es así. Recordemos que él quiere acercar los misterios del Reino de los Cielos a todos los hombres; no es que realmente los considere torpes a sus seguidores. En realidad habla de cosas del cielo pero con palabras de la tierra. En esta parábola las cosas parecen evidentes: nadie enciende una lámpara para esconderla después debajo de la cama. Efectivamente, todo lo contrario, la encendemos y la ponemos en un lugar adecuado y seguro para que dé luz a todos en casa. Esto es claro. Pero no resulta demasiado claro aplicado a la vida de fe, a lo que los israelitas esperaban de la predicación de Jesús. ¿O acaso Jesús era un maestro de cosas evidentes y cotidianas? Eso se aprende sin maestro. Quizá muchos al escuchar esas palabras se alejaban de Jesús. Solo a un tonto se le ocurriría encender una vela para esconderla. Lo mismo que el resto de las parábolas, ésta al mismo tiempo que revelaba algo, lo escondía, había que interpretar correctamente la enseñanza, de lo contrario se corría el riesgo de quedarse solo con el pan y no con el jamón que se halla dentro. Y esta parábola habla de luz. De la luz que ilumina a los hombres. Esta parábola es bellísima, porque al mismo tiempo que habla del Reino de los Cielos de manera alegórica, usa esta hermosa imagen: la luz; más tarde Jesús se presentará como el camino, la verdad y la vida, como la luz del mundo. Y al hablar de esta lámpara que ilumina, está hablando de la luz de la fe. Les dice también que lo que se halla oculto debe descubrirse. Todo este mensaje puede estar significando: entiendan bien cada una de mis palabras, comprendan cada una de mis parábolas para que más tarde ustedes puedan ser convertidos en auténticas antorchas, lámparas, luz para el mundo. Jesús se presenta como la luz. En esta parábola lo hace de una manera un poco oculta, pero no deja de mostrar esta grandiosa verdad: él es la Luz verdadera, él quiere iluminar, quiere

inundar el mundo de luz, de la luz de la verdad, de la gloria de Dios. De allí la importancia de comprender esas enseñanzas que hacía de manera enigmática. Nada hay oculto que no llegue a descubrirse. Jesús les habla a las multitudes, a la totalidad del mundo judío de manera que no entiendan absolutamente nada: allí están los misterios del Reino de los Cielos, misterios que ellos no llegarán a entender, de lo contrario no hubieran gritado enardecidos ante Pilatos: “crucifícale”. Lo que está oculto es lo gordo del mensaje: el Reino de Dios. Lo que está oculto y deberá ser descubierto es todo aquello que Jesús enseña públicamente. Vaya paradoja, por un lado Jesús dice que lo oculto deberá hacerse público tarde o temprano, pero él hace público solamente las parábolas que en lugar de descubrir esconden, y por otro lado lo que deberá ser proclamado lo dice con toda claridad a sus discípulos pero en secreto. De esto se trata la parábola de la luz, los discípulos más cercanos deben comprender esos misterios del Reino de los Cielos a solas con él; solo los conocerán los que quieran de verdad

comprenderlos, por eso les explica todo de manera privada a sus cercanos amigos, a los incondicionales, a los que no darán marcha atrás a pesar de que las cosas se les compliquen una y otra vez; solo a los que estén dispuestos a tener oídos y ojos para Él, Jesús les dará a conocer a fondo el misterio de sus palabras, y les explicará cada una de las parábolas para que, llegado el momento de dar testimonio las expongan a la luz pública, para quien quiera conocerlas, pero esto será después de la resurrección. Cuando leo este breve pasaje del Evangelio me imagino a Jesús con una pequeña vela encendida y debajo de la cama con sus apóstoles explicándoles secretamente las enseñanzas que dio antes a las multitudes. Jesús es la lámpara escondida, pero solamente por un breve tiempo, el necesario para que sus discípulos cercanos puedan aprender lo suficiente de Él, pero no solo eso, sino el tiempo necesario para que ellos no lleguen a dudar ni por un segundo acerca de la realidad de su persona, solo mientras estos puedan ver en Él al hijo de Dios, al que hay que anunciar, del que hay que decir tantas cosas de las que habrán sido testigos.

Recuerdo ahora aquella ocasión en que, quizá Jesús, al considerar que ellos ya estaban preparados para comprender absolutamente todo lo referente a su persona y al reino de los cielos, subió con Pedro, Santiago y Juan a un monte y dejó que contemplaran un momento su gloria en la Transfiguración; pero ellos solo se quedaron perplejos ante tan maravillosa visión. Al bajar de ese lugar los volvió a confundir diciéndoles: cuando el hijo del hombre resucite de entre los muertos ustedes podrán anunciar esto, mientras tato no se lo cuenten a nadie (cf. Mt 17, 1-9). Jesús quería que ellos, los apóstoles y los discípulos más cercanos fueran sus verdaderos testigos, seguramente por eso no a todos les revelaba el significado de sus parábolas y aun no a todos les dejaba contemplarlo como ese Mesías, Él quería que los demás descubriesen en Él a este enviado del cielo; que al mirar sus obras lo proclamaran; sin embargo, esa proclamación debería esperar, esto debía ocurrir solo después de su resurrección, no antes. Pero para eso debía primero darse a conocer abiertamente a los suyos, a los amados, a los que Él escogió para enviarlos después a predicar, a decir al mundo entero que el Reino de Dios ya está encendido, que no hay más oscuridades, que el Señor de los Cielos ha querido comunicarse con este mundo y revelarse a los hombres. Hoy es ya tiempo de dar a conocer a Jesús. Este año de la fe tiene como objeto, entre otras cosas dar a conocer nuestra fe en Jesucristo, anunciar públicamente las cosas que creemos, las que nos han transmitido para que no andemos en tinieblas. Este año de la fe nos servirá para hacer pública nuestra fe, para declararla, defenderla y educarla; la Iglesia está llena del poder de Cristo, poder que, ante todo es para anunciar el evangelio, puesto que el Espíritu del Señor esta sobre nosotros, sobre la Iglesia, somos ungidos para anunciar la buena nueva, las maravillas que ha hecho en nosotros Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios hecho hombre, la Palabra encarnada. Transmitamos entonces nuestra experiencia de fe en Jesús, compartamos nuestra luz al mundo, descubrámonos como elegidos, llamados y salvados; anunciemos la alegría de la salvación.


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Palabra de Dios Ya viene otro más poderoso que yo Evangelio según san Lucas 3, 15-16. 21-22 En aquel tiempo, como el pueblo estaba en expectación y todos pensaban que quizá Juan el Bautista era el Mesías, Juan los sacó de dudas, diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a quien no merezco desatarle las correas de sus sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego”. Sucedió que entre la gente que se bautizaba, también Jesús fue bautizado. Mientras éste oraba, se abrió el cielo y el Espíritu Santo bajó sobre él en forma sensible, como de una paloma, y del cielo llegó una voz que decía: “Tú eres mi Hijo, el predilecto; en ti me complazco”. Palabra del Señor. Gloria a ti Señor Jesús.

Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto La fiesta del Bautismo del Señor, que cierra el ciclo de Navidad, es otra “epifanía”, otra manifestación de Jesús. En primer lugar, en el Bautismo se nos manifiesta quién es Jesús, cuál es su relación con un Dios que, por primera vez en la historia, se revela como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Jesús aparece como el Hijo amado de Dios, el Ungido por el Espíritu Santo, el Mesías esperado que está ya en la fila de los hombres, y que es acreditado como el único Salvador de nuestras vidas. No hay otro nombre del que podamos esperar la salvación, y a Él hemos mirar, escuchar y seguir. En segundo lugar, en el Bautismo de Jesús se nos manifiesta también el modo de ser Mesías. Jesús se ha puesto en la fila de los pecadores para recibir el bautismo de Juan: “Este gesto de Jesús es una manifestación de su «anonadamiento» (Flp 2,7)” (Catecismo Iglesia Católica n.1224). Jesús va a comenzar su misión, y el modo de ser Mesías no será el de la fuerza y el poderío, sino el estilo del siervo de Yahvé que había anunciado Isaías (Primera Lectura): no gritará, no clamará, no voceará por las calles, traerá una nueva justicia al mundo. Su estilo será el de Siervo: servir. La imagen de la “apertura de los cielos”, en el bautismo de Jesús, expresa que queda abierta la frontera entre el mundo divino y el humano; y que en la persona de Jesús se establece la comunicación definitiva entre Dios y el hombre. Unidos a Cristo, por el Bautismo, cada uno de nosotros, en algún momento de la vida, tenemos la experiencia de que “se abre nuestro cielo” y nos llega un aire suave, como un revuelo de palomas y escuchamos una voz o rumor que nos imprime en el alma la certeza de nuestra identidad: “Somos en Cristo hijos amados del Padre”. Y, desde esa experiencia fundamental, y ungidos por el Espíritu, podemos continuar la misión del Señor y con su estilo: despojado de rangos, servicial, entregado.

Un buen deseo y propósito de año nuevo; que haya más sacerdotes Benjamín Juárez Guerrero, 2° Teología Escríbenos: ecos_seminarioslp@hotmail.com Sé nuestro amigo en Facebook: Seminario Guadalupano Josefino

V

ivimos en una época en donde sobresale el individualismo, el placer por el placer, la indiferencia por los demás, las relaciones humanas sin compromiso, en donde se podría pensar que desear en este año nuevo que haya más sacerdotes y seminaristas; es un deseo y propósito desperdiciado. Pero ¿por qué no nos preocupa que en estos últimos años sean menos los seminaristas en nuestra Arquidiócesis? ¿Qué estamos haciendo para el incremento de las vocaciones al sacerdocio? ¿Por qué mejor no pensamos en deseos y objetivos comunes como es el incremento de las vocaciones sacerdotales? ¿Por qué nos reducimos a los deseos personales como; el bajar de peso, dejar de fumar, comprar más ropa, salir de viaje durante el año etc.? ¿Cuál es la urgencia de que haya más seminaristas? Por la simple razón de que si no hay seminaristas no habrá sacerdotes, y si no hay sacerdotes no habrá en un futuro quién nos administre los sacramentos. Estaremos como ovejas sin pastor. Nuestras comunidades y colonias estarán acéfalas (sin cabeza, sin quien nos guie). Otra urgencia es que la mies es mucha y los obreros son pocos (Mt 9,37). ¿Qué tenemos que hacer? Ser promotores vocacionales. Cómo Iglesia necesitamos trabajar por el incremento de las vocaciones sacerdotales «“La vocación sacerdotal es un don de Dios, que constituye ciertamente un gran bien para quien es su primer destinatario. Pero es también un don para toda la Iglesia, un bien para su vida y Misión. Por eso la Iglesia está llamada a custodiar este don, a estimarlo y amarlo. Ella es responsable del nacimiento y de la maduración de las vocaciones sacerdotales”. “Es muy urgente, sobre todo hoy, que se difunda y arraigue la convicción de que todos los miembros de la Iglesia, sin excluir ninguno, tiene la responsabilidad de cuidar vocaciones”» (PASTORES DAVO VOBIS n. 41). ¿Qué es lo que nos debe de motivar para llevar a cabo este propósito de año nuevo? El amor a Jesús y amor a nuestra Iglesia nos hará capaces de tener presente este propósito. Sólo cuando somos capaces de amar es cuando podemos salir de nuestro “egoísmo”. El amor nos llevará a trascender en nuestros propósitos de año nuevo; del yo- al nosotros, es decir, lograr objetivos no sólo personales sino colectivos y comunes. El promover vocaciones no surge sólo por cuestiones morales, no es tanto que sea bueno o malo, no es para callar la voz de nuestra conciencia que nos atormenta y nos dice; si en un futuro no hay vocaciones sacerdotales es por tu culpa o la de todos. Ya lo decía Viktor Frankl en su obra El hombre en busca de sentido: “El hombre no actúa para satisfacer su impulso moral, y silenciar así los reproches de su conciencia; lo hace por conquistar un objetivo o una meta con la que se identifica, por una persona que ama o por la gloria de Dios”. Seamos promotores vocacionales en este año 2013 sólo por amor a Nuestro Señor Jesucristo y a nuestros hermanos los hombres. Algunas recomendaciones que te pueden ayudar para cumplir este propósito de año nuevo: • Hacer oración por las vocaciones sacerdotes. • Pertenecer a la pastoral vocacional de tu parroquia (si no existe tal grupo, tú lo puedes comenzar). • Crear una cultura vocacional y ayudar a la pastoral vocacional diocesana: tel: (444) 811 86 85. • Apoyar al seminario económicamente siendo bienhechor mensual: tel: (444) 824 50 19.


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...Lo de Dios a Dios

El Semanario La Red, en comunión con la Iglesia Potosina, se une en oración por el eterno descanso del

Padre Salvador Guillén Uribe

sacerdote emérito quien falleció el 7 de enero de 2013 El padre Guillén, con más de 60 años de ministerio sacerdotal, entre los cargos que desempeñó figuró como gran impulsor de la Pastoral Obrera. Fue también capellán del Santuario del Desierto así como del templo de María Auxiliadora, lugar en el que fueron velados sus restos y donde fue sepultado.

Descanse en paz

Con ocasión del Año de la Fe, la Catedral Metropolitana les invita a la conferencia gratuita: “INTERPRETACIÓN SIMBÓLICA DE LA CATEDRAL”, el jueves 24 de enero a las 7:45 PM, la cual será impartida por el Pbro. Lic. José Manuel López Facundo, en el interior de la misma Iglesia. Esperamos contar con su amable presencia.

Documento de aparecida Por David Grimaldo

L

a V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe tuvo lugar en Brasil, en una ciudad llamada Aparecida en el año 2007. Lo ahí reflexionado y puesto por escrito trajo un nuevo empuje y vigor a la pastoral social de nuestra Iglesia de América Latina. Entre otras muchas cosas el Documento de Aparecida incorpora el método teológico y pedagógico ver, juzgar y actuar, tan necesario para atender las cuestiones sociales, ya que al ver la realidad e iluminados por la Palabra de Dios debemos actuar de la manera más evangélica. El texto lo señala expresamente: “En continuidad con las anteriores Conferencias Generales del Episcopado Latinoamericano, este Documento hace uso del método ver, juzgar y actuar” (n. 19). Este método marca el camino de nuestro Plan Diocesano de Pastoral. El tema de la Pastoral Social lo ubica el documento en el Capítulo VIII que lleva por título: Reino de Dios y promoción de la Dignidad Humana. Las cuestiones sociales deben estar dentro del marco del Reinado de Dios. Este proyecto divino del Padre que nuestro Señor Jesucristo nos anunció con tanta pasión y vitalidad, implica la construcción de un mundo mejor donde reine la justicia, el amor y la paz. La Dignidad Humana y su grandeza de hijos de Dios son los principales contenidos de la Buena Nueva del Señor Jesús. La justicia social es parte del contenido del Reino de Dios. Los obispos nos presentan en el desarrollo del tema de la pastoral social una iluminación de los conceptos de Reino de Dios, Justicia Social y Caridad Cristiana (nn. 382-386). Se lee en el n. 385: «En su encíclica Deus Caritas est, el Papa Benedicto XVI ha tratado con claridad inspiradora la compleja relación entre justicia y caridad. Allí nos dice que “el orden justo de la sociedad y del Estado es una tarea principal de la política” y no de la Iglesia. Pero la Iglesia “no puede ni debe quedarse al margen en la lucha por la justicia”. Ella colabora purificando la razón de todos aquellos elementos que la ofuscan e impiden la realización de una liberación integral. También es tarea de la Iglesia ayudar con la predicación, la catequesis, la denuncia, y el testimonio del amor y de justicia, para que se despierten en la sociedad las fuerzas espirituales necesarias y se desarrollen los valores sociales. Sólo así las estructuras serán realmente más justas, podrán ser eficaces y sostenerse en el tiempo. Sin valores no hay futuro, y no habrá estructuras salvadoras, ya que en ellas siempre subyace la fragilidad humana». Efectivamente, mis estimados lectores, sin valores evangélicos y humanos estamos perdidos. Sin el valor de la honestidad y la justicia las administraciones públicas se convierten en una cueva de ladrones. Más adelante hablando sobre la opción preferencial por los pobres y excluidos se nos dice: «El Santo Padre nos ha recordado que la Iglesia está convocada a ser “abogada de la justicia y defensora de los pobres” ante “intolerables desigualdades sociales y económicas”, que “claman al cielo”. Tenemos mucho que ofrecer, ya que “no cabe duda de que la Doctrina Social de la Igle-

sia es capaz de suscitar esperanza en medio de las situaciones más difíciles, porque si no hay esperanza para los pobres, no lo habrá para nadie, ni siquiera para los llamados ricos”. La opción preferencial por los pobres exige que prestemos especial atención a aquellos profesionales católicos que son responsables de las finanzas de las naciones, a quienes fomentan el empleo, los políticos que deben crear las condiciones para el desarrollo económico de los países, a fin de darles orientaciones éticas coherentes con su fe» (n. 395). Con respecto a la Pastoral Social nuestros obispos piden una renovada pastoral social para que la promoción humana sea integral. A este respecto afirman: «Queremos, por tanto, desde nuestra condición de discípulos y misioneros, impulsar en nuestros planes pastorales, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia, el Evangelio de la vida y la solidaridad. Además, promover caminos eclesiales más efectivos, con la preparación y compromiso de los laicos para intervenir en los asuntos sociales. Es esperanzador lo que decía Juan Pablo II: “Aunque imperfecto y provisional, nada de lo que se pueda realizar mediante el esfuerzo solidario de todos y la gracia divina en un momento dado de la historia, para hacer más humana la vida de los hombres, se habrá perdido ni habrá sido vano”» (n. 400). Ahí está la tarea.


ENERO 13 DE 2013

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El bautismo de Jesús

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