Revista iDeAL

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iDeAL es difícil imaginar algo que le importara menos toda su vida, que la constitución de 1982). Con el Golpe de Estado consumado, Hernández sigue en ascenso, y alcanza la presidencia del Congreso Nacional, durante el periodo de gobierno de Porfirio Lobo Sosa. En este momento, ya podemos decir que Carlos Flores Facusse, controla el bipartidismo en Honduras, incluyendo, por supuesto toda la estructura que eso implica, y sobre todo, las decisiones de los dos partidos de la derecha que han jugado con el país, gracias a la tristemente célebre alternabilidad en el poder.

2015

Ahora bien, ningún hondureño alcanza la presidencia de la republica sin el visto bueno del Comando Sur, la NSA, y, a veces, del Departamento de Estado. Para JOH, vuelve a ser importante su padrino Flores Facusse, quien desde hace dos décadas es conocido como “el hombre de los gringos en Honduras”. Su entreguismo sin límites a las políticas de Estados Unidos le permitió a Flores F. acumular un extraordinario poder sobre todas las esferas de la vida nacional. Juan Orlando Hernández pues, es la cara visible de un proyecto de la seguridad nacional de Estados Unidos, destinado a por lo menos tres cosas: a) Destruir todo tipo de resistencia a las políticas neoliberales y neutralizar toda forma de organización social y popular, b) Infiltrar la incipiente estructura de integración regional latinoamericana, donde negocia posiciones y compromete Estados y c) Ser parte activa de la remilitarización del continente, y la política hegemónica de Estados Unidos contra las democracias populares de la región. Hoy más que nunca se siente el control norteamericano en este país; no es casual que John Kelly, jefe del Comando Sur visite constantemente a Honduras y haga públicas sus visiones, además de su endoso a las acciones del militarizado régimen que dirige JOH. Seguramente no existe ningún hecho en el país que desconozcan los norteamericanos. Todo esto, nos lleva a pensar que el saqueo del Instituto Hondureño de Seguridad Social no es un simple acto de bandoleros, sino, por el contrario, un esquema conspirativo que lleva deliberadamente hasta la crisis que hoy vemos, y que ahora provoca un rechazo amplio de la sociedad hondureña, y ha hecho crecer la expectativa internacional. El año 2014, pocas semanas después del ascenso de JOH a la presidencia de Honduras, estalló el escándalo del fraude en el IHSS, el que de inmediato fue tratado por los medios como el caso de una

pandilla de delincuentes al mando del Director del Instituto durante la administración de Lobo Sosa. La matriz de opinión mostraba un grupo de malvivientes comprando favores sexuales, y derrochando dinero como “nuevos ricos”, eliminando cualquier factor de carácter político o estratégico. En general, la sociedad hondureña debía aceptar esto como un acto de corrupción desproporcionado de gente ambiciosa. Más tarde, ese mismo año, Porfirio Lobo Sosa, declaró a los medios de comunicación, que él sabía lo que sestaba sucediendo en el Seguro Social durante su administración, pero que se había llamado a silencio para evitar influenciar el resultado de las elecciones. Esta simple confesión convierte a Lobo Sosa en cómplice del saqueo, pero la administración de justicia en Honduras dejo de existir hace mucho tiempo. Como mencionamos, ninguna hoja se mueve en el ambiente político nacional, sin que lo sepan los gringos (los militares gringos y su “inteligencia”). A partir de las confesiones de Lobo Sosa, podemos estar seguros de que es imposible que el presidente del congreso en aquel momento, Juan Orlando Hernández, ignorara los hechos. Y, por consiguiente, es menos probable que el asunto constituya un hecho aislado. Juan Orlando Hernández se hace de la presidencia del país mediante un fraude electoral sin precedentes, y aun así, recibe el rechazo de cerca del 65% de los votantes. Lo que a todas luces debería ser un gobierno de muchas negociaciones, se viabilizó mediante la compra de votos, el chantaje, el soborno, y la militarización del país, que comenzó al momento del Golpe de Estado de 2009 con la traída de paramilitares colombianos y adiestradores israelíes. Esa estructura ha llevado a un régimen autoritario, que es muy conveniente para el momento actual de la geoestrategia norteamericana en América Latina. Es muy conveniente disponer de condiciones tan favorables para la profundización del neoliberalismo (no en Honduras que es un mercado pobre, exportador de materias primas), y apuntar a la desestabilización de regímenes democráticos en la región. Ahora parece que la cacareada “alternabilidad en el poder” ya no satisface las necesidades globales de dominación. De ahí que se haya abierto la discusión de la reelección presidencial en este país, justo el mismo argumento que esgrimieron para derrocar al presidente constitucional en 2009. Así las cosas, el fraude del Seguro Social es parte de la estrategia para América Latina, que comienza con el Golpe de Estado de 2009 (dirigido contra el

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