El Pasado. Los Orígenes
Con el mando colonial de regreso, La Casa montada por Beatriz de Eugenia y Richard Megan haría aguas por sus cuatro costados. La persecución contra todo lo considerado contrario a las buenas costumbres se acrecentó considerablemente en la capital cubana y su periferia, y con ella la búsqueda de la “casada infiel”, como ya comenzaba a llamársele a la marquesa. Tras su primera fuga, Beatriz y su oficial británico se habían instalado en las afueras de La Habana, en los lindes de lo que hoy los habaneros conocen como El Cerro. Usando nombres falsos y una retórica de la imagen que recreaban meticulosamente, los amantes habían logrado burlar a las autoridades, modernizando el negocio de la prostitución en la primera ciudad de la isla. Para ello habían creado cuartos de instrucción —o “secciones de instrucción”—, en los que las damas de compañía contratadas llevaban a la práctica la revolucionaria teoría del “himeneo”.
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ARMANDO AÑEL