Erótica

Page 174

“Y yendo más allá, ¿a quién le importa qué somos o cómo nos reconocemos? ¿Quién necesita conformar un país?”. Cumberland, en cambio, fue desde sus orígenes una denominación desafiante. Había que estremecer en sus cimientos el edificio del nacionalismo colectivista, consideraba Rosael, convencida de que, aun con ciertos remiendos, el concepto de “ciudadanía exportable” previamente desarrollado por Morgan German podía rendir abundante fruto. Erótica era un mohín inquisitivo en medio del estruendo nacionalista, la culminación conceptual de una creencia asentada hasta la extenuación: la patria era uno mismo —los afectos y amores del individuo—, luego entonces no tenía sentido invocar el nombre de la patria. Luego entonces carecía de sentido regresar a una simbología lingüística ya superada —el pasado eternizado en las viejas palabras—, que aportaría a los cumberlanos lo que la baba de caracol a la vajilla de porcelana. En cualquier caso, se trataba de Cumberland. El reto sistematizado en la denominación de origen.

174

ARMANDO AÑEL


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.