SUSAN ATKINS Ángel González González No tiene por qué oscurecer en California pero el sol ya no estaba. Estaba drogada, dopada con ácido... Decían que Sharon iba a tener un crío. Pero yo no era un ángel. Nací envuelta en una terrible infancia; en un sudario de alcohol..., y poco después fui la más temible y sexy de las chicas del 69. No tiene por qué oscurecer y sin embargo lo hace. Su cuerpo temblaba.
J. JESUS SANZ
Ella estaba rogándome y rogándome y rogándome y pidiéndome clemencia; oponiendo sus rezos de víctima a la fuerza de mis deseos, hartos ya de sujetarla. Dijo que no lo hiciera que no bordara con brío el último pespunte de su lánguida madrugada.