EL VENTURI MAGAZINE 1

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TARIFA, CÁDIZ | GRATIS / FREE NÚMERO 1 · JUNIO 2019

Antonio Vegara Jiménez

“Conocemos cómo sacar provecho del alga invasora pero el fondo del Estrecho ya no tiene solución” 1


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Saluda

Francisco Ruiz Giráldez, Alcalde de Tarifa

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Reportaje

Tradición de un pueblo en conserva

10 Cara a cara

Antonio Vegara Jiménez

16 Entrevista /elventuritarifa @8directo /8directoTV

Mane Cisneros

20 Nuestra gente

Nacho Blanco Peralta 20

José Muñoz 22

26 Cultura

Raquel Sánchez Silva

El Venturi Magazine publicada por HUPA EDITORES / B-72299357 Depósito Legal: CA 247-2019 C/Cabotaje, 16 · Oficina 202 Parque Empresarial Las Marismas · 11379 · Los Barrios (Cádiz) Marketing: publi@8directo.com Redacción: redaccion@8directo.com - Yolanda Olivares - Sandra Domínguez - Francis Mena Fotografía: Manuel González Maquetación: Claudia Valenzuela

28 Deporte

Tarifa: los juegos de Eolo

32 Nos importa...

· La depuración de aguas residuales sigue avanzando en el municipio 32

· Tarifa cuenta ya con un nuevo parque de bomberos 33

34 Reportaje

Oferta Universitaria

38 Reportaje Fotoperiodistas

José Luis Roca García 40 Andrés Carrasco 42 Marcos Moreno 44

48 Recetas

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Fáciles y rápidas


Saluda

Aprovecho la oportunidad que nos brinda este medio de comunicación para dirigir un cordial saludo a toda la ciudadanía. En nombre del equipo de personas que represento me gustaría además felicitar y dar la bienvenida a este nuevo grupo de comunicación. Entendemos que la continuidad, adaptación y fortalecimiento de los agentes de la comunicación social en la comarca del Campo de Gibraltar es un reto que nos debe involucrar a todos y todas. Las personas lectoras y consumidoras de información quieren encontrar referentes variados que les reporten una imagen lo más completa y veraz posible de la zona que habitan. También quienes nos dedicamos a la gestión de lo público deseamos un espectro mediático amplio y variado desde el que poder conectar con la ciudadanía y satisfacer su legítimo derecho a la información. Así que gracias por poner el foco de esta edición sobre Tarifa, y enhorabuena por vuestro proyecto informativo en la comarca.

esto porque la contención del gasto y la eficiencia económica, no están reñidas con la inversión en dotaciones y la mejora de servicios. Por el contrario la estabilidad económica nos garantiza un escenario sólido desde el que afrontar nuevos retos con seguridad.

Tarifa camina con paso firme y decidido hacia un modelo de desarrollo que busca fomentar recursos con apuestas equilibradas que garanticen futuro sostenible y bienestar ciudadano. Ya no somos un destino turístico ceñido a las vacaciones veraniegas. Por el contrario, con el emprendimiento inestimable del empresariado local hemos llenado de contenido un propósito que no es sólo una acertada marca turística o eslogan. Somos atractivos los 365 días del año y el turista puede encontrar una gama variada de posibilidades para escogernos. Patrimonio natural y cultural, deportes de deslizamiento, actividades en la naturaleza, cuidada gastronomía, playas salvajes. Todo integra una Tarifa diversa y singular que debe seguir creciendo sin perder su identidad.

La acción política de un municipio tiene que estar guiada por la prioridad de sus habitantes. En este sentido, nuestro empeño en potenciar la participación ciudadana ha llegado al instrumento clave de los presupuestos municipales. Con la implicación de vecindarios, colectivos y ciudadanía en general nos acercamos a un modelo de gobierno más directo, en el que los vecinos y vecinas encuentran cauces para hacer valer sus prioridades y anhelos. Tarifa como decía al principio ha sido capaz de enderezar un camino que se construye todos los días con el compromiso y la entrega de un equipo ilusionado.

El crecimiento sostenido de Tarifa no puede pasar por alto su singularidad y debe dar respuestas a una ciudadanía que reclama servicios de calidad y garantías de estabilidad. Por eso, desde un primer momento, hemos abogado porque inversiones y promotores respondieran al modelo de ciudad que se merecen los tarifeños y las tarifeñas. Un modelo de ciudad integradora, amable que apuesta por la generación de actividad económica y el desarrollo de un urbanismo responsable, donde el valor añadido se traduce en servicios y confort para su vecindad.

Podemos mirar con confianza y optimismo al futuro inmediato. Confianza porque con el esfuerzo proyectado en la gestión económica, hemos sabido recuperar la seguridad jurídica que toda la ciudadanía, contribuyente y responsable, se merece. De impagos y deudas que asfixiaban la liquidez del Ayuntamiento local se ha pasado en estos tres años al saneamiento de una Hacienda que es ahora modelo referente. Ha sido un reto compartido desde todas las áreas de gestión municipal que beneficia a la calidad y garantía de los servicios públicos. Digo

Francisco

Ruiz Giráldez Alcalde de Tarifa

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Reportaje

Tradición conserva de un pueblo en

TEXTO Y FOTOGRAFÍA: FRANCIS MENA La relación de Tarifa con la conserva es milenaria. Desde el siglo II antes de Cristo, cuando Baelo Claudia fue pionera en este sector y conocida en todo el Imperio Romano por la industria de salazón de atunes. “Baelo es un puerto donde generalmente se embarca hasta Tingis. También es un emporio que tiene fábricas de salazones...”, recogía en sus textos el geógrafo e historiador griego Estrabón. Hoy es un sector que sigue vivo con la empresa Conservera de Tarifa, que cuenta con un marcado carácter artesanal y tradicional pero que, a su vez, se moderniza y se mueve para adaptarse a un complejo mercado.

Conservera de Tarifa es el resultado de la unión de las dos fábricas de conservas de pescado con más tradición de Tarifa: La Tarifeña, nacida en 1910, y Marina Real S.A., de mediados del pasado siglo. El alma de la empresa conservera es su gente, sus trabajadores, que llegan al centenar. Desde el veterano y experto encargado de cocer un producto salido de las aguas del Estrecho de Gibraltar a las mujeres que cuchillo en mano limpian cada pescado y rellenan cada lata.

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Un pueblo y una actividad que mantienen un fuerte vínculo. Es difícil encontrar en Tarifa a alguna persona que no tenga familiares o amigos que trabajen o hayan trabajado en la conservera, y hay quienes son capaces de saber si se está cociendo melva o caballa, los dos productos que se tratan, por el olor que sale de la fábrica. Las manos, la destreza y la experiencia de los trabajadores son las principales maquinarias de una conservera en la que ha trabajado tres generaciones de tarifeñas, que han heredado el método de madres a hijas y que mantiene esa tradición conservera milenaria de Tarifa. Un pueblo y una actividad que mantienen un fuerte vínculo. Es difícil encontrar en Tarifa a alguna persona que no tenga familiares o amigos que trabajen o hayan trabajado en la conservera


Un proceso centenario El proceso arranca con la llegada del pescado fresco o congelado a las instalaciones: caballa, melva y melva canutera. El producto pasa por los primeros controles de calidad y se comprueba que no se haya roto la cadena de frío y que lleguen a su temperatura óptima. Posteriormente una máquina se encarga de quitar la cabeza y las vísceras dejando solo el lomo limpio. Todo lo que no se utiliza para la conserva, se aprovecha para elaborar harinas y productos fertilizantes. Llega entonces el primer momento fundamental del proceso de la elaboración de la conserva: la cocción del pescado. Ahí se encuentra el experto José Antonio Araujo, un tarifeño que nos cuenta que lleva más de 45 años cociendo pescado, primero para La Tarifeña y desde hace once años para Conservera de Tarifa. Rodeado de tanques burbujeantes que desprenden olor, vapor y calor, controla que el agua con sal esté a unos cien grados, para lo que casi ni necesita termómetro. “Una vez que comienza hervir se deja unos 40-45 minutos de cocción, dependiendo del tamaño del pescado”, apunta. José Antonio está considerado en la empresa como una figura insustituible. “Todavía no he pasado mi conocimiento a nadie; para aprender esto hay que poner interés y gustarte lo que haces”, afirma.

“Todavía no he pasado mi conocimiento a nadie; para aprender esto hay que poner interés y gustarte lo que haces”

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Si la cocción es el paso fundamental, la estiba es el alma máter. Consiste en colocar el producto en la lata y es el trabajo que da calidad con la presentación de los filetes y la elección del pescado. En una amplía y luminosa nave, unas sesenta mujeres se encargan de pelar, cortar y colocar el pescado en las diferentes latas. Algunas de ellas empezaron siendo niñas de apena once años (eran otros tiempos) y aprendieron el oficio de la mano de sus madres, que transmitieron la destreza de manejar el cuchillo, que también se hereda y que cada una tiene el suyo.

“Estoy desde el 75, empecé con 14 años y he cumplido 58. Todos esos años haciendo lo mismo, como para no tener esta habilidad”, comenta Isabel, una de las trabajadoras veteranas. La mayoría lo son. “Estamos siete horas y podemos hacer cincuenta latas cada hora. La melva tiene más trabajo porque es un pescado más grande, que se tiene que abrir en cuatro pedazos; la caballita es más rápida de enlatar”, explica. La empresa reconoce que es un problema cuando alguna se jubila o deja de trabajar en la conservera ya esa destreza solo se adquiere con la acumulación de las siete horas diarias de trabajo durante años.

Si la cocción es el paso fundamental, la estiba es el alma máter. Consiste en colocar el producto en la lata y es el trabajo que da calidad con la presentación de los filetes y la elección del pescado

Cada lata, identificada con un número que pertenece a cada trabajadora, es pesada para posteriormente, de forma mecánica, pasar por un circuito de aceitado -producto que sirve de conservante natural- y continúa con el proceso de cierre de la lata, limpieza de la misma y esterilización, donde se somete a altas temperaturas en una especie de baño maría que permite la conservación del producto por más tiempo. Tras pasar por una bañera de enfriamiento, se acaba con el etiquetado y empaquetado que deja la lata de conserva lista para su distribución y comercialización. Desde que llega el pescado a las instalaciones de Conservera de Tarifa hasta que se pone a disposición del cliente pasan entre tres y cuatro días. Un proceso diario que solo se detiene para limpiar y esterilizar toda la instalación.

“Estoy desde el 75, empecé con 14 años y he cumplido 58. Todos esos años haciendo lo mismo, como para no tener esta habilidad”

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Ampliando horizontes Conservera de Tarifa trabaja para llegar a nuevos y diversos mercados. Actualmente, explica la empresa, lleva sus productos a EEUU y Francia, y hay contactos para colocarlos en Canadá, Alemania e Italia. Sin embargo, la compañía trata de hacerse más fuerte en su entorno y en el mercado nacional. Recientemente, ha conseguido entrar en grandes superficies donde pelea con marcas de calidad y también busca hacerse un hueco en el mercado gourmet.

Así que si en alguna tienda o grande superficie se encuentra una lata de La Tarifeña, Marina Real MR, Piñero, Díaz PD o Virgen del Carmen, sepan que es un producto artesanal ‘made in Tarifa’.

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Cara a cara

Antonio

Vegara Jiménez “Conocemos cómo sacar provecho del alga invasora pero el fondo del Estrecho ya no tiene solución”

POR FRANCIS MENA FOTOGRAFÍA: MANOLO GONZÁLEZ A Antonio Vegara Jiménez (Tarifa, 1967) le gusta pensar que es un descendiente de los atlantes y que por esto todo lo que pasa en el mar le llama la atención, le importa. En los noventa fue líder del movimiento contra el polémico cable de Tarifa y hoy, junto a sus alumnas de la Sección de Educación Permanente de Tarifa, trata de buscar una aplicación práctica al alga invasora. Ecologista, amante del deporte y docente, el tarifeño es un conversador que mantiene alerta al interlocutor, y más le vale; como un buen jugador de cartas, nunca se sabe cuándo va a soltar una buena jugada, un buen titular. En esta entrevista para El Venturi deja algunos sobre estos y otros temas con su pueblo y el Estrecho siempre como atalaya.

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De familia humilde, trabajó en el ultramarino que montó su madre hasta que estudió magisterio en Cádiz. Hizo Educación Física porque el deporte era una de sus pasiones, especialmente el windsurf que comenzaba a surgir en Tarifa a mediados de los ochenta. Así se convirtió en el primer juez de regata español del circuito profesional. Ya como profesor de EGB organizó, junto a otros compañeros, un grupo de acampada para alumnos de octavo, corría el año 92. “Como íbamos curso tras curso al mismo sitio veíamos una degradación medioambiental importante y aquellos cuatro compañeros contactamos con Agaden y ahí empezó mi singladura como ecologista”, explica Antonio Vergara.


“La lucha contra el cable fue el movimiento más maravilloso que ha nacido en Tarifa. Demostramos a toda España que el movimiento social tiene un potencial impresionante”

De un tercer plano, empezó a concentrar todos los focos como portavoz de la Plataforma Anticable de Tarifa. “Fue el movimiento más maravilloso que ha nacido en Tarifa”, sentencia. “Fueron cinco años intensos que culminaron con un juicio penal junto con la compañera Nieves García Benito del que salimos sobreseídos. Yo quedé muy jodido durante una época, la que más sufrió fue mi madre porque yo tenía 28 años y a nivel personal me ha afectado mucho”, recuerda el tarifeño como mostrando las cicatrices de aquella batalla. El cable de alta tensión entre España y Marruecos se instaló a pesar de todo. ¿Mereció la pena aquella lucha, para qué sirvió? “Se consiguieron muchas cosas”, contesta Vegara, que explica: “Por ejemplo que Red Eléctrica Española desembolsara casi 6.000 millones de las antiguas pesetas, aunque la aplicación de esos millones tiene muchos peros: hubo compensaciones a la pesquería y otras que no se cuenta, como sobres a la prensa para influir. En esta comarca entró dinero a espuertas”.

“Sacamos a la luz cosas que hoy en día se están demostrando. Como que no se pretendía dar electricidad a Marruecos para su desarrollo como se decía sino que había un excedente de las centrales nucleares francesas y esa energía si no se consume se pierde. Generamos suficiente información del potencial nuclear de Marruecos que hoy se puede probar”, continúa Antonio Vegara, seguro siempre de lo que dice. Continúa explicando: “También demostramos que el cable no era a prueba de bomba, como se ha visto con las roturas. Además, dimos una muestra a España entera de que unidos sin discrepancias y diferencias insalvables, las había pero no insalvables, se puede lograr movimientos que paralizan durante dos años una instalación de primer orden europeo. Eso significa que el movimiento social tiene un potencial impresionante”.

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Hay que tener confianza en el docente y dejarle actuar. En los centros es donde hay que meter gente y dinero

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“A los jóvenes todo el mundo les presta atención e invierten pero no se atiende a la educación del adulto”

Pasó aquel tiempo y se fue alejando del activismo ecologista. Ahora su pelea diaria está, como profesor que es, en la educación. En las algas que el mar deja en las playas de Tarifa y Bolonia vio una oportunidad para dar continuidad a la formación de adultos que se habían titulado de Secundaria. Era, y aún es, una respuesta al ¿y ahora qué? “A los jóvenes todos los miran y todos invierten en ellos y se cuidan pero a los adultos se les tienen olvidados, nadie les dedica tiempo ni experiencia para su formación”, argumenta. El profesor Vegara, como otros muchos, intenta adaptarse y sacar lo mejor dentro del actual sistema educativo. Considera que “el legislativo está muy lejos de la trinchera docente” y se queja de que los educadores están excesivamente vigilados, examinados. “Hay que tener mucha confianza en el docente, hay que dejarlo actuar. ¿Por qué tanto control? Para poder argumentar la necesidad de pesebres adonde van los desertores de la tiza. Toda la implementación de las aplicaciones digitales donde nos hacen volcar datos da trabajo a una serie de personas que no están en la trinchera y que si no dónde los metemos. Donde hay que meter gente y dinero es en los centros. O esto revierte o revienta”, expresa con constante vehemencia. Fruto de esas y otras inquietudes, y esa necesidad de prolongar las ganas de aprender de los adultos, nació en 2010 en la Sección de Educación Permanente de Tarifa, adscrita al centro Al-Yazirat de Algeciras, el Plan Educativo de Cultura Emprendedora ‘Creando Empresa: algas de Bolonia’. Consite en convertir algas que llegan a las orillas de las playas en cosméticos. “En 2011 empezamos la aventura en Bolonia con un nutrido grupo de mujeres y hombres, 25 en total, mitad de Facinas y mitad de Bolonia. Ahora en 2019 solo hay 27 mujeres. No hay un hombre que me dure más de un mes. ¿Por qué? No tengo una evidencia científica pero en general el hombre es reticente a tener una formación extra cuando ya ha consolidado un estatus o un trabajo. La mujer es más curiosa”, declara el profesor tarifeño que presume de grupo heterogéneo.

“Nuestra actividad tiene una marcada misión para el autoempleo o el trabajo cuenta ajena, pero por el momento, y subrayo por el momento, no hay infraestructura de transformación de toda la biomasa disponible de algas del Estrecho”, expresa Antonio Vegara, que entiende que el trabajo de sus alumnas se ha convertido en “imprescindible” dentro de ese ámbito. Los productos cosméticos (cremas, jabón crema de Bolonia, jabón espuma del Estrecho, otro de jabones líquidos…) se venden para que cada alumna recupere la inversión necesaria para sus estudios y revierten y autofinancian el proyecto. Ellas también pueden generar un proyecto mercantil, para lo que “se les ceden los derechos y los documentos necesarios para que encarrile la iniciativa productiva”. ¿Cómo gente sin una formación científica logra sacar un producto cosmético de un alga de la orilla de una playa? “Para hacer eso no necesitan saber biología molecular ni todos los tipos de algas del mundo. Todos hemos cocinado y hacer de un alga un cosmético es cocinar: maceras el alga, extraes en el disolvente lo que hay dentro, y luego lo aplicas en una mayonesa o en un jabón”, ilustra el tarifeño. Hoy, su grupo cuenta con productos registrados en el Portal Europeo de Notificación Cosmética. Hay alumnas que ya han montado su empresa de cosméticos a partir de algas, otra está perfeccionando un antimosquito a partir de esa especie. “Hay un montón de trabajo detrás de eso: comunicarse con los proveedores, manejar los porcentajes, cantidades, el envase… y así es como se aprende”, considera Antonio Vegara, que añade: “Tenemos que formar a personas y una clase tiene que ser un lugar de encuentro y desencuentro; los alumnos tienen que hablar, equivocarse, enfadarse y no hay que medir tanto un conocimiento concreto. El aprendizaje funciona si hay emoción, motivación por medio, lo otro es instruir y adiestrar y esto consiste en educar”.

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Del cable al alga invasora Al peleón de Antonio Vegara le ha salido un potente rival llegado del Japón. Su nombre, Rugulopteryx okamurae: la tan traída alga invasora del Estrecho de Gibraltar. “Con la entrada de este alga se nos está acabando la laminaria”, que es una de las algas autóctona que usan en su actividad. Ahora tienen que trabajar “muy bien octubre y noviembre” para encontrarla ya que el 80 o 90% de las arribazones -llegada de organismo marino a la playa- son del alga invasora. El ecologista y profesor ilustra: “No llegan a la orilla porque la especie autóctona se ha quedado por debajo de los 40 metros y desde esa profundidad no da para llegar a la costa. La invasora hasta 30 metros es una alfombra”. Por eso, su proyecto y equipo de alumnas se adapta para “usar esa experiencia educativa para replicar métodos sobre la nueva especie”. “Buscamos información y documentación científica, tuvimos que hacer un trabajo interdisciplinar con otro centro porque la mayoría estaba en inglés, estudiamos, probamos… Es un trabajo apasionante”, declara.

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¿Cuánto de grave es el tema del alga invasora? “No tengo competencia académica ni mi criterio serviría para la administración pero de cero a diez: 9,5”, sentencia Antonio Vegara que se considera que, por su experiencia a pie de playa y por todo lo leído, es una de las personas que mejor conoce este asunto. “En solo tres años ha pasado de verse desde Getares al Puerto de Tarifa a salir del Peñón y llegar de Sotogrande a Trafaltar”. Antonio Vegara se basa en un trabajo de doctores de la Universidad de Cádiz para señalar que la invasión de este alga en la zona comenzó en el agua de lastre de los barcos del Puerto Bahía de Algeciras. “Es una hipótesis, si se hubise probado tendríamos una demanda civil a la Autoridad Portuaria y a alguna naviera…O nos entendemos y llegamos a visualizar actividades para reducir el daño y aplicar productos a la economía local”, comenta.

“Mis alumnas han hecho ensayos con el alga invasora para productos antibacterianos, gel antiacné, gel dental. Otras opciones que se están estudiando son muy incipientes: el compostaje y como material aislante para la construcción”


Antonio Vegara denuncia que las autoridades “están esperando unas a otras a ver a quién le toca el marrón”. Cuando se le pregunta por las responsabilidades y medidas que se deben tomar, es como si lo tuviese ensayado: “El Ministerio de Fomento tiene que ordenar a la Capitanía Marítima de Algeciras el cumplimiento internacional sobre el agua de lastre. Ahora se inspecciona 220 barcos al año de los 26.000 que entra y eso no puede ser. Lo siguiente es ordenar a la APBA que haya instalaciones para recoger esa agua de lastre”. Continúa: “Segundo, todos los servicios municipales tienen que retirar las arribazones de la costa porque si no se hace, además de molestar, están facilitando su capacidad de reproducción”. Con todo esto calcula que se generaría unas 100.000 toneladas de residuos. “Ahí entran los ensayos, los experimentos; nosotros conocemos cómo sacar provecho de las algas que están en el agua, cuando salen del agua es como si salieran de la nevera y esta especie dura entre 10 o 20 minutos. Tendíamos que cogerlo del agua y ahí se considera pesca. Tenemos una autorización de pesca y con eso estamos trabajando”, explica el tutor del proyecto. Su grupo de alumnas ya trabaja en encontrar aplicaciones prácticas a esa molesta especie de alga. “Un filón importantísimo son los terpenoides que contiene esta especie, sustancias defensivas como

las de las plantas y que por eso en el Estrecho nadie se las come, ni al humano se lo propongo porque te deja la lengua gordita y pica, pica mucho”, resalta. “Hemos hecho ensayos con productos antibacteriano, gel antiacné, gel dental… todo lo que tenga a la capacidad de frenar bacteria en la piel. Y las otras opciones que se están estudiando, dice Antonio Vegara, son “muy incipientes”: el compostaje, como fertilizante, y como material aislante para la construcción. “Y hasta ahí puedo leer”, dice el tarifeño. “Me gustaría que la aprovechara la comarca del Campo de Gibraltar, con una inversión publica-privada que generase el suficiente fondo inicial para desarrollar y acreditar científicamente los métodos de aprovechamiento y que a partir de ahí se generase carnet de mariscadores de alga invasora y haya una instalación llamada lonja de las algas donde se depositara su carga”, espera Vegara que algo llegue a ser una realidad. Entiende que es una forma de “adaptarnos” a la situación del alga invasora, aprovecharla para eliminarla de la costa, pero alerta: “Eso no la quita del fondo, ese es un problema sin solución. La autoregulación del ecosistema a cientos de años le dará un nuevo formato, vendrán nueva especies pero el ecosistema que conocíamos en el 2015 no vuelve, de 0 a 30 metros no vuelve. Esto no lo digo yo, lo dicen diferentes biólogos y científicos”.

¿Cuánto de grave es el tema del alga invasora? “De cero a diez, 9,5. En solo tres años ha pasado de verse desde Getares al Puerto de Tarifa a llegar de Sotogrande a Trafalgar”

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Entrevista

Mane Cisneros

“El FCAT abre las puertas del mundo para enfrentarnos a él desde el conocimiento” POR SANDRA DOMÍNGUEZ FOTOGRAFÍA: FESTIVAL DE CINE AFRICANO DE TARIFA (FCAT) Llegó a Tarifa en 1987 siguiendo la pista de Paco de Lucía mientras buscaba un lugar especial para celebrar la boda de unos grandes amigos. Ella entonces vivía en París, pero esta tierra le atrapó tanto que instaló aquí su casa, su hogar, su campo base. Hasta el día de hoy.

a una mejor comprensión entre los pueblos y aportar una visión positiva al desarrollo de la cultura y de la industria cinematográfica africana, ofreciendo un espacio de encuentro para profesionales de la industria audiovisual y fomentando la distribución de sus trabajos en todo el territorio español.

Ciudadana del mundo, pero tarifeña de acogida, de corazón y sentimiento. Doctora en Etnología por la Escuela de Estudios Superiores en Ciencias Sociales de Paris, licenciada en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid y especializada en Antropología Cultural por la Universidad Nacional de México; Mane Cisneros es la fundadora y directora del Festival de Cine Africano de Tarifa (FACT). Un festival independiente de carácter competitivo que puso en marcha hace 16 años para promover y divulgar las cinematografías del continente africano, esperando con ello ayudar

¿Cuándo y cómo surge su pasión por el cine? Hace muchísimos años, en el Festival Iberoamericano de Huelva, fundado y dirigido por un familiar. La verdad es que mi paso por ese festival marcó un antes y un después en mi vida. Desde entonces el cine siempre ha estado presente en mi vida. Me fui a vivir a México y allí tuve la suerte de convivir con algunos de los más grandes del cine español y mexicano. Luis Buñuel y Luis Alcoriza fueron los primeros que consiguieron que me enamorase del cine.

“Me fui a vivir a México y allí tuve la suerte de convivir con algunos de los más grandes del cine español y mexicano. Luis Buñuel y Luis Alcoriza fueron los primeros que consiguieron que me enamorase del cine”

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¿Por qué decide poner el foco sobre el continente africano? Al regresar a España, después de varias décadas viviendo fuera, me instalé con mi familia en la casa que habíamos rehabilitado durante años. Allí descubrí la cercanía de las costas africanas y pensé en lo que el cine podría ayudar a los españoles a conocer más y, sobre todo, mejor, ese continente tan cercano y tan lejano a la vez. El Festival de Cine Africano de Tarifa cumple 16 años y se consolida edición tras edición. Este año se ha registrado un 16% más de espectadores. ¿Qué sabor de boca deja esta nueva edición? Este año he tenido la sensación que estábamos entrando en una fase de madurez muy trabajada, tanto por parte del festival como por la del propio público. Lejos quedaron las sempiternas preguntas relacionadas con las hambrunas, las guerras, la corrupción en África. Hoy en el FCAT el público habla sobre todo de la manera en la que los cineastas africanos afrontan las distintas realidades y sueños de futuro del continente. Lejos quedaron los años de revisión histórica.

Hoy África, sus cines, el FCAT y su público, miran y construyen futuro. Me gusta muchísimo ver cómo ha crecido este proyecto que nació de la nada. La edición 2019 nos deja el mejor de los sabores de boca, salas muy llenas de un público fiel con debates interesantes, profundos y maduros. En esta edición el FCAT también ha contado con extensiones en Algeciras y el Puerto de Santa María, en Tetuán y Chefchaouen ¿Cómo está siendo el crecimiento del festival? Son nuestras ganas de que estos cines lleguen al mayor número posible de personas las que nos empujan a multiplicar las extensiones del FCAT. En este sentido, analizando el desarrollo del evento en estas extensiones, creemos que tendremos que replantear su formato y la manera de gestionarlas ya que, para el equipo organizador, que sigue siendo el mismo en número que antes de la ampliación de las extensiones, el trabajo se ha multiplicado por cuatro sin contar con un aumento presupuestario. Es posible que de no conseguirlo, tengamos que renunciar a consolidar alguna de estas extensiones.

“Lejos quedaron las sempiternas preguntas relacionadas con las hambrunas, las guerras, la corrupción en África. Hoy en el FCAT el público habla sobre todo de la manera en la que los cineastas africanos afrontan las distintas realidades y sueños de futuro del continente”

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Uno de los propósitos de este festival es crear conciencia y mostrar la otra cara de África. ¿Se está consiguiendo? ¿Cuál es el mensaje principal del FCAT? Por supuesto, este sigue siendo el objetivo principal del FCAT, romper estereotipos, aportar una imagen más real y verdadera del continente y hacerlo dando voz a sus cineastas para que sean ellos y no occidente quién nos hable de África, de la construcción de unas nuevas identidades de un continente que mira hacia un mundo global. Aunque hay mucho camino aún por recorrer, creo que en estos 16 años se han dado grandes pasos. A pesar de ello, cotidianamente, sobre todo cuando estoy buscando fondos para el festival, sigo enfrentándome a la mirada de personas que siguen pensando en pobreza y hambrunas cuando les hablo de un África en clave constructiva y de la necesidad de conocer y difundir sus cines en nuestro país. Así pues, por eso, porque el desconocimiento es la madre de todos los males, seguiremos trabajando por aportar conocimiento sobre África, sobre sus cines.

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¿Qué proyectos y próximos retos enfrenta en la dirección de este festival? Acabamos de lanzar en Vimeo el primer canal de cine africano online en español. Después del FCAT y de Cinenómada, único dispositivo de difusión no comercial que existe en el mundo hispanohablante sobre cine africano y de la diáspora, quedaba pendiente dar el siguiente paso: la creación de una plataforma que irá enriqueciendo su catálogo constantemente. Nuestro objetivo es llegar antes de final de año a los 100 títulos para seguir aumentando con títulos del pasado y actuales. Este es nuestro reto actual como también los es el de ir incorporando el cine afrolatino a las ediciones futuras del FCAT.

“El objetivo principal del FCAT es romper estereotipos, aportar una imagen más real y verdadera del continente y hacerlo dando voz a sus cineastas para que sean ellos y no occidente quién nos hable de África”


“África no nos necesita tanto como creemos, es nuestro egocentrismo exacerbado el que nos hace creernos imprescindibles”

Una película para disfrutar, otra para pensar y otra para vivir. Me quedo con tres títulos de esta última edición. Para disfrutar, Renault 12 de Mohamed El Khatib, Marruecos; para pensar Madre me ahogo, esta es mi última película sobre ti de Lemohang Jeremiah Mosese, Lesotho; y para vivir Jartum fuera de juego, de Marwa Zein, de Sudán. Entre otras muchas actividades y proyectos, también es fundadora de la ONGD Al Tarab, dedicada a la cooperación cultural en el ámbito de las artes con el continente africano. Nuestras actividades en el ámbito de la cooperación cultural han sido numerosas, aunque seguramente han disminuido enormemente desde que la crisis y los últimos gobiernos del PP dieran un recorte monumental a los presupuestos de Cooperación. Junto con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el programa de capacitación ACERCA, llevamos años formando a jóvenes cineastas, periodistas, programadores y gestores culturales sobre las profesiones de la industria del cine y sobre el cómo comunicar más y mejor sobre África. Caminamos junto a algunas iniciativas cinematográficas africanas, el Slum Film Festival de Nairobi, el Festival de cine de Guinea Ecuatorial, muestras e iniciativas formativas en Mozambique, Senegal y Burkina Faso entre otros.

Tan sólo catorce kilómetros separan Tarifa del continente africano. Tan cerca y al mismo tiempo tan lejos. Proyectos como el FCAT sirven para estrechar lazos. ¿Qué queda por mejorar en este sentido? Mucho, nos queda muchísimo por hacer. Siglos de historia mal contada no se cambian en 16 años. Al africano se le ha cosificado o peor, reducido al estadio animal, por nuestro propio interés. Desconstruir ese imaginario no es algo fácil. Occidente tiene mucho que reparar y, sobre todo, tiene que decirse a dejar que África tome las riendas de su futuro. África no nos necesita tanto como creemos, es nuestro egocentrismo exacerbado el que nos hace creernos imprescindibles. Un mensaje para los vecinos de Tarifa. Ya sé que dicen que nadie es profeta en su tierra, pero en el fondo de mi corazón sigue estando el dolor que me provoca ver cómo aún son demasiados los tarifeños que no son capaces de hablar con orgullo y con la cabeza bien alta del FCAT y de la suerte de que sea su ciudad y no otra la que acoja un evento tan único y valiente, porque lo es, como el FCAT. Me gustaría decirles que sean generosos consigo mismos y con sus hijos, porque el FCAT les abre las puertas del mundo para que puedan enfrentarse a él desde el conocimiento.

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Nuestra gente

Nacho Blanco Peralta, Olivo de Plata 2019

“Ojalá pueda convertirme algún día en un gran diseñador” POR SANDRA DOMÍNGUEZ Ignacio Blanco Peralta es un joven tarifeño que ha logrado convertir su hobby en su profesión. Estudió Bellas Artes en la Universidad de Sevilla y hoy, a sus 29 años, saca adelante su propio taller de diseño y confección en Tarifa. El pasado mes de marzo recibía el Olivo de Plata por su vinculación con la Semana Santa tarifeña.

Hace un año decidió poner en marcha su propio taller. “Antes cosía desde casa para la calle, pero el volumen de trabajo no dejaba de crecer. Así que cuando encontré un local libre entendí que era la oportunidad de abrir mi propio taller. Era ahora o nunca”, explica.

En este taller se dedica al diseño y confección de trajes de flamenca, comunión y novia; vestidos para todo tipo de fiestas y acontecimientos como Navidad, Carnaval y Semana Santa. El diseño y la confección siempre han sido sus grandes pasiones. “Desde muy pequeño ya andaba jugando entre retales. Recuerdo que mientras mis abuelas y mis tías cosían yo jugaba con lo que iban haciendo. Empecé vistiendo a las muñecas de mis primas. Luego hice mis primeros trajes de flamenca para la calle. Hasta que todo esto ha llegado a convertirse en una realidad profesional”.

“No puedo ser más tarifeño. Tarifa es mi paraíso. Me encanta ver mi pueblo lleno de gente en verano y también disfrutar de los inviernos más tranquilos”

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En su taller se dedica al diseño y confección de trajes de flamenca, comunión y novia; vestidos para todo tipo de fiestas y acontecimientos como Navidad, Carnaval y Semana Santa

En Sevilla compaginó sus estudios en Bellas Artes con trabajos de costura para sus primeras clientas. “Nunca he dejado de coser. Mientras estudiaba la carrera cosía y con esto me pagaba la mitad del curso”. Así, Nacho ha ido aprendiendo y creciendo en el mundo de la costura de manera completamente autodidacta. “Me gustaría perfeccionar todo lo que voy aprendiendo con algún curso de patronaje, corte y confección”, añade.

Hace unos meses recibía el Olivo de Plata como joven y referente de la localidad

Hace unos meses recibía el Olivo de Plata “como joven y referente de la localidad, por sus sobradas aptitudes y capacidad en el área de la expresión artística y cofrade”, indicaba el comunicado de la asociación Olivo de Plata. “No pertenezco a ninguna junta de gobierno ni nada, pero siempre que puedo me gusta ayudar y colaborar con todas las hermandades, aportarles algo. El día de la entrega del Olivo fue alucinante. Lo recibí muy emocionado, rodeado de amigos y familiares”, comenta Nacho. ¿Y el futuro? “Primero tengo que terminar todo lo que me queda por hacer”, comenta agobiado. Y es que hasta el momento trabaja él solo con un importante volumen de encargos que se intensifica especialmente entre febrero y noviembre. “Me gustaría que el negocio continuara creciendo poco a poco y que pudiese aumentar la plantilla. Ojalá pueda convertirme algún día en un gran diseñador”. Se confiesa tarifeño de los pies a la cabeza, implicado activamente en las costumbres, tradiciones y la vida social de esta tierra. “No puedo ser más tarifeño. Tarifa es mi paraíso. Me encanta ver mi pueblo lleno de gente en verano y también disfrutar de los inviernos más tranquilos”, concluye.

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José Muñoz, una vida dedicada a la música POR SANDRA DOMÍNGUEZ FOTOGRAFÍA: ARTURO UMBRÍA Ni una, ni dos, sino hasta tres agrupaciones. José María Muñoz, Pepe para los conocidos y amigos, es el encargado de dirigir la banda municipal, la coral de Tarifa y el coro de cámara Ars Morendi. Una tarea que combina con sus clases como profesor de conservatorio.

La pasión por la música surge en él desde muy pequeño. “Llevo toda la vida en esto. Cuando era un crío me apunté a la coral de Tarifa y ahí nació esta afición”, explica Pepe, que continuó su formación musical en Tarifa, Cádiz y Sevilla. Desde hace más de veinte años es profesor de conservatorio en la especialidad de guitarra, dando clases en los centros de Algeciras y La Línea, entre otros de la geografía andaluza. Un trabajo que compagina con la dirección de estas tres agrupaciones de Tarifa, en las que tiene a su cargo a más de un centenar de personas.

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“Cada agrupación es totalmente diferente y cada una tiene su encanto. La banda municipal de música ha alcanzado un nivel muy alto, el coro es un grupo reducido más técnico y la coral de Tarifa está formada por aficionados que aman la música, a los que les encanta cantar. Ensayan mucho y montan programas complejos desde la más pura afición. Es un trabajo más de memoria y desde la pasión”. Cada agrupación cuenta con sus días y horas de ensayo. “Trabajamos de lunes a domingo, en cualquier momento, por la tarde, por la noche, los fines de semana. Salgo de un ensayo y me meto en otro”.

“Tengo la suerte de que mi familia también está muy implicada en esto. Mis dos hijos son músicos y mi mujer es cantante. Así que lo entienden y además participan en ello”


“Es fantástico tratar de enseñar todo lo que sé a personas que, en muchos casos, no han tenido ninguna formación o vinculación musical y que son capaces de absorber lo que comparto con ellos y transmitirlo en los conciertos”

Una vida volcada en la música. “Son muchas horas de trabajo con cada uno de los tres grupos. Una vida dedicada por completo a la música y que también hay que conciliar con la familia. Tengo la suerte de que mi familia también está muy implicada en esto. Mis dos hijos son músicos y mi mujer es cantante. Así que lo entienden y además participan en ello”. A pesar de todas las horas de trabajo, siempre acaba mereciendo la pena. “La música me aporta mucho. Me quedo con la sensación de estar haciendo algo que sirve. Es fantástico tratar de enseñar todo lo que sé a personas que, en muchos casos, no han tenido ninguna formación o vinculación musical y que son capaces de absorber lo que comparto con ellos y transmitirlo en los conciertos. Me quedo con esto, con la dedicación a los demás y a estas tres agrupaciones que deben perdurar en el tiempo. Ahora me toca a mí estar al frente de ellas, pero sin duda el testigo pasará a otras personas una vez yo tenga que dejarlo para que sigan su curso”. Este tarifeño agradece el apoyo y el calor de sus vecinos. “Éste es un trabajo reconocido por la gente del pueblo. Son agrupaciones con una larga trayectoria; en la banda municipal llevamos bajo mi dirección casi 25 años, la coral de Tarifa cumple 45 y el coro de cámara lo fundamos en el 98. Así que sí, sentimos mucho el apoyo del pueblo, que asiste siempre a nuestros conciertos. El reconocimiento de las instituciones también se tiene, pero falta muchísimo por hacer. Tarifa es una población con una afición importante a la cultura, pero donde todavía falta dar un paso más y en el que deben trabajar todas las administraciones para crear un centro musical importante. Ya se han dado algunos pasos, pero queda mucho por hacer”.

“Tarifa es una población con una afición importante a la cultura, pero donde todavía falta dar un paso más y en el que deben trabajar todas las administraciones. Ya se han dado algunos pasos, pero queda mucho por hacer”

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Cultura

Raquel Sánchez Silva “Tarifa tiene mucho poder literario, es pura literatura” POR FRANCIS MENA Tarifa es capaz de enamorar a alguien que ha pisado la alfombra roja, que se ha perdido por la China, que ha jugado a ser superviviente en islas remotas y que ha vivido tan intensamente por el mundo como Raquel Sánchez Silva (Plasencia, Cáceres, 46 años). La escritora, periodista y mediática presentadora ha elegido la localidad tarifeña y el Estrecho de Gibraltar para poner a enamorarse, a sufrir, a disfrutar y, en definitiva, a vivir a los personajes de su última novela: ‘El viento no espera’.

¿Por qué Tarifa? Tengo que decir que vine a Tarifa de vacaciones porque me trajeron y fue, estando aquí, cuando descubrí el poder literario que tiene Tarifa, el Estrecho de Gibraltar y todo el Campo de Gibraltar. Es pura literatura. ¿Qué aporta esta zona a los personajes de su novela? Tarifa me parece un lugar único por su localización, por el encuentro de los mares Mediterráneo y Atlántico, único por la influencia en el viento. Estamos en un mundo en el que todo se parece demasiado, yo he viajado mucho y no hay un sitio como Tarifa. Ese carácter único lo convierte en un refugio, mucha gente llega a Tarifa de paso, gente que está huyendo de su propia vida y que busca una segunda oportunidad, que en definitiva es la base de mi novela, y que acaba en Tarifa porque es un lugar de encuentro. Aquí la gente no te pregunta de dónde vienes ni adónde vas, te da esa oportunidad de volver a empezar, hay mucha gente que ha reinventado su vida en Tarifa. Es un sitio que parece que es el final, porque es el sur del sur, donde acaba Europa, todo un mundo, pero a mí me parece más bien el principio. Es un sitio que da una nueva oportunidad a las personas y a los personajes de esta novela.

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En la novela se reconocen negocios, calles y hasta personajes de Tarifa y su entorno. ¿Ha estado mucho por aquí? Además de venir de vacaciones, decidí quedarme una semana con el único propósito de documentarme para escribir la novela. Me ayudó muchísimo Javier Goyeneche, de Mundo Posibilidades, que ejerció de guía de la zona y fue el que abrió el libro al Campo de Gibraltar. Descubrí el arte rupestre sureño, el faro Camarinal, la cueva de las orcas, la playa de los Alemanes o las Corzas. El libro se transforma en Tarifa, lo que iba a quedarse en el casco histórico se abrió al Estrecho de Gibraltar, incluso a la otra orilla, a Tánger. El viento está presente casi en cada instante del relato. ¿Qué es el viento en la novela? El viento en la novela lo es todo, para mí representa no sólo el viento incómodo sino también el que te abraza. La novela se llama ‘El viento no espera’ porque es lo inesperado, es lo que te viene dado en la vida, el motor que te mueve. No puedes decidir sobre él, como no puedes decidir sobre todo en la vida pero tienes que saber adaptarte a él. El viento te puede revolver toda la casa, como ocurre en un momento de la novela, o levantarte el camisón y darte una alegría. ¿Es más de Levante o de Poniente? (Ríe) Soy de los cambios. Si hay muchos días de Poniente, no me viene mal un poco de Levante. Me gusta esa incertidumbre y los cambios de vientos.


‘El viento no espera’ es una novela de personajes, que por cierto sufren. ¿Hay mucho de Raquel Sánchez Silva y su vida en ellos? Pues estoy salpicada un poco en todos los personajes, porque al final te da pudor verte en mucho en uno de ellos, así que estoy en muchos, especialmente en los femeninos. Pero hay personajes vuestros, muchas personas que viven allí, incluso físicamente: el color de los ojos de Pizco, uno de los personajes, lo he visto allí; o a Carmen con su pelo rizado, que la vi en Algeciras, donde pasé toda una tarde. En una novela con tanto peso de los personajes femeninos, los auténticos protagonistas, Raquel Sánchez Silva no ha querido dejar pasar la ocasión de hablar de la violencia machista. En realidad en la novela hay varios temas que me preocupan, que me alarman, que me producen un impacto emocional. El maltrato es una lacra y cada uno tenemos nuestra manera de decir que basta ya, que ya está bien. Yo he querido decirlo así y la violencia machista aparece muchas veces y de forma distinta en la novela, incluso con los menores. Lo he querido tocar con la prudencia y el horror de la que ve algo que no puede seguir pasando.

También se muestra crítica con las redes sociales. ¿Qué le ha pasado con ellas? Hablaba con compañeros periodistas que están enfadados por el odio que hay en las redes sociales, pero un señor enfadado en Toledo, que te escribe o te insulta, es grave pero mucho más lo de la prensa. Ahora bien, las redes sociales son instrumento que se está utilizando de una forma que a mí me desespera, está condicionando nuestras vidas y hace falta una reflexión sobre eso. Se dice que las redes dicen tal cosa y luego entras y son tres personas la que lo dicen pero ¡hasta los medios se hacen eco! ¿Volverá a Tarifa? Claro. Y recomiendo a todo el mundo que se dé un paseíto por allí, que se reserve diez días de su vida para pasarlo en Tarifa, en su entorno, porque es un privilegio y lo va a ver todo de otra manera. A mí me ha pasado.

Como periodista, la prensa actual también parece que es una preocupación suya. Creo que ahora mismo es el momento más difícil para ejercer un periodismo real. Ahora tenemos la urgencia y la necesidad de conseguir visitas, el clic, y se busca a través del escándalo, la tragedia, el golpe de efecto y todo eso penaliza la noticia y penaliza la verdad.

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Deportes

Tarifa: los juegos de Eolo POR FRANCIS MENA Tarifa se convertirá durante el verano en el gran campo de regata para numerosos campeonatos de windsurf y kitesurf. El viento, las playas y el ambiente atraen a los mejores riders del mundo. Emocionantes carreras, impresionantes saltos, increíbles trucos… Esta es la agenda de los más importantes eventos que las aguas tarifeñas acogerá en los próximos meses. Comienzan los juegos de Eolo.

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TARIFA GKA KITE-SURF WORLD CUP/FREESTYLE WORLD CUP Del 2 al 8 de julio

TARIFA SKL. COPA DE ESPAÑA Del 30 de agosto al 1 de septiembre

La Copa Mundial de GKA (Global Kitesports Association) desarrolla este 2019 un gran año de competición internacional tanto para el conocido kitesurf en sus variantes de olas y de strapless freestyle, como para el freestyle. Este año el circuito mundial regresa, por sexto año, a Valdevaqueros, una de sus mecas, con una prueba de cuatro estrellas.

La Spain Kiteaboarding League es un circuito donde los mejores riders nacionales e internacionales buscan la Copa de España de Kiteboarding en las disciplinas freestyle y strapless. Arrancó en mayo en Isla Canela (Huelva) y a finales de agosto hace una de sus tres paradas en Los Lances de Tarifa, que también acoge el Campeonato de Andalucía.

“Surfear es bailar con las olas” Gerry Lopez

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TARIFA RED BULL TARIFEANDOS KITE-WINDSURF Del 19 al 22 de septiembre

TARIFA OPEN DE FÓRMULA KITE 7 y 8 de septiembre

La famosa bebida energética patrocina en Tarifa un evento, como todos los que suele organizar, que se caracteriza por su espectacularidad y emoción. Se trata de una travesía de kite y windsuf en la que se esperan participantes de todo el mundo. Es una de las novedades del calendario 2019 de los deportes de viento.

Tarifa acogerá la gran final de la Fórmula Kite Spain Series 2019, circuito nacional que se estrena en aguas tarifeñas. Tras cuatro pruebas en diferentes puntos de la geografía nacional, la playa de Valdevaqueros pondrá el broche y decidirá al ganador.


III EDICIÓN TRAVESÍA WINDSURFING TARIFA Septiembre

FULL POWER KITEFEST TARIFA Octubre

Los Lances será escenario de la III edición de la Travesía Popular Windsurfing Tarifa. La cita fue uno de los eventos presentados por el Ayutamiento de Tarifa en Fitur 2019. La pasada edición participaron unos 150 windsurfistas que navegaron con sus velas y tablas.

Saltar, saltar lo más alto y espectacular posible. Ese es el objetivo de esta competición que el año pasado acogió en la playa de Balneario una treintena de participantes procedentes de 15 países. Big Jump, Big Jump Best, Trick kite Loop y Best trick strapless son las modalidades que hacen las delicias de competidores y espectadores. Estas serán algunas de las citas relacionadas con el windsurf y el kitesurf que acogerá Tarifa en los próximos meses. Sin embargo, en la meca del viento cualquier día puede ser bueno para disfrutar del deporte y el mar.

FOTOGRAFÍAS: GLOBAL KITE SPORTS ASSOCIATION

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La depuración de aguas residuales sigue avanzando en el municipio El Gobierno andaluz se comprometió el pasado mes de enero a desarrollar las obras complementarias de la depuración integral de aguas residuales de Tarifa que permitirán acabar con el aliviadero del tubo arco que es el que sigue provocando vertidos puntuales a la playa de Los Lances. El compromiso implica la redacción del proyecto del nuevo desagüe al mar de las aguas residuales urbanas. Con ello se conseguirá eliminar el aliviadero que existe en el tubo arco que, coincidiendo con grandes avenidas de aguas pluviales o potenciales averías, van a dar al tubo arco del paseo marítimo originando vertidos ocasionales. El Ayuntamiento de Tarifa ha insistido en reiteradas ocasiones a la Consejería de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio para que busquen una pronta solución y el citado aliviadero no vierta su contenido en el tubo arco del paseo marítimo, concebido exclusivamente para evacuar aguas pluviales.

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Con el compromiso expresado por escrito se consigue, atajar una problemática histórica en la zona del paseo marítimo. Además, la solución planteada por el Ayuntamiento de Tarifa pasa por unificar la nueva conducción de desagüe procedente del aliviadero del tubo arco con el actual emisario submarino, consiguiendo así la mejora de las infraestructuras existentes y un mantenimiento más eficiente de las mismas. El alcalde ha destacado el salto cualitativo que la localidad ha dado en las últimas décadas en el tratamiento integral de las aguas residuales. De la ausencia de tratamiento específico y el vertido directo al mar, en la playa de Los Lances, se pasó en la pasada década de los 90 a la construcción del emisario submarino. Recientemente, la entrada en un funcionamiento de la Estación Depuradora de Aguas Residuales ha favorecido el giro definitivo con la depuración de aguas, que se verá ahora completado con la mejora del aliviadero de la Estación de Bombeo.


Tarifa cuenta ya con un nuevo

parque de bomberos

Ubicado en la zona de La Marina, el nuevo parque de bomberos es un parque de tipo tres, similar al de Jimena y San Roque. Las nuevas instalaciones, que incluyen un espacio útil cercano a los 2.000 metros, se han levantado sobre una parcela de 5.142 metros cuadrados de terreno de titularidad pública y cedidas al Consorcio Provincial de Bomberos de Cádiz (CPBC).

La construcción, iniciada en febrero de 2018, ha supuesto una inversión de 2,5 millones de euros. El servicio atenderá las incidencias de Tarifa, Facinas, Tahivilla y hasta 19 núcleos rurales y diseminados, sumando una población de 18.000 habitantes, aunque con un crecimiento sensible en épocas de afluencia turística y un radio de actuación de 420 kilómetros cuadrados.

El nuevo parque está dotado de cocheras y accesos, áreas de administración y dependencias, zona de gimnasio y patio de maniobras. Cuenta con 16 trabajadores y cuatro vehículos: una autobomba rural pesada (3.000 litros) y otra ligera (1.000 litros) así como un vehículo de rescate ligero y otro de apoyo logístico.

Con esta nueva infraestructura, los bomberos disponen de un nuevo centro de trabajo que sustituye al anterior, muy obsoleto y que no reunía las condiciones de trabajo, salud y seguridad apropiadas para la plantilla.

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José Luis Roca García

Andrés Carrasco

Marcos Moreno

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José Luis Roca

“Me gusta componer la foto para que tenga una lectura fácil” 52 años Premio Ortega y Gasset de Fotografía Premio Andalucía de Periodismo José Luis Roca García comenzó publicando sus primeras fotos como fotoperiodista en el extinto diario La Tribuna de Algeciras. Pero si a la carrera de este fotógrafo sanroqueño que trabaja en Madrid para el periódico de Catalunya desde 2008 hubiera que ponerle una fecha de inicio, esta sería la de aquella mañana de mayo de 1985 cuando la Refinería Gibraltar de Cepsa sufrió uno de los mayores accidentes de su historia con la explosión de dos petroleros. “En cuanto me enteré, cogí una cámara, un carrete y me fui allí. Y creo que fueron esas fotos las que me llevaron a lo que hoy soy”, explica Roca, cuyas imágenes no fueron publicadas en ese momento, aunque sí años más tarde coincidiendo con un aniversario de la tragedia. El fotógrafo enseñó aquel trabajo al periodista Jorge Bezares y éste le llevó a las primeras colaboraciones con el Diario de Cádiz y, posteriormente, al diario Europa Sur, donde ejerció como fotógrafo entre 1989 y 2006, año en que decidió comenzar una nueva etapa profesional. “Solicité una excedencia para dedicarme con más tiempo a la agencia Agence France Press (AFP) con la que también colaboraba. Meses más tarde me llamaron de El Periódico y decidí trasladarme a Madrid buscando mejorar mi situación laboral”, explica el fotógrafo. Treinta años detrás de una cámara han hecho de José Luis Roca uno de los fotoperiodistas con más experiencia que han salido del Campo de Gibraltar. “Nuestro trabajo consiste en contar historias, y no se trata solo de salir en los papeles sino de tener que decir

algo a los demás, de trasladar una realidad tan dura como la de la inmigración, un tema que nos ha tocado vivir a muchos fotógrafos de la zona”, explica José Luis Roca, quien confiesa que cada día que se enfrentaba a un desembarco su mayor reto era contar una historia que pareciera distinta a la del día anterior sin importar si había muertos o no, y siempre con el mismo respeto. “Esta es una realidad que no desaparece aunque pierda interés y necesite de grandes números para volver a las portadas. Pese a todo eso, la inmigración sigue ahí”, añade. La clave de su trabajo como fotoperiodista está, según cuenta, en saber encontrar ese elemento que hará más fácil la lectura de una imagen. “Me gusta componer la foto de tal manera que sintetice todo lo que la imagen quiere trasladar; añadir ese algo que algunos llaman artístico pero que a mí no me agrada mucho, a las herramientas del lenguaje fotográfico”. José Luis Roca es crítico con la profesión, con las empresas editoriales que no han sabido ver que la era de internet y las redes sociales iban a cambiar el periodismo para siempre. “Han tardado mucho en adaptarse y en el camino se han perdido muchas cosas y una de ellas es la credibilidad. Hoy, cualquiera puede llegar a la misma gente a la que llega una plantilla de profesionales formada por periodistas. No obstante, creo que tarde o temprano la gente elegirá de nuevo una información veraz, basada en la seriedad del trabajo. Mientras tanto, los periodistas están compitiendo con cualquiera que quiere decir algo”, declara el fotógrafo.

“Nuestro trabajo consiste en contar historias. No se trata solo de salir en los papeles sino de tener que decir algo a los demás”

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FOTO: José Luis Roca Reunión entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez Agosto 2016, Congreso de los Diputados

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Andrés Carrasco

“Lo más importante en esta profesión es que te guste”

43 años Premio Andalucía de Periodismo Premio Ortega y Gasset de Fotografía Premio Andalucía sobre Migraciones Andrés Carrasco nació en Barcelona hace 43 años, pero desde los siete reside en Algeciras, ciudad en la que ha crecido rodeado de fotógrafos. “De cinco que somos en la familia, cuatro nos dedicamos a esto”, cuenta, al tiempo que rememora con cariño aquella primera credencial de la agencia EFE que su padre le hizo cuando tan solo tenía 17 años. “En aquel tiempo yo no quería hacer nada, tenía16 años y estaba viviendo esa época rebelde que nos toca… Mi padre me dijo que algo tenía que hacer y me llevó con un compañero de la televisión de Algeciras para que aprendiese el oficio. Me tiré dos años de cámara, sin cobrar, y paralelamente empecé a hacer fotos para EFE junto con mi padre, que trabajaba para la agencia”, explica. Sus primeros trabajos como fotoperiodista los firmó en el diario Europa Sur. “La primera foto que hice fue en el paseo marítimo, y aún la tengo, de un coche que se estrelló allí. Recuerdo que era un Renault 5. Fui con un amigo, hice la foto, la mandé al periódico y la publicaron. Mandar fotos, una expresión que hoy describe un trabajo muy distinto al que se hacía hace dos décadas. “Mandábamos las fotos a EFE a través del fototipo, un rodillo en el que metías la foto, unas pinzas se conectaban al teléfono, y el telefoto la transmitía. Revelábamos en papel y lo que poníamos en el rodillo se iba transmitiendo punto por punto. Digamos que iba escaneando la foto y cuando terminaba de hacer ese escaneo, la recibían en Madrid”, explica Carrasco. De este modo, entre colaboraciones y algún que otro proyecto que luego tuvo que abandonar, se inició la trayectoria profesional de Andrés Carrasco, al que le preguntamos si se define como fotoperiodista. “Hago fotos de todo, pero lo que más me gusta es hacerlas para prensa. Donde me siento más cómodo es ahí, o cuando hago trabajos documentales. Lo más importante en esta profesión es que te guste y de eso te das cuenta desde el primer momento”, explica el corresponsal de EFE, para quien el resultado de cada uno de los trabajos depende, en buena medida, de la capacidad para prever lo que va a ocurrir. “Es primordial colocarte en el sito idóneo, y saber cuál es el lugar correcto te lo da la experiencia. Sin embargo, no siempre se consigue. Cuando haces fotografía para prensa tienes pocos minutos para llevarte la foto”, añade.

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Como a otros muchos compañeros que trabajan o han trabajado en el Campo de Gibraltar, el fenómeno de la inmigración ha sido una constante en su carrera. “Antes podías hacer fotos de inmigración más tranquilo porque el periódico no salía hasta el día siguiente. Ahora quieren la imagen antes de que suceda. Estás obligado a trabajar mucho más rápido”, cuenta Carrasco, quien señala que este fenómeno seguirá siendo foco de atención de los medios nacionales en mayor o menor medida, al igual que Gibraltar o el fenómeno del narcotráfico. “Ahora estamos viviendo la época de las redadas. Los gobiernos están interesados en que se vea que están poniendo esfuerzos para controlar y frenar el tráfico de drogas. ¿Y cómo pueden trasladar toda esa tarea? Facilitando el trabajo a la prensa, sobre todo después de un repunte muy alto que estaba dando una imagen muy perjudicial de esta zona. La única manera de contrarrestarla es dejar que todo se vea”, declara el fotógrafo. Andrés Carrasco coincide con otros colegas al señalar que aprender el oficio de fotógrafo es mucho más fácil ahora que antes, pero acceder a la profesión es más complicado. “Antes tenías que saber revelar, positivar, aprender el oficio en escuelas o donde fuese. Hoy es más fácil y todo el mundo puede hacer una foto con el móvil. Basta con ver un informativo para darte cuenta de que muchas imágenes han sido grabadas con un móvil. Eso antes no pasaba. A los medios de comunicación, a los directores, a sus dueños, les interesa mucho menos la calidad de las fotos. Hace poco un compañero me dijo que lo que las empresas hacen hoy es rellenar un periódico de publicidad y en los huecos que quedan meten una noticia o una imagen”, añade.

“Me he quedado con la espinita de haber ido a algún lugar en conflicto. He tenido etapas en mi vida en en las que pude haber ido, pero ahora no me veo”


“Estamos viviendo la época de las redadas. Los gobiernos están interesados en que se vea que están poniendo esfuerzos para controlar el tráfico de drogas y están facilitando el trabajo a la prensa”

Andrés Carrasco no olvida algunas de las imágenes que ha tomado con su cámara a lo largo de todos estos años. “Recuerdo una que hice a un padre que bajó de una patera con su hija y se despidió de ella dándole un beso; o aquella vez que dos hombres sacaban a una mujer del agua. Luego vi a esa pareja andando por la ciudad”, explica el fotógrafo, que también tuvo la oportunidad de hacer una foto junto a la tumba de Paco de Lucía. “La hice porque me encontré allí en ese momento, no la buscaba. Aquel día se formó una pelotera muy grande y nos dijeron que no íbamos a poder entrar en el cementerio. Luego vi cómo la gente entraba y aquello empezó a desmadrarse un poco. Todo el mundo estaba grabando con móviles y me decidí a entrar. Al cabo de unos minutos estaba delante del féretro y me dije a mí mismo que tenía que hacer esa foto. No podía dejar pasar aquel momento, aunque solo hice dos disparos, no quise estar más tiempo”, narra con cierto pudor el fotógrafo. A lo largo de su carrera, Andrés Carrasco ha ampliado sus fronteras y ha viajado a varios países del mundo para retratar la situación de determinados colectivos. Cuba, Japón, Lesbos, Sáhara, Camerún, Burkina Faso… “De vez en cuando me busco algún lugar a donde ir porque me apetece ver las cosas por mí mismo”. ¿Cuál te gustaría que fuese tu próximo destino? “Ahora estoy mucho más mayor -ríe-, y me he quedado con la espinita de haber ido a algún lugar en conflicto. He tenido etapas en mi vida en las que pude haber ido, pero ahora no me veo. Esos destinos se han puesto muy peligrosos, ya ni siquiera las agencias mandan a gente, prefieren contratar a autóctonos”, concluye.

FOTO: Andrés Carrasco Cabo Verde

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Marcos Moreno

“Vivir como freelance es posible si no tienes ataduras. En esto no puedes empezar con una hipoteca”

44 años Premio Nacional de Periodismo Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado Premio Internacional de Periodismo Mingote Marcos Moreno se define como fotoperiodista, pero también como periodista. “En muchas ocasiones los fotógrafos nos vemos en la obligación de contar al periodista qué ha sucedido en el lugar en el que hemos estado. Ellos no siempre pueden acudir y nos toca a nosotros estar en primera línea”, declara Moreno, quien cuenta que a la fotografía de prensa no le llevó la fotografía en sí, sino la necesidad de hacer denuncia a través de sus imágenes. Con apenas 14 años de trayectoria profesional, Moreno ha conseguido hacerse un hueco en agencias de renombre como la Associated France Press y Associated Press, y en las redacciones del diario El País y El Español, además de colaboraciones con el diario local Area. “A los 30 años trabajaba como informático. Tenía un buen sueldo, pero cada día que pasaba me costaba más ir al trabajo. Aquello no me hacía feliz, no me sentía bien. Decidí hablar con mi mujer y le dije que no quería seguir haciendo lo mismo, que no estaba bien”. Y a aquellas palabras, a aquella declaración de intenciones, le siguió la llamada de un amigo, Gerardo, que Marcos Moreno califica de providencial. “Me dijo que le había llegado una cámara digital. Una Nikon D/100, de 6 megapíxeles, para que la probase. Casi 15 años después todavía la conservo junto a una colección de 350 cámaras”, explica el fotógrafo.

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En aquella época los periódicos locales andaban buscando fotógrafos. Su primer currículo lo dejó en las oficinas del diario Área, un currículo en el que, por cierto, mintió añadiendo dos cursos de fotografía que ni siquiera había hecho. “Ni siquiera sabía usar la cámara, lo tiraba todo en automático”, cuenta el fotoperiodista. Hasta que llegó febrero de 2004 y se fue a una huelga que habían convocado los trabajadores de Acerinox. “No sabía hacer fotos, pero allí estaba, y fue en ese momento cuando tomé conciencia de lo que quería hacer y decidí que aquello me gustaba. A partir de ahí empecé a hacer cursos, talleres, a mejorar mi formación de forma autodidacta, hasta llegar hasta donde estoy hoy”, añade el linense.

“No tengo jefe ni horario, pero tampoco sé qué voy a hacer o cuánto me va a durar el próximo trabajo”


FOTO: Marcos Moreno

“Los trabajos con los que más disfruto son los que tienen que ver con la denuncia social” Marcos Moreno define sus trabajos por su capacidad de contar historias. “Los trabajos con los que más disfruto son los que tienen que ver con la denuncia social, la inmigración, los refugiados, la gente que tiene que decir algo pero a la que nadie escucha”, cuenta el fotógrafo, que trabaja como freelance, una profesión que tiene sus ventajas y sus inconvenientes. “Como ventajas podría decir que no tengo jefe ni horario; pero tampoco sé qué voy a hacer o cuánto me va a durar el próximo trabajo, el próximo encargo”, declara Moreno, quien prefiere alejarse de los discursos que hablan del fin del periodismo. “Desde que estoy en esto escucho que el periodismo está acabado, y aquí seguimos. Eso sí, la profesión exige que estés en continuo reciclaje. Hay que renovarse, adaptarse a las nuevas exigencias del periodismo. Yo no solo hago fotos, también vídeos y hasta cuento historias”, concluye Moreno, para quien el oficio está muy complicado. “Ahora es más fácil empezar porque hay muchos más medios a tu alcance, pero es más difícil encontrar un hueco. Vivir como freelance es posible si no tienes ataduras. En esto no puedes empezar con una hipoteca”, añade.

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José Luis Roca García

Andrés Carrasco

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“El componente más importante de una cámara está detrás de ella”. Ansel Adams, fotógrafo

Marcos Moreno

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Recetas Rápidas y fáciles Bocadillo de tomates cherry asados y queso de cabra Web: hoycomemosano.com Instagram: @hoycomemossano

Ingredientes • • • • • • • • • •

250 gr de tomates cherry 2 dientes de ajo ½ cucharadita de tomillo ½ cucharadita de romero ½ cucharadita de orégano ½ cucharadita de albahaca Un poco de pimienta negra molida 1 cucharada de AOVE (aceite de oliva virgen extra) 1 rulo de queso de cabra 2 barras de un buen pan de calidad y crujiente

Elaboración Corta los tomates por la mitad y ponlos en una fuente con el aceite, el ajo laminado y todas las hierbas.

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Mezcla bien y mete en el horno precalentado a 220º durante 10 minutos. Abre el pan por la mitad y coloca unas rodajas de queso de cabra por toda la superficie. Mete las dos partes del pan en el horno para que se tueste y se derrita el queso. Saca todo del horno. Reparte los tomatitos asados encima del queso derretido. No te olvides de rebañar bien las hierbas y el ajo y repartirlo en los bocadillos. Coloca unas hojas de albahaca frescas por encima y ya, ¡solo te queda disfrutarlo!

*Otra opción para hacer los tomates es el MICROONDAS. Si no tienes horno, pon los tomates unos 7 minutos a máxima potencia.


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Pollo a la naranja Web: lasmariacocinillas.com Instagram: @lasmariacocinillas

Ingredientes

Elaboración

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Poner las pechugas o solomillos de pollo en una sartén caliente con aceite de oliva virgen extra.

500g pechuga de pollo o solomillo de pollo 200g zumo de naranja natural 2 cucharadas soperas de azúcar 1 cucharada de vinagre de manzana 1 cucharada de maizena Sal , pimienta y aceite de oliva virgen extra

Dorar bien por todos lados. Cuando esté bien doradita, añadir la cebolla y dejar 3-4 minutos para que se poche. Mientras se cocina la cebolla, en un bol o cuenco, mezclar el azúcar, con el vinagre, el zumo de naranja y la maicena, y batir con un tenedor o varilla hasta que se deshaga por completo. Incorporar a la sartén, y dejar reducir unos 5-10 minutos, hasta que se quede la salsa reducida y el pollo jugoso. ¡Y listo!

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