Niños perdidos

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13 DIOS Así fue como hallaron un nombre para la dolencia de Zap: durante el otoño recibieron todos los meses la visita de Jerusha Gilbert, la enfermera de la clínica infantil del condado. En su primera visita Jerusha descubrió que DeAnne y Step ya tomaban todas las medidas que ella recomendaba habitualmente. Aun así se quedó la hora entera, y volvía todos los meses; le contó a DeAnne, que la mayoría de los niños que cuidaba tenían síndrome fetal de alcoholismo o falta de atención prenatal, así que no era de extrañar que los hogares que visitaba no fuesen ámbitos ideales. Y como no tenía que tomar las medidas higiénicas de costumbre, Jerusha comenzó a explorar ideas más avanzadas que DeAnne y Step podían poner a prueba con Zap. Jerusha fue la primera en decir parálisis cerebral. —No es un diagnóstico, desde luego, porque nunca lo es. Parálisis cerebral no es un término médico, es un comodín que sirve para todos los trastornos que parecen relacionados con una disfunción del cerebro. Niños rígidos, niños flojos, algunos retardados, otros inteligentes. Algunos caminan, otros andan en sillas motorizadas, otros se quedan en cama gimiendo sin cesar cuando están conscientes, si puede llamarse conciencia. En algún punto todos convienen en que se trata de parálisis cerebral, y entonces se impone determinado sistema. Así que depende de ustedes. Si dicen que Zap tiene parálisis cerebral, nadie lo discutirá. —¿Y si es otra cosa? —preguntó Step. —Siempre es otra cosa. La etiqueta parálisis cerebral sólo significa que hemos convenido en que no sabemos de qué se trata, pero el niño necesita ayuda en ciertas actividades. Y tendrán suerte si deciden que es parálisis cerebral, porque Steuben cuenta con uno de los cuatro o cinco mejores centros de parálisis cerebral de Estados Unidos. —¿Ah, sí? —preguntó DeAnne. —En el lado este de la ciudad. El centro educativo Puertas Abiertas. Un bonito edificio, además. Ahora está a cargo del Ayuntamiento, pero originalmente se creó con aportaciones de los ciudadanos. Los padres de los niños que padecían parálisis cerebral realizaron colectas hasta reunir el dinero. Y aún prevalece esa sensación. Allí tienen todo lo que Zap puede necesitar. Y para niños en edad preescolar tienen el centro Daggett. Cobran por los servicios, pues están financiados por fundaciones y no es público, pero no es tan caro. Lo necesitarán cuando Zap cumpla dos años. Tratándose de un chico con problemas neurales, Steuben es la mejor ciudad americana para criarlo. Parálisis cerebral. Bien, al menos habían oído hablar de ella. En cuanto tuvieron esta etiqueta para los problemas de Zap, hablaron sobre el tema con los niños en una noche de hogar*. Step les contó que había conocido a un chico con parálisis cerebral.

* Entre los mormones, veladas de reflexión familiar. (TV. del T.)


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