Hukmanitas 66 tapa

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AÑO XVIi

R E V I S T A DE A n t r op ol o gí a y C u lt u r a C r i s t i a n a s / N º 6 6 / A ÑO X V I

Gonzalo Ibáñez Santa María JUAN PABLO II: HACE 25 AÑOS, SU VISITA A CHILE Giuseppe De Rosa PROSTITUCIÓN GLOBALIZADA: MODERNA ESCLAVITUD

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Card. Antonio M. Rouco Varela SAN JUAN DE ÁVILA, NUEVO DOCTOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL


H U M A N I T A S

H umanitas Nº 66 otoño 2012 – AÑO XVII

Radicalismo Islámico LA RELIGIÓN COMO ABSOLUTO POLÍTICO Massimo Borghesi

206

MATRIMONIO, FAMILIA Y NUEVA EVANGELIZACIÓN Stanislaw Grygiel

216

Cultura humanista y tradición EDUCAR A LA PERSONA Onorato Grassi

224

El Maestro de Ávila NUEVO DOCTOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL Cardenal Antonio M. Rouco Varela

236

A 50 años del Concilio Vaticano II EL MISTERIO Y LA VIDA DE LA IGLESIA Cardenal Georges Cottier O.P.

254

JUAN PABLO II: HACE 25 AÑOS, SU VISITA A CHILE Gonzalo Ibáñez Santa María

258

Nueva forma de esclavitud LA GLOBALIZACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN Giuseppe De Rosa S.J.

274

REMBRANDT Y EL ROSTRO DE CRISTO Bernardita Cubillos

286

Destacamos en NOTAS EL PELIGRO DE UNA FALSA “AUTONOMÍA” Cardenal Angelo Scola

296

LA FIESTA DE CUASIMODO EN EL CAMPO CHILENO Verónica Griffin Barros

301

Destacamos en LIBROS VIDA Y OBRA DEL PADRE ALEXANDER MEN Gisela Silva Encina 374

En portada: Rostro de Cristo, óleo de Rembrandt (ci. 1650).

Sumario Editorial Notas La Palabra del Papa Panorama Libros Sobre los Autores

199 202 296 314 324 374 392


HUMANITAS diecisiete años sirviendo al encuentro de la fe y la cultura

HUMANITAS (ISSN 07172168) recoge los trabajos de sus colaboradores regulares, nacionales y extranjeros. Asimismo, de otros autores cuya temática resulta afín con los objetivos de esta publicación. Toda reproducción total o parcial de los artículos publicados por HUMANITAS requiere de la correspondiente autorización, a excepción de comentarios o citas que se hagan de los mismos. Diseño y Producción: Publicidad Universitaria UC Impresión: Ograma Impresores Suscripciones y correspondencia: HUMANITAS, Centro de Extensión de la Pontiicia Universidad Católica de Chile, Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, 3er piso, Santiago, Chile. Teléfono (562) 354 6519, Fax (562) 354 3755, E-mail: humanitas@uc.cl Suscripción anual, $28.000; estudiantes, $16.000. Valor por ejemplar, $7.000.




HUMANITAS Sumario N° 66 (abril- junio 2012)

LA RELIGIÓN COMO ABSOLUTO POLÍTICO, por Massimo Borghesi. La ideología fundamentalista islámica, caracterizada por su espíritu antimoderno, es también un típico producto de los años 60 y 70. No se trata puramente de una expresión de tradicionalismo, sino de una modernidad reaccionaria, que se configura en la imitación del antioccidentalismo ideológico marxista a partir de una crítica hacía del sistema capitalista, egoísta y corrupto. Del marxismo proviene la politización de lo religioso, la legitimación de la violencia, de la lucha armada y de la acción terrorista encaminada hacia el objetivo final: la realización del mundo nuevo de los puros y los no contaminados en una visión maniquea que separa drásticamente a los “buenos” de los “malos”. Se sostiene la pretensión a un retorno integral a la tradición originaria en antítesis a la degeneración de los siglos modernos, marcados por la contaminación del Occidente, cristiano y ateo simultáneamente. No obstante lo anterior, en el último tiempo el mundo islámico está emprendiendo un proceso de confrontación con la modernidad y de diálogo interreligioso análogo al que el catolicismo inauguró con el Concilio Vaticano II. Su finalidad es alcanzar una definición de la auténtica esencia de la fe, responder acerca del sentido de la propia tradición y oponerse a un fanatismo desenfrenado. Es un proceso de alcance incalculable, tal vez el hecho más importante del siglo XXI. Humanitas 2012, LXVII, págs. 206 - 215

MATRIMONIO, FAMILIA Y NUEVA EVANGELIZACIÓN, por Stanislaw Grygiel. La perspectiva de la familia que nos trajo Juan Pablo II se encontró en su tiempo no sólo con la ausencia de una visión de ella en el ambiente escolástico, sino también con una agresiva construcción de nuevas formas de vida familiar cada vez más alejadas de la verdad del ser humano, y con una imposición igualmente violenta de éstas a la sociedad por parte de grupos pequeños, pero ruidosos Ante el hombre situado en una sociedad utilitarista, Juan Pablo II proclamó un anuncio profético: el hombre moderno es incapaz de unirse en matrimonio, crear familia o trabar amistad, porque se orienta al poseer y los objetos no despiertan la verdad en el hombre, ni el amor, ni el bien, ni tampoco la real libertad. Optó entonces por reavivar la evangelización y hacer ardiente la presencia de Cristo en los matrimonios y en las familias, como una forma de revelación de la verdad del hombre que encuentra su sentido en la donación total del uno al otro. Humanitas 2012, LXVII, págs. 216 - 223

EDUCAR A LA PERSONA, por Onorato Grassi. La reducción de la educación a mero aprendizaje de adiestramiento que caracteriza la situación presente, es resultado de la racionalidad considerada meramente como una capacidad técnico-científica y de la influencia de las ideologías del siglo XX. El presente artículo propone que la educación debe asumir a la persona como interlocutor, reconociéndola como subjetividad por encima de la causalidad biológica y la realidad histórico-social, y respetando el misterio de su apertura hacia Otro, que la constituye. La persona debe ser formada en miras a adoptar un enfoque crítico y positivo de la realidad, en cuya construcción cumple un papel fundamental una relación dinámica con la tradición, entendida como el patrimonio de conocimientos, valores y costumbres que constituyen la perspectiva a partir de la cual el individuo se asoma al mundo y lo vive. Una auténtica educación debe permitir no sólo al sujeto, sino también a la sociedad, crecer y realizarse como comunidad de hombres, que procuran vivir su existencia cada vez con mayor humanidad. Humanitas 2012, LXVII, págs. 224 - 235

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EL MAESTRO SAN JUAN DE ÁVILA, NUEVO DOCTOR DE LA IGLESIA UNIVERSAL, por Cardenal Antonio Ma. Rouco Varela. Las palabras que el Papa Benedicto XVI pronunció anunciando la próxima proclamación como Doctor de la Iglesia del maestro San Juan de Ávila, al término de la santa Misa celebrada con miles de seminaristas en plena Jornada Mundial de la Juventud, han dado la vuelta al mundo: “Invito a todos a que vuelvan la mirada hacia él, y encomiendo a su intercesión a los Obispos de España y de todo el mundo, así como a los presbíteros y seminaristas, para que perseverando en la misma fe de la que él fue maestro, modelen su corazón según los sentimientos de Jesucristo, el Buen Pastor”. El ejemplo de este gran predicador del Evangelio es especialmente apropiado para la realidad del hombre contemporáneo, en un tiempo apremiado por la necesidad de una “Nueva Evangelización”. El Maestro de Ávila fue un gran conocedor de la Sagrada Escritura, un hábil predicador y un catequista entusiasta; lleno de Dios y de sabiduría humana, su apostolado e iniciativas educacionales brillaron por su acierto y luminosidad. Aún hoy los puntos esenciales de sus pautas evangelizadoras son sorprendentes por su actualidad. Humanitas 2012, LXVII, págs. 236 - 253 EL MISTERIO Y LA VIDA DE LA IGLESIA, por Georges Cottier O.P. Este 2012 se cumplen cincuenta años desde el comienzo del Concilio Vaticano II. Medio siglo después de aquel acontecimiento crucial para la vida de la Iglesia, continúa existiendo un debate acerca de la interpretación más adecuada para definir su magisterio. En vistas de aquella búsqueda y al considerar el interés general por sobre lo que puede ser juzgado como una discusión entre entendidos, es pertinente indagar en los orígenes del suceso, para redescubrir la fuente que animó al Concilio y vislumbrar cuál era el rostro íntimo de la Iglesia que aquél se propuso confesar y presentar al mundo en su intento de actualización. Las primeras líneas de la constitución Lumen Gentium pueden ser de utilidad para alcanzar el anhelado fundamento: “Cristo es la luz de los pueblos. Por ello este sacrosanto Sínodo, reunido en el Espíritu Santo, desea ardientemente iluminar a todos los hombres, anunciando el Evangelio a toda criatura con la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia”. Se reconoce así que lo esencial de la Iglesia no es ella misma, sino Cristo, quien la edifica personalmente y cuya luz se refleja como un espejo en ella. La presencia de la Iglesia en el mundo florece y permanece como reconocimiento de la figura y acción su divino fundador. Humanitas 2012, LXVII, págs. 254 - 257 JUAN PABLO II: HACE 25 AÑOS, SU VISITA A CHILE, por Gonzalo Ibáñez Santa María. El día 1° de abril de 1987, Chile conoció una experiencia inédita: un Sumo Pontífice de la Iglesia Católica pisó su suelo y durante una semana a partir de ese día recorrió su territorio en una visita apostólica. Fue, sin duda, un hecho de la máxima importancia que no puede ser dejado de lado al recordar los acontecimientos más significativos ocurridos en la historia de la nación. Desde luego, la importancia de lo sucedido quedó en evidencia por la enorme convocatoria que produjo la presencia del Papa en cada una de las actividades que realizó en su visita, como asimismo durante los continuos desplazamientos terrestres que le fueron necesarios para llegar a los distintos lugares propios de esas actividades. Ello fue testimonio del destacado lugar que ocupa la fe cristiana en los cimientos de la Patria. Rememorar la visita de S.S. Juan Pablo II no tiene por objeto dar sólo una mirada nostálgica al pasado, sino más bien buscar en el magisterio y en la vida de ese Pontífice las luces que orienten a la vida personal y la de Chile en el camino hacia el futuro. Humanitas 2012, LXVII, págs. 258 - 273 LA GLOBALIZACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN, por Giuseppe De Rosa S.J. El tráfico de esclavos que se produjo entre los siglos XVI y XIX es uno de los escándalos más clamorosos de la historia de la humanidad. Cazados de forma violenta en África, fueron trasladados a América con el fin de que trabajaran en condiciones infrahumanas en minas y plantaciones. Se calcula que, a lo largo de los 400 años que duró ese tráfico, las víctimas llegaron a 11,5 millones, entre hombres y mujeres. Este es un episodio que pesa hoy de forma sensible sobre la conciencia de la humanidad y que mueve a acusar los que estuvieron implicados de una patente falta de sentido cristiano. A pesar de que se trata de un delito histórico evidente que despierta la abierta censura de la sociedad hasta el presente, nuestro tiempo manifiesta nuevas formas de indignidad que se deslizan inadvertidamente ante los ojos del hombre moderno. La realidad no resulta de “modesta cuantía” en lo numérico si se tiene en cuenta que en la actualidad, en un decenio, sólo en el sudeste asiático, el tráfico de mujeres destinadas a la prostitución ha llegado a los 33 millones de víctimas. Humanitas 2012, LXVII, págs. 274 - 285

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REMBRANDT Y EL ROSTRO DE CRISTO, por Bernardita M. Cubillos. Cuando el gran pintor holandés Rembrandt van Rijn (1606 -1669), se aventuró a plasmar el rostro de Cristo en tela y papel, lo hizo marcando un hito en el mundo de la pintura. En julio de 1965, estando el artista en bancarrota, se subastaron todos los bienes de la casa que poseía en Amsterdam y entre los objetos del inventario que documentaba el proceso, se registró la existencia de tres cuadros del rostro de Cristo definidos con las palabras “Cabeza de Cristo tomado del natural”, es decir, una imagen de Cristo capturada desde un modelo vivo. Este misterio inspiró la exposición “Rembrandt et la figure du Christ”, organizada por los museos del Louvre, el Philadelphia Museum of Art y el Detroit Institute of Arts. Con el ánimo de responder a la incógnita se implementó la muestra que reúne piezas que en su tiempo cambiaron la historia del arte, sobre todo porque la serie de semblanzas de Cristo no responde a los cánones que eran comunes en el mundo del arte cuando Rembrandt vivía. Humanitas 2012, LXVII, págs. 286 - 295

NOTAS EL PELIGRO DE UNA FALSA “AUTONOMÍA”, por Cardenal Angelo Scola. Merece ser denunciado el debilitamiento de aquellas “voces” que deberían ampliar, como sería deseable, la razón en materias económico-sociales. De este debilitamiento es responsable, en parte, el variado proceso de secularización, que de hecho ha favorecido que se afianzase la mentalidad positivista que denuncia Benedicto XVI. La referencia al principio de la autonomía, explicado por el Concilio Vaticano II, se ha transformado en este ámbito en una perniciosa renuncia a que surja el valor antropológico y ético necesario para afrontar los contenidos concretos de la acción social, política y económica. LA FIESTA DE CUASIMODO EN EL CAMPO CHILENO, por Verónica Griffin. Cada año, el domingo después de Pascua de Resurrección, se “corre” el Cuasimodo. Originalmente la costumbre pertenecía sólo en la zona central de Chile, pero hoy día se ha extendido a todo el territorio. Ese domingo de la Octava se lleva la comunión a los enfermos, para que así pueda cumplirse el precepto de comulgar al menos una vez al año durante la época de Pascua. Celebración única en el mundo que brota del manantial inagotable de la fe de la gente sencilla, siendo una de las más bellas entre las diversas manifestaciones de la piedad popular. LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA DEL SACERDOTE, por Cardenal Mauro Piacenza. La Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini representa un paso fundamental en el camino de recepción de la Constitución apostólica Dei Verbum del Concilio Vaticano II. En ese sentido, siempre es bueno recordar que la única auténtica hermenéutica del gran acontecimiento conciliar es la de la continuidad y de la reforma. No existen dos Iglesias católicas, una preconciliar y una postconciliar. En la única Iglesia católica, instituida por Nuestro Señor Jesucristo sobre la roca de Pedro y sobre el fundamento de los Apóstoles, es necesario reconocer una profunda unidad histórica, doctrinal y teológica. Para que una doctrina pueda ser acogida no debe representar una ruptura con el pasado o con todo el cuerpo doctrinal, sino que debe ser su desarrollo natural, orgánico. Aunque cambien las circunstancias históricas y culturales y cambien los modos de expresarse, el eterno Evangelio de Cristo no puede cambiar, pues Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Humanitas 2012, LXVII, págs. 296 - 312

LIBROS “JESÚS. EL MAESTRO DE NAZARETH” por Alexander Men (Editorial Ciudad Nueva); “Alexander Men” por Ives Hamant (Ciudad Nueva); “Ética y Política. Ensayos escogidos II” por Alasdair MacIntyre (Nuevo Inicio); “Una experiencia educativa. Sociedad de Instrucción Primaria. SIP, Red de Colegios. 150 años” por Verónica Matte Lira (Origo Ediciones); “Tratado sobre el Orden, el Matrimonio y la Extremaunción de San Carlos Borromeo” por Mario Luigi Grignani (Fondo Editorial Universidad Católica Sedes Sapientiae); “Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de la civilización del Amor” por Carl A. Anderson y Monseñor Eduardo Chávez (Editorial Grijalbo); “Conversaciones con Monseñor Bernardino Piñera. Un obispo en tiempos de cambio” por Alvaro Góngora y Marcela Aguilar (Ediciones Universidad Finis Terrae); “Raïssa Maritain. Una sombra luminosa. A través de sus amistades y escritos” por Piero Viotto (Editorial Club de Lectores); “Diario de un Pontificado” por José Luis Restán (Ediciones Encuentro); “Andes Patagónicos” por Alberto María de Agostini (Editorial Don Bosco); “Autobiografía” por G.K. Chesterton (Editorial Acantilado); “Tenga usted éxito en su muerte, anti-método para vivir” por Fabrice Hadjadj (Nuevo Inicio) Humanitas 2012, LXVII, págs. 374 - 391

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Invasiva esquizofrenia y “moral de la razón” E

ntre las muchas sabias palabras escuchadas de labios de Benedicto XVI durante su reciente visita a América Latina, no escapó a la atención de los observadores su diagnóstico sobre cierta esquizofrenia presente en el mundo católico del continente: “Se ve, en América Latina pero también en otras partes, en no pocos católicos, una cierta esquizofrenia entre moral individual y pública: personalmente en la esfera individual, son católicos, creyentes, pero en la vida pública siguen otros caminos, distintos de los que corresponden a los grandes valores del Evangelio, necesarios para la fundación de una sociedad justa. “Por tanto, hay que educar en superar esta esquizofrenia, educar no sólo en una moral individual sino en una moral pública, y esto tratamos de hacerlo con la Doctrina Social de la Iglesia, porque, naturalmente, esta moral pública debe ser una moral razonable, compartida y compartible también por no creyentes, una moral de la razón” (Cf. pág. 324 de esta edición). Es, en efecto, inocultable a los ojos de cualquiera —en Chile, Argentina, México u otros países de la región— cuánto un expansivo secularismo actúa con agresividad en los espacios legislativos y gubernamentales, sin que exista una adecuada reacción de los católicos que se desempeñan en la vida pública. Muestran estos, casi de continuo y salvo honrosas excepciones, lo escasa y limitada que ha llegado a ser en su actuar y pensar esa “moral de la razón” de que habló el Papa. Una claudicación en deinitiva de su libertad —aunque se diga mediáticamente lo contrario— que opera una gratuita entrega en beneicio del imperio de la cultura positivista y relativista. Previamente a cualquier decisión, atendiendo sólo a la forma mentis con que se produce la aproximación a temas de gran actualidad y gravitación social —así el derecho a la vida o asuntos relacionados con la integridad de la familia—, se observa en seguida un gran vacío conceptual, por no hablar de un insalvable temor ante el “castigo” mediático, inquisición de alcance universal que emite juicios y provoca daños irreparables, sin comparación en su género con ninguna forma de excomunión social operante en siglos anteriores. En este contexto, como consecuencia, pesan en muchos espíritus más las alquimias de partido que los principios de relexión, los criterios de juicio y las directrices de acción que emanan de la doctrina social de la Iglesia.

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EDITORIAL Frente a ello no se trata de caer en derrotismos, sino de luchar educando, airma Benedicto XVI: para “superar esta esquizofrenia, educar no sólo en una moral individual sino en una moral pública, y esto tratamos de hacerlo con la Doctrina Social de la Iglesia”. La conmemoración de los 25 años de la visita del Beato Papa Juan Pablo II a Uruguay, Argentina y Chile —de la que se trata en estas páginas haciendo memoria de lo esencial de su mensaje— debería ser ocasión, más allá del marco de efemérides notables que no se han de olvidar, para una relexión importante y seria que contribuya a recuperar la prestancia en una manera de pensar conforme a la “moral de la razón”.

El presente Cuaderno HUMANITAS 25, publicado en el tercer aniversario de la encíclica Caritas in veritate, puede descargarse en PDF desde www.humanitas.cl

Se cumplen en junio próximo tres años de la primera encíclica social de Benedicto XVI (Caritas in veritate), siendo por ello más que nunca oportuno reparar, en este mismo sentido, en el papel educador que el pontífice asigna a la doctrina social de la Iglesia para superar esta especie de dificultades. En las palabras iniciales de dicha encíclica hacía él referencia a la irrelevancia cultural que en el contexto predominante se atribuye a la caridad, siendo que esta es, así la llama, “la vía maestra de la doctrina social de la Iglesia”. Su advertencia acerca de ete fenómeno común, no debe interpretarse de manera simplemente devocional — como si el Romano Pontífice no pudiera evitar hablar de la caridad—, pues también, y muy particularmente, apunta a las causas y efectos de la invasiva esquizofrenia a que se ha aludido. Si para la Iglesia “la caridad es todo” porque “Dios es caridad” (CV, 2), es en ella precisamente que la “moral de la razón” puede sobreponerse a la invasiva cultura de

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la esquizofrenia. Nada como la caridad puede, por ejemplo, irrigar las capilaridades y recuperar el tejido natural de un contexto social culturalmente fragmentado como el que hoy prevalece. Los contextos sociales no son, por su parte, compartimentos estancos, mas por el contrario, vasos comunicantes. Lo que lamentamos como “maligna división que nos invade” (Cf. Humanitas 64, primavera 2011, pág. 828) en la acción pública política, también por tanto se ha de tener presente en el campo de la economía.

Observando los maniiestos errores a que conduce una falsa “autonomía” —de la que habló en términos elocuentes el Concilio pero de la que ostensiblemente se abusa— en clara línea de continuidad con la Caritas in veritate, lo hace presente en estas páginas el arzobispo de Milán, Cardenal Angelo Scola (Cf. pág. 296). Muestra, en efecto, que un debilitamiento responsable de las voces que deberían ampliar en este campo la razón, interpretando con ambigüedad la “autonomía de las realidades terrenas”, contribuye en cambio a aianzar una mentalidad positivista. “Autónomo” se ha convertido de hecho en sinónimo de “indiferente” respecto de los valores sustanciales. A menudo entre los mismos católicos, a pretexto de esta antojadiza interpretación del principio de autonomía, se renuncia así a que surja el valor antropológico y ético necesario para afrontar los contenidos concretos tanto de la acción social y política, como también de la económica. En consonancia con el peligro “ideísta” a que se reiere Benedicto XVI (CV, 3), es claro que en este contexto la doctrina social de la Iglesia parece mirarse, por muchos católicos que se mueven en el foro público, más como “una premisa de pías intenciones que como un marco orgánico e incisivo de referencia”. Exactamente lo contrario a la prestancia de un pensar conforme a la “moral de la razón”. JAIME ANTÚNEZ ALDUNATE Director de Humanitas

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«En realidad, el llamado “despertar religioso” no representa aquí una salida de la era de la secularización, sino más bien una etapa ulterior de la misma. El fundamentalismo, con el cual el momento teológico se identiica totalmente con el momento político, no es un momento de puriicación de la fe, sino la etapa de su total mundanización.» (Grabado de Erich Heckel).

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RADICALISMO ISLÁMICO

La reLigión como absoLuto poLítico POR MASSIMO BORGHESI

Una lectura a contracorriente del fenómeno conocido como radicalismo islámico. No se trata en ningún caso de un retorno al pasado y a la presunta pureza de los orígenes, sino a una “modernidad reaccionaria” que revela insospechables semejanzas con el marxismo revolucionario.

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l momento presente, dramático en tantos aspectos, está abriendo también en el plano religioso escenarios de confrontación y diálogo que no tienen equivalentes en la historia. Se trata de una oportunidad inédita sobre la cual es preciso relexionar. La caída de las Twin Towers, el 11 de septiembre de 2001, pareció entregar al mundo en manos de un terrorismo “religioso” devastador, que pretendía identiicarse directamente con la fe islámica. La fascinación ejercida por Al Qaeda en miles de miles de musulmanes, creyentes o no, era proporcional a la imagen de potencia ejercida por el derribamiento de las torres en el centro mismo de Nueva York. Un delirio de omnipotencia, utilizado luego para desencadenar otras guerras y dividir la tierra en buenos y malos. Sin embargo, esta fascinación hoy se encuentra en clara declinación. Como observó Fareed Zakaria en Newsweek, Al Qaeda ya no es “un movimiento capaz de arrastrar consigo al mundo árabe (…), el aura mágica y vaporosa, así como su inluencia política, se han redimensionado en gran medida. Los Estados Unidos de América ya no están empeñados en una lucha de la civilización contra el mundo musulmán. (…) En el ámbito ideológico, Al Qaeda ya ha perdido”1. La observación es correcta e interpreta inteligentemente el momento presente. En su importante discurso I have come here to seek a new beginning, pronunciado el 4 de junio de 2009 en la Universidad Al-Azhar, en El Cairo, Barack Obama abrió un nuevo capítulo en las relaciones entre el Islam y Occidente. Con ese discurso, se supera esa perspectiva de “choque de civilizaciones”, que dominó a la administración estadounidense en el curso de estos años, basada en una determinada interpretación del texto de Samuel Huntington, The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order, de 1996. Por consiguiente, se despoja de toda coartada ideológica a la reacción fundamentalista contra Occidente.

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SE PERCIBE CÓMO ESTE FENÓMENO NO INTERESA ÚNICAMENTE AL ISLAM, AUN CUANDO EN ESTE CASO ESTÁ ESPECIALMENTE INVOLUCRADO. EN REALIDAD, A PARTIR DE LOS AÑOS 90, ESTAMOS ASISTIENDO A UN AUMENTO PROGRESIVO DEL EXTREMISMO RELIGIOSO. (…)

1 FA R E E D Z A K A R I A , T h e J i h a d Against the Jihadis. How moderate muslim leaders waged war on extremists – and won, “Newsweek” (12/02/2010).

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Paralelamente con esta declinación de la ideología qaedista, asistimos al desarrollo de un debate interno en el Islam, destinado a deinir la esencia auténtica de la fe, y en paralelo, al nacimiento de un diálogo interreligioso absolutamente inédito. Recordemos, como expresiones signiicativas de este debate, el Amman Islamic Message del rey Abdalá II de Jordania, en noviembre de 2004, cuyo

«La fascinación ejercida por Al Qaeda en miles de miles de musulmanes, creyentes o no, era proporcional a la imagen de potencia ejercida por el derribamiento de las torres en el centro mismo de Nueva York. Un delirio de omnipotencia, utilizado luego para desencadenar otras guerras y dividir la tierra en buenos y malos.»

propósito era aclarar al mundo la auténtica esencia del Islam. Luego, en julio de 2005, siempre por iniciativa del rey jordano, tendría lugar el International Islamic Summit, con el in de alcanzar, “por primera vez en la historia”, un consenso de parte de exponentes de diversas escuelas sobre algunos puntos centrales de la identidad islámica. En ese mismo año, también de parte del rey Abdalá, se recibía el Amman Interfaith Message dirigido a musulmanes, cristianos y judíos. A este importante documento seguirá, como respuesta al discurso de Ratisbona pronunciado por Benedicto XVI el 12 de septiembre de 2006 (Cfr. Humanitas 44, 2006 y Humanitas 64 octubre-diciembre 2011) una

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«El islamismo radical imita la forma del comunismo ateo, con la cual en el plano religioso airma estar en contraste. Del marxismo proviene la legitimación de la violencia, de la lucha armada y de la acción terrorista encaminada hacia el objetivo inal: la realización del mundo nuevo de los puros y los no contaminados. Es la mentalidad maniquea, que separa rigurosamente a los buenos de los malos, traduciéndose luego en acción política.»

carta abierta de 38 personalidades musulmanas al Papa, y el 13 de octubre de 2007, el importante documento A Common World, dirigido al Papa y a las principales autoridades cristianas del mundo, patrocinado por el rey Abdalá de Jordania y suscrito por 138 importantes personalidades islámicas de todas las tendencias. Se trata de un texto de gran importancia, absolutamente inédito en la larga y polémica historia de las relaciones entre el cristianismo y el Islam. Todas estas iniciativas son posteriores al año 2001. El shock del 11 de septiembre ha llevado al Islam a preguntarse sobre su propia tradición y a oponerse, con cada vez mayor conciencia, a las corrientes fundamentalistas que pretenden asumir en este momento la guía espiritual. Se percibe cómo este fenómeno no interesa únicamente al Islam, aun cuando en este caso está especialmente involucrado. En realidad, a partir de los años 90, estamos asistiendo a un aumento progresivo del extremismo religioso, que también incluye a los hindúes, en la India, o a sectores ultraortodoxos de Israel ligados al jasidismo Chabad. En todos estos casos, el elemento de origen del contraste y la intolerancia es la politización de la religión. A diferencia de la forma secular, propia del radicalismo político de los años 70, la característica del nuevo fundamentalismo —y el islámico en particular— surge de la pretensión de un retorno integral a la tradición originaria de la fe en antítesis a la degeneración de los siglos modernos, marcados por la contaminación con el Occidente, cristiano y ateo simultáneamente.

Mímesis por oposición Este fundamentalismo antimoderno, como lo demuestra la formación y la ideología de uno de sus teóricos, el egipcio Sayyid Qutb, en realidad es también un típico producto de los años 60-702. No se trata puramente de una expresión de tradicionalismo, sino de una modernidad reaccionaria, que se conigura en la imitación del antiocci-

(…) QUE TAMBIÉN INCLUYE A LOS HINDÚES, EN LA INDIA, O A SECTORES ULTRAORTODOXOS DE ISRAEL LIGADOS AL JASIDISMO CHABAD. EN TODOS ESTOS CASOS, EL ELEMENTO DE ORIGEN DEL CONTRASTE Y LA INTOLERANCIA ES LA POLITIZACIÓN DE LA RELIGIÓN.

2 Sobre Sayyid Qutb, ver OLIVIER CARRÉ, Mystique et Politique: le Coran des islamistes, lecture révolutionnaire du Coran par Sayyed Qutb, Cerf, París, 2004 (2ª edición revisada y aumentada); AHMED MOUSSALLI, Radical Islamic Fundamentalism: The Ideological and Political Discourse of Sayyid Qutb, Syracuse University Press, Nueva York, 1993.

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«La crítica al Occidente propia del fundamentalismo es enteramente análoga a aquella que el marxismo hacía del sistema capitalista, egoísta y corrupto. Del marxismo proviene la politización de lo religioso, como ocurrió en el cristianismo marxista de los años 70.»

«DE ESTE MODO, LA RELIGIÓN CAE EN LA TRAMPA DE LA ASTUCIA DE LA RAZÓN: AL PRETENDER ERGUIRSE CONTRA EL OCCIDENTE, SE OCCIDENTALIZA; AL QUERER ESPIRITUALIZAR EL MUNDO, SE SECULARIZA, Y AL PRETENDER NEGAR LA HISTORIA, SE HUNDE COMPLETAMENTE. » (SHAYEGAN)

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dentalismo ideológico marxista que se propaga en Europa y el mundo a partir de la segunda mitad de los años 60. La crítica al Occidente propia del fundamentalismo es enteramente análoga a aquella que el marxismo hacía del sistema capitalista, egoísta y corrupto. Del marxismo proviene la politización de lo religioso, como ocurrió en el cristianismo marxista de los años 70. El resultado es una teología política mediante la cual el regnum Dei, la unidad “comunista” de la Umma, llega a coincidir con la nueva sociedad y las conquistas territoriales realizadas por la praxis revolucionaria. De este modo, se produce una especie de mímesis por oposición: el islamismo radical imita la forma del comunismo ateo, con la cual en el plano religioso airma estar en contraste. Del marxismo proviene la legitimación de la violencia, de la lucha armada y de la acción terrorista encaminada hacia el objetivo inal: la realización del mundo nuevo de los puros y los no contaminados. Es la mentalidad maniquea, que separa rigurosamente a los buenos de los malos, traduciéndose luego en acción política. En cuanto al planteamiento clásico marxista, la novedad, a partir de ines de los años 80, con la caída mundial del comunismo, reside en que la misma forma mentis pasa de su fase laica a la “religiosa”. Entra en escena el fundamentalismo religioso y éste determina la crisis de los modelos habituales de la secularización. En realidad, el llamado “despertar religioso” no representa aquí una salida de la era de la secularización, sino más bien una etapa ulterior de la misma. El fundamentalismo, con el cual el momento teológico se identiica totalmente con el momento político, no es un momento de puriicación de la fe, sino la etapa de su total mundanización. Es la política, la acción del hombre, lo que genera el espacio teológico. Como muy bien señaló Darius Shayegan: “¿Revolución o Islam? ¿Es la religión la que modiica la revolución, la santiica, la resacraliza? ¿O por el contrario es la revolución la que otorga historicidad a la religión, convirtiéndola en una religión comprometida, en suma en una ideología política? De este modo, la religión cae en la trampa de la astucia de la razón: al pretender erguirse contra el Occidente, se occidentaliza; al querer espiritualizar el mundo, se seculariza, y al pretender negar la historia,


se hunde completamente”3. El fundamentalismo no es simplemente una reacción al ateísmo y la irreligiosidad, y un retorno a la tradición; es un momento de descomposición de la fe. Así lo comprendió perfectamente Olivier Roy en sus estudios sobre el Islam radical, aun cuando el fenómeno de la “mímesis por oposición” del islamismo radical respecto al marxismo revolucionario no se demuestra adecuadamente a partir de su análisis4. Se puede ya prever, como ocurrió con el cristianismo marxista difundido en Europa y Latinoamérica en los años 70, que con su fracaso político-religioso se produzca un vacío profundo, una crisis teológica propiamente tal. Ésta no surgirá del espectáculo inhumano y odioso de la violencia, sino, en total analogía con la caída del comunismo, de su fracaso histórico-político. Si la fe se convierte en un fenómeno teológico-político, entonces únicamente su fracaso político determinará su crisis teológica. El punto que hemos observado, el hecho de que el fundamentalismo no representa un auténtico retorno a la tradición, sino más bien un ejemplo de modernidad reaccionaria, es de máxima importancia en este momento para plantear una relación correcta entre tradición religiosa y modernidad. En Europa, no pocos intelectuales, negándose a distinguir con precisión los fenómenos, tienen una confusión entre fundamentalismo y fe. Como resultado, la única terapia adecuada para la “enfermedad” religiosa resulta ser el ateísmo y la total laicización de la vida y la práctica social. Así lo airma Peter Sloterdijk en su obra Gottes Eifer. Vom Kampf der drei Monotheismen, del año 20075. Aquí se acusa de intolerancia a la fe monoteísta: Judaísmo, Cristianismo e Islam son religiones totalizadoras y totalitarias, incapaces de diálogo y confrontación. Estamos así ante una dialéctica entre fundamentalismo y secularismo al parecer sin salida. En forma más inteligente y menos áspera, Jacques Derrida asociaba los conlictos geopolíticos de los últimos diez años con el choque teológico-político que dividió a los Estados Unidos, aliados de Israel, y el fundamentalismo musulmán. “Existiría por tanto un enfrentamiento entre dos teologías políticas curiosamente provenientes del mismo tronco o del terreno común de una revelación abrahámica”6. Para el autor, la única esperanza es que se encuentre “en Europa o en cierta tradición moderna de Europa, mediante una deconstrucción que todavía está buscando abrirse camino, la posibilidad de otro discurso y otra política, de una salida de este doble programa teológico-político”7. Recogiendo el planteamiento de Derrida, podremos decir que esta “salida” exige hoy precisamente el diálogo interreligioso entre las religiones de Abrahán. Esto encuentra un punto importante de consenso precisamente en la crítica que, a partir de su fe, cristianos, judíos y musulmanes hacen a lo que Sayla Benhabib llama “el retorno de la teología política”8. Es un retorno que por una parte se expresa en un ideísmo irracional, que

SE PUEDE YA PREVER, COMO OCURRIÓ CON EL CRISTIANISMO MARXISTA DIFUNDIDO EN EUROPA Y LATINOAMÉRICA EN LOS AÑOS 70, QUE CON SU FRACASO POLÍTICORELIGIOSO SE PRODUZCA UN VACÍO PROFUNDO, UNA CRISIS TEOLÓGICA PROPIAMENTE TAL.

3 Ver en KHALED FOUAD ALLAM, L’Islam globale, Rizzoli, Milán, 2002, 79. 4 OLIVIER ROY, L’aquilone vietato e il sequestro di Aldo Moro, “Oasis”, 3 (2006), 33-35) Id., Islam alla sfida della laicità, Marsilio, Venecia, 2008. 5 PETER SLOTERDIJK, Il furore di Dio. Sul conflitto dei tre monoteismi, Raffaello Cortina, Milán, 2008. 6 JACQUES DERRIDA, Autoimmunità, suicidi reali e simbolici. Un dialogo con Jacques Derrida, en GIOVANNA BORRADORI, Filosofia del terrore. Dialoghi con Jürgen Habermas e Jacques Derrida, Laterza, Bari, 2003, 126. 7 Op. cit., 127. 8 0SEYLA BENHABIB, Una nuova teologia politica sul Bosforo, “Reset” 109 (2008), 56-61.

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«El pensamiento islámico es llamado [hoy] a una obra de historicización análoga a aquella desarrollada por el pensamiento católico a partir de mediados de los años 30, gracias sobre todo a Jacques Maritain, obra que encontrará luego su síntesis en el Concilio Vaticano II. Mediante esa obra se reconocía el valor de la civilización cristiana medieval sin que esto entre tanto implicase, como ocurría con muchos católicos, su elevación a “modelo” en antítesis con el mundo moderno, ateo y secularizado. Esta “relativización” hacía posible el reconocimiento de otras virtualidades de la fe que encuentran su realización precisamente en la era moderna. Entre éstas se encuentra el tema de los derechos naturales y de la libertad religiosa.» (J. Maritain junto al Padre Coutier O.P. y los esposos Chagall). GRACIAS A LA OBRA DEL CONCILIO, EL CATOLICISMO PUDO NEUTRALIZAR TODO POSIBLE FUNDAMENTALISMO “RELIGIOSO”. EL CONCILIO NEUTRALIZA LA TEOLOGÍA-POLÍTICA Y ASÍ PERMITE DISTINGUIR ENTRE IGLESIA Y MUNDO, SAGRADO Y PROFANO. HACE POSIBLE LA DIGNITATIS HUMANAE, FUNDAMENTAL DECLARACIÓN SOBRE LA LIBERTAD RELIGIOSA, BASADA EN EL HECHO DE QUE LA FE ES OBRA DE LA GRACIA DE DIOS Y NO DE LA ACCIÓN DEL HOMBRE.

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anula las diferencias entre los diversos modelos de comunicación del fundamentalismo religioso, y por otra crea una situación de conlicto continuo con la autoridad del Estado-nación y con los miembros de las otras comunidades religiosas. De aquí surge la teorización de un estado de guerra permanente. Situarse más allá del conlicto implica, desde el punto de vista religioso, la superación de la dialéctica entre fundamentalismo y secularización, encontrando nuevamente una justa relación entre tradición y modernidad. Y es ésta una tarea cultural imprescindible, sin la cual sólo queda el “choque de civilizaciones” teorizado por Huntington y practicado por Osama bin Laden.

Laicidad abierta, problema contemporáneo La modernidad occidental presenta aspectos positivos y negativos. Su realidad actual es consecuencia en parte del legado cristiano y en parte de la emancipación y la oposición a dicho legado. Esta oposición ha asumido formas radicales —como en el modelo de laicidad de tipo francés o en el totalitarismo político del siglo XX— y formas más moderadas. En el segundo caso, el modelo de laicidad no brota


del horizonte religioso, marcadamente cristiano, que es condición de su posibilidad. El espacio público moderno es no sólo el ámbito de una des-clericalización manifestada contra la Iglesia, sino también, gracias al doble registro de los reinos, terrenal y celestial, un espacio airmado por la fe. Como escribió Marcel Gauchet, el cristianismo es la “religión de la salida de la religión”9. Esta relación entre una fe no fundamentalista y una laicidad “abierta” es el problema contemporáneo, como lo muestra la relexión reciente de Jürgen Habermas10. Trasladado a los países musulmanes, el problema adquiere el rostro no de un reniego de la tradición, como pretendería el iluminismo radical de tipo occidentalista, sino de una valorización de sus virtualidades en condiciones de encontrarse con la parte auténticamente universal del iluminismo moderno. En esta forma de proceder, el pensamiento islámico es llamado a una obra de historicización análoga a aquella desarrollada por el pensamiento católico a partir de mediados de los años 30, gracias sobre todo a Jacques Maritain, obra que encontrará luego su síntesis en el Concilio Vaticano II. Mediante esa obra se reconocía el valor de la civilización cristiana medieval sin que esto entre tanto implicase, como ocurría con muchos católicos, su elevación a “modelo” en antítesis con el mundo moderno, ateo y secularizado. Esta “relativización” hacía posible el reconocimiento de otras virtualidades de la fe que encuentran su realización precisamente

9 MARCEL GAUCHET, Il disincanto del mondo: una storia politica della religione, Einaudi, Turín, 1992 10 Ver MASSIMO BORGHESI, I presupposti non politici della democrazia: Böckenförde e Habermas, en MARTA CARTABIA, ANDREA SIMONCINI (a cargo), La sostenibilità della democrazia nel XXI secolo, Il Mulino, Bolonia, 2010, 21-49.

«A diferencia de la forma secular, propia del radicalismo político de los años 70, la característica del nuevo fundamentalismo —y el islámico en particular— surge de la pretensión de un retorno integral a la tradición originaria de la fe en antítesis a la degeneración de los siglos modernos, marcados por la contaminación con el Occidente, cristiano y ateo simultáneamente.» (Orantes islámicos bloquean una calle de París).

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AL CONTRARIO DE LA PERSPECTIVA MANIQUEÍSTA, QUE ES “PARÁSITA” DEL ADVERSARIO Y NO SE ALIMENTA SIN UN ENEMIGO, LA FE RELIGIOSA AUTÉNTICA NO TEME ENFRENTARSE CON EL PERÍODO HISTÓRICO, DISTINGUIENDO EN ÉSTE LO POSITIVO Y LO NEGATIVO.

11 MOHAMMAD KHATAMI, Religione, libertà e democrazia, Laterza, Bari, 1999, 99. 12 OLIVIER ROY, Islam alla sfida della laicità, Marsilio, Venecia, 2008, 78. Para una presentación de estos autores, ver RACHID BENZINE, I nuovi pensatori dell’Islam, Pisani, Frasinone, 2004. 13 OLIVIER ROY, Islam alla sfida della laicità, 79 (letras en bastardilla nuestras). 14 PAOLO BRANCA, Un Islam, molte voci, “Oasis”, 3 (2006), 39-43.

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en la era moderna. Entre éstas se encuentra el tema de los derechos naturales y de la libertad religiosa. De manera análoga, el Islam es llamado hoy a distinguir la fe de su pasado histórico, reconociendo en éste los méritos y los defectos. La civilización islámica, como escribió el ex presidente Kathami de Irán, “se basó en el Corán, pero de acuerdo con deducciones y métodos de interpretación que el hombre de esos días elaboraba con respecto al Corán, al libro, a la religión, al ser humano, al mundo. Esta civilización de la época de oro ha terminado. Si hubiese sido la encarnación plena de la doctrina del Corán o del Islam, semejante airmación nos llevaría a la conclusión de que también el Corán y el Islam han terminado”11. En esta línea, encontramos una serie de autores reformistas que comparten “la idea de que es preciso separar el mensaje coránico de su concreta encarnación en una historia y un lugar determinados”12. Para esta dirección del pensamiento, “el poder ya no se considera el defensor del Islam, sino más bien el origen de su fosilización, en la medida en que lo ha instrumentalizado para perpetuar el orden establecido: por consiguiente, la democratización se produce simultáneamente con la apertura teológica. El reformismo presupone la separación entre la política y la religión, no tanto para salvar a la política de la religión (como en Francia), sino para salvar a la religión de la política y devolver la libertad al teólogo y al simple ciudadano”13. Fuera de esta relativización de la igura del poder para los ines de la promoción de la fe, y de la historicización de sus modelos históricos, queda sólo la nostalgia del tiempo pasado, su idealización en contraposición con la decadencia del día de hoy. Es una idealización hija de la “erradicación” contemporánea. De aquí surge la reacción fundamentalista, alimentada de “resentimiento” hacia el adversario, interno o externo, considerado responsable de la decadencia. El nuevo maniqueísmo, heredero del marxismo revolucionario, no vuelve su mirada hacia la utopía del futuro por realizar, sino hacia la “restauración” de un pasado mítico mediante el colapso del mundo actual. Al contrario de la perspectiva maniqueísta, que es “parásita” del adversario y no se alimenta sin un enemigo, la fe religiosa auténtica no teme enfrentarse con el período histórico, distinguiendo en éste lo positivo y lo negativo. Esto explica la confrontación, abierta y estrecha, que marca al Islam contemporáneo, entre tradicionalismo e innovación, confrontación sobre la cual en Europa se sabe demasiado poco14. Eso explica la implementación de disposiciones legislativas que abandonan, de hecho, la poligamia, la corrección de los derechos hereditarios de las mujeres y la ampliación de los derechos en materia de libertad religiosa. Es un proceso que, con algunos momentos de detención, está en pleno desarrollo. Ésta es la mejor refutación a quienes airman en Occidente la oposición ineluctable entre tradición religiosa


y modernidad. Así, el verdadero aspecto del problema, que permite el diálogo entre fe y mundo moderno, es la superación de la “teología política”. Era el problema que en los años 30 del siglo XX estaba en el centro de la obra fundamental de Erik Peterson, Der Monotheismus als politisches Problem, dedicado a una estrecha confrontación entre la fe judeocristiana y el nacionalsocialismo15. El problema no perdió actualidad con el cambio de escenario. Si la ideología cristiano-comunista de los años 70 y cristianooccidentalista posterior al 2001 ha replanteado la ambigua unión teológico-política, ésta vuelve en calidad de islamismo radical, de judaísmo ultraortodoxo —el cual con su mitología del “Gran Israel” se opone a las raíces mismas del Estado judío en su aspecto secular y democrático16—, de hinduismo identitario. La confrontación entre tradición y modernidad es aquí saludable en la medida en que permite comprender cómo lo moderno surge en Europa precisamente de la superación del absolutismo teológico medieval cuyo fruto no era la “ciudad de Dios” sino su mundanización. Esta superación, si bien es profundamente negativa por una parte, en la medida en que lleva a la absolutización del Estado moderno, por otra, sin embargo, permite recuperar la conciencia de la relación entre fe y libertad, conciencia que encuentra en el Concilio Vaticano II su plena expresión. El Concilio Vaticano II es un punto de llegada y al mismo tiempo un punto de equilibrio, que la Iglesia, al cabo de dos siglos de polémicas, encontró con la modernidad, al margen de la antítesis entre reacción y mundanización. Precisamente gracias a la obra del Concilio, el catolicismo pudo neutralizar todo posible fundamentalismo “religioso”. El Concilio neutraliza la teología-política y así permite distinguir entre Iglesia y mundo, sagrado y profano. Hace posible la Dignitatis humanae, fundamental declaración sobre la libertad religiosa, basada en el hecho de que la fe es obra de la Gracia de Dios y no de la acción del hombre. Del Concilio parte también la apertura hacia los judíos y los musulmanes, con la declaración Nostra Aetate. Es un giro, un enfoque profundamente nuevo que rompe con una costumbre secular constituida por la desconianza y la hostilidad. Juan Pablo II, con sus históricas visitas a la Sinagoga de Roma, el 13 de abril de 1986, y a la Mezquita de los Omeyas, en Damasco, el 6 de mayo de 2001, indica el punto de viraje. Desde este punto de vista, la Common Word, suscrita por 138 personalidades islámicas de alto nivel de todo el mundo, constituye, en el ámbito musulmán, una especie de Nostra Aetate. El mundo islámico está emprendiendo un proceso de confrontación con la modernidad y de diálogo interreligioso análogo al que el catolicismo inauguró con el Concilio Vaticano II. Es un proceso de alcance incalculable, tal vez el hecho más importante del siglo XXI.

«Con ese discurso [de B.Obama en el Cairo], se supera esa perspectiva de “choque de civilizaciones”, que dominó a la administración estadounidense, basada en una determinada interpretación del texto de Samuel Huntington, The Clash of Civilizations and the Remaking of World Order, de 1996.»

15 ERIK PETERSON, Il monoteismo come problema politico, Queriniana, Brescia, 1983. 16 AVIEZER RAVITZKY, La fine svelata e lo Stato degli ebrei. Messianismo, sionismo e radicalismo religioso in Israele, Marietti, Génova-Milán, 2007.

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M atriMonio, faMilia y nueva evangelizaci贸n POR STANISLAW GRYGIEL

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Detalle del p贸rtico de la Bas铆lica de la Sagrada Familia, Barcelona.


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La visión de la familia que Juan Pablo II llevó consigo a Roma no nació de razonamientos elaborados por él en una mesa de escritorio. Toda visión surge en el hombre en la medida en que éste se encuentra en la experiencia de la realidad y la contempla, la vive y de hecho la goza, identiicándose con la misma. Los ilósofos que construían su ilosofía en el llamado tercer grado de abstracción,1 de donde se eliminó hasta la cantidad y ya no se hablaba de lo que individualiza a los seres, a in de cuentas debatían sobre la nada, más allá de los esquemas lógicos, que utilizaban como podría utilizar cuchillos bien ailados un carnicero en un negocio donde no hay Juan Pablo II debía enfrentar carnes. La visión de la realidad ciertamente atemoritambién a un tercer tipo de zaba a ilósofos tan abstractos, sobre todo la visión del escolásticos. Erradicados de la metafísica por el Iluminismo, es hombre, que los confundía, alterando sus esquemas de decir, erradicados de la verdad pensamiento. La visión es siempre profética. Cuando y del bien en los cuales la está ausente, es decir, cuando está ausente la revelación, Tierra se une con el Cielo de la el hombre y la sociedad se vuelven malos, porque viven Trascendencia y el tiempo con la desenfrenadamente (ver Pr 29, 18). eternidad. (…) Karol Wojtyla comenzó a pensar ilosóicamente en medio de ilósofos de este tipo. Se sentía un poco como alguien que ve la calle, se encamina por la misma, pero es criticado por quienes no la ven, ya que sólo miran sus propias construcciones. Por este motivo, el ambiente en el cual se encontraba no lo aceptaba favorablemente. Para los poetas, no podía ser un buen poeta, porque era ilósofo, y para los ilósofos no podía ser buen ilósofo, porque era poeta. Ni la poesía intelectual ni la ilosofía poética eran bien cotizadas. Ciertamente algunos viejos sabios podían comprenderlo gracias a su experiencia en la vida, y muchos jóvenes que deseaban vivir racionalmente de una manera bella se sentían inalmente bien con este sacerdote que, como ellos, amaba el amor humano y deseaba amar, viendo que estos jóvenes procuraban estar presentes entre sí como epifanías de la belleza, en la cual, como en la lor, resplandecen la verdad y el bien descendidos de lo alto. El ambiente intelectual en el cual Karol Wojtyla comenzaba a ilosofar estaba constituido, por una parte, por los escolásticos formados

1 Pienso en los numerosos neotomistas, que en su metafísica manualista no osaban hablar de la persona, percatándose al menos del hecho de que esta palabra no era un concepto universal, sino un nombre que indica un ser humano concreto.

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con manuales que comentaban los comentarios de Santo Tomás de Aquino, y por otra por los “escolásticos” que repetían las últimas enunciaciones del Primer Secretario del Partido Comunista. Todos estos escolásticos, formados de manera análoga por el racionalismo propio del Iluminismo, reducían los contenidos de sus materias a esquemas estériles, por el temor que tenían hasta de hablar en sus ilosofías del amor humano, por no decir de contemplarlo. Para los marxistas, hablar del amor, y por consiguiente de la libertad, era políticamente peligroso: podía hacer caer su sistema. Nuestros escolásticos, en cambio, temían exponerse al riesgo de ser incluidos entre los nuevos modernistas, reducidos a tener un tipo de vida que no se sabe cómo es. En este punto, su pensamiento tampoco (...) Creían poder y tener que osaba asomarse a la realidad misteriosa de la persona crear nuevos mundos según los humana. El amor y la libertad los hacían temblar. Por deseos, siguiendo únicamente lo tanto, los jóvenes se acercaban al sacramento del las reglas prescritas por la matrimonio sin preparación. En los años 50, hablando lógica matemática. precisamente de estos problemas con el párroco de mi pueblo, lo escuché decirme: “En este pueblo, el cincuenta por ciento de los matrimonios probablemente no son válidos; pero no lo digo, porque creo que Dios es suicientemente bueno y poderoso como para sanarlos y otorgarles validez con el transcurso del tiempo. Todos maduramos solos con la ayuda de Dios”. Juan Pablo II debía enfrentar también a un tercer tipo de escolásticos, los llamados pensadores modernos, incapaces de pensar vigorosamente. Erradicados de la metafísica por el Iluminismo, es decir, erradicados de la verdad y del bien en los cuales la Tierra se une con el Cielo de la Trascendencia y el tiempo con la eternidad, creían poder y tener que crear nuevos mundos según los deseos, siguiendo únicamente las reglas prescritas por la lógica matemática. Todo esto lo digo en relación con la situación del tiempo pasado, porque me parece que en la actualidad ya se ve despuntar el nuevo día en que las cosas antiguas harán crecer las cosas nuevas. La visión de la familia nacida en el pensamiento y en el corazón, es decir, en la persona del beato Juan Pablo II, se encontró entonces no sólo con la ausencia de una visión de la familia en el ambiente escolástico, sino también con una agresiva construcción de nuevas formas de vida familiar cada vez más alejadas de la verdad de la

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persona humana, y con una imposición igualmente agresiva de estas formas a la sociedad por parte de grupos pequeños, pero ruidosos. Por ese motivo, el Papa, amando el amor humano que se realiza en el matrimonio y la familia, se sentía continuamente llamado a hacer la pregunta “¿quién es el hombre como persona?” Esta pregunta se encuentra en el centro de su pensamiento y su proceder poéticamente ilosóicos. Él se sentía llamado a enseñar a los jóvenes a hacer esta pregunta de manera no abstracta ni artiicial. Formulada de este modo, ya contiene en sí misma las respuestas: a las preguntas construidas por el hombre, es el hombre quien construye respuestas. La respuesta a la pregunta sobre quién es el hombre, el Papa la había encontrado en la experiencia de la propia persona y en la de las demás personas, en la experiencia del amor que las unía y en El hombre moderno lo ve la cual unía también su persona con ellas. Él caminatodo como medio para usar y ba junto con los demás hacia la verdad de la persona desechar. Así también ve a los demás y a sí mismo. No desea lo humana y con los demás esperaba la revelación de esta que no es para poseer. Necesita verdad. Él amaba a los hombres y era amado por ellos. objetos y procura tenerlos. La La pregunta “¿quién es el hombre?” nace ante todo en el presencia de los objetos no encuentro de la mujer y el hombre. Al hacerse solamente revela la verdad del hombre, no en el encuentro de personas del mismo sexo, esta preindica su bien, no despierta el gunta terminará en respuestas que sólo serán tautoloamor y la libertad. gías sexuales. Las tautologías sólo hablan de sí mismas. No conducen a los demás y por consiguiente no conducen al Otro, a Dios. Es precisamente la diferencia sexual la que abre el camino humano-divino para los hombres. Los hombres que permanecen en las tautologías corren riesgo de vivir perturbados en sus cuerpos, en sus mentes, en sus psiques, y a in de cuentas de desviar su espíritu, lo cual signiica alejarse de la propia identidad de persona. Aquel que no conoce su propia identidad se sitúa fuera del diálogo y por lo tanto fuera de la comunicación de las personas –extra ecclesiam. Monseñor Karol Wojtyla enseñaba ante todo a los jóvenes a comprender qué signiica preguntar, ya que el que no sabe preguntar tampoco sabe pensar. Su pensamiento sólo será un sustituto del pensar. Precisamente aquí veo el motivo por el cual la sociedad moderna vive de un modo, por así decir, irrelexivo. La sociedad moderna no piensa porque no sabe preguntar, buscar y esperar la verdad. Sócrates habría dicho que los componentes de semejante sociedad viven disolutamente, como esos pájaros llamados caradrios, que

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siendo sumamente voraces, tragan comida en grandes cantidades y por eso deben estar dotados de grandes oriicios.2 El hombre moderno confunde el preguntar con el poner todo en duda. Por eso sólo conoce una respuesta: la que es negación de todo. Por consiguiente, vive como quiere y no como debería vivir, porque piensa que no pertenece a nada ni a nadie. La sociedad moderna no conoce el diálogo, porque sus integrantes no saben preguntar y esperar la respuesta. Por lo tanto, no conocen el don que es la respuesta. Para ellos no es necesario vivir en el encuentro con los demás. Cada uno se considera autosuiciente. No trata de ser don, porque está convencido de que los demás no lo necesitan. Los encuentros se producen para obtener cierta comodidad o algún placer. No se percibe que el diálogo, si no es Un día alguien preguntó a intercambio de dones, de nosotros mismos, no es más Juan Pablo II qué frase que explotación y a veces prostitución. Al no conocer habría elegido si la Sagrada el don y por tanto no estar presentes cada uno para el Escritura tuviese que ser otro, quienes integran la sociedad moderna viven en la destruida y él tuviese la soledad en la cual están obligados a luchar para poder posibilidad de salvar sólo una frase de este Texto sobrevivir. En la soledad no es el don sino el conlicto sagrado. Respondió: lo que constituye el principio de la vida social. En se- “Salvaría ésta: Conoceréis mejante sociedad, la política, a partir del matrimonio la verdad y la verdad os hará y de la familia, consiste en saber hacer alianzas de dos libres” (Jn 8, 32). contra un tercero. Juan Pablo II repetía sin cansancio que la salvación de la persona se encuentra únicamente en la persona. La persona salva a la persona. Es con la ayuda de la otra persona que la persona puede conocerse y aceptarse a sí misma. Los actos y las palabras, en que la persona está presente como don para las otras personas, les revelan el camino que conduce a la verdad y al bien llamado “bien común”. Los actos —decía Wojtyla— son epifanías de la persona (“Persona y acto”). Los actos vacíos, los actos que no son palabras, son mentiras empleadas para seducir a los demás. En ellos falta el Logos. Por eso son a-lógicos. Se pueden leer como uno quiera. Basta escuchar los discursos de los políticos y procurar comprenderlos. Su carácter a-lógico es consecuencia de la negación de la verdad y del bien que son fruto del encuentro y de la unión de la Tierra (Gaia) con el Cielo 2 Platón, “Gorgias”, 494 b.

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(Uranos). Allí donde falta el horizonte, falta la de-finición cósmica de la realidad y cualquier orden (cosmos) es legítimo. El hombre moderno lo ve todo como medio para usar y desechar. Así también ve a los demás y a sí mismo. No desea lo que no es para poseer. Necesita objetos y procura tenerlos. La presencia de los objetos no revela la verdad del hombre, no indica su bien, no despierta el amor y la libertad. Precisamente por esto el hombre moderno no sólo no es capaz de unirse en matrimonio y crear la familia, sino tampoco de trabar amistad. Todo lo que es capaz de hacer se reduce a saber entrar en una especie de sociedad de responsabilidad limitada para producir objetos para vender y para comprar. Se atreve hasta a producir hombres. Ante la situación del hombre en semejante sociedad, Juan Pablo II deseaba reavivar la evangelización, para así hacer más ardiente la presencia de Cristo en los matrimonios y en las familias. Habló de la nueva evangelización, pero el adjetivo “nueva” nada agrega al sustantivo “evangelización”. Él pensaba en el diálogo en que Cristo, explicando a Nicodemo lo que significa “renacer de lo alto” (Jn 3, 3), lo cual el “maestro en Israel” no sabía cómo podía ocurrir, dijo: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. /…/ El que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto que sus obras están hechas según Dios” (Jn 3, 16 y 21). Nicodemo había madurado en la verdad y en la libertad en el curso de los años del trabajo apostólico de Cristo. Al final las encontró deteniéndose bajo la cruz y luego depositando junto con José de Arimatea el cuerpo de Cristo en el sepulcro que muy poco después quedaría vacío. Para Nicodemo, la Palabra oída de noche a Jesús (ver Jn 3, 1-21) era la misma clavada en la cruz y luego depositada en la tumba. Sólo él, Nicodemo, fue renovado o —mejor dicho— renació. Un día alguien preguntó a Juan Pablo II qué frase habría elegido si la Sagrada Escritura tuviese que ser destruida y él tuviese la posibilidad de salvar sólo una frase de este Texto sagrado. Respondió: “Salvaría ésta: Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres” (Jn 8, 32). La verdad es un don y el don se recibe con la condición de que sea revelado. ¿Dónde se revela la verdad que hace libre al hombre? A la pregunta. Quid sit veritas? —¿qué es la verdad?— el antiguo

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epigrama responde: Veritas est vir qui adest —la verdad es la persona presente (ad-est) para otra persona. La verdad se revela y se da a los hombres en el diálogo en que ellos están presentes cada uno para el otro, es decir, a los hombres que se dan totalmente cada uno al otro, o en otras palabras, que se revelan. Con esa presencia nos encontramos ante todo en el matrimonio y en la familia. Lo atestigua Dios en el acto de la creación de toda persona humana. El marido y la esposa deberían darse el uno al otro todos los días: Ad-sum! ¡Estoy presente para ti, estoy orientado hacia ti! Orientado hacia ti, estoy orientado hacia Dios (ver Fecisti nos ad Te, Domine: Tú nos creaste orientados hacia Ti, Señor).3 ¿Cómo iniciar la nueva evangelización? Escribió C. K. Norwid: “Los atentos se preocupan de un día, los valerosos de un siglo. Los doctos, en cambio, como siempre, han fundado un comité”4. (“Baczni o dzień, a mężni troskali się o wiek, Uczeni zaś, jak zwykle, zloźyli komitet.”) Felizmente, “Dios no deja de obrar. Su obra esencial seguirá siendo siempre la Cruz y la Resurrección de Cristo”, leemos en el libro Varcare la soglia della speranza (Atravesar el umbral de la esperanza).5 La Iglesia que nace en la evangelización y es cada día nueva no se identiica con los problemas por resolver en comités, sino con ese misterio que desde la cruz y desde la tumba vacía irradia la verdad y el bien. El tiempo que se debe vivir bajo la cruz y en el camino que conduce a la tumba vacía no es tiempo para fundar comités, sino para hacerse presentes cada uno al otro, lo cual ocurre ante todo en el matrimonio y en la familia.

3 San Agustín, “Confesiones”, I, 1. 4 C.K. Norwid: “Epimenides.Przypowie”, w: Pisma wszystkie”, PIW Warszawa 1971, III, 61. 5 Juan Pablo II, “Varcare la soglia della speranza”, Milán, 1994, 146.

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CULTURA HUMANISTA Y TRADICIÓN

educar a La persona POR ONORATO GRASSI

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n un ensayo reciente sobre educación, publicado en el Oxford Handbook of Philosophy of Education, Martha Nussbaum lanza un aligido llamado contra lo que a su juicio es el inminente inal de la educación liberal y los estudios humanistas en general. Semejante término sería producto de la lógica de la utilidad, ya prevaleciente en los sistemas escolares y universitarios de todo el mundo, y la preferencia otorgada a los sectores tecnológicos y cientíico-prescriptivos, considerados “la clave del éxito económico y inanciero de una nación”, con respecto a las disciplinas especulativas, ilosóicas y literarias, relegadas a ámbitos marginales y consideradas residuales. A esto se agregaría, en la vertiente pedagógica, el vaciamiento de las grandes visiones educativas, sustituidas por metodologías didácticas aparentemente neutrales y por técnicas de aprendizaje y de enseñanza aceptadas de manera acrítica y puestas en práctica ingenuamente. Así, con amargura, Nussbaum se percata, después de un encuentro con el personal docente de la LabSchool de Chicago, que Dewey es prácticamente un desconocido y Tagore es sólo un vago recuerdo para los responsables de las escuelas de la India1. El aporte de esta erudita estadounidense —que merecería analizarse en las soluciones proyectadas— es estimulante y enfoca debidamente la situación de la instrucción y la educación en nuestro siglo. Hoy asistimos, en todas partes del mundo, a un replanteamiento de la instrucción y la educación. En muchos países, no sólo occidentales, se han puesto en marcha procesos de reforma, que están modiicando el rostro de la escuela, a veces sobre la base de principios válidos, como ocurre en los países de la ex Europa Oriental. Sin embargo, a menudo esos proyectos están apoyados por una visión aséptica de la educación, concebida, paradójicamente, como variante neutral de un sistema orientado a la formación y a la preparación profesional, a la reducción de los costos sociales de adiestramiento, a la adquisición de competencias más que conocimientos, y a la reducción de estos últimos puramente a información y nociones. Podría decirse que la educación se encuentra, después de casi 70 años, en la misma encrucijada que Jacques Maritain indicara en 1943, en Education at the Crossroads2: o la integración del individuo en la vida social, con la adquisición de las competencias necesarias para su rol en

HUMANITAS Nº 66 pp. 224 - 235

EN MUCHOS PAÍSES, NO SÓLO OCCIDENTALES, SE HAN PUESTO EN MARCHA PROCESOS DE REFORMA, QUE ESTÁN MODIFICANDO EL ROSTRO DE LA ESCUELA, A VECES SOBRE LA BASE DE PRINCIPIOS VÁLIDOS, COMO OCURRE EN LOS PAÍSES DE LA EX EUROPA ORIENTAL. (…)

* Palabras del autor en la Conferencia ítalo-rusa “Tradiciones intelectuales y espirituales en la sociedad de Rusia y de Italia” celebrada en Moscú el 25 y 26 de mayo de 2011. 1 M. Nussbaum, Tagore, Dewey and the Imminent Demise of Liberal Education, en The Oxford Handbook, cit., pp. 52-64. 2 J. Maritain, Education at the Crossroads, Yale University Press, New Haven, 1943.

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la sociedad, o la consideración del hombre en su carácter integral y el desarrollo de sus facultades, en todas las dimensiones que lo constituyen. Son visiones diferentes, que corresponden a distintas concepciones del hombre: en la primera es visualizado como individuo que surge de la evolución natural y social; en la segunda es considerado como “persona que se posee mediante la inteligencia y la libertad”.

La educación reducida a “training” (…) SIN EMBARGO, A MENUDO ESOS PROYECTOS ESTÁN APOYADOS POR UNA VISIÓN ASÉPTICA DE LA EDUCACIÓN, CONCEBIDA, PARADÓJICAMENTE, COMO VARIANTE NEUTRAL DE UN SISTEMA ORIENTADO A LA FORMACIÓN Y A LA PREPARACIÓN PROFESIONAL, A LA REDUCCIÓN DE LOS COSTOS SOCIALES DE ADIESTRAMIENTO, A LA ADQUISICIÓN DE COMPETENCIAS MÁS QUE CONOCIMIENTOS, Y A LA REDUCCIÓN DE ESTOS ÚLTIMOS PURAMENTE A INFORMACIÓN Y NOCIONES.

3 Nussbaum, Tagore, Dewey, cit., p. 63.

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Sin embargo, la situación contemporánea es distinta a la que podía percibir el ilósofo francés, ya consciente de la tragedia de los totalitarismos y del peso negativo de las ideologías. Mientras el hombre del siglo XX vivió en estrecho contacto con las ideologías, y después de advertir su fascinación experimentó su violencia, el hombre del tercer milenio ha querido separarse netamente no sólo de las doctrinas y los sistemas —que sin poner jamás en discusión sus supuestos, se airmaban contra toda evidencia, preiriendo reducir la realidad a la teoría en vez de modiicar a esta última en función de la primera—, sino también de toda visión que tuviese indicios de la totalidad y la plenitud, preiriendo vivir del detalle, de lo fragmentario, de lo propio individual, con temor a caer nuevamente en los errores del pasado. De este modo se dio muerte deinitivamente al ideal de toda educación, que es crear un “hombre nuevo”, y ésta se redujo a training, a formación cada vez más especializada y sectorial, a preparación tecnológica para tareas sociales que proporcionarán el ingreso necesario para vivir y tal vez para formar una familia. Por este motivo son cada vez más escasos quienes apoyan una escuela en condiciones de educar e instruir, un lugar de cultura y juicio crítico, mientras cada día aumentan los que piensan que la escuela debe limitarse a adiestrar y formar profesionalmente, centrándose en saberes prescriptivos y funcionales, abriendo así un surco cada vez más profundo entre “una educación que cultiva al ser humano y su humanidad”, para usar una expresión también de Nussbaum, y una educación “que produce generaciones de máquinas útiles”3. La reducción de la educación a mero aprendizaje de adiestramiento, apoyada también por una gestión tecnocrática de la escuela y de las entidades establecidas para la formación de los jóvenes, y la pérdida dentro de la misma de toda referencia a una visión antropológica declarada y compartida no son, en todo caso, fenómenos casuales ni mucho menos inevitables y necesarios. Son más bien consecuencias de cambios y —por así decir— de “temores” que la cultura y la historia del siglo XX ha impreso en la conciencia de los hombres, marcando profundamente y a veces de manera inconsciente su estructura de fondo. Dos de estas causas merecen consideración: la forma de la racionalidad y la ideología.


«La doctrina del “maestro interior” desde Agustín hasta Tomás, ha destacado, en distintas versiones, esta condición fundamental de la educación, por lo cual ésta no es un traspaso de conocimientos y costumbres de una conciencia a otra, sino un descubrimiento y una relación personal con la verdad y la realidad, en la acción propia y personal que marca cada rostro humano. La experiencia de preguntas y exigencias que se encuentran en la naturaleza de cada ser humano (sentido religioso) constituye de este modo el interlocutor de la acción educativa y al mimo tiempo el límite no traspasable contra cualquier abuso o violencia que un hombre pueda cometer contra un semejante.» (San Agustín, por Caravaggio)

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Racionalidad reductivamente “técnico-cientíica”

LA REDUCCIÓN DE LA EDUCACIÓN A MERO APRENDIZAJE DE ADIESTRAMIENTO Y LA PÉRDIDA DENTRO DE LA MISMA DE TODA REFERENCIA A UNA VISIÓN ANTROPOLÓGICA DECLARADA Y COMPARTIDA NO SON FENÓMENOS CASUALES NI MUCHO MENOS INEVITABLES Y NECESARIOS. (…)

4 M. Heidegger, Che cos’è la metafisica. Poscritto, a. c. de A. Carlini, Florencia, 1985, p. 51: “La esencia devoradora del cálculo puede esconderse detrás de su producto y dar al pensamiento calculador la apariencia de la productividad”. 5 K. O. Apel, Etica della comunicazione, Jaca Book, Milán, 1994, J. Habermas, Etica del discorso, Laterza, RomaBari, 1985 (nueva edición 2009). 6 A. MacIntyre, The End of Education: The Fragmentation of the American University, en “Commonwealth”, volumen CXXXIII, Número 18 (20 de octubre de 2006); Id., God, philosophy, universities: a selective history of the Catholic philosophical tradition, Sheed and Ward Book / Rowan & Littlefield Publisher, Lanham, Md. 2009. 7 Ver A. Scola, C’è ancora l’università, en “Il Nuovo Areopago”, XVI (1997), fasc. 4, pp. 7-20.

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En cuanto a la primera, que abre un tema de absoluta importancia, en la vertiente ilosóica y cientíica, así como en la religiosa —y a la cual la Iglesia Católica está prestando considerable atención—, nos limitaremos a algunas observaciones en relación con el problema educativo. Partamos del juicio, ampliamente difundido, sobre la forma técnicocientíica de la racionalidad moderna. Sin negar el indudable y fundamental valor de la ciencia y de la técnica, dicha forma representa una reducción del valor verdadero del conocimiento a un paradigma exclusivo, el paradigma físico-matemático y en cierta medida lógicodeductivo. Semejante forma encuentra sus supuestos en la objetivación del mundo y en la reconducción de aquello que de éste podemos saber a su mensurabilidad. Lo que es válido para algunas ciencias se adopta como criterio único de validez de conocimiento, relegándose todo cuanto cae fuera del mismo al ámbito de la opinión individual, del sentimiento y de las emociones. La esencia del cálculo es “devoradora” —escribía Heidegger—, si bien la aparente productividad del pensamiento calculador parece esconderla4. Karl Otto Apel, retomando a Jürgen Habermas, analiza el concepto de “racionalidad estratégica”, entendida como organización racional —o sea, lógica y justiicada— de objetos, materiales y conceptuales, en vista de un in por alcanzar en sectores especíicos y delimitados de la vida, imputándole la fragmentación y la particularización del conocimiento5. En la relexión de MacIntyre sobre las universidades estadounidenses, los relejos de ese planteamiento se visualizan en la estructura misma de los sistemas formativos, en su forma piramidal y sectorial, en la pérdida total de relación entre las acciones y entre éstas y las ideas, o sea, en la pérdida del sentido del propio proceder y, más en general, de la existencia6. Se ha observado oportunamente que esta forma de proceder ha conducido al alejamiento del objeto del conocimiento —la verdad— hasta volver irrelevante la pregunta sobre lo que es ésta y cómo es posible conocerla, operando de este modo un ajuste de cuentas, más allá de las intenciones, con aspectos del irracionalismo y del conformismo de las sociedades de masa modernas7. Ahora bien, así como en algunos ámbitos —por ejemplo, de la comunicación— esa forma de racionalidad no puede aplicarse, sino que debe ser transformada —ya que no es un in estratégico determinado por quienes rigen los destinos políticos y económicos de un determinado contexto, al cual apunta la razón, aun cuando sea el proceder comunicativo, el entendimiento entre los sujetos implicados en la relación, o sea, el comprenderse mediante el lenguaje y el comprender el munus que se tiene en común—, en el ámbito de la educación es preciso encontrar una forma de racionalidad


que respete la naturaleza propia de la acción educativa y no limite su alcance dentro de esquemas y categorías ajenas. Se podría decir en síntesis que la forma de la racionalidad educativa se basa en una relación asimétrica que apunta al crecimiento de quienes participan en ella, mediante la expresión y el desarrollo del conocimiento, adquirido argumentativamente, y de la adhesión personal al mundo. Volveremos más adelante a este punto.

Ideología, adoctrinamiento y “Progressive Education” Pasemos ahora al tema de la ideología. El uso instrumental de la educación en los regímenes totalitarios del siglo XX es algo demasiado conocido como para tener que hablar: desde la formación del perfecto fascista, mediante “libro y mosquete”, hasta la idea bolchevique de la escuela como “arma ideológica de la revolución”, desde la mística nazista hasta los cambios de reeducación camboyanos, generaciones completas de hombres y mujeres, en sus años de la infancia y la adolescencia, fueron sometidas a formas de adoctrinamiento, que marcaron indeleblemente su manera de pensar y su carácter. Mientras eso llevó a poner en discusión y refutar ideas pedagógicas que se consideraban los supuestos de dichos sistemas —por ejemplo, en Italia, la oposición, en la segunda posguerra, a la idea “educativa” de escuela, proveniente de Gentile, y la consiguiente separación entre “instrucción” y “educación”—,también hay aspectos de estas experiencias anteriores que merecen ser considerados, sobre todo por la forma en que todavía se maniiestan en la actualidad. Así ocurre, por ejemplo, con la relación entre la Progressive Education estadounidense y el Great Experiment de la escuela revolucionaria soviética, como lo deinía John Dewey, ya que la pedagogía de izquierda se inspirará principalmente en él —y no en las doctrinas totalitarias comunistas— para promover las reformas de la escuela y de la instrucción. Ahora bien, durante un viaje a la URSS, en 19288, el gran teórico de la pedagogía estadounidense logró constatar que esa transformación del ser humano, de su mentalidad y de sus comportamientos, auspiciada por sus doctrinas, encontraba su realización en las escuelas de este país, donde “están totalmente encarnadas nuestras ideas declaradamente progresistas y democráticas, y de las cuales, si queremos, podemos aprender mucho más que de los sistemas de cualquier otro país”. Si “todo lo que siempre he creído a partir de bases teóricas” —escribirá Dewey en sus impresiones sobre la URSS— se conirmó en “lo que he visto en las escuelas rusas”, eso se debió a dos motivos principales: la estrecha conexión entre la organización escolar y la “vida”, es decir, el contexto social y económico, y la oposición de la escuela a la familia y a los contextos tradicionales de pertenencia,

(…) SON MÁS BIEN CONSECUENCIAS DE CAMBIOS Y DE “TEMORES” QUE LA CULTURA Y LA HISTORIA DEL SIGLO XX HA IMPRESO EN LA CONCIENCIA DE LOS HOMBRES. DOS DE ESTAS CAUSAS MERECEN CONSIDERACIÓN: LA FORMA DE LA RACIONALIDAD Y LA IDEOLOGÍA.

8 Ver al respecto E. Buzzi, Dewey e l’educazione sovietica, en “Il Nuovo Areopago”, XIX (2000), fasc. 4, pp. 79-92, publicado originalmente en idioma ruso en la revista “Novaja Evropa”, 13 (2000).

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considerados fuente de comportamientos “egoístas y antisociales”. Estos motivos encontraron buena acogida —si bien no me parece que por vía directa— también en otro gran inspirador de la pedagogía moderna como es Antonio Gramsci9, el cual identiicaba en la escuela el principal instrumento de superación de la cultura popular, radicada en las familias y en las comunidades tradicionales, hacia una nueva visión del hombre y de la sociedad, basada en la ciencia y en la cultura, de carácter universal o hegemónico

Educación y control social SE HA OBSERVADO OPORTUNAMENTE QUE ESTA FORMA DE PROCEDER HA CONDUCIDO AL ALEJAMIENTO DEL OBJETO DEL CONOCIMIENTO —LA VERDAD— HASTA VOLVER IRRELEVANTE LA PREGUNTA SOBRE LO QUE ES ÉSTA Y CÓMO ES POSIBLE CONOCERLA, OPERANDO DE ESTE MODO UN AJUSTE DE CUENTAS, MÁS ALLÁ DE LAS INTENCIONES, CON ASPECTOS DEL IRRACIONALISMO Y DEL CONFORMISMO DE LAS SOCIEDADES DE MASA MODERNAS.

9 Ver A. Gramsci, La formazione dell’uomo, Editori Riuniti, Roma, 1972. 10 J. Dewey, My Pedagogic Creed, en Education today, Nueva York, 1940, pp. 15-16.

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Con todo, más aún que estos motivos ciertamente fundamentales, para Dewey las razones de la estimación del experimento humano soviético —que, como confesaba él cínicamente, era preferible que se hiciese en Rusia más bien que en Estados Unidos, dados los riesgos que se podían correr— residían en la idea de “control social”, principio fundamental de su pedagogía, que deinía sus objetivos y sus métodos. Como escribe en una de sus obras principales (My Pedagogic Creed, de 1897), su interés por este tipo de “control” surge de considerar que puede llegar a ser “un método que realizará prácticamente para la sociedad humana lo que la ciencia física ha hecho para el control de la naturaleza o de la materia”10. Así como los objetos físicos pueden someterse al control de quienes conocen las leyes de la física, del mismo modo los seres humanos, una vez conocidas las leyes de las dinámicas de la sociedad, pueden ser regulados de tal manera que se salvaguarden la sociedad y su bienestar. El supuesto evidente de este tipo de “creencia” es que el ser humano no sólo es parte, sino una parte de la sociedad, y de tal modo debe concebirse y proceder en las relaciones con los demás, con las instituciones e incluso consigo mismo. Ciertamente, Dewey no auspiciaba una forma de control violento y autoritario; para él, el único control aceptable era de tipo democrático, siendo la democracia el único horizonte político en el cual es posible situar legítimamente la vida y el proceder del hombre. Y ese horizonte exigía que las normas se basaran en el respeto por la diversidad, en la relativización de las opiniones, en el pluralismo y en la distribución de los poderes. Sin embargo, eso se visualizaba como el horizonte inal en el cual situar —al menos en su dimensión pública— la existencia humana, con un cambio radical de carácter antropológico —ya que se negaba al hombre una subjetividad última, siendo un elemento y un producto de la coniguración social— y educativo: la pedagogía, de ser un arte que brota de la conciencia de la experiencia humana y procura indicar los pasos de un desarrollo humano pleno, se convierte en “ciencia de la educación”, una especie de algoritmo benthamiano para producir beneicios y evitar sufrimientos a toda la sociedad.


En sus versiones totalitarias o en las más liberales y democráticas, la pedagogía del siglo pasado llegó a sancionar, en parte experimentándolo, pero en parte promoviéndolo, el gran olvido de nuestra época: el olvido del sujeto, o sea, del yo humano, dejado de lado, teórica y prácticamente, hasta quedar fuera del juego, como elemento irrelevante y no decisivo. Y este aspecto tiene relación con todos los hombres, no sólo quienes están en la edad del crecimiento y el desarrollo: tiene relación con el niño y el adolescente y también con el maestro que debe educarlo, con el padre y la madre que lo han generado y quieren ayudarlo a llegar a ser él mismo, y que no pueden olvidar quiénes son ellos, si realmente quieren llevar a cabo esta obra, una de las más grandes que un hombre pueda realizar.

El yo como interlocutor de la educación Por ese motivo, para hablar de educación, es preciso ante todo hablar de persona11. La educación comienza cuando se reconoce el yo como subjetividad más allá de la realidad social e histórica. En la tradición cristiana y también liberal el carácter predominante de la educación no está dado por un determinado proyecto en relación con el hombre, por bueno que sea, sino por el reconocimiento del derecho y de la potencialidad de cada uno de realizarse a sí mismo en la relación con la vida real y en el desarrollo de las propias facultades y dotes. El ser indeterminado del ser humano con respecto a la determinación social es el descarte necesario, inicial y continuo para que la educación no se reduzca a un proceso de manipulación de la conciencia y de la conducta del hombre. La doctrina del “maestro interior” desde Agustín hasta Tomás, ha destacado, en distintas versiones, esta condición fundamental de la educación, por lo cual ésta no es un traspaso de conocimientos y costumbres de una conciencia a otra, sino un descubrimiento y una relación personal con la verdad y la realidad, en la acción propia y personal que marca cada rostro humano. Ir más allá del yo supera incluso los límites de la causalidad biológica y abre las puertas a esa insondabilidad última por la cual cada ser es misterio, no para velar un carácter enigmático equívoco, sino para la apertura a un más allá, que lo constituye, a Otro, que puede delinear su rostro. La experiencia de preguntas y exigencias que se encuentran en la naturaleza de cada ser humano (sentido religioso) constituye de este modo el interlocutor de la acción educativa12 y al mimo tiempo el límite no traspasable contra cualquier abuso o violencia que un hombre pueda cometer contra un semejante. Y eso se lleva a cabo en la esfera cognoscitiva y en la afectiva, tal vez con un predominio de la primera sobre la segunda, es decir, en la capacidad que el ser humano tiene de pensar con su propia cabeza y de formarse una “buena” cabeza para pensar.

OTRO GRAN INSPIRADOR DE LA PEDAGOGÍA MODERNA COMO ES ANTONIO GRAMSCI IDENTIFICABA EN LA ESCUELA EL PRINCIPAL INSTRUMENTO DE SUPERACIÓN DE LA CULTURA POPULAR, RADICADA EN LAS FAMILIAS Y EN LAS COMUNIDADES TRADICIONALES, HACIA UNA NUEVA VISIÓN DEL HOMBRE Y DE LA SOCIEDAD, BASADA EN LA CIENCIA Y EN LA CULTURA, DE CARÁCTER UNIVERSAL O HEGEMÓNICO.

11 Ver G. Chiosso, Teorie dell’educazione e della formazione, Mondadori, Milán, 2004, especialmente el c. 4 (“Educar a la persona”); Id., Elementi di pedagogia, Editrice La Scuola, Brescia, 2002, especialmente los cc. 1-2. 12 Ver L. Giussani, Il senso religioso, Rizzoli, Milan, 2004; G. Chiosso (ed.), Sperare nell’uomo. Giussani, Morin, MacIntyre e la questione educativa, SEI, Turín, 2009.

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El carácter irrepetible de la identidad personal

EN UNA RELACIÓN DINÁMICA CON LA TRADICIÓN, ÉSTA NO SE VISUALIZA COMO UNA REALIDAD EXTERIOR A LA PERSONA, SINO COMO EL PATRIMONIO DEL CUAL ESTÁ DOTADO EL SER HUMANO, QUE LO CALIFICA EN SUS RELACIONES CON LA REALIDAD. ES EL CONJUNTO DE ACTOS LINGÜÍSTICOS, DE INTELIGENCIA Y SENSIBILIDAD, DE CONOCIMIENTOS Y VALORES, DE MANERAS DE HACER Y DE COSTUMBRES, QUE MEDIANTE LA EXPERIENCIA COMÚN Y LA INSTRUCCIÓN SE HAN COMUNICADO A UN INDIVIDUO Y CONSTITUYEN EL ROSTRO Y LA MIRADA CON QUE SE PRESENTA AL MUNDO Y LO VIVE.

Entre todos los ejemplos que se podrían dar al respecto, señalo aquí uno, con el cual estoy familiarizado dados mis estudios. Se trata de la polémica de Tomás de Aquino contra Averroes y los averroístas, debida a esa interpretación árabe-latina del pensamiento de Aristóteles, que en Occidente —inicialmente en París y luego en Padua y otras ciudades— se había convertido en una corriente ilosóica de notable consistencia. Ahora bien, contra la doctrina del intelecto separado y único, Tomás repite que “hic homo intelligit” y que es preciso salvaguardar la naturaleza pensante de cada ser humano en particular, correlato fundamental de ese principium intrinsecum scientiae sobre el cual había tratado en De magistro. Si existiera una sola inteligencia para toda la especie humana —dice Tomás refutando la doctrina de Averroes—, si existiera un pensamiento único y soberano, “uno solo, por consiguiente, sería el sujeto que desea y uno solo el que, con su talento, hace todo aquello por lo cual un individuo es distinto a otro. De eso se desprende, además, que ya no debería existir ninguna diferencia entre los hombres en cuanto a la libertad elegida por el querer; pero habría una misma voluntad en todos, si en todos los individuos humanos hubiese un solo intelecto idéntico, que domina sobre todas las demás facultades y a todas dirige, lo cual es maniiestamente falso y absurdo puesto que repugna a la evidencia y destruye enteramente la ilosofía moral y lo que se exige a la convivencia social”13. Esta refutación ante litteram del pensamiento único es ciertamente un testimonio del sentido del hombre que la cultura occidental nos ha legado y que encontrará numerosos ejemplos en el curso de los años. Uno de esos ejemplos es ciertamente ofrecido por John Henry Newman, que en la formación intelectual de los jóvenes —tal que cada intelecto pueda disciplinarse por sí mismo para que conozca la verdad y adquiera su más elevada cultura14 — había visto el punto de apoyo de la auténtica educación liberal.

Educar para la realidad en la tradición 13 Tomás de Aquino, De unitate intellectus, IV, 84 (trad. B. Nardi, p. 160). 14 J. H. Newman, L’idea di università. Discorso VII. Il sapere considerato in relazione alle competenze professionali, en Scritti sull’università, de cargo de M. Marchetto, Bombiani, Milán, 2008, p. 313. Ver Discorso V. Il sapere come fine a sé stesso, en ibid.

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En todo caso, poner de maniiesto al sujeto signiica, para llevar a cabo la parábola educativa completa, considerar el in último de la educación. ¿Para qué se educa? Una vez descartado que el in sea la sociedad, y con mayor razón la familia, la escuela, y el docente, la administración o el partido político, ¿qué queda? Precisamente lo que queda, este aparente, pero fundamental resto, puede asumirse como in último de la educación. En términos generales, puede llamarse “realidad”. Padre y madre, maestros y docentes, incluso


la sociedad misma, son medios para llegar, a través del camino educativo, a conocer y prestar adhesión a la realidad, tanto aquella que nos rodea y en la cual vivimos como la que nosotros mismos representamos. Conocer y tener conciencia del mundo, estableciendo con el mismo una relación positiva y constructiva son dimensiones esenciales de la educación. Luigi Giussani, que al respecto emplea la expresión “introducción a la realidad total”, observa, en un texto suyo sobre la educación, que no se puede airmar la realidad sin conocer su sentido y que, por ese motivo, una verdadera educación está dirigida a la conciencia del sentido de la vida, de las cosas, de las relaciones, de los demás. Un aspecto fundamental del método educativo está dado por la tradición y por su función tanto cultural como existencial. La relación con la tradición es una articulación esencial de todo discurso sobre la educación, independientemente de la forma en que se entienda y lleve a cabo dicha relación. Esquemáticamente, se pueden identiicar tres modelos, que podríamos deinir como el modelo de la continuidad, el modelo de la ruptura y el modelo del uso crítico y heurístico de la tradición. El primer modelo, típico de sociedades estables y homogéneas, apunta a la conservación y perpetuación de un patrimonio de conocimientos y valores adquiridos e indiscutibles, y a algunas de sus aplicaciones contingentes. Dicho patrimonio es fuente de seguridad e identidad, y tiene un valor indudable en el ámbito del conocimiento, el cual se construye, en sus expresiones y articulaciones, en el tiempo y con el concurso de muchos, a lo largo de cadenas de derivación y de inluencia que determinan su sentido, así como la inteligibilidad y la interpretación. Si se omite esta dimensión histórica, resultaría difícil la comprensión de las teorías, del perilamiento de las concepciones del hombre y de la vida, de los descubrimientos cientíicos y técnicos, del lenguaje mismo y del signiicado de las palabras. De acuerdo con este modelo, la educación se visualiza esencialmente como transmisión de una tradición con el in de llevar a las nuevas generaciones a formar parte de la misma, asimilando sus valores y sus paradigmas conceptuales, así como los usos y costumbres. Se puede ver una posible y fácil degeneración de este modelo en el tradicionalismo, que consiste en anular el presente en beneicio de un pasado que se desea hacer durar y de un statu quo que no se quiere modiicar, sino de hecho reforzar. El carácter repetitivo, a veces mecánico, de valores y comportamientos, y la impermeabilidad a instancias y situaciones actuales pueden ser rasgos ulteriores de una forma negativa de este modelo.

Beato John Henry Newman.

ESTA REFUTACIÓN ANTE LITTERAM DEL PENSAMIENTO ÚNICO ES CIERTAMENTE UN TESTIMONIO DEL SENTIDO DEL HOMBRE QUE LA CULTURA OCCIDENTAL NOS HA LEGADO Y QUE ENCONTRARÁ NUMEROSOS EJEMPLOS EN EL CURSO DE LOS AÑOS. UNO ES JOHN HENRY NEWMAN.

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«Luigi Giussani, que al respecto emplea la expresión “introducción a la realidad total”, observa, en un texto suyo sobre la educación, que no se puede airmar la realidad sin conocer su sentido y que, por ese motivo, una verdadera educación está dirigida a la conciencia del sentido de la vida, de las cosas, de las relaciones, de los demás.»

Relación dinámica con la tradición

GIUSSANI, A PROPÓSITO DE UNA TRADICIÓN ASÍ ENTENDIDA, LA CONSIDERA “LA GRAN HIPÓTESIS MEDIANTE LA CUAL LA NATURALEZA LANZA AL INDIVIDUO A LA COMPARACIÓN CON EL TODO”. EN AMBOS CASOS, LA TRADICIÓN SE VISUALIZA COMO LO QUE HA PENETRADO CONSTITUTIVAMENTE EN EL INDIVIDUO (…)

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El segundo modelo es típico de las épocas de crisis y opone el presente —o mejor aún el futuro— al pasado, considerado como obstáculo y causa del malestar individual y social. La fuerte carga utópica que acompaña dicha actitud destaca ulteriormente el desplazamiento del centro de gravedad —cognoscitivo, ético y existencial— de lo “ya sido” a lo “no aún”, claramente diferenciados y separados. Se pueden encontrar ejemplos en este sentido, en el siglo pasado, tanto en la vertiente ilosóica —como búsqueda de un nuevo comienzo ante el inal de parábolas seculares tanto en el ámbito ontológico o metafísico como en el ámbito gnoseológico— como en la vertiente político-social —las generaciones del 68, que determinaron la historia de las últimas décadas más de lo que se puede imaginar, surgieron en clara oposición con el pasado y en gran parte proliferaron sobre su negación— como en la vertiente educativa —toda pedagogía progresista, desde el pragmatismo deweyano hasta las actuales teorías cognitivas, siempre ha mostrado una fuerte aversión hacia lo que se consideraba established. En este caso también puede existir fácilmente una degeneración de la instancia innovadora, traducida en veleitarismo, voluntarismo, o en ideologías que desembocan en la violencia. Además, paradojalmente, precisamente en el rechazo de la tradición se encuentra la causa remota de un “pasado que no quiere pasar” y que siempre se vuelve a asomar en la escena del presente, como piedra obstructora. Una posible y difundida versión de la educación, de acuerdo con este modelo, es su concepción procesal, como conjunto de prácticas “con miras a” un in —para citar una famosa expresión de Dewey— que progresivamente se aleja y siempre deja abierta la búsqueda y la experiencia. Otra versión de rechazo de la tradición es su “musealización”. Ésta consiste en la conservación y exhibición del pasado como algo que ya no pertenece al presente: un pasado que es preciso mantener como realidad irrepetible e imposible de proponer, como palabra muerta en el tiempo, como visión del mundo descartada y perteneciente a una época que ya no se repetirá. El objeto del museo es aquello que ha


sido y no puede seguir siendo. Es preciso preguntarse en qué medida esta obra de musealización es más fuerte y deletérea que la destrucción misma del pasado. Una forma de musealización, en nuestros tiempos, ha sido realizada por el medio televisivo. En una breve, pero intensa ilmación sobre la televisión, titulada La homologación, Pier Paolo Pasolini vio en el medio televisivo y en su lenguaje la actuación más sutil del conformismo, que se inicia a partir de las palabras que deinen la realidad como estática, carente de verdad y de vida, como palabras que conirman “algo que ha sido”, pero que no puede ser y suceder. La televisión es una forma de musealización que esteriliza la tradición y la vuelve inactual, la despoja de poder, hasta anularla. El tercer modelo se basa en una relación dinámica con la tradición, la cual no se visualiza como una realidad exterior a la persona, sino como el patrimonio del cual está dotado el ser humano, que lo caliica en sus relaciones con la realidad. Es el conjunto de actos lingüísticos, de inteligencia y sensibilidad, de conocimientos y valores, de maneras de hacer y de costumbres, que mediante la experiencia común y la instrucción se han comunicado a un individuo y constituyen, por así decir, el rostro y la mirada con que se presenta al mundo y lo vive. Newman hablaba, al respecto, de las inevitables presumptions que marcan al hombre, históricamente considerado, las cuales se ponen en juego en su interpretación y por tanto su comprensión del mundo. Giussani, a propósito de una tradición así entendida, la considera “la gran hipótesis mediante la cual la naturaleza lanza al individuo a la comparación con el todo”. En ambos casos, la tradición se visualiza como lo que ha penetrado constitutivamente en el individuo —en algunos aspectos de manera inextirpable, como el idioma— y que sin embargo no es un dato estático e inerme, si bien por una parte constituye un objeto de indagación y evaluación, y por otra es motivo e impulso para el juicio. En ese sentido, la tradición se somete a una veriicación continua, que consiste: a) en “cribarlo todo y retener lo que vale”, según la expresión paulina, es decir, considerar el valor, abandonando formas y contenidos ligados al propio tiempo y a determinadas circunstancias; b) en hacer verdadero lo que el pasado nos ha dado mediante su actualización en el presente en cuanto fuente de juicio y de acción correspondiente con las exigencias y las problemáticas que se plantean históricamente. Y éste es el sentido de la veriicación que toda educación auténtica debe implicar y favorecer, para que el sujeto crezca, y creciendo permita a toda la sociedad crecer y realizarse como comunidad de hombres, que procuran vivir cada vez con mayor humanidad su existencia. Es una veriicación que pone a prueba y permite evaluar y elegir; pero es también una veriicación que, como dice la etimología, “vuelve verdadero”, o sea, cumple lo que cada uno desea y a lo cual aspira.

(…) LA TRADICIÓN SE SOMETE A UNA VERIFICACIÓN CONTINUA, QUE CONSISTE: A) EN “CRIBARLO TODO Y RETENER LO QUE VALE”, SEGÚN LA EXPRESIÓN PAULINA, ES DECIR, CONSIDERAR EL VALOR, ABANDONANDO FORMAS Y CONTENIDOS LIGADOS AL PROPIO TIEMPO Y A DETERMINADAS CIRCUNSTANCIAS; B) EN HACER VERDADERO LO QUE EL PASADO NOS HA DADO MEDIANTE SU ACTUALIZACIÓN EN EL PRESENTE EN CUANTO FUENTE DE JUICIO Y DE ACCIÓN CORRESPONDIENTE CON LAS EXIGENCIAS Y LAS PROBLEMÁTICAS QUE SE PLANTEAN HISTÓRICAMENTE.

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«Él nos enseña que hay una cultura del espíritu de la cual mana la serenidad y clarividencia necesarias para abordar las más intrincadas situaciones personales y pastorales, ayudando a distinguir los aspectos efímeros y supericiales de aquellos que señalan lo que verdaderamente dice el Espíritu a la Iglesia de hoy» (cf. Tertio millennio adveniente, 23).

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EL MAESTRO JUAN DE ÁVILA

nuevo doctor de La igLesia universaL POR ANTONIO MARÍA CARD. ROUCO VARELA

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an dado la vuelta al mundo las palabras de nuestro querido Papa Benedicto XVI el día 20 de agosto pasado, en Madrid, al término de la santa Misa celebrada con miles de seminaristas en plena Jornada Mundial de la Juventud. Dijo lo siguiente: “Queridos hermanos: Con gran gozo, quiero anunciar ahora al pueblo de Dios, en este marco de la Santa Iglesia Catedral de Santa María La Real de la Almudena, que, acogiendo los deseos del Señor Presidente de la Conferencia Episcopal Española, Eminentísimo Cardenal Antonio María Rouco Varela, Arzobispo Abandonados los estudios de Madrid, de los demás Hermanos en el Episcopado de España, después de cuatro cursos a raíz así como de un gran número de Arzobispos y Obispos de otras de una fuerte experiencia de partes del mundo, y de muchos ieles, declararé próximamente a conversión, que parece tuvo San Juan de Ávila, presbítero, Doctor de la Iglesia universal. durante unos juegos de cañas, Al hacer pública esta noticia aquí, deseo que la palabra y el ejemplo Juan regresó al domicilio de este eximio Pastor iluminen a los sacerdotes y a aquellos que se familiar en Almodóvar, preparan con ilusión para recibir un día la Sagrada Ordenación. dedicándose por espacio de tres Invito a todos a que vuelvan la mirada hacia él, y encomiendo a su años a relexionar y a orar. intercesión a los Obispos de España y de todo el mundo, así como a los presbíteros y seminaristas, para que perseverando en la misma fe de la que él fue maestro, modelen su corazón según los sentimientos de Jesucristo, el Buen Pastor, a quien sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén”. Emociona recordar el gozo con que todos los presentes acogimos este anuncio y la rapidez con que se difundió tan grata noticia. Una noticia que era la anhelada respuesta a sucesivas súplicas y a años de coniada espera, y que ha llegado precisamente en el momento en que nos apremia la necesidad de una “Nueva Evangelización”1. El documento de Puebla habló ya en 1979 de situaciones que “requieren una nueva evangelización”2. El Papa Juan Pablo II invitó poco después en Puerto 1 Benedicto XVI, carta apostólica Ubicumque et semper, de 21 de septiembre de 2010, instituyendo el Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización. 2 Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Puebla, cap. II, n. 366.

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Príncipe (Haití) a encontrar y suscitar “nuevos métodos, nuevas expresiones y nuevo fervor de los apóstoles”3. Casi diez años después, en 1992, el documento de Santo Domingo dedicaba un capítulo completo a “La nueva evangelización”4, y en las conclusiones explicita que “exige la conversión pastoral de la Iglesia”, conversión que “debe ser coherente con el Concilio»5. En la encíclica Redemptoris Missio, del 7 de diciembre de 1990, el hoy beato Juan Pablo II retomaba el tema de “la nueva evangelización” presentándola como evangelización “ad gentes”6; como respuesta comprometida a la “nueva primavera” de gracia que vivía la Iglesia7, y como impulso a la “nueva época misionera”8 que a todos nos interpela. Y, más recientemente, en 2007, el documento de Aparecida recordaba “el desafío de una nueva evangelización, a la que hemos sido reiteradamente convocados”9. Airma fray Luis de Granada, En este contexto de nuevo y apremiante impulso evanel primer biógrafo de Juan de gelizador, emerge la grandiosa igura del Maestro Ávila. Ávila, que el Maestro Domingo Porque él fue un gran evangelizador: un sacerdote diocede Soto, por “la delicadeza sano enamorado de Jesucristo y profundo admirador de de su ingenio, acompañada San Pablo; conocedor como pocos de la Sagrada Escritura; con mucha virtud, lo amaba habilísimo predicador y entusiasta catequista; lleno de Dios mucho”; y un testigo asegura y de experiencia humana, cuyas actuaciones apostólicas y que Soto decía de él “que, si las creaciones educativas que llevó a cabo fueron cumbre de siguiera escuelas, fuera de los acierto y luminosidad, de suerte que lo esencial de sus pautas más aventajados en letras que evangelizadoras sorprende aún por su actualidad.

hobiera en España”.

La persona y el tiempo Uno de sus primeros biógrafos, el Licenciado Luis Muñoz, ofrece estas señas de identidad del Maestro: “Fue la patria del venerable Maestro Juan de Ávila la noble y muy leal villa de Almodóvar del Campo, puesta en el de Calatrava, de donde tomó renombre. Es del arzobispado de Toledo10, primado de las Españas [...]. Fueron los padres de nuestro venerable Maestro, Alonso de Ávila y Catalina Gijón, de lo más honrado y lustroso de Almodóvar, [...], muy bien puestos de hacienda, y, lo que más importa, temerosos de Dios y observantes de su ley”11.

3 Discurso a la Asamblea del CELAM el 9 de marzo de 1983. 4 El cap. 1 de la segunda parte del documento: IV Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Documento de Santo Domingo. 5 Ibídem. Conclusiones, n. 30. 6 RMi, 33. 7 Ib., 2. 8 Ib., 92. 9 V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, Discípulos y Misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn 14, 6), Documento conclusivo, 287. 10 Entonces era así. Hoy Almodóvar del Campo pertenece a la diócesis de Ciudad Real. 11 Vidas del Padre Maestro Juan de Ávila, ed. de LUIS SALA BALUST, Flors, Barcelona 1964, pp. 158 y 161.

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Hijo único, nacido el 6 de enero de 1499 o 1500, pasó sus primeros años en la casa familiar de esta apacible villa manchega de la provincia de Ciudad Real. Pronto, cumplidos los 14 años, sus padres lo enviaron a estudiar Leyes en la prestigiosa Universidad de Salamanca. Esta ciudad era por entonces hervidero de ilusiones americanas. Los recientes viajes de ida y vuelta al «En efecto, la igura del Maestro Ávila no sólo como renovador del catolicismo en la época del “Nuevo Mundo” traían y llevaban noticias, Renacimiento europeo, sino a lo largo de los aventureros, guerreros, comerciantes… y siglos, con su persona y sus escritos ha sido fervorosos misioneros, ávidos de predicar fuente de inspiración para la espiritualidad, sobre todo sacerdotal. Se le puede considerar el evangelio a aquellas poblaciones. En 1514, como el promotor del movimiento místico entre cuando llegó Juan de Ávila a Salamanca, un los sacerdotes seculares.» grupo de dominicos del convento de esta ciudad acababa de alistarse para marchar a América. Por esas fechas, habían partido ya hacia las “Indias” treinta y seis misioneros de la Orden de Predicadores. Por Salamanca debió pasar fray Julián Garcés, uno de ellos, pronto nombrado obispo de Tlaxcala, en Nueva España, México, con quien algunos años más tarde quiso embarcarse Juan de Ávila... Pero de momento, abandonados los estudios después de cuatro cursos a raíz de una fuerte experiencia de conversión, que parece tuvo durante unos juegos de cañas, Juan regresó al domicilio familiar en Almodóvar, dedicándose por espacio de tres años a relexionar y a orar. Debió ser un padre franciscano quien le aconsejó que estudiase Artes y Teología en la recién creada Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), conocida por su capacidad de evaluación y crítica de las tres grandes corrientes o vías teológicas del momento —tomismo, escotismo, nominalismo— y con evidente apertura al nuevo humanismo renacentista. Allí, Juan de Ávila fue alumno de Domingo de Soto12, recién llegado de París. Con él estudiaría las Súmulas en aquel primer curso de 1520-1521, la Lógica en el siguiente, y a mediados del tercero recibiría el grado de Bachiller, tras hacer el examen correspondiente. Airma fray Luis de Granada, el primer biógrafo de Juan de Ávila, que el Maestro Soto, por “la delicadeza de su ingenio, acompañada con mucha virtud, lo amaba mucho”13; y un testigo asegura que Soto decía de él “que, si siguiera escuelas, fuera de los más aventajados en letras que hobiera en España”14. De 1523 a 1526, Ávila debió cursar sus estudios teológicos. La prima de Santo Tomás, con los Maestros Pedro Ciruelo y Miguel Carrasco; la cátedra mayor de 12 Domingo de Soto (1494 -1570), OP., desde Alcalá pasó a la Universidad de Salamanca, formando parte de la importante escuela de juristas de esta Universidad en el s. XVI. Participó en el Concilio de Trento como teólogo del emperador Carlos V, y fue notable su contribución a los debates sobre los derechos de los indígenas del recién descubierto continente americano. Puede verse, Cruz Cruz, J., La ley natural como fundamento moral y jurídico en Domingo de Soto, EUNSA Pamplona 2007. 13 Fray Luis de Granada, Vida del Padre Maestro Juan de Ávila y las partes que ha de tener un predicador evangélico EDIBESA, Madrid 2000, 32-33. 14 Declaración del P. Andrés de Cazorla, SI., en el Proceso de Andújar, Proceso de Beatificación del Maestro Juan de Ávila, edición preparada por JOSÉ LUIS MARTÍNEZ GIL, OH, Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 2002, p. 887.

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Escoto, con Fernando de Burgos; y la de nominales o de Gabriel Biel, que leía con general aplauso el Maestro Juan de Medina15. Todavía en los primeros años del siglo XVII se conservaban en el Colegio de la Asunción de Córdoba “unos Sentenciarios de Gabriel y otros libros que había estudiado el dicho Maestro [Ávila] en Alcalá”16. Compañero y amigo de Ávila durante su estancia en Alcalá fue Don Pedro Guerrero, futuro arzobispo de Granada17. Y también conoció en Alcalá, cuando éste cursaba el doctorado, a Fernando de Contreras, que había de ser su gran amigo, y que inluyó decisivamente en su biografía posterior. De Alcalá salió Juan de Ávila para recibir la ordenación sacerdotal. Fray Luis de Granada lo narra de este modo:

Era el año 1526, y completó la iesta de su primera Misa solemne en Almodóvar del Campo vendiendo su cuantiosa herencia, procedente de las minas de plata que la familia poseía en Almadén, y repartiendo el beneicio entre los pobres, porque su proyecto era despojarse de todo para marchar como misionero “al lugar donde hubiese más trabajo y más necesidad, y menos honra y aplauso del mundo, y ansí le pareció que debía navegar a las Indias” (Fray Luis de Granada)

“Antes que acabase sus estudios fallecieron sus padres; y después de acabados y saliendo de los más aventajados de su curso, así como por su buen ingenio como por la diligencia del estudio, siendo ya de edad competente se ordenó de Misa: la cual, por honrar los huesos de sus padres, quiso decir en su lugar; y por honra de la Misa, en lugar de los banquetes y iestas que en estos casos se suelen hacer, como persona que tenía ya más altos sentimientos, dio de comer a doce pobres y les sirvió a la mesa y vistió y hizo con ellos otras obras de piedad”18.

Era el año 1526, y completó la iesta de su primera Misa solemne en Almodóvar del Campo vendiendo su cuantiosa herencia, procedente de las minas de plata que la familia poseía en Almadén, y repartiendo el beneicio entre los pobres, porque su proyecto era despojarse de todo para marchar como misionero “al lugar donde hubiese más trabajo y más necesidad, y menos honra y aplauso del mundo, y ansí le pareció que debía navegar a las Indias”19. Pero cuando estaba esperando en Sevilla para embarcar hacia México con el aludido fray Julián Garcés, OP., nombrado obispo de Tlaxcala, el arzobispo hispalense, don Alonso Manrique, aconsejado por Fernando de Contreras, cambió la ruta de Juan de Ávila: había que evangelizar el sur de España. Así lo reiere Fray Luis: “Ocurrió que, como fuera a diario a decir misa a una de las iglesias de la ciudad, decíala con tanta devoción y reverencia y con tantas lágrimas, que oyéndola el padre Contreras, comenzó a comunicarle y querer saber de él el intento que tenía. Y conocido su propósito, trabajó por apartarle de él, diciéndole que harto había que hacer en el Andalucía sin pasar la mar”20.

15 Cf. V. Beltrán de Heredia, O.P., “La Teología en la Universidad de Alcalá”, en Revista Española de Teología 5 (1945) 407-410, 501-506; “El Mtro. Domingo [Francisco] de Soto en la Universidad de Alcalá”, en La Ciencia Tomista 43 (1931) 346ss. 16 Declaración del Ldo. Fernán Pérez de Torres, en el Proceso de Córdoba, Proceso de Beatificación del Maestro Juan de Ávila, op. cit., p. 187. 17 Fray Luis de Granada, Vida del Padre Maestro Juan de Ávila, op. cit., p. 33. 18 Ibídem. 19 Fray Luis de Granada, Vida del Padre Maestro Juan de Ávila, op. cit., p. 129. 20 Ibídem, p. 130.

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No había dejado pocas secuelas la prolongada dominación musulmana. Andalucía había sido cristiana, muy cristiana, y contaba con una rica tradición de santos; pero también estaba presente la huella de siglos de convivencia entre distintas religiones, hecho positivo en sí mismo, pero que había fortalecido la fe de unos, airmado la de otros, y debilitado la de muchos. Había que volver a evangelizar a quienes estaban dispuestos a tener como pauta de vida el evangelio, por lo que Juan de Ávila se vio abocado a esta “nueva evangelización”. Permaneció, pues, en Sevilla compartiendo casa y pobreza con el gran Fernando de Contreras, doctor en Alcalá, que había orientado su vida hacia la predicación y era autor de un famoso catecismo o Doctrina cristiana y estimuló a Juan de Ávila a seguir este mismo camino. El padre Ávila comenzó por lo fundamental: hacer, con la ayuda del Señor, que su vida fuera evangelio. Para hablar de Dios hay que hablar antes mucho con Él, decía. Y para pronunciar palabras acertadas, hay que conocer muy a fondo la Palabra de Dios. Era un gran teólogo; pero divulgó su enseñanza no desde una cátedra universitaria, sino predicando por calles y plazas.

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Y también por los pueblos: Alcalá de Guadaira, Lebrija, Palma del Río, Jerez, y sobre todo Écija, importante ciudad donde hizo mucho bien y duraderas amistades. Daba lecciones de Sagrada Escritura, que también seguían muchos clérigos, y catecismo a los niños. No tardó en llegar la diicultad. Sus éxitos apostólicos se vieron pronto nublados por una denuncia a la Inquisición, acusándole de haber sostenido doctrinas sospechosas en sus predicaciones. Así lo narra su biógrafo el Licenciado Muñoz: “Predicaba con celo y espíritu del cielo; afeaba los vicios, reprendía las costumbres; decía con viveza las verdades evangélicas, las sentencias de los santos y doctores de la Iglesia, con aquella sinceridad y llaneza que ellas tienen; mas Amigo y apoyo de grandes dichas con tal vigor que eran unos dardos penetrantes, arrojadizos santos, el Maestro Ávila con un valiente brazo. Ofendidos algunos presumidos, que acaso fue quizás el sacerdote más imaginaron que de intento se asestaban [los dardos] a sus vicios, consultado de su tiempo. le denunciaron en el Santo Oicio, en el tribunal de Sevilla. Buscando un criterio seguro, Calumniando las proposiciones, o exagerándolas, o torciendo el Teresa de Jesús le envió el libro verdadero sentido, decían que cerraba la puerta de la salvación a de su Vida que acababa de los ricos (como si la facilitara el Evangelio), y otras cosas de esta componer; contaron no poco calidad, y acaso más pesadas”21.

en la naciente Compañía de Jesús los discípulos que enviaba a Ignacio de Loyola el Maestro Ávila; se comunicó también con Juan de Ribera, Juan de la Cruz, etc.

“Duro golpe en un hombre honrado”, añade a continuación. Mientras tuvo lugar el proceso, entre 1531 y 1533, quedó recluido en las cárceles inquisitoriales de Sevilla. No puso mucho empeño en pensar cómo se defendería de las acusaciones; más bien dedicó su tiempo a amplios espacios de oración y relexión que le adentraron en el misterio del amor de Dios y en el “beneicio” hecho a la humanidad con la redención de Jesucristo; esbozó la introducción y traducción de la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis y, sobre todo, empezó a poner por escrito la que sería su obra maestra y pieza fundamental de la literatura religiosa del siglo XVI, el Audi, ilia, dedicada a doña Sancha Carrillo, una distinguida joven a quien seguía orientando espiritualmente después de su clamorosa conversión. Emitida la sentencia absolutoria en 1533, Juan de Ávila continuó predicando con notable éxito, pero preirió trasladarse a Córdoba, donde conoció a su discípulo, amigo y primer biógrafo, el ya aludido dominico fray Luis de Granada. En Córdoba vio la luz en 1536, en las prensas de Juan Cromberger, el libro Cotemptus mundi, agora nuevamente romançado por muy mejor y más apacible estilo; es decir, el Kempis traducido por Juan de Ávila al castellano, su primera obra impresa, que conoció distintas ediciones entre 1538 y 1551. A inales de 1536, Ávila ijaba su residencia en Granada, donde también continuó estudios y parece que en 1538 obtuvo el título de Maestro. Así narra su traslado fray Luis de Granada: 21 L. Muñoz, Vida, op. cit. 1. 1 cap. 6 f. 10r., ed. cit. p. 175.

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“De Córdoba fue a Granada en tiempo de don Gaspar de Ávalos, arzobispo que era de Granada, gran perlado y siervo de Dios. En esta ciudad parece que le renovó Dios su espíritu; porque cebado con el fruto que se había hecho en Córdoba y en otros lugares, y cobrando nueva esperanza con la virtud y santidad del prelado de aquella ciudad, se ofreció de nuevo al trabajo de la predicación. Al principio de ella, entendiendo el buen pastor la excelencia y eicacia de su dotrina, se alegraba de cómo Dios le había dado tal ayudador para descargo de su obligación. Y luego lo aposentó en un cuarto de su misma casa; y de su consejo se ayudaba en todas las cosas de importancia”22. Al poco de llegar a esta ciudad, en enero de 1537, fue instrumento del Señor para la ruidosa conversión del portugués vendedor de libros Juan Ciudad, que había de ser San Juan de Dios, fundador de la Orden Hospitalaria. Y dos años más tarde, en mayo de 1539, tenía lugar la de San Francisco de Borja, entonces marqués de Lombay, que había llegado a Granada acompañando el cadáver de la emperatriz Isabel, la bella esposa de “Esta síntesis nos descubre Carlos V, en cuyos funerales predicó el Maestro Ávila. Desde el por qué Juan de Ávila, entonces pensó en cambiar de vida, ingresando en la recién experto incluso en habilidades fundada Compañía de Jesús, de la que fue prepósito general. mecánicas, ha tenido la Viviendo muy pobremente y dedicándose a la oración y a la veneración de algunos santos, predicación, el Maestro Ávila se fue rodeando de un grupo de como San Alfonso y San clérigos fervorosos, creando una auténtica escuela sacerdotal. Francisco de Sales, y hoy, en Pronto centró también su interés en mejorar la formación de nuestra época posconciliar, quienes se preparaban para el sacerdocio, para lo que fundó conserva una vigencia de colegios mayores y menores, que después del concilio de ejemplo” (Pablo VI, 1969). Trento, habrían de convertirse en Seminarios conciliares. Su intensa actividad apostólica dio lugar a la fundación de quince de colegios, como explicitaremos más adelante, sin contar los convictorios sacerdotales. De estos, tres eran Colegios Mayores o Universidades: Baeza, Jerez y Córdoba. La fundación más célebre fue la de la Universidad de Baeza (Jaén), cuyos clérigos, con fama de santidad y ciencia, llegaron a casi toda España, y fue destacado referente académico durante siglos. Convencido, además, de la llamada a la santidad de todos los ieles, con sus orientaciones y predicación favoreció las distintas vocaciones y estimuló a la mayor santidad de clérigos y ieles, imprescindible para la reforma de la Iglesia, que cada vez consideraba más necesaria. Amigo y apoyo de grandes santos, el Maestro Ávila fue quizás el sacerdote más consultado de su tiempo. Buscando un criterio seguro, Teresa de Jesús le envió el libro de su Vida que acababa de componer; contaron no poco en la naciente Compañía de Jesús23 los discípulos que enviaba a Ignacio de Loyola el Maestro Ávila; se comunicó también con Juan de Ribera, Juan de la Cruz, etc.

22 Fray Luis de Granada, Vida, op. cit., p. 133. 23 Ignacio de Loyola deseaba ardientemente que Juan de Ávila ingresara en la Compañía de Jesús, pero se limitó a enviar a ella sus discípulos y fundaciones. Quiso también ser enterrado en la Iglesia del Colegio de la Compañía.

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Desde Granada, el Maestro Ávila se trasladó a algunas otras ciudades, como Zafra (Badajoz), donde predicó 24 lecciones sobre la primera carta de San Juan, ansioso de poner la Sagrada Escritura en manos de todos. Pasó luego a Baeza, Montilla, Córdoba… Predicó de pueblo en pueblo. De plaza en plaza. Sin morada estable hasta que su enfermedad se lo requirió en los últimos años de su vida, estableciéndose en una sencilla casa de Montilla (Córdoba). También desde este retiro, a partir de 1554, continuó predicando con sus cartas. Su nutrido Epistolario admira hoy a quien lo lee. El nuevo Arzobispo de Granada, don Pedro Guerrero, a quien conocía desde sus años de estudiante en Alcalá, quiso llevarle como teólogo asesor al Concilio de Trento. No pudo ir por falta de salud, pero escribió dos importantes Memoriales que San Antonio Mª Claret, lector influyeron decisivamente en esta reunión eclesial. asiduo del Maestro Ávila, El Maestro Ávila compuso un catecismo en verso para confesaba: “Su estilo es el que cantar con los niños la Doctrina Cristiana, con tanto éxito más se me ha adaptado y el que pedagógico que los jesuitas lo adoptaron en sus colegios, he conocido que más felices y se extendió después por España, por buena parte de resultados daba. ¡Gloria sea Italia, y particularmente por América, e incluso en Áfria Dios Nuestro Señor, que me ca. Fueron famosas también sus lecciones sobre la Biblia. ha hecho conocer los escritos Algunos de sus muchos Sermones y Pláticas espirituales y obra de ese gran Maestro de se recogieron por escrito y hoy podemos disfrutar de su predicadores y padre de buenos precioso contenido. Y escribió sobre temas muy queridos y celosísimos sacerdotes!”. para él: el Tratado del amor de Dios y el Tratado sobre el sacerdocio, que son verdaderas joyas literarias con profundo contenido teológico24. Acompañado por sus discípulos y amigos, y aquejado de fortísimos dolores, con un Crucifijo entre las manos, entregó su alma al Señor en su humilde casa de Montilla en la mañana del 10 de mayo de 1569. Santa Teresa de Jesús, al enterarse de la noticia, no dudó en exclamar: “Lloro porque pierde la Iglesia de Dios una gran columna”25.

Actualidad del Maestro Ávila El Papa Pablo VI, en su alocución de 18 de abril de 1969, se expresó en estos términos: “En herencia preciosa recibimos de él obras imperecederas de literatura mística: la joya del Audi, ilia; el fecundo epistolario con cartas hermosas a Juan de Dios, Ignacio de Loyola, Francisco de Borja, Teresa de Jesús; los enardecidos sermones 24 Son muy numerosas las ediciones y traducciones de los escritos del Maestro Ávila. Puede verse la última edición de sus obras: Sala Balust, L – Martín Hernández, F. (eds.), Obras completas de San Juan de Ávila, nueva edición crítica, Madrid, BAC, 20002003, 4 vols. 25 Fray Diego de Yepes, Vida, virtudes y milagros de la Bienaventurada Virgen Teresa de Jesús, Zaragoza 1606, 1. 3 c. 26; L. MUÑOZ, Vida, cap. 24, ed. citada, p. 576.

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«De Córdoba fue a Granada en tiempo de don Gaspar de Ávalos, arzobispo que era de Granada, gran perlado y siervo de Dios. En esta ciudad parece que le renovó Dios su espíritu; porque cebado con el fruto que se había hecho en Córdoba y en otros lugares, y cobrando nueva esperanza con la virtud y santidad del prelado de aquella ciudad, se ofreció de nuevo al trabajo de la predicación», relata Fray Luis de Granada. (Vista parcial de la fachada de la Catedral de Granada, obra de Alonso Cano).

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sobre el Espíritu Santo, el Santísimo Sacramento, Nuestra Señora; las pláticas a los sacerdotes; los Memoriales al Concilio de Trento y tantas otras. Y, en su vida ministerial, como predicador infatigable y atractivo dejó huellas imborrables en fray Luis de Granada, en Juan de Dios; como hombre de letras formado con los maestros de Salamanca y Alcalá, en las Universidades de Granada y de Baeza, en los colegios de Córdoba y Écija, donde la juventud aprendía no tanto a gastar los ojos en el estudio cuanto a encallecer las rodillas en la oración; como hermano, en los grupos de sacerdotes por él atendidos, brazo derecho de sus obispos, de reminiscencias evangélicas en las misiones populares, lanzados hasta los ambientes de trabajo de las almadrabas. Esta síntesis nos descubre el por qué el beato Juan de Ávila, experto incluso en habilidades mecánicas, ha tenido la veneración de algunos santos, como La respuesta del Emmo. Sr. San Alfonso y San Francisco de Sales, y hoy, en nuestra época Cardenal Angelo Felici, Prefecto posconciliar, conserva una vigencia de ejemplo”26.

de la Congregación de las Causas de los Santos, de 8 de septiembre de 1990, notiicaba el envío del expediente a la Congregación para la Doctrina de la Fe, competente para emitir el dictamen previo acerca de la doctrina eminente del Santo Maestro, conforme al art. 73 de la Constitución Pastor Bonus.

La inluencia del Maestro Ávila, muy notoria en su tiempo, llega, en efecto, hasta nuestros días. Su cualiicada aportación al Concilio de Trento ha sido puesta de maniiesto por los especialistas27, destacando en temas de tanta importancia como la institución de los Seminarios, la reforma del estado eclesiástico o la catequesis. El Maestro Ávila pertenece, sin duda, a ese grupo de verdaderos reformadores que alentaron e iluminaron la renovación de la Iglesia en aquellos tiempos recios del siglo XVI. Su inluencia se puede comprobar también en varios Concilios provinciales de aplicación del de Trento: en los de Toledo, Granada y Valencia, celebrados en 1565; en el de Santiago de Compostela (1565-1566), en el tercer Concilio de Lima (1582-1583) y en el de México (1585). Recientemente lo ha puesto en evidencia el Papa Benedicto XVI cuando, en su reciente Visita Apostólica a Santiago de Compostela y Barcelona (6-7 de noviembre de 2010), mientras volaba hacia España, los periodistas le plantearon esta cuestión: “En estos meses se está poniendo en marcha el nuevo dicasterio para la nueva evangelización. Y muchos se han preguntado si precisamente España, con los desarrollos de la secularización y de la disminución de la práctica religiosa, es uno de los países en los que usted pensó como objetivo para este nuevo dicasterio o si no es el objetivo principal…. 26 En la Audiencia especial al Cardenal Arriba y Castro y a la Junta Episcopal “Pro Canonización del Beato Juan de Ávila”, L’Osservatore Romano, 19 de abril de 1969. 27 El jesuita alemán HUBERT JEDIN fue quien primero llamó la atención sobre la influencia de los Memoriales de Juan de Ávila en el Concilio de Trento y publicó el primero de ellos: H. JEDIN, “Juan de Avila als Kirchenreformer”: Zeitschrift für Aszese und Mystik 2 (1936) 124-241. Después se descubrieron y editaron los restantes: cf. C. ABAD, “Dos Memoriales inéditos del B. Juan de Ávila para el Concilio de Trento” Miscelánea Comillas 3 (1945) 1-39; 41-151; Íd., “Escritos del Bto. Juan de Ávila en torno al Concilio de Trento”, Maestro Ávila 1 (1946) 269-295; 2 (1948) 27-56.

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De por sí —respondía el Papa—, con este dicasterio he pensado en el mundo entero, porque la novedad del pensamiento, la dificultad de pensar en los conceptos de la Escritura, de la teología, es universal; pero naturalmente hay un centro y es el mundo occidental, con su secularismo, su laicidad, y la continuidad de la fe que debe buscar renovarse para ser la fe hoy y para responder al desafío de la laicidad. En Occidente, todos los grandes países tienen su propio modo de vivir este problema: hemos tenido, por ejemplo, los viajes a Francia, a la República Checa, al Reino Unido, donde por todas partes está presente de modo específico para esta nación, para esta historia, el mismo problema, y esto vale también de un modo fuerte para España. España era siempre, por una parte, un país originario de la fe; penseMontilla (Córdoba), casa que habitó el Maestro de Ávila. mos que el renacimiento del catolicismo en la época moderna ocurrió sobre todo gracias a España: figuras como San Ignacio de Loyola, Santa Teresa de Jesús y San Juan de Ávila, son figuras que han finalmente renovado el catolicismo y formado la fisonomía del mundo moderno”. En efecto, la igura del Maestro Ávila no sólo como renovador del catolicismo en la época del Renacimiento europeo, sino a lo largo de los siglos, con su persona y sus escritos ha sido fuente de inspiración para la espiritualidad, sobre todo sacerdotal. Se le puede considerar como el promotor del movimiento místico entre los sacerdotes seculares. La obra clásica Instrucción de sacerdotes, de Antonio de Molina, tan leída a lo largo de los siglos XVII y XVIII, transcribe con frecuencia al Maestro Ávila. Su inluencia se detecta también en la escuela sacerdotal francesa: uno de sus fundadores, el Cardenal Bérulle, airmaba que dicha escuela había sido diseñada por Juan de Ávila. San Francisco de Sales lo menciona elogiosa y repetidamente en su Tratado del Amor de Dios, y en la Introducción a la vida devota copia pasajes del Audi, ilia, remitiéndose a su autoridad espiritual. San Antonio Mª Claret, lector asiduo del Maestro Ávila, confesaba: “Su estilo es el que más se me ha adaptado y el que he conocido que más felices resultados daba. ¡Gloria sea a Dios Nuestro Señor, que me ha hecho conocer los escritos y obra de ese gran Maestro de predicadores y padre de buenos y celosísimos sacerdotes!”. El santo sacerdote diocesano Juan de Ávila continúa siendo preclara referencia para el clero secular, no sólo en España, sino en otros países, de modo particular en América. El mismo Papa Pablo VI, en la homilía de la Misa de canonización del beato Juan de Ávila, 31 de mayo de 1970, no dudó en afirmar:

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“Este nuestro deseo parece satisfecho al hacer una comparación histórica de los tiempos en los que vivió y obró el Santo, con nuestros tiempos; comparación de períodos ciertamente muy diversos entre sí, pero que por otra parte presentan analogías no tanto en los hechos, cuanto más bien en algunos principios inspiradores, ya de las vicisitudes humanas de aquel entonces, ya de las de ahora; por ejemplo, el despertar de energías vitales y crisis de ideas, fenómeno éste propio del siglo XV y también del siglo XX; tiempos de reformas y de discusiones conciliares como los que estamos viviendo. E igualmente parece providencial que se evoque en nuestros días la figura del Maestro Ávila por los rasgos característicos de su vida sacerdotal, los cuales dan a este Santo un valor singular y especialmente apreciado por el gusto contemporáneo, el de la actualidad. San Juan de Ávila es un sacerdote que, bajo muchos aspectos, podemos llamar moderno, especialmente por la pluralidad de facetas que su vida ofrece a nuestra consideración y, por lo tanto, a nuestra imitación” 28 . En repetidas ocasiones, también el Papa Juan Pablo II se reirió a San Juan de Ávila. En el mensaje que nos dirigió el 10 de mayo de 2000, cuando celebrábamos el V Centenario de su nacimiento, nos lo presentaba como un modelo siempre actual: “En efecto, en un momento histórico lleno de controversias y de cambios profundos, Juan de Ávila supo hacer frente con entereza a los grandes desafíos de su época, de la manera que sólo los hombres de Dios saben hacer: afianzado incondicionalmente en Cristo, lleno de amor por los hermanos e impaciente por hacerles llegar la luz del Evangelio. Ese fue el misterio de su inmensa actividad apostólica, de su amplia producción literaria y de su creatividad en la tarea de 28 AAS 62, 1970, 482-487. Texto italiano y español: L’Osservatore Romano 1-2 junio 1970; español: Ecclesia N.º 1.494 (6 junio 1970) 5-7 (777-779).

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evangelizar a todos los sectores de la sociedad. El ejemplo de su vida, su santidad, es la mejor lección que sigue impartiendo a los sacerdotes de hoy, llamados también a dar nuevo vigor a la evangelización en circunstancias que frecuentemente desconciertan por la rapidez de las transformaciones o la diversidad casi inabarcable de mentalidades y culturas, a veces entremezcladas en un mismo ambiente. Él nos enseña que hay una cultura del espíritu de la cual mana la serenidad y clarividencia necesarias para abordar las más intrincadas situaciones personales y pastorales, ayudando a distinguir los aspectos efímeros y supericiales de aquellos que señalan lo que verdaderamente dice el Espíritu a la Iglesia de hoy (cf. Tertio millennio adveniente, 23)29. Nos impresiona también que los trabajos conducentes a la deseada proclamación del Doctorado del Maestro Ávila, comenzados hace cuatro décadas, hayan venido a concluir en un momento en que confluyen varios hechos de actualidad que hacen al Maestro Ávila singularmente presente: Con las encíclicas Deus caritas est 30 y Caritas in veritate 31, el Papa Benedicto XVI nos ha recordado la primacía del amor, tema central en la vida y en la predicación del Maestro Ávila, incansable apóstol del amor de Dios. Hemos celebrado no hace mucho el Año Paulino 32, con el que el Papa quiso poner de relieve esa gigantesca figura de evangelizador que fue siempre un claro referente para Juan de Ávila, a quien Pablo VI calificó en la bula de canonización de “copia fiel de San Pablo”. Acaba de poner Benedicto XVI en nuestras manos la Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini33, que nos trae al recuerdo la conocida airmación de Ignacio de Loyola, quien caliicaba al Maestro de “arca del Testamento, por ser el archivo de la Sagrada Escritura, que si ésta se perdiere, él solo la restituiría a la Iglesia”34; y nos recuerda también las propias palabras de Juan de Ávila referidas a la Escritura: “la que hace a uno llamarse teólogo”35. No podemos olvidar tampoco las palabras de la carta convocatoria del Año Sacerdotal, airmando que “es preciso que los sacerdotes, con su vida y obras, se distingan por un vigoroso testimonio evangélico”36, lo cual hace también especialmente presente, atractiva y actual la igura del Maestro Ávila, sacerdote diocesano, profundamente convencido de “la alteza del oicio sacerdotal”37. La aludida creación del Pontiicio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, inalmente, es un motivo más que suiciente para volver los ojos al nuevo 29 Al Cardenal Antonio María Rouco Varela, Arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española. Texto original en el Archivo de la Conferencia Episcopal Española, Madrid. L’Osservatore Romano español, n. 22, 2 de junio de 2000, p. 9. 30 De 25 de diciembre de 2005. 31 De 29 de junio de 2009. 32 Del 28 de julio de 2008 al 28 de julio de 2009. 33 De 30 de septiembre de 2010. 34 La afirmación es del Proceso de Beatificación. El mismo Maestro decía de los santos: “Si la misma ley de Dios se perdiese, se hallaría escrita por el Espíritu Santo en las entrañas de ellos”, Audi 2, cap. 50, OC I, 5172ss.; OC (2000) I, 4, 645. 35 Memorial I, 52, Obras completas, op. cit., vol. II, p. 511. 36 Carta para la convocación de un año sacerdotal con ocasión del 150 aniversario del dies natalis de Juan María Vianney, 16 de julio de 2009. 37 Pláticas, 1: “La alteza del oficio sacerdotal pide la alteza de la santidad”, Obras completas, op. cit., vol. I, pp. 785-795; Tratado sobre el sacerdocio, ibídem, p. 907.

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Doctor y quedar prendados de su entusiasmo, su sabiduría, su libertad de espíritu, su capacidad de transmitir el evangelio no sólo con su palabra ardiente y oportuna, sino hecha realidad en su propia vida de maestro y de apóstol.

Nuevo Doctor de la Iglesia Universal El título de Maestro con el que desde 1538, y a lo largo de los siglos, ha sido conocido San Juan de Ávila, motivó que a raíz de su canonización, a instancias del Emmo. Sr. Cardenal Arriba y Castro, Arzobispo de Tarragona, la XII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, celebrada en julio de 1970, acordara suplicar a la Santa Sede para él la concesión del título de Doctor de la Para preparar la celebración Iglesia Universal. A partir de este momento comenzaron los del V Centenario del trabajos preparatorios, para los que fueron convocados los nacimiento de Juan de Ávila, principales especialistas en el Santo Maestro, que elaboraron la Conferencia Episcopal valiosas síntesis de su vida y de sus enseñanzas. Española emitió un Mensaje al Concluidos estos trabajos iniciales, las primeras preces supliPueblo de Dios en noviembre cando formalmente el Doctorado fueron elevadas a la Santa de 1999 titulado “San Sede por el Cardenal Presidente de la Conferencia Episcopal Juan de Ávila, maestro de Española, el Emmo. Sr. D. Ángel Suquía Goicoechea, con feevangelizadores”, en el que le cha de 10 de mayo de 1990, festividad de San Juan de Ávila, presentábamos como consejero cumpliendo el acuerdo de la LI Asamblea Plenaria, celebrada experimentado y ejemplo entre el 20 y el 25 de noviembre de 1989. Faltaban pocos meses para la nueva evangelización; para la inauguración de la Asamblea General del Sínodo de hacíamos notar el perenne los Obispos sobre la “Formación de los sacerdotes en la situay creciente inlujo de su ción actual”, y se pedía que la proclamación del Doctorado de magisterio, y exhortábamos a San Juan de Ávila coincidiera con la celebración del Sínodo, conocerlo y amarlo. (…) lo que contribuiría “a conirmar y aplicar las enseñanzas y orientaciones sinodales sobre la formación de los sacerdotes”. La respuesta del Emmo. Sr. Cardenal Angelo Felici, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, de 8 de septiembre de 1990, notiicaba el envío del expediente a la Congregación para la Doctrina de la Fe, competente para emitir el dictamen previo acerca de la doctrina eminente del Santo Maestro, conforme al art. 73 de la Constitución Pastor Bonus. Así las cosas, al aproximarse el XXV Aniversario de su canonización, la LXIII Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, celebrada en 1995, acordó que se volviera a solicitar al Santo Padre el Doctorado. Las nuevas preces fueron presentadas al Papa Juan Pablo II por el Arzobispo de Zaragoza, S.E.R. Mons. Elías Yanes Álvarez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, con fecha de 25 de mayo de 1995. A las razones en que se apoyó la Conferencia Episcopal para solicitar en 1990 la declaración de San Juan de Ávila como Doctor de la Iglesia universal, se añadía “la oportunidad de mostrar… la fuerza perenne de su espiritualidad y su ejemplar celo apostólico y evangelizador cuando Vuestra Santidad nos ha convocado a todos a la ‘nueva evangelización’ a las puertas del Tercer Milenio”.

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La respuesta indicó que la Congregación para la Doctrina de la Fe continuaba desarrollando un estudio para deinir las características concretas que había de poseer la eminens doctrina en quien se hiciera acreedor de tal reconocimiento, por lo que se hacía necesario continuar esperando. La celebración del V Centenario del nacimiento del Santo Maestro en 1999-2000, puso nuevamente de relieve el tan deseado Doctorado. Lo trató con notable amplitud la LXXI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, de 1999, que acordó dirigirse a la Congregación de las Causas de los Santos, reiterando el interés por el Doctorado de San Juan de Ávila. Como presidente entonces de la Conferencia Episcopal, después de habernos entrevistado, en compañía del Cardenal vicepresidente y del Obispo secretario, con el Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, S.E.R. Mons. José Saraiva Martins, le dirigimos una carta el 10 de mayo de 1999, en la que solicitábamos “sus buenos oicios para que el referido proceso se inicie deinitivamente, de forma que el Patrono de los presbíteros seculares españoles sea declarado oicialmente por el Santo Padre Doctor de la Iglesia. Le hacen acreedor a ello su eminente (…)“Por estas razones doctrina y el bien que de ello redundaría para los sacerdotes —concluíamos— hemos seculares españoles, hispanoamericanos y, en general, para presentado al Santo Padre la todos los sacerdotes seculares”. petición de que sea declarado Respondió el Prefecto, con fecha de 31 de mayo de 1999, informando de que el necesario voto previo de la Congregación para Doctor de la Iglesia Universal, la Doctrina de la Fe estaba solicitado desde 1990 y que había convencidos de que ello puede contribuir a la gloria de Dios y comunicado a dicho Dicasterio esta nueva petición. Mientras tanto, para preparar la celebración del V Centenario a la salvación de los hombres”. del nacimiento de Juan de Ávila, la Conferencia Episcopal Española emitió un Mensaje al Pueblo de Dios en noviembre de 1999 titulado “San Juan de Ávila, maestro de evangelizadores”, en el que le presentábamos como consejero experimentado y ejemplo para la nueva evangelización; hacíamos notar el perenne y creciente inlujo de su magisterio, y exhortábamos a conocerlo y amarlo. “Por estas razones —concluíamos— hemos presentado al Santo Padre la petición de que sea declarado Doctor de la Iglesia Universal, convencidos de que ello puede contribuir a la gloria de Dios y a la salvación de los hombres”. El día 31 de mayo de 2000 tuvo lugar en Montilla (Córdoba), lugar donde murió el Santo y se veneran sus reliquias, un importante Encuentro-Homenaje de los sacerdotes de España, que contó con un amplio mensaje del Papa Juan Pablo II en el que presentaba al Santo Maestro como “aliento y luz también para los sacerdotes de hoy” ante los retos de la nueva evangelización. Celebramos también, del 27 al 30 de noviembre de 2000, en Madrid, el Congreso Internacional “El Maestro Ávila” al que acudieron varios centenares de estudiosos de diversos países, que profundizaron en la persona, la doctrina y la actualidad de este evangelizador de ayer y de hoy, como consta en el cuidado volumen de 1.008 páginas que recoge las actas38. 38 Conferencia Episcopal Española. Junta Episcopal “Pro Doctorado de San juan de Ávila”, El Maestro Ávila. Actas del Congreso Internacional (Madrid 27-30 de noviembre de 2000), EDICE, Madrid 2002.

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PENSAMIENTOS Y SENTENCIAS DE SAN JUAN DE ÁVILA

Para conocer de fuente directa la piedad de San Juan de Ávila, publicamos algunos de sus pensamientos y sentencias reunidos por la Madre Magdalena de la Eucaristía para Santa Maravillas de Jesús (Cf. San Juan de Ávila – Vol. I: Sacerdote y maestro de espíritu; Vol. II: Sacerdote, maestro del pueblo de Dios. EDIBESA, Madrid, 2009), quien solía decir: “No hay nada que me guste tanto como el Beato Juan de Ávila hablando del Señor”. •฀Hémonos฀parado฀tan฀lojos฀en฀el฀servicio฀del฀trabajado฀y฀diligente฀Señor,฀que฀ parece que nosotros somos los señores y Él es el esclavo. •฀¿Por฀qué฀no฀iaremos฀lo฀que฀somos฀y฀lo฀que฀tenemos฀de฀las฀manos฀que฀por฀ nos se enclavaron en el árbol de la cruz? •฀Ordenemos฀nuestra฀vida฀y฀pensemos฀en฀nuestra฀muerte฀que฀no฀tardará฀ mucho de venir. •฀Longánimo฀y฀magnánimo฀le฀conviene฀ser฀al฀que฀en฀Dios฀espera฀y฀contra฀el฀ demonio pelea.

Sta. Maravillas de Jesús (1891-1974).

•฀Un฀santo฀dice฀que฀el฀hombre฀que฀se฀cree฀a฀sí฀mismo฀no฀ha฀menester฀demonio฀que฀le฀tiente,฀que฀él฀se฀es฀demonio฀para฀sí. •฀De฀Moisés฀leemos฀que฀en฀todas฀sus฀dudas฀acudía฀al฀tabernáculo฀del฀Señor,฀y฀de฀allí฀salía฀enseñado฀de฀lo฀que฀había฀ de hacer y con fuerza para ponerlo en obra. •฀Aunque฀en฀las฀palabras฀sea฀blando฀y฀dulce,฀sea฀en฀las฀obras฀duro฀y฀rígido,฀cuando฀sea฀menester.฀ •฀No฀se฀queje฀vuestra฀paternidad฀de฀la฀cruz฀del฀regimiento฀que฀nuestro฀Señor฀ha฀puesto฀en฀sus฀hombros,฀que฀harto฀tiempo฀ le ha dejado holgar debajo los regalos del obedecer. [A San Francisco de Borja, General de la Compañía de Jesús.] •฀Hay฀algunos฀atrevidos฀en฀dar฀parecer฀de฀las฀cosas฀de฀Dios,฀sin฀haber฀para฀ello฀estudiado฀ni฀haber฀tenido฀para฀ello฀ lumbre del Espíritu Santo.

Favorablemente concluido en 2002 en la Congregación para la Doctrina de la Fe el estudio de la eminens doctrina del Maestro Ávila, el expediente retornó a la Congregación de las Causas de los Santos. Por ello, en carta de 16 de noviembre de 2002, el Prefecto de este Dicasterio nos comunicaba algunas indicaciones prácticas sobre el modo de proceder ad ulteriora. Mientras tanto, en 2003, un buen número de Sres. Cardenales y Obispos, presidentes de Conferencias Episcopales, Superiores Generales de Institutos de vida consagrada, Responsables de Asociaciones y Movimientos eclesiales, Universidades y otras instituciones, y personas particulares signiicativas, se unieron a la súplica de la Conferencia Episcopal por medio de Cartas Postulatorias que manifestaron al Santo Padre el interés y la oportunidad del Doctorado de este santo universal. Una vez elaborada por la Postulación de la Causa la requerida Positio “Super dubio An concedendus sit titulus Doctoris Ecclesiae Universalis Sancto Ioanni de Avila, Sacerdoti Dioecesano, Magistro nuncupato”, el 12 de marzo de 2010 fue presentado

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•฀El฀remedio฀contra฀esto฀es,฀cuando฀la฀persona฀entrare฀en฀la฀oración,฀parecerle฀que฀no฀entra฀a฀alguna฀obra฀determinada,฀ sino que va a tratar con uno que mucho le ama. •฀El฀in฀de฀esta฀oración฀no฀ha฀de฀ser฀pensar฀mucho,฀sino฀sacar฀mucho฀fructo. •฀¿Quién฀es฀aquel฀que฀está฀dentro฀de฀vuestro฀corazón฀porque฀no฀queréis฀abrir฀a฀Dios? •฀Deshonra฀da฀[a]฀Dios฀el฀que฀se฀queja฀estar฀por฀Él฀deshonrado. •฀No฀habría฀cosa฀que฀tanto฀me฀hiciese฀temer฀parecer฀delante฀de฀Dios฀como฀saber฀que฀he฀quitado฀a฀Dios฀de฀algún฀alma. •฀No฀andes฀desmayado฀y฀triste,฀sino฀esforzado฀y฀alegre,฀esperando฀tan฀grandes฀bienes฀como฀están฀guardados. •฀Ten฀por฀averiguado฀que฀el฀mayor฀trabajo฀que฀le฀puede฀venir฀a฀un฀cristiano฀es฀no฀trabajar,฀y฀el฀mayor฀sinsabor฀y฀descontento, el mayor tormento y fatiga que puede tener es éste. •฀Huye,฀hermano฀mío,฀de฀todo฀pecado฀como฀del฀mismo฀inierno,฀que฀inierno฀es฀lo฀que฀a฀inierno฀te฀lleva. •฀¿Cómo฀te฀coronará฀Dios฀si฀en฀todo฀se฀hace฀tu฀voluntad,฀la฀cual฀está฀inclinada฀a฀no฀padecer? •฀—¿Qué฀es฀honra?—฀Estar฀en฀gracia฀de฀Dios฀y฀guardar฀sus฀mandamientos. •฀No฀hay฀cadenas฀mayores฀para฀tener฀al฀Espíritu฀Santo฀que฀amar฀a฀Jesucristo. •฀La฀santidad฀que฀no฀pasa฀por฀Jesucristo฀no฀es฀ni฀la฀tengo฀por฀segura฀santidad. •฀El฀perseguido฀del฀demonio฀recurra฀a฀la฀Virgen฀con฀fe,฀que฀luego฀será฀librado฀de฀él. •฀¡Cuántas฀madres฀se฀consolaron฀de฀la฀pérdida฀de฀sus฀hijos,฀acordándose฀del฀Hijo฀que฀esta฀Virgen฀vio฀morir฀ante฀su฀ojos. •฀Una฀gran฀devoción฀de฀corazón฀con฀la฀Virgen;฀y฀quien฀ésta฀no฀tiene,฀no฀descanse฀hasta฀que฀la฀halle.฀ •฀No฀suelen฀andar฀solos฀los฀grandes,฀ni฀tampoco฀la฀soberbia฀anda฀sola฀de฀vicios. •฀Tanto฀uno฀se฀demuestra฀bueno฀cuanto฀más฀perdona. •฀No฀digáis฀mal฀de฀las฀enfermedades฀ni฀de฀los฀trabajos.฀Mira฀cómo฀los฀envía฀Dios฀por฀nuestro฀bien. •฀No฀os฀diga฀nadie฀que฀basta฀servir฀a฀Dios฀como฀quiera฀[…].฀Negocio฀es฀que฀ha฀menester฀gran฀cuidado,฀gran฀diligencia. •฀¡Oh฀vergüenza฀de฀cristianos!฀¡El฀cuerpo฀de฀Jesucristo฀tan฀maltratado,฀y฀el฀de฀sus฀siervos฀y฀esclavos฀tan฀regalado! •฀Quiere฀Dios฀que฀te฀acuerdes฀y฀tengas฀en฀la฀memoria฀el฀lugar฀donde฀te฀sacó฀y฀las฀vanidades฀en฀que฀andabas฀envuelto.

al Papa el Supplex libellus del Doctorado de San Juan de Ávila, irmado el 10 de diciembre de 2009. La Positio se entregó en la Congregación de las Causas de los Santos el 10 de abril de 2010 y, a partir de aquí, se han sucedido los estudios y decisiones que han llevado la Causa a tan feliz término. La Positio ha sido estudiada por doce Consultores Teólogos que, en el Congreso Peculiar de 18 de diciembre de 2010, emitieron su voto unánimemente airmativo; el 3 de mayo de 2011 tuvo lugar la Sesión Plenaria de los Cardenales y Obispos miembros de la Congregación de las Causas de los Santos en la que, también con voto unánime, decidieron proponer al Santo Padre la declaración de Doctorado, y, como hemos indicado, vivimos un momento de extraordinaria alegría cuando el 20 de agosto pasado el Papa anunció la concesión del Doctorado. Pronto seremos todos convocados, si Dios quiere, a la esperada ceremonia en la que veamos, inalmente, proclamado a San Juan de Ávila Doctor de la Iglesia Universal.

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A 50 años del Concilio Vaticano II

DE LOS PADRES DEL PRIMER MILENIO AL VATICANO II

eL misterio y La vida de La igLesia POR GEORGES CARD. COTTIER, O.P.

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n este año 2012 se cumplen los cincuenta años del comienzo del Concilio Vaticano II. Medio siglo después, lo que fue un acontecimiento mayor de la vida de la Iglesia sigue suscitando debates —que probablemente se intensiicarán en los próximos meses— sobre cuál es la interpretación más adecuada de aquella asamblea conciliar. Las disputas de carácter hermenéutico, por supuesto importantes, corren el riesgo, sin embargo, de convertirse en controversias para entendidos. Mientras que a todo el mundo le puede interesar, sobre todo en el momento actual, redescubrir la fuente inspiradora que animó al Concilio Vaticano II. La respuesta más común reconoce que lo que impulsaba el acontecimiento era el deseo de renovar la vida interior de la Iglesia y también adaptar su disciplina a las nuevas exigencias para volver a proponer con nuevo vigor su misión en el mundo actual, atenta en la fe a los «signos de los tiempos». Pero para ir más a fondo, hay que comprender cuál era el rostro más íntimo de la Iglesia que el Concilio se proponía confesar y presentar al mundo en su intento de actualización. El título y las primeras líneas de la constitución dogmática conciliar Lumen gentium, dedicada a la Iglesia, son iluminadores por su claridad y sencillez: «Cristo es la luz de los pueblos. Por ello este sacrosanto Sínodo, reunido en el Espíritu Santo, desea ardientemente iluminar a todos los hombres, anunciando el Evangelio a toda criatura con la claridad de Cristo, que resplandece sobre la faz de la Iglesia». En las primeras palabras de su documento más importante, el último Concilio reconoce que el punto fontal de la Iglesia no es la Iglesia misma, sino la presencia viva de Cristo que ediica personalmente la Iglesia. La luz que es Cristo se releja como en un espejo en la Iglesia. La conciencia de este dato elemental (la Iglesia es el relejo en el mundo de la presencia y de la acción de Cristo) ilumina todo lo que el último Concilio dijo sobre la Iglesia. El teólogo belga Gérard Philips, que fue el principal redactor de la constitución Lumen gentium, evidenció precisamente este dato al principio de su monumental comentario al texto conciliar. Según él, «la constitución sobre la Iglesia adopta desde el principio la perspectiva cristocéntrica, perspectiva que se airma con fuerza durante toda la exposición. La Iglesia está profundamente

HUMANITAS Nº 66 pp. 254 - 257

COMO HA PUESTO DE MANIFIESTO EL CARDENAL CHARLES JOURNET, APOYÁNDOSE TAMBIÉN EN EL BEATO JOHN HENRY NEWMAN Y EN SU ENSAYO SOBRE EL DESARROLLO DEL DOGMA, EL DEPOSITUM QUE HEMOS HEREDADO NO ES UN DEPÓSITO MUERTO, SINO UN DEPÓSITO VIVO. Y TODO LO QUE ESTÁ VIVO SE MANTIENE EN VIDA DESARROLLÁNDOSE.

Ilustración pág. 254: de Anastasia Crimca, 1610. “Hechos de los Apóstoles y epístolas”. Monasterio de Dragomirna (Moldavia, Rumania)

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LA PETICIÓN DE PERDÓN POR LAS CULPAS DE LOS CRISTIANOS, QUE CAUSÓ ASOMBRO Y DEBATES EN EL CUERPO ECLESIAL CUANDO LA PRESENTÓ JUAN PABLO II, ES PERFECTAMENTE CONFORME CON LA CONCIENCIA DE IGLESIA DESCRITA HASTA AQUÍ. LA IGLESIA PIDE PERDÓN NO SIGUIENDO MODAS DE HONORABILIDAD MUNDANA, SINO PORQUE RECONOCE QUE LOS PECADOS DE SUS HIJOS OFUSCAN LA LUZ DE CRISTO QUE ELLA ESTÁ LLAMADA A REFLEJAR SOBRE SU ROSTRO.

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convencida de ello: la luz de los pueblos no se irradia de ella, sino de su divino Fundador: también, la Iglesia sabe muy bien que, relejándose en su rostro, esta irradiación llega a la humanidad entera» (La Chiesa e il suo mistero nel Concilio Vaticano II: storia, testo e commento della costituzione “Lumen gentium”, Jaca Book, Milán, 1975, v. I, p. 69). Una mirada en perspectiva mantenida hasta las últimas líneas del mismo comentario, en las que Philips repetía que «no es cometido nuestro profetizar sobre el futuro de la Iglesia, sobre sus fracasos y desarrollo. El futuro de esta Iglesia, a la que Dios ha querido hacer relejo de Cristo, Luz de los Pueblos, está en sus manos» (ibid. v. II, p. 314). La percepción de la Iglesia como relejo de la luz de Cristo une el Concilio Vaticano II con los Padres de la Iglesia, que desde los primeros siglos recurrieron a la imagen del mysterium lunae, el misterio de la luna, para sugerir cuál era la naturaleza de la Iglesia y la acción que le conviene. Como la luna, «la Iglesia no brilla con luz propia, sino con la luz de Cristo» («fulget Ecclesia non suo sed Christi lumine»), dice san Ambrosio. Mientras que para Cirilo de Alejandría «la Iglesia está penetrada por la luz divina de Cristo, que es la única luz en el reino de las almas. Existe, pues, solo una luz: en esta única luz resplandece también la Iglesia, que, sin embargo, no es Cristo mismo». En este sentido, merece atención la intervención que el historiador Enrico Morini hizo recientemente en la página web www.chiesa.espressonline.it que dirige Sandro Magister. Según Morini —que es profesor de Historia del cristianismo y de las Iglesias de la Universidad de Bolonia— el Concilio Vaticano II se mantuvo «en la perspectiva de la más absoluta continuidad con la tradición del primer milenio, según una periodización no puramente matemática sino esencial, al ser el primer milenio de historia de la Iglesia el de la Iglesia de los siete Concilios, todavía indivisa […]. Al promover la renovación de la Iglesia el Concilio no ha intentado introducir algo nuevo —como respectivamente desean y temen progresistas y conservadores— sino volver a lo que se había perdido». La observación puede crear equívocos, si se confunde con el mito historiográico que ve la historia de la Iglesia como una progresiva decadencia y un alejamiento creciente de Cristo y del Evangelio. Tampoco pueden acreditarse contraposiciones artiiciosas según las cuales el desarrollo dogmático del segundo milenio no estaría conforme con la Tradición compartida durante el primer milenio por la Iglesia indivisa. Como ha puesto de maniiesto el cardenal Charles Journet, apoyándose también en el beato John Henry Newman y en su ensayo sobre el desarrollo del dogma, el depositum que hemos heredado no es un depósito muerto, sino un depósito vivo. Y todo lo que está vivo se mantiene en vida desarrollándose. Al mismo tiempo, hay que reconocer como dato objetivo la correspondencia entre la percepción de la Iglesia expresada en la Lumen gentium y la ya compartida en los primeros siglos del cristianismo. La Iglesia no se presupone como un sujeto en sí mismo, preestablecido. La Iglesia da por


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sentado que su presencia en el mundo lorece y permanece como reconocimiento de la presencia y de la acción de Cristo. A veces, incluso en nuestra más reciente actualidad eclesial, esta percepción del punto fontal de la Iglesia parece ofuscarse para muchos cristianos, y parece darse una especie de vuelco: de ser relejo de la presencia de Cristo (que con el don de su Espíritu ediica la Iglesia) se pasa a percibir la Iglesia como una realidad material e idealmente dedicada a atestiguar y realizar por sí misma su presencia en la historia. De este segundo modelo de percepción de la naturaleza de la Iglesia, no conforme con la fe, se desprenden consecuencias concretas. Si, como debe ser, la Iglesia se percibe en el mundo como relejo de la presencia de Cristo, el anuncio del Evangelio no puede hacerse más que en el diálogo y en la libertad, renunciando a cualquier medio de coerción, ya sea material o espiritual. Es el camino que marcó Pablo VI en su primera encíclica Ecclesiam Suam, publicada en 1964, que expresa perfectamente la mirada sobre la Iglesia propia del Concilio. También la mirada que el Concilio ha dirigido a las divisiones entre los cristianos y luego a los creyentes de las otras religiones, relejaba la misma percepción de la Iglesia. Así, pues, también la petición de perdón por las culpas de los cristianos, que causó asombro y debates en el cuerpo eclesial cuando la presentó Juan Pablo II, es perfectamente conforme con la conciencia de Iglesia descrita hasta aquí. La Iglesia pide perdón no siguiendo modas de honorabilidad mundana, sino porque reconoce que los pecados de sus hijos ofuscan la luz de Cristo que ella está llamada a relejar sobre su rostro. Todos sus hijos son pecadores llamados por la acción de la gracia a la santidad. Una santiicación que es siempre un don de la misericordia de Dios, el cual desea que ningún pecador —por muy horrible que sea su pecado— sea atrapado por el maligno en el camino de la perdición. Así se comprende la fórmula del cardenal Journet: la Iglesia es sin pecado, pero no sin pecadores. La referencia a la verdadera naturaleza de la Iglesia como relejo de la luz de Cristo tiene también implicaciones pastorales inmediatas. Por desgracia, en el contexto actual, se veriica la tendencia de algunos obispos a ejercer su magisterio mediante declaraciones por vía mediática, en las que dan prescripciones, instrucciones e indicaciones sobre lo que tienen o no tienen que hacer los cristianos. Como si la presencia de los cristianos en el mundo fuera el resultado de estrategias y prescripciones y no surgiera de la fe, es decir, del reconocimiento de la presencia de Cristo y de su mensaje. Quizás, en el mundo actual, sería más sencillo y confortante para todos poder escuchar a pastores que hablan a todos sin dar por supuesta la fe. Como reconoció Benedicto XVI durante su homilía en Lisboa el 11 de mayo de 2010, «con frecuencia nos preocupamos afanosamente por las consecuencias sociales, culturales y políticas de la fe, dando por descontado que hay fe, lo cual, lamentablemente, es cada vez menos realista».

COMO RECONOCIÓ BENEDICTO XVI DURANTE SU HOMILÍA EN LISBOA EL 11 DE MAYO DE 2010, «CON FRECUENCIA NOS PREOCUPAMOS AFANOSAMENTE POR LAS CONSECUENCIAS SOCIALES, CULTURALES Y POLÍTICAS DE LA FE, DANDO POR DESCONTADO QUE HAY FE, LO CUAL, LAMENTABLEMENTE, ES CADA VEZ MENOS REALISTA».

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Juan pabLo II: Hace 25 años, su visita a cHiLe POR GONZALO IBÁÑEZ SANTA MARÍA

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l día 1° de abril de 1987 Chile conoció una experiencia inédita: un Sumo Pontíice de la Iglesia Católica pisó su suelo1 y durante una semana a partir de ese día recorrió su territorio en una visita apostólica. Fue, sin duda, un hecho de la máxima importancia que no puede ser dejado de lado al elaborar un rol de los acontecimientos más signiicativos ocurridos en la historia de nuestra nación. Desde luego, la importancia de lo sucedido quedó en evidencia por la enorme convocatoria que produjo la presencia del Pontíice en cada una de las actividades que realizó en su visita, como asimismo La llegada de Juan Pablo durante los continuos desplazamientos terrestres que le fueron II a nuestra tierra no fue, la necesarios para llegar a los distintos lugares propios de esas de un líder de una confesión actividades. Muy pocas veces en la historia de nuestro país religiosa innominada, sino de se han producido concentraciones de población tan masivas la de aquella que acompañó como las que ocurrieron entonces. Fue asimismo importante desde el comienzo el esfuerzo esa visita porque en los cimientos de la patria ocupa un lugar fundacional de Chile y que, muy destacado la fe cristiana. La proyección y difusión de esa desde ese momento hasta fe se ubican entre los estímulos más potentes del esfuerzo casi ahora, ha inspirado la vida y el ciclópeo que hicieron aquellos primeros españoles que llegaron quehacer de la enorme mayoría hasta estas lejanías y que con su presencia y acción dieron uni- de quienes han habitado y dad a la dispersión que caracterizaba a los grupos aborígenes habitamos el país. que, hasta entonces, habían sido sus únicos habitantes; unidad que, a poco andar, se tradujo en el nacimiento de una nueva nación: Chile. Pedro de Valdivia lo deja inequívocamente en claro: “No se alcanza el descanso sino por medio del trabajo. A dilatar venimos la fe y a servir a Dios y al Rey, y para extenderla y ganar honra y fama y descanso perpetuo, es menester pasar diicultades, que siempre se siembra con trabajo y se coge con alegría” 2. La llegada de Juan Pablo II a nuestra tierra no fue, pues, la de un líder de una confesión religiosa innominada, sino de la de aquella que acompañó desde el comienzo el esfuerzo fundacional de Chile y que, desde ese momento hasta ahora, ha inspirado la vida y el quehacer de la enorme mayoría de quienes

1 Anteriormente, el 29 de febrero de 1824 pisó tierra chilena el joven sacerdote y canónigo Juan María Mastai Ferreti, quien venía como integrante de la denominada Misión Muzi enviada por el Vaticano para estudiar la situación religiosa del país que había proclamado su independencia de España pocos años antes y que estaba en vías de consolidarla definitivamente. Esa Misión dejó el territorio chileno en octubre de 1824. El joven sacerdote de que hablamos ascendería en 1846 a la Cátedra de Pedro con el nombre de Pío IX. Pero cuando estuvo en Chile era sólo eso, un joven sacerdote. 2 Citado por Jaime Eyzaguirre en “Ventura de Pedro de Valdivia” p. 68 Ed. Zig-Zag, 1974.

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han habitado y habitamos el país. La visita que recibimos de Juan Pablo II se constituyó así en motivo para que refrescáramos y reactiváramos ese propósito fundacional de nuestra patria, pues no porque haya pasado el tiempo, su importancia ha dejado de ser primordial. Precisamente, el mensaje que nos transmitió el Pontíice fue el de velar por la vigencia no sólo teórica de tal propósito, sino asimismo práctica, en la certeza de que es el mismo destino de la patria el que está en juego en el cumplimiento de esa misión.

*** El Pontiicado de Juan Pablo II fue innovador por muchos motivos. En primer lugar, porque lo fue del primer Cardenal no italiano después de más cuatrocientos años. Pero Wojtyla no sólo era “no italiano” sino que, en concreto, era polaco, es decir, proveniente de un país donde el catolicismo se ha El mensaje que nos transmitió identiicado prácticamente con la nacionalidad, pero que, sin el Pontíice fue el de velar por embargo, estaba a la sazón sometido al dominio de la Unión la vigencia no sólo teórica Soviética y, por ende, al de un régimen caracterizado por un del propósito fundacional de radical ateísmo y materialismo y por hacer de la lucha de clases nuestra patria, sino asimismo el instrumento privilegiado para procurarse el poder total. Es práctica, en la certeza de que decir, un régimen que estaba en las antípodas de la inalidad es el mismo destino de la patria para la cual Cristo instituyó su Iglesia. En seguida, su Pontiel que está en juego en el icado fue novedoso, porque lo fue de un Pontíice que hizo cumplimiento de esa misión. de su presencia física entre todas las personas —fueran ellas cristianas o no— un medio de máxima relevancia para dar a conocer hasta en los más lejanos rincones del mundo el mensaje del cual él fue durante esos años el depositario principal. Por eso, multiplicó sus viajes pastorales, aprovechando, por cierto, todos los adelantos de la ciencia; en este caso del transporte aéreo. Más de cien viajes en sus 27 años de pontiicado demuestran con creces cómo no vaciló en incurrir en los más severos sacriicios personales con tal de cumplir su misión a cabalidad. De hecho, fue un Papa al cual, literalmente, lo consumió el celo por el cumplimiento de esa misión: ser siervo de los siervos de Dios. Celo que, además, lo llevó a una exposición casi temeraria de su presencia en el contacto con los ieles, hasta el punto de que el 13 de mayo de 1981 fue víctima de un atentado contra su vida en la misma Plaza de San Pedro. Aunque sobrevivió, las secuelas de ese atentado lo acompañaron por el resto de sus días como una dolorosa cruz.

*** Cuando quedó de maniiesto la decisión de Juan Pablo II de recorrer el mundo predicando el Evangelio, se levantaron multitudes de voces pidiendo con insistencia su presencia en cada continente, en cada país, en cada ciudad, en cada rincón. El Papa se vio así ante el dilema de cómo organizar sus viajes de modo de llegar efectivamente a todas partes. Entre las voces que se levantaron pidiendo su

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presencia estuvo, por cierto, la del Episcopado chileno. Pero Juan Pablo II había tenido ya un contacto muy fuerte con nuestra Patria a propósito del conlicto que nos enfrentó con Argentina, cuando este país resolvió, de manera unilateral, desconocer el laudo arbitral de Su Majestad británica que resolvía la antigua disputa acerca de la soberanía de las islas ubicadas en el Canal de Beagle. Como se recordará, la agresiva actitud de Argentina recibió como respuesta la irme resolución del gobierno chileno de defender la integridad territorial del país, a lo cual Argentina respondió amenazando con la guerra. En el último momento, ella se evitó por la intervención de Juan Pablo II, quien aceptó iniciar una gestión de mediación entre ambos países. Ello sucedía los últimos días de 1978, es decir, cuando el Papa no llevaba ni siquiera tres meses en el solio pontiicio. De hecho, el acta aceptando la mediación se irmó el 25 de diciembre de 1978 y el conlicto sólo vino a resolverse en 1984. Figura El Papa muestra su angustia importantísima en las negociaciones y en la decisión inal fue y decepción cuando advierte el del Cardenal Antonio Samoré que, afectado sin duda por cómo los reiterados llamados las tensiones del litigio, no alcanzó a ver el resultado inal de de la Iglesia en este sentido han sus esfuerzos, pues falleció en el mes de febrero de 1983. Lo caído en el vacío, lo cual no es que todos le debemos a este preclaro sacerdote es inestimable obstáculo para que los reitere y no hay palabras con las cuales expresar de manera justa la una vez más: “Hace pocos días se cumplieron veinte años de gratitud a que se hizo acreedor. Hacia el Pontíice, la gratitud nuestra es también inmensa, la publicación de la Encíclica porque, en medio de sus múltiples actividades y obligaciones, del Papa Pablo VI sobre el debió hacerse tiempo para asumir la tarea de la mediación y desarrollo de los pueblos, porque puso todo su prestigio y su peso moral para preservar la Populorum progressio. la paz dentro de la justicia. Por eso, cuando se anunció su viaje No sin dolor tenemos que a Chile, en octubre del año 1985, el entusiasmo fue inmenso. reconocer que aquella voz Todo el país y todos sus habitantes iniciaron un intenso pro- profética sigue resonando en el ceso de preparación. El Papa nos visitaría como Mensajero mundo sin que haya encontrado de la Vida y, también, como Peregrino de la Paz recordando una respuesta adecuada. precisamente su decisiva intervención como artíice del acuerdo con nuestros vecinos. La Oración que se compuso para preparar su venida decía en su parte central: Te damos gracias por tu Hijo Jesucristo y por su Apóstol el Papa Juan Pablo, Peregrino de la Paz, Mensajero de la Vida, Profeta de la Verdad y la Justicia. Te damos gracias porque viene a nuestra patria, a conirmarnos en la fe, a animar nuestra esperanza y a unirnos en el amor fraterno. Ayuda a la familia chilena para acoger con gozo su visita. Envíanos tu Espíritu para convertirnos de corazón y construir un país reconciliado… Y el himno compuesto por Eugenio Rengifo decía así, también en su parte central: Mensajero de la Vida, peregrino de la Paz, danos el pan de la Palabra, el pan de la Esperanza, el pan de la Verdad. Mensajero de la Vida, peregrino de la Paz, vamos juntando nuestras manos, cantando como hermanos un canto de unidad.

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Es muy difícil explicar ahora lo que sucedió en ese tiempo previo a la llegada del Pontíice, pero fue un tiempo en que cada uno, cada familia, cada lugar y cada ciudad trataron de ser mejor para recibir dignamente al Vicario de Cristo. El Papa vino a conirmarnos en la Fe y para lograrlo, no escatimó esfuerzos. Desde luego, nos envió un mensaje antes incluso de iniciar su viaje en el cual precisamente se reirió al fundamento cristiano de nuestra patria: “Voy a Chile, gozoso de saber que desde los albores del descubrimiento, en el lejano noviembre de 1520, el Señor quiso hacer su entrada a esa tierra privilegiada por la majestuosa e imponente puerta del estrecho de Magallanes. Allí, no lejos del extremo austral, según la tradición, se celebró por primera vez la Santa Misa en Chile”3 y, no más aterrizó, besó el suelo chileno y saludó a las autoridades del país que lo esperaban; en ese saludo hizo Inmediatamente después de especial mención al objetivo de su viaje: “Recibisteis la luz pisar tierra chilena, Juan Pablo del Evangelio hace ya casi cinco siglos y ahora el sucesor II se dirigió a la Catedral de de Pedro viene a alentar entre vosotros un nuevo esfuerzo Santiago a dar gracias evangelizador. …Mi mensaje va destinado por igual a todos por estar entre nosotros y a los hijos de Chile; es un mensaje pascual y, por lo tanto, es un reunirse con los sacerdotes, mensaje de vida: de la vida de Cristo presente en su Iglesia; religiosos, diáconos y también en la Iglesia que está en Chile, para promover en el seminaristas de esa diócesis. mundo la victoria del bien sobre el mal, del amor sobre el odio, de la unidad sobre la rivalidad, de la generosidad sobre el egoísmo, de la paz sobre la violencia, de la convivencia sobre la lucha, de la justicia sobre la iniquidad, de la verdad sobre la mentira: en una palabra, la victoria del perdón, de la misericordia y de la reconciliación”. De ahí, hasta que pasó a Argentina seis días después, su agenda estuvo copada por actividades. Se reunió con el Episcopado, con el clero diocesano, con religiosos y religiosas, con el mundo de la cultura, con el Cuerpo Diplomático, con los pobladores en la población La Bandera y con los jóvenes en el Estadio Nacional. Coronó a la Virgen del Carmen y beatiicó a Sor Teresa de Los Andes en el que fue, sin duda, el más multitudinario de sus encuentros. Pero, también viajó a Valparaíso a juntarse en Rodelillo con más de cien mil personas, esposas y esposos, en lo que fue su Jornada dedicada a la familia; y visitó a los enfermos en el Hogar de Cristo. Se dirigió a los responsables de la Economía en la sede chilena de las Naciones Unidas (CEPAL) para urgirlos con la solidaridad. Viajó a Concepción, Puerto Montt, Punta Arenas y La Serena y terminó sus días en Chile viajando a Antofagasta, desde donde partió a Argentina. En estas regiones se dirigió al pueblo mapuche tanto como a los campesinos y al mundo del trabajo; y habló de la paz recordando su media3 El Papa no vacila en aceptar esta versión acerca de cuándo se celebró la primera Misa en Chile. La otra versión, como se sabe, es la que asigna este hecho a la expedición de Almagro, cuando ingresa a territorio chileno por el valle de Copiapó en marzo de 1536. En uno de sus más famosos cuadros, Fray Pedro Subercaseaux recrea esta última versión. Dejamos constancia, por otra parte, que los textos de los discursos, homilías y catequesis del Papa citados en este texto están tomados del suplemento que, con ellos, preparó y publicó el diario El Mercurio de Santiago poco después que el Papa dejó el suelo chileno.

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ción de años anteriores; como asimismo de los 500 años de evangelización, próximos a cumplirse en ese entonces; y se reirió a uno de sus temas más preferidos: la devoción mariana y la religiosidad popular. No olvidó a quienes habitan Isla de Pascua y tampoco a los reclusos que cumplen condena; ellos también recibieron su visita y su palabra de aliento y esperanza. Uno de los temas más recurrentes durante su visita fue el de la reconciliación y no vaciló en recibir a representantes de todas las banderías políticas, tanto como a dirigentes empresariales y gremiales. Su visita fue para todos los chilenos, sin exclusión alguna. Pero su palabra fue clara y precisa, recordando sin ambages los puntos fundamentales de la Fe católica, rechazando la instrumentalización que de ella a veces se busca hacer para ines subalternos. Recordó a todos que parte sustantiva de esa Fe exige vivir de acuerdo a lo mejor de nuestra naturaleza y que ese es el plan de Dios para Uno de los objetivos más cada uno y que esa es, por lo tanto, la Moral que la Iglesia importantes de todo el largo hace suya y cuya máxima expresión siguen siendo los Diez pontiicado de Juan Pablo II fue Mandamientos. Sin perjuicio, por supuesto de los imperativos el de la defensa y promoción evangélicos de vivir la caridad y el amor hasta el extremo, del matrimonio y de la familia. siguiendo así el ejemplo del mismo Jesucristo. Desde luego, a este objetivo Ante la imposibilidad de resumir en pocas palabras lo que dedicó en 1981 uno de sus fue la catequesis del Papa durante esos días4, nos centraremos primeros grandes documentos, en algunos puntos que parecen de la máxima importancia.

la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio. Era un tema, pues, que no podía faltar en la catequesis que el Papa desarrolló entre nosotros. Y, para tratarlo, destinó una jornada en Rodelillo.

La vida sacerdotal y consagrada

Inmediatamente después de pisar tierra chilena, Juan Pablo II se dirigió a la Catedral de Santiago a dar gracias por estar entre nosotros y a reunirse con los sacerdotes, religiosos, diáconos y seminaristas de esa diócesis. Junto a ellos, el Santo Padre expuso la primera de las grandes catequesis que habría de desarrollar en nuestra patria, aquella cuyo objetivo era la de relexionar a fondo sobre el sentido de la vida sacerdotal, relexión que, sin duda, muestra hoy día una extraordinaria actualidad de cara, sobre todo, a la grave crisis que ha afectado la vida de tantos sacerdotes en el mundo contemporáneo: “Considerad, hermanos, vuestra vocación. Con estas palabras invitaba el apóstol Pablo a los cristianos de Corinto (I, 1, 26), a una relexión sobre el signiicado de la propia vocación. Con estas palabras deseo también comenzar hoy, queridos sacerdotes, religiosos, diáconos y seminaristas, invitándoos a meditar sobre el don que cada uno de vosotros ha recibido al ser llamado por Dios, a in de que reconozcáis una vez más la grandeza de vuestra vocación, y os llenéis de agradecimiento hacia Aquel que ha hecho en vosotros cosas grandes (cf. Lc. 1, 49)”. 4 La Universidad de San Sebastián, con motivo de la reciente beatificación de Juan Pablo II, procedió en 2011 a la publicación de un libro que recoge todos los discursos completos del Pontífice en su estadía en Chile.

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Frente a esta llamada de Dios, una sola respuesta: “La respuesta que corresponde a este don no puede ser otra que la entrega total: un acto de amor sin reserva. La aceptación voluntaria de la llamada divina al sacerdocio fue, sin duda, un acto de amor que ha hecho de cada uno de nosotros un enamorado. La perseverancia y la idelidad a la vocación recibida consiste no sólo en impedir que ese amor se debilite o no se apague (cf. Ap. 2, 4), sino principalmente en avivarlo, en hacer que crezca más cada día”. Para lo cual, la total apertura a Cristo: “…si el sacerdote ha de conducir a las almas por este camino de la conversión, él mismo deberá recorrerlo, convirtiéndose a Dios, volviéndose hacia Él cuantas veces sea preciso. Debéis estar permanentemente abiertos a Cristo, fuente de esa redención, de la que sois instrumento en las manos de Dios”. Y estar siempre alerta frente a los peligros que acechan esta decisión de entrega total: “Rechazad, pues, cualquier tentación que os pueda llevar a descuidar las exigencias de los consejos evangélicos que habéis profesado. Amad la vida en comunidad; avanzad por el camino suave Es importante recordar ahora de la obediencia a vuestros superiores, cooperando de este esa catequesis no sólo por lo modo a dar a la vida comunitaria una unidad real y tangible; que ella signiica en sí misma, tened en gran aprecio el signo externo que debe distinguir sino también por la ofensiva demoledora que el matrimonio y inconfundiblemente vuestra consagración a Dios”. Son ideas que recorren como hilo central, por lo demás, la familia han sufrido en todo el discurso evangelizador del Papa y que él va a pro- nuestra patria desde hace fundizar en la reunión que pocos días después va a tener algunos años hasta la fecha, con el mundo de la vida consagrada y de miembros de los ofensiva que ha logrado, Institutos Seculares, esto es, básicamente con el mundo de entre nosotros, las religiosas: “…toda acción apostólica que os sea coniada una práctica demolición de reclama una idelidad previa y una entrega generosa a la estas instituciones. palabra y a la gracia de Dios que hagan patente la profunda inspiración de vuestra vida consagrada. Vuestro seguimiento de Jesucristo ha de ser claro y maniiesto, de modo que el punto de referencia sobre criterios, escala de valores y actitudes no sea otro sino la persona y el mensaje del mismo Jesús. Él es vuestro guía, vuestro Maestro, vuestro Esposo, vuestro Señor, ya que vuestra vida se ha centrado en la vinculación personal a Él. Por seguirle a Él y correr su misma suerte habéis dejado todas las cosas (cf. Mt. 19, 27) y así debéis transparentarlo en vuestras palabras y en vuestros actos”. En in, dirigiéndose al Episcopado chileno, alienta a sus miembros en esta tarea: “…os aliento a proseguir en vuestra línea pastoral orientada a formar integralmente personas cuya opción básica no puede ser sino Jesucristo y el Evangelio. El verdadero ‘sentir con la Iglesia’ nos inclina siempre a recordar la prioridad de la unión personal de cada uno de los hombres con Nuestro Señor. Salidle al paso —dondequiera se haga presente— a esa forma alarmante de pobreza espiritual que tantas veces vosotros detectáis: la ignorancia religiosa. Que todos los ieles puedan tener acceso a una catequesis completa, atrayente y adecuada a las circunstancias personales, familiares y sociales de cada persona. Trabajad incansablemente para que el mensaje cristiano ilumine los

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ambientes culturales e intelectuales de vuestra Nación, de modo que en ellos se fragüen las ideas y proyectos que den como fruto una renovada cristianización de Chile”.

Los deberes de la vida cotidiana: ¡los pobres no pueden esperar! La fe cristiana no está constituida sólo por una creencia en enseñanzas de la Iglesia acerca de la realidad de Dios y de su relación con nosotros tal como, por lo demás, lo expresa el Credo que se reza en las Misas dominicales. Esa creencia, por cierto, constituye el núcleo de nuestra fe, pero ésta, en el cristianismo, se prolonga en una vida. Es decir, no basta para ser cristiano creer en los artículos de fe, sino que se requiere proyectar esa creencia en la vida cotidiana de cada uno. Es el sentido más profundo de la Encarnación de Cristo: el Verbo de Dios se hace hombre en el seno de la Virgen María para mostrarnos con su vida el camino de la salvación. Alcanzar en la otra vida la plenitud de la unión con Dios —que en eso consiste la salvación— requiere haber vivido esta vida presente como lo hubiera hecho Cristo en las circunstancias propias de la vida de las distintas personas. Cristo, por otra parte, no nos pone exigencias que van más allá de las posibilidades de nuestro propio ser, ni menos en contradicción con esas posibilidades; pero sí nos llama a vivirlas en toda su integridad tanto individual como social; es decir, a vivir nuestra humanidad en plenitud. El Mensaje de S.S. Juan Pablo II entre nosotros se hace cargo plenamente de este aspecto de nuestra fe, cuando nos pide insistentemente que enfrentemos y demos solución a los problemas más acuciantes que enfrenta la humanidad en su tránsito por este mundo. Especialmente, los que enfrentan quienes son más desvalidos: los pobres, los enfermos, los jóvenes, los que forman parte de minorías étnicas, entre otros. A todos ellos, el Papa dirigió su palabra y la dirigió, asimismo y muy fuerte, a quienes son responsables de dar las soluciones y a quienes, de hecho, pueden darlas o colaborar a darlas. En el Encuentro con el Mundo de los Pobres, que tuvo lugar en la Población La Bandera, el Papa recuerda lo que, en su momento, dijeron los Apóstoles Pedro

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«Fue un Papa al cual, literalmente, lo consumió el celo por el cumplimiento de esa misión: ser siervo de los siervos de Dios. Celo que, además, lo llevó a una exposición casi temeraria de su presencia en el contacto con los ieles, hasta el punto de que el 13 de mayo de 1981 fue víctima de un atentado contra su vida en la misma Plaza de San Pedro. »

y Juan enfrentados a una situación similar: “…no traigo oro ni plata (Act. 3, 6) pero vengo en nombre de Jesucristo a anunciaros el amor de predilección del Padre, que ha querido revelar la esperanza del reino a los pobres, a los sencillos de corazón, a los que abren sus puertas al Señor y no desdeñan su mano misericordiosa”…“Por tanto, os digo: Contad siempre con esta solicitud maternal de la Iglesia que se conmueve ante vuestras necesidades, por vuestra pobreza, por la falta de trabajo, por las insuiciencias en educación, salud, vivienda, por el desinterés de quienes, pudiendo ayudaros, no lo hacen; ella se solidariza con vosotros cuando os ve padecer hambre, frío, abandono”. Acto seguido, el Papa sale al paso de quienes no comprenden, son indiferentes o, aun, se escandalizan con esta solicitud que la Iglesia muestra por los más

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débiles o cuando golpea la conciencia de los cristianos para que produzcan la solución de estos problemas: “¿Qué madre no se conmueve al ver sufrir a sus hijos, sobre todo cuando la causa es la injusticia? ¿Quién podría criticar esta actitud? ¿Quién podría interpretarla mal?”. No sin razón el Papa muestra su angustia y decepción cuando advierte cómo los reiterados llamados de la Iglesia en este sentido han caído en el vacío, lo cual no es obstáculo para que los reitere una vez más: “Hace pocos días se cumplieron veinte años de la publicación de la Encíclica del Papa Pablo VI sobre el desarrollo de los pueblos, la Populorum progressio. No sin dolor tenemos que reconocer que aquella voz profética sigue resonando en el mundo sin que haya encontrado una respuesta adecuada. Por eso, hoy, aquí, en este continente de la esperanza, en medio de vosotros, pobladores de Santiago, quiero repetir a todos los hombres y mujeres de buena voluntad las palabras de Pablo VI: ‘que los individuos, los grupos sociales, y las naciones se Personalmente creo que den fraternalmente la mano; el fuerte ayudando al débil a el Papa, sin perjuicio de levantarse poniendo en ello toda su competencia, su entualentarnos nuevamente a no siasmo y su amor desinteresados’… (Nº 75)”. bajar la guardia y a perseverar Por eso el Papa, de cara a las autoridades de la nación, de en un camino de crecimiento y los responsables del orden público, económico y de los de mayor equidad, miraría con empresarios reunidos en la sede de las Naciones Unidas en satisfacción la respuesta que Santiago (CEPAL) les recuerda sus deberes al respecto: “El en Chile tuvieron sus palabras desafío de la miseria es de tal magnitud que para superarlo sobre la urgencia de enfrentar hay que recurrir a fondo al dinamismo y a la creatividad de la el desafío de la pobreza, de la empresa privada, a toda su potencial eicacia, a su capacidad miseria y de la marginalidad. de asignación eiciente de los recursos y a la plenitud de sus energías renovadoras. La autoridad pública, por su parte, no puede abdicar de la dirección superior del proceso económico, de su capacidad para movilizar las fuerzas de la nación, para sanear ciertas deiciencias características de las economías en desarrollo y, en suma, de su responsabilidad inal con vistas al bien común de la sociedad entera”. Frente al desafío de la miseria y de la pobreza en que tantos se encuentran, el Papa plantea el doble nivel a que debe apuntar la solución. Ciertamente, crear las bases de un desarrollo sostenido que permita erradicar a fondo estos lagelos; pero, a la vez, procurar remedio a las necesidades inmediatas y urgentes: “Vuestros informes técnicos merecen para mí una doble consideración. Por una parte, el hecho de que no se divisen soluciones de fondo a la extrema pobreza sin un aumento sustancial de la producción y, por tanto, un sostenido impulso del desarrollo económico de la región entera. Por otra parte, el que esa solución, en virtud de su largo plazo y de su dinámica interna, sea del todo insuiciente de cara a las urgencias inmediatas de los desposeídos. La situación de éstas está pidiendo medidas extraordinarias, socorros impostergables, subsidios imperiosos. ¡Los pobres no pueden esperar! Los que nada tienen no pueden aguardar un alivio que les llegue por una especie de rebalse de la prosperidad generalizada de la sociedad”.

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La familia Uno de los objetivos más importantes de todo el largo pontificado de Juan Pablo II fue el de la defensa y promoción del matrimonio y de la familia. Desde luego, a este objetivo dedicó en 1981 uno de sus primeros grandes documentos, la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio. Era un tema, pues, que no podía faltar en la catequesis que el Papa desarrolló entre nosotros. Y, para tratarlo, destinó una jornada en Rodelillo, a la entrada de Valparaíso y de Viña del Mar, a la cual concurrieron más de cien mil personas. En esta oportunidad, el Papa recordó muchas veces la Exhortación Apostólica que acabamos de mencionar mostrando la perfecta unidad de su doctrina. Es importante recordar ahora esa catequesis no sólo por lo que ella significa en sí misma, sino también por la ofensiva demoledora que el matrimonio y la familia han sufrido en nuestra patria desde hace algunos años hasta la fecha, ofensiva que ha logrado, entre nosotros, una práctica demolición de estas instituciones. Es Hay aquí una tarea que momento de reflexionar acerca de lo que nos enseñó Juan corresponde asumir al mismo Pablo II precisamente para recuperar para nuestra patria clero, y a los Obispos muy en estas instituciones que han sido pilar fundamental de su particular, pero también a todo el pueblo católico, en vida cultural, social e institucional. cuanto la vida sacerdotal es, De entrada, el Pontífice deja clara la importancia capital de la familia: “A la familia debe la sociedad su propia exis- en alguna medida al menos, un tencia. La familia es el ambiente fundamental del hombre, índice de la vida religiosa de puesto que ella aparece unida al mismo Creador en el ser- una entera sociedad. vicio de la vida y del amor. Así podemos comprender que el futuro de la humanidad se fragua en la familia”5. Teniendo eso presente es que se entiende la fuerza del llamado que hace el Papa: ”He venido entre vosotros como peregrino y pastor, para repetir a las familias chilenas un llamado urgente: Familia, sé lo que tú eres. ¡Familia, descubre tu identidad de ser íntima comunidad de vida y amor con la misión de custodiar, revelar y comunicar el amor, como reflejo del amor de Dios y del amor de Cristo por la iglesia su esposa. He venido para deciros que la familia es el punto de apoyo que la Iglesia necesita hoy, también en Chile, para encaminar el mundo hacia Dios y para devolverle la esperanza que parece haberse difuminado ante sus ojos. En la familia cristiana se muestra claramente cómo la Iglesia es el corazón de la humanidad (Dominum Vivificantem, 67) y se fragua en ella. Bien lo decía San Agustín con su certera intuición: la familia es el vivero de la ciudad (De Civitate Dei, XV, 15: PL, 41, 459)”. Nada ni nadie puede reemplazar a la familia en el cumplimiento de esta tarea. Por eso, el Papa nos previene contra las amenazas que se ciernen sobre 5 Siendo muy numerosos los textos que el Pontífice toma directamente de la Exhortación Apostólica Familiaris Consortio he eliminado las referencias a los distintos capítulos, párrafos y páginas de ese documento para los efectos de facilitar la lectura del discurso del Pontífice. He dejado, por lo tanto, sólo las propias de otros documentos que el Papa también a veces cita.

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la vida familiar, comenzando por la tentación de romper el compromiso matrimonial para perseguir espejismos de felicidad detrás de los cuales las personas quieren esconder el hecho de haberse doblegado ante el egoísmo: “Queridos esposos y esposas de Chile, vuestra misión en la sociedad y en la Iglesia es sublime. Por eso habéis de ser creadores de hogares, de familias unidas por el amor y formadas en la fe. No os dejéis invadir por el contagioso cáncer del divorcio que destroza la familia, esteriliza el amor y destruye la acción educativa de los padres cristianos. No separéis lo que Dios ha unido”. El Papa nos insiste una y otra vez en la urgencia de que el matrimonio sea fiel a su misión y, por ende, que esté siempre abierto a la vida, a la nueva vida de los hijos. Por eso su llamado a estar alerta frente al más grave peligro que acecha a esa nueva vida cual es el aborto. Acto Una situación muy grave es nefasto en cuanto se traduce en el homicidio de una pertambién la que enfrenta la vida sona inocente e indefensa; pero que lo es aún más porque matrimonial y familiar. Urge tiene por ejecutores principales a quienes deberían ser los recordar la catequesis papal principales defensores de la vida, esto es, los progenitores y reponerla en la práctica de la criatura sacrificada: “Frente a una mentalidad contra cotidiana de chilenas y chilenos. la vida que quiere conculcarla desde sus albores, en el seno En los últimos diez años, tanto materno, vosotros, esposos y esposas cristianos, promoved la familia como su base, el siempre la vida, defendedla contra toda insidia, respetadla matrimonio, han sufrido tal y hacedla respetar en todo momento. Sólo de este respeto cúmulo de embates que han a la vida en la intimidad familiar se podrá pasar a la consterminado casi por desaparecer trucción de una sociedad inspirada en el amor y basada en de la faz de nuestra patria. la justicia y en la paz entre todos los pueblos”.

La tarea que el Papa nos dejó. Un balance 25 años después Chile se estremeció con esta visita. Y el Papa, al despedirse, nos dejó una tarea: “El Papa espera mucho de los chilenos para bien de la Iglesia en vuestro país y en el mundo entero. Quisiera que vuestro recuerdo de mi peregrinación apostólica sea un llamado a la esperanza, una invitación a mirar hacia lo alto, un estímulo para la paz y la convivencia fraterna. Porque os he visto, sé que si os decidís, podéis realizar ese empeño, porque contáis con la gracia de Dios y con el maternal afecto de la Virgen del Carmen, Madre y Reina de Chile”. Veinticinco años después, corresponde sin duda hacer un balance de la situación de nuestra patria a la luz del magisterio que el Papa desarrolló entre nosotros. Como siempre en las cosas humanas, este balance es de dulce y de agraz. Sin duda, en el campo económico, el cambio para bien ha sido notorio. Aun antes de la venida del Papa, el país había comenzado a abrir su economía al comercio internacional y, sobre la base de un franco apoyo a la iniciativa privada, había iniciado un período de crecimiento que, con más altos que bajos, ha logrado mantenerse en el tiempo. Las bases de este crecimiento no han variado, a pesar de los cambios políticos que ha habido después, y las consecuencias benéicas para las personas no se han dejado

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esperar. La reducción de la pobreza y la mayor calidad de vida son claramente visibles, convirtiendo, en este punto, a Chile en el país líder del continente sudamericano. Queda, por cierto, mucha tarea por cumplir, pero es asimismo mucho lo que se ha avanzado. Personalmente creo que el Papa, sin perjuicio de alentarnos nuevamente a no bajar la guardia y a perseverar en un camino

Juan Pablo II en Puerto Montt.

de crecimiento y de mayor equidad, miraría con satisfacción la respuesta que en Chile tuvieron sus palabras sobre la urgencia de enfrentar el desafío de la pobreza, de la miseria y de la marginalidad. La situación de la vida sacerdotal chilena provocaría, en cambio, una mirada de clara preocupación. Los escándalos en que se han visto envueltos varios sacerdotes, el enfriamiento notorio de la fe y de la práctica religiosa en muchos de nuestros compatriotas, la deserción de un número importante de miembros del clero y la disminución alarmante de las vocaciones religiosas no puede dejar indiferente a nadie y no hubiera dejado indiferente a Juan Pablo II. Hay aquí una tarea que corresponde asumir al mismo clero, y a los Obispos muy en particular, pero también a todo el pueblo católico, en cuanto la vida sacerdotal es, en alguna medida al menos, un índice de la vida religiosa de una entera sociedad. Una situación muy grave es también la que enfrenta la vida matrimonial y familiar. Urge recordar la catequesis papal y reponerla en la práctica cotidiana de chilenas y chilenos. En los últimos diez años, tanto la familia como su base, el matrimonio, han sufrido tal cúmulo de embates que han terminado casi

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por desaparecer de la faz de nuestra patria. Los ataques, incluso, comenzaron antes, cuando en 1967 se adoptaron las primeras políticas de control de la natalidad por medio de los anticonceptivos artiiciales. Continuaron, después, con la dictación de una nueva Ley de Matrimonio Civil que consagró el divorcio como causal de terminación de la unión conyugal y han seguido con la banalización de la sexualidad a través del proyecto de ley denominado “Acuerdo de Vida en Común” que abarca asimismo a las parejas homosexuales6. Junto con debilitar la estructura jurídica sobre la que se airmaban tanto el matrimonio como la familia, la juventud de nuestra patria se ha convertido en blanco de toda una campaña que no puede ser tildada sino de corrupción y cuyo origen se ha encontrado, muchas veces, en las más altas autoridades del país. Con esta campaña se ha tratado de desarraigarla de sus tradiciones, de producirle un vacío cultural y de llenarlo con consignas relativas a que todo Estamos muy lejos de el ámbito de la sexualidad es el ámbito propicio para ejercer las enseñanzas del Papa y una libertad sin límites; un ámbito, pues, para dar rienda suelta muy lejos de respetar y hacer a las pasiones sin el menor control por las consecuencias que respetar una de las primeras este desenfreno puede provocar. disposiciones de nuestra Lo que parecía ser la panacea para el ejercicio de la libertad Constitución Política: se ha transformado, sin embargo, en una situación que rápi“la familia es el núcleo damente va adquiriendo el carácter de un verdadero inierno de la sociedad y al para un número creciente de personas: más divorcios que Estado corresponde darle matrimonios; aumento de la violencia doméstica de manera protección” (art. 1º). exponencial, con la consecuencia de un sufrimiento cada vez más duro para los más débiles, esto es, mujeres y niños. Ello, hasta el punto de que un nuevo delito ha tenido que ser incorporado a nuestro Código Penal: el de “femicidio”. Y, como telón de fondo, un envejecimiento prematuro de la población por la decisión de las nuevas parejas de evitar la maternidad a cualquier precio. Ha quedado a la vista que el ambiente en que se desenvuelve la vida de esas parejas no tiene nada adecuado para traer nuevas personas a la vida. Por otra parte, enfrentamos una peligrosa campaña para liberalizar la práctica del aborto, y otra para introducir legalmente la de la eutanasia. Estamos, en deinitiva, muy lejos de las enseñanzas del Papa y muy lejos de respetar y hacer respetar una de las primeras disposiciones de nuestra Constitución Política: “la familia es el núcleo de la sociedad y al Estado corresponde darle protección” (art. 1º). En resumen, esta apertura a la libertad sin límites lo único que ha dejado es un reguero de vidas quebrantadas, vacías y carentes de ilusión. Un reguero de conlictos que han envenenado el alma nacional y cuyos nocivos efectos amenazan con extenderse a otros ámbitos de la vida social. Desde luego, al económico. Mucho de lo que se ha avanzado en el combate a la pobreza se ha perdido, porque son muchas las personas que tienen que destinar sumas importantes de sus ingresos 6 Este es un tema extremadamente delicado. No cualquier uso de la sexualidad es conforme con nuestra naturaleza, lo cual reviste una especial importancia de cara a la formación de la juventud que se inicia en su vida sexual.

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«Recordar la visita de S.S. Juan Pablo II no tiene por objeto dar sólo una mirada nostálgica al pasado, sino más bien buscar en el magisterio y en la vida de ese Pontíice las luces que, en las circunstancias de nuestro presente, orienten nuestras propias vidas y la vida de nuestra Patria en el camino hacia el futuro.»

a paliar las consecuencias de sus desvaríos, esto es, a sustentar varios grupos familiares; éstos se han visto reducidos a pensiones muchas veces de hambre y de mínima sustentación. Las preocupaciones que por este motivo abruman a tantas personas se han convertido, además, en causa de que en ellas la capacidad de generar ingresos se haya reducido en forma notable. La ausencia de verdaderas familias, por otra parte, ha impactado severamente la educación y formación de las nuevas generaciones, ya muy disminuidas como lo mencionábamos más arriba. Recordar, pues, la visita de S.S. Juan Pablo II no tiene por objeto dar sólo una mirada nostálgica al pasado, sino más bien buscar en el magisterio y en la vida de ese Pontíice las luces que, en las circunstancias de nuestro presente, orienten nuestras propias vidas y la vida de nuestra Patria en el camino hacia el futuro.

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«Se tiene la impresión de que esta nueva forma de esclavitud, quizás más dura, más cruel y más deshumanizante que otras formas del pasado, no se conoce en su trágica realidad y, sobre todo, no es considerada como lo que realmente es: la negación de la persona humana, reducida a objeto de placer y sobre la que el hombre puede desahogar sus instintos más perversos y crueles y sus deseos más vergonzosos.»

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NUEVA FORMA DE ESCLAVITUD

La gLobaLización de La prostitución POR GIUSEPPE DE ROSA S.J.

E

l tráico de esclavos que se produjo entre los siglos XVI y XIX es uno de los escándalos más clamorosos de la historia de la humanidad. Cazados de forma violenta en África, fueron llevados con sufrimientos inenarrables a América con el in de que trabajaran en condiciones infrahumanas en minas y plantaciones. Se calcula que, a lo largo de los 400 años que duró ese tráico, las víctimas llegaron a 11,5 millones, entre hombres y mujeres. Este es un episodio que pesa hoy de forma sensible sobre la conciencia de la humanidad y se acusa a los que estuvieron implicados de una crueldad horrible e inhumana y de una total falta de sentido cristiano. Pero, si bien es un delito horrible, resulta de “modesta cuantía” en lo numérico si se tiene en cuenta que en la actualidad, en un decenio en el sudeste asiático, el tráico de mujeres destinadas a la prostitución ha llegado a los 33 millones de víctimas. Richard Poulin, profesor de Sociología de la Universidad de Ottawa (Canadá), airma: “En el curso de los tres últimos decenios, en los países del hemisferio sur, ha habido un crecimiento vertiginoso de la prostitución y de la trata de mujeres y niños con tal objetivo. Un discurso análogo es válido también para los países de la ex Unión Soviética, del centro y oriente de Europa y de los Balcanes desde hace poco menos de un decenio. […] También se tiende a prostituir a niños cada vez más jóvenes, y a introducirlos en el mercado de la pornografía […] la industria de la prostitución infantil explota 400 mil niños en India, 100 mil en Filipinas, entre 200 y 300 mil en Tailandia, 100 mil en Taiwán, y entre 244 y 325 mil en los Estados Unidos. En la República Popular China los niños que se prostituyen son entre 200 y 500 mil, en Brasil van de 500 mil a 2 millones. El 35 por ciento de las prostitutas camboyanas tiene menos de 17 años y el 60 por ciento de las albanesas que se prostituyen en Europa son menores”. Algunos estudios estiman que un niño que se prostituye vende sus “servicios sexuales” a 2.000 hombres. En 1996, un informe del Consejo de Europa estimaba que se habían prostituido en Occidente unos 100 mil niños de Europa del Este. Un análisis presentado por Unicef (2001) con ocasión del Segundo Congreso Mundial Contra la Explotación

HUMANITAS Nº 66 pp. 274 - 285

HOY LA PROSTITUCIÓN HA LLEGADO A SER UN FENÓMENO DE MASAS Y SE HA EXTENDIDO AL MUNDO ENTERO. POR SU PARTE, LA PORNOGRAFÍA SE HA DIFUNDIDO AMPLIAMENTE POR TODA LA SOCIEDAD. LAS GANANCIAS DE ESTAS DOS INDUSTRIAS SON ALTÍSIMAS Y SE ENCUENTRAN ENTRE LAS MÁS RENTABLES DEL MUNDO. EN EL AÑO 2002, LOS INGRESOS DERIVADOS DE LA PROSTITUCIÓN SE ACERCABAN A LOS 60 MIL MILLONES DE EUROS Y LOS DE LA PORNOGRAFÍA ESTUVIERON CERCA DE LOS 57 MIL MILLONES.

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Sexual de Menores con ines Comerciales, realizado en Yokohama (Japón), estimaba en más de un millón los menores —principalmente niñas— que habían sido obligados a prostituirse por la industria del sexo. En 2004, las cifras giraban en torno a dos millones de niños. Hoy, al menos un millón de niños se prostituye sólo en el sudeste asiático, siendo los países más golpeados por este mal India, Tailandia, Taiwán y Filipinas1.

Un fenómeno de masas

1. Cfr. Poulin, R.: (ed.), Prostituzione. Globalizzazione incarnata, Milán, 2003. La prostitución de la que se habla en este artículo es no-voluntaria; implica por lo tanto la trata, por parte de individuos y organizaciones criminales, de mujeres y de menores para destinarlos al ejercicio de la prostitución, dentro de sus propios países o fuera de ellos, incluso en lugares muy lejanos. En efecto, existe otra forma de prostitución —“libre y voluntaria”— que se practica sobre todo en la casa –no en la calle– y mediante Internet, y sobre la cual algunos medios dan información y opiniones, ya que en ciertos países es una forma de prostitución legal. En esos países lo que es ilegal es la explotación de la prostitución.

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En realidad, hoy la prostitución ha llegado a ser un fenómeno de masas y se ha extendido al mundo entero. Por su parte, la pornografía se ha difundido ampliamente por toda la sociedad. Las ganancias de estas dos industrias son altísimas y se encuentran entre las más rentables del mundo. En el año 2002, los ingresos derivados de la prostitución se acercaban a los 60 mil millones de euros y los de la pornografía estuvieron cerca de los 57 mil millones. El volumen de los negocios de las agencias de turismo sexual que operan a través de Internet es de mil millones de euros al año. Mientras, los ingresos por el tráico de personas destinadas a la prostitución varían entre 7 y 13,5 mil millones de euros. Decenas de millones de seres humanos, principalmente mujeres, niños y niñas, son sometidos a los traumas físicos y psicológicos que se derivan del comercio del sexo. Se estimaba que en el año 2002 el número de prostitutas en el mundo era de 40 millones, y que su clientela crecía a ritmo sostenido. Cada año 500 mil mujeres, niños y niñas son introducidos en el mercado del sexo pagado en los países de Europa occidental. El 75 por ciento de las mujeres víctimas de este tráico tiene menos de 25 años y, entre ellas, un porcentaje notable no fácil de determinar es menor de edad. Cerca de cuatro millones de mujeres y niños(as) son víctimas cada año del tráico mundial destinado a la prostitución.

Industria altamente rentable Para muchos países la prostitución es hoy un componente importante del producto interno bruto (PIB). Así, en los Países Bajos la industria de la prostitución constituye el 5 por ciento del PIB; en Japón el porcentaje está entre el 1 y el 3 por ciento. En Dinamarca la industria de la pornografía es la tercera en importancia. En Hungría ha tenido un desarrollo rapidísimo llegando a ser este uno de los lugares más apreciados por los productores de películas pornográicas. Las industrias del sexo son importantes. Algunas son internacionales y se cotizan en las bolsas obteniendo grandes ganancias e ingresos considerables


en monedas fuertes, con efecto tanto en las balanzas de pagos como en las cuentas corrientes de diversos países. Por este motivo varios de ellos las consideran vitales para su propia economía.

La prostitución en Asia En realidad, la prostitución es parte de la estrategia de desarrollo de algunos Estados de Asia que, con una deuda externa elevada, son animados a desarrollar sus industrias de ocio y turismo por el Fondo Monetario Internacional y por el Banco Mundial a través de la concesión de préstamos considerables. Este tipo de desarrollo ha dado impulso a la industria del comercio sexual. Es signiicativo lo sucedido en Tailandia, país en el que el desarrollo del turismo (rápidamente convertido en turismo sexual) produjo ingresos por 7,1 mil millones de dólares en 1995, convirtiéndose en la primera fuente de divisas que contribuía con el 13 por ciento al PIB. De esta manera Tailandia llegó a ser el primer destino del turismo de ocio en el sudeste asiático. En realidad, Tailandia acoge el mayor número de turistas de esa región, entre 8 y 10 millones al año. Algo similar debe decirse del enorme desarrollo del comercio sexual en Camboya, un país —hay que recordarlo— que perdió dos millones de personas bajo el infame y demente régimen de Pol Pot y del Khmer. En el año 2003, este país fue visitado por 700 mil personas, con lo que se produjo un incremento notable del número de prostitutas, de las que entre el 25 y 30 por ciento son menores de edad. “A primera vista, la prostitución en Camboya se ejerce de un modo dulce, casi inocente, con la sonrisa. Masajistas, vendedoras de naranjas, cantantes de karaoke, taxi-girls, entretenedoras, prostitutas de calle, ofrecen sus servicios con aparente buen humor. La realidad es muy diferente: si se logra profundizar en la historia de las jóvenes prostitutas, se cae en la cuenta de que muchas de ellas fueron vendidas siendo todavía vírgenes, luego violadas, revendidas varias veces, explotadas sexualmente en las redes de prostitución, golpeadas y frecuentemente torturadas. La mayor parte de los restaurantes, hoteles, taxis y otras numerosas actividades aprovechan, directa e indirectamente, los ingresos de la prostitución. Las víctimas, empujadas por la pobreza, son reclutadas por traicantes y protectores. A menudo, familias endeudadas con los propietarios de establecimientos donde se practica la prostitución les entregan a sus propias hijas. La trampa se cierra entonces sobre estas jóvenes víctimas, cuyo futuro queda así sellado. Son verdaderamente pocas las que logran salir y muchas mueren de sida”2. En efecto, el sida se está difundiendo rápidamente en Camboya

EL VOLUMEN DE LOS NEGOCIOS DE LAS AGENCIAS DE TURISMO SEXUAL QUE OPERAN A TRAVÉS DE INTERNET, ES DE MIL MILLONES DE EUROS AL AÑO. MIENTRAS, LOS INGRESOS POR EL TRÁFICO DE PERSONAS DESTINADAS A LA PROSTITUCIÓN VARÍAN ENTRE 7 Y 13,5 MIL MILLONES DE EUROS. DECENAS DE MILLONES DE SERES HUMANOS, PRINCIPALMENTE MUJERES, NIÑOS Y NIÑAS, SON SOMETIDOS A LOS TRAUMAS FÍSICOS Y PSICOLÓGICOS QUE SE DERIVAN DEL COMERCIO DEL SEXO.

2. Man, S. y Dialm, E.: “Dottrina apparente e realtà della tratta di esseri umani nel Sud Es asiatico”, ibid., 107.

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PARA MUCHOS PAÍSES LA PROSTITUCIÓN ES HOY UN COMPONENTE IMPORTANTE DEL PRODUCTO INTERNO BRUTO (PIB). ASÍ, EN LOS PAÍSES BAJOS LA INDUSTRIA DE LA PROSTITUCIÓN CONSTITUYE EL 5 POR CIENTO DEL PIB; EN JAPÓN EL PORCENTAJE ESTÁ ENTRE EL 1 Y EL 3 POR CIENTO. EN DINAMARCA LA INDUSTRIA DE LA PORNOGRAFÍA ES LA TERCERA EN IMPORTANCIA.

por el desarrollo de la industria del sexo. Unicef estimaba en 180 mil los casos en 1999. Otro país que aporta mucho a la prostitución es Filipinas. Un estudio reciente del gobierno ilipino ha conirmado que mujeres de ese país son vendidas en al menos 74 países, entre ellos Japón, Malasia, Hong-Kong, Corea, Laos y Nigeria. Más de un millón de ilipinas dejan su país para trabajar como empleadas domésticas en el Medio Oriente, Singapur, Hong-Kong, Malasia, Canadá y Europa, y se estima que cerca de 50 mil mujeres van a Japón como entretenedoras, paso obligado en ese país a la prostitución. En realidad, Japón tiene la mayor industria sexual de Asia oriental. Ya durante la II Guerra Mundial, 200 mil mujeres y muchachas fueron reclutadas para satisfacer las necesidades sexuales de las tropas en el frente. Hoy, en un área reducida de 0,34 km 2 hay 3.500 locales, soaplands, love banks, peepshows, teléfonos eróticos y locales donde se practica el sexo más violento y perverso, llamado enjokosai (prostitución de adolescentes). A través de periódicos, dibujos animados, videojuegos y catálogos se venden mujeres y muchachas a buen precio. También Taiwán es un conocido centro de la industria del sexo: alrededor de 40 mil mujeres y jóvenes practican forzadamente la prostitución. En India, en grandes ciudades como Mumbai (Bombay), Calcuta y Nueva Delhi, se cuentan más de mil red light districts (zonas rojas) y burdeles. Un gran número de mujeres vendidas para la prostitución es importado del exterior, en particular de Nepal, Bangladesh, Myanmar y Bután. En Pakistán se venden como esclavas hasta 200 mil mujeres y niños al año, muchos raptados en territorio bengalí y vendidos para la explotación sexual.

En América Latina En lo que concierne a América Latina, la prostitución está presente en todos los países y puede asumir dos formas: la trata interna, en la que se traslada a las mujeres a diversas partes del mismo país, y la trata externa, en la que las mujeres se transieren de un país a otro. Todo ello con el in de satisfacer una demanda cada vez más amplia debido al mercado internacional. Para lograr todo esto, redes maiosas estadounidenses, europeas y asiáticas actúan en los países latinoamericanos. Los centros más antiguos de tráico —países proveedores— son Brasil, Surinam, Colombia, República Dominicana y Antillas. Los países destinatarios son España (en donde el 70 por ciento de las prostitutas es originario de América Latina), Holanda, Israel, Corea, Japón y los Estados Unidos. En estos países, los traicantes publican anuncios en los periódicos

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«Cerca de cuatro millones de mujeres y niños(as) son víctimas cada año del tráico mundial destinado a la prostitución.»

LAS INDUSTRIAS DEL SEXO SON IMPORTANTES. ALGUNAS SON INTERNACIONALES Y SE COTIZAN EN LAS BOLSAS OBTENIENDO GRANDES GANANCIAS E INGRESOS CONSIDERABLES EN MONEDAS FUERTES, CON EFECTO TANTO EN LAS BALANZAS DE PAGOS COMO EN LAS CUENTAS CORRIENTES DE DIVERSOS PAÍSES. POR ESTE MOTIVO VARIOS DE ELLOS LAS CONSIDERAN VITALES PARA SU PROPIA ECONOMÍA.

proponiendo un trabajo en el extranjero, que presentan como algo muy rentable. Sin embargo, lo que espera a las mujeres que se dejan engañar es una cruel esclavitud. Otras mujeres llegan a los países a los que las destinan los traicantes a través de una “adopción” simulada o un “matrimonio” simulado, que es una de las más espantosas y todavía poco conocidas formas de esclavitud. Niñas de cuatro años son obligadas a vivir con sus propios “maridos”, a menudo como prisioneras. Estas niñas quedan encinta apenas alcanzan la madurez sexual corriendo un grave peligro para su vida, pues se sabe que una niña menor de 15 años con un embarazo corre un riesgo cinco veces mayor al de una mujer de 20 años. En algunos sitios de internet se destaca la capacidad de las mujeres propuestas como esclavas para resistir el dolor y la tortura (para la satisfacción de los clientes sádicos) y su capacidad de hacer cualquier cosa.

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LA PROSTITUCIÓN ES PARTE DE LA ESTRATEGIA DE DESARROLLO DE ALGUNOS ESTADOS DE ASIA QUE, CON UNA DEUDA EXTERNA ELEVADA, SON ANIMADOS A DESARROLLAR SUS INDUSTRIAS DE OCIO Y TURISMO POR EL FONDO MONETARIO INTERNACIONAL Y POR EL BANCO MUNDIAL A TRAVÉS DE LA CONCESIÓN DE PRÉSTAMOS CONSIDERABLES. ESTE TIPO DE DESARROLLO HA DADO IMPULSO A LA INDUSTRIA DEL COMERCIO SEXUAL.

3. Azaola, E.: “Prostituzione al confine tra Messico e Stati Uniti”, ibid., 236. 4. Dialmy, A.: “Prostituzione delle donne in Marocco”, ibid., 215.

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En cuanto a México, el tráico sexual más intenso se realiza a lo largo de los tres mil kilómetros de la frontera con los Estados Unidos. En particular en Ciudad Juárez y Tijuana, centros de ocio y diversión para los turistas y los militares estadounidenses, operan los “contrabandistas de hombres” (habría entre 300 y 400 sólo en Tijuana). “Por un lado, las ciudades fronterizas reciben personas que vienen de todo México y se establecen allí esperando condiciones propicias para pasar la frontera legal o ilegalmente. Por otro lado, en estas mismas ciudades se quedan los centenares de clandestinos repatriados cada mes desde Estados Unidos. Hay mujeres menores de edad y niños entre las personas que tienen intención de pasar la frontera y también entre los repatriados que son arrastrados a la prostitución por los contrabandistas en Ciudad Juárez, Tijuana y Nuevo Laredo. Muchísimas de ellas, jóvenes que trabajan en los locales de estas ciudades, tienen sólo 13 o 14 años. Según diversos testimonios, se estima que un cuarto de las prostitutas de Tijuana son menores. Y es que a los ojos de los protectores estas niñas reclutadas a los 11, 12 o 13 años, cuando cumplen los 18 son ya ‘viejas’. Se han encontrado allí también niños utilizados para la realización de material pornográico por parte de explotadores tanto estadounidenses como japoneses”3.

En África En cuanto a África, hay que comenzar destacando que la prostitución es muy loreciente en todos los países del Magreb (Marruecos, Argelia y Túnez). Así, las prostitutas marroquíes son explotadas en particular en las monarquías del Golfo Pérsico y en Arabia Saudita, en donde son colocadas por sus protectores en restaurantes y hoteles de lujo. En ciudades turísticas como Meknès la prostitución alimenta la industria hotelera. En algunos casos, “la transformación del sexo en actividad lucrativa se hace incluso con el aval de las familias que, sin medios de subsistencia, dejan que sus hijas se prostituyan y se vendan a los turistas. En ciertos casos se llega a animar a las niñas abiertamente por su propia familia. La madre le pide a la hija que salga, para traer de comer y la joven, trabajando de este modo, logra mantener a sus padres y hermanos”4. Las redes maiosas marroquíes alimentan asimismo el mercado europeo, en particular el español, al mismo tiempo que, con la complicidad de personas del gobierno local y de la policía, proveen de jóvenes prostitutas a los numerosos turistas árabes y europeos. Podemos aquí poner de relieve en particular a Nigeria, el Estado más populoso de África, porque las prostitutas que trabajan en Italia son en gran parte nigerianas, además de las provenientes de países del Este europeo (Moldavia, Bielorrusia, Ucrania, Rumania). Las jóvenes


nigerianas son coniadas por las familias a los protectores locales; estos prometen encontrarles un trabajo honesto y bien retribuido en Italia o en otros países europeos. Las familias pagan al protector una fuerte suma por el pasaporte o por el viaje. Apenas llegadas a Italia, les quitan el pasaporte y todo documento personal, les imponen el pago de una fuerte suma de dinero como compensación por los gastos del viaje inanciados por el protector. Se trata de una deuda tan alta que ellas no logran casi nunca pagarla. Luego son entregadas a viejas madamas nigerianas que les asignan un lugar donde prostituirse, además de los horarios y todo el resto. Así las jóvenes se convierten en esclavas tanto de la madama como del protector, que tiene la obligación de “protegerla”, pero también el derecho de disponer de ellas cómo y cuándo quiera. Se vuelve imposible todo vínculo con las familias, pues están sujetas a un rígido control a cada hora del día y de la noche y sin posibilidades de dirigirse a las autoridades italianas por el hecho de ser inmigrantes irregulares susceptibles de ser expulsadas. De ese modo las jóvenes nigerianas quedan reducidas a la esclavitud, sin esperanza de poder huir, salvo cuando ya no sirven más por estar enfermas o marchitas.

Causas de su aumento Después del comercio de armas y de drogas, la prostitución en todas sus formas (femenina, de niños y niñas, masculina) es el tercer negocio más difundido y lucrativo. La prostitución hoy se ha globalizado porque se ha difundido por todo el planeta y sobre todo porque las víctimas de la prostitución son llevadas de un país a otro y de un continente a otro conforme a las exigencias de la demanda sexual —que es mayoritariamente masculina— y las expectativas de mayores ganancias. También está globalizada porque se sirve de todos los instrumentos de comunicación, principalmente de internet, y está en manos de una red internacional de traicantes que opera a nivel mundial y que en muchos países cuenta con el apoyo de funcionarios estatales corruptos, en particular de las fuerzas policiales. Lo que más impresiona es que la trata de personas para la explotación sexual es un fenómeno en crecimiento. Según las estimaciones de la ONU, las ganancias anuales por la explotación sexual tienen hoy un volumen de entre 5 y 7 mil millones de dólares y el número de personas involucradas está en torno a los 4 millones. ¿Cómo se explica la extensión del fenómeno de la trata de personas para la explotación sexual y su crecimiento? La causa primera y principal que empuja a tantas personas a prostituirse es la pobreza en la que viven muchas familias y la globalización que, con el traslado de capitales y de oportunidades de trabajo de un

JAPÓN TIENE LA MAYOR INDUSTRIA SEXUAL DE ASIA ORIENTAL. YA DURANTE LA II GUERRA MUNDIAL, 200 MIL MUJERES Y MUCHACHAS FUERON RECLUTADAS PARA SATISFACER LAS NECESIDADES SEXUALES DE LAS TROPAS EN EL FRENTE. HOY, EN UN ÁREA REDUCIDA DE 0,34 KM2 HAY 3.500 LOCALES, SOAPLANDS, LOVE BANKS, PEEPSHOWS, TELÉFONOS ERÓTICOS Y LOCALES DONDE SE PRACTICA EL SEXO MÁS VIOLENTO Y PERVERSO, LLAMADO ENJOKOSAI (PROSTITUCIÓN DE ADOLESCENTES). A TRAVÉS DE PERIÓDICOS, DIBUJOS ANIMADOS, VIDEOJUEGOS Y CATÁLOGOS SE VENDEN MUJERES Y MUCHACHAS A BUEN PRECIO.

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«El miedo a los protectores, debido a la falta del más mínimo sentido moral y de humanidad, impide a muchas víctimas de la prostitución abandonar su triste trabajo. Esto no resta nada del aprecio que se debe a quienes trabajan por ayudar a superar estas condiciones, cristianos que ven en las víctimas de la prostitución a hijos e hijas de Dios, a quienes se debe restituir la dignidad humana y cristiana que se les ha negado.»

país a otro de acuerdo con las conveniencias económicas y financieras, tiende a agravarla provocando el abandono del campo y el traslado a las ciudades. Una vez que el traficante tiene a las víctimas en sus manos, las coloca en el círculo de la prostitución a través de una serie de mecanismos de control: les confisca los documentos de identidad, de viaje y sanitarios; las obliga a reembolsar los gastos de transporte, alojamiento, alimentos y bienes de primera necesidad; las amenaza con denunciarlas a las autoridades de inmigración dada su situación de clandestinidad; y en caso de rebelión, castiga con estupro y violencia física y moral, vigilancia continua y otros métodos de restricción de la libertad de movimiento, cobros por alojamiento, comida, vestidos, medicinas o curas médicas. En realidad, las bandas criminales en las que terminan las mujeres y los niños recurren a la violencia, las amenazas y las intimidaciones con total impunidad, sin que sus víctimas tengan ninguna posibilidad de denunciar a sus explotadores; no hay posibilidad de reaccionar

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con fuerza y valentía, pues no tienen a quién dirigirse o no saben cómo hacerlo, especialmente si han sido llevadas a países distantes del propio o si se han visto obligadas a prostituirse en la calle o en los burdeles con horarios agotadores. La segunda causa del crecimiento del fenómeno de la prostitución es el enorme desarrollo de los medios de transporte, que hace posible el traslado en pocas horas de un continente a otro. Esto ofrece a los usuarios la posibilidad de llegar en poco tiempo a lugares acondicionados para tener experiencias sexuales particularmente hard que supondrían una especial vergüenza en caso de realizarse en la propia casa, y todo ello a precios moderados. La tercera causa del crecimiento del fenómeno de la prostitución es la demanda de los burdeles, de los lugares de ocio y también de la industria hotelera; unos y otros demandan cada vez más material nuevo y cada vez más atrayente para las siempre crecientes exigencias de los clientes que buscan experiencias “particulares”. Todo ello lleva consigo la necesidad de continuo y creciente recambio del personal para el placer. No es casualidad que cada año entren a Europa 500 mil nuevas personas, en buena parte menores, y que otras, ya explotadas y enfermas, sean expulsadas del círculo de la prostitución y terminen abandonadas en las calles. La cuarta causa del aumento de la prostitución es la legalización que se ha efectuado en algunos países (Holanda, Alemania, Suiza, Australia, Nueva Zelanda, Italia). R. Poulin aporta al respecto el ejemplo de Holanda: “2.500 prostitutas en 1981, 10 mil en 1985, 20 mil en 1989 y 30 mil en 2004. El país cuenta con 2 mil burdeles y al menos 7 mil locales dedicados al comercio del sexo. El 80 por ciento de las prostitutas son de origen extranjero y el 70 por ciento de ellas son irregulares, víctimas del tráfico de la prostitución. En 1960, el 95 por ciento de las prostitutas de Holanda eran holandesas, en 1999 sólo el 20 por ciento. La legalización debía poner fin a la prostitución de menores y, sin embargo, Defense for Children International Netherlands estima que de 1996 a 2001 el número de menores que se prostituyen pasó de 4 a 15 mil. De ellos, al menos 5 mil serían extranjeros. En el primer año de la legalización, las industrias del sexo han tenido un crecimiento de un 25%. En Dinamarca, en el curso del último decenio, el número de prostitutas de origen extranjero, víctimas del tráfico, se ha duplicado”5. La presencia de personal militar occidental o internacional en un número notable de países es la última causa del crecimiento del fenómeno de la prostitución. En el sudeste asiático, la industria de la prostitución despegó gracias a las guerras de Corea y de Vietnam y a los asentamientos de tropas occidentales en

LO QUE MÁS IMPRESIONA ES QUE LA TRATA DE PERSONAS PARA LA EXPLOTACIÓN SEXUAL ES UN FENÓMENO EN CRECIMIENTO. SEGÚN LAS ESTIMACIONES DE LA ONU, LAS GANANCIAS ANUALES POR LA EXPLOTACIÓN SEXUAL TIENEN HOY UN VOLUMEN DE ENTRE 5 Y 7 MIL MILLONES DE DÓLARES Y EL NÚMERO DE PERSONAS INVOLUCRADAS ESTÁ EN TORNO A LOS 4 MILLONES. ¿CÓMO SE EXPLICA LA EXTENSIÓN DEL FENÓMENO DE LA TRATA DE PERSONAS PARA LA EXPLOTACIÓN SEXUAL Y SU CRECIMIENTO?

5. Poulin, R.: Prostituzione, cit., 14 s. 3.

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Tailandia y Filipinas. En los años noventa 18 mil prostitutas coreanas estaban al servicio de los 43 mil militares estadounidenses presentes en ese país. La Organización Internacional para las Migraciones (IOM) calcula en cerca de 10 mil el número de prostitutas clandestinas en Bosnia; estima también que 250 mil mujeres, niños y niñas de Europa del Este son víctimas del tráfico que pasa a través de Serbia y sus países vecinos y que en gran número terminan en Bosnia y en Kosovo, en las estructuras recreativas de los soldados.

Un grave problema de conciencia HOY EN DÍA SE REALIZAN MUCHAS MANIFESTACIONES DE PROTESTA CONTRA LAS GRANDES Y PEQUEÑAS INJUSTICIAS QUE EXISTEN EN EL MUNDO. SE LUCHA POR LOS PROBLEMAS GRAVÍSIMOS DE LA CONTAMINACIÓN ATMOSFÉRICA, LA DEFORESTACIÓN, LOS DERECHOS DE LOS ANIMALES… PERO SOBRE EL PROBLEMA HUMANO QUE SUPONE EL FENÓMENO DE LA PROSTITUCIÓN PESA UN SILENCIO CASI ABSOLUTO. MÁS BIEN PARECE MOLESTAR QUE ALGUIEN HABLE AL RESPECTO.

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El fenómeno de la prostitución de mujeres y de menores de los dos sexos ha adquirido proporciones gigantescas. Al estar además en manos de organizaciones criminales extremadamente capaces y sin escrúpulos morales —como son las grandes mafias asiáticas, europeas y centroamericanas— tiene por delante una enorme capacidad de desarrollo a costa del daño de millones de seres humanos que se encuentran entre los más débiles e indefensos. Sin embargo, se tiene la impresión de que esta nueva forma de esclavitud, quizás más dura, más cruel y más deshumanizante que otras formas del pasado, no se conoce en su trágica realidad y, sobre todo, no es considerada como lo que realmente es: la negación de la persona humana, reducida a objeto de placer y sobre la que el hombre puede desahogar sus instintos más perversos y crueles y sus deseos más vergonzosos. Hoy en día se realizan muchas manifestaciones de protesta contra las grandes y pequeñas injusticias que existen en el mundo. Se lucha por los problemas gravísimos de la contaminación atmosférica, la deforestación, los derechos de los animales… Pero sobre el problema humano que supone el fenómeno de la prostitución pesa un silencio casi absoluto. Más bien parece molestar que alguien hable al respecto. Da la impresión de que se trata de un asunto inconveniente, de algo políticamente incorrecto. Se diría que es inútil hablar de ella puesto que la prostitución ha existido siempre y siempre existirá. Pero no parece inútil, más bien es un deber, que al menos alguien eleve una voz de protesta contra un fenómeno maligno e inhumano que encuentra en el silencio general si no su justificación sí al menos su tácita aceptación. Dos documentos de la Iglesia manifiestan su condena explícita. Por una parte, el Concilio Vaticano II condenó “todo aquello que ofende la dignidad humana, como las condiciones de vida infrahumanas, la esclavitud, la prostitución, el mercado de las mujeres y de los jóvenes” (GS 27). Por otra parte, el Compendio


de Doctrina Social de la Iglesia (2004) destaca que “la solemne proclamación de los derechos del hombre es contradicha por una dolorosa realidad de violaciones que se difunden por todas partes a través de formas nuevas de esclavitud, como el tráfico de seres humanos, la prostitución” (DSI 158). El documento agrega más adelante las siguientes palabras: “Incluso en los países donde se viven formas de gobierno democrático no siempre estos derechos son del todo respetados”6. De ahí que es un deber preguntarse por el “no siempre” o el “no del todo”. Por esto hay que manifestar una profunda gratitud a las personas y asociaciones que, con grandes sacrificios de tiempo y de dinero, se ocupan del problema de la prostitución en cada país, buscando sacar a las prostitutas de la calle, liberándolas de sus malvados y cínicos protectores y dándoles la posibilidad de un trabajo honesto. Es ésta una tarea que comporta grandes dificultades y en la que es fácil encontrarse con el fracaso debido a las fuertes amenazas de los protectores hacia sus víctimas, que a menudo suponen más abusos sexuales, golpes, torturas e incluso a veces la muerte, y para sus familias una gran cantidad de daños. El miedo a los protectores, debido a la falta del más mínimo sentido moral y de humanidad, impide a muchas víctimas de la prostitución abandonar su triste trabajo. Esto no resta nada del aprecio que se debe a quienes trabajan por ayudar a superar estas condiciones, cristianos que ven en las víctimas de la prostitución a hijos e hijas de Dios, a quienes se debe restituir la dignidad humana y cristiana que se les ha negado.

DOS DOCUMENTOS DE LA IGLESIA MANIFIESTAN SU CONDENA EXPLÍCITA. POR UNA PARTE, EL CONCILIO VATICANO II CONDENÓ “TODO AQUELLO QUE OFENDE LA DIGNIDAD HUMANA, COMO LAS CONDICIONES DE VIDA INFRAHUMANAS, LA ESCLAVITUD, LA PROSTITUCIÓN, EL MERCADO DE LAS MUJERES Y DE LOS JÓVENES” (GS 27).

6. Confer. Pontificio Consejo para la Pastoral de Emigrantes e Itinerantes, Orientaciones para la pastoral de la calle, C. del Vaticano, 2007: en especial la parte II. 160.

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r eMbrandt y el rostro de cristo Una notable muestra, que reúne óleos y grabados de Rembrandt relacionados con el rostro de Cristo, fue expuesta en el museo del Louvre en París, pasando posteriormente a exhibirse en el Philadelia Museum of Art y en el Detroit Institute of Arts. La extraordinaria belleza del rostro del Salvador pintado por el maestro holandés inspiró la portada de esta edición de Humanitas que coincide con la Pascua de 2012.

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Los Peregrinos de EmaĂşs, hacia 1629.

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uando el gran pintor holandés Rembrandt van Rijn (1606 -1669), se aventuró a plasmar el rostro de Cristo en tela y papel, lo hizo marcando un hito en el mundo de la pintura. Ya desde su temprana incursión en la creación artística, de su mano nacieron obras que, como dice Gombrich, mostraban lo que los clásicos llamaron movimientos del alma: “(…) en los retratos de Rembrandt nos sentimos frente a verdaderos seres humanos, con todas sus trágicas laquezas y todos sus sufrimientos. Sus ojos ijos y penetrantes pueden mirar dentro del corazón humano. Me doy cuenta de que una expresión semejante puede juzgarse sentimental, pero no conozco otra manera de describir el casi portentoso conocimiento que parece haber poseído Rembrandt de lo que los griegos denominaron movimientos del alma”1. Cuando en julio de 1656 se decidió subastar todos los bienes de la casa que poseía en Amsterdam, debido a que el pintor estaba en bancarrota, la Desolate Boedelskamer registró en el largo inventario que documentaba el proceso, la existencia de tres cuadros del rostro de Cristo deinidos con las palabras “Cristus tronie nae’t Leven” , que quiere decir literalmente “Cabeza de Cristo tomado del natural”, es decir, una imagen de Cristo capturada desde un modelo vivo. Se trataba de pinturas hechas sobre tabla a modo de un estudio, representando a un hombre joven de aspecto sefardí, desde diversas perspectivas. Aunque la primera interpretación de las palabras las justiicara como si se debiera al “tamaño natural” en longitud de busto de dichas piezas, la explicación resultaba forzada por la naturaleza de la frase “tomado del natural”, que no admite demasiadas ambigüedades. Este misterio, inmortalizado en

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un certiicado histórico, inspiró la extraordinaria exposición “Rembrandt et la igure du Christ”, organizada por los museos del Louvre, el Philadelphia Museum of Art y el Detroit Institute of Arts, que el año pasado hizo su recorrido por París y Filadelia, para radicarse en Detroit desde noviembre de 2011 a febrero de 2012. Con el ánimo de responder a la incógnita de aquella aclaración que el anónimo inventarista se vio impulsado a hacer al dar cuenta de aquellas creaciones encontradas en el domicilio del pintor, se implementó la muestra que reúne piezas que en su tiempo cambiaron la historia del arte, sobre todo porque la serie de semblanzas de Cristo en todas sus posibilidades —rostros, iguras, isonomía, silueta— no responde a los cánones que eran comunes cuando Rembrandt vivía. Sin duda sería posible aducir variadas razones que dan valor a esta exposición itinerante de esta serie de pinturas, dibujos y grabados de Rembrandt. La más evidente es la presencia de obras maestras indiscutibles como son las variantes en torno al pasaje de la cena de Emaús y la obra “Cristo y la adúltera”. Pero existe también un aporte histórico que da cuenta de una investigación y una discusión que se extiende por siglos y que viene a reunir pictóricamente las conclusiones de un debate apasionante. En el centro de El rostro de Cristo en Rembrandt se encuentran las tablas con las tres cabezas de Cristo citadas en aquel inventario y pintadas entre los años 1643 y 1655, a las cuales han sido añadidas cuatro tablas más de aquella misma época, que fueron halladas por la crítica en el curso de los años. De estas siete “Cabezas de Cristo”, sólo cuatro han sido atribuidas al pintor con certeza después de una investigación

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Rostro de Cristo, (ci. 1650).

1 Gombrich E.H., La Historia del Arte, Phaidon Press Limited, LondresNueva York, 2007, pรกg 423.

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Jesús y sus discípulos, (1634).

cientíica, y el resto simplemente han sido presentadas bajo el nombre de “Taller de Rembrandt” sin que pueda saberse si fueron realizadas directamente por él. La gran cantidad y variedad de rostros de Jesucristo, habla en todo caso de que aquel motivo resultaba inspirador para el artista y que no eran pocos quienes recurrían a él para pedirle obras de este tipo. Y la frase: “nae’t Leven” cuya búsqueda de sentido enfrentó a la crítica por largo tiempo respondía a una ampliación de las posibilidades del arte que se había hecho hasta la época. Rembrandt era protestante y la sociedad en la que estaba inserto también lo era. En 1566 el conlicto con el

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catolicismo desembocó en una campaña iconoclasta que condujo a la destrucción violenta de miles de obras dentro de las iglesias de los Países Bajos. En el sur, los católicos habían rearmado sus templos gracias a la fuerza creativa de Rubens, pero el norte era territorio más arduo y los pintores habían trasladado los motivos inspiradores de sus obras a la representación de escenas de género con el in de alimentar el deseo de ricos compradores que a su vez los abastecían de dinero. El tema religioso parecía muerto y era extraño encontrar creaciones originadas en él, sobre todo en el Nuevo Testamento. La pintura del rostro de Cristo parecía vedada por teorías que la


condenaban como una idolatría. En ese contexto, el desenvolvimiento de la creación de Rembrandt parece aún más libre y genuinamente revolucionaria. La fuerza motora de su estilo la encontró en Caravaggio, quien tomó un rumbo que se distanciaba de una imagen de Cristo idealista, para situarse en una nueva perspectiva de corte realista. Rembrandt, pintando para clientes privados o incluso para sí mismo, supera incluso los logros de Caravaggio y de ahí surge aquel sugerente “del natural”, del cual el curador de la exposición, Lloyd DeWitt, da razón. Rembrandt se internó por las calles del barrio judío de Amsterdam en busca de detalles concretos provenientes de esa cultura que iluminaran su trabajo, estudió a Flavio Josefo para conocer las características del pueblo de Israel, e incluso, recurrió como modelo a un joven judío sefardí para encontrar un tipo humano etnográicamente similar a Cristo. De este modo rompió con todas las teorías que insulaban un espíritu de rechazo de la imagen del Salvador como si fuera idolatría. Se alejaba a su vez de un Cristo remoto por su majestad, para penetrar en el misterio de la humanidad del Salvador, de su faz desapegada de toda retórica y esteticismo: “Rembrandt rechazó la majestad previsible de un Cristo tradicional”, se airma en el bello catálogo de la obra. Se volcó en cambio en un Cristo que podía ser encontrado caminando por las calles de Amsterdam, que sorprendía por la intimidad de su mirada y la ternura llana con la que apelaba a quien le observara sin que se requiriera para contemplarlo ninguna explicación adicional a su expresión. Quien tenga la oportunidad de ver las pinturas se encontrará con la imagen de un hombre joven de pelo oscuro y tosco, barba morena, frente ancha horizontalmente

Rostro de Cristo, (ci. 1650).

Rompió con todas las teorías que insulaban un espíritu de rechazo de la imagen del Salvador como si fuera idolatría. Se alejaba a su vez de un Cristo remoto por su majestad, para penetrar en el misterio de la humanidad del Salvador, de su faz desapegada de toda retórica y esteticismo.

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Rostro de Cristo, (ci. 1650).

Quien tenga la oportunidad de ver las pinturas se encontrará con la imagen de un hombre joven de pelo oscuro y tosco, barba morena, frente ancha horizontalmente y estrecha en su altitud. Sus ojos son profundos y expresivos.

y estrecha en su altitud. Sus ojos son profundos y expresivos, levemente separados debido a la morfología del cráneo que se ensancha a la altura de los pómulos. Probablemente sería difícil reconocer a Cristo si no fuera por la indicación del nombre del cuadro y aquel es precisamente el gran logro de la carrera de Rembrandt, porque una vez que el espectador se enfrenta a escenas que evocan la Cena de Emaús o La

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Incredulidad de Tomás, no se maravilla de la sorpresa que se produce en el interior de los personajes que rodean a Jesús, al descubrir que están ante el mismísimo Verbo Encarnado y resucitado, inserto en la cotidianidad. La revelación se produce no a partir del aspecto, pues este es profundamente humano, sino en la contemplación de la mirada de bondad celestial. Rembrandt logra así que el espectador se maraville ante el misterio


Predicación de Cristo: dejad que los niños vengan a mí, (ci. 1649).

de la Encarnación. Por primera vez Cristo adquiere un rostro verdaderamente judío, con rasgos étnicos enfatizados por el pintor concentrado en ijar su humanidad de modo directo y franco. El arte cristiano daba así un giro radical ajeno a la representación de copias rígidas de un prototipo de Cristo, cuyo resultado es directamente visible en aquella serie de siete tablas en forma con tamaño de busto que por primera vez han sido

exhibidas en conjunto y bajo condiciones de luz adecuadas para su apreciación. En ellas se plasma un seguimiento y un estudio del maestro holandés, que releja cuán radicalmente revisó las diversas perspectivas del rostro de Cristo, y de este modo se reinterpreta aquella imagen que fue largamente deinida por el Mandylion de Edessa a partir de una impresión directa de los rasgos de Jesús y que luego fue clariicada en autores como Van Eyck por

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Cristo se aparece a los discípulos, (1656).

Rembrandt logra así que el espectador se maraville ante el misterio de la Encarnación. Por primera vez Cristo adquiere un rostro verdaderamente judío, con rasgos étnicos enfatizados por el pintor concentrado en ijar su humanidad de modo directo

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fuentes apócrifas como el testimonio de la carta de Léntulo: “Es de estatura alta, mas sin exceso; gallardo; su rostro venerable inspira amor y temor a los que le miran; sus cabellos son de color de avellana madura y lasos, o sea lisos, casi hasta las orejas, pero desde éstas un poco rizados, de color de cera virgen y muy resplandecientes desde los hombros lisos y sueltos partidos en medio de la cabeza, según la costumbre de los nazarenos. La frente es llana y muy serena, sin la menor arruga en la cara, agraciada por un agradable sonrosado. En su nariz y boca no hay imperfección alguna. Tiene la barba poblada, mas no larga, partida igualmente en medio, del mismo color que el cabello, sin vello alguno en lo demás del rostro. Su aspecto es sencillo y grave; los ojos garzos, o sean blancos y azules claros”. Rembrandt siguió estos patrones tradicionales durante su juventud y también es posible encontrarse con su obra temprana en la exposición. Desde ahí “Rembrandt y el rostro de Cristo” continúa la línea histórica a través de pinturas y dibujos hasta la gran ruptura de la representación anterior que se puede ver claramente en la cena de Emaús y luego en las siete tablas en forma de estudios (las cuales fueron retiradas directamente de la habitación de Rembrandt) caracterizadas por el curador DeWitt de este modo: “la carencia de símbolos, atributos o contexto narrativo dan un aspecto de tipo incorpóreo a estos reinados estudios de la emoción y la expresión, incluso aunque hagan parecer a Jesús más humano que en la previa imaginería”. Finalmente la escuela de Rembrandt se sigue hasta sus discípulos, proyectando de este modo la inluencia del gran pintor holandés en la creación de los siglos posteriores.

Descendimiento de la Cruz a la luz de antorchas. Los dos primeros son grabados por Rembrandt en 1654. El tercero es de autor anónimo siglo XVIII.

BERNARDITA M. CUBILLOS

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NOTAS

EL PELIGRO DE UNA FALSA “AUTONOMÍA” por Angelo Card. Scola

Palabras pronunciadas por el Arzobispo de Milán en la festividad de San Ambrosio — Padre de la Iglesia y patrono de esa arquidiócesis— a propósito de la situación económica y social por la que atraviesa Europa y el mundo occidental.

E ntrar

no sólo pueda defender sus en los meandros derechos, sino que sobre todo de la crisis económica y ES NECESARIO QUE LA sepa asumir conscientemenfinanciera, para la gran ECONOMÍA Y LAS FINANZAS, te sus responsabilidades en mayoría de los ciudadanos, OBVIAMENTE SIN PRESCINDIR relación a la construcción del es una empresa irrealizable. DE SU NIVEL ESPECIALIZADO, bien común, incluso a través Cualquier análisis un poco NO RENUNCIEN NUNCA de sacriicios y compromisos menos genérico en seguiA EXPLICITAR EL NIVEL renovados. Por otra parte, no da es ininteligible para ELEMENTAL Y UNIVERSAL. se puede aceptar una relexión el profano. De modo que TODOS DEBEN PODER y una práctica de la economía el discurso económico, y ENTENDER, AL MENOS A que prescinda de una lectura todavía más el inanciero, GRANDES RASGOS, LA “COSA” cultural global, que inevitablese aleja mucho de la posiDE LA QUE SE OCUPAN mente implica una antropolobilidad de comprensión de ECONOMÍA Y FINANZAS. gía y una ética. quienes, aun así, son sus A este propósito, la perspecdestinatarios y los agentes tiva desde la cual se elige mirar la situainales, es decir, todos. Es necesario que la economía y las inanzas, ción de hoy me parece decisiva. Hablar de obviamente sin prescindir de su nivel espe- crisis económico-inanciera para describir cializado, no renuncien nunca a explicitar la circunstancia actual de inicio del Tercer el nivel elemental y universal. Todos deben milenio no es suiciente. A mi juicio, la crisis poder entender, al menos a grandes rasgos, del momento presente exige una lectura y la “cosa” de la que se ocupan economía y i- una interpretación en términos de dolor y nanzas. Esto es necesario para que cada uno de transición.

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Basílica San Ambrosio de Milán, ediicada entre los años 379 y el 386.

Este tiempo en el cual la Providencia nos llama más que nunca a actuar como co-agonistas a la hora de guiar la historia, es semejante al de un parto, una condición de sufrimiento incluso agudo, pero en que la mirada va dirigida ya a la vida que nace. El dolor del parto exige de la mujer el empeño de toda su energía humana. Así también nosotros, ciudadanos inmersos en la crisis económicoinanciera, estamos llamados a ponernos en juego, usando toda nuestra energía personal y comunitaria. El mañana tendrá un rostro nuevo si releja nuestra esperanza de hoy. Una “esperanza iable” debe, pues, guiar nuestras decisiones y nuestra labor.

Ampliar la “razón económica” y la “razón política” Hablar de dolor y no limitarse a hablar de crisis económico-financiera, quiere decir no detenerse en las medidas técnicas —que son necesarias— para hacer frente a las graves dificultades que estamos atravesando. Según numerosos expertos, la raíz de la llamada crisis está en el cambio total de la relación entre sistema bancario-financiero y economía real. Los bancos se vieron impulsados a desviar numerosos recursos que tenían en gestión (y, por lo tanto, también el ahorro de las familias) hacia formas de

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inversión de tipo puramente financiero. límites, con la crisis, hemos podido tocar con No me corresponde a mí conirmar o des- la mano. Y es asimismo urgente liberar la ramentir este diagnóstico. En cambio, quiero zón política del atolladero de una realpolitik hacer alorar un dato que reputo decisivo: a incapaz de entender el cambio y aceptar sus pesar del obstinado intento de poner entre desafíos. La política, en el actual impasse, sea paréntesis la dimensión antropológica y éti- nacional o en el marco del proyecto europeo, ca de la actividad económico-inanciera, en necesita una renovada responsabilidad creaeste momento de grave prueba el peso de la tiva, porque la sociedad no puede prescindir persona y de sus relaciones vuelve a hacerse de su tarea en cuanto a planteamientos y en oír con porfía. cuanto guía. A esta asunción de responsabiliDe la crisis sólo se sale juntos, restableciendo dad de parte de la política debe corresponder la conianza mutua. Y esto porque un enfoque la aceptación, de parte de todos los ciudaindividualista no da razón de danos, de los sacriicios que la experiencia humana en su impone la actual situación. ES VERDADERAMENTE totalidad. Todo hombre, de Para levantar la situación es URGENTE LIBERAR LA hecho, siempre es un “yo-ennecesaria la contribución de RAZÓN ECONÓMICOrelación”. Para descubrirlo todos, como sucede en una FINANCIERA DE LA JAULA es suiciente observarnos en familia: sobre todo en tiemDE UNA RACIONALIDAD acción: cada uno de nosopos de grave emergencia cada TECNOCRÁTICA E tros, desde su nacimiento, miembro está llamado, según INDIVIDUALISTA CUYOS necesita que los demás le sus posibilidades, a dar más. LÍMITES, CON LA CRISIS, reconozcan. Cuando se nos HEMOS PODIDO TOCAR CON trata humanamente, nos senTres observaciones de LA MANO. Y ES ASIMISMO timos llenos de gratitud y el carácter cultural URGENTE LIBERAR LA RAZÓN presente nos parece cargado POLÍTICA DEL ATOLLADERO de promesa para el futuro. Me permito ofrecer tres breves DE UNA REALPOLITIK INCAPAZ Con esta mirada confiada indicaciones de carácter culDE ENTENDER EL CAMBIO Y somos capaces de asumir tural, necesarias para ampliar ACEPTAR SUS DESAFÍOS. tareas y, si es necesario, de la razón económica y política. hacer sacriicios. Este es el justo punto de partida para recons- Riqueza y felicidad truir una idea de familia, de vecindario, de Si no queremos recurrir a la drástica amociudad, de país, de Europa, de humanidad: nestación del Señor —«Mirad y guardaos de que conozcan este dato de experiencia co- toda codicia, porque, aun en la abundancia, la mún —en su sencillez sustancial— todos vida de uno no está asegurada por sus bienes» los hombres. No basta la competencia hecha (Lc 12, 15)—, será suiciente recordar que ya de cálculo y de experimento. Para afrontar Aristóteles juzgaba inaceptable una vida que la crisis económico-financiera también es identiicase la felicidad con la riqueza, o bien, preciso relexionar seriamente sobre la ra- que tomara un medio por el in. zón, tanto económica como política, como No podemos resignarnos frente a una conrepetidamente el Papa nos invita a hacer. cepción del “intercambio” que no sólo está Es verdaderamente urgente liberar la razón cada vez más generalizada, sino que parece económico-inanciera de la jaula de una ra- gobernar toda la máquina económica. Según cionalidad tecnocrática e individualista cuyos esta visión se reduce al ciudadano (de modo

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pesimista) al homo oeconomicus, preocupado exclusivamente por maximizar sus ganancias. En efecto, parece que la base de la actividad económica y inanciera sea sólo la tesis según la cual el aumento de la riqueza es en cualquier caso y, mejor, cuanto antes, un bien que perseguir.

criatura sin el Creador desaparece» (Gaudium et spes, 36). El principio de la autonomía de las realidades terrenas —entendido rectamente— conlleva como consecuencia el apropiado reconocimiento de la autonomía de los fieles laicos en el campo “suyo propio” (cf. Apostolicam actuositatem, 7). Pero, tal vez, Secularización y mundo católico la referencia al principio de la autonomía En segundo lugar, merece ser denunciado en este ámbito se ha transformado en una el debilitamiento de aquellas “voces” que perniciosa renuncia a que surja el valor anllevarían a ampliar, como sería deseable, la tropológico y ético necesario para afrontar razón. De este debilitamiento es responsable, los contenidos concretos de la acción social, en parte, el variado proceso política y económica. De de secularización, que de ese modo “autónomo” se “AUTÓNOMO” SE HA hec ho ha favorecido que ha convertido de hecho en CONVERTIDO DE HECHO EN se afianzase la mentalidad sinónimo de “indiferente” SINÓNIMO DE “INDIFERENTE” positivista que denuncia Berespec to a estos va lores RESPECTO A ESTOS VALORES nedicto XVI. Sin embargo, es substanciales. En este marco, SUBSTANCIALES. EN ESTE un deber observar al respecto se corre el riesgo de que la MARCO, SE CORRE EL RIESGO que, incluso en el campo catódoctrina social de la Iglesia DE QUE LA DOCTRINA SOCIAL lico, una ambigüedad latente se considere más como una DE LA IGLESIA SE CONSIDERE en cierta interpretación del premisa de pías intenciones MÁS COMO UNA PREMISA DE principio de la “autonomía que como un marco orgánico PÍAS INTENCIONES QUE COMO de las realidades terrenas”, e incisivo de referencia. UN MARCO ORGÁNICO E ha tenido su papel. En definitiva, hay que preINCISIVO DE REFERENCIA. El Concilio Vaticano II airmó guntarse si el mundo católiel valor de este principio si co, por naturaleza llamado por ello «entendemos que las a estar atento a los grandes cosas creadas y las sociedades mismas gozan desafíos antropológicos y éticos en juego, de leyes y valores propios que el hombre ha de no ha sido, por su parte, corresponsable, al descubrir, aplicar y ordenar paulatinamente», menos por ingenuidad o retraso o escasa porque entonces «exigir esa autonomía es atención, del actual estado de cosas. Las aucompletamente lícito. No sólo lo reclaman torizadas invitaciones a los fieles laicos a un así los hombres de nuestro tiempo, sino que compromiso político directo más decidido está también de acuerdo con la voluntad del requieren asumir integralmente la doctrina Creador» (Gaudium et spes, 36). Sin embargo, social de la Iglesia basada en principios de el mismo Concilio precisa que «si con las reflexión, criterios de juicio y directrices de palabras “autonomía de las realidades tem- acción y no en alquimias de partido. porales” se entiende que las cosas creadas no dependen de Dios y que el hombre puede “Peor que la cigarra” utilizarlas sin referirlas al Creador, todo el Todavía hay un tercer factor que merece la pena que conoce a Dios siente hasta qué punto señalar. Tampoco la combinación de coyuntuson falsas las opiniones de este tipo. Pues la ras tan desfavorables habría llevado a la crisis

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económico-inanciera actual si esta no hubiera que se formó una sociedad cada vez más echado raíces en el terreno de una irresponsabi- desarticulada y descompuesta. Este proceso lidad generalizada: la que impulsa a gastar sis- oscureció un conjunto de valores antropolótemáticamente para el propio consumo lo que gicos, éticos y, por tanto, pedagógicos de pritodavía no se ha ganado. Un comportamiento mera importancia: la capacidad de esperar que hasta hace poco tiempo habría parecido tan para la realización de un deseo; la limitación descabellado que superaba incluso el nivel de de las propias necesidades y el control de la caliicación moral (la inmoral cigarra frente la avidez; el cuidado de las cosas en lugar a la sabia hormiga que consumía solamente lo de su sustitución compulsiva; una mirada que tenía), ahora se percibe global sobre la duración de cada vez más como normal y la propia vida y el sentido de se provoca sistemáticamente la vida eterna; el compartir ESTE TIEMPO EN EL CUAL LA (como esa publicidad que sin solidario, en nombre de la PROVIDENCIA NOS LLAMA pudor alienta a endeudarse justicia, de las necesidades MÁS QUE NUNCA A ACTUAR para hacer unas segundas de los demás, comenzando COMO CO-AGONISTAS A LA vacaciones). por las de los últimos. Casi HORA DE GUIAR LA HISTORIA, Como prueba de esta derise podría decir que la crisis ES SEMEJANTE AL DE UN va, baste con pensar en un actual ha manifestado una PARTO, UNA CONDICIÓN cierto modo de concebir generalizada “obscenidad”, DE SUFRIMIENTO INCLUSO los derec hos en nuest ra en su significado etimológico AGUDO, PERO EN QUE LA sociedad. En las pasadas de “mal agüero”, en el uso de MIRADA VA DIRIGIDA YA A LA décadas, también en razón los bienes. VIDA QUE NACE. de un considerable bienestar Todo esto impone un cambio y sin contar con los recursos radical de los estilos de vida, verdaderamente disponibles, se plantearon y más cuando, como muchos subrayan, no pretensiones excesivas en términos de de- será posible ni es deseable volver al modus rechos respecto al Estado. El resultado fue vivendi anterior a la crisis.

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“QUASI MODO GENITI INFANTIS…” (1 Pedro 2, 2) (Antífona para la octava de Pascua, Domingo de Quasimodo)

LA FIESTA DE CUASIMODO EN EL CAMPO CHILENO por Verónica Grifin Barros

Esta celebración única en el mundo y que brota del manantial inagotable de la fe de la gente sencilla, es una de las más bellas entre las diversas manifestaciones de la piedad popular. Cada año, el domingo después de Pascua de Resurrección, se “corre” el Cuasimodo, antes sólo en la zona central y ahora extendido a todo Chile. Ese domingo se lleva la comunión a los enfermos, para que así pueda cumplirse el precepto de comulgar al menos una vez al año durante la época de Pascua. Ese día, los caminos amanecen adornados. La gente sale temprano de sus casas y se aposta en

grupos, mirando a lo lejos, expectantes, para ver “pasar” el Cuasimodo, para ver “correr” a Cristo. De pronto, una nube de polvo y el estruendo de los caballos a todo galope, unido al crujir de las ruedas de coches y carretas y a los gritos de una turba de jinetes —¡Viva, Viva! ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva la Virgen María!—, anuncian que “viene” el Cuasimodo. Como fondo, el viento de la mañana saluda la iesta, inclinando las ramas de los álamos. ¡Ya “llega” el Cuasimodo! Entre la turba multicolor, destaca el coche todo engalanado de lores donde va el sacerdote por-

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Un poco de historia

ORACIONES DE LOS CUASIMODISTAS ¡Santo, Santo, Santo, Señor, Dios del universo. El cielo y la tierra están llenos de la majestad de vuestra gloria! *** ¡Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo! *** ¡Viva Cristo Rey! ¡Viva Jesús resucitado! ¡Viva la Santa Iglesia Católica! ¡Viva la Virgen María! ¡Viva Su Santidad el Papa! ¡Viva nuestro cardenal! ¡Viva el señor cura!

tando el copón con las Hostias consagradas que lleva a los enfermos. El cura bendice a un lado y a otro. Los hombres se han sacado el sombrero en señal de respeto e inclinan la cabeza. Las mujeres se persignan con devoción. Algunos se hincan en el suelo. El Cuasimodo pasa como el viento, corriendo por los caminos, levantando al cielo el alma de quienes lo esperan. Ya “pasó” el Cuasimodo, que se pierde entre las nubes de polvo tras un recodo. Luego, un silencio recogido. Una emoción de fe profunda calla las voces. Ha pasado el Señor. Ha renacido la esperanza.

Aun cuando el tiempo haya mudado en parte la forma en que hoy se maniiesta, y los colores blanco y amarillo reemplacen la antigua explosión multicolor, y a los jinetes a caballo se hayan sumado hombres en bicicleta y muchos de los antiguos caminos de tierra estén hoy pavimentados, esta celebración se arraiga muy dentro de Chile con fuertes lazos de fe y de nostalgia. Quienes participaron en ella siendo niños la recuerdan con viva y conmovida emoción. En su rústica espontaneidad, en la ingenuidad y pureza de su expresión, la inocencia se funde con la fe. Hay pocos vínculos más profundos. Ya en 1763 —reiere Gabriel Guarda O.S.B. en su libro La Edad Media de Chile1— encontramos alusiones a la iesta del Cuasimodo. El título V del Sínodo de ese año ordena que cuando su majestad es conducido por viático a los enfermos, aun en campaña, sea acompañado de luz durante todo el camino. Esta práctica, en los campos, iría adquiriendo progresiva importancia y esplendor, y daría origen a la colorida iesta de Cuasimodo, llamada así por las primera palabras del introito de la Misa del segundo domingo de Pascua, que es el primer domingo después de Pascua de Resurrección: Quasimodo geniti infantes [Al modo de niños recién nacidos, busquen con ansia la leche pura del espíritu, a in de que con ella crezcan para la salvación. (I Pe 2, 2-3)]. La idea de que el multitudinario acompañamiento tenía por objeto proteger al sacerdote de asaltos —airma Gabriel Guarda— carece de base, pues, como lo prescribe el Sínodo citado, en las ciudades se dio en igual forma. Así lo testimonia, entre otros documentos, la popular litografía de Lenhert, publicada en el Atlas2 de Claudio Gay, de la conducción del viático por una calle de Santiago; en este y otros casos, el acompañamiento es en pleno medio urbano.

1 La Edad Media de Chile Historia de la Iglesia desde la fundación de Santiago a la incorporación de Chiloé 1541 1826, Santiago, 2011. (Cf. HUMANITAS 65, enero-marzo 2012, pág. 172 175) 2 Atlas de la Historia Física y Política de Chile, E. Thunot y Cía., París, 1844.

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Más aún, los campos de la zona central donde se desarrolló esta iesta fueron los más evangelizados y seguros del reino y, aunque haya habido bandidos también en aquellos años, éstos eran, a su manera, católicos, y así como no se registraron asaltos a las iglesias, era impensable que lo hicieran al Santísimo —concluye el Padre Guarda—. Por otra parte, en el origen de esta gran cabalgata domina su carácter de procesión eucarística, cuya más antigua versión perdura hasta hoy en el traslado de las sagradas formas el Jueves Santo, con gran compañía de ieles, para su reserva hasta el día siguiente en el Monumentum, donde se guardan para que los creyentes puedan comulgar en Viernes Santo, día en que no se celebra la Misa.

El Cuasimodo en el campo Hoy los Cuasimodos son alrededor de ciento cincuenta, y existen unos cien mil adherentes reunidos en la “Asociación Nacional de Cuasimodistas de Chile”. La iesta ha adoptado las características particulares de los lugares donde se realiza. Una de las celebraciones más multitudinarias es la de Colina, donde corren cerca

de 3.000 jinetes a caballo y se visita a cientos de enfermos y ancianos. Y una de las que conserva aún su encanto primitivo, es la de Guacarhue, un pueblito próximo a Quinta de Tilcoco, en la VI Región, que deiende este tesoro patrimonial y de fe de las amenazas del materialismo y la desidia. Allí en Guacarhue, impulsado originalmente por el párroco, don Renato Guerra Larraín, se organizaba un extraordinario Cuasimodo que bien representa el desarrollo de esta iesta en el campo. Días antes, las familias inscriben a enfermos y postrados y el sacerdote y sus acólitos pasan por las casas y hospitales para oír encargos y confesiones. El día del Cuasimodo, habiendo tenido que ensillar oscuro, muy temprano en la mañana y vistiendo los atuendos propios de la celebración, donde la esclavina ha sustituido al poncho y, si se pudo, usando polainas y espuelas, silenciados por el frío, van llegando los huasos con sus caballos. Los jinetes y sus monturas, que se han entrenado desde hace semanas, se congregan en la plazoleta que hay frente a la iglesia. El día apenas despunta. Se rezan las primeras oraciones y, en señal de respeto, los que van a correr el Cuasimodo dejan sus sombreros de ieltro negro o de paja en los

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bancos de la iglesia, y se colocan sus pañuelos de seda multicolores. Acompañado de sus acólitos, el cura entra a la iglesia y sale llevando como un tesoro el copón con la Eucaristía. Repican las campanas y se escuchan los vítores de los huasos: “¡¡Santo, Santo, Santo!!”. El coche engalanado espera al sacerdote. Entonces, una singular columna con los huasos formados de a cuatro, parte al galope a cumplir con este rito de fe y caridad que es el Cuasimodo. La encabeza el campanillero, que galopa haciendo sonar una campanilla de mano. Siguen luego dos huasos, portando estandartes. Luego dos más, llevando banderas, una chilena y la otra, la del Vaticano. En seguida va la berlina con el cura, los acólitos y el cochero. Al lado de la carroza van los rezadores y, junto a la puerta del coche, cabalga sin separársele un instante, el custodio, cuya misión es defender el Santísimo y al cura que lo lleva. Al detenerse el coche frente a la casa de un enfermo, el cura baja y, en pisando el suelo, mientras sostiene el copón entre sus manos, con voz muy fuerte, grita: “¡Santo, Santo, Santo!”, y la enorme columna de huasos, con sus voces rústicas de gente del campo, replica: “¡Viva!, ¡Viva!” Las casas donde están los enfermos son algunas muy pobres, a veces, miserables. Al entrar, el sacerdote exclama: “¡Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo!”. Sus moradores y los huasos res-

ponden: “¡Gloria! ¡Gloria!”. Entonces el cura se dirige hacia el enfermo. Brilla su casulla en medio de la pobreza, la enfermedad y la emoción, pero más brillante aún es el cáliz en que trae la Sagrada Comunión. El enfermo se incorpora con ayuda de sus parientes y amigos, y comulga con profunda devoción. Pasados unos momentos, se retiran el cura y los huasos. Han dejado una estela de luz que ahora permanece en el corazón todos y lota como un nimbo de plata pura que tardará mucho en desvanecerse. Ha sido la visita del Señor. Las varias horas de galope se alternan con las visitas a los enfermos, las paradas en los lugares donde los vecinos agradecidos han creado puestos de descanso, y los imprevistos: los caballos que se “aspían” (que han perdido una herradura de sus patas delanteras) o que por el cansancio se “empacan”, una carreta que pierde una rueda, y hasta el huaso que “tomó de más”. Ya en la tarde, la columna regresa siempre al galope y, antes de detenerse, la cabalgata da tres vueltas a la iglesia. Luego se celebra la Misa. La sigue un almuerzo. El Cuasimodo ha terminado. Esta celebración nacida de la exultación de la fe, une a la gente al Misterio más profundo. En medio del cansancio y la algarabía del galope de cientos de caballos, el corazón emocionado de jinetes y de quienes han visto pasar el Cuasimodo ha descubierto al Señor.

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«El encuentro entre Jesús resucitado y los apóstoles en el lago de Tiberiades.» (Detalle de la Maestà, Duccio di Buoninsegna. Museo de la Ópera del Duomo, Siena).

EXHORTACIÓN APOSTÓLICA VERBUM DOMINI DE BENEDICTO XVI

LA PALABRA DE DIOS EN LA VIDA DEL SACERDOTE por Mauro Card. Piacenza

L a Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini representa un paso fundamental en el camino de recepción de la Constitución apostólica Dei Verbum del Concilio ecuménico Vaticano II. En ese sentido, siempre es bueno recordar

que la única auténtica hermenéutica del gran acontecimiento conciliar es la de la continuidad y de la reforma. Lo recordó explícitamente el Santo Padre en el Discurso para el intercambio de felicitaciones con ocasión de la Navidad a la Curia

* Conferencia pronunciada por el cardenal Mauro Piacenza, prefecto de la Congregación para el Clero, acerca de la recepción de la exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini de Benedicto XVI, durante un encuentro de sacerdotes de lengua española con trabajo pastoral en Estados Unidos.

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EL SANTO PADRE ESCRIBE EN EL N. 17 DE LA VERBUM DOMINI: «AUNQUE EL VERBO DE DIOS PRECEDE Y TRASCIENDE LA SAGRADA ESCRITURA, EN CUANTO INSPIRADA POR DIOS, CONTIENE LA PALABRA DIVINA (CF. 2 TM 3, 16) “EN MODO MUY SINGULAR”». POR ESTA RAZÓN, LAS SAGRADAS ESCRITURAS SON PALABRA DE DIOS Y, AL MISMO TIEMPO, LA PALABRA DE DIOS ES “MÁS GRANDE” QUE LAS SAGRADAS ESCRITURAS, PORQUE ES LA PERSONA MISMA DE JESÚS.

Romana del 22 de diciembre de 2005, dando de ese modo, precisamente al principio de Su Pontiicado, la indicación de un gran tema que hay que afrontar siempre. No existen dos Iglesias católicas, una preconciliar y una postconciliar; ¡si así fuera, la segunda sería ilegítima! En la única Iglesia católica, instituida por Nuestro Señor Jesucristo sobre la roca de Pedro y sobre el fundamento de los Apóstoles, es necesario reconocer una profunda unidad histórica, doctrinal y teológica. Para que una doctrina pueda ser acogida, no debe representar una ruptura con el pasado o con todo el cuerpo doctrinal, sino que debe ser su desarrollo natural, orgánico. Aunque cambien las circunstancias históricas y culturales y cambien —a veces— los modos de expresarse, ¡el eterno Evangelio de Cristo no

puede cambiar! Cristo es el mismo ayer, hoy y siempre. ¡No cambia el Verbum Domini! Esta estabilidad de Cristo, de la verdad y de la Iglesia no es sino la traducción histórica de la Teología del Cuerpo Místico de San Pablo. Al igual que un cuerpo no puede tener órganos incompatibles o partes desarrolladas de manera no armónica, así sucede con la Iglesia de Cristo. Queridos amigos, es siempre importante, pues, sentirse hijos de la única Iglesia, la de Jesús, de la Santísima Virgen María, de los Apóstoles, de los Padres y de todos los Santos que, a lo largo de dos mil años, ha suscitado el Espíritu. El mismo Espíritu que, en la Iglesia, al comienzo de la era cristiana, inspiró los escritos del Nuevo Testamento y que, misteriosamente, en la relación entre Dios y el pueblo de Israel, nos ha entregado todo el patrimonio veterotestamentario.

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en una amistad nueva e inesperada con Dios. «No os llamo ya siervos, porque el siervo no ¡Verbum Domini! ¡Palabra de Dios! ¿Qué es la sabe lo que hace su amo; a vosotros os he llaPalabra de Dios? ¿Qué papel tiene en la vida mado amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer» (Jn 15, 15). de un sacerdote? Sí, el Señor Jesús nos ha dado a conocer todo lo En el n. 11 de la Exhortación apostólica, el Santo Padre airma: «La Palabra eterna, que se expresa que ha “oído del Padre”; por lo tanto, en Cristo en la creación y se comunica en la historia de la Único Salvador, hemos recibido la Revelación salvación, en Cristo se ha convertido en un hom- deinitiva de Dios, es más, a Dios mismo. bre «nacido de una mujer» (Ga 4, 4). La Palabra La experiencia de Dios en medio de los homaquí no se expresa principalmente mediante bres, lo que Él nos ha revelado del Padre, lo que Él nos ha enseñado un discurso, con conceptos o para la vida, y lo que Él ha normas. Aquí nos encontramos instituido, ya sea eterno o ante la persona misma de Jesús. NUNCA ES LÍCITO SEPARAR transitorio, todo está conteniSu historia única y singular es LA ESCRITURA DE LA do en las Sagradas Escrituras la palabra deinitiva que Dios TRADICIÓN; COMO TAMPOCO divinamente inspiradas. En dice a la humanidad». ES LÍCITO SEPARARLAS DE efecto, el Santo Padre escribe La Palabra de Dios, el VerLA INTERPRETACIÓN QUE en el n. 17 de la Verbum Dobo de Dios, por lo tanto, es DE ELLAS HA DADO Y DA EL mini: «Aunque el Verbo de ante todo Su Hijo Unigénito, MAGISTERIO DE LA IGLESIA. Dios precede y trasciende la Aquel del cual, en el Credo, SEPARACIONES DE ESTE Sagrada Escritura, en cuanto decimos: «Dios de Dios, Luz TIPO CONLLEVAN SIEMPRE inspirada por Dios, contiene de Luz, Dios verdadero del GRAVÍSIMAS CONSECUENCIAS la palabra divina (cf. 2 Tm 3, Dios verdadero, engendrado, ESPIRITUALES Y PASTORALES. 16) “en modo muy singular”». no creado, de la misma natuPor esta razón, las Sagradas raleza del Padre». ¡Por consiguiente, Su Palabra es una Persona, Escrituras son Palabra de Dios y, al mismo tiempo, la Palabra de Dios es “más grande” que no un libro! Es necesario reconocer que el Cristianismo las Sagradas Escrituras, porque es la Persona mantiene, respecto a los escritos en los cuales misma de Jesús. se inspira, una relación única, que ninguna otra tradición religiosa puede tener. Dimensión neumática y eclesial de la La Palabra de Dios, que es la Persona del Hijo Palabra de Dios Eterno, que el Padre pronunció antes de todos los siglos, se hizo carne, entró en el tiempo y en Como católicos, además, sabemos muy bien la historia de los hombres. «Y la Palabra se hizo que la Revelación no consiste, únicamente, carne, y puso su Morada entre nosotros» (Jn 1, 14). en lo que está materialmente contenido en las Este hecho marcó y marca, deinitivamente, la Sagradas Escrituras, sino que es el conjunto historia humana, que, desde la Encarnación en inseparable de Sagrada Escritura y de la ininteadelante, es la historia del Enmanuel, el Dios- rrumpida Tradición eclesial, autorizadamente interpretadas por el Magisterio. con-nosotros. El Hijo de Dios hecho hombre nos ha revelado Nunca es lícito separar la Escritura de la Tralos secretos del Padre, nos libró de la condición dición; como tampoco es lícito separarlas de servil, causada por el pecado, y nos introdujo la interpretación que de ellas ha dado y da el

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Magisterio de la Iglesia. Separaciones de este y, también por esta razón, los Padres, junto con tipo conllevan siempre gravísimas consecuen- el Romano Pontíice, dedicaron un Sínodo a la cias espirituales y pastorales. Palabra de Dios en la vida de la Iglesia, para reUna Escritura sin Tradición sería un libro his- conocer su justo lugar y evitar prudentemente tórico y la historia nos habla del pensamiento algunas unilateralidades ilegítimas. de los demás, mientras que la Otro aspecto de fundamental Teología quiere hablar de Dios importancia, que subraya amLO QUE HEMOS DICHO (cf. A. Schökel, Salvezza e liberapliamente la Verbum Domini, es HASTA AQUÍ PERTENECE zione: l’Esodo, 1997, EDB, p. 10). la dimensión neumática de la AL PATRIMONIO COMÚN DE Del mismo modo, una Tradición Revelación, en su conjunto y en LA IGLESIA Y SE ENSEÑA desvinculada de la relación los varios aspectos-momentos CON AUTORIDAD EN LA constitutiva con la Sagrada que la constituyen. En efecto, CONSTITUCIÓN DOGMÁTICA Escritura, correría el riesgo de se lee en el n. 15 de la ExhorDEI VERBUM DEL CONCILIO abrazar, en su seno, elementos tación: «No se comprende ECUMÉNICO VATICANO II. espurios o ilegítimos. auténticamente la Revelación AUNQUE, DE PARTE DE Asimismo, siempre es útil cristiana sin tener en cuenta la ALGUNOS, HA HABIDO EN recordar que los textos del acción del Paráclito», y tamESTAS DÉCADAS OTRAS Nuevo Testamento nacieron bién, en el número siguiente: INTERPRETACIONES, en el seno de la Tradición «Puesto que la Palabra de Dios ESTAS NO SON FIELES A LA eclesial y que, por lo menos en llega a nosotros en el cuerpo de INTERPRETACIÓN CORRECTA las primeras décadas de la Era Cristo, en el cuerpo eucarístico DEL CONCILIO Y, TAMBIÉN cristiana, la Iglesia vivió de la y en el cuerpo de las Escrituras, POR ESTA RAZÓN, LOS PADRES, Eucaristía, de la oración, de mediante la acción del Espíritu JUNTO CON EL ROMANO la memoria viva del aconteciSanto, sólo puede ser acogida y PONTÍFICE, DEDICARON miento de Cristo y de la guía comprendida verdaderamente UN SÍNODO A LA PALABRA de los Apóstoles. gracias al mismo Espíritu». DE DIOS EN LA VIDA DE LA Por consiguiente, el tríptico Ante todo, siempre es necesaIGLESIA, PARA RECONOCER Escritura-Tradición-Magisterio recordar la relación íntima SU JUSTO LUGAR Y EVITAR rio, en realidad, desde el punto e insustituible entre Jesucristo PRUDENTEMENTE ALGUNAS de vista estrictamente históriy el Espíritu: toda la vida del UNILATERALIDADES co, debería conigurarse como: Señor es una vida en el EspíILEGÍTIMAS. Tradición, entendida como ritu, de la Anunciación a la lugar en el cual la Escritura Ascensión, y el Espíritu no es nace, Escritura y Tradición algo vago e indeinido para vinculada a la Escritura; todo, autorizadamente nosotros, los cristianos, sino que es siempre el interpretado por el Magisterio, es decir, por los Espíritu de Cristo. legítimos Sucesores de los Apóstoles. Este “de Cristo” es un genitivo posesivo, que nos Lo que hemos dicho hasta aquí pertenece al dice que el Espíritu es Suyo, al igual que es del patrimonio común de la Iglesia y se enseña Padre; y es el mismo Espíritu Suyo que se nos da con autoridad en la Constitución dogmática a nosotros, en el Bautismo, en la Conirmación Dei Verbum del Concilio ecuménico Vaticano II. y, con el poder de transmitirlo a los hermanos, Aunque, de parte de algunos, ha habido en es- sobre todo en la Ordenación sacerdotal. tas décadas otras interpretaciones, estas no son Si Cristo es la plenitud de la Revelación y ieles a la interpretación correcta del Concilio toda la existencia de Cristo está en el Espíritu,

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entonces la misma Revelación es un evento conocer su aspecto lingüístico o exegético, que neumático: la Tradición la anima el Espíritu, la es también necesario —airma el Santo Padre Escritura la inspira el Espíritu y al Magisterio, en el n. 80—; necesita acercarse a la Palabra con en la tarea de interpretar autorizadamente Es- un corazón dócil y orante, para que ella penetre critura y Tradición, lo guía el Espíritu. a fondo en sus pensamientos y sentimientos y De ello deriva que la misma relación del Sacerdote engendre dentro de sí una mentalidad nueva: con la Palabra de Dios debe ser una relación neu- “la mente de Cristo” (1 Co 2, 16)». mática. Es decir, se debe evitar todo enfoque me- Leer y releer los episodios de los que el Señor ramente positivista o limitado al historicismo, que es protagonista, las respuestas que Él da en las no permita la comprensión del diferentes circunstancias y la signiicado real del texto. Las Esactitud que asume ante los poDE ELLO DERIVA QUE LA crituras, si nos acercamos a ellas bres, los pequeños, los débiles, MISMA RELACIÓN DEL prescindiendo de su dimensión los pecadores, las mujeres, etc. SACERDOTE CON LA PALABRA neumática, se quedan como determina la progresiva asimiDE DIOS DEBE SER UNA mudas y, en lugar de hablar de lación de Su pensamiento y de RELACIÓN NEUMÁTICA. Dios y hacer que escuchemos Su modo de actuar. ES DECIR, SE DEBE EVITAR Su Voz, narran simplemente En este sentido, la obligada TODO ENFOQUE MERAMENTE una historia. idelidad a la Liturgia de las POSITIVISTA O LIMITADO Horas, en su integridad, es AL HISTORICISMO, QUE NO maestra fundamental para Palabra de Dios y PERMITA LA COMPRENSIÓN permanecer establemente Ministerio ordenado DEL SIGNIFICADO REAL DEL en contacto con la Palabra TEXTO. LAS ESCRITURAS, SI Como airma el gran San Jede Dios, especialmente en el NOS ACERCAMOS A ELLAS rónimo: «Quien ignora las Oicio de las Lecturas, que nos PRESCINDIENDO DE SU Escrituras, ignora a Cristo». la da abundantemente, junto DIMENSIÓN NEUMÁTICA, SE No podemos, por tanto, ignoa ese momento de autorizada QUEDAN COMO MUDAS Y, EN rar las Escrituras, y el primer Tradición eclesial que repreLUGAR DE HABLAR DE DIOS Y elemento para que haya una sentan los Padres de la Iglesia. HACER QUE ESCUCHEMOS SU relación entre el sacerdote y la Así hacemos experiencia proVOZ, NARRAN SIMPLEMENTE Sagrada Escritura, es conocer gresivamente de que la PaUNA HISTORIA. su contenido: leerlas, conocer labra de Dios narra nuestra su estructura, tener en la menvida; narrando las vicisitudes te los nexos entre las distintas del pueblo de Israel y las de partes y, sobre todo, conocer la Escritura en quien se encontró con Jesús, nuestro Señor, su globalidad, sin los excesos de parcelación narra el camino de fe de todo hombre y, por que, con demasiada frecuencia, caracterizan tanto, de todo sacerdote. el conocimiento de la realidad en la época del Por otra parte, por el ministerio que se nos relativismo y del cientiicismo. ha encomendado, no somos solamente, con Esta obra de conocimiento de las Escrituras, todos nuestros hermanos, oyentes de la Palalejos de consistir en una mera memorización, bra, sino también autorizados anunciadores e se convierte en uno de los principales factores intérpretes de esta. Todo bautizado, en virtud para favorecer en el sacerdote el conocimiento de la inmersión en el Misterio pascual de la y la consiguiente identiicación con el pensa- muerte y Resurrección está llamado a dar miento de Cristo: «[al sacerdote] no le basta testimonio de Cristo y a anunciar la Palabra.

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El sacerdote, además de participar de este la Palabra de Dios describe nuestra vida, es mandato común a todo cristiano, recibe otro necesario anunciarla, acompañando también a especíico y ministerial, y su anuncio, sobre los ieles a la misma conciencia. En este sentido, todo en la predicación y en la catequesis, en la evangelización pueden coexistir dos dináparticipa, en cierto modo, de la autoridad del micas diferentes, ambas legítimas. Es posible mismo Magisterio eclesial. que del anuncio de la Palabra nazca la fe y la Cae por su propio peso que no podemos anunciar renovación de la vida, y es igualmente posible lo que no conocemos y no hemos hecho nuestro; que la experiencia de una vida nueva, que se por tanto, la posibilidad del da de modo imprevisto y graanuncio está estructuralmente tuito mediante un encuentro, CON LA FUERZA QUE NOS DA vinculada al conocimiento de abra a la fe y, sucesivamente, LA EXPERIENCIA DE QUE LA las Escrituras y a la familiaridad sea reconocida en el encuentro PALABRA DE DIOS DESCRIBE e identiicación con el pensacon las Sagradas Escrituras. NUESTRA VIDA, ES NECESARIO miento de Cristo. ¡No os escondo mi propensión ANUNCIARLA, ACOMPAÑANDO No es así, en cambio, para la y mi simpatía humana por TAMBIÉN A LOS FIELES A eicacia del anuncio, que, conesta segunda dinámica, que, LA MISMA CONCIENCIA. trariamente a cuanto se piensa como creo comprender leyenEN ESTE SENTIDO, EN LA habitualmente, no depende do los textos de las Sagradas EVANGELIZACIÓN PUEDEN del conocimiento, sino de la Escrituras, fue también la de COEXISTIR DOS DINÁMICAS vida y del testimonio. AdeAndrés y Juan, cuando esa DIFERENTES, AMBAS más la eicacia es totalmente tarde, alrededor de las cuatro, LEGÍTIMAS. ES POSIBLE dependiente de la acción pose encontraron con Jesús! QUE DEL ANUNCIO DE LA derosa de la gracia y del insonEl núcleo de la relación entre PALABRA NAZCA LA FE Y LA dable misterio de la libertad el sacerdote y la Palabra de RENOVACIÓN DE LA VIDA, humana. En ese sentido, no Dios, por lo tanto, está repreY ES IGUALMENTE POSIBLE existe, en la dinámica del sentado por esa “Palabra de QUE LA EXPERIENCIA DE anuncio, ningún mecanicismo. Dios en acto” que es su propia UNA VIDA NUEVA, QUE SE También esto nos ayuda, como existencia y la de los ieles. EsDA DE MODO IMPREVISTO ministros de la Palabra, a putos, mediante el anuncio y el Y GRATUITO MEDIANTE riicarnos del funcionalismo ministerio de los sacerdotes, UN ENCUENTRO, ABRA A y a encomendar totalmente al encuentran al Señor. LA FE Y, SUCESIVAMENTE, Señor, en la oración, la acción En este sentido, el Cristianismo SEA RECONOCIDA EN EL de la Palabra en el corazón de no es “religión del libro” sino ENCUENTRO CON LAS los hombres. que es un hecho, un AconteciSAGRADAS ESCRITURAS. En la tarea de anunciadores miento que sucedió en la histoes necesario tener constanteria, del cual, en la actualidad, es mente presente la unidad de Sagrada Escri- posible hacer experiencia vital y esta experiencia tura, Tradición y Magisterio, de la que hemos es contagiosa, misionera en sí misma; es más, ¡es hablado. No es posible anunciar la Palabra, el elemento más eicazmente misionero con el olvidando o —peor— reprobando la Tradi- que el Espíritu ha dotado a Su Iglesia! ción que la ha generado. Igualmente ineficaz Esta claridad de juicio en la relación con las resultará el anuncio separado o —peor— en Sagradas Escrituras las sitúa en su justo lugar, contraste con el Magisterio eclesial. insustituible, también en la vida de la Iglesia, la Con la fuerza que nos da la experiencia de que cual vive de la eicacia de la Palabra, también

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y sobre todo en la administración de los Sacramentos. Sin Palabra, no sólo no tendríamos el anuncio, sino que no tendríamos tampoco los Sacramentos.

nuestra aportación continua, creativa y sobre todo misionera. En una cultura relativista, hedonista, consumista e individualista, la Palabra de Dios, y nosotros con ella, está llamada a poner de nuevo al hombre en relación con Dios y con sus hermanos, en Palabra de Dios y cultura relación auténtica con la realiSer personas que escuchan y dad y con la razón, abriéndole anuncian la Palabra de Dios continuamente a la verdad. NADA COMO EL ANUNCIO hace de los sacerdotes homLos ieles esperan oír la PalaDE LA PALABRA GENERA bres necesariamente capaces bra de Dios de los labios del saCULTURA. ES DECIR, GENERA de incidir en la cultura. En ese cerdote; buscan el pensamienUN MODO NUEVO DE CONCEBIR sentido, es bueno recuperar to de Dios en las valoraciones LA VIDA, LAS RELACIONES, una noción amplia del térmidel sacerdote; los caminos de LA SOCIEDAD E INCLUSO LA no «cultura», no relegado a los Dios en los caminos que indica POLÍTICA. UN MODO QUE, simples conocimientos, sino y recorre el sacerdote. CUANTO MÁS EVANGÉLICO ES, capaz de imprimir un estilo, Debemos ser conscientes de MÁS SE DESCUBRE PROFUNDA plasmar una mentalidad, geque, contrariamente a cuanY SORPRENDENTEMENTE nerar una civilización. to algunos poderes fuertes CORRESPONDIENTE AL Nada como el anuncio de la tienden a insinuar, el CristiaCORAZÓN HUMANO. Palabra genera cultura. Es nismo representa el mayor ES URGENTE Y NECESARIO, decir, genera un modo nuevo movimiento de desarrollo y EN ESE SENTIDO, SUPERAR de concebir la vida, las relade civilización que la historia TODO COMPLEJO DE ciones, la sociedad e incluso la humana haya conocido jamás. INFERIORIDAD RESPECTO DE política. Un modo que, cuanto Nos recuerda la Exhortación LA CULTURA; LA PALABRA DE más evangélico es, más se apostólica al respecto: «[La DIOS, Y NOSOTROS descubre profunda y sorprenPalabra de Dios] nunca desCON ELLA, ES PORTADORA dentemente correspondiente truye la verdadera cultura, DE UN SIGNIFICADO QUE al corazón humano. sino que representa un estíNINGUNA CULTURA SÓLO Es urgente y necesario, en ese mulo constante en la búsqueHUMANA POSEE. sentido, superar todo complejo da de expresiones humanas de inferioridad respecto de la cada vez más apropiadas y cultura; la Palabra de Dios, y nosotros con ella, signiicativas. Toda auténtica cultura, si quiees portadora de un signiicado que ninguna re ser realmente para el hombre, ha de estar cultura sólo humana posee. abierta a la trascendencia, en último término, Como recuerda la Verbum Domini: «Dios no a Dios» (n. 109). se revela al hombre en abstracto, sino asu- ¡Toda cultura, incluida la contemporánea, miendo lenguajes, imágenes y expresiones queridísimos hermanos, necesita siempre vinculadas a las diferentes culturas. Es una esta trascendencia! Y nosotros debemos ser relación fecunda, atestiguada ampliamente portadores de ella. en la historia de la Iglesia» (n. 109). Que nos sostenga en esta obra la Santísima Relación que, por un lado, ve como normati- Virgen María, primera portadora de la Palabra vos los datos culturales a través de los cuales hecha carne en Ella, que se convirtió en su aconteció la Revelación y, por otro, requiere «cultura», porque era su horizonte .

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La paLabra deL papa OFRECE DE ANTEMANO LA VIDA QUE LE SERÁ QUITADA “Participando en la Eucaristía, nutriéndonos de la Carne y la Sangre del Hijo de Dios, unimos nuestras oraciones a la del Cordero Pascual en la noche suprema, para que nuestra vida no se pierda, a pesar de nuestra debilidad y de nuestras inidelidades, sino que sea transformada”, señaló S.S. Benedicto XVI en la catequesis de la Audiencia general que dedicó a la Última Cena.

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l fondo temporal y emocional de la cena en la que Cristo se despide de sus amigos, es la inminencia de su muerte, que Él siente ya cerca. Durante mucho tiempo, Jesús había empezado a hablar de su pasión, tratando también de implicar cada vez más a sus discípulos en esta perspectiva. El Evangelio de Marcos nos dice que desde el inicio de su viaje a Jerusalén, en los pueblos de la lejana Cesarea de Filipo, Jesús había comenzado «a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar a los tres días» (Marcos 8, 31). Además, justo en los días en que se estaba preparando para despedirse de los discípulos, la vida del pueblo estaba marcada por la proximidad de la Pascua, es decir, del recuerdo de la liberación de Israel de Egipto. Esta liberación, experimentada en el pasado y esperada de nuevo en el presente y en el futuro, tomaba vida en las celebraciones familiares de la Pascua. La Última Cena se enmarca en este contexto,

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pero con una novedad de fondo. Jesús mira su Pasión, Muerte y Resurrección, siendo plenamente consciente. Él quiere vivir esta Cena con sus discípulos, con un carácter totalmente especial y diferente de los otros convites; es su Cena, en la cual ofrece Algo totalmente nuevo: a Él mismo. De este modo, Jesús celebra su Pascua, anticipa su Cruz y su Resurrección. Esta novedad se releja en la historia de la Última Cena del Evangelio de Juan, el cual no la describe como la Pascua, justamente porque Jesús quiere inaugurar algo nuevo, celebrar su Pascua, relacionada, sí, con los acontecimientos del Éxodo. Y para Juan, Jesús murió en la cruz en el momento mismo en que, en el templo de Jerusalén, los corderos de la Pascua estaban siendo inmolados. Entonces, ¿cuál es el meollo de esta cena? Lo son aquellos gestos de la fracción del pan, de distribuirlo a los suyos y de compartir el cáliz del vino con las palabras que los acompañan, y en el contexto de la oración en la que se insertan: es la institución de la Eucaristía, es la gran

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Jesús mira su Pasión, Muerte y Resurrección, siendo plenamente consciente. Él quiere vivir esta Cena con sus discípulos, con un carácter totalmente especial y diferente de los otros convites; es su Cena, en la cual ofrece Algo totalmente nuevo: a Él mismo. De este modo, Jesús celebra su Pascua, anticipa su Cruz y su Resurrección. oración de Jesús y de la Iglesia. Pero veamos más de cerca este momento. En primer lugar, las tradiciones neotestamentarias de la institución de la Eucaristía (cf. 1 Co. 11, 23-25, Lc. 22, 14-20, Mc.14, 22-25, Mt. 26, 26-29), indicando la oración que introduce los gestos y las palabras de Jesús sobre el pan y el vino, usan dos verbos paralelos y complementarios. Pablo y Lucas hablan de eucaristía/ acción de gracias: «tomó pan, dio gracias, lo partió y lo dio» (Lucas 22, 19). Marcos y Mateo, en vez, subrayan el aspecto de elogio/ bendición: «tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio» (Mc 14, 22). En ambos, los términos griegos eucaristeìn y eulogeìn se reieren a la berakha hebrea, que es la gran oración de acción de gracias y bendición de la tradición de Israel, que marcaba el inicio de las grandes iestas. Las dos diversas palabras griegas indican las dos direcciones intrínsecas y complementarias de esta oración. La berakha, de hecho, es ante todo acción de gracias y alabanza que se eleva a Dios por el don recibido: la Última Cena de Jesús, este es el pan —elaborado a partir del trigo que Dios hace germinar y crecer de la tierra—, y del vino producido a partir del fruto madurado sobre la vid. Esta oración de alabanza y acción de gracias que se eleva a

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Dios, vuelve como una bendición, que viene de Dios sobre el don y lo enriquece. Dar gracias, alabar a Dios se vuelve así una bendición y la ofrenda dada a Dios retorna al hombre bendecida por el Todopoderoso. Las palabras de la institución de la Eucaristía se sitúan en este contexto de oración: en ellas, la alabanza y la bendición de la berakha se vuelven bendición y transformación del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. Antes de las palabras de la institución vienen los gestos: aquellos de la fracción del pan y del ofertorio del vino. Quien parte el pan y pasa la copa es sobre todo el cabeza de familia, que acoge en su mesa a los familiares, pero estos gestos son también los de la hospitalidad, de la acogida a la comunión cordial con los extranjeros, que no forman parte de la casa. Estos mismos gestos, en la cena con la que Jesús se despidió, adquieren una profundidad del todo nueva: Él da una señal visible de acogida a la mesa en la cual Dios se da. Jesús en el pan y en el vino se ofrece y se transmite a Sí mismo. Pero, ¿cómo se puede realizar esto? ¿Cómo puede Jesús darse, en aquel momento, a Sí mismo? Jesús sabe que la vida está por serle quitada a través del tormento de la cruz —la pena de muerte de los hombres que no son libres—, aquella que Cicerón deinió la mors turpissima crucis. Con el don del pan y del vino que ofrece en la Última Cena, Jesús anticipa su muerte y resurrección realizando aquello que había dicho en el discurso del Buen Pastor: «Yo doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita: yo la doy. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de

Y para Juan, Jesús murió en la cruz en el momento mismo en que, en el templo de Jerusalén, los corderos de la Pascua estaban siendo inmolados.


Dar gracias, alabar a Dios se vuelve así una bendición y la ofrenda dada a Dios retorna al hombre bendecida por el Todopoderoso. Las palabras de la institución de la Eucaristía se sitúan en este contexto de oración: en ellas, la alabanza y la bendición de la berakha se vuelven bendición y transformación del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Jesús. nuevo. Este es el mandato que he recibido de mi Padre» (Jn 10, 17-18). Por lo tanto Él ofrece de antemano la vida que le será quitada y de este modo transforma su muerte violenta en un acto libre de donación de sí para los demás y a los demás. La violencia se convierte en un sacriicio activo, libre y redentor. Una vez más en la oración, iniciada según las formas rituales de la tradición bíblica, Jesús revela su identidad y su voluntad de cumplir completamente su misión de amor total, de ofrenda en obediencia a la voluntad del Padre. La profunda originalidad del don de sí a los suyos, a través del memorial eucarístico, es la culminación de la oración que marca la cena de despedida con ellos. Al contemplar los gestos y las palabras de Jesús esa noche, vemos claramente que la relación íntima y constante con el Padre es el lugar donde Él realiza el gesto de dejar a los suyos, y a cada uno de nosotros, el Sacramento del amor, el «Sacramentum Caritatis». Dos veces en la Última Cena resuenan las palabras: «Hagan esto en memoria mía» (1 Cor 11, 24-25). Con el don de Sí mismo, Él celebra su Pascua, convirtiéndose en el verdadero Cordero que

lleva a cumplimiento todo el antiguo culto. Esta es la razón por la que San Pablo, hablando a los cristianos de Corinto, airma: «Cristo, nuestra Pascua, [¡nuestro Cordero pascual!], ha sido inmolado. Así que, celebramos la iesta... con panes ázimos de sinceridad y verdad» (1 Cor 5, 7-8). El evangelista Lucas ha conservado un valioso elemento adicional de los acontecimientos de la Última Cena, que nos permite ver la profundidad conmovedora de la oración de Jesús por los suyos aquella noche, la atención por cada uno. Iniciando con la oración de acción de gracias y de bendición, Jesús añade al don de la Eucaristía el don de Sí mismo, y, al mismo tiempo que da esta realidad sacramental decisiva, se dirige a Pedro. Al inal de la cena, le dijo: «Simón, Simón, mira que Satanás ha pedido el poder cribaros como trigo, pero yo he rogado por ti, para que tu fe no desfallezca. Y tú, cuando hayas vuelto, conirma a tus hermanos» (Lucas 22, 31-32). La oración de Jesús cuando se acerca la prueba también para sus discípulos, los sostiene en su debilidad, en sus esfuerzos por comprender que el camino de Dios pasa a través del Misterio pascual de la muerte y resurrección, anticipado en la

Jesús sabe que la vida está por serle quitada a través del tormento de la cruz —la pena de muerte de los hombres que no son libres—, aquella que Cicerón deinió la mors turpissima crucis. Con el don del pan y del vino que ofrece en la Última Cena, Jesús anticipa su muerte y resurrección realizando aquello que había dicho en el discurso del Buen Pastor.

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ofrenda del pan y del vino. La Eucaristía es el alimento de los peregrinos que se convierte en fuerza también para el que está cansado, agotado y desorientado. Y la oración es sobre todo para Pedro, para que una vez convertido, conirme a sus hermanos en la fe. El evangelista Lucas recuerda que fue justo la mirada de Jesús la que buscó el rostro de Pedro en el momento en que este acababa de realizar su triple negación, para darle la fuerza de continuar su camino detrás de Él: «En aquel mismo momento, mientras que aún estaba hablando, cantó un gallo. El Señor se volvió y miró a Pedro. Recordó Pedro las palabras que le había dicho el Señor» (Lc 22, 60-61). Queridos hermanos y hermanas, participando de la Eucaristía, vivimos de una manera extraordinaria la oración que Jesús ha hecho y hace continuamente por cada uno, a in de que el mal, que todos enfrentamos en la vida, no logre vencer, y actúe así en nosotros el poder transformador de la muerte y resurrección de Cristo. En la Eucaristía, la Iglesia responde a la indicación de Jesús: «Hagan esto en memoria mía» (Lc 22, 19; 1 Co 11, 24-26.); repite la oración de acción de gracias y de bendición, y con ella, las palabras de la transustanciación del pan y del vino en el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Nuestras Eucaristías se realizan en ese momento de oración, en un unirnos siempre y de nuevo a la oración de Jesús. Desde el principio, la Iglesia ha comprendido las palabras de la consagración como parte de la oración realizada junto a Jesús; como una parte central de la alabanza llena de gratitud, a través de

«Yo doy mi vida para recobrarla de nuevo. Nadie me la quita: yo la doy. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo. Este es el mandato que he recibido de mi Padre» (Jn 10:17-18).

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La profunda originalidad del don de sí a los suyos, a través del memorial eucarístico, es la culminación de la oración que marca la cena de despedida con ellos. Al contemplar los gestos y las palabras de Jesús esa noche, vemos claramente que la relación íntima y constante con el Padre es el lugar donde Él realiza el gesto de dejar a los suyos, y a cada uno de nosotros, el Sacramento del amor, el «Sacramentum Caritatis». la cual el fruto de la tierra y del trabajo del hombre, nos viene nuevamente donados como cuerpo y sangre de Jesús, como autodonación de Dios mismo en el amor acogedor del Hijo (cf. Jesús de Nazaret, II, p. 146.). Participando en la Eucaristía, nutriéndonos de la Carne y la Sangre del Hijo de Dios, unimos nuestras oraciones a la del Cordero Pascual en la noche suprema, para que nuestra vida no se pierda, a pesar de nuestra debilidad y de nuestras inidelidades, sino que sea transformada. Queridos amigos, pidamos al Señor que, después de habernos preparado debidamente, también con el Sacramento de la Penitencia, nuestra participación en su Eucaristía, que es esencial para la vida cristiana, sea siempre el punto más alto de todas nuestras oraciones. Pidamos que, unidos profundamente en su propia ofrenda al Padre, también nosotros podamos transformar nuestras cruces en sacriicio, libre y responsable, del amor a Dios y a los hermanos. (Vaticano, 11-I- 2012)


LA LÓGICA DEL CONCILIO VATICANO II

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omo sabemos, en vastas zonas de la tierra la fe corre peligro de apagarse como una llama que ya no encuentra alimento. Estamos ante una profunda crisis de fe, ante una pérdida del sentido religioso, que constituye el mayor desafío para la Iglesia de hoy. Por lo tanto, la renovación de la fe debe ser la prioridad en el compromiso de toda la Iglesia en nuestros días. Deseo que el Año de la fe contribuya, con la colaboración cordial de todos los miembros del pueblo de Dios, a hacer que Dios esté nuevamente presente en este mundo y a abrir a los hombres el acceso a la fe, a confiar en ese Dios que nos ha amado hasta el extremo (cf. Jn 13, 1), en Jesucristo crucificado y resucitado. El tema de la unidad de los cristianos está estrechamente vinculado a esta tarea. Por eso, quiero detenerme en algunos aspectos doctrinales relativos al camino ecuménico de la Iglesia, que ha sido objeto de una profunda reflexión en esta plenaria, en coincidencia con la conclusión de la anual Semana de oración por la unidad de los cristianos. En efecto, el impulso de la obra ecuménica debe partir de ese «ecumenismo espiritual», de esa «alma de todo el movimiento ecuménico» (Unitatis redintegratio, 8), que se halla en el espíritu de la oración para que «todos sean uno» (Jn 17, 21). La coherencia del compromiso ecuménico

con la enseñanza del Concilio Vaticano II y con toda la Tradición ha sido uno de los ámbitos al que la Congregación, en colaboración con el Consejo pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos, siempre ha prestado atención. Hoy podemos constatar no pocos frutos buenos producidos por los diálogos ecuménicos, pero debemos reconocer también que el riesgo de un falso irenismo y de un indiferentismo, del todo ajeno al espíritu del Concilio Vaticano II, exige nuestra vigilancia. Este indiferentismo está causado por la opinión, cada vez más difundida, de que la verdad no sería accesible al hombre; por lo tanto, sería necesario limitarse a encontrar reglas para una praxis capaz de mejorar el mundo. Y así la fe sería sustituida por un moralismo sin fundamento profundo. El centro del verdadero ecumenismo es, en cambio, la fe en la cual el hombre encuentra la verdad que se revela en la Palabra de Dios. Sin la fe todo el movimiento ecuménico se reduciría a una forma de «contrato social» al cual adherirse por un interés común, una «praxiología» para crear un mundo mejor. La lógica del Concilio Vaticano II es completamente distinta: la búsqueda sincera de la unidad plena de todos los cristianos es un dinamismo animado por la Palabra de Dios, por la Verdad divina que nos habla en esta Palabra. (Discurso ante la plenaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, 27-I-2012)

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EL NO CONFORMISMO CRISTIANO

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o os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente» (v. 2). «No os amoldéis a este mundo». Existe un no conformismo del cristiano, que no se deja conformar. Esto no quiere decir que nosotros queramos huir del mundo, que a nosotros no nos interese el mundo; al contrario, queremos transformarnos nosotros mismos y dejarnos transformar, transformando así el mundo. Y debemos tener presente que en el Nuevo Testamento, sobre todo en el Evangelio de San Juan, la palabra «mundo» tiene dos signiicados e indica por tanto el problema y la realidad de la que se trata. Por una parte, el «mundo» creado por Dios, amado por Dios, hasta el punto de darse a sí mismo y dar su Hijo por este mundo; el mundo es criatura de Dios, Dios lo ama y quiere darse a sí mismo para que el mundo sea realmente creación y respuesta a su amor. Pero está también el otro concepto de «mundo», kosmos houtos: el mundo que está en el mal, que está bajo el poder del mal, que releja el pecado original. Hoy vemos este poder del mal, por ejemplo, en dos grandes poderes, que por sí mismos son útiles y buenos, pero de los que se puede abusar fácilmente: el poder de las inanzas y el poder de los medios de comunicación social. Ambos son necesarios, porque pueden ser útiles, pero se puede abusar de ellos tan fácilmente que a menudo se convierten en lo contrario de sus verdaderas intenciones. Vemos cómo el mundo de las inanzas puede dominar al hombre, cómo el tener y el aparentar dominan el mundo y lo esclavizan. El mundo de las inanzas no representa ya un instrumento para favorecer el bienestar, para

favorecer la vida del hombre, sino que se transforma en un poder que lo oprime, que debe ser casi adorado: «Mammona», la verdadera divinidad falsa que domina el mundo. Contra este conformismo de la sumisión a este poder debemos ser no conformistas: no cuenta el tener; lo que cuenta es el ser. No nos sometamos a este poder, más bien utilicémoslo como medio, pero con la libertad de los hijos de Dios. Luego está el otro poder, el de la opinión pública. Ciertamente, tenemos necesidad de informaciones, de conocimientos de la realidad del mundo, pero puede ser también un poder de la apariencia; al inal, cuanto se ha dicho cuenta más que la realidad misma. Una apariencia se superpone a la realidad, llega a ser más importante, y el hombre ya no sigue la verdad de su ser, sino que quiere sobre todo aparentar, ser conforme a estas realidades. Y también contra esto está el no conformismo cristiano: no queremos siempre «ser conformados», alabados; no queremos la apariencia, sino la verdad, y esto nos da libertad, la verdadera libertad cristiana: el librarse de esta necesidad de agradar, de hablar como la masa cree que debería ser, y tener la libertad de la verdad, y así recrear el mundo de una manera que no se vea oprimido por la opinión, por la apariencia que ya no deja alorar la realidad misma; el mundo virtual se vuelve más verdadero, más fuerte, y ya no se ve el mundo real de la creación de Dios. El no conformismo del cristiano nos redime, nos restituye a la verdad. Pidamos al Señor que nos ayude a ser hombres libres en este no conformismo, que no está contra el mundo, sino que es el verdadero amor al mundo. (Lectio divina para los seminaristas de la diócesis de Roma, 15 –II- 2012)

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EL SILENCIO

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ay que considerar con interés los diversos sitios, aplicaciones y redes sociales que pueden ayudar al hombre de hoy a vivir momentos de relexión y de auténtica interrogación, pero también a encontrar espacios de silencio, ocasiones de oración, meditación y de compartir la Palabra de Dios. En la esencialidad de breves mensajes, a menudo no más extensos que un versículo bíblico, se pueden formular pensamientos profundos, si cada uno no descuida el cultivo de su propia interioridad. No sorprende que en las distintas tradiciones religiosas, la soledad y el silencio sean espacios privilegiados para ayudar a las personas a reencontrarse consigo mismas y con la Verdad que da sentido a todas las cosas. El Dios de la revelación bíblica habla también sin palabras: «Como pone de maniiesto la cruz de Cristo, Dios habla por medio de su silencio. El silencio de Dios, la experiencia de la lejanía del Omnipotente y Padre, es una etapa decisiva en el camino terreno del Hijo de Dios, Palabra encarnada... El silencio de Dios prolonga sus palabras precedentes. En esos momentos de oscuridad, habla en el misterio de su silencio» (Exhort. ap. Verbum Domini, 21). En el silencio de la cruz habla la elocuencia del amor de Dios vivido hasta el don supremo. Después de la muerte de Cristo, la tierra permanece en silencio y en el Sábado Santo, cuando «el Rey está durmiendo y el Dios hecho hombre despierta a los que dormían desde hace siglos» (cf. Oicio de Lecturas del Sábado Santo), resuena la voz de Dios colmada de amor por la humanidad. Si Dios habla al hombre también en el silencio, el hombre igualmente descubre en el silencio la posibilidad de hablar con Dios y de Dios. «Necesitamos el silencio que se transforma en

contemplación, que nos hace entrar en el silencio de Dios y así nos permite llegar al punto donde nace la Palabra, la Palabra redentora» (Homilía durante la misa con los miembros de la Comisión Teológica Internacional, 6 de octubre 2006). Al hablar de la grandeza de Dios, nuestro lenguaje resulta siempre inadecuado y así se abre el espacio para la contemplación silenciosa. De esta contemplación nace con toda su fuerza interior la urgencia de la misión, la necesidad imperiosa de «comunicar aquello que hemos visto y oído», para que todos estemos en comunión con Dios (cf. 1 Jn 1,3). La contemplación silenciosa nos sumerge en la fuente del Amor, que nos conduce hacia nuestro prójimo, para sentir su dolor y ofrecer la luz de Cristo, su Mensaje de vida, su don de amor total que salva. En la contemplación silenciosa emerge asimismo, todavía más fuerte, aquella Palabra eterna por medio de la cual se hizo el mundo, y se percibe aquel designio de salvación que Dios realiza a través de palabras y gestos en toda la historia de la humanidad. Como recuerda el Concilio Vaticano II, la Revelación divina se lleva a cabo con « hechos y palabras intrínsecamente conexos entre sí, de forma que las obras realizadas por Dios en la historia de la salvación maniiestan y conirman la doctrina y los hechos signiicados por las palabras, y las palabras, por su parte, proclaman las obras y esclarecen el misterio contenido en ellas» (Dei Verbum, 2). Y este plan de salvación culmina en la persona de Jesús de Nazaret, mediador y plenitud de toda la Revelación. Él nos hizo conocer el verdadero Rostro de Dios Padre y con su Cruz y Resurrección nos hizo pasar de la esclavitud del pecado y de la muerte a la libertad de los hijos de Dios.

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La pregunta fundamental sobre el sentido del hombre encuentra en el Misterio de Cristo la respuesta capaz de dar paz a la inquietud del corazón humano. Es de este Misterio de donde nace la misión de la Iglesia, y es este Misterio el que impulsa a los cristianos a ser mensajeros de esperanza y de salvación, testigos de aquel amor que promueve la dignidad del hombre y que construye la justicia y la paz. Palabra y silencio. Aprender a comunicar quiere decir aprender a escuchar, a contemplar,

además de hablar, y esto es especialmente importante para los agentes de la evangelización: silencio y palabra son elementos esenciales e integrantes de la acción comunicativa de la Iglesia, para un renovado anuncio de Cristo en el mundo contemporáneo. A María, cuyo silencio «escucha y hace lorecer la Palabra» (Oración para el ágora de los jóvenes italianos en Loreto, 1-2 de septiembre 2007), confío toda la obra de evangelización que la Iglesia realiza a través de los medios de comunicación social.

(Discurso para la 46ª Jornada Mundial de las Comunicaciones, 24-I- 2012, iesta de San Francisco de Sales)

EL DERECHO CANÓNICO HALLA EN LA FE SU FUNDAMENTO

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n referencia a una similar exigencia, que pasa por el ámbito que interesa directamente a su servicio en la Iglesia, hoy quisiera detenerme en un aspecto principal del ministerio judicial, que es la interpretación del derecho canónico en lo que respecta a su aplicación. El nexo con el tema apenas mencionado —la recta interpretación de la fe—, no se reduce por cierto a una mera similitud semántica, ya que el derecho canónico halla en la verdad de la fe su fundamento y su propio sentido, y que la lex agendi no puede más que relejar la lex credendi. La cuestión de la interpretación de la ley canónica, sin embargo, es un tema muy amplio y complejo, ante el cual me limitaré a dar algunas observaciones. En primer lugar, la hermenéutica del derecho canónico está estrechamente vinculada al concepto mismo de la ley de la Iglesia. En el caso de que se tendiera a identiicar el

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derecho canónico con el sistema de las leyes canónicas, el conocimiento de lo que es jurídico en la Iglesia consistiría esencialmente en comprender aquello que establecen los textos legales. A primera vista, este enfoque parecería valorizar plenamente la ley humana. Pero está claro el empobrecimiento que este concepto tendría: el olvido práctico del derecho natural y del derecho divino positivo, así como de la relación vital de cada derecho con la comunión y la misión de la Iglesia; el trabajo del intérprete se ve privado del contacto vital con la realidad de la Iglesia. En los últimos tiempos, algunas corrientes de pensamiento han advertido contra el excesivo apego a las leyes de la Iglesia, comenzando por los Códigos, juzgándolos, precisamente, como una manifestación de legalismo. Por lo tanto, se han propuesto formas hermenéuticas que permitan un enfo-


que/ una aproximación más adecuada/o con las bases teológicas y los intentos también pastorales de la norma canónica, llevando a una creatividad jurídica en la cual la sola situación se convertiría en factor decisivo para determinar el significado auténtico del precepto legal en el caso concreto. La misericordia, la equidad, la oikonomia, tan estimada por la tradición oriental, son algunos de los conceptos a los que se recurre en tales procedimientos interpretativos. Conviene señalar enseguida que este enfoque no supera el positivismo que denuncia, limitándose a sustituirlo por otro, en el que el trabajo interpretativo humano se eleva como protagonista en la determinación de lo que es legal. No tiene sentido buscar un derecho objetivo, ya que queda a merced de consideraciones que pretenden ser teológicas o pastorales, pero al final están expuestas al riesgo de la arbitrariedad. De esta manera, se vacía la hermenéutica jurídica: básicamente no interesa comprender la disposición de la ley, desde el momento en que esta puede ser adaptada dinámicamente a cualquier solución, incluso opuesta a la letra. Cierta-

mente hay en este caso, una referencia a los fenómenos vitales, de los cuales sin embargo no se capta la dimensión jurídica intrínseca. Hay otra vía, en la que la comprensión adecuada de la ley canónica abre el camino para un trabajo interpretativo que se inserta en la búsqueda de la verdad sobre el derecho y la justicia en la Iglesia. Como he querido señalar al Parlamento Federal de mi país, en el Reichstag de Berlín (cf. Humanitas 64, sección Palabra del Papa), el verdadero derecho es inseparable de la justicia. Es obvio que el principio se aplica también a la ley canónica, en el sentido de que no puede ser acallada en un ordenamiento jurídico meramente humano, sino que debe ser conectada a un orden justo de la Iglesia, en la que rige una ley superior. En esta perspectiva, la ley positiva humana pierde el primado que se le quiere atribuir, ya que el derecho no se identifica muy fácilmente con ella; sin embargo, la ley humana es valorada en cuanto expresión de la justicia, sobre todo por cuanto esta declara como derecho divino, pero también por aquello que introduce como legítima determinación del derecho humano.

(Discurso ante el Tribunal de la Rota Romana con ocasión de la inauguración del año judicial, 22-I- 2012)

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PANORAMA Viaje Apostólico de Benedicto XVI A México y República de Cuba (23-29 de marzo de 2012)

Encuentro de Benedicto XVI con los periodistas en el vuelo papal

«Se ve una cierta esquizofrenia entre moral individual y pública»

Durante el viaje aéreo desde Roma a León, México, el 23 de marzo pasado, Benedicto XVI se encontró con los periodistas del vuelo papal. Presentamos parte de la entrevista concedida por el Papa a los profesionales.

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—Santo฀ Padre,฀ desde฀ México฀ usted฀ ha฀ dicho฀ querer฀ dirigirse a toda América Latina en el bicentenario de la independencia. América Latina, a pesar del desarrollo, sigue siendo una región de contrastes sociales, donde se encuentran los más ricos junto a los más pobres. A veces parece que la Iglesia católica no estuviera suficientemente animada฀a฀empeñarse฀en฀este฀campo.฀¿Se฀puede฀seguir฀ hablando de «teología de la liberación» en un modo positivo,฀después฀de฀que฀ciertos฀excesos฀—sobre฀el฀marxismo฀ o฀la฀violencia—฀hayan฀sido฀corregidos? —Naturalmente la Iglesia debe siempre preguntarse si se hace lo suficiente por la justicia social en este gran continente. Esta es una cuestión de conciencia que debemos hacernos siempre. Preguntar: qué puede y debe hacer la Iglesia, qué no puede y no debe hacer. La Iglesia no es un poder político, no es un partido, sino que es una realidad moral, un poder moral. En cuanto la política fundamentalmente debe ser una realidad moral, la Iglesia, sobre este carril, tiene fundamentalmente que ver con la política. Repito lo que ya había dicho: el primer pensamiento de la Iglesia es educar las conciencias y así crear la responsabilidad necesaria; educar las conciencias tanto en la ética individual, como en la ética pública. Y aquí quizá hay una falta. Se ve, en América Latina pero también en otras partes, en no pocos católicos, una cierta esquizofrenia entre moral individual y pública: personalmente en la esfera individual, son católicos, creyentes, pero en la vida pública siguen otros caminos, distintos de los que corresponden a los grandes valores del Evangelio, necesarios para la fundación de una sociedad justa. Por tanto, hay que educar en superar esta esquizofrenia, educar no sólo en una moral individual, sino en una moral pública, y esto tratamos de hacerlo con la Doctrina Social de la Iglesia, porque, naturalmente, esta moral pública debe ser una moral razonable, compartida y compartible también por no creyentes, una moral de la razón. Ciertamente, nosotros a la luz de la fe podemos mejor ver tantas cosas que también la razón puede ver, pero justo la fe sirve también para liberar a la razón de los intereses falsos y de los ensombrecimientos de los intereses, y así crear en la doctrina social, los modelos sustanciales para una colaboración política, sobre todo para la superación de esta división social, antisocial, que por desgracia existe. Queremos trabajar en este sentido. No sé si las palabras «teología de la liberación», que se pueden también interpretar muy bien, nos ayudarían mucho. Es

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importante la común racionalidad a la cual la Iglesia ofrece una aportación fundamental y debe siempre ayudar en la educación de las conciencias, tanto para la vida pública, como para la vida privada. —Santidad,฀ tras฀ la฀ Conferencia฀ de฀ Aparecida฀ se฀ habla฀ de฀«misión฀continental»฀de฀la฀Iglesia฀en฀América฀Latina;฀ dentro de pocos meses será el Sínodo sobre la nueva evangelización y empezará el Año de la Fe. También en América Latina están los desafíos de la secularización, de las sectas. En Cuba, están las consecuencias de una larga propaganda del ateísmo, la religiosidad afrocubana está muy฀difundida.฀¿Piensa฀que฀este฀viaje฀es฀una฀animación฀ a la «nueva evangelización» y cuáles son los puntos en los que más piensa en esta perspectiva? —El período de la nueva evangelización empezó con el Concilio; esta era fundamentalmente la intención del papa Juan XXIII; fue muy subrayada por el papa Juan Pablo II y su necesidad, en un mundo que está en gran transformación, se hace cada vez más evidente. Necesidad en el sentido de que el Evangelio debe expresarse en modos nuevos; necesidad también en el otro sentido, de que el mundo necesita una palabra en la confusión, en la dificultad de orientarse hoy. Hay una situación común en el mundo, la secularización, la ausencia de Dios, la dificultad de encontrar acceso, verlo como una realidad que concierne a mi vida. Y por otra parte están los contextos específicos; usted ha aludido a los de Cuba con el sincretismo afrocubano, con tantas otras dificultades, pero cada país tiene su situación cultural específica. Y por una parte debemos partir del problema común: cómo hoy, en este contexto de nuestra moderna racionalidad, podemos de nuevo redescubrir a Dios como la orientación fundamental de nuestra vida, la esperanza fundamental de nuestra vida, el fundamento de los valores que realmente construyen una sociedad, y cómo podemos tener en cuenta la especificidad de las situaciones diversas. El primero me parece muy importante: anunciar un Dios que responde a nuestra razón, porque vemos la racionalidad del cosmos, vemos que hay algo detrás, pero no vemos cómo es cercano este Dios, cómo me concierne y esta síntesis del Dios grande y majestuoso y del Dios pequeño que está cercano a mí, me orienta, me muestra los valores de mi vida es el núcleo de la evangelización. Por tanto un Cristianismo esencializado, donde se encuentra realmente el núcleo fundamental para vivir hoy con todos los problemas de nuestro tiempo. Y por otra parte, tener en cuenta la realidad concreta. En América Latina, en general, es muy importante que el Cristianismo

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no sea nunca tanto una cosa de la razón sino del corazón. La Virgen de Guadalupe es reconocida y amada por todos, porque comprenden que es una Madre para todos y está presente desde el inicio de esta nueva América Latina, tras la llegada de los europeos. E incluso en Cuba tenemos a la Virgen del Cobre, que toca los corazones y todos sabemos intuitivamente que es verdad, que esta

Señora nos ayuda, que existe, nos ama y nos ayuda. Pero esta intuición del corazón debe conectarse con la racionalidad de la fe y con la profundidad de la fe que va más allá de la razón. Debemos tratar de no perder el corazón, sino conectar corazón y razón, de manera que cooperen, porque sólo así el hombre está completo y puede realmente ayudar y trabajar por un futuro mejor.

MÉXICO La verdadera devoción a la Virgen acerca a Jesús

640 mil personas participaron en la misa que presidió esta mañana el Papa Benedicto XVI en el Parque Guanajuato Bicentenario.

Al finalizar la Santa Misa en el Parque del Bicentenario de León, el Santo Padre rezó el Angelus Domini y oró en silencio ante la imagen de la Virgen de Guadalupe e, impartiendo la bendición final, bendijo noventa y una reproducciones de la Guadalupana destinadas a todas las diócesis de México. Reproducimos parte de las palabras del Santo Padre: “Al rezar ahora el Angelus, recordando la Anunciación del Señor, nuestros ojos también se dirigen espiritualmente hacia el cerro del Tepeyac, al lugar donde la Madre de Dios, bajo el título de ‘la siempre Virgen Santa María de Gua-

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dalupe’, es honrada con fervor desde hace siglos, como signo de reconciliación y de la infinita bondad de Dios para con el mundo”, dijo el Papa antes de la oración mariana “No olviden —prosiguió— que la verdadera devoción a la Virgen María nos acerca siempre a Jesús, y no consiste ni en un estéril y transitorio sentimentalismo, ni en una vana credulidad, sino que procede de la fe verdadera, que nos lleva a reconocer la excelencia de la Madre de Dios y nos inclina a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes. Amarla es comprometerse a escuchar a su Hijo, venerar a la Guadalupana es


El Papa reza en León, México, ante una imagen de la Virgen de Guadalupe.

vivir según las palabras del fruto bendito de su vientre”. Benedicto XVI subrayó que “en estos momentos en que tantas familias se encuentran divididas o forzadas a la migración, cuando muchas padecen a causa de la pobreza, la corrupción, la violencia doméstica, el narcotráfico, la crisis de valores o la criminalidad, acudimos a María en busca de consuelo, fortaleza y esperanza. Es la Madre del verdadero Dios, que invita a estar con la fe y la caridad bajo su sombra, para superar así todo mal e instaurar una sociedad más justa y solidaria” “Con estos sentimientos, deseo poner nuevamente bajo la dulce mirada de Nuestra Señora de Guadalupe a este país y a toda Latinoamérica y el Caribe. Confío a cada uno de sus hijos a la Estrella de la primera y de la nueva evangelización, que ha animado con su amor materno su historia cristiana, dando expresión propia a sus gestas patrias, a sus iniciativas comunitarias y sociales, a la vida familiar, a la devoción personal y a la Misión continental que ahora se está desarrollando en estas nobles tierras. En tiempos de prueba y dolor, ella ha sido invocada por tantos mártires que, a la voz de viva Cristo Rey y María de Guadalupe, han dado testimonio inquebrantable de fidelidad al Evangelio y entrega a la Iglesia. Le suplico ahora que su presencia en esta querida Nación continúe llamando al respeto, defensa y promoción de la vida humana y al fomento de la fraternidad, evitando la inútil venganza y desterrando el odio que divide”, concluyó el Santo Padre.

Ante medio millón de personas Multitudinaria misa de Benedicto XVI en León El Papa Benedicto XVI celebró una multitudinaria eucaristía en el Parque Expo Bicentenario de León, México, con la asistencia de medio millón de personas, en su mayoría jóvenes.

Benedicto XVI llegó tras sobrevolar en helicóptero un gigantesco Cristo emplazado en el cerro del Cubilete, en el centro geográfico del país. El helicóptero que lo trasladaba pasó por la gigantesca imagen de Cristo Rey, de 20 metros y 80 toneladas, que fue destruida durante la Guerra Cristera (1926-1929) entre el gobierno y católicos insurrectos, guerra que marcó un drástico quiebre en las relaciones entre el Estado y la Iglesia en México. Luego descendió en el parque Bicentenario donde la multitud, compuesta mayoritariamente por jóvenes, lo saludaba y vitoreaba al paso del papamóvil que lo llevó

desde el helipuerto hasta el altar. «Benedicto, hermano, ya eres mexicano», coreaban los asistentes Peregrinos de todas partes de México acampaban en el Parque del Bicentenario con la ilusión de tener la mejor visión de la celebración. En la explanada donde el papa celebró la eucaristía se concentraban unas 300.000 personas y otras tantas en las proximidades. En las zonas donde se instalaron los asistentes a la celebración fueron abiertos ocho kilómetros de senderos y removidos 350.000 metros cúbicos de tierra sobre una superficie de 42 hectáreas.

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En su homilía, el Papa animó a los asistentes a pedir a Dios un corazón puro porque «nos ayuda asimismo a mirar muy dentro del corazón humano, especialmente en los momentos de dolor y de esperanza a la vez, como los que atraviesa en la actualidad el pueblo mexicano y también otros de Latinoamérica». Mas adelante indicó que “en Aparecida, los Obispos de Latinoamérica y el Caribe han sentido con clarividencia la necesidad de confirmar, renovar y revitalizar la novedad del Evangelio arraigada en la historia de estas tierras (...) Se ha de superar el cansancio de la fe y recuperar «la alegría de ser cristianos,

de estar sostenidos por la felicidad interior de conocer a Cristo y de pertenecer a su Iglesia. De esta alegría nacen también las energías para servir a Cristo en las situaciones agobiantes de sufrimiento humano, para ponerse a su disposición, sin replegarse en el propio bienestar». Lo vemos muy bien en los santos, que se entregaron de lleno a la causa del Evangelio con entusiasmo y con gozo, sin reparar en sacrificios, incluso el de la propia vida. Su corazón era una apuesta incondicional por Cristo, de quien habían aprendido lo que significa verdaderamente amar hasta el final”.

Imagen de “Cristo Rey”, en el cerro del Cubilete, León, México. A los pies de este Santuario, se celebró la misa presidida por Benedicto XVI en su reciente visita apostólica. Su construcción se realizó después de que el primer monumento fuera dinamitado en 1928 durante la “guerra cristera”.

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Benedicto se despide de México reiterando su llamado a la solidaridad

El gobernador del estado de Guanajuato, Juan Manuel Oliva, informó que la reciente visita del Papa Benedicto XVI convocó a 3.5 millones de personas en las calles, de las cuales 777 mil llegaron de otros estados mexicanos e incluso del extranjero. El evento que más gente congregó fue la Misa en el Parque Bicentenario, realizada el domingo a los pies del Cerro del Cubilete con más de 600.000 asistentes. Sin embargo, también fueron decenas de miles los mexicanos que se reunieron en la Plaza de la Paz, en las afueras de la catedral de León y en el Aeropuerto Internacional de Guanajuato durante la bienvenida y la despedida.

El Papa reafirmó al presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa —en un discurso pronunciado en el aeropuerto de León— y a las diversas autoridades civiles y religiosas que lo saludaron, que el fin de su visita a México no era el fin de su afecto y su cercanía a un país que llevaba muy dentro de sí. “Ante la fe en Jesucristo que he sentido vibrar en los corazones, y la devoción entrañable a su Madre —invocada aquí con títulos tan hermosos como el de Guadalupe y la Luz— que he visto reflejada en los rostros, deseo reiterar con energía y claridad un llamado al pueblo mexicano a ser fiel a sí mismo y a no dejarse amedrentar por las fuerzas del mal, a ser valiente y trabajar para que la savia de sus propias raíces cristianas haga florecer su presente y su futuro”, dijo el pontífice. “En estas circunstancias, aliento ardientemente a los católicos mexicanos, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, a no ceder a la mentalidad utilitaris-

ta, que termina siempre sacrificando a los más débiles e indefensos. Los invito a un esfuerzo solidario, que permita a la sociedad renovarse desde sus fundamentos para alcanzar una vida digna, justa y en paz para todos. Para los católicos, esta contribución al bien común es también una exigencia de esa dimensión esencial del evangelio que es la promoción humana, y una expresión altísima de la caridad. Por eso, la Iglesia exhorta a todos sus fieles a ser también buenos ciudadanos, conscientes de su responsabilidad de preocuparse por el bien de los demás, de todos, tanto en la esfera personal como en los diversos sectores de la sociedad”. “Queridos amigos mexicanos -concluyó- les digo ¡adiós!, en el sentido de la bella expresión tradicional hispánica: ¡Queden con Dios! Sí, adiós; hasta siempre en el amor de Cristo, en el que todos nos encontramos y nos encontraremos. Que el Señor les bendiga y María Santísima les proteja”.

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CUBA Justicia, Paz, Libertad y Reconciliación

Bienvenida a su llegada a Cuba.

“Vengo a Cuba como peregrino de la caridad, para confirmar a mis hermanos en la fe y alentarles en la esperanza, que nace de la presencia del amor de Dios en nuestras vidas. Llevo en mi corazón las justas aspiraciones y legítimos deseos de todos los cubanos, dondequiera que se encuentren, sus sufrimientos y alegrías, sus preocupaciones y anhelos más nobles, y de modo especial de los jóvenes y los ancianos, de los adolescentes y los niños, de los enfermos y los trabajadores, de los presos y sus familiares, así como de los pobres y necesitados”. Estas fueron las palabras de Benedicto XVI al comenzar su visita apostólica a Cuba, donde llegó el 26 de marzo procedente de México. El Papa fue recibido en el aeropuerto de Santiago de Cuba, la segunda ciudad de la isla, por el presidente Raúl Castro, el arzobispo Dionisio Guillermo García Ibáñez, presidente de la Conferencia Episcopal de Cuba, y el cardenal Jaime Ortega y Alamino, arzobispo de La Habana. El Papa recordó en su discurso la “huella imborrable” que dejó en la isla la visita del beato Juan Pablo II. “Para mu-

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chos, creyentes o no —dijo—, su ejemplo y sus enseñanzas constituyen una guía luminosa que les orienta tanto en la vida personal como en la actuación pública al servicio del bien común de la Nación. En efecto, su paso por la isla fue como una suave brisa de aire fresco que dio nuevo vigor a la Iglesia en Cuba, despertando en muchos una renovada conciencia de la importancia de la fe, alentando a abrir los corazones a Cristo, al mismo tiempo que alumbró la esperanza e impulsó el deseo de trabajar audazmente por un futuro mejor. Uno de los frutos importantes de aquella visita fue la inauguración de una nueva etapa en las relaciones entre la Iglesia y el Estado cubano, con un espíritu de mayor colaboración y confianza, si bien todavía quedan muchos aspectos en los que se puede y debe avanzar, especialmente por cuanto se refiere a la aportación imprescindible que la religión está llamada a desempeñar en el ámbito público de la sociedad”. También habló el Santo Padre del cuatrocientos aniversario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, cuya “entrañable figura ha estado desde el principio


muy presente tanto en la vida personal de los cubanos como en los grandes acontecimientos del País, de modo muy particular durante su independencia, siendo venerada por todos como verdadera madre del pueblo cubano”. La devoción a la Virgen Mambisa, agregó, “ha sostenido la fe y ha alentado la defensa y promoción de cuanto dignifica la condición humana y sus derechos fundamentales; y continúa haciéndolo aún hoy con más fuerza, dando así testimonio visible de la fecundidad de la predicación del evangelio en estas tierras, y de las profundas raíces cristianas que conforman la identidad más honda del alma cubana”. Benedicto XVI afirmó después que, como tantos peregrinos a lo largo de los siglos, irá a El Cobre para agradecer a la Virgen “sus desvelos por todos sus hijos cubanos y pedirle su intercesión para que guíe los destinos de esta amada Nación por los caminos de la justicia, la paz, la libertad y la reconciliación”. El pontífice se refirió después a la difícil situación económica que viven hoy muchas partes del mundo y que “no pocos concuerdan en situar en una profunda crisis de tipo espiritual y moral, que ha dejado al hombre vacío de valores y desprotegido frente a la ambición y el egoísmo de ciertos poderes que no tienen en cuenta el bien auténtico de las personas y las familias. No se puede seguir por más tiempo en la misma dirección cultural y

moral que ha causado la dolorosa situación que tantos experimentan. En cambio, el progreso verdadero tiene necesidad de una ética que coloque en el centro a la persona humana y tenga en cuenta sus exigencias más auténticas, de modo especial su dimensión espiritual y religiosa. Por eso, en el corazón y el pensamiento de muchos, se abre paso cada vez más la certeza de que la regeneración de las sociedades y del mundo requiere hombres rectos, de firmes convicciones morales y altos valores de fondo que no sean manipulables por estrechos intereses, y que respondan a la naturaleza inmutable y trascendente del ser humano”. “Estoy convencido —concluyó— de que Cuba, en este momento especialmente importante de su historia, está mirando ya al mañana, y para ello se esfuerza por renovar y ensanchar sus horizontes, a lo que cooperará ese inmenso patrimonio de valores espirituales y morales que han ido conformando su identidad más genuina, y que se encuentran esculpidos en la obra y la vida de muchos insignes padres de la patria, como el Beato José Olallo y Valdés, el Siervo de Dios Félix Varela o el prócer José Martí. La Iglesia, por su parte, ha sabido contribuir diligentemente al cultivo de esos valores mediante su generosa y abnegada misión pastoral, y renueva sus propósitos de seguir trabajando sin descanso por servir mejor a todos los cubanos.

El Papa confía a la Virgen el futuro de Cuba

El martes 27 de marzo, el Santo Padre llegó al Santuario de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba, donde fue acogido por el arzobispo de Santiago y el Rector. El Papa se detuvo a rezar ante el Santísimo, y, seguidamente, ante la imagen de Santa María, encendiendo una vela y recitando la oración de la Virgen de la Caridad del Cobre, ritual del Año Jubilar que concede a los peregrinos la indulgencia plenaria. A continuación, desde la entrada principal, saludó y bendijo a los fieles reunidos en la plaza y en la larga escalinata que lleva al santuario: “Reciban el cariño del Papa -dijo Benedicto XVI- y llévenlo por doquier, para que todos experimenten el consuelo y la fortaleza en la fe. Hagan saber a cuantos se encuentran cerca o lejos que he confiado a la Madre de Dios el futuro de su Patria, avanzando por caminos de renovación y esperanza, para el mayor bien de todos los cubanos. También he suplicado a la Virgen Santísima por las necesidades de

Benedicto XVI oró en Santuario de El Cobre, en Santiago de Cuba.

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los que sufren, de los que están privados de libertad, separados de sus seres queridos o pasan por graves momentos de dificultad. He puesto asimismo en su inmaculado Corazón a los jóvenes, para que sean auténticos amigos de Cristo y no sucumban a propuestas que dejan la tristeza tras de sí”. “Ante María de la Caridad, también me he acordado de modo particular de los cubanos descendientes de quienes llegaron aquí desde África, así como de la cercana población de Haití, que aún sufre las consecuencias del conocido terremoto de hace dos años. Y no he olvidado a tantos campesinos y a sus familias, que desean vivir intensamente en sus hogares el Evangelio, y ofrecen también sus casas como centros de misión para la celebración de la Eucaristía”. “A ejemplo de la Santísima Virgen -dijo el Pontífice para concluir- animo a todos los hijos de esta querida tierra a seguir edificando la vida sobre la roca firme que es

Jesucristo, a trabajar por la justicia, a ser servidores de la caridad y a perseverar en medio de las pruebas. Que nada ni nadie les quite la alegría interior, tan característica del alma cubana”. La historia de la Virgen de la Caridad del Cobre y de su santuario, el lugar de peregrinación más venerado de Cuba, comienza en 1606, cuando tres pescadores —dos indios y un esclavo negro— encontraron una imagen de madera de la Madre de Cristo que flotaba sobre las aguas de la Bahía de Nipe, con la inscripción “soy la Virgen de la Caridad”. La estatua fue llevada a la mina de El Cobre, y en esta localidad surgió el primer santuario en 1684. En 1801 fue leído en el Santuario el “Manifiesto por la libertad de los esclavos de las minas de El Cobre”, gracias al compromiso del capellán en favor de los esclavos. En 1916, el Papa Benedicto XV proclamó la Virgen de la Caridad patrona de Cuba. El santuario actual fue inaugurado en 1927; Pablo VI le confirió el título de Basílica Menor en 1977.

Ante la Virgen del Cobre, Patrona de Cuba.

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EN LA PLAZA DE LA REVOLUCIÓN

BENEDICTO XVI PROPONE VERDAD Y LIBERTAD PARA CAMBIAR CUBA Y EL MUNDO

En la multitudinaria Misa en la Plaza de la Revolución de La Habana, realizada el 28 de marzo pasado, el Papa Benedicto XVI propuso las claves de la verdad y la genuina libertad, cuya fuente es Cristo, para lograr los cambios que necesitan Cuba y el mundo. En la homilía de la Misa a la que asiste el presidente cubano Raúl Castro, las autoridades cubanas, los obispos de la isla y otros prelados de América Latina, el Santo Padre señaló que “Cuba y el mundo necesitan cambios, pero éstos se darán sólo si cada uno está en condiciones de preguntarse por la verdad y se decide a tomar el camino del amor, sembrando reconciliación y fraternidad”. El Papa explicó que Dios siempre es cercano al hombre, cuya máxima expresión de amor es Cristo, que “se revela como el Hijo de Dios Padre, el Salvador, el único que puede mostrar la verdad y dar la genuina libertad”. En efecto, dijo el Pontífice, “la verdad es un anhelo del ser humano, y buscarla siempre supone un ejercicio de auténtica libertad. Muchos, sin embargo, prefieren los atajos e intentan eludir esta tarea. Algunos, como Poncio Pilato, ironizan con la posibilidad de poder conocer la verdad, proclamando la incapacidad del hombre para alcanzarla o negando que exista una verdad para todos”. “Esta actitud, como en el caso del escepticismo y el relativismo, produce un cambio en el corazón, haciéndolos fríos, vacilantes, distantes de los demás y encerrados en sí mismos. Personas que se lavan las manos como el gobernador romano y dejan correr el agua de la historia sin comprometerse”. El Papa denunció luego el fanatismo de quienes llegan a la irracionalidad para buscar la verdad e intentan imponer esta perspectiva a los otros; “sin embargo, quien actúa irracionalmente no puede llegar a ser discípulo de Jesús”, precisó.

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“Fe y razón son necesarias y complementarias en la búsqueda de la verdad. Dios creó al hombre con una innata vocación a la verdad y para esto lo dotó de razón. No es ciertamente la irracionalidad, sino el afán de verdad, lo que promueve la fe cristiana. Todo ser humano ha de indagar la verdad y optar por ella cuando la encuentra, aun a riesgo de afrontar sacrificios”. Además, prosiguió el Santo Padre, “la verdad sobre el hombre es un presupuesto ineludible para alcanzar la libertad, pues en ella descubrimos los fundamentos de una ética con la que todos pueden confrontarse, y que contiene formulaciones claras y precisas sobre la vida y la muerte, los deberes y los derechos, el matrimonio, la familia y la sociedad, en definitiva, sobre la dignidad inviolable del ser humano”. Este patrimonio ético, explicó, “es lo que puede acercar a todas las culturas, pueblos y religiones, las autoridades y los ciudadanos, y a los ciudadanos entre sí, a los creyentes en Cristo con quienes no creen en él”. El Papa Benedicto XVI dijo luego: “queridos amigos, no vacilen en seguir a Jesucristo. En él hallamos la verdad sobre Dios y sobre el hombre. Él nos ayuda a derrotar nuestros egoísmos, a salir de nuestras ambiciones y a vencer lo que nos oprime. El que obra el mal, el que comete pecado, es esclavo del pecado y nunca alcanzará la libertad. Sólo renunciando al odio y a nuestro corazón duro y ciego seremos libres, y una vida nueva brotará en nosotros”. El Papa se refirió luego al derecho humano a la libertad religiosa, “que consiste en poder proclamar y celebrar la fe también públicamente, llevando el mensaje de amor, reconciliación y paz que Jesús trajo al mundo”. Tras reconocer “con alegría que en Cuba se han ido dando pasos para que la Iglesia lleve a cabo su misión insoslayable de expresar pública y abiertamente su fe”, el Papa dijo que “sin embargo, es preciso seguir adelante, y deseo animar a las instancias gubernamentales de la Nación a reforzar lo ya alcanzado y a avanzar por este camino de genuino servicio al bien común de toda la sociedad cubana”. “El derecho a la libertad religiosa, tanto en su dimensión individual como comunitaria, manifiesta la unidad de la persona humana, que es ciudadano y creyente a la vez. Legitima también que los creyentes ofrezcan una contribución a la edificación de la sociedad”, resaltó. Benedicto XVI explicó que “cuando la Iglesia pone de relieve este derecho, no está reclamando privilegio alguno. Pretende sólo ser fiel al mandato de su divino fundador, consciente de que donde Cristo se hace presente, el hombre crece en humanidad y encuentra su consistencia”. “Por eso, ella busca dar este testimonio en su predicación y enseñanza, tanto en la catequesis como en ámbitos escolares y universitarios. Es de esperar que pronto llegue aquí también el momento de que la Iglesia pueda llevar a los campos del saber los beneficios de la misión que su Señor le encomendó y que nunca puede descuidar”. El Papa se refirió luego al legado del Padre de la Patria Cubana, el sacerdote Félix Varela, cuya causa de beatificación está en proceso y “que ha pasado a la historia de Cuba como el primero que enseñó a pensar a su pueblo”. “El Padre Varela nos presenta el camino para una verdadera transformación social: formar hombres virtuosos para forjar una nación digna y libre, ya que esta transformación dependerá de la vida espiritual del hombre, pues ‘no hay patria sin virtud’”. Finalmente y tras invocar la protección de la Virgen María que en Cuba veneran bajo la advocación de la Virgen del Cobre, el Santo Padre alentó a caminar “a la luz de Cristo, que es el que puede destruir las tinieblas del error. Supliquémosle que, con el valor y la reciedumbre de los santos, lleguemos a dar una respuesta libre, generosa y coherente a Dios, sin miedos ni rencores”.

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VERDADERA REVOLUCIÓN QUE TIENE FUTURO

A las tres de la madrugada salen dos largas columnas de autobuses de la localidad de Matanzas rumbo a La Habana. Miles de cubanos de la campiña en torno a la capital no a van dormir esta noche para encontrarse con el Sucesor de Pedro. Es sólo un apunte entre mil, una nota en este hermoso pentagrama que han tejido con sus cantos, su alegría y su devoción los católicos de México y de Cuba en este viaje recién terminado. Mientras, una parte importante de la prensa occidental sigue ciega y sorda para lo que en verdad sucede. Se notan la inseguridad, los palos de ciego, los parches a la información, los análisis de salón. Algunos hablan de oportunidad perdida (pero ¿desde cuándo Benedicto ha significado para ellos una oportunidad?) y se detienen en las pequeñas polémicas, pero no atisban (o no quieren mirar de frente) el revivir de un pueblo. Decía el gran Alberto Methol que Benedicto XVI podía comprender mejor que nadie el alma católica de América, y podía también por eso, ayudar a curar sus heridas y lanzarla a una nueva construcción. Desde que su vuelo despegó de Roma, el Papa ha sabido mostrar cuál es la naturaleza del cristianismo y cuál su incidencia histórica. Ese es un tema que ha atormentado a teólogos y líderes sociales latinoamericanos desde mediados del siglo XX, una pasión que con demasiada frecuencia ha naufragado en los acantilados de la ideología o se ha marchitado en las playas del dualismo y la superficialidad. Pero ¿cómo cambia la fe nuestro mundo? Ha sido una pregunta en forma de desafío desde el minuto uno de este viaje. Y el Papa, con paciencia, ha desgranado la respuesta. Por ejemplo al describir la idolatría de la droga y sus falsas promesas, que pueden arramblar con una generación de mexicanos. El hombre tiene sed del Infinito, explica el Papa, y cuando no lo encuentra entonces crea sus propios paraísos que son sólo mentiras. Frente a eso la Iglesia debe hacer presente la verdad y la bondad de Dios, el verdadero infinito del que tenemos sed. Es una presencia distinta lo que atrae el corazón extraviado, es Dios en medio de nosotros quien

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puede cambiar la conciencia y liberar a los hombres del peso del mal y de la mentira. De ahí nace la misión educadora, el servicio de purificar la razón, la forja de una comunidad que cambia el rostro, incluso físico, de una ciudad. Lo quiso decir especialmente a los pies de la estatua de Cristo Rey, en el Cerro del Cubilete, explicando que Su reinado no consiste en el poder de las armas, sino que se funda en el amor de Dios que Él ha traído al mundo con su sacrificio, y en la verdad de la que ha dado testimonio. Se entiende el sobrecogimiento de ese instante, como un latigazo que recorre la piel de México y de América entera. Y después, como un padre, les habla de ese cansancio de la fe que también tiene su forma latinoamericana, a pesar de los santuarios y de la religiosidad popular. Es el cansancio que conduce al dualismo en la vida, que reduce el alcance de la fe impidiendo que se transforme en caridad operante y en cultura, que lastra su potencial de transformación porque no genera sujetos conscientes y libres en medio de la gran marea del relativismo. Y así, a este pueblo cien por cien guadalupano el Papa le propuso seguir la invitación de María en las bodas de Caná: «haced lo que Él os diga». Benedicto XVI llegaba a Cuba tras decir en el avión que ya es evidente que el marxismo no está en condiciones de responder a la realidad y de construir una sociedad. Y para quien tuviese dudas, subrayó que la Iglesia está siempre del lado de la libertad. Ya en tierra cubana el Papa quiso saludar a todos los cubanos, dondequiera que se encuentren. Recordó a los presos y a sus familias, a los pobres y a los descendientes de los esclavos; reivindicó una nueva sociedad abierta y renovada, construida con las armas de la paz, del perdón y la comprensión. En Santiago de Cuba el Papa afirmó que la obediencia de la fe es la verdadera libertad, mientras que excluir a Dios nos aleja de nosotros mismos y nos precipita al vacío. Quizás hemos perdido la capacidad de asombro para imaginar cómo han restallado estas palabras en un país dominado por un régimen que ha promovido por decenios el ateísmo y ha marginado cruelmente a los creyentes. Pensando seguramente en las penalidades sufridas por muchos militantes católicos en los días previos a su llegada, Benedicto XVI invitó al pueblo a «aceptar con paciencia y fe cualquier contrariedad o aflicción, con la convicción de que Él ha derrotado el poder del mal... y no dejará de bendecir con frutos abundantes la generosidad de su entrega». En la emblemática Plaza de la Revolución, en La Habana, el Papa tejió un canto a la libertad religiosa delante de los jerarcas del Partido Comunista cubano, y a la sombra de la efigie del Che Guevara. Justicia poética. Esa libertad «consiste en poder proclamar y celebrar la fe también públicamente, llevando el mensaje de amor, reconciliación y paz que Jesús trajo al mundo... tanto en su dimensión individual como comunitaria manifiesta la unidad de la persona humana, que es ciudadano y creyente a la vez... y legitima que los creyentes ofrezcan una contribución a la edificación de la sociedad». Recordemos que hoy en Cuba, a pesar de los avances en la libertad de culto, son encarcelados y apaleados todavía hoy, quienes pretenden contribuir, desde la experiencia de su fe, en la construcción del futuro de Cuba. El Papa señaló el camino de la paciencia, de la cooperación, del perdón y la reconciliación, pero también recordó el camino del martirio, evocando a aquellos que prefieren afrontar la muerte antes que traicionar su conciencia y su fe. La comunidad cristiana en Cuba ha sido fortalecida eficazmente por la presencia de su pastor. Sería estúpido pretender medir la incidencia histórica de este acontecimiento en términos políticos. Pero no hay nada tan revolucionario como la fe acogida y vivida, la fe que crea comunidad, abre la razón y sostiene el empeño de la libertad. Benedicto XVI tenía muy clara la brújula de este viaje. JOSÉ LUIS RESTÁN Paginas Digital

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Meditación de Pentecostés

Señor y dador de vida ‘Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra’, ora en la solemnidad de Pentecostés la Iglesia universal. Nos pone a la vez ante aquel acontecimiento del descenso del Espíritu Santo sobre la Iglesia naciente, pero también nos obliga a reparar en el eclipse de que hoy es objeto el espíritu de los hombres. Pocas palabras y conceptos están siendo borrados tan concienzudamente de la memoria y de la sociedad humana. Detrás de lo cual está el intento de anular los rasgos espirituales y divinos del hombre y devolverle al barro primigenio. Tal

parece ser el máximo esfuerzo de liberación en que estamos empeñados. Sin embargo, es en el Espíritu donde nos encontramos en Dios y con Dios; donde Dios se revela en nosotros. Y al mismo tiempo donde tiene lugar la revelación del Hombre, que se trasciende a sí mismo cuando rompe sus conines y es hecho depositario —en el Espíritu— de una participación en la divinidad. ¿Cuándo la idea del superhombre, con que se nos ha llenado la mente, ha alcanzado una interpretación más excelsa?

Figura del Espíritu Santo, en el Tríptico “El Cordero Místico” de Van Eyck.

Poderes de la nada El Espíritu Santo es «Señor y dador de vida», proclamamos en el Credo. Es el soplo de vida que ‘renueva la faz de la tierra’; el que alentaba sobre la supericie informe del cosmos original para darle forma, vida y orden. Así sucedió en el seno de la creación material: «el espíritu de Dios se cernía sobre las aguas» (Gn 1, 2). Después el mismo Espíritu descendió sobre el hombre «inspirándole un aliento de vida» (Gn 2, 7): la vida física y el alma espiritual. Y «vio HUMANITAS Nº 66 pp. 000 - 000

Dios que el resultado era muy bueno» (Gn 1, 1). El verdadero señorío del mundo no es el de quienes lo dominan materialmente por la propiedad, por el poder o por la ciencia, sino el de aquellos a quienes ha sido dado el conocimiento de «los misterios ocultos desde el origen de los tiempos» y que han sido revelados en Cristo. Ellos conocen los secretos de Dios y en Él los secretos del hombre. El hombre sólo es conocido en Dios, porque sólo Él tiene el secreto de su criatura, de

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manera que quien participa de ese secreto tiene la medida del hombre, y con ella, su lugar y su función en el universo y en la sociedad. Sólo quienes poseen este conocimiento saben situarse en el centro de la realidad. Pero el que está en ese centro domina la realidad misma. Todos los demás poderes son, inalmente, impotencias, poderes de la nada. Adquirir la clarividencia sobre este conocimiento, que en principio está abierto a todos los hombres, es una de las obras del Espíritu Santo, porque Él es el “Espíritu de la Verdad” (Jn 15, 26), de esa “Verdad que nos hace libres” (Jn 8, 32) y señores, por cuanto quien conoce la Verdad es el verdadero señor del mundo. Leemos en el libro de La Sabiduría del AT.: “en Tu sabiduría formaste al hombre para que dominase sobre tus criaturas, para regir al mundo con santidad y justicia, y para administrar justicia con rectitud de corazón. Dame la sabiduría asistente de tu trono…, porque sin esa sabiduría que procede de Ti todo será estimado en nada… Esa sabiduría que sabe lo que es grato a tus ojos y lo que es recto según tus preceptos… Ella me guiará prudentemente en mis obras y me guardará en su esplendor” (Sb 9, 1-11). Es la Sabiduría de lo esencial, destinada a conocer lo que debe ser conocido de manera prioritaria; la sabiduría de vida que enseña a vivir sabiamente, prudente y eficazmente, de manera que la vida no sea un derroche de energía estéril, como lo es tantas veces para los individuos y la sociedad. “El Espíritu todo lo penetra, incluso las profundidades de Dios” (1 Cor 2, 10). El Espíritu de quien Jesús había anticipado: “Él os lo enseñará todo» (Jn 14, 26): todo y lo único que vale la pena, el único conocimiento y verdad que puede detener la espiral de confusión y desintegración que nos envuelve. Una confusión tan parecida a la de Babel, cuando se quiso imponer «una sola lengua» (Gn 11, 6), esto es, un poder y pensamiento únicos que

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uniicaran todos los esfuerzos en la misma dirección: la de arrebatar el poder de Dios: «vamos a construir una ciudad y una torre que alcance al cielo». Pero ese fue el principio del in: «voy a bajar a confundir su lengua, de modo que cesen la construcción de la ciudad y se dispersen»(id. 11, 4-7). «El Espíritu sopla donde quiere» (Jn 3, 8), y puede ser un “aliento de vida” (Gn 2, 7) o de aniquilación, porque lo que no es Vida y Verdad debe ser quebrantado, ya que no hay lugar deinitivo para el Mal en el mundo de Dios. El mundo zozobra en un vaivén sin control porque hemos perdido toda noción y todo amor de la verdad. La repudiamos porque nos contradice y nos pone ante nuestra mentira. Pero la renuncia a la Verdad es la renuncia a la luz, a la prudencia y al camino recto, en último término a nosotros mismos, porque sin ella lo ignoramos todo sobre nosotros y sobre cuanto nos rodea, y por tanto sin ella perdemos el sentido de la realidad y sólo somos capaces de construir icciones o aberraciones. De hecho, como consecuencia de esa pérdida, estamos viviendo una especie de pentecostés del mal, una efusión de mentira, de confusión y de muerte, aceptadas con la alegre convicción de que por in estamos alcanzando nuestro destino. Se asegura en el Evangelio que el «pecado contra el Espíritu no se perdonará” (Mt 12, 31). Es el pecado contra esa Luz que se ha dado a «todo hombre que viene a este mundo» (Jn 1, 9). «Yo soy la Luz del mundo» (id. 8, 12), de manera que quienes no caminan en esta Luz se mueven en las tinieblas, porque «viendo no quieren ver y oyendo no quieren oír» (Mt 13, 14). Como la Iglesia ha orado desde la primera hora, también nosotros pedimos: ‘que el Espíritu del Señor llene la tierra’ de verdad y de esperanza. ANSELMO ÁLVAREZ NAVARRETE O.S.B. Abad del Monasterio de la Santa Cruz del Valle de los Caídos


ESCRIBEN SACERDOTES Y RELIGIOSOS

“…Hoy mismo he recogido las revistas HUMANITAS y me embarga la emoción de poder tenerlas entre mis manos servirán de mucho en mi pastoral. Agradezco infinitamente por este regalo tan enriquecedor y nos acerca más a Jesús enriqueciendo nuestra fe”. Hna Fresia Martínez Hermana Misionera Scalabriniana. Amazonia, Perú

“... Aprovecho la ocasión para felicitarles por la excelencia de la publicación que desde hace ya varios años están entregando a vuestros lectores. Y de la que nos beneficiamos los monjes benedictinos de este lado de la cordillera”. Abad Enrique Contreras, osb Monasterio Benedictino Santa María. Los Toldos, Argentina

“… En HUMANITAS valoro la seriedad y profundidad de los temas. Me es de gran ayuda en mi ministerio sacerdotal”. Pbro. Guido Leonel Márquez Maldonado Arzobispado de Puerto Montt

“… Estamos leyendo en el Refectorio, artículos del número dedicado a Juan Pablo II. Este número y toda la Revista —usted ya sabe— cuánto la apreciamos y aprovechamos”. Hermana M. Susana Bove Priora Monasterio Benedictino Santa María de Rautén, V Región

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“… Soy un sacerdote de la Diócesis San José de Temuco. Actualmente tengo 12 años de Ministerio Sacerdotal, todos ejercidos en mi Diócesis. Soy párroco en una pequeña ciudad de la novena región llamada Perquenco, donde viven aproximadamente unas veinticinco mil personas, entre sector urbano y rural. Aquí atendemos una cantidad de 16 comunidades campesinas, esparcidas en el territorio parroquial Mapuches y sectores campesinos. Tuve la oportunidad de tener en mis manos la Revista HUMANITAS y leer allí un artículo del Papa Benedicto XVI, dedicado a Santa Catalina de Génova, sobre el Purgatorio. (El alma sufre por no haber respondido de modo correcto y perfecto al amor de Dios). La verdad me gustó mucho y fue motivo de reflexión sobre la formación permanente de nosotros los sacerdotes (actualización) hoy. Y así nace mi inquietud sobre como poder adquirir durante el año 2012 la subscripción de dicha revista. Para nosotros los sacerdotes diocesanos los recursos son escasos y sobre todo para los que nos encontramos lejos de Santiago. Por ello me atrevo a solicitar a usted me pudiera hacer llegar la revista HUMANITAS, la cual sería de gran valor y sobre todo de formación en estos tiempos que vivimos. Apreciaría mucho ese regalo para mi ministerio sacerdotal y para mi formación permanente”. P. Darío Fuentes Cifuentes Párroco฀Nuestra.฀Señora฀de฀los฀Dolores,฀Perquenco,฀IX฀Región

“…HUMANITAS me permite reforzar la “formación permanente” de un sacerdote con una revista que siempre aporta al desarrollo personal y sacerdotal”. P. Enrique Opaso Valdivieso Párroco de Reñaca

“… HUMANITAS es de grandísima utilidad para alimentar la lectura y profundizar temas de interés eclesial y cultural. Los autores elegidos y los colaboradores son de muy buen nivel. Pbro. Francisco Javier Manterola C. Parroquia El Sagrario, Santiago

“… Revista HUMANITAS, representa para mí un magnífico aporte pastoral y cultural. Cada ejemplar que he recibido desde hace años ha significado una instancia maravillosa de contacto, académico, doctrinal, espiritual y cultural”. P. Rubén Inostroza Barra El Olivar, VI región

“… La revista HUMANITAS, es un verdadero apostolado de la evangelización de la cultura. Les agradezco por compartir juntos la tarea de evangelización en la construcción del Reino de Dios”. Pbro. José Andrade Cárdenas Parroquia El Sagrario, Ancud

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“… Desde ya quiero agradecer el gran servicio que presta HUMANITAS para el mensaje cristiano en nuestro tiempo. Para mi ministerio sacerdotal ha sido un apoyo estimulante para mi formación personal y el de mi comunidad cristiana a la cual sirvo aquí en Puerto Montt”. Pbro. Marcelo González Cárcamo Parroquia San Pedro de Angelmó, X Región

“… Los artículos de HUMANITAS son valiosísimos porque nos hacen profundizar en la enseñanza y vida de la Iglesia, especialmente en la evangelización de la cultura. Para nuestra vida de consagración y también para nuestra tarea apostólica la revista es un notable instrumento de formación y de difusión.” Madre María Jesús Becerra Superiora General, Instituto Mater Dei, Argentina

“… La revista HUMANITAS es un gran instrumento de permanente actualización en temas antropológicos y cristianos, de gran rigor intelectual”. Pbro. Pedro Mieres Diócesis de Santa María de Los Ángeles

“…HUMANITAS es de gran apoyo cultural para los sacerdotes que no tenemos la oportunidad de acercarnos a la cultura, por la distancia donde desarrollamos nuestro apostolado”. Pbro. Gino Bonomo Ugarte Parroquia San Francisco de Asís, Colchagua

“… HUMANITAS ayuda para mi formación permanente y para mi actividad pastoral en mi Parroquia, en el movimiento de familias (Sagrada Familia de Nazaret) del que soy asesor, de las clases en el Seminario Diocesano de Lo Vásquez, en la Pastoral Familiar diocesana de Valparaíso del que soy asesor, etc. La leo con mucho interés cada vez que la recibo porque es un intento serio de dialogar con las personas y cultura de nuestro tiempo”. Pbro. Ramón Tapia Rodríguez Parroquia฀Nuestra฀Sra.฀de฀los฀desamparados,฀Quillota

“… Agradezco de Corazón el envío de Revista HUMANITAS y les felicito por la alta calidad y profundidad de los contenidos”. P. Bernabé Silva Durán Parroquia El Sagrario, Rancagua

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“… Considero personalmente que el nivel HUMANITAS es un gran elemento de evangelización en nuestro país tan sufrido por las diversas corrientes que en más de una ocasión han querido arremeter contra nuestra Iglesia en Chile. Dios Bendiga vuestra labor”. R.P. Juan Bautista Carrillo Jeldres. IVE Parroquia Jesús Crucificado de Huintil, Illapel

“… Desde hace varios años leo HUMANITAS y me parecen de enorme interés formativo los temas tratados en ella. Pienso que para nosotros, sacerdotes, es una contribución importante para nuestra formación”. Padre Máximo Valdés Chiguayante, Concepción

“… Quiero agradecer de todo corazón el envío de revista HUMANITAS que sin duda ha significado un aporte importante para mi formación personal y la de mis comunidades. Les doy las gracias por tan importante aporte”. P. Juan Luis Cortés Rodríguez Parroquia el Divino Salvador. El Salvador, III Región

“… Agradezco el valioso aporte de revista HUMANITAS para nuestra formación permanente”. P. Jorge Calderón B. Parroquia de Viña del Mar

“… Rezo para que sigan promoviendo la cultura cristiana a través de este medio tan estupendo. Que Dios les bendiga”. P. Javier Sarrato Viña del Mar

“… Le escribo para agradecer a HUMANITAS, el servicio que realizan de evangelización a la cultura. Espero poder seguir recibiendo esta valiosa publicación”. P. Luis Migone Seminario Pontificio Mayor de Santiago

“… HUMANITAS nos parece muy interesante y provechosa para la Pastoral de la Diócesis”. Hna. Blanca Nohemí Navarro Ruiz CSC Diócesis San Juan Bautista de Calama, II Región

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Obispos vascos Piden a ETA que se disuelva

Lux in Arcana Exposición sobre los Archivos Secretos del Vaticano

Los Archivos Secretos del Vaticano son por primera vez objeto de una exposición fuera de los muros vaticanos. Fue inaugurada en marzo pasado en los Museos del Capitolio de Roma con el título Lux in Arcana (Luz sobre el Arcano). Permanecerá abierta hasta el 9 de septiembre. La exposición permite examinar un centenar de pergaminos, registros, manuscritos, originales y valiosos, del siglo VIII al XX, habitualmente conservados en los Archivos Secretos del Vaticano. El título completo de la exposición es: Lux in arcana: los archivos secretos del Vaticano revelados. Y los documentos expuestos están acompañados por soportes multimedia. Señaladamente, se puede ver una carta de los miembros del Parlamento inglés al papa Clemente VII sobre la causa matrimonial del rey de Inglaterra Enrique VIII (1530), las Actas del proceso Galileo (siglo XVII), una carta de los indios de América escrita sobre corteza de abedul al papa León XIII, pero también documentos elegidos entre los relativos a la segunda guerra mundial, y no todavía accesibles, o bien la bula de excomunión de Lutero, y la relativa a la Inmaculada Concepción de la Virgen María, la del papa Alejandro VI sobre el descubrimiento del Nuevo Mundo, la bula sobre la deposición de Federico II, la carta de María Estuardo al papa Sixto V, y una carta de Bernadette Soubirous. Monseñor Sergio Pagano, prefecto de los Archivos del Vaticano, observó que la exposición pretende arrojar luz sobre “una venerable institución y su actividad”, de ahí el título de la exposición “Luz sobre los secretos”, Lux in Arcana. “Es la primera vez que el gran público podrá tener una visión de conjunto sobre el contenido de los Archivos del Vaticano, pero también tomar conciencia de la naturaleza de estos fondos y del servicio que la institución rinde desde hace siglos a la Santa Sede y al mundo de la cultura”, precisó.

Tres obispos vascos firmaron, en febrero pasado, una homilía conjunta sobre el final del terrorismo, en la que han pedido a los etarras que busquen un “arrepentimiento verdadero” que les lleve a una “petición sincera” de perdón y, al mismo tiempo, han llamado a las víctimas de ETA a que ofrezcan ese “perdón sanador” a sus verdugos. Cada uno de los tres prelados ha dado lectura en su respectiva diócesis al documento titulado “Busca la paz y corre tras ella”. En su homilía, los obispos vascos —Mario Iceta, de Bilbao; José Ignacio Munilla, de San Sebastián; Miguel Asurmendi, de Vitoria— citan las bienaventuranzas y a san Pablo para afirmar que “el que es de Cristo es una criatura nueva. Lo viejo ha pasado, ha comenzado lo nuevo”. Los obispos recuerdan que Jesús “inaugura y posibilita un nuevo modo de relación humana” y “es consciente de que para amar de este modo nuevo, es necesaria la renovación profunda de la humanidad”. Afirman que “el misterio Pascual del Señor torna la herida en curación, el sufrimiento en gozo, la muerte en vida”. Recuerdan la aparición de Cristo resucitado a los discípulos a los que muestra sus heridas, capaces de curar. “Con Cristo —afirman— es posible que el leño viejo y seco pueda reverdecer. Se nos ofrece la posibilidad de que el odio, la violencia y la división sean vencidos por el amor, el perdón y la reconciliación”. “La muerte, en Jesús, se transforma en vida. Es la esperanza cierta que puede llenar de paz y serenidad a quienes han padecido en carne propia la herida profundamente injusta del terror y de la violencia. En Cristo encontramos nuestra paz y también el sufrimiento y la muerte encuentran un motivo para esperar y ser curados, restituyéndonos a la vida nueva de Dios”. “Los cristianos de nuestras diócesis, acompañados por sus pastores, han realizado un largo recorrido en el servicio de la reconciliación, mediante múltiples y variadas iniciativas, con la conciencia de estar ejerciendo un ministerio fruto de la voluntad y el envío por parte de Dios, que al mismo tiempo responde a una necesidad de nuestra sociedad”. “El Señor nos convoca a todos, instituciones y particulares, a colaborar en el afianzamiento de una cultura de la reconciliación y de la paz promoviendo e impulsando el encuentro, el diálogo y la reflexión, actuando con sabiduría. Aprendamos a vivir en el respeto y aprecio mutuos, más allá de nuestros condicionamientos ideológicos, sociales o políticos para encontrarnos respetuosamente con quienes piensan o viven de distinta manera que nosotros, en una sociedad que es plural y compleja pero que quiere vivir en paz y prosperidad, mirando al futuro con esperanza”.

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Defensa de la vida Presentados los Artículos de San José

Los Artículos de San José son un documento firmado por 32 muy relevantes personalidades de distintos países, en los que se pide el reconocimiento del derecho a la vida desde su concepción. Primero en Nueva York, después en Londres y Estrasburgo, ahora se ha presentado en Roma. En Nueva York, estuvo presente Robert P. George, docente de Derecho en la universidad de Princeton. El profesor George dijo a la prensa y a los observadores de Naciones Unidas que los Artículos de San José han sido redactados por un grupo de expertos en Derecho, Medicina y Relaciones internacionales, con el objetivo de ayudar a los funcionarios de gobierno a rechazar las políticas que favorecen el aborto y la reducción de los nacimientos. Grover Joseph Rees II, ex embajador norteamericano en Timor Este, añadió: “He sido testigo de evidentes presiones por parte de algunos funcionarios de organismos internacionales y de ONGs con respecto al gobierno de Timor. El problema es que la gente y también los funcionarios del gobierno tienen dificultades para rechazar la afirmación extravagante de que el aborto es un derecho humano reconocido a nivel internacional. Los Artículos de San José son útiles para afrontar estas presiones”. Entre los expertos que han redactado y firmado el documento están el profesor John Finnis, de Oxford; el profesor John Haldane, de la universidad de St. Andrews; Francisco Tatad, ex líder provida de la mayoría del Senado filipino; Javier Borrego, ex juez del tribunal europeo de Derechos Humanos; el profesor Carter Snead, del comité internacional de la UNESCO sobre bioética; lord Nicholas Windsor, miembro de la familia real británica y gran defensor del derecho a la vida. En los nueve artículos que componen el documento, se dice que “es un dato científico que una nueva vida humana comienza desde su concepción”. Que “toda vida humana es un continuum que

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comienza con la concepción y avanza en etapas hasta la muerte natural”. Que “todos los seres humanos, como miembros de la familia humana, tienen el derecho al reconocimiento de su intrínseca dignidad y a la custodia de sus derechos inalienables”, como está reconocido en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos, y en otros documentos de carácter internacional. En los Artículos de San José se sostiene que “no existe un derecho al aborto”, que no es lícito por parte de los organismos internacionales realizar presiones sobre los países para hacerles aceptar leyes que favorecen la interrupción del embarazo. Tales presiones se convierten en graves violaciones de la libertad y del derecho a la vida, cuando se pretende subordinar las ayudas económicas a políticas que limitan y que discriminan los nacimientos. Al contrario, los estados pueden y deben invocar disposiciones y leyes para garantizar el derecho a la vida, incluyendo la responsabilidad de todo país de proteger al neonato desde su concepción. Así como los estados deben garantizar una asistencia sanitaria a las madres con el fin de que puedan acoger del mejor modo el nacimiento de niños y niñas.

Fundación Juan Pablo II para el Sahel África es el continente del futuro

Se suele describir a África, “de manera reductiva y a menudo humillante, como el continente de los conflictos y de los problemas sin fin e insolubles”. Al contrario, África “es para la Iglesia el continente de la esperanza, el continente del futuro”. Lo subrayó Benedicto XVI en el discurso a los miembros de la Fundación Juan Pablo II para el Sahel, a quienes recibió en audiencias el viernes 10 de febrero en la sala de los Papas. En parte de su discurso señaló: “La Fundación Juan Pablo II para el Sahel, nacida hace casi 30 años, y querida por mi beato predecesor, no ha cesado de perseguir también ella este objetivo: ser signo de una caridad cristiana que se encarna y se convierte en testimonio de Cristo. Asimismo, la Fundación quiere manifestar la presencia del Papa entre nuestros hermanos africanos que viven en el Sahel. Es el espíritu de esta institución, que ha realizado a lo largo de los años innumerables proyectos para contrarrestar la desertificación. La existencia de esta Fundación demuestra la gran humanidad de mi beato predecesor, que tuvo la intuición de instituirla. Pero esta obra sólo será plenamente eficaz si es irrigada por la oración. En efecto, únicamente Dios es fuente y potencia de vida. Él es el creador de las aguas (cf. Gn I, 6-9). Por desgracia, el Sahel, durante estos últimos meses, ha sido gravemente amenazado de nuevo por una considerable disminución de recursos alimentarios


y por el hambre causados por la falta de lluvias y por el avance constante de la desertificación que deriva de ella. “La caridad debe promover todas nuestras acciones. No se trata de querer hacer un mundo “a medida”, sino que se trata de amarlo. Por eso la Iglesia no tiene como principal vocación transformar el orden político o cambiar el tejido social. Quiere aportar la luz de Cristo. Es Él quien transformará todo y a todos. A causa de Jesucristo y por Jesucristo, la aportación cristiana es tan específica. “A menudo se describe a África de manera reductiva y humillante como el continente de los conflictos y de los problemas sin fin e insolubles. Al contrario, África, que acoge hoy la Buena Noticia, es para la Iglesia el continente de la esperanza. Para nosotros, para vosotros, África, es el continente del futuro. Repito la exhortación que hice durante mi reciente viaje a Benín: “África, Buena Noticia para la Iglesia, hazte esto mismo para todo el mundo”. La Fundación Juan Pablo II para el Sahel es un gran testimonio de ello”.

Milán 2012 VII Encuentro Mundial de las Familias En italiano, inglés, francés, español, portugués y alemán, se presenta el nuevo sitio plurilingüe para el Encuentro Mundial de las Familias, que se realizará entre el 29 de mayo y el 3 de junio en Milán. Una renovada gráfica acompaña a los visitantes en los últimos meses de acercamiento al VII Encuentro Mundial de las Familias de Milán. Facilidad de navegación, evidencia de las informaciones y de las secciones más solicitadas, relevancia de los contenidos, limpieza y belleza gráfica están entre las características sobre las que se ha fundado esta remodelación. Están ahora directamente al alcance de un clic de la portada las noticias de primer plano, las catequesis, diversos puntos de reflexión, la sección de inscripciones, las informaciones técnicas para las familias, el calendario de los eventos preparatorios. Lo mismo vale para las secciones dedicadas a los diversos ámbitos del Encuentro: los eventos con el papa Benedicto XVI, la Feria de la Familia, el Congreso internacional teológico pastoral, la acogida, el voluntariado. Son secciones en continua ampliación, enriquecidas cada día

por detalles que, al acercarse el evento, se hacen importantes para las familias que se pondrán en viaje hacia Milán. Las parroquias y todos los interesados pueden descargar e imprimir los materiales para contribuir a difundir la noticia del Encuentro. http://www.family2012.com

San Juan de Ávila Nueva página web ante la proclamación de su doctorado La Conferencia Episcopal Española quiere dar a conocer la figura de san Juan de Ávila, patrono del clero español, que será proclamado doctor de la Iglesia Universal. Los primeros pasos fueron la creación de un logotipo, una página web y una cuenta en Twitter: @sjuandeavila_d, en la que todos los que lo deseen podrán “seguir” a san Juan de Ávila. Benedicto XVI, en la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, al finalizar la Eucaristía con seminaristas de todo el mundo en la catedral de la Almudena, anunció que san Juan de Ávila sería proclamado doctor de la Iglesia. Doctor de la Iglesia es el título que el Papa otorga oficialmente a algunos santos para proponerlos a los fieles de todos los tiempos

como eminentes maestros de la fe. El factor decisivo para que un santo sea proclamado doctor de la Iglesia es que su doctrina haya sido declarada eminente, que haya gozado de un particular carisma de sabiduría, dado por el Espíritu Santo para el bien de la Iglesia, comprobado y ratificado por la influencia benéfica en el pueblo de Dios. Un maestro, un doctor de la Iglesia es, pues, quien ha estudiado y contemplado con singular clarividencia los misterios más profundos de la fe y es capaz de exponerlos a los fieles de modo que les sirvan de guía en su formación y en su vida espiritual. Hasta el momento, los doctores de la Iglesia son 33. El primero, san Atanasio de Alejandría (c.296-373), padre de la Iglesia oriental, principal opositor al arrianismo; y la última santa Teresa del Niño Jesús (1873-1897), carmelita descalza, proclamada doctora de la Iglesia por el papa Juan Pablo II en 1997. http://sanjuandeavila.conferenciaepiscopal. es/ Para mayor información sobre la figura del próximo nuevo doctor de la Iglesia, leer en esta misma edición (pág…..) El maestro Juan de Ávila. Nuevo doctor de la Iglesia universal por Antonio Card. Rouco Varela.

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AC T I V IDA DES DE

HUM A NITA S

Curso de extensión A 20 años de su promulgación Actualidad doctrinal del Catecismo de la Iglesia Católica

Centro UC de la Familia Diplomado en Familia y Sociedad

La familia es el centro de la vida de las personas y de nuestro

Para el primer semestre de 2012, revista HUMANITAS ha programado el curso “Actualidad doctrinal del catecismo de la Iglesia Católica”, a 20 años de su promulgación. Las conferencias serán dictadas por el profesor Antonio Amado, profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes y miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de Revista HUMANITAS. Los temas de las cinco sesiones serán: 1.- El Catecismo del Concilio Vaticano II, lunes 28 mayo; 2.- Profesión de la fe cristiana, lunes 4 junio; 3.- La celebración del misterio cristiano, lunes 11 junio; 4.- La vida en Cristo, lunes 18 junio; 5.- La oración en la fe cristiana, lunes 25 junio. El curso se realizará desde el 28 de mayo al 25 de junio, los lunes a las 19 hrs. en el Auditorio 6 del Centro de Extensión de la Pontificia Universidad Católica (Alameda 390, segundo piso). Informaciones e inscripciones al 354 6519 www.humanitas.cl humanitas@uc.cl

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país. Consciente de ello, la Pontificia Universidad Católica de Chile, dentro del contexto de su misión al servicio de la Iglesia y la sociedad chilena, quiere contribuir, mediante este Diplomado, a la profundización en el estudio y análisis de lo que importa ser y hacer familia, desde una mirada centrada en el fortalecimiento urgente que ella requiere. Mediante una revisión interdisciplinaria, desde las especialidades que tienen por objeto un análisis de la familia, se persigue efectuar un estudio profundizado de la misma, a través del análisis de su ciclo vital y de sus desafíos presentes y futuros. De este modo, a partir de una revisión conjunta desde la perspectiva antropológica, filosófica, jurídica, psicológica, educativa, sociológica y médica, se quiere otorgar a los profesionales cuyo quehacer se centra en el trabajo con o para la familia, una visión sinóptica, general y actualizada de los fundamentos en torno a los cuales se construye la familia; del tratamiento que ella recibe hoy en el ámbito jurídico y público y de las distintas vías y redes de apoyo con que ella cuenta o ha de contar. El desarrollo de cada uno de los temas corresponderá a destacados académicos, especialistas en la materia, quienes, desde sus conocimientos y experiencias, efectuarán un estudio global e integral de la familia y de sus desafíos, apuntando a entregar un saber riguroso y serio, conforme a los requerimientos de la más alta calidad académica. Las clases se realizarán los días lunes de 14 a 18.15 horas, desde el 7 de mayo al 10 de diciembre de 2012, en la Casa Central UC, Alameda 340, primer piso. Informaciones: Centro UC de la Familia. Pontificia Universidad Católica de Chile. Alameda 340, of. 15. Teléfonos: 354 2152- 354 18 30. centroucfamilia@uc.cl


Luigi Giussani Solicitud de beatificación para el fundador de “Comunión y Liberación”

Julián Carrón, sacerdote español, actual presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación, solicitó en febrero pasado al Arzobispo de Milán, el cardenal Angelo Scola, la apertura del proceso de la causa de beatificación y de canonización de monseñor Giussani. La solicitud se presentó tras la celebración del 30 aniversario del reconocimiento pontificio de la Fraternidad de Comunión y Liberación y el séptimo aniversario del fallecimiento del fundador del movimiento eclesial. Al comunicar la noticia, el sacerdote Julián Carrón pide que «la Virgen —«fuente viva de esperanza»— nos ayude a ser cada día más dignos de las promesas de Jesucristo y de la gracia inmensa que hemos recibido y seguimos recibiendo a través del carisma de don Giussani».

NIGERIA

POR QUÉ LOS CRISTIANOS ESTÁN EN VÍAS DE EXTINCIÓN

Más de 600 cristianos han muerto en poco más de 12 meses. Es el terrorífico balance de la violencia atroz desarrollada en Nigeria por el grupo extremista islámico Boko Haram. A decir verdad, ya son muchos años los que esta secta lleva haciendo que se hable de ella, por la ferocidad de sus acciones, pero también por la desfachatez con la que mantiene controlado al gobierno nigeriano, que no encuentra las medidas adecuadas para poner fin, política y militarmente, a este auténtico ejército de la muerte.

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En los últimos meses hay quien ha hablado insistentemente del gran peligro de llegar a una guerra civil: durante casi diez años, en muchas ciudades y pueblos de Nigeria, sobre todo en los estados de Plateau y Kaduna, han tenido lugar graves actos de violencia y enfrentamientos étnicos masivos entre musulmanes y grupos cristianos. Una violencia que causó miles de muertes durante los graves enfrentamientos provocados por la aplicación de la sharia en el estado de Kaduna: enfrentamientos que en 2001 causaron en Jos mil muertos y la destrucción de centenares de lugares de culto. Otros episodios trágicos de violencia masiva tuvieron lugar en noviembre de 2002 (más de 200 muertos en el estado de Kaduna), en mayo de 2004 (cientos de muertos en Yelma, Nigeria central, y entre 500 y 600 muertos en Kano, al norte del país), en noviembre de 2008 (700 muertos en Jos), en julio de 2009 (700 muertos en los estados islámicos de la Nigeria septentrional) y en diciembre de 2009 (70 muertos). Y así hasta nuestros días. ¸ guerra civil, que no En un escenario como éste, es muy difícil exorcizar con palabras el fantasma de una solo existe ya en acto desde hace muchos años, sino que se está transformando en un auténtico conflicto interreligioso. Los aspectos religiosos del prolongado conflicto entre musulmanes y cristianos son el resultado más evidente de los conflictos étnicos, sociales y económicos, que contribuyen al deterioro de la situación general de muchos millones de nigerianos, y que ya han provocado la escalada de violencia que acabamos de describir. El dato singular, y nada despreciable, es que en esta guerra de religión solo combaten los fundamentalistas islámicos, que están exterminando a los cristianos sin encontrar oposición alguna. La situación de las relaciones étnicas y religiosas entre los diversos grupos ha empeorado en los últimos diez años precisamente a causa de la penetración en Nigeria del islamismo radical, inspirado por Al-Qaeda y por la adopción, por parte de los estados del norte (12 de 36), de las leyes de la sharia como ley del Estado. Boko Harman ha intensificado la violencia en el último año, sobre todo desde abril de 2011, cuando el cristiano Goodluck Jonathan fue elegido para ocupar la presidencia del país africano más poblado. La elección de Jonathan suponía un punto de inflexión en la historia del país: de hecho, se ha producido un vuelco en los equilibrios que hasta entonces habían visto cómo las élites septentrionales gestionaban una mayor riqueza que las regiones del sur. En este contexto, el factor religioso que divide Nigeria entre el norte musulmán y el sur cristiano se inserta en una fuerte competición por el poder y el reparto de recursos según un criterio étnico-regional: como sucede en varias partes del mundo, también en Nigeria se usan motivaciones de carácter religioso para satisfacer la propia ansia de poder. Por tanto, como Boko Haram son los fundamentalistas islámicos (el nombre en lengua hausa significa «la educación occidental es pecado»), las razones de la creciente actividad de este movimiento afectan también a las relaciones que sus miembros habrían establecido con políticos locales y miembros de las fuerzas de seguridad pertenecientes a las etnias del norte, interesadas en radicalizar la violencia para hacer al Estado ingobernable. El Gobierno está demostrando que no tiene fuerza alguna para contrarrestar el ascenso de los talibanes africanos; por eso, sin una intervención sólida de la comunidad internacional, la comunidad cristiana está destinada a desaparecer en muy poco tiempo. MARIO MAURO Paginas. digital

Ver฀en฀esta฀edición฀de฀HUMANITAS฀66฀(pág.฀206)฀La religión como absoluto político, por Massimo Borguesi.

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ENCÍCLICA «DIVINI REDEMPTORIS», 75 AÑOS DESPUÉS

En un día como hoy, 19 de marzo -fiesta de San José Obrero-, pero hace 75 años, en 1937, el Papa Pío XI publicaba uno de los documentos más importantes de su pontificado: la Encíclica «Divini Redemptoris», destinada a condenar al comunismo ateo. Dirigiéndose en especial a los obispos de todo el mundo, les decía: «Procurad, venerables hermanos, con sumo cuidado que los fieles no se dejen engañar. El comunismo es intrínsecamente perverso, y no se puede admitir que colaboren con el comunismo, en terreno alguno, los que quieren salvar de la ruina la civilización cristiana. Y si algunos, inducidos al error, cooperasen al establecimiento del comunismo en sus propios países, serán los primeros en pagar el castigo de su error; y cuanto más antigua y luminosa es la civilización creada por el cristianismo en las naciones en que el comunismo logre penetrar, tanto mayor será la devastación que en ellas ejercerá el odio del ateísmo comunista». Y en razón de esto último, señalaba asimismo: «Pero no podemos terminar esta encíclica sin dirigir una palabra a aquellos hijos nuestros que están ya contagiados, o por lo menos amenazados de contagio, por la epidemia del comunismo. Les exhortamos vivamente a que oigan la voz del Padre, que los ama, y rogamos al Señor que los ilumine para que abandonen el resbaladizo camino que los lleva a una inmensa y catastrófica ruina, y reconozcan también ellos que el único Salvador es Jesucristo Nuestro Señor, pues ningún otro nombre nos ha sido dado bajo el cielo, entre los hombres, por el cual podamos ser salvos (Hech 4,12)». Frente a estas palabras proféticas de Pío XI no cabe sino inclinarse reverente. Ellas, sin duda, evitaron que la catástrofe fuera aún mayor; pero ¡cuán grande fue de todas maneras! A la cual, desoyendo el magisterio del Pontífice, prestaron su colaboración tantos cristianos que creyeron ver en las doctrinas de Marx y de Engels, como en las de Lenin, Stalin, MaoTse-Tung, Castro y otros, la nueva y más definitiva expresión del Evangelio cristiano. Hoy, por cierto corresponde reconocer y agradecer esa clarividencia; y junto con recordar a las víctimas, corresponde asimismo intentar una reflexión acerca de las causas que condujeron a la humanidad a tal catástrofe. ¿Cómo fue posible que en nuestra civilización naciera y prosperara una doctrina como la marxista? Esa fue la tarea de lo que los Pontífices denominaron el «liberalismo» y que tantas veces denunciaron como la raíz de los males del mundo moderno. Fue durante el siglo XIV, una vez que Europa se había consolidado e iniciaba su prodigiosa carrera de expansión cultural y política, que aparecieron las doctrinas que dieron forma a ese liberalismo. De partida, negación de que entre las personas exista una finalidad común, y afirmación, por el contrario, de que cada uno define para sí mismo su propia finalidad. En seguida, y como consecuencia de lo anterior, afirmación de la autonomía moral de cada sujeto en el sentido de que cada uno puede inventar sus propias normas morales; y, por último, cambio del significado del término derecho para concebir a éste como un poder absoluto de que cada uno estaría revestido para exigir lo que estime necesario para sus propósitos. Por eso, la propiedad sobre las cosas materiales deja de ser un medio para la mejor gestión de ellas en vistas del bien común, y se transforma en este poder para usarlas de la manera que a cada uno le venga en gana. De nada valieron los subterfugios con los que una legión de seudointelectuales -Rousseau, entre otros- pretendió hacer creer a la gente de la época que no había ningún cuidado porque un contrato social aseguraría el orden y la paz. Marx no se dejó engañar. Si de verdad las premisas eran esas, las consecuencias caían por su peso: el único camino para imponer el propio interés era el de la confrontación con los demás. Sobre esta base, Marx construyó su doctrina sobre el enfrentamiento y la lucha de clases como el constitutivo esencial de la historia de la humanidad. Lo demás, ya lo conocemos. Hoy, cuando el mundo ya ha vivido y pagado las fatídicas consecuencias de tanta frivolidad intelectual, son muchos, sin embargo, los que insisten alegremente en ella. Pero ahora nadie puede engañarse. No se trata de preguntarse qué va a pasar si pensamos y actuamos de la manera a que ella nos inclina; se trata de preguntarse acerca de qué pasó efectivamente. Y, de eso, hay evidencia sobrada. GONZALO IBÁÑEZ SANTA MARÍA Este artículo fue publicado originalmente en El Mercurio. (19-III-12)

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Holanda El verdadero cariz de la eutanasia

En Holanda la eutanasia ha adoptado su verdadero rostro, muy alejado del discurso que nos la quiere presentar casi como un acto de piedad hacia personas desahuciadas y que sufren sin motivo. La realidad es que en Holanda se han aliado el desprecio a la vida humana y la presión económica para aliviar el deficitario sistema de sanidad público, para el que los enfermos terminales y aquellos con enfermedades degenerativas no son más que una carga económica, en un cóctel letal. La Real Asociación Médica de Holanda acaba de publicar unos nuevos criterios para la interpretación de la Ley de la Eutanasia del 2002. En ellos encontramos la indicación de que “las enfermedades mentales y psicosociales” tales como “la pérdida de la función, la soledad y la pérdida de la autonomía” son criterios aceptables para practicar la eutanasia. Los nuevos criterios también permiten a los médicos vincular la carencia de “habilidades sociales, de recursos financieros y de una red social” de un paciente con “un sufrimiento insoportable y permanente”, abriendo la puerta a la muerte asistida legalizada, ba-

sándose en factores “psicosociales”, no en una enfermedad terminal. Según las nuevas directrices, en Holanda una persona por estar “sola” o estar “fatigada” puede ser objeto de una práctica eutanásica. Según los autores del documento The Role of the Physician in the Voluntary Termination of Life (“El papel del médico en la terminación voluntaria de la vida”), se incluirían esos y otros nuevos conceptos en una interpretación más amplia del sufrimiento: “los trastornos que afectan la visión, la audición y la movilidad, las caídas, el confinamiento en una cama, la fatiga, el cansancio y la pérdida de la forma física”. El proceso que ha vivido Holanda desde que legalizó la eutanasia hasta ahora es el que irremediablemente se desata cuando este tipo de legislación se implanta en un país y que desemboca en prácticas eugenésicas. Los pasos a seguir para institucionalizar la eugenesia es que primero la sociedad se acostumbra a matar a las personas con la eutanasia porque son enfermos y sufren. Cuando esto ya está socialmente aceptado, se da el siguiente paso: definir cuál es el límite aceptable de la práctica eutanásica a un paciente, y aquí aparece la cuestión acerca de quién debe de definir ese límite. La respuesta es el Estado, a través de reglamentos, y los propios médicos, convertidos en gestores sanitarios, pero nunca el enfermo ni su familia.

Veintidós nuevos cardenales “Mayor disponibilidad para Cristo y para la comunidad”

Benedicto XVI presidió, en la basílica vaticana, la concelebración eucarística con los nuevos 22 cardenales creados en el Consistorio en febrero pasado. Al inicio de la santa misa, el prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos, S.E.R. Fernando Filoni, primero entre los nuevos cardenales, dirigió al Papa unas palabras de saludo y gratitud, en nombre de todos los purpurados.

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El cardenal Filoni señaló que con esta llamada el Papa les ha unido a él en el cumplimiento de “la suprema misión de principio y fundamento perpetuo y visible de la unidad de la fe y de la comunión en la Iglesia”. “La púrpura con la que hemos sido distinguidos nos recuerda —señaló— no tanto la grandeza de quien la llevaba como símbolo de poder y de dominio, sino el misterio profundo del sufrimiento


de Jesús, que revestido por sus verdugos de un manto purpúreo y presentado así a la multitud por Pilatos, se humilló haciéndose obediente hasta la muerte y muerte de cruz”. En la homilía, Benedicto XVI comentó la segunda lectura en la que el apóstol Pedro exhorta a los «presbíteros» de la Iglesia a ser pastores diligentes y solícitos del rebaño de Cristo. “Estas palabras están dirigidas sobre todo a vosotros, queridos y venerados hermanos, que ya tenéis muchos méritos ante el Pueblo de Dios por vuestra generosa y sapiente labor desarrollada en el ministerio pastoral en diócesis exigentes, en la dirección de los dicasterios de la Curia Romana o en el servicio eclesial del estudio y de la enseñanza”, dijo el papa. “La nueva dignidad que se os ha conferido quiere manifestar el aprecio por vuestro trabajo fiel en la viña del Señor, honrar a las comunidades y naciones de las cuales procedéis y de las que sois dignos representantes de la Iglesia, confiaros nuevas y más importantes responsabilidades eclesiales y, finalmente, pediros mayor disponibilidad para Cristo y para toda la comunidad cristiana”, subrayó. Los nuevos purpurados son los monseñores y beatitudes: Fernando Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos; Manuel Monteiro de Castro, penitenciario mayor; Santos Abril y Castelló, arcipreste de la basílica papal de Santa María la Mayor; Antonio María Vegliò, presidente del Consejo Pontificio de la Pastoral para los Migrantes e Itinerantes; Giuseppe Bertello, presidente de la Comisión Pontificia para el Estado de la Ciudad del Vaticano y presidente del Gobernatorado del mismo Estado; Francesco Coccopalmerio, presidente del Consejo Pontificio para los Textos Legislativos; João Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica; Edwin Frederick O’Brien, pro-gran maestre de la orden Ecuestre del Santo Sepulcro de Jerusalén; Domenico Calcagno, presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica; Giuseppe Versaldi, presidente de la prefectura de los Asuntos Económicos de la Santa Sede; George Alencherry, arzobispo mayor de Ernakulam-Angamaly de los siromalabares, India; Thomas Christopher Collins, arzobispo de Toronto, Canadá; Dominik Duka, arzobispo de Praga, República Checa; Willem Jacobus Eijk, arzobispo de Utrecht, Países Bajos; Giuseppe Betori, arzobispo de Florencia, Italia; Timothy Michael Dolan, arzobispo de Nueva York, Estados Unidos; Rainer María Woelki, arzobispo de Berlín, República Federal de Alemania; John Tong Hon, obispo de Hong Kong, República Popular China; Lucian Muresan, arzobispo mayor de Fagaras y Alba Iulia de los rumanos, Rumania; Julien Ries, sacerdote de la diócesis de Namur y profesor emérito de historia de las religiones de la Universidad Católica de Lovaina; Prosper Grech OSA, docente emérito de varias universidades romanas y consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe; Karl Becker SJ, docente emérito de la Universidad Pontificia Gregoriana, y durante largos años consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe.

Javier Prades Primer Rector de Universidad Eclesiástica San Dámaso

El 28 de enero, fiesta de Santo Tomás de Aquino, el antes decano de la Facultad de Teología San Dámaso de Madrid, P. Javier Prades, recibió oficialmente el cargo de Rector de la ahora Universidad Eclesiástica San Dámaso, que comprende las Facultades de Teología, Filosofía, Literatura cristiana y clásica, Derecho canónico, Ciencias religiosas e Historia de la Iglesia (ésta con sede en Toledo). El recién designado rector, sacerdote de la arquidiócesis de Madrid, es miembro de la Comisión Teológica Internacional. Revista HUMANITAS se honra de poder contar al P. Javier Prades en su Consejo de Consultores y Colaboradores desde hace dos años, así como de haber dado a conocer su pensamiento a través de artículos suyos publicados en estas páginas. La creación de la Universidad Eclesiástica San Dámaso fue formalizada el 25 de julio de 2011, día de la fiesta del Apóstol Santiago, patrono de España. El 1° de octubre del año pasado fue asimismo presentada oficialmente en Madrid como una nueva instancia de educación superior de la Iglesia, ocasión en que dictó una conferencia en su aula magna el Cardenal Grochelewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica. Con la toma de posesión del cargo por parte de su primer Rector, la Universidad Eclesiástica San Dámaso ha completado su proceso de institucionalización.

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“CUANDO EL ESTADO SE CONVIERTE EN UNA CUADRILLA DE BANDIDOS”

Con estas palabras se dirigía el Papa al Parlamento alemán, en su viaje apostólico realizado en septiembre de฀2011.฀El฀jurista฀Rafael฀Navarro-Valls,฀ha฀comentado฀el฀histórico฀discurso฀pontiicio฀en฀las฀páginas฀del฀ Observatorio Jurídico de agencia Zenit:

La importancia del viaje del Papa por Alemania no ha estribado solamente en la carga sentimental de un reencuentro entre compatriotas, radica sobre todo en la posición central que ese país tiene en la realidad histórica y actual. Repárese que es la nación más poblada de Europa —con notable influencia sobre sus vecinos de las fronteras del Este y del Oeste—, durante mucho tiempo la locomotora intelectual de Occidente, y, ahora, uno de sus puntos de referencia económica. Por lo demás, ha sido —y sigue siendo— una potencia del pensamiento jurídico. Se entiende así que el momento más importante de la visita de Benedicto XVI, fuera su discurso en el Reichstag (el Parlamento federal alemán). El propio Papa lo reconocía cuando volvió a Italia, y añadió: “En esa ocasión quise exponer el fundamento del Derecho y del libre Estado de Derecho, es decir, la medida de todo Derecho, inscrito por el Creador en el mismo ser de su creación”. Permítaseme glosarlo desde el punto de vista de un jurista. El discurso en el Reichstag Se ha dicho que la oración de Salomón con la que el Papa inició su discurso “es la oración de un jurista”. En efecto esa oración —“Da, pues, a tu siervo un corazón dócil para que sepa hacer justicia y discernir entre lo bueno y lo malo” (Libro I de los Reyes)— es la súplica de alguien que pide la sabiduría necesaria para discernir según el Derecho. Benedicto XVI ve en este relato no solamente la oración de un jurista, sino

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también la de un político. Es decir, la de alguien cuyo criterio último “no debe ser el éxito y mucho menos el beneficio material”, sino “un compromiso por la justicia y por la paz”. Ahora bien, para que esa aspiración del Papa se cumpla, es necesario que en las relaciones sociales domine la verdadera justicia, cuya misión no es otra que imponer el orden de la razón en los asuntos humanos. Yo creo que, consciente de ello, las más duras palabras de Benedicto XVI en Alemania han sido contra lo que podríamos llamar “el gobierno de los injustos”. Es decir, parafraseando a san Agustín, el de aquellos políticos que, separando el Poder del Derecho, convierten el Estado “en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada”. ¿Pero de dónde extrae un político y un jurista occidental la noción de justicia que ha de orientar sus pasos? El Papa lo explicó así a los políticos alemanes: “La cultura de Europa nació del encuentro entre Jerusalén, Atenas y Roma; del encuentro entre la fe en el Dios de Israel, la razón filosófica de los griegos y el pensamiento jurídico de Roma. Este encuentro configura la íntima identidad de Europa. Con la certeza de la responsabilidad del hombre ante Dios y reconociendo la dignidad inviolable del hombre, de cada hombre, este encuentro ha fijado los criterios del Derecho; defenderlos es nuestro deber en este momento histórico”. Las tres colinas sobre las que nace Europa Efectivamente, las tres colinas sobre las que nace Europa (Acrópolis, Capitolio y Gólgota) dieron luz a lo que se ha llamado la filosofía del sentido común, ese milagro natural griego, fecundado por la revelación judeocristiana, que aportó a Europa las ideas básicas que durante siglos han nutrido sus raíces. El menosprecio de esta cultura cristiana, es más, la tendencia del relativismo positivista a verla como subcultura, fue brillantemente criticada por el Papa comparándola con “los edificios de cemento armado sin ventanas, en los que logramos el clima y la luz por nosotros mismos, y sin querer recibir ya ambas cosas del gran mundo de Dios…Es necesario volver a abrir las ventanas, hemos de ver nuevamente la inmensidad del mundo, el cielo y la tierra, y aprender a usar todo esto de modo justo”. Hacia una ecología moral Ciertamente en estas palabras se adivina una velada llamada a la ecología moral, que conecta la realidad del hombre con la realidad de Dios, es decir, que contempla al hombre y su entorno en su verdadera condición de criatura. Lo que en esa frase se adivina, se torna en certeza cuando el Pontífice de 84 años a renglón seguido se refiere directamente al movimiento ecologista —naturalmente, dirá con buen humor, “sin querer aquí hacer propaganda de un movimiento político determinado”— como “un grito que anhela aire fresco”. El mismo aire fresco que respira un país cuando en él impera la justicia. Recuerdo que hace unos años, paseando por Washington, reparé en una frase inscrita en la fachada del Departamento de Justicia de Estados Unidos que me hizo pensar. En su traducción castellana dice algo así: “Para que la justicia reine en el Estado, antes es necesario que reine en el corazón y en las almas de los ciudadanos”. Esa reconversión, primero individual y luego social, reclama una exigente labor pedagógica de un Derecho que ha de ser más de convicción que de simple gestión, cuyo fruto sea más una legislación de modelos o ideales que de remedios o parches. De esta forma lo expresaba Benedicto XVI: “Donde rige el dominio exclusivo de la razón positivista —y éste es en gran parte el caso de nuestra conciencia pública— las fuentes clásicas de conocimiento del ethos y del Derecho quedan

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fuera de juego. Ésta es una situación dramática que interesa a todos y sobre la cual es necesaria una discusión pública; una intención esencial de este discurso es invitar urgentemente a ella”. Tal vez la primera base de ese debate sea reconocer con T.S. Eliot que “la fuerza dominante en la creación de una cultura común para distintos pueblos es la religión”. Cuando un grupo audaz se apodera del poder y comienza a legislar contra la ley natural para obtener un lucro económico o político, comienza un proceso de erosión social producido, precisamente, porque las leyes morales son la estrella polar que permite al hombre ser lo que es y llegar a un destino cierto. Ignorarlas una y otra vez supone ignorar lo que es la naturaleza del hombre. Es decir, ignorar sus instrucciones de uso. Por eso, se está comenzando a difundir en la filosofía política la idea de que una acción social basada en el compromiso moral no es solamente un ideal que entusiasma más que una política de simples intereses. Es también “un fundamento más prometedor de una sociedad justa” (Michael J. Sandel). Lo expresaba así Benedicto XVI al final de su discurso: “¿Carece verdaderamente de sentido reflexionar sobre si la razón objetiva que se manifiesta en la naturaleza no presuponga una razón creativa, un Creator Spiritus?”. Probablemente sea el reconocimiento de una ley natural la mejor protección de los ciudadanos frente a esa destrucción de la justicia, que inevitablemente ocurre —a la larga o a la corta— cuando el Derecho es manipulado por quienes buscan tan sólo su interés o su enriquecimiento. RAFAEL NAVARRO-VALLS Observatorio Jurídico

51º santo de la Compañía de Jesús Giacomo Berthieu, mártir

Próximamente será canonizado el jesuita francés Giacomo Berthieu (1838-1896) mártir en Madagascar en el siglo XIX, quien será el 51º miembro de la Compañía de Jesús elevado a los altares. Berthieu, nacido en una familia humilde, fue primero sacerdote del clero secular. A los 35 años entró en la Compañía y dos años más tarde fue enviado como misionero a Madagascar, donde durante 20 años ejerció con celo el ministerio sacerdotal y ayudó a la población en su desarrollo económico gracias a sus conocimientos de agricultura. Con gran espíritu de sacrificio soportó frecuentes persecuciones, incluso por motivos políticos. Arrestado por una banda de rebeldes paganos, sufrió con admirable constancia un prolongado y atroz martirio. El 17 de octubre de 1965, cuando el Concilio Vaticano II estaba aún reunido, Pablo VI beatificó en San Pedro al P. Berthieu; quiso con ello dar un respaldo al decreto conciliar Ad gentes, sobre la actividad misionera de la Iglesia que estaba entonces por ser aprobado.

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Patronato de la Fundación Teresa de Ávila Primer Congreso Mundial de Universidades Católicas

El 18 de enero del 2012, la tradicional audiencia del Papa de los miércoles en la Sala Pablo VI, dedicada a la unidad de los cristianos, acogió entre sus múltiples peregrinos a una delegación del Patronato de la Fundación Teresa de Ávila, de la Universidad Católica de Ávila, España. El objetivo era doble. En primer lugar hacer entrega al Santo Padre de las Actas del Primer Congreso Mundial de Universidades Católicas, organizado por la Universidad Católica de Ávila y llevado a cabo el pasado agosto en la misma ciudad, como muestra visible del compromiso en la evangelización de la cultura de las Universidades Católicas. Asimismo, también agradecer a Benedicto XVI su presencia en España durante la última Jornada Mundial de la Juventud y especialmente su espléndido

encuentro en El Escorial con profesores universitarios jóvenes. Acompañados por Mons. D. Jesús García Burillo, Obispo de Ávila y Gran Canciller de la Universidad Católica, y por el Cardenal Cañizares, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos y Patrono de la Fundación, los miembros de la delegación pudieron saludar al Papa al término de la audiencia general. Bellamente encuadernadas, las Actas, que recogen los trabajos del Congreso, así como las conclusiones y el compromiso de las Universidades Católicas con la nueva evangelización, fueron entregadas al Papa por D ª Lydia Jiménez, presidenta de la Fundación Santa Teresa; D ª Mª Rosario Sáez Yuguero, Rectora de la Universidad; D. José Díaz Rato, secretario de la Fundación, y D. Ángel Acebes, miembro del patronato. Los días 12 al 14 de agosto de 2011, Ávila fue un auténtico laboratorio de la fe y la ciencia que, a la luz del Espíritu Santo y con la presencia de seiscientos participantes, reflexionó sobre la misión y la urgencia de la Universidad Católica en el mundo de hoy. Así, a la sombra de las murallas entre las que vivió la gran santa abulense, y en el clima de las JMJ, numerosos obispos, rectores, profesores y alumnos, se unieron en el compromiso de hacer vida, a través del testimonio y en la vida académica, la eterna verdad del Evangelio sobre el hombre, sobre la salvación. La próxima cita será, Dios mediante, en Brasil, en el 2013, en el marco de la XVII Jornada Mundial de la Juventud.

A cien años del segundo Premio Nobel de Marie Curie Una Premio Nobel con formación católica

En 2011, varios países europeos, entre ellos España, conmemoraron el centenario del segundo Premio Nobel de Marie Curie. Sin embargo, el homenaje español a esta pionera de la ciencia no sólo ha sido el más completo, sino también el único que se alargará, durante 2012, en distintas ciudades. Belén Yuste, una de las dos coordinadoras de estos actos de homenaje, explica los rasgos principales de Madame Curie, que asentó toda su labor en la formación cristiana que le transmitió su familia: “Leyendo la vida de María Sklodowska-Curie escrita por su hija Eva, descubrí no sólo a la eminente científica que había dejado huella universal, sino, y sobre todo, a la persona comprometida, generosa y tenaz, fruto de una sólida y culta familia, cuya madre era ferviente católica, que le inculcaron los grandes valores que fueron puntales de su vida. Me sorprendió su implicación ante la opresión rusa de su Polonia natal, y su arriesgada y encomiable labor en la Primera Guerra Mundial, salvando innumerables vidas

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y evitando traumáticas amputaciones a miles de soldados, al realizar, gracias a las unidades radiológicas móviles ideadas por ella —los coches Curie—, radiografías que localizaban los proyectiles. Regalé el libro a mis amigos como quien ofrece un tesoro, y continué mi vida interesándome por ella. Como parte de los homenajes realizados a M. Curie, con la mezzosoprano y pianista Sonnia L. Rivas-Caballero, nos adherimos a este aniversario escribiendo su biografía: Una polaca en París. El libro se articula en tres capítulos, que desarrollan sus tres etapas vitales: la polaca, en la que destaca la marcada impronta familiar, sin la que no se entendería el devenir de su vida; la francesa, que engloba sus años de estudiante en la Sorbona, su matrimonio y el éxito de sus descubrimientos; y la internacional, en la que desarrolló una importante labor como embajadora de la Ciencia en todo el mundo. El epílogo está dedicado a sus viajes a España en 1919, 1931 y 1933. Con esta obra, pretendemos dar a conocer a quien fue pionera en

tantas cosas: licenciarse y doctorarse en la Sorbona, impartir clases en la Universidad, recibir el Premio Nobel y obtenerlo en dos ocasiones, ser Doctora Honoris Causa por un sin fin de universidades, y un largo etcétera de primeras veces, que culminaron en 1995, cuando sus restos fueron solemnemente inhumados en el Panteón de Hombres Ilustres de Francia. En sus páginas, intercalamos textos de esta mujer idealista, solidaria y comprometida, que fue Vicepresidenta del Comité de Cooperación Intelectual de la Sociedad de Naciones, desde donde luchó, entre otras cosas, por crear becas que salvaguardasen el talento de las personas menos favorecidas económicamente. Ella escribió: «No podemos construir un mundo mejor sin mejorar a los individuos; con este propósito, cada uno de nosotros debe trabajar su propio perfeccionamiento, aceptando, en la vida general de la Humanidad, su parte de responsabilidad, ya que nuestro deber particular es el de ayudar a quienes podemos ser útiles». Ayudó y fue útil, no sólo a los suyos, sino a la Humanidad entera.

VII Encuentro Mundial de las Familias “La familia: el trabajo y la fiesta”

El Papa Benedicto XVI estará presente en Milán, Italia, durante tres días, del viernes 1 al domingo 3 de junio, con motivo del VII Encuentro Mundial de las Familias (30 de mayo-3 de junio de 2012). Lo anunció el arzobispo de Milán, cardenal Angelo Scola, durante la presentación del programa de la visita del pontífice a Milán, en la que han participado el presidente del Consejo Pontificio para la Familia, cardenal Ennio Antonell; el presidente de la Fundación Milán Familias 2012, obispo Erminio De Scalzi, y el secretario del Consejo Pontificio para la Familia, obispo Jean Laffitte. “Una visita de tres días es un evento de carácter extraordinario, excepcional para un viaje en Italia —dijo el cardenal Scola—. El Papa tiene el deseo de encontrarse con Milán, y a veintisiete años de la visita de su predecesor Juan Pablo II, nos hace este regalo: un regalo a la ciudad de Milán y a las iglesias lombardas”. La llegada del pontífice a la capital lombarda está programada para el viernes 1 de junio, al aeropuerto de Linate. Tras un primer encuentro con la ciudadanía en la plaza de la Catedral, el Papa tendrá la posibilidad de asistir a un concierto, en el Teatro de la Scala, dirigido por el maestro Daniel Barenboim El sábado 2 a las 10:00 a.m. el Papa presidirá las Laudes (oración de la mañana) en la Catedral de Milán, junto a sacerdotes, religiosos y religiosas, a los que predicará una meditación.

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Al término, se desplazará en auto al estadio de San Siro, para un encuentro con los jóvenes que van a recibir la confirmación este año. Por la tarde, Benedicto XVI se reunirá con las autoridades civiles y pronunciará un discurso. A las 8:30 p.m., el Papa participará en el Encuentro Mundial de las Familias durante la Fiesta de los Testimonios, que se desarrollará en el Parco Nord de la ciudad. El domingo 3 el Papa presidirá la Eucaristía, que comenzará a las 10:00 a.m. en el Parco Nord. Tras el rezo del Ángelus, a las 12:00, regresará al Arzobispado, donde por la tarde saludará a los miembros de la fundación Milano Famiglie 2012 y a los organizadores de la visita. A las 5:30 p.m., tras despedirse de las autoridades civiles en el aeropuerto de Milán-Linate, el Santo Padre emprenderá el viaje de regreso a Roma. Los encuentros mundiales de las familias tienen su origen en 1981, cuando el Beato Juan Pablo II promulgó la exhortación apostólica “Familiaris Consortio” y constituyó el Pontificio Consejo para la Familia. El primero se celebró en Roma en 1994, y desde entonces han tenido lugar cada tres años, con el objetivo de celebrar el don divino de la familia y reunir a las familias para rezar y profundizar en la comprensión del papel de la familia cristiana como Iglesia doméstica y unidad básica de la evangelización.


LITERATURA Y FE

El padre Antonio Spadaro, director de la revista La Civiltà Cattolica, desde septiembre de 2011, lleva años ocupándose de literatura, con especial atención a los autores contemporáneos italianos y a los escritores estadounidenses. Escribe también sobre teoría de la literatura, música, arte, cine y nuevas tecnologías de la comunicación. De la entrevista realizada al padre Spadaro por la revista 30 Días, seleccionamos sobre estas materias algunas preguntas: —Uno de los escritores contemporáneos que usted más aprecia es Pier Vittorio Tondelli, que murió hace veinte años, el “escandaloso” novelista de Altri libertini... —También en este caso el encuentro fue fortuito. Era 1992, Tondelli había muerto hacía un año, a los treinta y seis años, y yo no conocía sus escritos. Un día, poco antes de comenzar un largo viaje en tren, me cayó una novela suya entre las manos. Yo entonces enseñaba en el Massimo y me ocupaba, como ya dije, de literatura de viaje. En una librería de la estación, antes de que saliera el tren, estaba hojeando algo distraídamente las primeras páginas de aquel libro, Camere separate, y comprendí que se estaba hablando de un viaje en avión. La coincidencia me sorprendió. En aquella novela, la última que escribió Tondelli, en 1989, y en las otras que luego leí en orden anticronológico, conocí la densidad de una gran experiencia literaria. Di con la profundidad de un escritor comprometido en un cuerpo a cuerpo con su existencia, con su vida, en la que la fe había tenido un papel decisivo. Sabía también que Tondelli había sido en los años ochenta ideador del proyecto «Under 25», una especie de taller de escritura a distancia que había reunido a muchos jóvenes aspirantes a escritor: era algo que tenía que ver también con mi trabajo. Leyendo a Tondelli descubrí a un autor de formación católica que, inmerso en el “posmodernismo italiano”, como definió los años ochenta, expresaba la tensión fundamental a la salvación de cada hombre. Me di cuenta de que sus preguntas no eran para nada superficiales, y para nada, digámoslo así, “posmodernas”: eran las grandes preguntas de cada hombre. Comencé pues a estudiar sus papeles, sus anotaciones, tuve la fortuna de relacionarme con su ambiente familiar. Su biblioteca personal conservaba los textos de su formación, entre los cuales estaba la Biblia, la Imitación de Cristo, los místicos medievales y santa Teresita de Lisieux. A lo largo de los años he escrito sobre su obra artículos y libros. —Del escritor de Correggio ha publicado también apuntes inéditos, como aquel tan hermoso y sugerente en el que se lee: «La literatura no salva, no es ni siquiera inocente. La única cosa que salva es la fe, el Amor y la consecuencia de la Gracia...». Una observación que parece una sugerencia para críticos y apasionados de literatura... —En 1996 encontré este apunte suyo escrito a lápiz en una página de La Traducción de la primera Carta a los Corintos de Giovanni Testori, probablemente el último libro que leyó poco antes de morir, y que había hecho comprar a su padre cuando ya estaba en el hospital. Como muchos escritores al finalizar su existencia, Tondelli se hacía preguntas sobre el valor de sus experiencias literarias y la importancia que habían tenido para él. Es una expresión que recuerda las palabras de Jean Cocteau y Jacques Maritain: «La literatura es imposible, hay que salir de ella, y es inútil tratar de escapar con la literatura porque solo la Fe y el amor nos permiten salir de nosotros mismos». El escritor se da cuenta de que la literatura no puede salvar una existencia humana, por grandiosa que sea. Es sin duda alguna una sugerencia para quien hace crítica literaria o ama la literatura. No estamos llamados a comprobar si una obra corresponde a criterios morales o no, o a analizar los textos según la dogmática, sino más bien a confrontar nuestro juicio con el Juicio universal. A recordar que el juicio sobre una experiencia artística se recorta sobre un fondo de eternidad. Según mi opinión el apunte de Tondelli subraya esta intuición.

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Sylvester Heereman LC Nuevo Vicario General de la Legión de Cristo

El padre Sylvester Heereman LC es el nuevo vicario general de la Legión de Cristo. El delegado pontificio para la congregación y para el movimiento Regnum Christi, cardenal Velasio De Paolis, formalizó el nombramiento en febrero pasado, designando también al segundo consejero general para la Legión en la persona del padre Deomar De Guedes LC. El padre Sylvester Heereman LC nació en Bad Neustadt an der Saale, en Alemania, en 1974. Entrado en el noviciado de la Legión de Cristo en 1994, hizo la profesión religiosa perpetua en 1999. Fue ordenado sacerdote en 2006. En 2007 fue nombrado director territorial de Alemania y, tras la unión de este territorio con el de Francia, fue designado director territorial de Europa occidental y central en 2011. El padre Deomar De Guedes Vaz LC nació en Santo Ângelo, Rio Grande do Sul, Brasil, en 1961. Entrado en el noviciado en 1992, hizo la profesión perpetua en 1997, siendo ordenado sacerdote en 2000.

India Propone política de dos hijos

El estado meridional indio de Kerala podría ser el siguiente de una larga lista de gobiernos que tratarían de destruir su recurso más grande: su gente. Según los informes actuales obtenidos por Population Research Institute, grupos, en el gobierno de Kerala, tratan de aprobar lo que ellos de forma inocente llaman “Proyecto de Ley del Código de las Mujeres”. Este proyecto de ley, de aprobarse, crearía la política de los dos hijos como máximo por cada familia en el estado de Kerala, con la intención de frenar el problema de la “sobrepoblación” en la India. Como otras políticas que buscan limitar la natalidad en el mundo, la de Kerala impondría sanciones penales. Por ejemplo, si una pareja estuviera esperando un hijo fuera del máximo de los dos hijos reglamentarios por cada familia, el padre podría ir tres meses a prisión o tener que pagar una multa de 10 mil rupias, equivalente a US$ 200.00, una suma abusiva e impagable para personas de la clase baja allí. También cualquier persona o asociación que expresara su disconformidad con este programa político está advertida de ser sancionada con enormes multas e incluso con penas de prisión. Y, al igual que en la política en China que obliga como máximo un solo hijo, el gobierno de Kerala se rehúsa a reconocer la exis-

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tencia de los hijos que sobrepasen la cuota permitida; es decir, a partir del tercer hijo, se le negarían los derechos elementales y los beneficios estatales. A todo esto, como una manera en que las familias permanezcan dentro del máximo de dos hijos, el proyecto de ley también fomenta el aborto. Los abortos gratuitos estarían disponibles en los hospitales del Estado; los anticonceptivos sin costo estarían al alcance de las parejas casadas. Este proyecto establece un nuevo personaje del gobierno llamado “funcionario del matrimonio”, que tendría facultad de otorgar divorcios sin demoras fuera de la estructura legal existente en Kerala yendo más allá de lo que ninguna Corte habría permitido con el afán de “agilizar” los procesos de divorcio. Junto a los datos demográficos que muestran claramente que Kerala estaría experimentando la disminución de la tasa de natalidad y el envejecimiento de la población que de igual forma afecta al resto del mundo no se entiende el porqué de esta política de los dos hijos. En otras palabras, si la sobrepoblación fuera un problema, las estadísticas nos indicarían que esto se estaría regulando naturalmente sin necesidad de políticas abusivas y obligatorias. Pero lo que realmente les preocupa a los defensores del control natal en el mundo es la labor social de la Iglesia Católica en Kerala centrada en extender los beneficios como la educación o la asistencia médica para las familias más grandes. Por un lado, la labor de promoción humana de la Iglesia desnuda la aproximación deshumanizante de quienes promueven eliminar la vida o buscan reducirla. A la vez, la filosofía actual de la Iglesia sobre la primacía de la familia y el valor de los hijos es mucho más acorde con la mentalidad de India que los presupuestos ideológicos del aborto y la anticoncepción. Sin embargo, muchos grupos de control natal radicales han reinterpretado esto como una especie de “guerra de población”, y describen abusivamente a la jerarquía católica de Kerala como un villano irresponsable.


África La profecía de Pablo VI

Mosaico alegórico del continente africano Basílica San Pedro.

En dos mil años de historia cristiana, África es el continente que ha respondido con mayor rapidez al anuncio cristiano. A veces se dice que la misión ha producido allí pocos frutos, pero no es verdad. En Europa, la evangelización de Rusia comienza en el año 900 d. C. En América Latina, después de cuatrocientos años de colonización por

parte de pueblos católicos, sólo a comienzos del siglo XX la Iglesia se abre camino entre las poblaciones locales, los indios y los negros, que todavía no eran admitidos al sacerdocio ni en las órdenes religiosas. En el África negra, los católicos han pasado de medio millón en 1900 a veinticuatro millones en 1960, ciento dos millones en 1990 y ciento setenta y cinco millones en la actualidad. Con las Iglesias históricas y las distintas sectas de derivación protestante, los cristianos en el África negra suponen la mitad de la población, y el “Continente negro” va camino de alcanzar la mayoría cristiana. También el camino de la Iglesia, medido con el metro de la historia cristiana, ha sido rapidísimo. Los primeros dos obispos negros, consagrados por Pío XII en 1939 (uno de Uganda y otro de Madagascar), en 1960 eran treinta y nueve, en la actualidad son trescientos cincuenta (más cien extranjeros), dieciocho de los cuales son cardenales. Los sacerdotes africanos eran ochenta y cinco en 1920, dos mil en 1960, y treinta y cinco mil en la actualidad. Hay quince mil seminaristas y veintidós mil monjas nativas. Los dos Sínodos episcopales de África en Roma (1994 y 2009) son el signo más fuerte de la madurez de las Iglesias africanas. En agosto de 1969, en el viaje de Pablo VI a Uganda, el Papa lanzaba en Kampala este llamamiento urgente: “Hermanos y hermanas africanas, ¡sed vosotros los misioneros de vuestros pueblos!”. Parecía una frase temeraria, prematura. En cuarenta años, con la disminución progresiva del personal extranjero y el aumento del personal local, se está verificando la profecía de Pablo VI. El viaje de Benedicto XVI a África ha sido una bocanada de aire fresco en una atmósfera de pesimismo. Antes de volver a Roma, ha declarado: “Deseo animar a todo el continente a ser cada vez más sal de la tierra y luz del mundo. Estoy íntimamente convencido de que es una tierra de esperanza. Aquí se encuentran valores auténticos, capaces de aleccionar a todo el mundo, y que reclaman ser extendidos con la ayuda de Dios y la determinación de los africanos”.

Cine Preestreno benéfico de Popieluszko

El 27 de enero pasado se estreno en España una de las películas de temática religiosa más esperadas del año 2012: Popieluszko: la libertad está en nosotros. El protagonista de la cinta, dirigida por Rafal Wieczynski, es el Beato Jerzy Popieluszko, sacerdote polaco martirizado por el régimen comunista en 1984. En Polonia, esta película fue vista casi por un millón y medio de personas.

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VÁCLAV HAVEL Y CHRISTOPHER HITCHENS

EL REY LIBRE Y EL PRÍNCIPE DEL POSITIVISMO Havel y Hitchens. Muerte (y vida) de dos protagonistas de nuestro tiempo que se dirigen a nosotros

A mediados de septiembre pasado, murieron dos personas cuyas vidas y aportaciones a nuestra historia se prestan a un interesante examen. Uno de ellos era Václav Havel, dramaturgo y filósofo, antiguo disidente checoslovaco y, posteriormente, presidente de Checoslovaquia y después de la República Checa. El otro era Christopher Hitchens, periodista y escritor, sobradamente conocido por su agudo sarcasmo y su postura ásperamente anticlerical, y en particular por su libro: Dios no es bueno. Alegato contra la religión, publicado en el 2007. Conocí a ambos personalmente aquí en Irlanda: a Havel en 1996, con ocasión de una visita oficial como presidente de la República Checa, y a Hitchens en 2007, presentando junto a él su libro en el Festival de los escritores de Dublín. Václav Havel ha sido en mi opinión la figura europea más grande de nuestro tiempo, pensador y hombre de acción, que combinaba estas dos funciones de una forma que lo hace prácticamente único en la historia de la literatura o, mejor, en la historia en general. Havel era un caso extremamente raro en la vida pública de nuestro mundo moderno: un disidente y un filósofo llamado a asumir funciones de gobierno, un encarnizado e intrépido opositor del comunismo, que declaraba: «Mi corazón está a la izquierda», pero que dedicó su vida a combatir la ideología comunista y, aún con mayor determinación, a despertar la conciencia de lo absurdo de toda utopía. En sus ensayos, que gozan de gran fama —como el Poder de los sin poder o La política y el conocimiento, ambos escritos al mismo tiempo, años antes de la “revolución de terciopelo” de 1989 en Praga— Havel identificaba en la sociedad moderna la necesidad de lo que él mismo definía como «política postpolítica», donde la política ya no se entiende como una tecnología del poder, sino como el medio para hacer posible una vida humana cargada de sentido. Esto exige, según él, una «revolución existencial» que implique la totalidad del hombre en su ser. Y esta revolución era para él tan urgente en las democracias occidentales libres como en el bloque comunista, que, como él mismo escribió, no era lo contrario de la civilización occidental, sino su «imagen reflejada en un espejo convexo»: una distorsión que permitía observar más claramente análogas condiciones antihumanas. Pero Havel trataba ante todo de presentar el hombre en su condición integral: no sólo como un ciudadano/consumidor/trabajador, sino como un ser movido por preguntas y deseos, que alza la mirada esperanzada hacia el horizonte. El escritor alemán Heinrich Böll ha observado que Havel evitaba usar la palabra “Dios”, y suponía que eso venía de una especie de «gentileza hacia Dios», cuyo nombre, según Havel, había sido «pisoteado por los políticos» durante mucho tiempo. Pero, como añade perspicazmente Böll, Cristo era bien visible en los escritos de Havel. Christopher Hitchens era un tipo de hombre distinto, en cierto sentido no menos brillante e igual de famoso; pero profundamente distinto.

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Dos noches antes de nuestro debate de 2007, participamos en una cena invitados por los organizadores del festival. Me esperaba una gran asistencia, pero en realidad había pocos comensales, y me encontré sentado justo enfrente de Hitchens. Evitó durante toda la cena mirarme o dirigirme la palabra, tal vez por miedo de alentar esa “disposición al combate” que domina a menudo estos encuentros. No puedo decir que me gustase mucho, pero no obstante quedé fascinado por su monólogo prácticamente ininterrumpido, y me impresionó su capacidad de recitar de memoria perfectamente varias poesías del gran escritor irlandés William Butler Yeats. Durante el debate de ese domingo mantuvimos posiciones casi opuestas; Hitchens pasó la mayor parte del tiempo arremetiendo contra las religiones organizadas, mientras yo trataba de entrar en el discurso refiriéndome a los impulsos y deseos fundamentales que empujan al ser humano a intuir que lo que vemos con nuestros ojos no es el final de todo. En un momento determinado me dijo: «No sé a qué religión se supone que perteneces, pero seguro que no es una religión que yo reconozca como válida». Le contesté que era una verdadera lástima que se hubiese pasado tanto tiempo encerrado en su estudio escribiendo sobre fundamentalistas y fanáticos, para después salir y no encontrar ni rastro de ellos… La semana pasada leí una nota sobre nuestro encuentro que había escrito nuestro moderador de entonces. Afirmaba que mis argumentos eran «emotivos» mientras que los de Hitchens eran «lógicos». Quizás podía dar esa impresión, pero sólo en cuanto esos términos son malentendidos en nuestra cultura. Las “emociones” forman parte de lo que llamamos razón, mientras para Hitchens la idea de razón abarcaba sólo una lógica tridimensional, dejando cuidadosamente de lado las preocupaciones y las ideas más profundas que llevan a los seres humanos mucho más lejos de lo que permite nuestra cultura positivista. Christopher Hitchens puso de manifiesto la necesidad que la sociedad moderna tiene de afirmar sus propias conclusiones positivistas. Y lo hizo muy bien: poniendo en ridículo una idea de la fe que con anterioridad ya había sido reducida, y que verdaderamente en muchas circunstancias había sido tan dañina como él afirmaba. Hitchens fue el príncipe del positivismo, alguien excepcional en una manera de pensar que eleva los demostrable sobre lo deseable, lo conocible sobre lo que se puede intuir y la astuta estratagema de la lógica sobre la naturaleza del deseo humano. JOHN WATERS Huellas

Universidad Santo Tomás I Congreso Internacional de Filosofía Tomista

El Centro de Estudios Tomistas de la Universidad Santo Tomás, organizó el I Congreso Internacional de filosofía Tomista, “La Persona: Divina, angélica, humana” a realizarse entre el 4 y el 6 de julio en Santiago de Chile. Los temas de los trabajos son: Noción y naturaleza de la persona; Las personas divinas y el misterio Trinitario; La persona de Cristo y la unión hipostática; Persona angélica y persona humana; La dignidad de la persona humana; La persona humana: varón y mujer; Los personalismos desde la doctrina de Santo Tomás

de Aquino; Sociedad política, bien común y persona; Persona humana y Educación. Los relatores invitados para esta reflexión sobre la doctrina de Santo Tomás de Aquino respecto de la persona, desde la teología, la metafísica y la filosofía práctica son: Eleonore Stump, University of Saint Louis, EE.UU; Eudaldo Forment, Universitat de Barcelona, España; Lluis Clavell, Università della Santa Croce, Italia; Tomás Melendo, Universidad de Málaga, España; Enrique Alarcón, Universidad de Navarra, España. Las Actas del Congreso serán publicadas por la editorial de la Universidad Santo Tomás. Informaciones e inscripciones: Maite Cereceda, coordinadora. Teléfono 362 4824 cet@santotomas.cl

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LA LIBERTAD DE RELIGIÓN: PREMISAS Y CONDICIONES

Existen dos diferentes maneras de entender el derecho a la libertad religiosa. La primera se basa en un concepto de la libertad individual sin un contenido. La libertad religiosa sería de hecho simplemente el derecho a la autodeterminación del sujeto que, así como escoge determinado alimento, determinado tipo de vacaciones o determinado automóvil, de la misma forma escoge qué religión practicar. La libertad de religión sería solo una expresión de la facultad de elección del individuo. Para ser totalmente exenta de vínculos, esta libertad de elección tiene también que ser inmotivada, o sea, debe valer independientemente de su capacidad de justificarse según la verdad. La segunda manera de entender el derecho a la libertad de religión hace que ella dependa de un deber, el deber de buscar la verdad, como dice la Dignitatis humanae del Vaticano II. Entendida en este sentido, la libertad no solo es fruto de una elección arbitraria, sino es expresión de un deber de la persona, la cual pide poder expresar su propia religión en virtud del deber ligado a su naturaleza de buscar la verdad. Añadiría también que se trata en este caso de la “verdad completa”, dado que la religión no pretende expresar verdades parciales, sino siempre verdades absolutas. En este sentido la libertad de religión se insiere en un cuadro de deberes y no se basa en el libre albedrío y, al mismo tiempo, asume una relación estructural con la verdad y de hecho también con la razón. Esta distinción es muy importante para enfocar bien el problema de la libertad religiosa. Si de hecho el derecho a la libertad religiosa fuese solo la expresión de una voluntad, otra voluntad más fuerte podría negarlo. Ocurre así que el cuadro cultural relativista no ayuda a la libertad de religión, sino que de hecho la debilita. Aparentemente parece favorecerla, permitiendo toda forma de expresión religiosa, pero en la práctica la impide, dado que la expone indefensa a su negación y no la garantiza. Naturalmente el mismo discurso vale, al revés, para los regímenes fundamentalistas. De esta premisa fundamental derivan algunas condiciones para tener una verdadera libertad religiosa. Si la religión no es una elección inmotivada, sino que está coligada con el deber de la persona de buscar la verdad, ella misma debe expresar una verdad y, por lo tanto, aceptar la verdad, colocarse en la verdad. Esto es fundamental para no caer en el relativismo religioso, que es una corrosión que al final carcome la misma libertad de religión. En la práctica la libertad de religión requiere que no se piense que todas las religiones son iguales, sino que se mantenga abierta la relación de las religiones con la verdad. Téngase presente que sin esta relación no es posible ningún diálogo entre las religiones, ni siquiera sobre los temas de la convivencia pacífica y de la justicia. No es posible ni siquiera ningún principio de “reciprocidad”, que muchas veces se requiere en las relaciones entre las religiones. Y no es posible ningún diálogo entre la religión y la sociedad civil y política en la cual está insertada. ¿Cómo podría la religión dar algo a la sociedad política en la cual vive si no como aporte de verdad y cómo podría la sociedad civil y política acoger este aporte si no considerándolo positivo, útil, bueno para la sociedad misma? Las religiones son muchas y diferentes: presentan una diferente imagen de Dios y por lo tanto del hombre. El derecho a la libertad religiosa no le quita a una religión la pretensión de considerarse “verdadera”, pero le impone necesariamente enfrentarse con la verdad de la experiencia, de la razón, de la persona humana, del sentido de la vida, de las expectativas profundas del hombre. El cristianismo, como ha dicho Benedicto XVI en muchísimas ocasiones pero sobre todo en la Lectio magistrales en la Universidad de Ratisbona, se pone sobre este camino por motivos absolutamente connaturales con su esencia. El Dios cristiano es Verdad y Amor y el Niñito que veneramos en Navidad es el Logos, la Sapiencia creadora que asume un rostro humano. MONS. GIAMPAOLO CREPALDI Arzobispo de Trieste Boletín de Doctrina Social de la Iglesia

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In memoriam Padre Angelo Serra S.J. escritor de La Civiltà Cattolica

El P. Angelo Serra (1919-2012) vivió gran parte de su vida en la comunidad de La Civiltà Cattolica y fue durante 77 años de su vida religioso de la Compañía de Jesús. Doctor en Ciencias Naturales, fue docente y universitario en Italia y varios otros países, profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica del Sacro Cuore, director del Instituto de genética humana y miembro de muchas academias internacionales. En sus estudios de bioética y en sus investigaciones sobre el genoma humano tuvo siempre en vista la relación entre ciencia y fe y la defensa de los valores de la vida. Religioso de profunda vida interior, simple y cordial con todos, incluso hacia el final de su vida marcada por la fragilidad, dejó un gran ejemplo de disponibilidad hacia el prójimo.

Revista HUMANITAS se conduele con los padres de la Compañía de Jesús que conforman la comunidad de La Civiltà Cattolica por el fallecimiento del P. Serra, junto con manifestar su agradecimiento por los importantes aportes recibidos de su talento.

¿REALMENTE TODO ES ECONOMÍA?

Gramsci proclamó en 1948 que “todo es política”: la filosofía, la historia, la religión, las artes, etcétera. En suma, todas las dimensiones de la vida humana. Fueron muchos los que creyeron en esta “verdad” (con las nefastas consecuencias que todos conocemos), que con el tiempo fue reemplazada por esta otra: “todo es economía”. Uno de los máximos exponentes de esta nueva “verdad” es el economista y premio Nobel de Economía (1992) Gary Becker. Justamente este galardón le fue concedido por “haber extendido el dominio del análisis microeconómico a un amplio campo del comportamiento y la interacción humanos, incluyendo comportamientos no mercantiles”. Según él, nada escapa al ámbito de la economía, convertida en una nueva ciencia de la conducta humana. En consecuencia, el matrimonio, los hijos, la delincuencia, el aborto, las drogas, la natalidad, la discriminación, la donación de órganos, etcétera, son temas o problemas por definición económicos y no morales, sociales o políticos. En el análisis de estos temas, las consideraciones éticas vienen a ser un factor distractor o distorsionador, pues como afirma Lionel Robbins, la economía “es por esencia distinta a la ética”, dado que la economía “opera con hechos susceptibles de comprobación y la ética con valoraciones y obligaciones”. Si aplicamos la teoría de Becker al matrimonio, éste no es más que un contrato que implica costos, como sacrificar la independencia y asumir compromisos (emocionales, económicos), y beneficios, como la compañía o la oportunidad de especializar el trabajo en el hogar. Si los costos son mayores, la elección racional sería establecer una relación prematrimonial, pues esta forma de convivencia sería una inversión en información acerca de ellos. En la misma línea de razonamiento, la familia es una pequeña empresa, estructurada a partir del costo-beneficio en relación con tiempo y dinero. Los hijos deben ser considerados como bienes de consumo, puesto que al igual que otras mercancías, generan satisfacciones y poseen un precio, por ejemplo, medido en el tiempo y en los bienes asociados a su educación. Este análisis debe considerar también el costo de oportunidad de la madre. A medida que ella es más exitosa o gana más dinero, el costo de tener un hijo es mayor. En consecuencia la elección racional sería no tener más hijos. Pero, en aquellos países subdesarrollados donde los hijos son unidades productivas que aumentan el ingreso familiar, convendría tener varios. ¿Cómo se fundamenta esta “hegemonía” de la economía en la vida actual? Se basa en la llamada Teoría de la Elección Racional. Matices más, matices menos consiste en que la acción moralmente buena es la acción interesada, pues el hombre es un ser naturalmente egoísta, o en palabras de Becker, un ser que tiene un comportamiento maximizador: “Todo

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el comportamiento humano puede considerarse como realizado por participantes que maximizan su utilidad a partir de un conjunto estable de preferencias”. El enfoque utilitarista que subyace a esta visión es evidente. Dicho de otro modo, todo individuo actúa siempre buscando su propio interés, aunque no siempre esté consciente de sus esfuerzos maximizadores. Cuando la madre Teresa de Calcuta recogía a los moribundos para darles una muerte digna, no estaba pensando en ellos, sino en su propio interés (alcanzar la salvación, sentirse bien con ella misma, obtener reconocimiento, etcétera). Cuando Hollywood nos muestra una romántica escena en la cual el protagonista expresa a su futura esposa: “Cásate conmigo porque tú me haces el hombre más feliz del mundo”, estamos ante una típica elección racional, pues la novia representa para el novio el bien que en grado mayor maximiza sus intereses. ¡Becker locuta, causa finita! ¿Realmente todo es economía? Existe un grupo de economistas y académicos que sostienen lo contrario. Para ellos existen dimensiones de la vida humana mucho más importantes que la economía, como la familia, la religión, la comunidad, la ética, el Estado. Son conocidos como los padres de la economía social de mercado. Más aún, ellos consideran que la ética no es un obstáculo para el desarrollo económico; por el contrario, es su condición, habida cuenta de que la economía es una ciencia moral. Esta es una de las diferencias entre una economía de mercado con correcciones sociales y una genuina economía social de mercado. Huelga decirlo, para estos economistas el hombre no siempre actúa persiguiendo sus propios intereses. Desde esta perspectiva, al pedir matrimonio debiéramos decir: “Cásate conmigo, porque quiero hacer de ti la mujer más feliz del mundo”. Seguramente Becker nos diría que esto es pura poesía, o retórica “romanticona”. Si es así, ¡mea culpa, mea culpa! EUGENIO YÁÑEZ Profesor Universidad Adolfo Ibáñez Este artículo fue publicado originalmente en El Mercurio. 21-I-12

Padre Gabriel Guarda O.S.B Distinguido con la Encomienda de la Orden de Isabel la Católica

En reconocimiento de su insigne trabajo en relación con la historia y la cultura de Chile, manifestado en una prolífica labor como historiador, escritor y docente, como en una emblemática trayectoria en apoyo de las artes y del patrimonio, Su Majestad el Rey Juan Carlos I de España ha concedido al Padre Gabriel Guarda O.S.B. la condecoración de la Orden de Isabel la Católica en su grado de Encomienda. La condecoración le fue impuesta al sacerdote y monje benedictino por el Embajador de España en Chile, Sr. Íñigo de Palacios. En ella se lee, por un lado, «A LA LEALTAD ACRISOLADA», y por el reverso, POR ISABEL LA CATÓLICA», y su decreto está firmado por el mismo Rey, quien posee el grado de Gran Maestre de la Orden. La Real Orden de Isabel la Católica fue creada por el Rey Don Fernando VII para «premiar la lealtad acrisolada a España y los méritos de ciudadanos españoles y extranjeros en bien de la Nación y muy especialmente en aquellos servicios excepcio-

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nales prestados en favor de la prosperidad de los territorios americanos y ultramarinos». En la actualidad, la Orden distingue además aquellos comportamientos extraordinarios de carácter civil, que contribuyan, de modo relevante, a favorecer las relaciones de amistad y cooperación de España con el resto de la comunidad internacional.


ANTONY FLEW ACEPTA LA EXISTENCIA DE DIOS A un año de la muerte del conocido filósofo ateo Antony Flew, Forum Libertas destaca el itinerario de su pensamiento que concluyó en la renegación del ateísmo.

Las investigaciones científicas sobre el origen de la vida y el ADN muestran la existencia de una “inteligencia creadora”, afirmó ahora Antony Flew. Considerado hasta 2004 el filósofo ateo más férreo e influyente del mundo, Antony Flew acepta la existencia de Dios. En su libro “Hay un Dios: Cómo el ateo más notorio del mundo cambia de parecer”, Flew explica el porqué de ese cambio: recientes investigaciones científicas sobre el origen de la vida y el ADN revelan la existencia de una “inteligencia creadora”, señaló. Durante más de cinco décadas, este filósofo inglés fue uno de los más vehementes ateos del mundo. Escribió libros y, con audiencias multitudinarias, debatió con conocidos pensadores creyentes, entre otros con el célebre apologista cristiano C. S. Lewis. Sin embargo, en el que celebró en la Universidad de Nueva York en 2004, los asistentes quedaron sorprendidos cuando Flew anunció que para entonces ya aceptaba la existencia de Dios y que se sentía especialmente impresionado por el testimonio del cristianismo. En su libro, cuyo título original es There is a God. How the world’s most notorious atheist changes his mind (Nueva York: Harper One, 2007), Flew no sólo desarrolla sus propios argumentos sobre la existencia de Dios, sino que argumenta frente a los puntos de vista de importantes científicos y filósofos acerca de la cuestión de Dios. Su investigación le llevó a examinar, entre otros, los trabajos críticos de David Hume al principio de causalidad y los argumentos de importantes científicos como Richard Dawkins, Paul Davies y Stephen Hawking. Otro de los pensamientos sobre Dios que tomó como referencia fue el de Albert Einstein, ya que, lejos de lo que afirman ateos como Dawkins, Einstein fue claramente creyente. “Inteligencia creadora” ¿Qué llevó a Flew a cambiar tan radicalmente su concepto de Dios? Él explica que la razón principal nace de las recientes investigaciones científicas sobre el origen de la vida; unas investigaciones que muestran la existencia de una “inteligencia creadora”. Tal como expuso en el simposio celebrado en 2004, su cambio de postura fue debido “casi enteramente a las investigaciones sobre el ADN”: “Lo que creo que el ADN ha demostrado, debido a la increíble complejidad de los mecanismos que son necesarios para generar vida, es que tiene que haber participado una inteligencia superior en el funcionamiento unitario de elementos extraordinariamente diferentes entre sí”, indicó. “Es la enorme complejidad del gran número de elementos que participan en este proceso y la enorme sutileza de los modos que hacen posible que trabajen juntos. Esa gran complejidad de los mecanismos que se dan en el origen de la vida es lo que me llevó a pensar en la participación de una inteligencia”, añadió Flew. En cuanto a la teoría de Richard Dawkins de que el llamado ‘gen egoísta’ es el responsable de la vida humana, Flew lo calificó de “ejercicio supremo de mixtificación popular”. “Los genes, por supuesto, ni pueden ser egoístas ni no egoístas, de igual modo que cualquier otra entidad no consciente no puede ni entrar en competencia con otra ni hacer elecciones”. “Ahora creo que el universo fue fundado por una Inteligencia infinita y que las intrincadas leyes del universo ponen de manifiesto lo que los científicos han llamado la Mente de Dios. Creo que la vida y la reproducción se originaron en una fuente divina”, dijo. Sigue en la pág. 366

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“Tres dimensiones que apuntan a Dios” “¿Por qué sostengo esto, después de haber defendido el ateísmo durante más de medio siglo? La sencilla respuesta es que esa es la imagen del mundo, tal como yo la veo, que emerge de la ciencia moderna. La ciencia destaca tres dimensiones de la naturaleza que apuntan a Dios”. “La primera es el hecho de que la naturaleza obedece leyes. La segunda, la existencia de la vida, organizada de manera inteligente y dotada de propósito, que se originó a partir de la materia. La tercera es la mera existencia de la naturaleza. Pero en este recorrido no me ha guiado solamente la ciencia. También me ayudó el estudio renovado de los argumentos filosóficos clásicos”, señaló. “Mi salida del ateísmo no fue provocada por ningún fenómeno nuevo ni por un argumento particular. En realidad, en las dos últimas décadas, todo el marco de mi pensamiento se ha trastocado. Esto fue consecuencia de mi permanente valoración de las pruebas de la naturaleza. Cuando finalmente reconocí la existencia de Dios no fue por un cambio de paradigma, porque mi paradigma permanece”.

“Orígenes de la pretensión cristiana” Del Curso básico de cristianismo del Padre Luigi Giussani

El martes 8 de mayo en el Teatro Oriente (Pedro de Valdivia 099, Santiago) a las 20.30 horas se realizará la presentación del libro “Orígenes de la pretensión cristiana”, segundo de los tres volúmenes que componen el “Curso básico de cristianismo” del Padre Luigi Giussani, fundador del Movimiento Eclesial Comunión y Liberación. Participarán en la presentación el doctor Giancarlo Cesana, profesor en la Universitá Degli Studi de Milano, Italia, y el profesor Pedro Morandé, Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica de Chile. Giancarlo Cesana, doctor en Medicina, especializado en Medicina del trabajo y Psicología médica, es profesor ordinario de Medicina del Trabajo en la Universitá Degli Studi de Milano Bicocca; Director del Centro Studi Patologie Cronico Degenerative, y titular del Curso de Historia de la Medicina. Es miembro del comité científico de la Es-

cuela de Dirección en Sanidad de la Región Lombardía y del Consejo de Administración del ISPESL. Desde el 2009 es presidente de la Fundación IRCCS Ca’ Granda Ospedale Maggiore Policlinico de Milan. Autor de numerosos artículos, de publicaciones científicas y distintos libros. Entre otros, Giancarlo Cesana. Il฀“ministero”฀della฀salute.฀Note฀introduttive alla medicina, publicado por Società Editrice Fiorentina, 2000, y El oficio de curar: vivir la medicina, Editorial Encuentro, Madrid, 2007. Este destacado médico y académico perteneciente al Movimiento Eclesial de Comunión y Liberación, además de la presentación del libro, realizará diferentes conferencias en el ámbito de la salud, de la educación y de la literatura.

Su Santidad Shenouda III Muerte del Patriarca de la Iglesia Copta Ortodoxa

Benedicto XVI envió un mensaje de pésame al Santo Sínodo de la Iglesia Copta Ortodoxa, con motivo del fallecimiento de Su Santidad Shenouda III, Patriarca de Alessandria, ocurrido el 17 de marzo pasado. “Recuerdo con gratitud -escribe el Pontífice- su compromiso por la unidad de los cristianos, su memorable visita a mi predecesor el Papa Pablo VI y la firma, el 10 de mayo de 1973 en Roma, de la declaración común de fe en la Encarnación del Hijo de Dios; así como su encuentro en El Cairo con el Papa Juan Pablo II, en el curso del Gran Jubileo de la Encarnación, el 24 de febrero del año 2000. Toda la Iglesia Católica comparte la pena que aflige a los coptos ortodoxos, y con fervientes oraciones ruega a Aquel que es la resurrección y la vida que acoja a su lado a su fiel servidor”.

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AÑO DE LA FE

EL ENTUSIASMO RENOVADO DEL ENCUENTRO CON CRISTO Introducción de la comunicación sobre el Año de la fe presentado por el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización, durante la Jornada de oración y de฀relexión฀convocada฀el฀17฀de฀febrero฀pasado฀por฀el฀Papa฀Benedicto฀ XVI para el Colegio Cardenalicio.

El 11 de octubre de 2011 el Santo Padre firmó la carta apostólica Porta fidei, con la que anunciaba el Año de la fe, el cual comenzará el próximo 11 de octubre, con ocasión del quincuagésimo aniversario de la inauguración del concilio Vaticano II por obra del beato Juan XXIII, y concluirá en la solemnidad de Nuestro Señor Jesucristo Rey del Universo, el 24 de noviembre de 2013. El objetivo principal de este Año está bien delineado en varios pasajes de la carta. Ante todo, se afirma que quiere expresar “la exigencia de redescubrir el camino de la fe para iluminar de manera cada vez más clara la alegría y el entusiasmo renovado del encuentro con Cristo” (n. 2); además que debería ser como “una invitación a una auténtica y renovada conversión al Señor, único Salvador del mundo” (n. 6); por último, más directamente, que este Año debe suscitar “en todo creyente la aspiración a confesar la fe con plenitud y renovada convicción, con confianza y esperanza. Será también una ocasión propicia para intensificar la celebración de la fe en la liturgia, y de modo especial en la Eucaristía, que es “la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y también la fuente de donde mana toda su fuerza”. Al mismo tiempo, esperamos que el testimonio de vida de los creyentes sea cada vez más creíble. Redescubrir los contenidos de la fe profesada, celebrada, vivida y rezada, y reflexionar sobre el mismo acto con el que se cree, es un compromiso que todo creyente debe hacer propio” (n. 9). Por tanto, los acontecimientos que estamos llamados a celebrar deberían confluir en este objetivo principal. Renovar y fortalecer la fe en un momento de particular crisis en la que se ve, ante todo, a muchos cristianos indiferentes, alejados de la vida de la comunidad y a menudo confundidos por las vicisitudes de la historia, que, sobre todo en este período, ha entrado en una grave crisis de identidad y de responsabilidad social. Se desconocen los contenidos fundamentales y la vida sacramental está experimentando una notable disminución, jamás vista antes. El mismo entusiasmo misionero, que en el pasado había impulsado a dejar el propio país para dirigirse a territorios donde el nombre de Jesucristo aún no era conocido, se ha entibiado notablemente, con la consecuencia de un ulterior debilitamiento del entramado eclesial. Por último, no hay que olvidar la condición de profunda fragmentación en la que se encuentra la cultura en general, la cual a menudo impide tener una visión común y un proyecto de compromiso compartido, que permitirían dar un fundamento unitario a la acción pastoral, para que se puedan encontrar instrumentos coherentes con la evangelización. En este contexto, el Año de la fe se convierte en una ocasión propicia para que toda la Iglesia dé un testimonio común y unitario de su fe confiada en el Señor resucitado, Señor de la historia y Rey del universo. Juntamente con esta finalidad, no se deberían olvidar dos fechas de particular relevancia para la vida de la Iglesia durante el siglo pasado. En primer lugar, el concilio Vaticano II. Muchas veces, en los decenios pasados, la Iglesia ha vuelto a aquel acontecimiento para comprender con cuánta coherencia había sido recibida su enseñanza. El Sínodo de 1985, así como el gran jubileo del año 2000, fueron etapas importantes para recordar el magisterio conciliar. Además, el Catecismo de la Iglesia católica ha cumplido veinte años, y junto con su Compendio, necesita ser más conocido y promovido en la pastoral. La Congregación para la Doctrina de la Fe publicó el pasado 6 de enero una Nota de carácter pastoral en la que se sintetizan diversas propuestas que pueden realizarse fácilmente en el ámbito de las Conferencias episcopales, las diócesis, las parroquias, las asociaciones y los movimientos. Por lo que respecta a la celebración de acontecimientos de carácter universal, el Consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización tiene la función de ser animador, coordinador y propulsor. Se han presentado diversas iniciativas de carácter religioso, cultural y artístico, que se precisarán más en las próximas semanas, cuando se elabore el calendario de los eventos que se celebrarán en Roma.

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Sínodo de los Obispos La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana

La nueva evangelización, uno de los ejes principales del papado de Benedicto XVI protagonizará un nuevo impulso en la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, que tendrá lugar del 7 al 28 octubre de 2012. El tema central de este encuentro será ‘La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana’, que tuvo, en cierto sentido, un precedente en la Tercera Asamblea General Ordinaria celebrada del 27 de septiembre al 26 octubre de 1974 sobre ‘La evangelización en el mundo moderno’. Esto fue recordado por el secretario general del Sínodo de los Obispos, el arzobispo Nikola Eterovi, en la intervención inicial de la Séptima Reunión del XIII Consejo Ordinario de la Secretaría General. No se trata de una simple coincidencia cronológica o temática, sino más bien de un signo de continuidad en la atención de la Iglesia a la predicación del evangelio. Por esta razón, se encuentran valiosas sugerencias para su misión en el mundo de hoy en la Exhortación apostólica Evangelii฀Nuntiandi, resultante de aquella III Asamblea. El secretario general ha puesto de relieve los estrechos vínculos que la unen al Concilio Vaticano II, a través de los textos conciliares presentes citados en el mismo documento postsinodal.

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La reunión, que contó con la participación de algunos cardenales, arzobispos y obispos miembros del consejo ordinario de la Secretaría General, tuvo como objetivo principal de la agenda de trabajo examinar el borrador del Instrumentum laboris de la próxima XIII Asamblea General Ordinaria. Las partes del borrador que llamaron más la atención fueron las relativas a la estructura literaria del texto y los complementos, que incluyen temas como la identidad de los destinatarios de la nueva evangelización, la identidad del cristiano en su relación con el evangelio y con Jesucristo, que es el evangelio mismo. Especialmente rico fue el debate sobre la primacía de la fe en el presente momento histórico, marcado por la crisis de fe, que es también una crisis de la transmisión de la fe misma. Se ha hablado de la “esterilidad de la evangelización actual”, con presencia de ciertas influencias de la cultura contemporánea que hacen especialmente difícil la transmisión de la fe y representan al mismo tiempo un desafío para los cristianos y para la Iglesia. En este sentido, el anuncio del Año de la Fe será una buena oportunidad para profundizar en el don de la fe recibido del Señor para vivirlo y transmitirlo a los demás.


JUAN PABLO II: “UNA SANTIDAD MARIANA” El Padre François-Marie Léthel, prelado secretario de la Pontificia Academia de Teología, predicador de los Ejercicios de Cuaresma 2011 en el Vaticano, es también consultor de la Congregación para la causa de los santos. A un año de la misma, reproducimos su opinión de experto sobre la beatificación de Juan Pablo II. —¿Qué฀lo฀impresionó฀en฀mayor฀medida฀en฀sus฀encuentros con Juan Pablo II? —La primera vez que tuve un encuentro con él fue en 1987, durante una reunión de trabajo. Éramos seis, uno de nosotros el Cardenal Ratzinger, en ese Portada del libro“La luce di Cristo nel cuore momento prefecto de la Congregación para la Docdella Chiessa”, que reúne los Ejercicios trina de la Fe. Lo que me asombró en Juan Pablo Espirituales para el Papa y la Curia Romana predicados por el padre François-Marie II fue su optimismo, su esperanza, su confianza Léthel, durante la cuaresma pasada. absoluta. Esperaba encontrar un hombre aplastado El libro se puede adquirir vía Internet en por el peso de las responsabilidades, pero no era www.libreriadelsanto.it así. Estaba radiante. No era él quien llevaba la salvación del mundo, sino Cristo. Ya en 1982, con ocasión de una misa en su capilla privada, me impresionó mucho su forma de orar. ¡Un verdadero bloque de oración! Por las personas cercanas a él, sabemos que pasaba largos momentos ante el Santísimo Sacramento. Cuando era Arzobispo de Cracovia, instaló una pequeña mesa delante del tabernáculo, y ahí venía a trabajar. —¿Es฀el฀hombre฀o฀el฀Papa฀quien฀es฀beatiicado? —Nunca se beatifica una función ni un estado de vida, sino a una persona que ha vivido la heroicidad de las virtudes. Karol Wojtyla creció en el seno de una familia muy cristiana, en un “sí” cada vez más exigente. Toda su vida está marcada por la cruz, desde su juventud: duelos familiares sucesivos, yugos de los regímenes totalitarios, nazi y luego marxista. No vivió una conversión radical, como San Agustín o San Francisco de Asís, por ejemplo, sino que su vida espiritual no cesó de ser cada vez más profunda, sin que nunca su corazón se haya dividido. Uno de sus mejores biógrafos, Bernard Lecomte, afirma que su santidad es de tipo virginal: de cuerpo, de corazón, de espíritu. —¿De฀dónde฀proviene฀en฀él฀esa฀rectitud฀de฀pensamiento฀y฀de฀acción? —La clave de su santidad está en su divisa: “Totus tuus”. Tenía 20 años en 1940 y trabajaba como obrero de fábrica cuando recibe de un artesano tallador, bajo el abrigo, un libro de San Juan de la Cruz y el Tratado

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de la Verdadera Devoción a María, de San Luis María Grignion de Montfort, los dos autores espirituales que van a marcar su vida, ya que Juan Pablo II era un místico. El Cardenal Stanislas Dziwisz, actual Arzobispo de Cracovia, quien fuera su secretario privado desde su elección para el trono pontificio, da testimonio de que todos los días abría el tratado del Padre de Montfort. —¿De฀qué฀manera฀vivía฀él฀la฀consagración฀a฀Cristo฀por฀María? —La esencia de su santidad es un don total de sí mismo a Dios y una acogida sin reservas del don de Dios. Así, podemos leer en todos sus manuscritos —de seminarista, de obispo, de papa— la fórmula abreviada de la consagración montfortiana: “Totus tuus ego sum” (“Soy todo tuyo”) en la primera página; “et omnia mea tua sunt” (“y todo lo mío es tuyo”) en la segunda; “accipio te in mea omnia” (“te recibo para todo mi bien”) en la tercera; “praeba mihi, o Maria” (“dame tu corazón, oh, María”) en la cuarta. —¿Cómo฀se฀traduce฀concretamente฀la฀heroicidad฀de฀sus฀virtudes? —Inicialmente en la caridad, virtud en el principio de todas las demás virtudes. En la Suma Teológica, donde trata sobre las virtudes teologales, Santo Tomás de Aquino explica admirablemente que “la caridad es la madre de todas las virtudes y su raíz”. Es esa inmensa caridad lo que hizo recorrer el mundo entero a Juan Pablo II, penetrado por la certeza de que Cristo quiere unirse con todos los hombres. Él procuraba reunirse con todo el ser humano, todos los seres humanos, sin excepción, creyentes y no creyentes. Es el tema de su primera encíclica, Redemptor hominis. Juan Pablo II fue un misionero muy grande. Su caridad abarcaba a toda la humanidad. Beatificar a un papa es el proceso más difícil posible, ya que él es responsable de lo que ocurre bajo su pontificado; pero su proceso en nada escapa a la regla común. Todos los testigos dan su opinión, todos son escuchados con la máxima seriedad, independientemente de que estén o no a favor. Y como siempre, aparecen zonas de sombras y de luz. Si todo fuese positivo, sería casi sospechoso. ¡Sólo la Virgen María estuvo preservada de todo pecado! —¿Qué฀frutos฀espera฀usted฀de฀la฀beatiicación฀de฀Juan฀Pablo฀II? —Una gran gracia para la Iglesia, una renovación en su dimensión mariana, de acuerdo con el Concilio Vaticano II, que otorga un lugar supereminente a la Virgen María en la Iglesia, mediante la Constitución Dogmática Lumen gentium, en el capítulo VIII: “La Santísima Virgen María, madre de Dios, en el misterio de Cristo y de la Iglesia”. ¡La consagración a Cristo por María, según San Luis María Grignion de Montfort, no es una mera devoción! Es un llamado a la conversión, para mantenerse en pie, con la Virgen María, al pie de la Cruz, en su maternidad misericordiosa, dulce, humilde, fuerte, pura. Desde este punto de vista, éste será ciertamente uno de los actos más importantes del pontificado de Benedicto XVI. (Conversación registrada por Maryvonne Gasse)

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que en el país hay casi doscientos mil trabajadores extranjeros, entre ellos muchos católicos. Todos los hijos de los trabajadores extranjeros y de aquellos en busca de asilo van a la escuela hebrea, donde reciben “una instrucción muy buena”, pero se asimilan a la cultura judía y “no conocen la Iglesia”.

Nuevo Museo Gallerie di piazza Scala

El 3 de noviembre, con ocasión del 150 aniversario de la UnificaJerusalén Un catecismo católico en hebreo

Ha sido publicado en Jerusalén el primero de tres libros de un catecismo católico en hebreo como apoyo para la enseñanza de los hijos de los cristianos que viven y trabajan en Israel. “Estos libros son necesarios para los niños que hablan hebreo, nacidos en el país, para poder tener acceso en hebreo a las enseñanzas que explican que es nuestra fe y la práctica de nuestra religión católica”, ha dicho el padre David Neuhaus, S. J., vicario del Patriarca latino de Jerusalén. Los tres libros se titulan: “Conoce la Iglesia”, “Conoce a Cristo” y “Conoce las fiestas” El padre Neuhaus ha terminado el proyecto de traducción junto al padre Pierbattista Pizzaballa, el custodio franciscano de Tierra Santa. Ambos trabajan con 35 familias que hablan hebreo en una pequeña iglesia en el corazón de Jerusalén. “Principalmente son de origen israelí mixto, parientes de judíos, hijos de judíos, algún judío converso y otros que no son judíos, pero están integrados en la sociedad judía”, ha dicho el padre Neuhaus a L’Osservatore Romano. El esfuerzo será útil también para los ciudadanos árabes de Israel cuyos antepasados palestinos no huyeron durante la guerra de 1948. “Así nuestros libros de catequesis, nuestra revista, nuestra página web, nuestra liturgia pueden servir de ayuda a este pueblo, aunque no sea su rito particular. Nosotros insistimos en la formación cristiana, en un ambiente judío y secularizado”. Los trabajadores extranjeros en Israel tienen que mandar a sus hijos a las escuelas públicas, donde se habla y se enseña en hebreo. Los libros de catecismo están destinados a cualquiera que vaya a una escuela judía, ha dicho el padre Neuhaus. El proyecto pretende ayudar a los niños, los adolescentes y los jóvenes adultos para que adquieran “un sentimiento de la Iglesia y del ser cristianos, un sentimiento de alegría”. En la traducción han tenido que hacer frente a cuestiones como escribir “Trinidad” e “Inmaculada Concepción” en hebreo, ya que la cultura judía y su teología no están familiarizadas con estos conceptos. El Padre Neuhaus ha explicado

ción Italiana, se inauguró en Milán el museo Gallerie di piazza Scala que alberga en sus instalaciones 197 obras del Ottocento italiano y de los primeros años del Novecento, en particular del patrimonio de origen lombardo. Estas obras fueron un aporte de Fundación Cariplo y de Intesa San Paolo, principales auspiciadores del nuevo museo. Se trata de piezas de carácter histórico, algunas de ellas con inspiraciones en motivos del período medieval y renacentista, pero también representantes de otros movimientos pictóricos de la época como son el Naturalismo, el Divisionismo y el Simbolismo. Además de las exposiciones, la nueva instalación aspira a transformarse en un polo cultural para la ciudad de Milán, para lo cual está abierta a acoger muestras, conferencias, propuestas didácticas y laboratorios, con la finalidad de ofrecer oportunidades formativas sobre todo orientadas a un público joven. La nueva galería no es una iniciativa aislada, sino que se inserta en un proyecto cultural de amplias proporciones que se implementará en toda Italia. El programa Gallerie d’Italia promovido por el grupo bancario Intesa San Paolo, está dirigido a propiciar la creación de una verdadera red de museos en las grandes ciudades del país.

Anuario Pontificio del 2012 Aumento de católicos en el mundo

El cardenal Secretario de Estado, Tarcisio Bertone, y el arzobispo Angelo Becciu, Sustituto para los Asuntos Generales, presentaron en marzo pasado al Santo Padre la edición del Anuario Pontificio del 2012, en presencia de los colaboradores en la elaboración e impresión del volumen. También fue presentado el Annuarium Statiscum Ecclesiae, a cargo del mismo dicasterio. Entre las novedades que recoge el nuevo Anuario cabe destacar que en 2011 el Papa erigió 8 nuevas sedes episcopales, 1 ordinariato personal y 1 ordinariato militar. Asimismo se elevaron: 1 archidiócesis y 8 diócesis a sedes metropolitanas; 1 prelatura, 1 vicariato apostólico y 1 prefectura apostólica a diócesis y 1 misión ‘sui iuris’ a prefectura apostólica. Las estadísticas, que se refieren al año 2010, muestran las

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dinámicas de la Iglesia Católica en las 2.966 circunscripciones eclesiales del planeta. Por lo que respecta al número de católicos en el mundo, en 2010 son 1.196 millones, frente a los 1.181 de 2009, con un aumento de 15 millones de fieles, es decir, un 1,3 por ciento. En el transcurso de los dos últimos años la presencia de católicos bautizados en el mundo permanece estable, alrededor del 17,5 por ciento. Las cuotas territoriales de católicos han acusado, entre 2009 y 2010, variaciones considerables. Han disminuido de importancia en América Meridional (del 28,54 al 28,34 por ciento) y sobre todo en Europa (del 24,05 al 23,83 por ciento). Viceversa, han aumentado en África (de 15,15 a 15,55 por ciento) y en el Sudeste asiático (del 10,47 al 10,87 por ciento) De 2009 a 2010 los obispos pasaron de 5.065 a 5.104, con un aumento relativo del 0,77 por ciento El incremento se ha registrado en África (16 nuevos obispos), América (15) y Asia (12), mientras se ha manifestado una leve flexión en Europa (de 1.607 a 1.606) y en Oceanía (de 132 a 129). Prosigue la tendencia al crecimiento del número de sacerdotes comenzada en el año 2000. En 2010 se cuentan 412.236 presbíteros, de los cuales 277.009 son miembros del clero diocesano y 135.227 del clero religioso. En 2009 eran, en cambio, 410.593 (275.542 diocesanos y 135.051 religiosos). El aumento se registra en Asia (1.695), África (765), Oceanía (52) y América (42), mientras la disminución atañe a Europa (905 sacerdotes menos) Los diáconos permanentes aumentan del 3,7 por ciento pasando de 38.155 en 2009 a 39.564 en 2010. Están presentes sobre todo en América del Norte y en Europa con una cuota relativa al total mundial respectivamente del 64,3 por ciento y del 33,2 por ciento. Parece disminuir la tendencia a la flexión de los religiosos profesos no sacerdotes. Si en 2009 eran 54.229, en 2010 han pasado a ser 54.665. Disminuyen en América del Sur (-3,5 por ciento) y América del Norte(-0,9 por ciento), mientras se mantienen en Europa y aumentan en Asia (4,1 por ciento más) y África (3,1 por ciento). Una dinámica en fuerte decremento atraviesa el mundo de las religiosas profesas, que pasan de 729.371 en 2009 a 721.935 en 2010. Hay menos religiosas en Europa (-2,9 por ciento), Oceanía (-2,6 por ciento) y América (-1,6 por ciento). Sin embargo, su aumento es significativo en África y Asia (alrededor del 2 por ciento) en ambos continentes. El número de los estudiantes de filosofía y teología en los seminarios diocesanos o religiosos registra un aumento constante en los últimos cinco años. También hay que registrar que los seminaristas mayores disminuyen en Europa (-10.4 por ciento) y en América (-1.1 por ciento) mientras aumentan en África (14,2 por ciento), en Asia (13 por ciento) y en Oceanía (12,3 por ciento).

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Promoción de la teología Fundación Vaticana Joseph Ratzinger

El día 1 de marzo de 2010, en conformidad con las normas del Código de Derecho Canónico y de la Ley Fundamental del Estado de la Ciudad del Vaticano, Benedicto XVI dispuso la constitución de la “Fundación Vaticana Joseph Ratzinger”, siendo su objetivo inicial la promoción de la teología de acuerdo con el espíritu de Joseph Ratzinger – Benedicto XVI, ciertamente uno de los teólogos vivos más grandes de nuestra época. Más concretamente, numerosos estudiosos habían expresado el deseo de crear un ente que promoviese la publicación, la difusión y el estudio de los escritos de Joseph Ratzinger, quien llegara luego a ser el Papa Benedicto XVI. Así, la Fundación tiene vínculos obvios con el Ratzinger Schülerkreis, constituido por un grupo de estudiantes de teología, los cuales, a nivel de doctorado o postdoctorado, tuvieron como docente al futuro Pontífice y deseaban mantener los contactos con él y con la escuela de pensamiento teológico por él creada. El Schülerkreis fue establecido cuando el Profesor Ratzinger dejó la enseñanza al ser nombrado Arzobispo de Munich y Frisinga. Estos ex alumnos se reunieron en diversas oportunidades, también posteriormente, junto con su ex profesor, para debatir sobre temas teológicos. Con todo, se deseaba crear también un organismo más institucionalizado, dotado de un patrimonio propio, que diese forma orgánica a lo que había sido previamente una iniciativa privada, dado su carácter cordial e intenso. Así, el mismo Benedicto XVI, en la audiencia concedida al Secretario de Estado, Cardenal Tarcisio Bertone, constituyó la Fundación y aprobó los correspondientes Estatutos, si bien por el momento ad experimentum, por un período de tres años. De acuerdo con el Estatuto, la Fundación no tiene fines de lucro, sino científicos y culturales, dirigidos a la promoción del conocimiento y el estudio de la teología, especialmente en lo relativo a la Sagrada Escritura, la Patrística y la Teología Fundamental. El espíritu de las actividades está dado por el pensamiento y las obras de Benedicto XVI, por lo cual se pretende por tanto proseguir con la investigación dentro de la línea indicada por su enseñanza. Más específicamente, la Fundación aspira a promover y financiar investigaciones, estudios y publicaciones sobre la obra y el pensamiento del actual Pontífice; organizar Congresos teológicos de elevado valor cultural y científico, y establecer premios para los estudiosos que se distingan por especiales méritos tanto en la actividad de las publicaciones como en la investigación científica en el campo teológico.


EL ACIERTO DE MONSEÑOR EZZATI

Qué acierto tan actual lo explicado en una famosa clase magistral pronunciada en Ratisbona hace seis años, en la que se mostró con impecable lucidez la raíz de las motivaciones que llevan a la cultura predominante a otorgar certidumbre científica exclusivamente a lo que proviene de la sinergia entre matemática y método empírico. Consecuencia aberrante de dicho reductivismo: la única instancia ética admisible es la «conciencia» subjetiva y el problema de Dios se excluye por considerársele a-científico o pre-científico (Cf. Benedicto XVI, Clase magistral en la Universidad de Ratisbona, 12.IX.2006). Qué reconfortante acierto el de ese gran cántico a la vida proclamado un 25 de marzo, hace ahora justamente diecisiete años, que a propósito del aborto —que asimilaba a los grandes crímenes contra la humanidad perpetrados en el siglo XX— advertía «que si por una trágica ofuscación de la conciencia colectiva, el escepticismo llegara a poner en duda hasta los principios fundamentales de la ley moral, el mismo ordenamiento democrático se tambalearía en sus fundamentos, reduciéndose a un puro mecanismo de regulación empírica de intereses diversos y contrapuestos» (Cf. Juan Pablo II, encíclica Evangelium vitae N° 70). Qué acierto tan coincidente con los dos anteriores, la advertencia que el mundo entero escuchó el 1 de mayo de 1991 (cuando todavía quedaba en el aire el polvo del Muro derrumbado): «Una democracia sin valores se convierte con facilidad —como demuestra la historia— en un totalitarismo visible o encubierto», cuestión particularmente actual a vista de la insistente afirmación de algunos de «que el agnosticismo y el relativismo escéptico son la filosofía y la actitud fundamental correspondientes a las formas políticas democráticas» (Cf. Juan Pablo II, encíclica Centesimus annus N° 46, a los cien años de la Rerum novarum). Recordemos que, siguiendo el nacimiento de la primera democracia en la historia moderna, algo así ya había observado siglo y medio antes Alexis de Tocqueville, señalando que la democracia sólo puede subsistir cuando va precedida por un determinado ethos. Inobjetable y oportunísimo acierto entonces el de monseñor Ricardo Ezzati —que desnuda el talante de sus detractores— al afirmar que hay verdades absolutas, como el derecho a la vida, sobre las que se puede profundizar, pero no poner en discusión. Lo escuchamos decir en el Bundestag en septiembre pasado: «Para gran parte de la materia que se ha de regular jurídicamente, el criterio de la mayoría puede ser un criterio suficiente. Pero es evidente que en las cuestiones fundamentales del derecho, en las cuales está en juego la dignidad del hombre y de la humanidad, el principio de la mayoría no basta: en el proceso de la formación del derecho, una persona responsable debe buscar los criterios de su orientación» (...) «Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue al Estado de una gran tienda de bandidos?, dijo en cierta ocasión San Agustín. Nosotros, los alemanes, sabemos por experiencia que estas palabras no son una mera quimera» (Cf. Benedicto XVI, discurso ante los miembros del Parlamento federal alemán, 22.IX.11). ARTURO YRARRÁZAVAL C.

Este artículo fue publicado originalmente en El Mercurio 27-III-12

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LIBROS

vida y obra deL padre aLexander men POR GISELA SILVA ENCINA

El sacerdote ortodoxo Alexander Men fue asesinado en Rusia, en el año 1990, en la época en que se derrumbaba el Estado Soviético. Nunca se supieron los móviles del crimen ni el nombre de los asesinos. Naturalmente, tratándose de un pastor que ejercía su ministerio en la clandestinidad a la que obligaba el sistema comunista, en Occidente su nombre era muy poco conocido. Sólo con los años las informaciones de sus amigos y de sus fieles han ido configurando la imagen de un verdadero apóstol, y se han publicado algunos libros que revelan su vasta cultura y su ferviente amor a la figura de Cristo.

Jesús. El Maestro de Nazareth La primera impresión que sorprende en la lectura de esta obra* es la claridad y amenidad de su estilo. El libro tiene la agilidad de una novela y se lee con interés desde el principio al fin, aun por aquellas personas que conocen a fondo al Jesús de los Evangelios. Sin embargo, la obra no tiene nada de novelesco. Su autor se atiene fielmente a la verdad histórica y utiliza como fuentes no sólo los libros canónicos del Nuevo Testamento, sino también los de historiadores de la antigüedad.

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l sacerdote ortodoxo Alexander Men, toda una figura evangelizadora en un tiempo de gran dificultad para la Iglesia oriental, se destacó entre sus fieles por un ministerio pastoral que reflejaba su vasta cultura y su ferviente amor a la figura de Cristo. Estos son, por así decirlo, los fundamentos de la vida de Jesús que aquí comentamos.

La primera impresión que sorprende en la lectura de esta obra es la claridad y amenidad de su estilo. El libro tiene la agilidad de una novela y se lee con interés desde el principio al fin, aun por aquellas personas que conocen a fondo al Jesús de los Evangelios. Sin embargo, la obra no tiene nada de novelesco. Su autor se atiene fielmente a la verdad

* Aleksander Men, Jesús. El Maestro de Nazareth, Editorial Ciudad Nueva, Buenos Aires, 2009, 390 págs.

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histórica y utiliza como fuentes no sólo los libros canónicos del Nuevo Testamento, sino también los de historiadores de la antigüedad, entre otros Flavio Josefo y Tácito. Antes de introducirnos al tema central que es la igura de Jesús, el padre Men nos sitúa frente a una historia sucinta pero muy completa de las creencias religiosas de la humanidad. En treinta páginas que revelan su vasta cultura, el autor nos lleva desde los cultos animistas del hombre primitivo, hasta la fe monoteísta de Israel, pasando por la historia de todas las grandes religiones. Esta visión de notable amplit ud no es puramente histórica. Con frecuencia el autor introduce reflexiones que amplían el relato meramente narrativo. Al exponernos la fe religiosa del pueblo judío, por ejemplo, nos hace ver el hecho paradójico de que la creencia en un Dios único, Creador y superior a todo lo creado, haya sido profesada con tenaz persistencia por un pueblo pequeño, que no había creado una gran civilización, y cuya independencia política duró apenas los reinados de David y su hijo Salomón. Dividido después de la muerte de este último, el pueblo israelita viviría sometido a diversos imperios, todos ellos de religiones politeístas. Su historia es la de su fe, permanentemente amenazada por el contagio con las supersticiones de sus vecinos, y cuya supervivencia sólo se explica por asistencia divina que castiga y perdona. Entrando en el tema central de la personalidad de Jesús de Nazareth su descripción psicológica es muy certera. El perfil moral e intelectual del “hijo del hombre”, la sencillez que rodea todos sus actos, incluso los mila-

gros que exaltaban el fervor de las multitudes, su misterioso vínculo espiritual con el Padre, crean alrededor de Él una atmósfera envolvente de amor, de alegría y de fe. El padre Men nos hace ver el notable equilibrio moral del Maestro de Nazareth. “La lucidez y la sensatez —nos dice— son los rasgos principales de su carácter”. La exaltación patológica y el fanatismo, muy frecuentes en los fundadores de religiones, le eran absolutamente ajenas. Era sereno y contenido. Salvo en raros momentos —como su “furor sacro” ante los vendedores del templo— lo rodeaba una atmósfera de paz. “Hablaba de luchas y de pruebas, pero al mismo tiempo daba a todos la luz, bendecía y transfiguraba la vida.” El padre Men ve una significativa relación entre el Reino de Dios que anunciaba el Nazareno y el marco de serena belleza de la Galilea de esos tiempos. Otro tema de la obra al que el autor da un notorio realce es la dignificación de la mujer que el Señor inicia y que continúa con fidelidad el cristianismo. “Es Cristo —nos dice— quien restituyó a la mujer la dignidad humana que le había sido quitada, el derecho de tener exigencias espirituales”. De ahí que, junto a sus discípulos, hay un numeroso grupo de mujeres que lo siguen en sus viajes y lo ayudan con sus bienes y su trabajo. Las páginas dedicadas a la Pasión del Señor son conmovedoras. Escritas con fe y amor, su autor nos hace vivir los sufrimientos de Cristo, al mismo tiempo que su humildad y su nobleza de alma, que despiertan el asombro del propio centurión romano: “Verdaderamente, este hombre era el hijo de Dios”.

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El Epílogo de “Jesús, el Maestro de Nazareth” nos da la clave de la riqueza espiritual de este libro. En él el padre Men proyecta sobre todo el curso de la historia humana, la grandeza moral que ha dejado a todos los

hombres el ejemplo de Jesús. La obra termina con una oración conmovedora. Todo refleja en ella el fervor de un sacerdote iel y de un gran pastor de almas. Adquirir vía Internet en www.ciudadnueva.com

aLexander men Esta biografía* del padre Men que Ives Hamant ha escrito, abarca no solamente la vida y el apostolado de este sacerdote, sino también el marco de la sociedad soviética en la que actuó. En una síntesis breve pero muy clara, el autor nos lleva desde esa década de los años treinta hasta la caída inal del régimen.

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l padre Alexander Men, sacerdote ortodoxo ruso, nació en Moscú el año 1935. Era hijo de padres judíos, pero su madre tenía inquietudes religiosas y se hizo bautizar, en forma clandestina, junto con su hijo. Por entonces la Iglesia Ortodoxa había sido arrasada por el poder soviético. El 95% de los templos había sido destruido o destinado a servir de bodegas o fábricas. Algunos de los más valiosos habían sido conservados para convertirse en “museos del ateísmo.” Millares de sacerdotes y monjes habían sido asesinados o enviados a los “gulags”.

* Ives Hamant, Alexandr Men, Ciudad Nueva, Madrid, 2010, 221 págs.

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Esta biografía del padre Men que Ives Hamant ha escrito, abarca no solamente la vida y el apostolado de este sacerdote, sino también el marco de la sociedad soviética en la que actuó. En una síntesis breve pero muy clara, el autor nos lleva desde esa década de los años treinta hasta la caída final del régimen. Es importante recordar lo que significó el aparente éxito inicial del comunismo. Las masas vivían con una fe ciega en el triunfo de la revolución. La URSS era un gigantesco tubo de ensayo en el que se elaboraba la felicidad de toda la humanidad futura. Numerosos intelectuales del resto del


mundo compartían este optimismo: “veían en la URSS una tierra en donde la utopía estaba a punto de convertirse en realidad” —nos dice el autor—. Esta fe ciega hacía justificables todos los crímenes. Millones de víctimas inocentes serían sacrificadas sin misericordia a esta teoría, que era la culminación práctica del pensamiento racionalista de los últimos siglos. En este marco inicial, Ives Hamant —que vivió varios años en Rusia y conoció personalmente al Padre Men— nos entrega la semblanza muy real de un hombre de extraordinarias dotes espirituales e intelectuales, cuyo apostolado iba creciendo incesantemente aun en el marco de hostilidad que lo rodeaba. Alexander Men, inserto en la vida y la cultura clandestinas, empezó aún muy joven a instruirse en los evangelios y textos bíblicos, así como en los clásicos rusos. Quien más influyó en su formación fue el filósofo Vladimir Soloviev. Al mismo tiempo su notable capacidad intelectual lo llevó a ampliar su cultura en todos los campos del conocimiento. Cuando se ordenó de sacerdote, era ya un pensador, un teólogo y un exégeta de una profundidad y amplitud poco comunes. Su vida apostólica, aunque clandestina, alcanzó pronto ritmos insospechados. Coadjutor de una pequeña parroquia cercana a Moscú, el padre no sólo oficiaba y administraba los sacramentos allí, sino que iba con frecuencia a la capital a visitar a sus feligreses. Muy activo, pero prudente, su círculo de amigos y fieles crecía incesantemente. Entre tanto los hechos históricos iban modificando insensiblemente la situación. La Segunda Guerra Mundial obligó a Stalin a hacer algunas mínimas concesiones a la Iglesia, a cambio de obtener su apoyo para llamar al tradicional patriotismo del pueblo ruso a defender a su país. Más adelante Kruschov se vio obligado a

hacer un giro insospechado: denunciar los crímenes de Stalin e intentar idealizar la figura de Lenin para volver a un supuesto comunismo “puro” que jamás había existido. Pero al mismo tiempo, inició una nueva represión religiosa muy violenta. La era Brezhnev, conocida en la URSS como “el estancamiento”, siguió en este campo la misma línea. Jamás la Iglesia Ortodoxa conoció, bajo el régimen soviético, ni libertad ni respeto alguno por parte de las autoridades. Pero el cambio de los tiempos era inexorable. La fe en el “porvenir radiante” que traería el comunismo, se había desvanecido y ahora pesaba en la conciencia social el dolor de millones de hombres y mujeres que sabían que sus muertos habían sido víctimas de una tiranía sanguinaria. Al mismo tiempo el avance de las comunicaciones hacía cada vez más difícil mantener a la URSS en el aislamiento del resto del mundo. Los contactos con Occidente se hacían cada vez más frecuentes y para un hombre de la amplia mentalidad de Alexander Men, este era un nuevo mundo que se abría a sus intereses. Fue muy conocido por su apertura a las demás confesiones cristianas, especialmente hacia el catolicismo. Citaba con frecuencia las palabras del metropolita Platón: “nuestros tabiques terrenales no llegan hasta el cielo.” Conocedor de algunas de las posiciones excesivas nacidas en el catolicismo postconciliar, su criterio lúcido y equilibrado no se dejó engañar: “No tengo ninguna simpatía por esos intentos de crear un ‘cristianismo secular’, surgidas aquí y allá en Occidente —manifestaba—(…) esa gente se ha dejado embrujar por el ‘espíritu del siglo’”. Por ese entonces ya había escrito una de sus obras maestras: “Jesús, el Maestro de Nazareth” que fue publicado, bajo un seudónimo, por el Hogar Oriental de Bruselas. En seguida abordó una obra de más largo

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aliento: la historia de las religiones, reunidas en cinco tomos bajo el título de “En busca del camino, la verdad y la vida”. También ésta fue publicada en esos años en Bruselas, pero hoy sería muy valioso reeditarla y traducirla. La cultura y la admirable capacidad de síntesis del padre Men tienen que reflejarse muy bien en un tema histórico de esa magnitud. Esta vasta labor de investigación se realizó mientras el padre continuaba con un ritmo creciente sus tareas pastorales, en condiciones materiales y espirituales dificilísimas. Tuvo que sufrir en varias ocasiones interrogatorios y registros del KGB, que lo despojaron de libros y apuntes personales muy valiosos. Entre tanto el poder soviético se debilitaba inexorablemente. Los disidentes, encabezados por grandes intelectuales como Solzhenitsyn y Sajarov se habían erguido como enemigos formidables. El padre Men fue amigo y sólido apoyo de todos ellos. Cuando Gorbachov empezó a ceder y a dar más libertad a la hasta entonces estrangu-

lada sociedad soviética, el padre Men saltó al lugar más destacado de la fama. Cada vez con más frecuencia empezó a ser invitado a dar conferencias sobre temas religiosos. A la luz del día, en pleno Moscú, su cultura y su fervor religioso tocaban el corazón de miles de hombres y mujeres sedientos de Dios. Pero esto era demasiado difícil de soportar para ciertas personas educadas en el odium fidae. En 1990, mientras se dirigía como habitualmente de su casa a su parroquia de Novaia Derevnia, el padre Men fue brutalmente asesinado. La conmoción que ocasionó su muerte fue inmensa, pero los autores del crimen jamás fueron identificados. Poco después el poder soviético se derrumbaba definitivamente. Hoy día nos queda, a través de esta excelente biografía de Ives Hamant, el deseo de conocer más a fondo el riquísimo legado espiritual e intelectual de este pastor ejemplar que siguió fielmente el modelo de Cristo hasta el último día de su vida. Adquirir vía Internet en www.ciudadnueva.com

Ética y Política. Ensayos escogidos II Alasdair MacIntyre Nuevo Inicio Granada, 2008 360 págs.

En este volumen, la Editorial Nuevo Inicio, de Granada, España, presenta al público hispanolector un conjunto de ensayos de este conocido profesor de Ética en la Universidad Notre Dame de Indiana (EE.UU.), relativos a cuestiones de su especialidad, sobre todo en lo que se refiere a las doctrinas morales tanto de Aristóteles como de Santo Tomás de Aquino y a las diversas interpretaciones que éstas han recibido a lo largo de los siglos. MacIntyre no esconde su profunda adhesión a las ideas fundamentales de estos dos maestros y, por eso mismo, es muy interesante apreciar cómo aborda los diferentes problemas que

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ellas suscitan y cómo presenta las diversas corrientes de pensamiento que de ellas han surgido; en concreto, las de autores de finales del siglo XV; esto es, durante la época que conocemos como Renacimiento. Como lo indica desde ya el título de esta obra, para el autor como para sus mentores intelectuales la moral, en cuanto ciencia del comportamiento libre del hombre, es inseparable de la política, en cuanto ciencia que apunta a la mejor organización de la ciudad humana. La ética que enseñan Aristóteles y Santo Tomás no es la de un individuo aislado sino la de un individuo unido a sus semejantes en


la consecución de un fin común. Es esta finalidad la que da sentido a la actividad libre de las personas. Es apuntando a la consecución de este fin común y teniendo presente los rasgos característicos de nuestra naturaleza, que nuestra inteligencia es capaz de formular los principios que corresponde aplicar para alcanzar nuestra personal plenitud. Por supuesto, uno de los problemas que suscita esta posición, y al cual nuestro autor da amplia cobertura, es el que proviene del hecho de que no todas las personas se plantean su vida explícitamente en esta perspectiva y, sin embargo, son capaces de obrar con rectitud en orden a ese fin. Otras, que sí se plantean, al menos teóricamente, esta ordenación al bien común pueden, sin embargo, desviar su conducta y dañar con ella a ese bien común. Es en este punto donde el autor insiste en la tesis de Santo Tomás de que los principios de la ley moral o ley natural los capta espontáneamente nuestra inteligencia, al margen de lo que se nos ocurra pensar en torno al fin último de nuestra existencia y que, por eso, gente de pensamiento muy disímil concuerda sin embargo en su modo de actuar. Por otra parte, la consideración teórica del fin último no nos impone de suyo un determinado código de conducta; la libertad conlleva siempre el riesgo de desviarnos del camino hacia ese fin. El libro culmina con la exposición que hace el autor de su propio itinerario intelectual, que comenzó con un temprano intento de conciliar marxismo y cristianismo y que culminó con su adhesión a los principios de la filosofía aristotélicotomista, desestimando por cierto todo componente propiamente marxista. Pero eso no le hizo abandonar una crítica a aspectos sustantivos del capitalismo y del liberalismo. Una cosa es defender la libertad; otra, muy distinta, es hipertrofiarla desligándola de toda ordenación a las normas de conducta que nuestra inteligencia es capaz de descubrir en la propia naturaleza humana y en la naturaleza de las cosas que nos rodean. Desligarla, por lo tanto, de su ordenación al bien común, fundamento, en última instancia de las relaciones de justicia entre las personas que forman una comunidad humana. Un libro, en fin, que tiene el gran mérito de exponer los principios de una filosofía tan perenne como es la que elaboraron Aristóteles y Santo Tomás —con dieciséis siglos de distancia entre ellos— a la luz de ideas a veces contradictorias de pensadores que se reclaman de los mismos maestros y, en lo que nos atañe directamente, en contacto con los problemas y polémicas que atraviesan nuestra vida contemporánea. Gonzalo Ibáñez Santa María Adquirir vía Internet en www.nuevoinicio.es

Una experiencia educativa. Sociedad de Instrucción Primaria. SIP, Red de Colegios. 150 años. Edición del Proyecto: Verónica Matte Lira Origo Ediciones Santiago de Chile, 2010 352 págs.

En la historia de la educación privada chilena, la Sociedad de Instrucción Primaria ha tenido una presencia significativa y constante. Fundada en 1856, ha logrado constituirse en un participante relevante en el desarrollo educacional de nuestro país durante su largo itinerario temporal de más de ciento cincuenta años. El libro narra la historia de esta institución desde sus inicios hasta la actualidad. Luego de una breve introducción escrita por Verónica Matte Lira, el libro se organiza en cuatro períodos 1856-1882 (capítulo I: entre desafíos y logros); 1883-1907 (capítulo 2: La mirada innovadora de don Claudio Matte Pérez); 1908-1955 (capítulo III: La impronta de Claudio Matte Pérez y el reglamento de 1908; capítulo IV: Una nueva organización institucional; capítulo V: Infraestructura y financiamiento); 1956-1991 (capítulo VI: Las “Escuelas Matte” camino a convertirse en colegios); 1992-2010 (capítulo VII: La Sociedad de Instrucción Primaria hoy). La obra concluye con un epílogo a cargo de Patricia Matte Larraín, Anexos, citas bibliográficas y bibliografía. Además del contenido del libro, que permite no solo conocer las características de esta institución, sino también la historia de la educación chilena en general, es bueno destacar el cuidado y buen gusto puesto en la edición de la obra. Sus abundantes fotografías en blanco y negro y en colores, el atractivo diseño y diagramación, hacen su lectura fácil e interesante. Especialmente acertada es la

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fotografía de la cubierta, que reproduce el 1º A del año 1937 de una Escuela Matte. En el decenio del Presidente don Manuel Montt, durante el cual comenzó su existencia la Sociedad de Instrucción Primaria, se realizaron serios esfuerzos para desarrollar la educación y despertar el entusiasmo y la colaboración de los intelectuales en torno al mejoramiento de la enseñanza. Hay que subrayar la Memoria enviada al Congreso Nacional (1853) por su ministro de Instrucción Pública, don Silvestre Ochagavía, donde dio cuenta del estado lamentable de la educación primaria en el país, así como la obra de don Gregorio Víctor y don Miguel Luis Amunátegui llamada “De la Instrucción Primaria: lo que es y lo que debería ser”, en la cual plantearon la urgente necesidad de la educación para avanzar hacia la civilización y salir de la barbarie. En este contexto, pero en forma independiente del gobierno, sin carácter partidista y abierta hacia distintos credos religiosos, nació la institución mencionada. Participaron en ella personas con ideas heterogéneas, predominando las de cuño liberal en sentido amplio, pero también estuvieron presentes representantes de las llamadas convicciones conservadoras e incluso un presbítero ejerció como vicepresidente en la primera directiva. Podría decirse que bajo la consigna de “guerra a la ignorancia”, el objetivo original de la Sociedad fue fomentar la enseñanza primaria de niños y adultos en los barrios pobres de Santiago, en forma gratuita. Difícil habría sido imaginarse, en ese entonces, que este propósito fundacional lograría desarrollarse, ampliarse, superar dificultades, adaptarse a los desafíos educacionales emergentes y tener plena vigencia en el siglo XXI. En la evolución temporal y paulatina de la Sociedad de Instrucción Primaria hacia la SIP. Red de Colegios —su nombre actual— muchas transformaciones han tenido lugar en su seno. Tratando de conservar el espíritu originario, la Sociedad ha debido tener la suficiente flexibilidad para asumir los cambios y retos en diferentes ámbitos —educacional, social, moral, económico— que las circunstancias de los tiempos o los progresos educacionales le han ido requiriendo. Algunos de ellos: atraer niños a la escuela y mantener su asistencia, evitando la deserción y la rotación de alumnos; incorporar y adaptar nuevas metodologías o tendencias pedagógicas y didácticas, como el método Matte para aprender a leer y escribir. La institución tiene la huella de muchas personas que contribuyeron con trabajo y recursos. Destaca en forma

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eminente la familia Matte y entre ellos don Claudio Matte Pérez (1858 – 1956), quien la presidió por más de medio siglo (1893-1905 y 1915-1956) y fue uno de sus más importantes benefactores. Luego de recibirse de abogado, don Claudio partió a Europa buscando encontrar remedio para una dolencia hepática. Vivió varios años en el Viejo Mundo donde aprovechó para conocer diversas experiencias educativas y elaboró el famoso y tan conocido “Nuevo método fonéticoanalítico para la enseñanza simultánea de la lectura y escritura”, llamado comúnmente “Método Matte” o “Silabario el ojo”. Éste llegó a ser declarado texto oficial de las escuelas primarias estatales. Tantos niños chilenos han aprendido a leer con este libro que, en un lugar rural, cercano a Rancagua, había un trabajador agrícola a quien apelaban “el loro”. Al preguntar el origen de su sobrenombre resultó que en la escuela sólo había llegado hasta la página cuyo dibujo era precisamente un loro (5ª lección). El método Matte también se constituyó en una importante fuente de financiamiento de la Sociedad, ya que don Claudio le regaló sus derechos de autor. Muchos otros parientes de la familia Matte han colaborado con la SIP, tanto con su trabajo personal como con sus donaciones pecuniarias. Es interesante constatar, a través del libro comentado, la manera como ha ido evolucionando el concepto de escuela y la apreciación del proceso formativo. Desde la indiferencia para enviar los niños a la escuela, pues los padres no tenían conciencia del valor de la educación como instancia de humanización y socialización, hasta formación de una cultura escolar con exigencias y desafíos. Desde una pieza en una casa con algunos bancos y un maestro o maestra, hasta un edificio construido para fines pedagógicos e implementado con bibliotecas, materiales didácticos y canchas deportivas. Desde el pizarrón y la tiza hasta el equipo computacional. Desde un profesor tratando que sus alumnos memorizaran la materia, hasta una comunidad educativa comprometida donde sus diversos integrantes participan y aportan para buscar el desarrollo integral de los alumnos. La SIP. Red de colegios, actualmente con sus 17 instituciones y alrededor de 19.000 alumnos, está convertida en un referente importante en la educación chilena. El sesquicentenario de su existencia demuestra el espíritu de servicio de quienes han participado en ella; la confianza en la educabilidad de todas las personas y en sus capacidades para desarrollarse, aun proviniendo de sectores vulnerables; la conveniencia de complementar


la iniciativa particular con el aporte económico estatal; la perseverancia en la atención de los más pobres; el esfuerzo por mejorar la calidad del proceso formativo; el ejercicio de la tolerancia. Teniendo presente los conflictos educacionales recientes, es saludable reconocer y agradecer este esfuerzo educativo ejemplar y desearle que su empeño continúe, con crecientes bríos innovadores, en ayuda de las nuevas generaciones de chilenos. Elena Sánchez Correa Adquirir vía Internet en www.origo.cl

Tratado sobre el Orden, el Matrimonio y la Extremaunción de San Carlos Borromeo Mario Luigi Grignani Fondo Editorial Universidad Católica Sedes Sapientiae Lima, 2010 175 págs

Esta publicación del Profesor Mario Luigi Grignani es un interesante aporte al conocimiento de la personalidad y de la obra del gran santo Carlos Borromeo, Arzobispo que fuera de Milán en el siglo XVI. La obra del Prof. Grignani se articula en cuatro partes principales. La primera está dedicada al examen crítico acerca de la autenticidad del manuscrito, redactado en la lengua italiana en uso en aquella época en el Milanesado, cuyo título, en latín, es: “Tractatus de ordine et matrimonio et extrema unctione sub ratione praxis spiritualis”. El autor concluye afirmando que san Carlos Borromeo es con seguridad el autor del escrito, aun admitiendo que

haya podido tener colaboradores en su redacción final. La segunda parte es un resumen, breve pero sugestivo, de los datos biográficos de san Carlos Borromeo. Hay, al final de esta parte, un interesante ensayo de interpretación de las líneas matrices de la espiritualidad y de la acción del santo Arzobispo de Milán. La tercera parte consiste en la presentación de los contenidos de los tres temas del manuscrito, es decir, de los tres sacramentos. En esta parte el autor subraya la relación entre el escrito de san Carlos y la situación pastoral de la diócesis de Milán en la época del santo Arzobispo. En esta parte podría haberse destacado los progresos de la teología sacramentaria en referencia con lo que era la teología en tiempos de san Carlos, pero si no se hizo ha sido, con toda probabilidad, porque tal comparación caía fuera del objeto preciso de la obra, cual es la presentación del texto de San Carlos Borromeo. De paso se puede anotar que en lo referente al sacramento del Orden, el texto borromeano no considera como parte de este sacramento la ordenación o consagración episcopal. En cuanto al matrimonio, cabe destacar que san Carlos habla de él como de una vocación, elemento que se ha ido valorizando progresivamente, pero hay en el escrito una insistencia en la preferencia cualitativa de la virginidad y del celibato, valoración que fue recogida por el Concilio de Trento en su perspectiva objetiva, pero sin atender explícitamente al aspecto vocacional, indispensable en la respuesta subjetiva y personal a la vocación que cada cual recibe de Dios. En cuanto a la Extremaunción, ahora llamada Unción de los enfermos, el texto de san Carlos relaciona este sacramento más bien con la proximidad de la muerte y no hace referencia, como actualmente, a la ancianidad o a una enfermedad seria pero que no implica un peligro inminente de muerte. En todo caso, la perspectiva de san Carlos es la de la salvación y de una vida cristiana en esta vida que sea preparación para la eterna. Tanto en sus consideraciones sobre el Orden, como sobre el Matrimonio, el texto insiste en la necesidad de que se reciban con una intención correcta y no por motivos mundanos, de conveniencias sociales o ventajas económicas o de prestigio. La cuarta parte ofrece el texto bilingüe, en italiano de la época y en castellano, del escrito de san Carlos. Tanto el texto italiano como el castellano han sido cuidadosamente establecidos, procurando gran fidelidad con el original manuscrito. La figura de San Carlos tiene, en nuestra América, un paralelo admirable en santo Toribio de Mogrovejo, Arzobispo de Lima, y casi contemporáneo del Arzobispo de Milán: la misma preocupación por la predicación y la enseñanza de

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la doctrina católica y la misma dedicación heroica a tomar contacto con sus fieles, en el caso de Santo Toribio recorriendo más de veinte mil kilómetros haciendo sus visitas pastorales, en las que ocupó diecisiete de los veinticinco años de su ministerio arzobispal. El Prof. Grignani señala, en varias oportunidades, la influencia que tuvo sobre san Carlos Borromeo su contemporáneo Fr. Bartolomé de los Mártires, Arzobispo de Braga, en Portugal, actualmente inscrito en el Martirologio Romano como beato. El bienaventurado Arzobispo de Braga escribió un precioso libro destinado a los Obispos, que lleva como título “Stimulus Pastorum” (Aguijón de Pastores), escrito que fue conocido por san Carlos Borromeo y que ciertamente lo inspiró en alto grado. Desgraciadamente este áureo libro, que el episcopado portugués obsequió a todos los Padres que participaban en el Concilio Vaticano II, sólo existe en latín y no ha sido traducido al castellano. El libro del Prof. Mario Luigi Grignani será de interés para quienes se dedican a la teología de los sacramentos, especialmente de los tres que son materia del manuscrito atribuido con sólido fundamento a san Carlos Borromeo. Jorge Cardenal Medina Adquirir vía Internet en http://www.ucss.edu.pe/fondo/fondo.htm

Nuestra Señora de Guadalupe, Madre de la civilización del Amor Autores: Carl A. Anderson y Monseñor Eduardo Chávez Editorial Grijalbo México, 2010 291 págs.

Son varios los escritos publicados en relación a la aparición de la Virgen de Guadalupe; sin embargo, este es quizás uno de los más completos y profundos, que permite llegar al convencimiento de que el mensaje guadalupano tiene absoluta vigencia para nuestros días, para la Iglesia del tercer milenio, siempre en movimiento y con nuevos desafíos. Los autores, especialmente calificados para un trabajo de esta envergadura, a través de sus relatos, análisis e interpretaciones, logran que el lector a medida que avanza en su lectura se conmueva y quede admirado del contundente significado de la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe al indio Juan Diego, canonizado por Juan Pablo II el año 2003.

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La obra constituye un trabajo de investigación riguroso, que proporciona detalles inéditos, interpretaciones convincentes de la iconografía y de la cultura de la época (siglo XVI) reflejando el conocimiento de los autores en el tema: Carl A Anderson es director del Pontificio Instituto Juan Pablo II (sede Washington) y presidente del Consejo de los Caballeros de Colón; Monseñor Eduardo Chávez, fue el propio postulador de la causa de canonización de Juan Diego. Dividido en tres partes, el libro profundiza en el significado de la aparición como un mensaje de verdad y amor, la imagen de María como madre, un acontecimiento de reconciliación y esperanza; María y la Iglesia. En un tiempo en que vivimos un cambio de la cultura de la palabra hacia la cultura de la imagen, la rica iconografía que contiene la pintura grabada en la tilma de Juan Diego es interpretada ampliamente en el libro y no deja de sorprender, dejando de manifiesto que a través de la imagen milagrosa la Virgen de Guadalupe realiza una inculturación del Evangelio con un lenguaje particular, que cada uno de los receptores es capaz de comprender, pudiendo descubrir su sentido. La riqueza del mensaje guadalupano, el significado de la iconografía en la tilma, el contexto y la cultura indígena y española de la época, los diálogos sencillos y el trato de Juan Diego con la Santísima Virgen son expuestos con claridad en el relato, acercándonos al corazón maternal de María y encendiéndonos en lo central del mensaje cristiano: el amor. “¿Por ventura soy digno, soy merecedor de lo que escucho? ¿Tal vez estoy sólo soñando? ¿Quizá solamente lo veo como entre sueños? ¿Dónde estoy? ¿Dónde me veo? ¿Acaso allá, donde dejaron dicho los ancianos, nuestros antepasados, nuestros abuelos: en la tierra de las flores, en la tierra del maíz, de nuestra carne, de nuestro sustento, acaso en la tierra celestial?” Estas reflexiones que hiciera Juan Diego el 9 de diciembre de 1531, después de oír un hermoso canto que parecía provenir de la cima del cerro en la zona del Tepeyac, muestran cómo la sabiduría de las cosas de Dios les son reveladas a los corazones humildes y sencillos, confirmando una vez más, que los pequeños son los hijos predilectos: “Cuando cesó el canto, una voz de mujer lo llamó: “Juantzin , Juan Diegotzin”, el diminutivo náhuatl cariñoso de su nombre de pila en español….” En sus apariciones del Tepeyac, la Virgen María toma lo que es bueno y verdadero de la cultura indígena como también la de los españoles produciendo un diálogo profundo y una comunión intercultural. Con el color mestizo de su piel, el manto azul-verde, que


para los indígenas se asociaba a lo imperial y el diseño floral, la aparición daba luces y sentido a los habitantes aborígenes que se referían a la Virgen como la Tonantzin Guadalupe, “Nuestra querida Madre Guadalupe”. Por su parte, los españoles la llamaron “La Inmaculada Guadalupe”, ya que veían en su imagen los principales rasgos de la iconografía de la Inmaculada Concepción, como se expresa en el libro del Apocalipsis, “una mujer vestida de sol, con la luna bajo sus pies y está encinta”. Además durante las apariciones cuando se refiere a su persona, María se llama a sí misma “madre” y la “siempre perfecta Santa María”, lo cual para los españoles los hizo identificarla con la Inmaculada Concepción, aun cuando este título y dogma fue reconocido casi tres siglos después por el Papa Pío IX en 1854. Para un continente fuertemente mariano como es América Latina, la aparición de Nuestra Señora de Guadalupe, entre el 9 y 12 de diciembre de 1531 al indígena convertido al catolicismo Juan Diego en un pequeño cerro en las afueras de lo que es hoy día Ciudad de México, constituye la fuente donde se encuentra la raíz de su identidad católica, y donde debe alimentar una fe viva. De generación en generación los latinos confían en la Madre de Dios como la protectora, como la Madre del Consuelo, y la devoción mariana está en la idiosincrasia del pueblo latino creyente. Más que en aspectos doctrinales , es en María donde los fieles maman desde la cuna aquella vivencia del cristianismo como la religión de la confianza, de la certeza y del amor. En tiempos en que la Iglesia Católica ha perdido credibilidad, volver a las raíces y ahondar en un acontecimiento de fe tan rico en amor y misericordia es algo que vale la pena reflexionar para re-encender a los cristianos y recuperar las confianzas. Una aparición, de la hondura, belleza y sencillez como la acontecida en el Tepeyac, es un aire fresco que nos renueva en la esperanza y cuyo desafío debiéramos tomar en serio. Tras presentarse a Juan Diego, la Virgen reveló la razón de su aparición: “Mucho quiero, mucho deseo, que aquí me levanten mi casita sagrada, en donde lo mostraré, lo ensalzaré al ponerlo de manifiesto, lo entregaré a las gentes en todo mi amor personal, a Él que es mi mirada compasiva, a Él que es mi auxilio, a Él que es mi salvación…”. Para los indígenas, la construcción de un templo era más que un acontecimiento religioso. La religión era tan importante para la cultura indígena que un templo se consideraba como el fundamento de una sociedad. En la historia, la construcción de un nuevo templo marcaba la

inauguración de una nueva civilización. Por eso, hablar de Nuestra Señora de Guadalupe es mirarla como la Madre de la Civilización del Amor, la cual todos estamos llamados a construir, partiendo por la renovación de la misma Iglesia. Como decía el Papa Benedicto XVI en su conferencia La eclesiología del Vaticano II: “la Iglesia no es un aparato; no es simplemente una institución; tampoco es una de esas entidades sociológicas y, ante todo, es una persona, es una Mujer, es una Madre, y está viva. La concepción mariana de la Iglesia contrasta de la manera más fuerte y decisiva con el concepto de una Iglesia puramente organizacional y burocrática. No podemos hacer la Iglesia; debemos ser la Iglesia. Sólo en la medida en que la fe, más allá y por encima de hacer, forma nuestro ser, realmente somos Iglesia y la Iglesia está en nosotros. Y sólo siendo marianos nos convertimos en Iglesia. También al principio, la Iglesia no fue hecha, sino que nació. Nació cuando el fiat emergió del alma de María. Este es el deseo más profundo del Concilio; que la Iglesia vuelva a despertar en nuestra alma. María nos muestra el camino”. Magdalena Ossandón Adquirir vía Internet en www.rhmx.com.mx

Conversaciones con Monseñor Bernardino Piñera. Un obispo en tiempos de cambio Alvaro Góngora y Marcela Aguilar Ediciones Universidad Finis Terrae Santiago de Chile, 2011 183 págs.

Para quien ha conocido a don Bernardino Piñera, el presente libro produce la impresión de escuchar su voz. Con delicadeza y sin nunca adquirir protagonismo, los entrevistadores

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van guiando la conversación de tal manera que al final de una lectura que por su amenidad se concluye con presteza, tenemos -como en una pieza de marquetería compuesta de distintas maderas que conservan una tonalidad siempre armónica- el relato hablado de un siglo y de una vida. Hacia el final del libro (p.167), en el capítulo que se titula Sus años franciscanos, encontramos la clave del relato y del protagonista como persona. Se trata de una clave franciscana, con la que él define su vida de hombre religioso, de sacerdote y de obispo. Seguramente en ella estriba también la enorme juventud de espíritu que ha conservado toda su vida Mons. Bernardino Piñera, la cual parece darnos explicación en este pasaje del gozo con que a los 75 años, terminada su labor oficial de obispo, acepta la invitación de la comunidad de San Francisco en la Avenida Alameda para vivir con ellos. Junto con empezar a participar intensamente como un fraile más en las actividades que se desarrollan diariamente en San Francisco, se abre entonces con entusiasmo a una nueva vida de lecturas y escritura de libros. Dicha clave parece dar cuenta, por otra parte, de la absoluta libertad de espíritu con que el arzobispo emérito de La Serena y ex secretario de la Conferencia Episcopal de Chile se va refiriendo a los más diversos hechos que jalonan su existencia. Por la autoridad de su rango y por ser en los hechos que relata un testigo presencial de primer orden, sus confesiones y pareceres constituyen sin duda un patrimonio de gran riqueza para las generaciones más jóvenes. En todo momento habla con la verdad por delante, sin temores, guardando eso sí la prudencia propia de la investidura episcopal y de la caridad cristiana. Conocemos de este modo, a través de sus palabras, la relación de muchos años que mantuvo con el Padre Hurtado y sabemos detalles vividos e importantes respecto de los sufrimientos que debió soportar el santo jesuita dentro de la misma Iglesia en la realización de su misión. Palpamos el ambiente de la vida universitaria a través de su recorrido como vicerrector de la Universidad Católica en tiempos de la prolongada rectoría de don Carlos Casanueva. Escuchamos la confesión de que Juan XXIII y Monseñor Manuel Larraín fueron las dos principales influencias en su vida y conocemos sabrosas facetas del catolicismo popular que vivió en los campos de Talca cuando obispo auxiliar del segundo. Don Bernardino no tiene problemas para situarse a la izquierda o a la derecha de sus interlocutores y al correr de las páginas vamos así sabiendo de su relación con los comunistas Volodia Teitelboim, Julieta Campusano y Luis Corvalán, a la vez que de su relación y aprecio por el

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general Fernando Matthei y su juicio benévolo-crítico del almirante Merino. Habla sin rodeos de la crisis que llevó al fracaso a Eduardo Frei Montalva, deplora dramáticos atropellos a buenos propietarios agrícolas que le tocó ver con ocasión de la reforma agraria y nos pone ante el patético relato de las escaramuzas vividas después del 11 de septiembre de 1973, cuando debió rescatar a sacerdotes implicados con el MIR (notable y desconocido episodio el de la visita mediadora del Abbé Pierre al entonces obispo de Temuco, en p.121) y hasta sus “manos en alto” al ser detenido por alguna patrulla militar en medio de un camino. Junto a importantes reconocimientos, no escapan ilesos a sus críticas el ya mencionado Frei Montalva, el Cardenal Silva Henríquez, ni por cierto el general Augusto Pinochet. No retrocede ante el juicio histórico polémico: “¿Justifica el golpe de Estado?”, preguntan los entrevistadores cuando repasan el año 1970. Respuesta: “Mire, no acepto la tortura, no me gusta la dictadura, pero los militares hicieron lo único que se podía hacer en ese momento, si se quería evitar que Chile siguiera el camino de Cuba” (p.134). Tampoco cae en ambigüedades ante las grandes discusiones doctrinales de su tiempo: “[Sobre la Teología de la Liberación], para resumir, la interpretación de las Escrituras era interesante pero sin respaldo, la parte teológica era un subproducto de la teología europea contemporánea, católica y sobre todo protestante, también interesante pero no decisiva, y el análisis sociológico fue errado porque apostó al socialismo y el socialismo se derrumbó por su propio peso” (p.84). Capítulo de particular interés es el referido a Juan Pablo II y su visita a Chile (p.151), circunstancia que vivió desde la responsabilidad de Secretario de la Conferencia Episcopal. El libro se inicia con la vida de su familia en París, donde Don Bernardino nace el año 1915. Es un aspecto que enriquece lo que llamamos el relato del siglo, pues la circunstancia es común a otras familias chilenas de buena situación. Sólo que en el caso de la familia Piñera Carvallo la estancia parisina tiene un claro y fuerte sesgo cultural más que social o comercial, como era lo predominante entre los latinoamericanos. El paso por el importante Lycée Janson de Sailly en París marcará de forma indeleble la impronta cultural del entrevistado. Este sello le vinculará siempre en el tiempo con personajes franceses (mencionamos ya al Abbé Pierre) y no será así extraño verlo como obispo de Temuco enseñando a Francois Mitterrand, desde la cima del cerro Ñielol, las respectivas techumbres de las casas donde habitaron nuestros premios Nobel, Gabriela Mistral y Pablo Neruda.


Testimonio gratificante de una vida plena, que traspasa un siglo de hondas convulsiones, observado en estas páginas con los ojos de un chileno de cultura universal. Jaime Antúnez Soza

Raïssa Maritain. Una sombra luminosa. A través de sus amistades y escritos Piero Viotto Editorial Club de Lectores Buenos Aires, 2010 415 págs.

Ha sido un acierto la publicación de este libro, a mi entender, y por varias razones. En primer lugar, la editorial Club de Lectores, de larga data establecida en la Argentina para la difusión de la obra de Santo Tomás de Aquino, y también de su discípulo en el siglo XX Jacques Maritain, tenía exclusiva licencia de éste para la traducción y publicación de sus libros y los de su esposa. Con este libro se continúa la línea iniciada por el afamado Sr Fontenla, su fundador. En este sentido, un segundo acierto es el título que han elegido para esta edición; nombre atractivo y sugerente de su contenido, que reemplaza al más modesto y acotado título original italiano: Raïssa Maritain. Dizionario delle opere. Se trata de mucho más, aunque en verdad es fundamentalmente un “diccionario” muy práctico y completísimo, en el que se podrá encontrar todo cuanto atañe a la vida y obra de esta autora y a las de su entorno espiritual-cultural. Su autor, Piero Viotto, profesor retirado de la Universidad Católica de Milán, demuestra aquí (así como en su anterior Diccionario Jacques Maritain, al que completa) su intención y su capacidad docentes. Todo está perfectamente

presentado, ordenado, catalogado, con índices y bibliografías inteligentemente armados y exhaustivos. En esto hay una intención de servicio digna de agradecer, y tanto más cuanto el muy calificado autor, si bien con humildad se hace a un lado, no deja de intervenir de manera muy efectiva, y de muchas formas: para sintetizar las obras, seleccionar párrafos o poemas, e incluso para hacer cortos comentarios muy pertinentes. Cada capítulo basta para aprender y meditar, siempre abriendo perspectivas y ventanas para una posterior exploración del lector o estudioso. De hecho, es un ejemplo a imitar esta crítica discreta y sagaz, documentada sin caer en la hiperbólica pedantería ni en la chata erudición; al contrario: ágil, no complicando sino facilitando el acceso a la figura y obra de esta gran intelectual del siglo XX. En efecto, éste sería el tercer acierto de la editorial, aunque de hecho es el primero y principal: traer hasta nosotros a Raïssa, una de las mujeres de mayor proyección espiritual y cultural de la centuria pasada, y con ella, esa primera parte del siglo sin la cual no hubiese sido posible la renovación del Concilio Vaticano II. Esa época católica olvidada merece volver a ser tenida en cuenta por la excepcional floración de autores, en buena parte conversos, que cambiaron la faz de la vida religiosa y cultural. Resulta apasionante entrar en este juego de fuerzas y permitirnos sentir su impacto y su estímulo. Nos sorprenderemos de constatar cuán cerca de nosotros está esa jovencita de 18 años, anhelante de verdad al igual que su novio descreído, Jacques, buscando ambos la verdad, y sin hallar nada que se le pareciese en el desierto idealista y materialista de la Sorbona en que estudiaban. Desolados, se prometieron una tarde de 1905, en el jardín Botánico de París, a encontrarla o morir juntos dentro de un año. ¡La verdad! Meta y sentido de todo cuanto investigaron, pensaron, meditaron, oraron y vivieron de ahí en más. Esta escena conmovedora está relatada en Las Grandes Amistades, de Raïssa, así titulada poniendo el acento en el rol clave de la amistad en esa búsqueda, su hallazgo, su ahondamiento y su vivencia perseverante a lo largo de los años. En esta semblanza autobiográfica y epocal, van desfilando las primeras figuras que contribuyeron y se enlazaron y sucedieron de un modo providencial: el periodista Charles Péguy que les indicó al filósofo de la “vereda de enfrente” (del Collège de France, frente a la Sorbona), Henri Bergson; éste los salva del escepticismo, así como el novelista León Bloy, leído por indicación de Maeterlink, los lleva al bautismo tan pronto como les hace ver que su pasión por la verdad los hacía ya a ellos “creyentes”.

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Es de notar una vez más este pathos de la verdad que la vuelve no hacia un concepto sino a la persona de Cristo, quien es la Verdad. Y Raïssa, de origen judío, comprende muy bien que en Jesús se cumplen todas las profecías del Antiguo Testamento. Esto es un tema muy reiterado en su obra, y confirmado no sólo en su propio itinerario, sino en el de otros. Algunos llegaron al bautismo y otros no. Entre los primeros podemos mencionar a Edith Stein, y entre los segundos a Simone Weil y Henri Bergson (quienes, convertidos de hecho, prefirieron no recibir el sacramento por solidaridad con los judíos perseguidos), y el artista plástico Marc Chagall, que ha dejado ilustrada la Biblia y realizado vitrales. A propósito cabe destacar la acción desarrollada por un amigo de los Maritain, el dominico P. Couturier, quien llevó adelante la publicación de la revista “L’Art Sacré”, para promoción actualizada del gran arte religioso, sagrado. Es una faceta esencial de Raïssa su discernimiento en lo que hace al arte y la poesía modernos, y esto se debe a que ella misma tenía alma de artista y era poetisa hasta el meollo de sus entrañas. Esta dimensión en ella es inseparable de la oración y la vivencia contemplativa, que la vuelve penetrante para captar la obra de Dios en sus creaturas. Es indudable su conciencia de santificarse en el matrimonio, y específicamente en el matrimonio con Jacques, uno de los filósofos que renovaron los estudios tomistas: una complementación y unión, reconocidas por ambos, sobre todo en lo que hace al pensamiento y la inteligencia, orientados a Dios, la verdad, la belleza, y llamados a una gran fecundidad de “amistades y escritos”. Ambos esposos no se daban tregua en responder a los requerimientos de tantos “hijos e hijas” espirituales-intelectuales, por carta o personalmente. Su casa de Meudon se convirtió en centro de reuniones, organizadas y espontáneas. En cuanto a las organizadas, destacamos el establecimiento de los Círculos de Estudios Tomistas, que comportaban no sólo cursos sino grupos de reflexión y jornadas de oración, contando con el permiso de tener un oratorio en casa y en él la Presencia Eucarística. Escribía ella: “La inteligencia puede desarrollar sus elevadas virtudes sólo si está protegida y fortalecida por la paz que proviene de la oración. Cuanto más se acerca el alma a Dios con el amor, más simple y perspicaz se hace la mirada de la inteligencia y más luminosa su visión.” Les tocó emigrar cuando Francia fue invadida por los nazis, y en el destierro, en Estados Unidos y Canadá, prosiguieron esta acción fecunda de influencia y formación de los intelectuales, como también su aporte a revistas y en libros. Y así continuaron, cuando finalmente Jacques fue convocado por el general De Gaulle a ser embajador de Francia en Roma.

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Esta inquietud docente, esta proyección al entorno en todos los ámbitos de una manera tan creativa y personal, cálida, abierta y sin disimulos, es lo que hace tan destacable la época de los esposos Maritain. La maternidad de Raïssa nos brinda un conmovedor ejemplo al producir para los niños un librito sobre el gran doctor Santo Tomás de Aquino. “He tratado de escribirlo —dice— con un verdadero espíritu infantil” apelando “a las fuerzas vivas del espíritu humano que confluyen en la conciencia del niño como deseo de verdad y justicia, como instinto de belleza y de pureza”. Viotto subraya que quiere llamar la atención del joven lector acerca de la “verdad” y de la “santidad de la inteligencia”. Bien merece una atenta lectura este libro del catedrático italiano, y un aprovechamiento de la bibliografía que da sobre cada uno de los autores mencionados, lo que constituiría de por sí una introducción a la Literatura Católica del Siglo XX. Las editoras han facilitado este intento, gracias a la impecable traducción, el sugerente título y el atractivo diseño con fotos y dibujos. Desde la tapa, Raïssa sonríe como invitándonos. Inés de Casssagne Adquirir vía Internet en www.club-lectores.com.ar

Andes Patagónicos Alberto María de Agostini Editorial Don Bosco Punta Arenas, 2010

La Congregación Salesiana y la editorial Don Bosco han presentado la 3ª re-edición, corregida y aumentada, de la magnífica obra del Padre Alberto María de Agostini “Andes Patagónicos”. Con ocasión del centenario de su Sigue en la pág. 388


DIARIO DE UN PONTIFICADO (2008 - 2011). LA AVENTURA CONTINÚA Publicamos las palabras pronunciadas por José Luis Restán en enero de 2012 con ocasión de la presentación del segundo volumen de su libro* dedicado al pontificado de Benedicto XVI. El primer volumen de “Diario de un Pontificado”, publicado en mayo de 2008, se cerraba con el viaje de Benedicto XVI a฀los฀Estados฀Unidos฀(cf.฀HUMANITAS…).฀Habían฀transcurrido฀ tres años desde la elección de Joseph Ratzinger para suceder a Juan Pablo II. El nuevo volumen se publica después de seis años de Papado, a través de los cuales el autor calibra “con mejor perspectiva la hondura, firmeza y arrojo con que está conduciendo la barca de la Iglesia”.

El volumen que ahora presento a los lectores recoge el arco

que va de la primavera de 2008 al otoño de 2011. Un período apasionante y lleno de momentos dramáticos, en el que al Papa no se le han ahorrado sufrimientos, pero en el que también ha sorprendido a propios y extraños por su libertad, su capacidad de hablar al hombre de hoy, su impulso reformador, y la potencia de razón y belleza que encierra su magisterio. Esta serie de artículos, dispuestos de manera cronológica, refleja mi esfuerzo personal para seguir y entender los pasos del pontificado y para narrarlos a un público que desea acoger con sencillez e inteligencia la propuesta de Benedicto XVI, o al menos, que no deja de sorprenderse e interrogarse ante ella. Un público que frecuentemente resulta maltratado por los grandes medios de comunicación, ya que por ignorancia, pereza o interés ideológico, muestran una indiferencia pasmosa cuando no un profundo sectarismo ante la figura del Papa. Algunos de estos artículos han nacido del dolor (a veces incluso de la rabia, aunque no sólo), otros de la conmoción o del desafío intelectual. Pero siempre de la gratitud por vivir en el hogar de la Iglesia, que el Papa cuida como verdadero padre. Me siento privilegiado de haber podido dedicar tiempo y energías a esta tarea, y espero que al presentarla en este formato pueda alcanzar a un mayor número de personas, con el deseo de que así aumente su certeza, su alegría y su esperanza. Esta vez he decidido poner punto y seguido a este Diario tras la memorable visita de Benedicto XVI a Alemania, y cuando acaba de anunciar la convocatoria de un Año de la fe, con la publicación de la Carta apostólica Porta fidei. El viaje a Alemania ha sido un hito trascendental, no tanto porque el Papa haya deshecho de nuevo los presagios de los agoreros, porque haya desbaratado las oposiciones más clamorosas y haya concitado mucha más acogida y entusiasmo del esperado. Lo importante es que en este viaje ha mostrado a un tiempo su capacidad para desafiar cordialmente a la cultura del relativismo y su lucidez para rehacer el tejido eclesial herido. Atrio de los gentiles y Año de la fe, testimonio a campo abierto en la ciudad secularizada y renovación eclesial, nueva evangelización y renovación en la continuidad de la gran tradición católica. En cierto modo Alemania resume lo que han sido estos tres años que recoge este libro que ahora cerramos. * José Luis Restán, Diario de un Pontificado, Ediciones Encuentro, Madrid 2011, 192 págs

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También vemos que Benedicto XVI tiene más olfato e intuición para las grandes imágenes de lo que muchos pensaban. Para octubre de 2012, coincidiendo con el cincuenta aniversario de la apertura del Concilio Vaticano II, ha convocado un Año de la Fe, en continuidad con la iniciativa que tomó en su día Pablo VI. Pero el Papa no se contenta con lanzar una imagen, sugiere un itinerario muy concreto para fortalecer la fe y para comprender y profundizar su contenido, con el fin de ofrecer al mundo un testimonio coherente en las nuevas condiciones históricas. Porta fidei es una auténtica carta de navegación para la Iglesia en este momento histórico. ¿Sabremos aprovecharla? ¿Nos dejaremos asombrar, interrogar y corregir por ella? ¿O como tantas veces la intentaremos reducir a nuestros esquemas previos, le quitaremos la espoleta y convertiremos en pólvora mojada? Son preguntas abiertas que sólo en el tiempo encontrarán respuesta. Redescubrir la fe y avivar la misión. Sumergirse en la vida de Cristo que actúa en su Iglesia y comprender las coordenadas culturales de esta hora. Sanar el tejido de la comunión eclesial y salir al aire (fresco o viciado) del mundo que nos toca vivir, sin otra garantía ni protección que la fe vivida en la compañía de los santos. Esa es la doble e indisoluble tarea que Benedicto XVI propone. Esperemos seguir contándolo en los próximos años. JOSÉ LUIS RESTÁN Adquirir vía Internet www.ediciones-encuentro.es

llegada a Chile en 1910, este sacerdote-misionero y científico (1883-1960) exploró por más de medio siglo la Patagonia y la Tierra del Fuego chileno-argentina. Él pertenece al conjunto selecto de grandes exploradores que hicieron significativos aportes científicos-culturales al mundo. Identificó tres rasgos íntimos que, presentes en el sustrato más profundo del autor, en su alma y en su espíritu, explican su sensibilidad de científico-explorador. En primer lugar destaca su condición de sacerdotemisionero católico, su dimensión espiritual y su calidad de hombre de fe. Para él la naturaleza forma parte de la creación divina, es revelación concreta del amor de Dios para sus creaturas. La naturaleza es una Obra Divina de Arte. Cuando Agostini describe y cartografía glaciares, fiordos, canales y lagos, cuando se admira con el Monte Sarmiento o con el M° Olivia en Ushuaia, en fin, cuando fotografía hielos flotantes, creo que recreaba ante sus ojos la narración del Génesis del tercer día de la Creación. Este espectáculo cósmico, inmaculado, la contemplación de los elementos naturales en lúdica acción, lo acercaba a Dios y a la oración. De ahí sacaría su fuerza, la perseverancia, y la alegría para sus expediciones. ¡Quizás las cumbres montañosas lo hacían sentirse en las puertas mismas del Cielo!

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Me imagino la alabanza que elevaría al Padre, al enfrentar esa naturaleza virgen, majestuosa, que se le develaba ante sus ojos. Pienso que en esas soledades cósmicas-planetarias, el sacerdote llevaba un intenso diálogo, que “hablaba con Dios”. Como sacerdote tenía una profunda inquietud, que lo urgía ardientemente; su preocupación por los habitantes aborígenes de la Patagonia. No sólo los describió y los fotografió. Los acompañó en su historia personal, familiar y social; los bautizó y los evangelizó. Vio en ellos a personas, hechas a imagen y semejanza de Dios. Respetó su dignidad y abogó por sus derechos. No haber podido salvar a muchos de ellos constituía para él un verdadero tormento. En un plano más terrenal, lo segundo a recordar es que nuestro autor nació en Pollone, en el Piamonte alpino, y su hermano Juan fundó el más grande Instituto Geográfico en Italia, que lleva su nombre. Estaba habituado desde niño y desde su entorno familiar a las montañas, a las nieves, al hielo, a la escarcha, a las laderas escarpadas de solana y umbría, a los tan característicos estrechamientos de horizonte. Pero el mundo Alpino tiene tan sólo algunos paralelos con la Patagonia Andina que conoció a partir de 1910, cuando llegó como joven de 27 años, recién ordenado sacerdote. La Patagonia fue descubierta para Europa por Hernando de


Magallanes en 1520, quien cruza el Estrecho del Atlántico al Pacífico. Pero hasta los comienzos del siglo XIX, vale decir, durante 300 años, poco se habló en el Viejo Mundo de la Patagonia. Recién las expediciones inglesas, tras la independencia americana, develaron algo más de la Patagonia en Europa. Hubo un gran hiato de conocimiento de casi tres siglos. Ello permitió tejer conjeturas, visiones fantasmagóricas, relativas a los territorios y océanos australes, a cómo sería esa Finis Terrae Australis. De Agostini intuía que su Piamonte tenía cierta cercanía con la Patagonia meridional. Pero en rigor científico-geográfico, no dimensionaba las diferencias gigantescas entre lo alpino del hemisferio norte y lo andino del mundo austral. En efecto, al Sur del Cabo de Hornos todo el perímetro del paralelo, entre 55° y los 65° de latitud, es un cinturón marino continuo de alrededor de 30 mil kilómetros, no existiendo tierras emergidas. En el hemisferio norte, el perímetro equivalente en latitud es, en más de un 80 por ciento, un corredor terrestre continental. En el mundo austral, al sur de ese cinturón oceánico, emerge el gigantesco continente antártico, que no tiene contraparte equivalente en el polo norte. Mientras este último es oceánico, el polo sur es continental. Existe fuerte asimetría entre el norte y el sur. Esto tiene profundas consecuencias de distinta naturaleza y alcances. Conocemos poco del continente antártico de 14 millones de km2. Así en climatología, glaciología sedimentología, etc., estamos sólo en los inicios. Creo que la fascinación y la pasión del Padre Agostini por la Patagonia, es consecuencia de enfrentar escenarios y situaciones científicamente diferentes a los paisajes europeos que conocía. El ejemplo más clásico es el contraste climático existente entre la vertiente de barlovento —occidental marítima— y la vertiente oriental de sotavento de las estepas magallánicas. No existe otro lugar en el mundo donde, en distancias de longitud no superiores a 15-20 kilómetros, se pase de precipitaciones superiores a 3.000 mm al año, a zonas desérticas estepáricas con menos de 50 mm. La explicación de aquello es que la circulación atmosférica subpolar oeste-este de nuestro hemisferio, fluye a un nivel sustantivamente más cercano a la superficie que en el hemisferio boreal. También la intensidad de los vientos del oeste es varias veces superior que en Europa. No profundizaré sobre estos y otros aspectos climatológicos y glaciológicos de la Patagonia. Busco sustentar la hipótesis que el Padre Agostini intuía, muy agudamente, que nuestras latitudes australes eran radicalmente asimétricas respecto al hemisferio norte. Entre otras cosas, también comprobó que la disposición norte sur de la cordillera andina, perpen-

dicular a los vientos del oeste, originaba condiciones muy diferentes, comparada con la disposición oeste-este de los Alpes europeos. La conciencia de profundas asimetrías entre el hemisferio boreal y nuestro mundo austral late en la mayoría de las descripciones, cartografías, expediciones y descubrimientos del sacerdote. Su intensa actividad exploradora logró revertir la injusta sentencia que Darwin había hecho de la Patagonia como Tierra Maldita. Alberto María de Agostini fue un adelantado, un pionero, un sacerdote-misionero, fiel siervo del Señor. Alabó la Creación, dignificó al ser humano, y legó a la humanidad un gran servicio. Ricardo Riesco Jaramillo Adquirir vía Internet en www.edebe.cl

Autobiografía G.K. Chesterton Editorial Acantilado Barcelona, 2003 392 págs.

Que sea una autobiografía no quiere decir necesariamente que sea la mejor de las biografías. Más se conoce de la vida de Chesterton leyendo la obra de Maisie Ward, por ejemplo, que leyendo sus recuerdos escritos por él mismo. Estos son desordenados e incompletos, pero están iluminados por la genialidad de Chesterton. El mismo reconoce sus falencias: “me dirán que por qué ofrezco aquí este puñado de tópicos deshilvanados, tipos y metáforas, todo absolutamente inconexo (…)”. De su familia comienza diciendo: “Lamento no tener un padre siniestro y brutal que ofrecer a la mirada pública como la verdadera causa de mis trágicas inclinaciones; ni una madre pálida y aficionada al veneno, cuyos instintos suicidas me hayan abocado a las trampas del temperamento artístico (…)”. De su infancia evoca el teatro de juguete construido por su padre y de allí surgen reflexiones muy profundas sobre esa edad. A la adolescencia, en cambio, le dedica dos capítulos —“Cómo ser un imbécil”, “Cómo ser un lunático”— y define su primera juventud como aquella época en que iba a la deriva, no hacía nada y era incapaz de concentrarme en un trabajo regular (…)”. Aparecen sus temas y personajes favoritos, George Bernard Shaw, Hilaire Belloc, su hermano Cecil, el Eye Witness (diario

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que pilotearon ambos hermanos), el escándalo Marconi, la Primera Guerra, su conversión al catolicismo, sus gustos literarios. También comidas célebres, bromas, lo que él llama “amistad y tonterías”, clubes excéntricos. El libro abunda en paradojas y frases ingeniosas. Dice de Rusia: “ese país que tiene todas las virtudes menos el sentido común”. Y de la guerra de los Boers: “Yo odiaba todo aquello que a mucha gente le gustaba. ¡Era una guerra tan alegre”. ( Chesterton se oponía al papel jugado por Inglaterra en Sudáfrica y se sentía orgulloso de ser pro Boer). “Éramos tan feos y desaliñados como las verjas y farolas entre las que paseábamos” (la clase media inglesa y concretamente su propia familia). George Bernard Shaw: “Hace falta estar en tal desacuerdo con él para admirarlo como yo le admiro”. Reflexionando sobre la libertad religiosa afirma: “Podría creerse que la libertad religiosa significa que todo el mundo es libre para hablar de religión. En la práctica significa que a casi nadie se le permite nombrarla”. Al final de sus páginas retoma muy certeramente la historia del teatro de juguetes: “Surge ante mí, nítida y clara como antaño, la figura de un hombre con una llave que cruza un puente, tal como lo vi cuando por primera vez miré el país de las hadas a través de la ventana del teatrillo de juguete de mi padre. Pero sé que aquel a quien llaman Pontifex es el constructor del puente, también se llama Claviger, el portador de la llave, y que esas llaves le fueron entregadas para atar y desatar cuando era un pobre pescador de una lejana provincia, junto a un pequeño mar casi secreto”. Elena Vial Adquirir vía Internet en www.acantilado.es

Desde el Infierno de Ulises al Cielo de Pablo Pablo de Torreones Editorial Nueva Patris Santiago de Chile 2011 423 págs.

Esta presentación de una experiencia personal que sufrió un padre de familia y empresario de nuestra época con el demonio y su consiguiente liberación, ostenta varios méritos, de los cuales el primero es abordar con provecho un tema desgraciadamente marginal en nuestra literatura pastoral, ya que persiste el prejuicio de que se trata de asuntos “raros” de los cuales se puede prescindir. El segundo mérito es que el relato evita la tonalidad “espe-

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luznante” o “escalofriante” que se espera o se busca en tal género literario. Añádase como tercera ventaja el que el autor y testigo de esta caminata por infierno y cielo la complementa con varios apéndices o anexos que enfocan esta nueva “Divina Comedia” desde varios ángulos científicos o sapienciales. Para percibir adecuada y útilmente dichos méritos de Pablo de Torreones podemos contrastar su escrito (del 2001, editorial Nueva Patris) con una publicación apenas un año anterior (2010), armada por el editor Patricio Jara en la misma ciudad de Santiago de Chile, en base al caso de una “endemoniada de Santiago” de nombre Carmen Marín, y ocurrido en 1857. El fundamento de ambos relatos es el mismo: la comprobación de una presencia y acción satánicas. En el caso de 1857 los documentos que lo avalan son tres: notas periodísticas del diario “El Ferrocarril”, varios informes médicos y lo más decisivo: una relación del presbítero José Raimundo Zisternas al arzobispo Mons. Rafael Valentín Valdivieso, sobre el exorcismo practicado por él sobre la joven Carmen Marín (La endemoniada de Santiago, Prólogo y edición de Patricio Jara, Vergara, Santiago de Chile 2010. 125 págs). El editor de “La endemoniada de Santiago” recurre al subtítulo “La crónica más espeluznante de la historia de Chile, que se escribió hace 150 años”, para revelar de este modo su intención esencial: proporcionar una inyección de adrenalina a los aficionados a libros o películas de terror. En otras palabras: se trata de un “entretenimiento” . El tema en sí, la problemática de fondo, no interesa. Lo sucedido en el invierno de 1857 en torno a la joven Carmen Marín no suscita en el editor ningún eco vital. En contraste, en la obra de Pablo de Torreones no se da —al menos no en el relato de su conversión personal— ningún exorcismo. No hay llamadas a “efectos especiales”. En vez de ello nos presenta el relato sereno de una conversión, del tipo de la del apóstol Pablo en el camino a Damasco. Las informaciones “inquietantes” se encuentran en los


anexos y no constituyen la intención central del autor. Esta es más bien la siguiente: 1°) Recordar a una cristiandad remisa la existencia del demonio; 2°) Conocer mejor sus tácticas usadas contra nosotros; 3°) Denunciarlas y contrarrestarlas sin temor ni fatiga, ya que la última palabra siempre la tiene Cristo. Dicho de otra manera: A) Renovar y hacer muy nuestra la advertencia de que nuestra vida es un inevitable y permanente combate espiritual, hecha por el apóstol Pablo en Ef 6,12: “Nuestra฀lucha฀no฀es฀contra฀la฀ carne y la sangre”; B) Tomar en serio las armas de defensa enumeradas por el mismo apóstol a partir de Ef 6,13: “Tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día funesto”. En vez de “pasatiempo” el tema de la presencia y acción satánicas son dadas a conocer como el problema de vida o muerte de nuestra salvación. El que por experiencia propia —como lo hace nuestro autor— alcanza la convicción de que el tema es vinculante, sabe a qué atenerse y por consiguiente vive con más celo y ardor. En cambio, el mero “descuido” del tema, desemboca en tibieza y frustración. Después de una primera y segunda parte, abocadas al relato de las historias respectivas de Ulises (el hombre viejo) y Pablo (el hombre nuevo), el autor ofrece una especie de comentario de la verdadera vida cristiana, que es la vida espiritual, en una tercera y cuarta partes, sorprendentemente frescas y originales si se considera que no fluyen de una pluma especializada en el tema, sino de la mente práctica de un empresario. Finalmente el quinto anexo da a conocer testimonios de tipo “pesado”, relacionados sin duda con el tema central del libro y necesarios para su mejor comprensión. Mauro Matthei OSB

que la muerte expolia, de manera de poder llegar pobre para no perder ganancias ante la muerte. Cierto vaho budista orea esa propuesta de aligeramiento, pero Hadjadj la reviste con toda la espléndida esperanza cristiana de una resurrección que derrota el aguijón de la muerte. Libro muy francés en cuanto a cultura y lógica, a pensamiento claro y bien expresado. Y libro escrito para autoayuda de una juventud universitaria, más que de una adultez ya madurada. De allí la forma de exponer sus ideas y reflexiones mediante citas, anécdotas, juegos de palabra y ejemplos despampanantes, todo un cúmulo de “ilustraciones verbales”, dispuestas para mejor persuadir. Técnica de maestro académico ante un auditorio muy siglo XXI al cual hay que hechizar incesantemente. Al lector treintañero le atraerá la aparente carencia de arquitectura en un libro que (como lo dice su autor) puede leerse en cualquier capítulo, saltando la secuencia tipográfica. También le gustará ese sistema de ramales ilustrativos que, en cambio, al lector viejo le puede resultar un truco abrumador e innecesario. Lo que al joven le parecerá un estupendo muestrario de aplicaciones y conexiones aclaradoras, al viejo le parecerá un barroquismo desviador, un enmarañamiento de los puntos clave. Si buscamos una postura intermedia, objetivamente se debe reconocer que el libro adolece de un cúmulo de rellenos que revolotean en torno a las ideas medulares. Como en una improvisación musical a partir de un tema escogido, Hadjadj urde y pespuntea divagaciones sorprendentes, sin perder el rumbo conceptual. Digamos que tal como un eximio jazzista él deja y retoma sus melodías. Ellas merecen ser atendidas. Así la lectura de este complejo libro pide tiempo para irlo procesando y paciencia ante sus malabarismos: el fruto final es una insigne praxis católica.

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Luis Vargas Saavedra Tenga usted éxito en su muerte, anti-método para vivir

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Fabrice Hadjadj Nuevo Inicio Granada, 2011 430 págs.

Fabrice Hadjadj ha escrito otro libro de brillante exposición polémica, esta vez abocado al trance de la muerte considerada como un desafío existencial. Es decir, nos plantea de qué manera prepararse para recibirla. En esencia propone desprenderse de los éxitos y triunfalismos, de las riquezas

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sobre Los autores CARDENAL ANTONIO MARÍA ROUCO VARELA. Arzobispo de Madrid. Presidente de la Conferencia episcopal española. Miembro de número de la Real Academia de Ciencias Políticas y Morales.

CARDENAL ANGELO SCOLA. Patriarca de Venecia del 2002 al 2011 y actualmente Arzobispo de Milán. Ex Rector de la Pontiicia Universidad Lateranense. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS.

MASSIMO BORGHESI. Profesor de la Universidad de Perugia y de la Pontiicia Universidad Urbaniana. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. El presente artículo fue publicado originalmente en la Revista Oasis (XII-11).

GISELA SILVA ENCINA. Escritora. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS.

STANISLAW GRYGIEL. Titular de la Cátedra Juan Pablo II de la Pontiicia Universidad Lateranense, Roma. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS.

VERÓNICA GRIFFIN BARROS. Editora. Colaboradora habitual de revista HUMANITAS.

GONZALO IBÁÑEZ SANTA MARÍA. Abogado y profesor de Filosofía. Miembro del Consejo de Consultores y Colaboradores de revista HUMANITAS. ONORATO GRASSI. Profesor de Historia medieval, Universidad de Lumsa, Roma y Universidad Católica de Milán. CARDENAL GEORGES COTTIER O.P. Teólogo emérito de la Casa Pontiicia. GIUSEPPE DE ROSA S.J. El Padre De Rosa, antiguo y benemérito escritor de La Civiltà Cattolica —páginas en que publicó originalmente este reportaje— falleció el 21 de marzo de 2011 (cf. Humanitas 63, pág 675).

BERNARDITA CUBILLOS. Colaboradora habitual de revista HUMANITAS.

CARDENAL MAURO PIACENZA. Prefecto de la Congregación para el Clero. AUTORES EN PANORAMA Y LIBROS ANSELMO ÁLVAREZ NAVARRETE O.S.B. Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. CARDENAL JORGE MEDINA. Prefecto emérito Congregación Culto Divino. INÉS DE CASSAGNE. Profesora de la Universidad de La Plata. GIAMPAOLO CREPALDI. Arzobispo de Trieste ELENA SÁNCHEZ. Filósofa. RICARDO RIESCO. Comité editorial de revista HUMANITAS. ARTURO YRARRÁZAVAL COVARRUBIAS. Comité editorial de revista HUMANITAS

COMITÉ EDITORIAL DE HUMANITAS Jaime Antúnez. Director de Revista HUMANITAS. Doctor en Filosofía. Miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Hernán Corral. Doctor en Derecho. Ex decano y profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de los Andes. Samuel Fernández. Doctor en Teología. Ex decano y profesor de la Facultad de Teología de la Pontiicia Universidad Católica de Chile. Director del Centro de Estudios Padre Alberto Hurtado. Gabriel Guarda O.S.B. Abad emérito del Monasterio Benedictino de la Santísima Trinidad de Las Condes. Premio Nacional de Historia 1984. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. René Millar. Doctor en Historia. Ex decano de la Facultad de Historia, Geografía y Ciencia Política de la P.U.C. y profesor titular del Instituto de Historia. Miembro de número de la Academia de la Historia, del Instituto de Chile. Pedro Morandé. Doctor en Sociología. Decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la P.U.C. Miembro de la Pontiicia Academia de Ciencias Sociales y miembro de número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Ricardo Riesco. Doctor en Geografía. Rector de la Universidad San Sebastián. Francisco Rosende. Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad Católica de Chile. Master of Arts en Economía, Chicago. Juan de Dios Vial Correa. Ex Rector de la Pontiicia Universidad Católica de Chile. Ex Presidente de la Pontiicia Academia para la Vida. Miembro de Número de la Academia de Ciencias del Instituto de Chile. Juan de Dios Vial Larraín. Ex Rector de la Universidad de Chile. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 1997. Miembro de Número de la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Arturo Yrarrázaval. Doctor en Derecho. Ex Decano de la Facultad de Derecho de la Pontiicia Universidad Católica de Chile.

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HUMANITAS

Consejo de Consultores y Colaboradores

Revista de Antropología y Cultura Cristianas Publicación trimestral de la Pontificia Universidad Católica de Chile La revista HUMANITAS nace de la conveniencia de que la Universidad disponga para el servicio de la comunidad universitaria y de la opinión pública en general, de un órgano de pensamiento y estudio que busque reflejar las preocupaciones y enseñanzas del Magisterio Pontificio (Decreto Rectoría Nº 147/95, visto 2º). DIRECTOR Jaime Antúnez Aldunate COMITÉ EDITORIAL Hernán Corral Talciani Samuel Fernández Eyzaguirre Gabriel Guarda, O.S.B. René Millar Carvacho Pedro Morandé Court Ricardo Riesco Jaramillo Francisco Rosende Ramírez Juan de Dios Vial Correa Juan de Dios Vial Larraín Arturo Yrarrázaval Covarrubias SECRETARIA DE REDACCIÓN Marta Irarrázaval Zegers CONSEJO DE CONSULTORES Y COLABORADORES Presidente Honorario: S.E.R. Cardenal Francisco Javier Errázuriz Ossa. Héctor Aguer, Anselmo Álvarez, O.S.B., Carl Anderson, Andrés Arteaga, Francisca Alessandri, Antonio Amado, Felipe Bacarreza, Jean-Louis Bruguès, O.P., Rocco Buttiglione, Massimo Borghesi, Carlos Francisco Cáceres, Cardenal Carlo Caffarra, Cardenal Antonio Cañizares, Jorge Cauas Lama, Guzmán Carriquiry, William E. Carroll, Alberto Caturelli, Cesare Cavalleri, Fernando Chomali, Francisco Claro, Ricardo Couyoumdjian, Mario Correa Bascuñán, Francesco D’Agostino, Adriano Dell’Asta, Vittorio di Girolamo, Carmen Domínguez, Carlos José Errázuriz, Jesús Colina, Luis Fernando Figari, Alfredo García Quesada, Juan Ignacio González, Stanislaw Grygiel, Gonzalo Ibáñez Santa-María, Raúl Hasbun, Henri Hude, José Miguel Ibáñez, Raúl Irarrázabal, Paul Johnson, Jean Laffitte, Nikolaus Lobkowicz, Alfonso López Quintás, Alejandro Llano, Raúl Madrid, Javier Martínez Fernández, Patricia Matte Larraín, Carlos Ignacio Massini Correas, Mauro Matthei, O.S.B., Cardenal Jorge Medina, Livio Melina, Augusto Merino, Dominic Milroy, O.S.B., Antonio Moreno Casamitjana, Fernando Moreno Valencia, Rodrigo Moreno Jeria, José Miguel Oriol, Máximo Pacheco Gómez, Francisco Petrillo, O.M.D., Bernardino Piñera, Aquilino PolainoLorente, Cardenal Paul Poupard, Javier Prades, Dominique Rey, Héctor Riesle, Florián Rodero L.C., Alejandro San Francisco, Romano Scalfi, Cardenal Angelo Scola, David L. Schindler, Josef Seifert, Gisela Silva Encina, Robert Spaemann, Paulina Taboada, William Thayer Arteaga, Olga Ulianova, Luis Vargas Saavedra, Miguel Ángel Velasco, Juan Velarde Fuertes, Aníbal Vial, Pilar Vigil, Richard Yeo, O.S.B., Diego Yuuki, S.J.

NACIONALES

EXTRANJEROS

Andrés Arteaga: Obispo Auxiliar de Santiago. Profesor de la Facultad de Teología de la Pontiicia Universidad Católica de Chile. (UC) Francisca Alessandri: Profesora de la Facultad de Periodismo, UC. Antonio Amado: Profesor de Metafísica de la Universidad de los Andes. Felipe Bacarreza: Obispo de Los Ángeles, Chile. Carlos Francisco Cáceres: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Jorge Cauas Lama: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Fernando Chomali: Obispo Auxiliar de Santiago. Miembro de la P. Academia Pro Vita. Francisco Claro: Decano Facultad de Educación, UC. Ricardo Couyoumdjian: Profesor del Instituto de Historia, UC. De la Academia de la Historia del Instituto de Chile. Mario Correa Bascuñán: Secretario General de la Pontiicia Universidad Católica. Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Carmen Domínguez: Abogado, Directora del Centro UC para la Familia. Vittorio di Girólamo: Profesor de la Universidad Gabriela Mistral. Carlos José Errázuriz: Consultor Congregación para la Doctrina de la Fe. Profesor de la Pontiicia Università della Santa Croce. Jesús Colina: Director de Aleteia. Juan Ignacio González: Obispo de San Bernardo, Chile. Raúl Hasbun: Sacerdote de Schöenstatt. Profesor del Seminario Pontiicio Mayor de Santiago. Gonzalo Ibáñez Santa-María: Profesor y ex rector de la Universidad Adolfo Ibáñez. José Miguel Ibáñez Langlois: Teólogo y poeta. Raúl Irarrázabal Covarrubias: Arquitecto. Presidente de la Asociación Chilena de la Orden de Malta. Raúl Madrid: Profesor de la Facultad de Derecho, UC. Patricia Matte Larraín: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Mauro Matthei, OSB: Sacerdote y monje benedictino. Historiador. Cardenal Jorge Medina: Prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Augusto Merino: Cientista político, profesor de la Universidad Adolfo Ibáñez. Antonio Moreno: Arzobispo Emérito de Concepción. Fernando Moreno: Filósofo, director del programa de Ciencia Política de la Universidad Gabriela Mistral. Rodrigo Moreno Jeria: De la Academia Chilena de la Historia. Máximo Pacheco Gómez: Ex ministro de Estado. Embajador de Chile ante la Santa Sede. De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Bernardino Piñera: Arzobispo Emérito de La Serena. Héctor Riesle: Ex Embajador de Chile ante la Santa Sede y la UNESCO. Alejandro San Francisco: Profesor del Instituto de Historia, UC. Gisela Silva Encina: Escritora. Paulina Taboada: Médico. Miembro de la Pontiicia Academia Pro Vita. William Thayer Arteaga: De la Academia de Ciencias Sociales, Políticas y Morales del Instituto de Chile. Olga Uliánova: Doctora en Historia por la Universidad de Lomonosov, Moscú. Investigadora de la Universidad de Santiago. Luis Vargas Saavedra: Profesor de la Facultad de Letras, UC. Aníbal Vial: Ex rector Universidad Santo Tomás. Pilar Vigil: Médico. Miembro de la Pontiicia Academia Pro Vita.

Héctor Aguer: Arzobispo de la Plata, Argentina. Anselmo Álvarez, OSB: Abad de Santa Cruz del Valle de los Caídos. Carl Anderson: Caballero Supremo de los Caballeros de Colón. Jean-Louis Bruguès, OP: Secretario de la Congregación para la Educación Católica. Obispo emérito de Angers, Francia. Massimo Borghesi: Filósofo italiano. Catedrático de la Universidad de Perugia. Rocco Buttiglione: Filósofo político italiano. Cardenal Carlo Caffarra: Arzobispo de Bolonia. Cardenal Antonio Cañizares: Prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Guzmán Carriquiry: Secretario de la Comisión Pontiicia para América Latina. William E. Carroll: Profesor en la Facultad de Teología de la Universidad de Oxford. Alberto Caturelli: Filósofo argentino. Cesare Cavalleri: Director de Studi Cattolici, Milán. Francesco D’Agostino: Profesor de Filosofía del Derecho en la Universidad Tor Vergata de Roma. Ex Presidente del Comité Nacional de Bioética en Italia. Adriano Dell’Asta: Profesor de la Universidad Católica de Milán. Luis Fernando Figari: Fundador del Sodalicio de Vida Cristiana, Lima. Alfredo García Quesada: Consultor Pontiicio Consejo de la Cultura. Profesor de la Facultad de Teología Pontiicia y Civil de Lima. Stanislaw Grygiel: Filósofo polaco. Titular de la Cátedra Juan Pablo II en la Universidad Lateranense, Roma. Henri Hude: Filósofo francés. Ex rector del Colegio Stanislas, París. Lydia Jiménez: Directora General del Instituto Secular Cruzadas de Santa María Paul Johnson: Historiador inglés. Jean Laffitte: Obispo de Entrevaux. Secretario del Consejo Pontiicio para la Familia. Nikolaus Lobkowicz: Director del Instituto de Estudios de Europa del Este y Central de la Universidad de Eichstätt, Alemania. Alfonso López Quintás: Filósofo español. Miembro de Número de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Alejandro Llano: Filósofo español. Javier Martínez Fernández: Arzobispo de Granada, España. Carlos Ignacio Massini Correas: Catedrático de la Universidad Nacional de Cuyo, Argentina. Livio Melina: Presidente del Pontiicio Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre el Matrimonio y la Familia. Dominic Milroy, OSB: Monje de Ampleforth, exrector de Ampleforth College, York, Gran Bretaña. José Miguel Oriol: Presidente de Editorial Encuentro, Madrid. Francesco Petrillo, OMD: Superior General de la Orden de la Madre de Dios. Aquilino Polaino-Lorente: Psiquiatra español. Cardenal Paul Poupard: Presidente emérito del Pontiicio Consejo de Cultura. Javier Prades: Rector de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, Madrid. Miembro de la Comisión Teológica Internacional. Dominique Rey: Obispo de Fréjus-Toulon, Francia. Florián Rodero L.C: Profesor de Teología del Ateneo Regina Apostolorum en Roma. Romano Scali: Director del Centro Rusia Cristiana, Milán. Cardenal Angelo Scola: Arzobispo de Milán. Josef Seifert: Es Rector de la Academia Internacional de Filosofía de Liechtenstein desde 1986, y desde 2004 en Chile, IAP-PUC. David L. Schindler: Director del Instituto Juan Pablo II para Estudios sobre Matrimonio y Familia, Washington D.C. Robert Spaemann: Filósofo alemán. Miguel Ángel Velasco: Director de Alfa y Omega, Madrid. Juan Velarde Fuertes: De la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Premio Príncipe de Asturias en Ciencias Sociales (1992). Richard Yeo, OSB: Abad Presidente de la Congregación Benedictina de Inglaterra Diego Yuuki, SJ: Ex director del Museo de los 26 Mártires de Japón, Nagasaki.


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