Humanidad en red 5

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Humanidad En Red

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En defensa de la unidad en la diversidad y de la cultura para todos

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Presentación El capitalismo en su fase globalizadora busca por múltiples vías homogenizar a los pueblos en función de facilitar el consumo. Pese a que la respuesta contundente de los pueblos frente a dicho proceso globalizador ha demostrando que las diferencias culturales no se eliminan fácilmente, el sistema está mercantilizando cada vez más los espacios de la cultura, disfrazando sus intenciones tras un discurso respetuoso de la diversidad pero que, en el fondo, subsume las expresiones culturales en la lógica del capital. Comprendiendo esta amenaza la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad (REDH), entrega en esta edición n° 5 de su revista digital Humanidad en red, un material que espera ser un recurso en la discusión/acción sobre uno de sus ejes: En Defensa de la Unidad en La Diversidad y de La Cultura Para Todos. Lo primero que encontramos es el Editorial, en esta ocasión escrito por Reinaldo Bolívar (Venezuela). En él expone la relación entre el internacionalismo y la diversidad cultural, en la cual, al primero, le corresponde comprender el amplio horizonte étnico del mundo de hoy, en función de visualizar los conflictos bélicos que utilizan conflictos culturales para afianzar los intereses del imperialismo. En este sentido, hace un llamado a la solidaridad entre nuestras naciones para defender la diversidad cultural. En la sección “Artículos” contamos con tres aportes. En primera instancia James Counts Early (Estados Unidos), presenta un panorama crítico sobre la lucha “afro” a lo interno de los movimientos y gobiernos de izquierda, reiterando la importancia de la conformación de grupos afrodescencientes que participen en las decisiones políticas que se toman, sosteniendo a la vez que una falla en este sentido podría ser aprovechada por sectores neoliberales. Thierno Diop (Senegal) desarrolla un panorama histórico de la lucha por el reconocimiento de la diversidad cultural en África, haciendo un recuento de los distintos momentos de ésta, así como rescatando a sus principales figuras. Por último, Farruco Sesto (Venezuela), parte del reconocimiento de nuestra riqueza cultural, la cual nos aporta un abanico de posibilidades como nación, pero con conciencia de que esa diversidad no fue siempre reconocida, estuvo amenazada durante muchos años, y que gracias a

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la lucha de esos pueblos y a la llegada de la Revolución Bolivariana se frenó esa amenaza. En la sección “Entrevista” traemos una valiosa repuesta de Alfonso Sastre a las preguntas que le fueran formuladas. El intelectual español escogió respondernos el conjunto de preguntas a través de un corto ensayo, en el cual desarrolla algunas perspectivas en torno al histórico debate entre la necesidad de impulsar la unidad de las fuerzas revolucionarias, pero conservando las diferencias entre los distintos movimientos. Sastre apuesta a un “Socialismo de las multitudes”, que produzca una nueva imaginación desde la cual romper con los límites de la realidad impuesta. En la sección “Retrospectiva” hemos decidido colocar tres textos que consideramos de gran importancia en la discusión por la diversidad cultural. El primero de ellos es un artículo del querido compañero Rigoberto Lanz, en el cual busca responder las principales interrogantes sobre la diversidad cultural. El segundo, recoge las intervenciones de Edgardo Lander y Eduardo Samán en un foro sobre derechos culturales realizado en el año 2004. Por último, traemos la presentación de una entrevista realizada por el equipo de la REDH al intelectual mexicano Héctor Díaz Polanco en el año 2013. Para la sección “Documentos” han sido colocados tres textos: El primero corresponde a la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial por parte de la UNESCO. El segundo recoge la Declaración Universal de la UNESCO sobre Diversidad Cultural. En el tercero reproducimos las conclusiones de la mesa cinco sobre “La unidad y la diversidad en la cultura para todos” del I Encuentro Mundial de Intelectuales realizado por la REDH (Caracas, 2004). Por último, en la sección “Estéticas de la liberación” encontrarán dos poemas dedicados a la negritud, uno del conocido poeta Aimé Césaire y otro del poeta cubano Nicolás Guillén. De igual manera hemos colocado fotografías de Alfonso Álvarez del Vecchio donde emergen rostros de la diversidad. Con esta nueva entrega de nuestra revista, buscamos hacer un pequeño aporte colectivo en la discusión sobre la defensa de la diversidad cultural así como la lucha por el reconocimiento que llevan nuestros pueblos. ♦

Revista Humanidad en Red Rif: G20004640-6 Depósito legal: PPI201402DC4452 ISSN Nº 2343-63B7 Directora: Carmen Bohórquez Consejo editorial: Dalisnel Perentena Manuel Azuaje Ariana López Itsbeida González Roger Landa Jesús León Portada: Keith Mallett Caricias Óleo

humanidadenred@gmail.com http://humanidadenred.org.ve @humanidadenred Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad humanidadenred


(Clic en los títulos para ir a los artículos) Presentación Colaboradores Editorial “Avances y retrocesos en la lucha contra la violación de los derechos humanos por causa de la discriminación”, por Reinaldo Bolívar

Artículos “Reflexiones críticas sobre la raza, la reforma progresista, alternativas revolucionarias y solidaridad”, por James Counts Early “Mundialización y culturas africanas”, por Thierno Diop “¡El pueblo es la cultura!”, por Farruco Sesto

Entrevista “Por una cultura de todos para todos. (Apostillas a la teoría de un Socialismo de las Multitudes)”, entrevista a Alfonso Sastre

Índice

Retrospectiva “Diversidad cultural: preguntas más frecuentes”, por Rigoberto Lanz “Soberanía y diversidad cultural: ALCA/ALBA”, por Edgardo Lander y Eduardo Samán “La diversidad ante la globalización”, entrevista a Héctor Díaz Polanco Documentos Texto de la Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural Conclusiones de la mesa n° 5 del Encuentro de la Red en Defensa de la Humanidad en Caracas (2004) Estéticas de la liberación “Paciencia de signos”, poema de Aimé Césaire “Balda de los abuelos”, poema de Nicolás Guillén “Cacchadoras”, “Awicha”, “Inmaterial” y “Diablo en Yare”, fotografías de Alfonso Álvarez del Vecchio

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Colaboradores Thierno Diop Senegal. Doctor en Filosofía. Profesor del Centro de Estudios de Ciencias y Técnicas de la Información (CESTI) de la Universidad Cheikn Anta Diop de Dakar. Director de dicho instituto entre 1990-1996. Se ha encargado del departamento de filosofía de la misma universidad entre 2007-2010. Ha publicado diversos artículos especializados sobre el marxismo y la realidad africana. Entre sus libros se encuentran: Marxismo y crítica de la modernidad en África (2007) y Léopold Sédar Senghor, Majhemput Diop y el marxismo (2010).

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Alfonso Sastre

Farruco Sesto

País Vasco. Dramaturgo, poeta, ensayista, guionista cinematográfico, narrador y activista político. Luchador contra la dictadura franquista, fue encarcelado en dos oportunidades por sus actividades políticas. Ha participado activamente en apoyo a la izquierda nacionalista vasca. Ha acumulado una vasta obra cuya originalidad y profundidad lo convierten en uno de los principales intelectuales españoles contemporáneos.

Venezuela. Escritor, arquitecto y político. Fundador de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad. Ha sido Ministro de Estado para la Cultura, luego Ministro del Poder Popular para la Cultura; y Ministro de Estado para la Transformación Revolucionaria de la Gran Caracas. Ha publicado diversos libros de poesía, entre ellos: Isolda (1990) Una pasión (1990) Libro de la luna interior. Poemas, (1995) Desnudo el tuyo tan hermoso y para nosotros tan necesario (1997), Miel (2011).

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Colaboradores James Counts Early

Reinaldo Bolívar

EE.UU. Miembro del Consejo del Instituto de Estudios Políticos, Washington, D.C. y del Consejo de The Real News, Washington, D.C. Miembro fundador de la Junta Asesora de Telesur. Director del Cultural Heritage Policy Center for Folklife and Cultural Heritage, Smithsonian Institution. Su larga trayectoria de lucha lo ha convertido en uno de los principales defensores de los derechos afrodescendientes tanto en Estados Unidos como en América Latina y el Caribe.

Venezuela. Internacionalista. Profesor de la Universidad Central de Venezuela. Director fundador del Instituto de Investigaciones Estratégicas sobre África y su Diáspora (Centro de Saberes Africanos). En el año 2005, fue designado Viceministro de Relaciones Exteriores para África de la cancillería venezolana. Entre sus libros se cuentan: El ascenso político de Japón; África revolucionaria; Simón Bolívar hijo de Hipólita, pupilo de Matea y Venezuela y África las nuevas relaciones, paradigmas de la cooperación sur sur. Mantiene programas radiales de corte analítico.

Rigoberto Lanz Venezuela. Sociólogo e investigador, realizó estudios de postdoctorado en la Universidad de Montreal (1990), Colegio de México (1992), Universidad de Lille (1999) y Universidad La Sorbona (2001). Fue fundador de la Universidad Bolivariana de Venezuela y de la revista Relea: Revista Latinoamericana de Estudios Avanzados. Entre sus obras se encuentra: El discurso postmoderno, Crítica de la razón escéptica, El malestar de la política, La deriva postmoderna del sujeto, ¿Fin del sujeto? y Las palabras no son neutras.

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Editorial Avances y retrocesos en la lucha contra la violación de los derechos humanos por causa de la discriminación Por Reinaldo Bolívar

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Por principio universal el derecho de gentes debe rechazar y proscribir toda forma de discriminación y estigmatización en contra de cualquier grupo étnico, pueblos originarios, credos religiosos, inmigrantes, sexo, condición social, limitaciones físicas y mentales. El internacionalismo es asumir el problema del prójimo como propio. Comprender y acompañar las causas por los derechos humanos, es pelear nuestras propias causas. Es integrarnos sustancialmente. En el mundo, perviven realidades que son empujadas por la intolerancia y la discriminación. Las Naciones Unidas por intermedio del Comité contra la Discriminación Racial, cuyo origen se remonta a principios de los años 60 del siglo pasado con la Declaración y la Convención contra la Discriminación, llevan un récord anual en este orden. Otro tanto hacen ONGs que a pesar de su parcialidad, a veces, sobradas por las evidencias, presentas datos ilustrativos sobre la temática. La discriminación étnica, religiosa, por sexos es tan antigua como la humanidad. La lucha contra ella está llena de logros, de esperas y en no pocos casos de retrocesos. Intensas guerras, azuzadas desde afuera, aprovecharon las diferencias étnicas para dividir Estados o federaciones como la yugoslava, o la sudanesa, por citar dos casos de estos tiempos. Allí, algunos podrían afirmar que la aparición de nuevas repúblicas es un triunfo para los grupos étnicos que consiguieron un territorio, un Estado. Afirmación hecha, de seguro, sin analizar las causas externas. Para nosotros integracionistas, unitaristas, las divisiones son retrocesos para los pueblos y sus movimientos. Lo fueron para África, la división de Sudán, y lo sería si en Malí con la excusa de favorecer a los tuaregs, se divide ese país; o si Libia vuelve a convertirse en tres territorios “independientes”, como era antes de la Revolución Verde. Por supuesto, que nada puede justificar la discriminación en cualquiera de sus formas, pero la convivencia multicultural y pluriétnica es la mayor de las metas para los pueblos. Fue el gran sueño de Nelson Mandela; de Hugo Chávez con su Constitución Bolivariana de 1999,


o de Evo Morales, que empujó institucionalmente el Estado Plurinacional de Bolivia. Estos objetivos humanos parecen lejanos para grupos étnicos como los kurdos (ubicados en Irán, Iraq, Turquía y Siria); los Romaníes –gitanos— (en Francia, España, Argentina, Chile, Colombia y México); los saharauis (Sahara Occidental); los palestinos (Península Arábiga); y para los árabes que profesan la religión musulmana. Estos grupos humanos en varios países sufren marginalidad cultural social y política. Y en casos como el de los palestinos, riesgo de exterminio debido a la doctrina racista discriminatoria que es el sionismo. La ultraderecha viene tomando como eje estratégico de su política la discriminación étnica y religiosa. Esto se traduce en conductas fascistas, en el integrismo conservador, como es el caso del “islam político”, una práctica que bajo el disfraz de la espiritualidad discrimina hasta la aniquilación toda expresión que consideren contraria a sus ansias de toma del poder. En suma, la discriminación como modus operandi tiene la misma metodología en todos los ámbitos. Hay luchas en curso --donde la evidencia de la violación de los derechos humanos pasa por la pérdida de la vida, de la negación de la existencia del otro, y ocasiona riesgos de genocidio-- que reclaman el acompañamiento del interna-

cionalismo popular. Es pertinente en países como los nuestros, la solidaridad mutua con esas contiendas sociales por la igualdad integral. Porque si esos grupos que no son mayorías en sus países son atacados físicamente produciendo conflictos, en Venezuela, por ejemplo, donde un 53% de la población es de origen africano, la estrategia de la derecha podría pasar los límites de la paciencia y conducir al país a situaciones de violencia insospechada.

La segregación se combate principalmente con la creación y reforzamiento de los valores humanos. Allí coincidimos con la Asamblea de la ONU al recomendar la educación y la formación como principal instrumento contra la discriminación étnica y religiosa. No es sólo tolerancia, porque eso significa aceptarse por cortesía, es convivencia plural y eso se enseña, se forja y se expresa en el sistema educativo, cultural, legal e institucional de un país y de las organizaciones internacionales. ♦

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Artículos Reflexiones críticas sobre la raza, la reforma progresista, alternativas revolucionarias y solidaridad Por James Counts Early

Todas las profundas filosofías humanistas y las políticas transformadoras o revolucionarias proyectadas, fallan muy a menudo en la práctica diaria para inculcar y para actualizar constantemente las intenciones y metas declaradas. A menudo hay un brecha entre la filosofía y la práctica en defensa de la unidad en la diversidad y de la cultura para todos.

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Muchos otros Afro descendientes en el hemisferio y yo estamos profundamente preocupados por la falta de muchos no-Afro progresistas e izquierdistas, incluyendo presidentes(as) y primeros(as) ministros(as), a colaborar plenamente y consistentemente con progresistas Afro descendientes, movimientos sociales y las Naciones de nuestro continente. Por lo tanto, las consignas “Unidad en la diversidad” y “cultura para todos” requieren examen crítico y revisión en la práctica. Le escribí a un camarada de la justicia social afro-venezolano sobre mi respuesta a la solicitud para escribir este artículo: “Hermano, Compartimos una orientación fundamental que como los afro descendientes y los izquierdistas (anti-racista, anticapitalista, antiimperialista, pro-humanista-socialista) debemos prepararnos nosotros mismos y a nuestras comunidades para intervenir y participar en todas las negociaciones de poder donde,

en términos generales, las luchas se manifiestan para definir y asignar valor y recursos acerca de lo que oficialmente se proclama como “lo bueno, la verdad y lo hermoso” (superestructura o dimensiones espirituales del proceso histórico) y lo que define la calidad de vida y bienestar material. A pesar de cualquier limitación en concepto, perspectivas y prácticas sobre cómo definir temas y realmente practicar la filosofía progresista, la red en defensa de la unidad en la diversidad y de la cultura para todos se ejercía desde una escala regional importante y cierta medida de importancia global en la “Batalla de Ideas”. La organización ha recibido el apoyo y la bendición de Hugo Chávez. Por lo tanto, nosotros debemos entrar completamente como ciudadanos-protagonistas en la real-política-cultural de conflicto de ideas y políticas con apoyo estratégico de progresivas y maduras ideas de izquierdas, de movimientos sociales y gobiernos, sincera y firmemente ofreciendo aclamaciones y crí-


ticas donde analicemos sea necesario, para cumplir con las grandes esperanzas e ideas proyectadas por afro descendientes y todas las personas y las Naciones progresistas”. En el camino he conocido y participado en intercambios serios, y desarrollado buenas relaciones y proyectos con hombres y mujeres y organizaciones extraordinarias que han impulsado la lucha contra el racismo y establecido proyectos revolucionarios anticapitalistas y socialistas en un momento de transformación en América Latina y el Caribe: la revolución de Cuba, el proyecto bolivariano ALBA, UNASUR, CELAC, la articulación regional de los afro-descendientes. He pasado tiempo de calidad con líderes revolucionarios, entre ellos Harry Hayward de Estados Unidos, Dudley Thompson de Jamaica, Fidel Castro y Fernando Martínez Heredia de Cuba y Hugo Chávez Frías de Venezuela. En los años de trabajo con varias organizaciones de EEUU y en solidaridad con el Caribe y América Latina, interrelacionadas preguntas ideológicas, políticas y organizativas sobre la identidad racial, reforma progresista y práctica revolucionaria en la región y el continente han frustrado y dividido a activistas y la solidaridad de las fuerzas en los Estados Unidos. La carta artificiosa contrarrevolucionaria “Actuar sobre nuestra conciencia - Declaración de apoyo de Africanos Americanos

a la lucha por los derechos civiles en Cuba”, firmada con fervor por varios progresistas afroamericanos (enero de 2009) es un ejemplo importante de la simultánea atracción y repulsión de solidaridad con movimientos progresistas y revolucionarios en América Latina y el Caribe. Los temas y la consecuente solidaridad son obstaculizadas por las articulaciones a veces incomprensibles o retrógradas de los progresistas y los izquierdistas en el Caribe y América Latina. No hace mucho tiempo, un embajador de un país revolucionario en EEUU afirmó con orgullo, confianza y seguridad, sin pizca de conciencia del intenso debate público en su país sobre la identidad y el racismo, que “no tenemos los problemas raciales que Vds. tienen”. En respuesta a una pregunta directa a Fidel Castro sobre el tema en la región, él simplemente respondió: “Deberías hablar con Chávez”. Algunos líderes socialistas y comunistas euro-latinoamericanos y caribeños han descartado el tema como divisivo, irrelevante en el contexto de una identidad mestiza históricamente evolucionada, o secundario en el análisis de clase marxista. Algunos invocan un reclamo histórico ecuménico: “Somos todos afro descendientes ya que África es la cuna de la civilización”, ligeramente y a-históricamente desestimando la “historia racializada” de superestructura –cultura– capitalista y el

desarrollo, súper-explotación negativa de la vida material e injusticias brutales en las comunidades indígenas y afro descendientes; y el impacto dispar que define la vida del capitalismo neoliberal para africanos y Afro descendientes en el mundo del siglo 21. Estas francas citas no son acerca de los individuos progresistas y revolucionarios, ni despido de avances dramáticos, pero es un considerado reproche de los ideales culturales cuidadosamente arraigados entre los progresistas y los izquierdistas que a menudo, de preferencia, ciertamente limitan una práctica tradicional diaria, positiva en la vida real, de la afirmación ética de la unidad en la diversidad y la cultura para todos. En los últimos meses tuve el placer inquietante de escuchar en Washington, D.C. una presentación brillante, articulada en el contexto constitucional de democracia participativa venezolana y de las luchas contra los reaccionarios neoliberales. Y en conclusión, el comentario desvió el tema del racismo en los Estados Unidos, y el legendario histórico educador latinoamericano, José Vasconcelos, autor de La Raza Cósmica, fue invocado para proclamar la virtud de la armonía racial y cultural en la región, basada en la historia de la mezcla racial. Memoria de ataques racistas contra el Presidente Hugo Chávez Frías, retratado con labios grandes y características de un

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mono, parecían estar fuera de la vista y de la mente. Estos ejemplos de comentario casual y simplista por los progresistas y los izquierdistas llamó la atención crítica entre aquellos unificados en la búsqueda del socialismo plural y democrático del siglo XXI, propuesto por Hugo Chávez Frías. Más importante aún, la falta de integración plena de los progresistas y los izquierdistas Afro descendientes en instituciones y proyectos fundacionales del gobierno se basa en una fisura que será explotada — ya en curso con los recursos humanos y presupuestos---por los defensores del neoliberalismo y enemigos dedicados a derrocar el socialismo plural del siglo 21. “Unidad en la diversidad y cultura para todos” debe ser más que la afirmación de profundos ideales humanísticos o batallas ideológicas-analíticas de las ideas. La práctica es la única prueba de la verdad —la única base crítica históricamente probada y útil, el único camino para avanzar y para correcciones positivas. Sólo la colaboración sincera, proactiva y consistente de todos los progresistas diversos puede traer a la vida cotidiana la unidad en la diversidad y la cultura para todos. Propuestas pronto a ser publicadas ampliamente, para establecer un fondo de Afro descendientes en el ALBA y para

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establecer un grupo de trabajo de Afro descendientes en CELAC, significan dos importantes medios para madurar las subdesarrolladas relaciones entre y a través de Afro sociedades civiles regionales y con otros sectores ciudadanos, y de proveer medios materiales para facilitar y estimular el ciudadano-protagonista para un mejor modo de informar y participar en las relaciones políticas, proyectos y asignaciones de recursos humanos y económicos, ya evolucionadas entre gobiernos. En adelante, los Afro descendientes en el hemisferio Americano deben intervenir más activamente como ciudadanos completos-protagonistas, y no sólo como Afro descendientes. Tenemos que entrar en las negociaciones reales de poder con ideas, proyectos y compromiso de colaboración con diversos orígenes culturales en la unidad nacional y regional y global que produce una común humanidad progresista, sin perjuicio de las distintas culturas progresistas de bienestar material y ético y de sostenibilidad ambiental, que han producido diversos pueblos. Tenemos la obligación de buscar y trabajar con los Afro descendientes que se sienten y son en realidad alienados de las corrientes progresistas e izquierdistas de pensamiento, organización política y del desarrollo material. No hay ningún univer-

so paralelo afro descendiente reivindicado por Afro-derechistas como “Ni derecha o izquierda”. Sin embargo, existen espacios estratégicos de agentes inteligentes y finanzas para explotar las falsas opciones que algunos afirman sobre el progreso y la identidad racial. Con apoyo neoliberal, los progresistas y los izquierdistas de América Latina y el Caribe están siendo flanqueados por conservadores y derechistas llamados anti-racistas. Muchos activistas Afro estadounidenses están bloqueados en la defensa abstracta de la autodeterminación y la solidaridad internacional – propagados motivos de lucha social progresista que no encajan en las realidades del racismo en todo el continente americano. En algunas ocasiones, tuve la oportunidad de decir al Presidente Hugo Chávez Frías que yo entiendo y apoyo el lema “Nuestro norte es el sur”, indicando qué elementos de diversidad progresiva requieren por lo menos de una estrategia unificada en solidaridad con identidades culturales y lealtades transnacionales del Caribe y de América Latina, correspondientes entre millones de ciudadanos y residentes de inmigrantes en los Estados Unidos. En ese contexto, Afro descendientes en los Estados Unidos, particularmente autodefinidos Afro-Latinos/as deben forjar alianzas estratégicas de solidaridad progresiva para


competir con y combatir la creciente industria de ONGs profesionales de Afro-Anti-racismo, que muchos inocentemente y otros conscientemente avanzan agendas neoliberales de penetración nacional y de cambio de régimen. Muchas de sus relaciones familiares-culturales vivientes y sus conexiones éticas con los movimientos de justicia social constituyen importantes identidades transnacionales y proyectos que deben explotarse positivamente en el norte y el sur, o serán explotados negativamente por los neoliberales en el sur y norte. “Unidad en la diversidad y cultura para todos” como guía diaria en la práctica de la construcción de la democracia participativa intercultural y la gobernabilidad en políticas y proyectos hará palpable la poética del lema en más vidas. ♦

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Artículos Mundialización y culturas africanas Por Thierno Diop

La tendencia a crear el mercado mundial está inscrita en el concepto de capital, según el cual, cada obstáculo aparece como una barrera que superar. La mundialización, siendo una nueva etapa del desarrollo del capitalismo caracterizada por una mutación en la acumulación del capital, actúa diferentemente en las culturas producidas por los pueblos. Las culturas de los pueblos africanos han sufrido la influencia de las potencias imperialistas que tienen como objetivo suprimirlas. Pero, dichas potencias no han conseguido todavía tal misión.

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En África, los intelectuales, víctimas de las políticas de enajenación cultural son los primeros en reaccionar y defender sus valores culturales. En el África dominada por Francia, la reacción contra la política de alienación cultural procedió primero de los estudiantes negros en Francia. Aquéllos, víctimas del racismo, proclamaron su orgullo de pertenecer a la raza negra. Sus representantes eran el estudiante senegalés Leopold Sedar Senghor, nacido en Joal (Senegal) en 1906, primer Presidente de Senegal desde 1960 hasta 1980, miembro de la Academia francesa, fallecido en 2001 y el antillano Aimé Césaire, nacido en 1913, antiguo militante del partido comunista francés, antiguo alcalde de Martinica, fallecido en 2008. Crearon el Movimiento de la Negritud, término creado por Césaire y que Senghor definió como el conjunto de los valores culturales del mundo negro. Primero, recurrieron a la poesía para expresar sus frustraciones y magnificar los valores de la civilización negra. En el plano polí-

tico, Senghor y Césaire no tenían las mismas posturas. Senghor tenía muchas afinidades con Francia, cuyos intereses defendía durante su presidencia en Senegal. Césaire, en cambio, era un adversario innegable del colonialismo y del neocolonialismo. En los años 50 del siglo XX caracterizados por una espiral de las luchas de liberación nacional en diferentes lugares del planeta, otro estudiante senegalés llamado Cheikh Anta Diop, nacido en 1923 y fallecido en 1986, surgió para poner en tela de juicio otra vez la concepción dominadora de la historia africana defendida por las potencias colonialistas. Según tal concepción, los africanos nada han aportado a la civilización. Se han quedado bárbaros. Diop rechazó tal concepción. Apoyándose en trabajos de científicos, historiadores occidentales, enseñó, en una serie de libros entre los que el más famoso es Naciones negras y cultura publicado en 1954, que la humanidad nació en África, que el Egipto faraónico es la cuna de una brillante civilización


cuya aportación al resto de la humanidad es reconocido por todos los hombres honestos. El África bajo dominación inglesa, la política no asimilacionista practicada por las autoridades coloniales dio lugar a un movimiento llamado African personality. Estaban siguiendo los pasos de aquel movimiento, ilustres intelectuales como Kwame Nkrumah, estudiante en Gran Bretaña, primer Presidente de Ghana en 1960, derrocado por un golpe de Estado militar en 1966, quien escribió la obra el Conciencismo. En este libro, trató de hacer la síntesis de los valores islámicos, cristianos y africanos. En las antiguas colonias portuguesas, la política remota de las autoridades cerró las puertas de la emergencia de regímenes neo-

coloniales. Los patriotas debieron recurrir a la lucha armada para la liberación de sus países. En dicha lucha, la cultura desempeñó un papel importante. El mismo papel fue subrayado por Amílcar Cabral, líder del Partido Africano para la Independencia de la Guinea Bissau y de la Islas de Cabo Verde (PAIGC), asesinado en 1973 en Conakry por agentes que estuvieron a sueldo del colonialismo portugués. En la lucha de liberación nacional, la cultura, puede, según Cabral, ejercer una influencia positiva o negativa sobre la evaluación de las relaciones entre el hombre y su medio, y entre los hombres o grupos de hombres dentro de la sociedad. La ignorancia de este hecho, esta realidad, permite explicar el fracaso

de varias tentativas de movimientos de liberación. Cual sea, sin embargo, la diversidad de las culturas de los grupos sociales participando en la lucha de liberación nacional, éstos deben salvaguardar sus valores culturales cuya fusión en el transcurso de la lucha debe otorgar a la cultura una dimensión nacional. En todos los períodos de la historia, una cultura que quiere ser hegemónica choca con la resistencia de los pueblos dominados, cuyos portavoces son a menudo intelectuales comprometidos en una lucha o trabajando por una toma de conciencia. Esta resistencia puede desembocar en un apego a valores del pasado o en una transmutación de dichos valores en un contexto nuevo. ♦

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Artículos

¡El pueblo es la cultura! Por Farruco Sesto

Mapoyo. Piapoco. Warao. Bare. Piaroa. Chaima. Cumanagoto. Japreria. Pemón. Sape. Shirian. Yabarana. Yekuana. Yukpa. Cuiba. Añú. Wayúu. Akawaio. Bari. Hiwi. Saliba. Timotes. Kurripako. Hiwi (Amorúa). Pume. Puinave. Yanomami. Baniva. Panare. Sanema. Warekena. Ñegatu. Kariña. Mako. Arawak. ¿Qué son? ¿Qué significan estos nombres? Suenan sabroso, ¿verdad?

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Son las denominaciones de pueblos originarios que forman parte de la comunidad nacional de la República Bolivariana de Venezuela. Aunque no están todos, por cierto, quise relacionar estos nombres tomando como base la serie audiovisual SOMOS que se produjo en el Ministerio del Poder Popular para La Cultura entre los años 2005 y 2006. Para los venezolanos es un orgullo está conexión directa, activa, con una parte esencial de nuestras raíces primigenias. Como lo es también la presencia viva de las comunidades afrodescendientes. Y desde luego, en términos generales, la extraordinaria variedad de nuestras culturas populares, algunas que vienen de siglos atrás y otras, sobre todo las de carácter urbano, en proceso de formación y consolidación. Ello hace a nuestra comunidad nacional más rica, más interesante, y, en cierto sentido, mucho más humana que si la hegemonía de una sola cultura dominante hubiera logra-

do imponerse sobre las otras, aniquilándolas por completo o arrinconándolas hasta convertirlas en puros registros antropológicos. (Hago aquí un aparte entre paréntesis: No es que el riesgo de esa hegemonía no haya estado presente en Venezuela, pues la cultura unificadora impuesta venía abriéndose campo con mucha fuerza. Pero afortunadamente, hubo dos factores claves que confrontaron su práctica exterminadora. Uno, el increíble espíritu de resistencia de nuestras culturas populares que supo aguantar todos los embates. Y dos, la llegada oportuna de la Revolución Bolivariana que abrió los cauces al protagonismo del pueblo). De manera que a partir de esta experiencia concreta, de esta constatación de la realidad en Venezuela, y no desde la abstracción, me atrevo a hacer una afirmación rotunda sobre el tema de la Diversidad Cultural. Es la siguiente:


La humanidad lo es en su diversidad y sobre todo en esa diversidad. Es decir, lo es en la multiplicidad de pensamientos, de lenguajes, de modos y procederes, de ritos y rutinas, de visiones estéticas, de costumbres, de posicionamientos ante la naturaleza, de maneras de ser y de entender el mundo. Con sus luces y con sus sombras. Pero siempre en el ejercicio de una espiritualidad multidimensional o, por así decirlo, en el ejercicio de la inteligencia con una sensibilidad de múltiples facetas. En principio, sostengo que toda esa pluralidad es merecedora de reconocimiento y consideración. Pues forma parte de la gran cultura humana que no se constituye a partir de la imposición de una cultura sobre las otras, o de la hegemonía de una forma de vida y pensamiento sobre las otras, sino que se establece por inclusión, por adición generosa y comprensiva, con un sentido universal de gran respeto por todo aquello que el ser humano ha construido en comunidad. Pues es cierto que podemos hablar hoy de una gran cultura humana. No hay duda. Pero hay dos maneras de ver y apreciar esa gran cultura universal, y trabajar por ella. Una, la de concebir una cultura triunfante, unidimensional, hegemónica, que alza su corona sobre los cadáveres de las cultu-

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ras perdedoras. Y otra, la de favorecer una cultura amplia y compleja, vista como una confluencia alcanzada sin exclusiones, por el aporte a ella de todo lo que los seres humanos en nuestra diversidad hemos sabido traer hasta aquí a través de la historia. Una cultura, por eso mismo y como hemos dicho, multidimensional. Estas dos visiones son antagónicas. A una le estorba la diversidad cultural, salvo en lo que le pueda ser pragmáticamente útil. Nace de una mirada dominadora. La otra se nutre, justamente, de la diversidad, pues nace de una mirada humana, respetuosa y , sobre todo, fraterna, plena de amor. Por ello, (y aquí viene la segunda parte de la afirmación que comenzaba más arriba) en la medida en que la diversidad pueda desdibujarse, en esa misma medida, se irá diluyendo también el propio concepto de humanidad. Tal vez hasta perderse, o al menos hasta perder su valor constitutivo más importante: la memoria activa de su complejo patrimonio espiritual, que es riqueza de todos. El alma de la especie, si es que algo así pudiera imaginarse como metáfora de lo que somos, está constituida por multitud de almas colectivas. Son los pueblos que,

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a partir de sus ubicaciones, pero también de sus continuos lazos e intercambios, van conformando el gran tejido humano del que formamos parte. Pueblos todos ellos dignos, todos ellos con el derecho a protagonizar su propia existencia, todos sin excepción con un enorme poder creador para construir su propio ámbito de felicidad. Pues de ello se trata, según creo, de una manera u otra, la aventura de la existencia: de lograr acceder, según la conocida frase de Simón Bolívar, a la mayor suma de felicidad posible. Y allí es donde la globalización capitalista con su concepción uniformadora, ha hecho mucho daño y puede seguir haciéndolo si no la contenemos. A ella le conviene el tablero limpio y despejado para imponer su juego de dominación. A partir de sus intereses el capitalismo trata de unificar el mundo en un único universo de valores. Así, la libertad sería su libertad y ninguna otra. La moral, sería su moral. La visión del mundo, su visión del mundo. El arte que debe trascender, su arte. La creación, su creación. Las costumbres, sus costumbres, es decir las del modelo dominador que impone. Y los seres humanos de todo el planeta, uniformizados ideológica y culturalmente según diseño. Como pollos de granja. En la pesadilla de esta visión orwelliana,

¿qué perduraría de lo que somos? Bueno, solamente los restos del naufragio que pudieran mercadearse. Pues para el capitalismo, que todo lo convierte en mercancía, tal vez (y digo, nada más, tal vez) pudiera ser de utilidad la sobrevivencia controlada de algunos valores culturales a los cuales, una vez pesados en una balanza y medidos en su rentabilidad, se les pudiera conceder un tiempo de gracia. Únicamente así. Lo demás es…silencio. Es decir, un único paisaje humano. Ah, no. Pero esa pesadilla no pasará. Pues, felizmente para nosotros y las generaciones por venir, la humanidad no se entrega tan fácilmente. Porque aquí, en la Venezuela Bolivariana, en la gran patria que es Nuestra América, y en todas las regiones del mundo en proceso de emancipación definitiva, el pueblo es la cultura. Y la cultura, como alguna vez dijo Martí, nos hace libres. ♦


Entrevista Alfonso Sastre: Por una cultura de todos para todos (Apostillas a la teoría de un Socialismo de las Multitudes)

1. En un texto titulado Belleza y Revolución, el ensayista y poeta marxista Ludovico Silva, reflexionando sobre el arte y su relación con la sociedad, indicaba que todo arte es revolucionario, no como medio político en su uso panfletario, sino en tanto que verdadero arte no puede menos que transformar la sensibilidad de quien lo experimenta; y es esta transformación lo revolucionario que el arte tiene en sí mismo. ¿Estaría de acuerdo ud. con esta lectura de las relaciones entre arte y revo-

lución? ¿Qué función -si pudiéramos hablar aquí de “función”- le asignaría ud al arte dentro de la sociedad? ¿Le parece válida la apreciación intelectual generalizada sobre las virtudes del arte para transformar a la sociedad? 2. En su trilogía Crítica de la imaginación pura, práctica y dialéctica (o tetralogía, como ud. mismo lo ha dicho, si incluimos el Ensayo general sobre lo cómico) ud. aborda de manera extensa, aunque sin intención de agotar el tema, la actividad imaginante en

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sus diversos momentos: narrativa-dramática, retórica, utópica, dialéctica. Aunque no podamos desarrollar todo lo allí planteado, vale la pena recuperar el núcleo fundamental de su reflexión, ¿Cuál fue el impulso originario que guió está investigación? ¿Qué sentido tiene hablar de una crítica de la imaginación? ¿Pudo llegar a alguna conclusión en el trayecto de sus reflexiones sobre la actividad imaginativa? 3. La historia parece haber mostrado que la base material de explotación generada por el capitalismo, aunque condición necesaria, no es suficiente para impulsar la alianza de clases requerida para el movimiento revolucionario. En este mismo sentido, el impulso de dicha alianza desde el campo de la política, tal y como se ha hecho en las más recientes experiencias latinoamericanas (Venezuela, Bolivia o Ecuador), también ha invitado a pensar el papel de la cultura dentro de la lucha por la emancipación del capital. El concepto de unidad en la diversidad apunta, precisamente, a reconocer este hecho fundamental. ¿Según su apreciación, qué podríamos comprender con este concepto de unidad en la diversidad? ¿Puede ayudar dicho concepto a salvar la permanente tendencia de la izquierda a dividirse y fragmentarse? ¿Cómo podemos construir en la praxis esa unidad en la diversidad que fácilmente se puede postular en los discursos?

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4. La crisis contemporánea del capitalismo agudizó las confrontaciones nacionalistas, étnicas, raciales y religiosas. Dichas confrontaciones también han sido promovidas y aprovechadas por el imperio y su escalada belicista a nivel global. Con ello, se ha mellado considerablemente las condiciones mínimas para impulsar un verdadero diálogo inter-cultural. ¿Cómo evalúa ud. estas confrontaciones? ¿Qué acciones deberían impulsarse, a nivel regional y global, para ir creando las condiciones de un provechoso diálogo inter-cultural? 5. A finales de este año celebraremos diez años del I Encuentro Mundial de intelectuales que se realizara en Caracas en 2004. Diez años de intensa actividad de denuncia, movilización y reflexión por parte de la Red de Redes en Defensa de la Humanidad. Si está de acuerdo, podemos hacer una acto reflexivo y preguntarnos, ¿Cómo ha sido la actuación de la REDH estos diez años? ¿Qué elementos debe fortalecer y cuáles errores debe evitar? ¿Cuáles son los desafíos actuales y venideros más apremiantes que se le presentan a la REDH de cara a los próximos años?

Por una cultura de todos para todos (Apostillas a la teoría de un Socialismo de las Multitudes) ¡UHP! ¡Uníos, Hermanos Proletarios! (De las paredes de Madrid, durante la guerra de 1936 a 1939) ¡Unidad en la diversidad! ¡Difícil cuestión! Estamos ante un mal grave y antiguo que ha afectado siempre a las luchas de liberación de los pueblos. Podemos recordar a estos efectos casos como el de Irlanda y que Jonathan Swift repartía su indignación entre la que experimentaba por el hecho de que Irlanda fuera un país cuya soberanía estuviera sometida a Inglaterra y el de que, históricamente, los irlandeses se mostraran desunidos entre ellos en la defensa de esa soberanía, con lo cual no hacían sino prolongar la injusta situación en que se encontraban. Léanse sus “Irish Tracts”, sobre “La Cuestión de Irlanda” (Bosch, Barcelona, 1982) y se verá que para la estudiosa Aránzazu Usandizaga “la posición de Swift es de una valentía extraordinaria en su denuncia de los abusos por parte de Inglaterra, y su actitud llega a ser en algunos momentos abiertamente desafiante”, pero que “abierta y clara es también su denuncia de los irlandeses por su incapacidad de unirse y de protegerse del


enemigo común”. “Así, el más audaz defensor de Irlanda frente a los ingleses, es a su vez su más duro fiscal, y en su relación con ambos pueblos le domina una indignación salvaje”. Otro ejemplo histórico relevante, y éste más próximo a nosotros, es el de la guerra de 1936-1939, citada en la cabecera de este texto; durante la cual en la parte republicana anarquistas y trotskistas por un lado, y comunistas (PC) por otro, se enfrentaron a muerte por las opiniones sobre si primero era preciso ganar militarmente la guerra para después hacer la revolución, o si ésta había que emprenderla ya en los territorios fieles a la república y en los que se conquistaran en el curso de la guerra. La cuestión de la necesidad de producir una unidad en la diversidad está en el fondo y en la clave que comportan las luchas de liberación, y aquel saludo miliciano ¡UHP!, que me es familiar desde el Madrid de mi infancia, hoy sigo estimándolo como una clave y una llave para abrir el futuro. El grito de UHP trataba de unir a las fuerzas revolucionarias militantes contra la tendencia mortal de la izquierda a su fragmentación, y nosotros ahora partimos de las ideas que nos parecen claras y distintas, como justamente deseaba el buen Descartes, tales que las siguientes: 1) que la solución no reside en con-

dimentar una bella sopa de letras (como fue la floración de grupúsculos de izquierda, que se produjo cuando el PCE de Santiago Carrillo abandonó su línea revolucionaria); 2) pero tampoco en recurrir a la idea de un “Partido Único” en la línea de los antiguos partidos “marxistas-leninistas”, 3) ni, por supuesto, en caer en las delicias presuntamente democráticas de una globalización que, en definitiva, no sería sino el paso a un capitalismo de nuevo rostro. Desde el mundo de la cultura hemos de trabajar con plena consciencia de estas realidades, y en ello consistirá en el futuro tanto “ser un poeta” como “ser un revolucionario”. Es el momento, para mí, de recurrir a lo que llamo en mis libros la “imaginación dialéctica”, y ya hoy, después de mi último libro (ver “¿Hacia un socialismo de las multitudes?”, Hiru 2013), a una “dialéctica de la gente”, de esta gente que somos nosotros mismos, que últimamente hemos amanecido tantas veces en las calles con intensidad, extensión y fuerza, promulgando nuestros derechos primordiales en una línea popular análoga a la del 15 M, cuya aparición ha dado, con los años, lugar a fenómenos tan notables como el reciente gran triunfo en las urnas del movimiento “Podemos”, que apunta ciertamente al Futuro de un socialismo de nueva planta, y a tareas que

están dando buenos frutos como las luchas populares contra los desahucios. Por nuestra parte, la Red de Redes en Defensa de la Humanidad está haciendo una importante tarea a favor de la justicia inter-nacional, postulando siempre un tratamiento justo para los pueblos oprimidos. En mi opinión, este movimiento debe extender y profundizar sus puntos de vista en cuanto a la cuestión ecológica y poner en mayor actividad nociones que ya tienen un puesto de vanguardia en el marxismo crítico del siglo pasado: la de la necesidad de elegir ¡ya! entre la Utopía y la muerte. La Poética ya no es una marca aislada de distinción minoritaria y de superioridad espiritual, y el arte no es un corralito de grandes personalidades. El fenómeno, ya generalizado en mis obras teóricas sobre la imaginación, se llama, como saben bien mis fieles lectores, “poestética” e incluye las dos fases de esta actividad intelectual: la de la creación (la Poesía) y la de la recepción social (la Estética) de lo creado en un campo específico de lo que llamo la “imaginación dialéctica”, tema explorado en los tres grandes libros cuyo título general es Crítica de la Imaginación Pura, Práctica y Dialéctica, de los cuales el primero, “Crítica de la Imaginación”, cuando se haga una nueva edición, se titulará “Principios Ge-

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nerales”, y anunciando en sus títulos segundo y tercero (“Las dialécticas de lo imaginario” e “Imaginación, Retórica y Utopía”) elocuentemente su contenido. También es de recoger la idea, como vosotros apuntáis en vuestro cuestionario, de que mi “Ensayo General sobre lo Cómico” es, en realidad, un cuarto libro sobre la imaginación, éste sobre la imaginación cómica. En el socialismo de las multitudes desempeñará un gran papel la imaginación dialéctica, noción que se precisa y concreta a la vista de que todo acto imaginante, incluso los más “bajos” (imaginación práctica), que reproducen más o menos fielmente la realidad, y los más “altos” (los de “la fantasía”, los de la imaginación que nosotros llamamos “pura”), tienen un punto dialéctico (es una relación activa con la realidad); pero es cierto también que existe un nivel propiamente dialéctico (llamado comunmente “imaginación creadora”). Es en la franja intermedia de la imaginación en la que ésta tiene el papel protagonista, mientras que en la imaginación práctica o reproductora reina la realidad, y ésta -el reino de las cosas corrientes- puede casi desaparecer en el mar de lo fantástico abierto por la “imaginación pura”. Creo que así quedan redefinidos con sencillez los niveles de lo imaginario analizados en mis citadas obras teóricas.

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En los alrededores de vuestro punto quinto, surgen con fuerza grandes temas teóricos, y se habrá observado que ellos han impuesto ya su importancia a la hora de aportar yo mis respuestas. En realidad, lo que se ha impuesto es la importancia que tiene una acertada teoría del conocimiento para defender el sitio que ha de ocupar la poestética en el campo cognoscitivo general, y así mismo la que tiene una acertada poestética para situarnos hoy en el mundo del conocimiento, en el que no hemos olvidado que nos hallamos nosotros mismos actualmente pensando después de “haber pensado” Kant, por decirlo así, habiendo quedado detrás de nosotros sus tres grandes Críticas (de la Razón Pura, de la Razón Práctica y del Juicio), obra colosal, sin duda, del pensamiento humano, en la que hoy voy a destacar algunos conceptos para poner a punto nuestra epistemología. La mente del ser humano no es, al nacer, una “tábula rasa”, y por consiguiente, no todo su conocimiento ha de pasar en cada individuo por los cinco sentidos exteriores. Está ya verificado que la especie humana ha ido depositando sus experiencias en un inconsciente colectivo. Nacemos, pues, sin saber que sabemos en potencia, virtualmente, muchas cosas que pueden ser actualizadas y nuestra teoría del conocimiento ha de revisar esta


cuestión y, para ello, someter a crítica el pensamiento crítico de Kant sobre la posibilidad de “juicios sintéticos a priori”, dilatadores de nuestro saber sin necesidad de pasar por el aro de los cinco famosos sentidos. Los poetas, poniendo en función su capacidad imagodialéctica amplían su saber de lo real sin que para ello tenga que intervenir ninguna relación más o menos “celeste” como se pensaba, cuando se instalaba admirativamente a los poetas en lugares altos y más o menos inaccesibles a las personas corrientes, como hicieron Shelley o Poe en sus ensayos. Es preciso, pues, renovar nuestra gnoseología, teniendo en cuenta, desde luego, hallazgos científicos como los del psicoanálisis a partir, sobre todo, de C.G. Jung. Escribimos ahora, cuando ya ha pasado la Humanidad por muy graves trances posteriores al tiempo de Kant, y envueltos hoy en una gran amenaza de muerte por autodestrucción ecológica de la Humanidad en su conjunto, situación que es preciso abordar con fortaleza (un pensamiento fuerte, como yo postulé en mi “Manifiesto contra el pensamiento débil”), y sin temor ahora a sectarismo, dogmatismo ni burocratismo alguno como los que aquejaron al pensamiento revolucionario durante el estalinismo en la URSS y situaciones “satélites”. Lo dicho en otro momento lo repito

aquí: se trata de una situación en la que o abordamos la utopía o desembocaremos en la muerte sin necesidad de que estalle una nueva gran guerra, que fuera la final, como se temió durante la “guerra fría” entre los EE.UU. y la URSS. Desde este observatorio enriquecido por la Historia miramos ya a mucha distancia, como se mira críticamente el pasado, hechos intelectuales que trataron de afirmarse como grandes novedades; por ejemplo, a la caída de la URSS (1992) se extremó la importancia de lo que desde 1979 se había definido como la post-modernidad (ver “La condition postmoderne”, Jean-François Lyotard), novedad que algunos denunciamos entonces acertadamente como “una futura antigualla”; o “el final de la Historia”, que trató de convertirse en un gran baluarte de las derechas en formas como la del menosprecio de las ideologías frente al reinado de la Técnica, erigida ésta en el lugar antes ocupado por la filosofía, cuya obsolescencia se decretó. Se trataba de “vender” (cosa propia de mercaderes) el final del pensamiento y de la necesidad de una revolución, y la ocupación del Planeta, por el capitalismo puro y duro en forma de “pensamiento único”; cosa que la izquierda más responsable y lúcida negó, oponiendo a tal noción, precisamente, la de la defensa de la

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unidad en la diversidad y viceversa, lo que dejaba de ser una contradicción sin salida, en el marco de esta nueva teoría del conocimiento que albergaba en su seno las aportaciones de una poesía a la altura de los tiempos, cabalgando sobre las fuertes estructuras de la imaginación dialéctica propiamente dicha, cuya esencia creo haber diseñado suficientemente en este escrito. Hoy he de remitir, y lo hago gustosamente, a uno de mis ensayos contenido en mi libro 22

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“Ensayando el futuro, tres ensayos para mañana” (Hiru, 2010). Se trata del titulado “Neosocialismo y Defensa de la Humanidad”, que escribí un año antes de su primera edición. Hoy, en fin, terminaremos estas páginas alzando nuestras copas por la unidad en la diversidad y viceversa, que es un proyecto “buenamente utópico”, como yo suelo decir, o sea, un proyecto realizable de posibilitación de lo imposibilitado por el capitalismo, y proponemos que nuestro neo-socialismo

sea, decididamente, mucho más -vaya más allá- que un “socialismo del siglo XXI”, como lo llaman nuestros camaradas bolivarianos. Nuestra teoría poética del conocimiento nos ampara así en nuestra lucha por una cultura que será, ni más ni menos, de todos y para todos, puesto que en el socialismo de las multitudes no habrá, por supuesto, ni meros creadores ni meros consumidores de los bienes culturales. ♦


Retrospectiva Diversidad cultural: preguntas más frecuentes Por:Rigoberto Lanz

Marzo, 2005

¿Dónde estamos, hoy? En el estado en que ha quedado hasta el momento el debate sobre el texto de la : Convención sobre la Protección y Promoción de la Diversidad y de las Expresiones Culturales en la UNESCO (luego de dos reuniones intergubernamentales de expertos), puede afirmarse que las orientaciones teórico-políticas más próximas a los intereses y concepciones de la mayoría de los países de globo se han mantenido con bastante consistencia. Teniendo en cuenta que la referida Convención es objeto de un intenso debate donde están jugándose intereses muy sensibles de cara a países, regiones y grandes corporaciones económicas, y sabiendo además de la complejidad de un debate en donde concurren 180 países y más de 500 delegados, es comprensible que muchas matizaciones y perfiles particulares cedan el paso a los acuerdos medulares donde se han concentrado los esfuerzos mayores. No obstante la fuerte presión ejercida por los tradicionales blo-

ques hegemónicos –y sus aliados conocidos en la geopolítica del mundo—el texto de esta Convención mantiene un tono y una sustancia acordes con el núcleo básico que la definen: proteger la diversidad cultural. Dado que puntos importantes de la discusión han sido reportados para la tercera reunión intergubernamental a celebrarse en el mes de Mayo, es claro que restan batallas importantes que librar para consolidar el cuadro positivo anteriormente descrito. En la dinámica del debate ha quedado relativamente claro, dado el estado avanzado de muchas discusiones, que no sería viable introducir a estas alturas nuevas materias para la discusión. Consecuentemente, los esfuerzos mayores han de estar concentrados en aquellos asuntos pendientes donde muchas delegaciones han logrado pre-acuerdos importantes. ¿Por qué importa tanto esta Convención? Hemos insistido en no exagerar la nota con los alcances y efectos esperados de cualquier marco

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regulatorio internacional. Hay infinidad de asuntos que no tienen solución jurídica porque están colocados estructuralmente en las tramas socio-políticas de países y regiones de enorme complejidad. Pero al mismo tiempo, es necesario insistir en el campo donde sí es de esperar un positivo impacto de un marco jurídico que defina con precisión las obligaciones y responsabilidades exigibles en una materia que involucra el amplio abanico de bienes y servicios culturales en todo el mundo. Como siempre, las leyes se estiran, se “interpretan”, se acomodan al compás de los poderes en juego. Pero de allí no se sigue que sean absolutamente inocuas e indiferentes a la hora de la toma de decisiones. En este caso es evidente que los intereses en escena se mueven en direcciones contradictorias. Para muchos países hegemónicos sería mejor que ni siquiera se hablara de este tipo de Convención (que el mercado lo decida todo). Es obvio por ello que la fuerza de los hechos los ha llevado a tener que sentarse a discutir un texto legal que por su mera existencia (casi con cualquier contenido) es ya un estorbo para el funcionamiento típico de los grandes intereses hegemónicos involucrados en las terribles asimetrías de la globalización. ¿Cómo se mira América Latina en esta Convención? A pesar de la poca presencia de este debate en la región latinoamericana (en compa-

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ración con los escenarios que se activan para otros asuntos con relativa eficacia y a pesar también de la existencia de agencias regionales que han podido jugar un papel mucho más activo en este debate) ha sido posible que en muchas materias sensibles se produzca una coordinación que permite aproximaciones importantes en esos asuntos cruciales. En esa dirección han sido muy oportunos los enlaces procurados desde instancias como la “Organización de Estados Iberoamericanos”, los diferentes grupos que hacen vida en el seno de la UNESCO y las redes internacionales que han estado promoviendo muy vivamente esta discusión por todos lados (en muchos casos con energía y efectos superiores a los de los propios países miembros). En el mapa cultural del mundo la región latinoamericana aparece como un polo emblemático de lo que busca efectivamente el espíritu de esta Convención: la protección de la diversidad cultural. Justamente porque tal diversidad está objetivamente amenazada. Porque el funcionamiento histórico de relaciones de dependencia, de coloniaje, de subordinaciones diversas han fragilizado de tal manera los tejidos de sustentación de prácticas culturales de todo género que serían condenadas al ostracismo y a su lenta extinción. Así de sencillo. Eso ya ha ocurrido en la experiencia traumática de esta región durante siglos. Así que no hablamos de un fenómeno misterioso que

esté saliendo de la manga de algún culturólogo recién llegado. Es claro de toda claridad que en América Latina (la propia denominación es ella misma problemática) los mercados culturales han funcionado desde siempre como maquinaria infernal de la violencia y la exclusión. Sería ingenuo creer que esto ha transcurrido indoloramente en todo este largo trayecto. Las consecuencias son visibles. Las huellas dejadas por esta historia están a la vista. Es un asunto no resuelto en la coyuntura histórica de hoy y por eso mismo se vuelve estratégico todo paso que pueda coadyuvar a la posibilidad de salidas a los bloqueos que nos han marcado durante siglos. ¿Cuál es el margen de maniobra para las grandes potencias? Los países y grupos que dominan desde hace mucho los mercados culturales del mundo juegan con cartas marcadas, apelan a todas las argucias que les permite la diplomacia, se valen de su influencia económica, política y militar para intimidar a sus socios en los momentos decisivos. Ningún recurso se escatima. Se puede jugar con posiciones demagógicas en una discusión puntual y encomendar a algún país servil la triste misión de hacer el trabajo sucio. Como ha ocurrido de hecho con otras Convenciones, si al final la cosa no funciona, tienen el expediente de no adherir a la Convención al momento de su ratificación país por país. Desde luego, nada de esto es


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caprichoso. Cada camino tiene un costo. Muchos acuerdos son logrados por el cálculo de costo político que tiene una negativa. En el estado en que se encuentra este proceso en la actualidad (faltando una reunión de expertos en el mes de Mayo, hasta la Conferencia General de UNESCO en el mes de Octubre de este año) me parece bastante difícil que los sectores reconocidamente enemigos de esta Convención se salgan con la suya. El balance que han hecho los sectores más recalcitrantes no puede ser otro que prepararse para la etapa post-Convención pues esta primera batalla está perdida. Esta victoria parcial de la inmensa mayoría de los países del mundo puede consolidarse en el texto final de la Convención. Siempre matizada y relativa. Ningún país quedará individualmente plena y totalmente reconocido en cada frase del texto pero en su conjunto es posible arribar a un cuerpo legal que vaya en la dirección antes indicada: proteger la diversidad cultural. ¿Cómo puede impactar esta Convención la vida cultural en Latinoamérica? En un escenario realista podemos esperar que la entrada en vigencia de esta Convención (por allí a mediados del año 2006, luego de que al menos 30 países la hayan ratificado) tenga el efecto de un estímulo directo en la formulación de políticas culturales en cada país. Desde las obligaciones que contraen los Estados, y en el marco de las restricciones de

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una mercantilización indiscriminada de los bienes culturales (de los patrimonios intangibles, por ejemplo, que ya han sido objeto de protocolos internaciones de este mismo espíritu en el seno de la UNESCO), es posible esperar un progresivo reflotamiento de las industrias culturales en la región. Con ello, es imaginable una expansión significativa de la visibilidad de prácticas culturales que han sido históricamente marginalizadas (desde los dispositivos culturales expresamente articulados a grupos étnicos, hasta los movimientos culturales subterráneos que pertenecen a las nuevas socialidades que se tejen en el tribalismo posmoderno). Como hemos dicho más arriba, no podemos esperar “milagros” del hecho aislado de un texto legal. Es en el momento en que un instrumento como éste se articula a políticas públicas cuando podemos dimensionar efectivamente por dónde van los tiros. Allí nada está asegurado de antemano. Un gobierno cualquiera puede no darse por enterado y de ese modo boicotear el sentido de este esfuerzo. Pero otro gobierno puede afincarse con fuerza en esta plataforma e impulsar agresivas políticas que tendrían resultados visibles de inmediato. Pero no sólo los gobiernos. También los movimientos culturales que expresan esa diversidad tienen un papel insustituible. En ese mismo espíritu es posible que en la región se profundice el proceso de cristaliza-

ción de marcos regulatorios que compatibilicen estos grandes lineamientos con las especificidades de cada ámbito local. Igualmente, el fortalecimiento de los programas de cooperación regional será una realidad en la medida en que la dinámica política permita direccionar los contenidos de esta Convención de acuerdo a las Políticas, Programas y Proyectos que seamos capaces de confeccioar en este trayecto. Hay un camino abierto para que el debate sobre la cultura siga alimentándose. La conclusión de los trabajos sobre esta Convención anuncia el comienzo de nuevos desafíos intelectuales y de gestión política. Insisto en el papel de la discusión teórica de fondo que es la base que permite una aportación sustantiva en este campo. Todos los temas están abiertos. La mayoría de ellos altamente polémicos. Fuera del marco de la discusión legal la reflexión debe encontrar el aliento y la altura de los grandes asuntos. Si como sostiene ahora Alain Touraine, asistimos al nacimiento de un nuevo paradigma1 que es justamente un “paradigma cultural”, entonces con más razón hay que renovar las energías para reemprender el viaje que nunca termina: el de contribuir a hacer las nuevas preguntas. ♦

1 Alain Touraine: Un nouveau paradigme, Paris, Edit. Fayard, 2005. Del mismo modo, vale la pena la lectura del dossier (“Menaces sur la diversité culturelle”) en la revista Mouvements, N.37/Paris, Enero-Febrero, 2005.


Retrospectiva Soberanía y diversidad cultural: ALCA/ ALBA

Foro Derechos culturales. Una plataforma institucional y jurídica para la transformación cultural 10 de noviembre de 2004, 5:00 pm, Sala C, Fundación Celarg. Intervenciones de Edgardo Lander y Eduardo Samán.

Edgardo Lander1: Buenas tardes, muchas gracias a los organizadores del Foro por abrir espacios de debate, de discusión, de intercambio de ideas. Sobre el tema general del foro: “Soberanía y diversidad cultural: ALCA / ALBA”, que es el anuncio temático del día de hoy, yo quisiera acotar -ya que se trata de un panel donde hay varias personas que van a hablar sobre temas interrelacionados- referirme a algo más acotado, pero de todas maneras amplio, por lo tanto sólo serán unos brochazos de las relaciones entre los proyectos estratégicos globales expresados en los acuerdos, negociaciones institucionales, mercantiles y la diver1 Venezuela. Sociólogo e investigador, docente-investigador en el Departamento de Estudios Latinoamericanos de la Escuela de Sociología, profesor en el Doctorado en Ciencias Sociales de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, y miembro del Consejo Editorial de la Revista Venezolana de Economía y Ciencias Sociales, UCV. Entre sus publicaciones destacan: Modernidad y Universalismo. Pensamiento crítico: un diálogo interregional 1 (1991); Neoliberalismo, sociedad civil y democracia. Ensayos sobre América Latina y Venezuela (1995); La democracia en las ciencias sociales latinoamericanas contemporánea (1997).

sidad cultural, esto es, los temas de OMC, ALCA, los TLC, o sea el conjunto de negociaciones, institucionalidad de este nuevo orden jurídico internacional mercantil que se viene consolidando en todo el planeta a partir de la creación de la Organización Mundial del Comercio, en el año 1994 y los temas de la diversidad cultural. Es frecuente oír hablar del ALCA, de los TLC o los OMC, en términos mercantiles, en términos de las implicaciones que tiene desde el punto de vista económico, e inclusive como proyecto político. Quisiera no referirme a esos temas sino referirme a las implicaciones que tiene desde el punto de vista cultural. Para referirme al tema desde el punto de vista cultural quisiera comenzar por una breve referencia al tema de las categorías con las cuales nos referimos a la cultura, las categorías con las cuales pensamos la noción de diversidad cultural y la relación de esto con los debates en torno al llamado multiculturalismo. Hoy, desde hace ya bastante tiempo, está, digamos, de moda, está legi-

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timado, aparece como necesario reconocer la diversidad de culturas y la necesidad de conocer las diferencias. Lo que quisiera comenzar por plantear acá es que no basta con hablar de las diferencias, no basta con hablar de diversidad cultural porque no está claro en esta construcción a qué nos referimos por “cultura”. Me explico. Dentro de la tradición liberal hay un acotamiento de concepción de la naturaleza humana, un acotamiento de la concepción universalista de cómo es y cómo debe ser la sociedad, una noción -a pesar de que el liberalismo diga lo contrario- propiamente teleológica de una dirección camino de la humanidad hacia el llamado “fin de la historia de la sociedad liberal del mercado”. Y esto es un patrón cultural extraordinariamente intolerante de otros patrones culturales, a pesar de que el liberalismo se precia precisamente de la tolerancia. Entonces cuando hablamos de la tolerancia y del multiculturalismo liberal, ¿de qué tolerancia y de qué multiculturalismo estamos hablando? Dentro del liberalismo la tolerancia es posible, promovida, celebrada al interior de un patrón cultural muy estrecho; patrón cultural que podríamos llamarlo de muchas formas. Podemos llamarlo el patrón cultural del individualismo posesivo como patrón, como concepción de naturaleza humana, que le otorga la prioridad absoluta del individuo sobre la comunidad; la noción de la preexistencia del

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individuo y sus derechos antes de la construcción del orden social, la concepción de progreso, de avance de fuerzas productivas, de ciencia, tecnología; de este patrón de conocimiento montado sobre la predicción, control, manipulación, transformación de la naturaleza en función de una identificación de la felicidad humana con el bienestar material creciente. Todos estos asuntos forman parte del patrón Liberal. ¿Cuáles son las diferencias del multiculturalismo liberal? El multiculturalismo liberal se refiere principalmente a aquellos ámbitos de la vida colectiva que pueden ser sacados de la controversia pública que divide, para ser convertidos en asuntos privados. En la historia del Liberalismo el hito que consolidó en Europa el orden liberal llamado “tolerante”, fue precisamente el sacar las guerras religiosas del ámbito estatal-público para convertir el hecho religioso en un ámbito de la vida privada, y colocado como ámbito de la vida privada podía hacerse relaciones públicas estatales políticas, seculares. Entonces, lo que quiero decir con esto es que la construcción de la pluralidad cultural dentro de este concepto de multiculturalismo liberal, se refiere fundamentalmente a ámbitos de diferencias, de diferencias de lengua, de creencias religiosas, de identidades, de formas de vestirse, de formas de comida, de una cantidad de tradiciones identitarias muy diversas, pero al interior de un orden donde las dos di-

mensiones constitutivas de la sociedad liberal, esto es: trabajo y ciudadanía, están pensados en términos “universalistamente liberales”. Entonces acá estamos construyendo un patrón de supuesta diversidad y pluralidad cultural en la cual hay una forma de ser en la política, que es la ciudadanía, una forma de ser en la producción, que es el trabajo productivo, que tiene como patrón idealizado el trabajo asalariado y tiene una forma de conocimiento, que es el conocimiento científico. Entonces, si se asume en la escuela este patrón de conocimiento, si se asume en la vida pública este patrón de ciudadanía, si se asume en los patrones productivos propios de la sociedad capitalista liberal, los otros ámbitos son ámbitos donde puede existir la pluralidad. Yo lo que quiero decir es que esto no es “pluralidad de culturas”, éstas son variaciones al interior de una lógica común. Entonces, relacionando esto con los temas de los acuerdos mercantiles, a pesar de que tenemos 500 años de avance y consolidación del sistema mundo capitalista mundial, todavía una parte importante de la experiencia cotidiana de una significativa proporción del planeta no está sometida plenamente a la lógica mercantil. El proceso de expansión de esta lógica mercantil, de esta noción que caracteriza Marx con la idea de que el capital es una especie de ácido que va disolviendo todo lo sólido y convirtiéndolo en aire, esta noción


de mercantilización, que es capilar y que se va metiendo a todos los ámbitos de la vida colectiva como imposición de un patrón de vida, es algo que a pesar de 500 años de sistema mundo colonial moderno, todavía no ha tenido el éxito que nos permita reconocer hoy la vida colectiva plenamente sometida a esta lógica mercantil. Y precisamente, consecuencia de las resistencias de los sujetos, de las prácticas, de las relaciones con la naturaleza, de otras formas de conocer, de otras formas de vivir, nos encontramos que hay resistencias y estas resistencias que son de identidades, de tradiciones, de culturas, de formas de conocer, de formas de percibir, de otros imaginarios, otros patrones culturales, otros modos de vida, otras formas de ocupación territorial, de relación de ser en la naturaleza, constituyen precisamente la existencia hoy en el planeta de multiplicidad de experiencias culturales; multiplicidad de experiencias culturales que no son experiencias aisladas, que no son experiencias esencialmente diferentes, que no son experiencias no conectadas, son experiencias en movimiento, en resignificación, en procesos de reconstitución, en procesos de alimentación recíproca, pero de ninguna manera un solo patrón de vida común para toda la humanidad. Cuando a partir de la década de los 70 comienza en los centros hegemónicos del poder del capital, lo que propiamente puede ser llamado, como dice Aníbal Quijano: “la contra-

rrevolución del capital”, en que se convierte en proyecto estratégico superar las barreras, en las limitaciones que tiene el capital en el acceso a territorios, recursos, mercados, fuerza de trabajo en el conjunto del planeta y se busca superar aquellas barreras que hacen que ámbitos de la vida colectiva por razones religiosas, por razones culturales, por razones de conquistas democráticas, se considera que no son parte del ámbito de la valorización del capital, sino que son otros ámbitos, ámbitos de la vida, ámbitos de los derechos sociales, culturales, que no son los ámbitos de la valorización, que no son cosas a ser sometidas

a la mercantilización, se trata a partir de esta gran ofensiva, de esta contrarrevolución del capital, de precisamente borrar todos estos límites. Son límites entonces que son geográficos, territoriales, de expansión hacia todo el ámbito de las áreas del planeta que no están sometidas a esta lógica plenamente, pero también en la propia sociedad capitalista todos aquellos ámbitos al interior, inclusive de las sociedades liberales anglosajonas que todavía presentan extraordinarias limitaciones a los ámbitos de la valorización en la medida en que la población tercamente insiste en que hay “derechos al agua”, “derechos a la educa-

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ción”, etc., etc., o que “la vida no puede ser patentada”, son ámbitos e que están fuera de la valorización y el sometimiento a ésta lógica. Entonces esta es propiamente una guerra cultural, una guerra cultural donde hay un patrón de vida único y este patrón de vida, es el patrón de vida que se puede caracterizar como el patrón de vida de la sociedad del mercado total. La sociedad del mercado total es la sociedad en la cual cada uno de los ámbitos de la vida colectiva está organizado, sometido, subordinado, evaluado desde la lógica mercantil. Esto es, el criterio para la toma de decisiones y asignación de recursos simbólicos, materiales, etc., es prioritariamente el criterio de naturaleza mercantil y este proceso de subordinación de otros ámbitos de la vida colectiva, es la extensión de esta lógica de mercantilización. Nos encontramos hoy con que esa lógica de mercantilización, que tiene más de 500 años, hoy forma parte también de un proyecto político, estratégico, militar, geopolítico, ideológico, teórico que se está impulsando en forma de proyecto estratégico. Cuando digo “proyecto estratégico”, estoy insistiendo sobre su carácter de “proyecto” y de “estratégico”. Con lo de proyecto estratégico lo que quiero decir fundamentalmente es que no nos encontramos ante el camino, así de especie de inexorable, natural, de la globalización, como una especie de proceso natural, ni nos encontramos tampoco hoy en un mundo postmoderno, donde no hay sujetos, no hay estrategias, donde las cosas pasan sin

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sentido, donde no hay metarrelatos, porque por el contrario yo diría que nos encontramos en el mundo de la hiper modernidad, donde esta lógica en posición de la lógica mercantil es más fuerte que nunca, con más resistencias que nunca, igualmente, pero igualmente como proyecto, como proyecto teórico–político, que puede ser leído en los documentos que permiten ver cómo se ha ido planteando en estos términos propiamente estratégicos. Entonces, dentro de esto, de las dimensiones políticas, teóricas, ideológicas, militares, geopolíticas, etc., los acuerdos mercantiles, después de un avance extraordinariamente grande en estos procesos, que son los procesos de las políticas de ajuste estructural, los procesos de derrotas de los movimientos populares, el colapso del Muro de Berlín, etc., etc., las dictaduras militares del Cono Sur, o sea, todos los diversos procesos que caminan en la dirección de aplastar las resistencias a este modelo, llega el momento de intentar constitucionalizar esta nueva lógica neoliberal en un orden que pretendidamente se convierta en irreversible. La idea de la constitucionalización expresada por estos acuerdos precisamente eso, tratar de crear un orden jurídico internacional extraordinariamente potente, de obligatorio cumplimiento -y aquí está el tema de la soberanía-, que vaya encima de las normas e instituciones propias de cada experiencia nacional particular para establecer un orden jurídico transnacional, repito, de obligatorio cumplimiento, que en principio sea

irreversible y en este sentido una especie de orden constitucional, sin vuelta a atrás. Esto es lo que representan estos tratados, es lo que presenta la OMC, es el intento del ALCA, es lo que está en juego cuando están negociando los tratados de libre comercio. Entonces, no hay ámbito de las dimensiones de la vida colectiva de los patrones, modos de vida que no estén siendo afectados. Cuando hablamos de “cultura” o cuando hablamos de “diversidad cultural”, no en el término del multiculturalismo neoliberal, sino de la posibilidad de que efectivamente reconozcamos la existencia de diferentes modos de vida y “modos de vida”, significa modos diferentes de conocer, esto es, el conocimiento científico no asumido como conocimiento universal objetivo y patrón superior de conocimiento, sino como una forma de conocer, entre otras formas de conocer; relaciones diferentes con la naturaleza, a diferencia de este patrón que es característico del desarrollo de la cultura de Occidente en sus formas hegemónicas, que es esta noción planteada inicialmente por Bacon, de conocimiento como parte de una guerra del ser humano contra la naturaleza por el control y el sometimiento de la naturaleza a otras formas de ser en la naturaleza. Un conocimiento donde el ser humano está dentro de la naturaleza, que significa, desde el punto de vista de cosmovisión y de acción en las relaciones con los otros seres vivos o no vivos, diferentes a esta noción de guerra; significa otros patrones de noción de


tiempo, de producción, de riqueza. Significa otras nociones respecto a la propiedad, significa otros patrones en relación a los temas de la salud y la curación. Para dar un ejemplo del tipo de asunto que está en juego, quisiera referirme a la relación entre el patrón civilizatorio que está formulado a partir del modelo agrícola, impulsado desde estas organizaciones que tiene como patrón la noción de la actividad agrícola como actividad fabril y la agricultura campesina, como ejemplo polar de modos diferentes. No estoy diciendo que hay dos modos de vida, estoy diciendo que hay una pluralidad de los modos de vida, pero aquí podemos ver en términos muy claros un contraste radical en un asunto que parece por una parte científico tecnológico, en otros asuntos parece de naturaleza normativo, porque tienen que ver con derechos de propiedad intelectual, o sea, tiene que ver con muchos campos y sin embargo, forma parte de lo que es propiamente una guerra cultural que avanza en la dirección de imponer un patrón. ¿Cómo es este patrón? Una alta proporción de la actividad agrícola del planeta, hoy no está sometida a la lógica del capital en forma plena. Hoy hay una alta proporción de la producción agrícola que es plural, variada, que tiene que ver con conocimientos diversos, que tiene que ver con nichos ideológicos variados, que tiene que ver con la utilización extraordinariamente amplia de diversidades, de variedades genéticas diferentes en la producción, no sólo en la producción de diferentes cultivos sino variedades

dentro del mismo cultivo, etc., etc., que hace que no exista un patrón común estandarizado, homogeneizado que permita la organización capitalista plena de esta producción. La forma en la cual el conocimiento del capital, esto es la ciencia contemporánea, que es el conocimiento del capital, el modo de producción del conocimiento del capital es la ciencia, este modo de producción está hoy al servicio de los procesos de estandarización y control de la actividad productiva. Es un proceso de transformación como norte, como norma, como criterio de direccionalidad de un modelo diverso, no controlable, extraordinariamente fraccionado, en el cual los productores tienen una corporeidad de conocimiento extraordinariamente diverso a lo que es propiamente una transformación taylorista de apropiación, estandarización del conocimiento y la imposición de un patrón estandarizado, único, más allá del conocimiento del productor, más allá de las condiciones particulares de cada nicho ecológico. Y esto es precisamente lo que se trata de hacer por la vía de los organismos genéticamente modificados y la estandarización, en la reducción drástica de la diversidad genética, reducción drástica de los patrones diversos de producción y el sometimiento a patrones comunes, únicos de organización de la producción sobre la base de contratos de tecnología que obliguen a un solo patrón de organización. Entonces, aquí lo que está en juego es la autosuficiencia alimentaria, la diversidad cultural, la diversidad biológica, el control de los campesinos sobre su propia

vida, la diferencia entre producir alimentos de auto consumo y para mercado local por producción de bienes a ser exportados, no como alimentos, sino como insumos para animales o para otras cosas. Significa realmente un proceso que expresa hoy quizás el lugar donde esté más clara la forma en la cual los procesos de concentración de la riqueza, concentración del poder avanzan en los procesos de polarización del planeta que son, no sólo una pugna entre seres humanos, sino también una pugna entre patrón productivo y de conocimiento de seres humanos y las condiciones que hacen posible la vida en esta relación propiamente de guerra. Estos son algunos de los temas que están en juego bajo la apariencia de negociaciones mercantiles y de negociaciones de naturaleza jurídico institucional. Muchas gracias.

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Eduardo Samán2: Gracias al Colectivo Cultural Pueblo Soberano, en verdad gracias. Yo lo que hice fue patrocinar un afiche y fíjense, me pusieron a hablar con Edgardo, con Aram, me sentaron al lado de la profesora Judith Valencia. Agradezco mucho. Hay algo que no se incluyó allí. También soy negociador por Venezuela en el grupo de negociación sobre propiedad intelectual en el ALCA. El SAPI es el organismo que tiene la competencia sobre propiedad intelectual y nosotros somos 2 Venezuela. Farmacéutico, profesor y político, milita en el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). Ha sido Director General del Servicio autónomo de la propiedad intelectual (2002-2006) y del Servicio autónomo de normalización, calidad, metrología y reglamentos técnicos (2006-2008), Presidente del Instituto para la defensa de las Personas para el acceso de bienes y servicio (2008-2010; 2013) y Ministro del Poder Popular para el Comercio (2009-2010).

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los negociadores. Entonces es un poco hablar de la experiencia del ALCA porque miren, yo me supongo que esta asistencia masiva es porque la gente quiere escuchar ALCA y quiere escuchar ALBA, porque hay una gran interrogante de ¿y qué es el ALBA y dónde está el ALBA? Y la gente busca el folletico del ALBA. Hay una gran curiosidad de esto. Y también ¿qué es el ALCA?, porque ese tratado que está en negociación, y esperamos que muera. Lo que pasa es que esto es un cadáver, es un cadáver un poco peligroso y es como en las películas, cuando mueren los malos, los monstruos, que mientras se están besando los protagonistas, de repente vuelve a revivir y saca un brazo, y bueno así está el ALCA. Está agonizando pero al mismo tiempo está mutando en los Tratados de Libre Comercio que ha firmado Estados Unidos con Centro América, con República Dominicana y los que están propuestos para la firma con Ecuador, Perú y Colombia, son mutaciones de ese acuerdo, de ese tratado, que la profesora Judith seguramente va explicar que eso va mas allá de un tratado. Entonces, cuando uno empieza a ver ese tratado, que eso va más allá de un tratado, es una Constitución Continental. Cuando uno analiza el capítulo de propiedad intelectual, que eso debe ser un capítulo corto, que debe regular nada mes el intercambio lo que afecta la propiedad intelectual en el intercambio comercial, o sea, debería ser una cosita de cuatro páginas. Sin embargo, es un capítulo que tiene como sesenta páginas, o sea, es una súper ley en propiedad intelectual, es una súper ley que va para

todo el continente. Agarran y cortan todo con una misma ley. Además que hay que respetar ese tratado, están la remisiones que hacen a otros tratados internacionales, que es donde lo hace terrible y donde hace que atente contra la soberanía. Cosas como otorgar una patente, que es un derecho que otorga el Estado y que vale en un territorio, eso nos obliga a entrar por ejemplo en tratados internacionales donde ese derecho lo vamos perdiendo, poco a poco, donde vamos a un sistema de armonización de patentes donde el derecho lo va a otorgar una organización mundial. Es crear un estado global a expensas del estado nacional, lo que es estado-nación. Es crear el estado global y que te va quitando la soberanía, como en pellizcos pero te va despojando de la soberanía. Entonces los tratados, o ese capítulo del tratado es bien terrible porque además que obliga a los estados nacionales a que se respeten los derechos, no obliga a los países industrializados a ceder tecnología, o sea, no compromete a los países desarrollados a ceder tecnología, a transferir tecnología para corregir las asimetrías. El tratado no dice que debemos establecer, “debemos” con verbos vinculantes, o sea, los países deberán establecer medidas de observancia de fronteras, para cuidar la propiedad intelectual, pero en ninguna manera hay verbos vinculantes para los países industrializados donde los obliguen a transferir las tecnologías de manera de poder corregir las asimetrías que existen en el continente de los países industrializados y los que no estamos industrializados. Hay algo im-


portante en el capítulo del ALCA que primero empieza definiendo los derechos de propiedad intelectual, dice “derecho de propiedad intelectual es todo”, entonces todo mete la propiedad industrial, marcas patentes, el derecho de autor, los conocimientos tradicionales, recursos genéticos, basados en esos conocimientos tradicionales etc., etc., etc.; o sea, una cantidad de cosas se meten en un paquete de “como propiedad, como formas de propiedad”. Actualmente se discute si el derecho de autor es o no es una forma de propiedad, por ahí un jurista español, Sánchez Almeida, publicó un artículo muy bueno, que fue, que lo reprodujo, se publicó en Rebelión y luego en Aporrea, donde cuestionaba, decía: ¿por qué el derecho de autor tiene que ser una forma de propiedad? Porque el derecho de autor está consagrado en el artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y el Derecho a la Propiedad se consagra en el artículo 17, o sea, hay una parte donde dice: “todas las personas tenemos derecho a la propiedad y nadie podrá ser despojado arbitrariamente de su propiedad”. Pero los derechos de autor están en un artículo que está compuesto por dos párrafos. Uno dice: “toda persona tiene derecho a integrarse a la vida artística, cultural y a gozar de los avances científicos” y “toda persona tiene derecho a recibir una protección moral y material producto de su trabajo como autor”. En realidad ese artículo 27 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos equilibra establece un equilibrio entre el derecho de los usuarios a la cultura, así como un compositor

tiene derecho a recibir una protección moral y material producto de su trabajo como compositor, producto de su actividad intelectual; ese mismo derecho es tan legítimo que tenemos todos nosotros de poder apreciar esa poesía, de apreciar esa canción. Ese derecho es muy legítimo. Lo que pasa es que el lobby que han hecho en las industrias basadas en la propiedad intelectual -que son las industrias que les generan ganancias a Estados Unidos como la industria farmacéutica y de biotecnología, la industria del software y la industria del entretenimiento- que son las que le generan ganancias y que ellos llaman industrias basadas en propiedad intelectual. Se han creado entonces unos mitos alrededor de la propiedad intelectual, y derecho de propiedad intelectual se vuelve sinónimo de protección de los autores y de los inventores, que ya esos derechos tampoco ellos los tienen sino que los tienen las disqueras, las editoriales, las empresas, etc., etc. Lo que se ha buscado es volver eso sinónimo de protección, pero es tan legítimo el derecho a la vida, el derecho a gozar de los beneficios de un nuevo medicamento, ese derecho es tan legítimo como el derecho a la ganancia, de obtener una ganancia, una protección, un inventor o un autor. Entonces, ese artículo 27 donde consagran los derechos de autor, está entre los derechos sociales, no está entre los derechos de propiedad. Esto significa que está entre los derechos relativos al acceso a la educación, etc. En la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el derecho de autor

esta seguido de esos artículos, o sea que es considerado más un derecho social que un derecho de propiedad. Y además Sánchez Almeida dice: “¿por qué? ¿Qué tipo de propiedad?”, porque el derecho de autor lo tiene mientras está vivo el autor y una vez muerto, pasa a los herederos pero por 60 años. Por ejemplo en nuestro país y luego eso entra en el dominio público. Él dice que la propiedad no se puede perder, se tiene que transferir indefinidamente. Se está cuestionando que esto pueda ser una forma de propiedad, pero él dice: “¿por qué quieren convertir al derecho de autor como una forma de propiedad?”. Y por otro lado, eso lo vemos más claro con los conocimientos tradicionales indígenas y todo esto: ¿Por qué quieren que los conocimientos tradicionales indígenas sean convertidos en una forma de propiedad? Lo que ellos llaman la protección de esos conocimientos, nosotros lo llamamos la defensa de esos conocimientos porque consideramos que son cosas diferentes, porque eso se puede defender defendiendo el idioma, el territorio, respetando el territorio indígena y todas estas cosas y no patentando los conocimientos tradicionales o indígenas, no estableciendo patentes, entonces: ¿por qué se quieren llevar los conocimientos indígenas a una forma de propiedad?, ¿cómo se ha llevado el derecho de autor? “Hay una sola razón -dice Sánchez Almeida-, para poder traficar con ellos”. Para poder traficar, es decir que estos conocimientos se llevan a una forma de propiedad para crear los mecanismos de compra-venta para allanar los mecanismos para poder com-

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prarlos y venderlos, o sea, para poder negociarlos. Entonces, hay una serie de cosas que necesitaría los 15 minutos multiplicados por cuatro para decirles lo nocivo que es sólo el capítulo de propiedad intelectual en el ALCA, sin nombrar la parte de agricultura, lo de libre competencia y todas esas cosas. Fíjense, si nosotros firmamos el capítulo de libre competencia, tal cual como está planteado, nosotros tendríamos que salir de la OPEP. Nos obligarían a salir de la OPEP porque consideran que la OPEP es un cartel donde hay no se que más… Imagínense lo grave que es para Venezuela. Cualquiera que ve el ALCA, cualquiera que piensa y que tiene corazón, que tiene sentido de patria, que le duele, que tiene sentido de nación, sabe que eso no es lo que nosotros queremos ni lo que nos va resolver nuestros problemas, ni tampoco es una iniciativa de nosotros los latinoamericanos. Es una iniciativa que fue hecha por Estados Unidos, por el padre del actual presidente; una iniciativa y que se mantuvo mucho tiempo en secreto, o sea, que se negociaba a escondidas de casi todos y ahora es, cuando estuvo a punto de morir, es que se han fugado los documentos porque los hemos fugado pues. Hemos fugado los documentos de la negociación pero los documentos todos dicen “confidencial”, etc., etc. Y es una negociación donde no entra la prensa, donde sólo van los delegados y es una negociación muy cerrada y que es una negociación que va a afectar la vida de todos los que estamos en este continente. Entonces, cualquiera que ve lo del ALCA dice: “¡esto no puede ser, tiene que haber una alternativa!” Y el presidente cuenta en público y muchos lo

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hemos escuchado, que él estaba en una reunión, en una cumbre del ALCA en Margarita y se asomó y vio el amanecer y dijo: “bueno, aquí lo que necesitamos es el ALBA”. Y entonces lanzó esto del ALBA, pero no dijo más nada sino que era una alternativa a esto que no podía ser. Nosotros no queremos el ALCA pero sin embargo, estamos en la negociación. Eso fue una muy buena estrategia y ayudó a la sepultura, a la agonía del ALCA. Pero uno no puede estar allí y decir de una vez que no se quiere eso. Aunque en lo cerrado de las negociaciones, uno conversaba con los delegados andinos, por ejemplo, porque Venezuela no negocia solo, se negocia por bloque y tenemos que ponernos de acuerdo los cinco delegados de la comunidad andina y hay un vocero y uno es el que habla. Eso es algo así como los tres chiflados, más o menos así es más o menos así es la negociación. Entonces, cuando uno habla en privado con ellos y uno les dice: “fíjense que esto perjudica, esto perjudica, ¿cómo ustedes están de acuerdo?”. Entonces ellos dicen y confiesan: “Mira, nosotros tenemos una situación difícil, Venezuela es el único país que puede decir las cosas como son, que puede rehusarse a eso, porque tienen petróleo y Estados Unidos tiene que comprarle obligatoriamente el petróleo, pero nosotros, por ejemplo no, porque estamos atados al ATPA, que son los Acuerdos de Preferencia Arancelarias etc., que tienen los países. Entonces usan eso como un chantaje, y cualquier señal que nosotros demos en contra de los acuerdos de propiedad intelectual, bueno perdemos la preferencia arancelaria etc., etc.”. Entonces fíjense que se negocia bajo una gran presión y los mismos negociadores,

cuando uno se para y dice algo que, muy duro muy fuerte en la negociación, ellos en tono de broma les dicen a uno: “oye, ¿pero tus hijos conocen Disneylandia?, ¿y tú tienes visa para Estados Unidos?, porque olvídate que después de esto vas a tener visa para Estados Unidos”. Entonces, cómo la gente va negociar con una pistola en la cabeza, y ahí a lo que se va es a entregar la soberanía, a entregar a los países. Entonces, surge esto del ALBA y es como una propuesta que hay que construirla, y todo el mundo empieza a trabajar en la construcción de eso, de qué es eso, cómo nos comemos el ALBA. Hay unos principios bolivarianos de integración de la construcción de la patria grande, y otros buscan el folleto para ver si es que el ALBA es una propuesta que es alternativa, que si por ejemplo el ALCA dice: “que vamos a patentar los medicamentos”, el ALBA va a decir “no, sólo algunos”. A mi forma de ver yo creo que el ALBA no es eso, no es un documento alternativo o es una negociación ventajosa. Pero entonces ¿qué es ALBA?, ¿es una comunidad andina? o sea, ¿es ir a un proceso de integración y firmar con los andinos del MERCOSUR?, más o menos. El ALBA, en mi opinión, va más allá. El ALBA no es un tratado regional de comercio que implicaría no negociar con los Estados Unidos, pero sí con la comunidad Andina. No se puede interpretar el ALBA como eso porque fíjense que la Comunidad Andina, tal como está concebida, eso es un proceso, son miniglobalizaciones, tal y como está ahora y la legislación de la Comunidad Andina es una miniglobalización, muy diferente a lo que se puede entender de lo que es el ALBA.


Estuvimos con un núcleo de desarrollo endógeno en Valle de la Pascua, con una experiencia que después fue fallida, o sea que fracasó, pero yo creo que se aprende más de las experiencias que fracasan, que de las que son exitosas. Ahí tuvimos la experiencia, pero muy breve, de vivir algo que es entregarle poder a la gente, o sea bajar poder, crear nuevos espacios de poder, generar desarrollo endógeno, tratar de construir un nuevo modelo socioeconómico, que no es el que usa la tecnología de punta de las multinacionales, etc., etc., protegido por su legislación en propiedad intelectual. Ahí empezamos y dijimos: “el ALBA tiene que ser esto, un modelo socioeconómico, de desarrollo endógeno, que surge y se multiplica, se irradia para todo el continente americano, un poco en el concepto de la construcción de la Patria Grande de que hablaba nuestro Libertador”. Entonces el ALBA hasta ahora sigue siendo una propuesta que está abierta, una propuesta que tenemos que construirla y que se tiene que construir con la experiencia, con la vivencia y desde esos espacios de poder, esos espacios populares. Y que no podemos esperar que el ALBA la escriban una serie de eruditos, de expertos, de intelectuales que se sientan y dicen: “el ALBA tiene que ser esto” y que nos dan una receta: “esto es el ALBA”, en un librito para que la aprendamos. A mi forma de entender podemos considerar que el ALBA es una propuesta alternativa opuesta al modelo neocolonial, al modelo neoliberal, opuesta, y que debe nacer desde adentro, desde abajo. Muchas gracias. ♦

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Retrospectiva La Diversidad ante la Globalización: Entrevista a Héctor Díaz Polanco

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Durante el VII Encuentro de Solidaridad con Cuba, la Red de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad entrevistó al antropólogo Héctor Díaz Polanco quien, desde la perspectiva de la diversidad cultural, nos ofrece sus reflexiones sobre los problemas de la globalización y la dicotomía entre colectivismo-individualismo y universal-particular. De igual manera, el antropólogo resalta la importancia de la integración cultural para los mecanismos de integración política que se han venido impulsando en América Latina, y nos ofrece su perspectiva sobre el estado actual de los movimientos de autonomía indígena en la región. Héctor Díaz Polanco, antropólogo y sociólogo dominicano. Consultor sobre temas indígenas (1993-1995) de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Fue asesor de la Comisión Nacional de Autonomía (Managua, 1984-1987) que diseñó el régimen de autonomía de la Costa Atlántica de Nicaragua; y del Ejército Zapatista de Liberación Nacional

(EZLN) para las negociaciones con el Gobierno mexicano sobre “Derechos y cultura indígena”, de las que resultaron los Acuerdos de San Andrés (1995-1996). Ha sido jurado de premios nacionales e internacionales, como el Premio Casa las Américas y el Premio Libertador al Pensamiento Crítico. Dentro de su vasta obra destacan: “La cuestión étnico-nacional”, “La rebelión zapatista y la autonomía”, “El laberinto de la identidad”, “Elogio de la diversidad. Globalización, multiculturalismo y etnofagia”, “La cocina del diablo. El fraude de 2006 y los intelectuales”. La entrevista puede ser consultada en el siguiente enlace. ♦


Documentos Texto de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial

La Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, denominada en adelante “la UNESCO”, en su 32ª reunión, celebrada en París del veintinueve de septiembre al diecisiete de octubre de 2003

Refiriéndose a los instrumentos internacionales existentes en materia de derechos humanos, en particular a la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948, al Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de 1966 y al Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos de 1966, Considerando la importancia que reviste el patrimonio cultural inmaterial, crisol de la diversidad cultural y garante del desarrollo sostenible, como se destaca en la Recomendación de la UNESCO sobre la salvaguardia de la cultura tradicional y popular de 1989, así como en la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural de 2001 y en la Declaración de Estambul de 2002, aprobada por la Tercera Mesa Redonda de Ministros de Cultura, Considerando la profunda interdependencia que existe entre el patrimonio cultural inmaterial y el patrimonio material cultural y natural, Reconociendo que los procesos de mundialización y de transformación social por un lado

crean las condiciones propicias para un diálogo renovado entre las comunidades pero por el otro también traen consigo, al igual que los fenómenos de intolerancia, graves riesgos de deterioro, desaparición y destrucción del patrimonio cultural inmaterial, debido en particular a la falta de recursos para salvaguardarlo, Consciente de la voluntad universal y la preocupación común de salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial de la humanidad, Reconociendo que las comunidades, en especial las indígenas, los grupos y en algunos casos los individuos desempeñan un importante papel en la producción, la salvaguardia, el mantenimiento y la recreación del patrimonio cultural inmaterial, contribuyendo con ello a enriquecer la diversidad cultural y la creatividad humana, Observando la labor trascendental que realiza la UNESCO en la elaboración de instrumentos normativos para la protección del patrimonio cultural, en particular la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de 1972,

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Observando además que todavía no se dispone de un instrumento multilateral de carácter vinculante destinado a salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial, Considerando que convendría mejorar y completar eficazmente los acuerdos, recomendaciones y resoluciones internacionales existentes en materia de patrimonio cultural y natural mediante nuevas disposiciones relativas al patrimonio cultural inmaterial, Considerando la necesidad de suscitar un mayor nivel de conciencia, especialmente entre los jóvenes, de la importancia del patrimonio cultural inmaterial y de su salvaguardia, Considerando que la comunidad internacional debería contribuir, junto con los Estados Partes en la presente Convención, a salvaguardar ese patrimonio, con voluntad de cooperación y ayuda mutua, Recordando los programas de la UNESCO relativos al patrimonio cultural inmaterial, en particular la Proclamación de las obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad, Considerando la inestimable función que cumple el patrimonio cultural inmaterial como factor de acercamiento, intercambio y entendimiento entre los seres humanos, Aprueba en este día diecisiete de octubre de 2003 la presente Convención. I. Disposiciones generales Artículo 1: Finalidades de la Convención

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La presente Convención tiene las siguientes finalidades: a) la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial; b) el respeto del patrimonio cultural inmaterial de las comunidades, grupos e individuos de que se trate; c) la sensibilización en el plano local, nacional e internacional a la importancia del patrimonio cultural inmaterial y de su reconocimiento recíproco; d) la cooperación y asistencia internacionales. Artículo 2: Definiciones A los efectos de la presente Convención, 1. Se entiende por “patrimonio cultural inmaterial” los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana. A los efectos de la presente Convención, se tendrá en cuenta únicamente el patrimonio cultural

inmaterial que sea compatible con los instrumentos internacionales de derechos humanos existentes y con los imperativos de respeto mutuo entre comunidades, grupos e individuos y de desarrollo sostenible. 2. El “patrimonio cultural inmaterial”, según se define en el párrafo 1 supra, se manifiesta en particular en los ámbitos siguientes: a) tradiciones y expresiones orales, incluido el idioma como vehículo del patrimonio cultural inmaterial; b) artes del espectáculo; c) usos sociales, rituales y actos festivos; d) conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo; e) técnicas artesanales tradicionales. 3. Se entiende por “salvaguardia” las medidas encaminadas a garantizar la viabilidad del patrimonio cultural inmaterial, comprendidas la identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión -básicamente a través de la enseñanza formal y no formal- y revitalización de este patrimonio en sus distintos aspectos. 4. La expresión “Estados Partes” designa a los Estados obligados por la presente Convención y entre los cuales ésta esté en vigor. 5. Esta Convención se aplicará mutatis mutandis a los territorios mencionados en el Artículo 33 que pasen a ser Partes en ella, con arreglo a las condiciones especificadas en dicho


artículo. En esa medida la expresión “Estados Partes” se referirá igualmente a esos territorios. Artículo 3: Relación con otros instrumentos internacionales Ninguna disposición de la presente Convención podrá ser interpretada de tal manera que: a) modifique el estatuto o reduzca el nivel de protección de los bienes declarados patrimonio mundial en el marco de la Convención

para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural de 1972 a los que esté directamente asociado un elemento del patrimonio cultural inmaterial; o b) afecte los derechos y obligaciones que tengan los Estados Partes en virtud de otros instrumentos internacionales relativos a los derechos de propiedad intelectual o a la utilización de los recursos biológicos y ecológicos de los que sean Partes.

II. Órganos de la Convención Artículo 4: Asamblea General de los Estados Partes 1. Queda establecida una Asamblea General de los Estados Partes, denominada en adelante “la Asamblea General”, que será el órgano soberano de la presente Convención. 2. La Asamblea General celebrará una reunión ordinaria cada dos años. Podrá reunirse con carácter extraordinario cuando así lo deci-

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da, o cuando reciba una petición en tal sentido del Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial o de por lo menos un tercio de los Estados Partes. 3. La Asamblea General aprobará su propio Reglamento. Artículo 5: Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial 1. Queda establecido en la UNESCO un Comité Intergubernamental para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, denominado en adelante “el Comité”. Estará integrado por representantes de 18 Estados Partes, que los Estados Partes constituidos en Asamblea General elegirán al entrar la presente Convención en vigor según lo dispuesto en el Artículo 34. 2. El número de Estados miembros del Comité pasará a 24 en cuanto el número de Estados Partes en la Convención llegue a 50. Artículo 6: Elección y mandato de los Estados miembros del Comité 1. La elección de los Estados miembros del Comité deberá obedecer a los principios de una distribución geográfica y una rotación equitativas. 2. Los Estados Partes en la Convención, reunidos en Asamblea General, elegirán a los Estados miembros del Comité por un mandato de cuatro años. 3. Sin embargo, el mandato de la mitad de

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los Estados miembros del Comité elegidos en la primera elección será sólo de dos años. Dichos Estados serán designados por sorteo en el curso de la primera elección. 4. Cada dos años, la Asamblea General procederá a renovar la mitad de los Estados miembros del Comité. 5. La Asamblea General elegirá asimismo a cuantos Estados miembros del Comité sean necesarios para cubrir los escaños vacantes. 6. Un Estado miembro del Comité no podrá ser elegido por dos mandatos consecutivos. 7. Los Estados miembros del Comité designarán, para que los representen en él, a personas cualificadas en los diversos ámbitos del patrimonio cultural inmaterial. Artículo 7: Funciones del Comité Sin perjuicio de las demás atribuciones que se le asignan en la presente Convención, las funciones del Comité serán las siguientes: a) promover los objetivos de la Convención y fomentar y seguir su aplicación; b) brindar asesoramiento sobre prácticas ejemplares y formular recomendaciones sobre medidas encaminadas a salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial; c) preparar y someter a la aprobación de la Asamblea General un proyecto de utilización de los recursos del Fondo, de conformidad con el Artículo 25; d) buscar las formas de incrementar sus recursos y adoptar las medidas necesarias a tal

efecto, de conformidad con el Artículo 25; e) preparar y someter a la aprobación de la Asamblea General directrices operativas para la aplicación de la Convención; f) de conformidad con el Artículo 29, examinar los informes de los Estados Partes y elaborar un resumen de los mismos destinado a la Asamblea General; g) examinar las solicitudes que presenten los Estados Partes y decidir, con arreglo a los criterios objetivos de selección establecidos por el propio Comité y aprobados por la Asamblea General, acerca de: i) las inscripciones en las listas y las propuestas que se mencionan en los Artículos 16, 17 y 18; ii) la prestación de asistencia internacional de conformidad con el Artículo 22. Artículo 8: Métodos de trabajo del Comité 1. El Comité será responsable ante la Asamblea General, a la que dará cuenta de todas sus actividades y decisiones. 2. El Comité aprobará su Reglamento por una mayoría de dos tercios de sus miembros. 3. El Comité podrá crear, con carácter transitorio, los órganos consultivos ad hoc que estime necesarios para el desempeño de sus funciones. 4. El Comité podrá invitar a sus reuniones a todo organismo público o privado, o a toda persona física de probada competencia en los diversos ámbitos del patrimonio cultural


inmaterial, para consultarles sobre cuestiones determinadas. Artículo 9: Acreditación de las organizaciones de carácter consultivo 1. El Comité propondrá a la Asamblea General la acreditación de organizaciones no gubernamentales de probada competencia en el terreno del patrimonio cultural inmaterial. Dichas organizaciones ejercerán funciones consultivas ante el Comité. 2. El Comité propondrá asimismo a la Asamblea General los criterios y modalidades por los que se regirá esa acreditación. Artículo 10: Secretaría 1. El Comité estará secundado por la Secretaría de la UNESCO. 2. La Secretaría preparará la documentación de la Asamblea General y del Comité, así como el proyecto de orden del día de sus respectivas reuniones, y velará por el cumplimiento de las decisiones de ambos órganos. III. Salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial en el plano nacional Artículo 11: Funciones de los Estados Partes Incumbe a cada Estado Parte: a) adoptar las medidas necesarias para garantizar la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio; b) entre las medidas de salvaguardia mencionadas en el párrafo 3 del Artículo 2, identificar y definir los distintos elementos del patrimonio cultural inmaterial presentes en su

territorio, con participación de las comunidades, los grupos y las organizaciones no gubernamentales pertinentes. Artículo 12: Inventarios 1. Para asegurar la identificación con fines de salvaguardia, cada Estado Parte confeccionará con arreglo a su propia situación uno o varios inventarios del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio. Dichos inventarios se actualizarán regularmente. 2. Al presentar su informe periódico al Comité de conformidad con el Artículo 29 cada Estado Parte proporcionará información pertinente en relación con esos inventarios. Artículo 13: Otras medidas de salvaguardia Para asegurar la salvaguardia, el desarrollo y la valorización del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio, cada Estado Parte hará todo lo posible por: a) adoptar una política general encaminada a realzar la función del patrimonio cultural inmaterial en la sociedad y a integrar su salvaguardia en programas de planificación; b) designar o crear uno o varios organismos competentes para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio; c) fomentar estudios científicos, técnicos y artísticos, así como metodologías de investigación, para la salvaguardia eficaz del patrimonio cultural inmaterial, y en particular del patrimonio cultural inmaterial que se encuentre en peligro;

d) adoptar las medidas de orden jurídico, técnico, administrativo y financiero adecuadas para: i) favorecer la creación o el fortalecimiento de instituciones de formación en gestión del patrimonio cultural inmaterial, así como la transmisión de este patrimonio en los foros y espacios destinados a su manifestación y expresión; ii) garantizar el acceso al patrimonio cultural inmaterial, respetando al mismo tiempo los usosconsuetudinarios por los que se rige el acceso a determinados aspectos de dicho patrimonio; iii) crear instituciones de documentación sobre el patrimonio cultural inmaterial y facilitar el acceso a ellas. Artículo 14: Educación, sensibilización y fortalecimiento de capacidades Cada Estado Parte intentará por todos los medios oportunos: a) asegurar el reconocimiento, el respeto y la valorización del patrimonio cultural inmaterial en la sociedad, en particular mediante: i) programas educativos, de sensibilización y de difusión de información dirigidos al público, y en especial a los jóvenes; ii) programas educativos y de formación específicos en las comunidades y grupos interesados; iii) actividades de fortalecimiento de capacidades en materia de salvaguardia del patri-

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monio cultural inmaterial, y especialmente de gestión y de investigación científica; y iv) medios no formales de transmisión del saber; b) mantener al público informado de las amenazas que pesan sobre ese patrimonio y de las actividades realizadas en cumplimiento de la presente Convención; c) promover la educación sobre la protección de espacios naturales y lugares importantes para la memoria colectiva, cuya existencia es indispensable para que el patrimonio cultural inmaterial pueda expresarse. Artículo 15: Participación de las comunidades, grupos e individuos En el marco de sus actividades de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial, cada Estado Parte tratará de lograr una participación lo más amplia posible de las comunidades, los grupos y, si procede, los individuos que crean, mantienen y transmiten ese patrimonio y de asociarlos activamente a la gestión del mismo. IV. Salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial en el plano internacional Artículo 16: Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad 1. Para dar a conocer mejor el patrimonio cultural inmaterial, lograr que se tome mayor conciencia de su importancia y propiciar formas de diálogo que respeten la diversidad cultural, el Comité, a propuesta de los Estados

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Partes interesados, creará, mantendrá al día y hará pública una Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad. 2. El Comité elaborará y someterá a la aprobación de la Asamblea General los criterios por los que se regirán la creación, actualización y publicación de dicha Lista representativa. Artículo 17: Lista del patrimonio cultural inmaterial que requiere medidas urgentes de salvaguardia 1. Con objeto de adoptar las medidas oportunas de salvaguardia, el Comité creará, mantendrá al día y hará pública una Lista del patrimonio cultural inmaterial que requiera medidas urgentes de salvaguardia, e inscribirá ese patrimonio en la Lista a petición del Estado Parte interesado. 2. El Comité elaborará y someterá a la aprobación de la Asamblea General los criterios por los que se regirán la creación, actualización y publicación de esa Lista. 3. En casos de extrema urgencia, así considerados a tenor de los criterios objetivos que la Asamblea General haya aprobado a propuesta del Comité, este último, en consulta con el Estado Parte interesado, podrá inscribir un elemento del patrimonio en cuestión en la lista mencionada en el párrafo 1. Artículo 18: Programas, proyectos y actividades de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial 1. Basándose en las propuestas presenta-

das por los Estados Partes, y ateniéndose a los criterios por él definidos y aprobados por la Asamblea General, el Comité seleccionará periódicamente y promoverá los programas, proyectos y actividades de ámbito nacional, subregional o regional para la salvaguardia del patrimonio que a su entender reflejen del modo más adecuado los principios y objetivos de la presente Convención, teniendo en cuenta las necesidades particulares de los países en desarrollo. 2. A tal efecto, recibirá, examinará y aprobará las solicitudes de asistencia internacional formuladas por los Estados Partes para la elaboración de las mencionadas propuestas. 3. El Comité secundará la ejecución de los mencionados programas, proyectos y actividades mediante la difusión de prácticas ejemplares con arreglo a las modalidades que haya determinado. V. Cooperación y asistencia internacionales Artículo 19: Cooperación 1. A los efectos de la presente Convención, la cooperación internacional comprende en particular el intercambio de información y de experiencias, iniciativas comunes, y la creación de un mecanismo para ayudar a los Estados Partes en sus esfuerzos encaminados a salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial. 2. Sin perjuicio de lo dispuesto en su legislación nacional ni de sus derechos y usos consuetudinarios, los Estados Partes reconocen que la


salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial es una cuestión de interés general para la humanidad y se comprometen, con tal objetivo, a cooperar en el plano bilateral, subregional, regional e internacional. Artículo 20: Objetivos de la asistencia internacional Se podrá otorgar asistencia internacional con los objetivos siguientes: a) salvaguardar el patrimonio que figure en la lista de elementos del patrimonio cultural inmaterial que requieren medidas urgentes de salvaguardia; b) confeccionar inventarios en el sentido de los Artículos 11 y 12; c) prestar apoyo a programas, proyectos y actividades de ámbito nacional, subregional y regional destinados a salvaguardar el patrimonio cultural inmaterial; d) cualquier otro objetivo que el Comité juzgue oportuno. Artículo 21: Formas de asistencia internacional La asistencia que el Comité otorgue a un Estado Parte se regirá por las directrices operativas previstas en el Artículo 7 y por el acuerdo mencionado en el Artículo 24, y podrá revestir las siguientes formas: a) estudios relativos a los diferentes aspectos de la salvaguardia; b) servicios de expertos y otras personas con experiencia práctica en patrimonio cultural inmaterial;

c) formación de todo el personal necesario; d) elaboración de medidas normativas o de otra índole; e) creación y utilización de infraestructuras; f) aporte de material y de conocimientos especializados; g) otras formas de ayuda financiera y técnica, lo que puede comprender, si procede, la concesión de préstamos a interés reducido y las donaciones. Artículo 22: Requisitos para la prestación de asistencia internacional 1. El Comité definirá el procedimiento para examinar las solicitudes de asistencia internacional y determinará los elementos que deberán constar en ellas, tales como las medidas previstas, las intervenciones necesarias y la evaluación del costo. 2. En situaciones de urgencia, el Comité examinará con carácter prioritario la solicitud de asistencia. 3. Para tomar una decisión el Comité efectuará los estudios y las consultas que estime necesarios. Artículo 23: Solicitudes de asistencia internacional 1. Cada Estado Parte podrá presentar al Comité una solicitud de asistencia internacional para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial presente en su territorio. 2. Dicha solicitud podrá también ser presentada conjuntamente por dos o más Estados Partes.

3. En la solicitud deberán constar los elementos de información mencionados en el párrafo 1 del Artículo 22, así como la documentación necesaria. Artículo 24: Papel de los Estados Partes beneficiarios 1. De conformidad con las disposiciones de la presente Convención, la asistencia internacional que se conceda se regirá por un acuerdo

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entre el Estado Parte beneficiario y el Comité. 2. Por regla general, el Estado Parte beneficiario deberá contribuir, en la medida en que lo permitan sus medios, a sufragar las medidas de salvaguardia para las que se otorga la asistencia internacional. 3. El Estado Parte beneficiario presentará al Comité un informe sobre la utilización de la asistencia que se le haya concedido con fines de salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial. VI. Fondo del patrimonio cultural inmaterial Artículo 25: Índole y recursos del Fondo 1. Queda establecido un “Fondo para la salvaguardia del patrimonio cultural inmaterial”, denominado en adelante “el Fondo”. 2. El Fondo estará constituido como fondo fiduciario, de conformidad con las disposiciones del Reglamento Financiero de la UNESCO. 3. Los recursos del Fondo estarán constituidos por: a) las contribuciones de los Estados Partes; b) los recursos que la Conferencia General de la UNESCO destine a tal fin; c) las aportaciones, donaciones o legados que puedan hacer: i) otros Estados; ii) organismos y programas del sistema de las Naciones Unidas, en especial el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, u otras organizaciones internacionales; iii) organismos públicos o privados o perso-

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nas físicas; d) todo interés devengado por los recursos del Fondo; e) el producto de las colectas y la recaudación de las manifestaciones organizadas en provecho del Fondo; f) todos los demás recursos autorizados por el Reglamento del Fondo, que el Comité elaborará. 4. La utilización de los recursos por parte del Comité se decidirá a tenor de las orientaciones que formule al respecto la Asamblea General. 5. El Comité podrá aceptar contribuciones o asistencia de otra índole que se le ofrezca con fines generales o específicos, ligados a proyectos concretos, siempre y cuando esos proyectos cuenten con su aprobación. 6. Las contribuciones al Fondo no podrán estar supeditadas a condiciones políticas, económicas ni de otro tipo que sean incompatibles con los objetivos que persigue la presente Convención. Artículo 26: Contribuciones de los Estados Partes al Fondo 1. Sin perjuicio de cualquier otra contribución complementaria de carácter voluntario, los Estados Partes en la presente Convención se obligan a ingresar en el Fondo, cada dos años por lo menos, una contribución cuya cuantía, calculada a partir de un porcentaje uniforme aplicable a todos los Estados, será

determinada por la Asamblea General. Para que ésta pueda adoptar tal decisión se requerirá una mayoría de los Estados Partes presentes y votantes que no hayan hecho la declaración mencionada en el párrafo 2 del presente artículo. El importe de esa contribución no podrá exceder en ningún caso del 1% de la contribución del Estado Parte al Presupuesto Ordinario de la UNESCO. 2. No obstante, cualquiera de los Estados a que se refieren el Artículo 32 o el Artículo 33 de la presente Convención podrá declarar, en el momento de depositar su instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión, que no se considera obligado por las disposiciones del párrafo 1 del presente artículo. 3. Todo Estado Parte en la presente Convención que haya formulado la declaración mencionada en el párrafo 2 del presente artículo hará lo posible por retirarla mediante una notificación al Director General de la UNESCO. Sin embargo, el hecho de retirar la declaración sólo tendrá efecto sobre la contribución que adeude dicho Estado a partir de la fecha en que dé comienzo la siguiente reunión de la Asamblea General. 4. Para que el Comité pueda planificar con eficacia sus actividades, las contribuciones de los Estados Partes en esta Convención que hayan hecho la declaración mencionada en el párrafo 2 del presente artículo deberán ser abonadas periódicamente, cada dos años por


lo menos, y deberían ser de un importe lo más cercano posible al de las contribuciones que esos Estados hubieran tenido que pagar si hubiesen estado obligados por las disposiciones del párrafo 1 del presente artículo. 5. Ningún Estado Parte en la presente Convención que esté atrasado en el pago de su contribución obligatoria o voluntaria para el año en curso y el año civil inmediatamente anterior podrá ser elegido miembro del Comité, si bien esta disposición no será aplicable en la primera elección. El mandato de un Estado Parte que se encuentre en tal situación y que ya sea miembro del Comité finalizará en el momento en que tengan lugar las elecciones previstas en el Artículo 6 de la presente Convención. Artículo 27: Contribuciones voluntarias complementarias al Fondo Los Estados Partes que con carácter voluntario deseen efectuar otras contribuciones además de las previstas en el Artículo 26 informarán de ello lo antes posible al Comité, para que éste pueda planificar sus actividades en consecuencia. Artículo 28: Contribuciones voluntarias complementarias al Fondo En la medida de lo posible, los Estados Partes prestarán su concurso a las campañas internacionales de recaudación que se organicen en provecho del Fondo bajo los auspicios de la UNESCO.

VII. Informes Artículo 29: Informes de los Estados Partes Los Estados Partes presentarán al Comité, en la forma y con la periodicidad que éste prescriba, informes sobre las disposiciones legislativas, reglamentarias o de otra índole que hayan adoptado para aplicar la Convención. Artículo 30: Informes del Comité 1. Basándose en sus actividades y en los informes de los Estados Partes mencionados en el Artículo 29, el Comité presentará un informe en cada reunión de la Asamblea General. 2. Dicho informe se pondrá en conocimiento de la Conferencia General de la UNESCO. VIII. Cláusula transitoria Artículo 31: Relación con la Proclamación de las obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad 1. El Comité incorporará a la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad los elementos que, con anterioridad a la entrada en vigor de esta Convención, hubieran sido proclamados “obras maestras del patrimonio oral e inmaterial de la humanidad”. 2. La inclusión de dichos elementos en la Lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad se efectuará sin perjuicio de los criterios por los que se regirán las subsiguientes inscripciones, establecidos según lo dispuesto en el párrafo 2 del Artículo 16. 3. Con posterioridad a la entrada en vigor

de la presente Convención no se efectuará ninguna otra Proclamación. IX. Disposiciones finales Artículo 32: Ratificación, aceptación o aprobación 1. La presente Convención estará sujeta a la ratificación, aceptación o aprobación de los Estados Miembros de la UNESCO, de conformidad con sus respectivos procedimientos constitucionales. 2. Los instrumentos de ratificación, aceptación o aprobación se depositarán ante el Director General de la UNESCO. Artículo 33: Adhesión 1. La presente Convención quedará abierta a la adhesión de todos los Estados que no sean miembros de la UNESCO y que la Conferencia General de la Organización haya invitado a adherirse a ella. 2. La presente Convención quedará abierta asimismo a la adhesión de los territorios que gocen de plena autonomía interna reconocida como tal por las Naciones Unidas pero que no hayan alcanzado la plena independencia de conformidad con la Resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, y que tengan competencia sobre las materias regidas por esta Convención, incluida la de suscribir tratados en relación con ellas. 3. El instrumento de adhesión se depositará en poder del Director General de la UNESCO. Artículo 34: Entrada en vigor

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La presente Convención entrará en vigor tres meses después de la fecha de depósito del trigésimo instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión, pero sólo con respecto a los Estados que hayan depositado sus respectivos instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión en esa fecha o anteriormente. Para los demás Estados Partes, entrará en vigor tres meses después de efectuado el depósito de su instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión. Artículo 35: Regímenes constitucionales federales o no unitarios A los Estados Partes que tengan un régimen constitucional federal o no unitario les serán aplicables las disposiciones siguientes: a) por lo que respecta a las disposiciones de esta Convención cuya aplicación competa al poder legislativo federal o central, las obligaciones del gobierno federal o central serán idénticas a las de los Estados Partes que no constituyan Estados federales; b) por lo que respecta a las disposiciones de la presente Convención cuya aplicación competa a cada uno de los Estados, países, provincias o cantones constituyentes, que en virtud del régimen constitucional de la federación no estén facultados para tomar medidas legislativas, el gobierno federal comunicará esas disposiciones, con su dictamen favorable, a las autoridades competentes de los Estados, países, provincias o cantones, para que éstas las aprueben.

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Artículo 36: Denuncia 1. Todos los Estados Partes tendrán la facultad de denunciar la presente Convención. 2. La denuncia se notificará por medio de un instrumento escrito, que se depositará en poder del Director General de la UNESCO. 3. La denuncia surtirá efecto doce meses después de la recepción del instrumento de denuncia. No modificará en nada las obligaciones financieras que haya de asumir el Estado denunciante hasta la fecha en que la retirada sea efectiva. Artículo 37: Funciones del depositario El Director General de la UNESCO, en su calidad de depositario de la presente Convención, informará a los Estados Miembros de la Organización y a los Estados que no sean miembros a los cuales se refiere el Artículo 33, así como a las Naciones Unidas, del depósito de todos los instrumentos de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión mencionados en los Artículos 32 y 33 y de las denuncias previstas en el Artículo 36. Artículo 38: Enmiendas 1. Todo Estado Parte podrá proponer enmiendas a esta Convención mediante comunicación dirigida por escrito al Director General. Éste transmitirá la comunicación a todos los Estados Partes. Si en los seis meses siguientes a la fecha de envío de la comunicación la mitad por lo menos de los Estados Partes responde favorablemente a esa petición, el Director Ge-

neral someterá dicha propuesta al examen y la eventual aprobación de la siguiente reunión de la Asamblea General. 2. Las enmiendas serán aprobadas por una mayoría de dos tercios de los Estados Partes presentes y votantes. 3. Una vez aprobadas, las enmiendas a esta Convención deberán ser objeto de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión por los Estados Partes. 4. Las enmiendas a la presente Convención, para los Estados Partes que las hayan ratificado, aceptado, aprobado o que se hayan adherido a ellas, entrarán en vigor tres meses después de que dos tercios de los Estados Partes hayan depositado los instrumentos mencionados en el párrafo 3 del presente artículo. A partir de ese momento la correspondiente enmienda entrará en vigor para cada Estado Parte o territorio que la ratifique, acepte, apruebe o se adhiera a ella tres meses después de la fecha en que el Estado Parte haya depositado su instrumento de ratificación, aceptación, aprobación o adhesión. 5. El procedimiento previsto en los párrafos 3 y 4 no se aplicará a las enmiendas que modifiquen el Artículo 5, relativo al número de Estados miembros del Comité. Dichas enmiendas entrarán en vigor en el momento mismo de su aprobación. 6. Un Estado que pase a ser Parte en esta Convención después de la entrada en vigor de

enmiendas con arreglo al párrafo 4 del presente artículo y que no manifieste una intención en sentido contrario será considerado: a) Parte en la presente Convención así enmendada; y b) Parte en la presente Convención no enmendada con respecto a todo Estado Parte que no esté obligado por las enmiendas en cuestión. Artículo 39: Textos auténticos La presente Convención está redactada en árabe, chino, español, francés, inglés y ruso, siendo los seis textos igualmente auténticos. Artículo 40: Registro De conformidad con lo dispuesto en el Artículo 102 de la Carta de las Naciones Unidas, la presente Convención se registrará en la Secretaría de las Naciones Unidas a petición del Director General de la UNESCO. Hecho en París en este día tres de noviembre de 2003, en dos ejemplares auténticos que llevan la firma del Presidente de la 32ª reunión de la Conferencia General y del Director General de la UNESCO, ejemplares que quedarán depositados en los archivos de la UNESCO y de los cuales se remitirá copia certificada conforme a todos los Estados a que se refieren los Artículos 32 y 33, así como a las Naciones Unidas. ♦

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Documentos Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural

2 de noviembre de 2001

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La Conferencia General, Reafirmando su adhesión a la plena realización de los derechos humanos y de las libertades fundamentales proclamadas en la Declaración Universal de Derechos Humanos y en otros instrumentos jurídicos universalmente reconocidos, como los dos Pactos Internacionales de 1966 relativos uno a los derechos civiles y políticos y el otro a los derechos económicos, sociales y culturales, Recordando que en el Preámbulo de la Constitución de la UNESCO se afirma “(...) que la amplia difusión de la cultura y la educación de la humanidad para la justicia, la libertad y la paz son indispensables a la dignidad del hombre y constituyen un deber sagrado que todas las naciones han de cumplir con un espíritu de responsabilidad y de ayuda mutua”, Recordando también su Artículo primero que asigna a la UNESCO, entre otros objetivos, el de recomendar “los acuerdos internacionales que estime convenientes para facilitar la libre

circulación de las ideas por medio de la palabra y de la imagen”, Refiriéndose a las disposiciones relativas a la diversidad cultural y al ejercicio de los derechos culturales que figuran en los instrumentos internacionales promulgados por la UNESCO1, Reafirmando que la cultura debe ser considerada el conjunto de los rasgos distintivos espirituales y materiales, intelectuales 1 Entre los cuales figuran, en particular, el Acuerdo de Florencia de 1950 y su Protocolo de Nairobi de 1976, la Convención Universal sobre Derecho de Autor de 1952, la Declaración de los Principios de la Cooperación Cultural Internacional de 1966, la Convención sobre las Medidas que Deben Adoptarse para Prohibir e Impedir la Importación, la Exportación y la Transferencia de Propiedad Ilícitas de Bienes Culturales de 1970, la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural de 1972, la Declaración sobre la Raza y los Prejuicios Raciales aprobada por la Conferencia General de la UNESCO en 1978, la Recomendación relativa a la condición del artista de 1980 y la Recomendación sobre la Salvaguardia de la Cultura Tradicional y Popular de 1989.


y afectivos que caracterizan a una sociedad o a un grupo social y que abarca, además de las artes y las letras, los modos de vida, las maneras de vivir juntos, los sistemas de valores, las tradiciones y las creencias2, Comprobando que la cultura se encuentra en el centro de los debates contemporáneos sobre la identidad, la cohesión social y el desarrollo de una economía fundada en el saber, Afirmando que el respeto de la diversidad de las culturas, la tolerancia, el diálogo y la cooperación, en un clima de confianza y de entendimiento mutuos, son uno de los mejores garantes de la paz y la seguridad internacionales, Aspirando a una mayor solidaridad fundada en el reconocimiento de la diversidad cultural, en la conciencia de la unidad del género humano y en el desarrollo de los intercambios interculturales, Considerando que el proceso de mundialización, facilitado por la rápida evolución de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, pese a constituir un reto para la diversidad cultural crea las condiciones de 2 Definición conforme a las conclusiones de la Conferencia Mundial sobre las Políticas Culturales (MONDIACULT, México, 1982), de la Comisión Mundial de Cultura y Desarrollo (Nuestra Diversidad Creativa, 1995) y de la Conferencia Intergubernamental sobre Políticas Culturales para el Desarrollo (Estocolmo, 1998).

un diálogo renovado entre las culturas y las civilizaciones, Consciente del mandato específico que se ha conferido a la UNESCO, en el sistema de las Naciones Unidas, de asegurar la preservación y la promoción de la fecunda diversidad de las culturas, Proclama los principios siguientes y aprueba la presente Declaración: IDENTIDAD, DIVERSIDAD Y PLURALISMO Artículo 1 – La diversidad cultural, patrimonio común de la humanidad La cultura adquiere formas diversas a través del tiempo y del espacio. Esta diversidad se manifiesta en la originalidad y la pluralidad de las identidades que caracterizan a los grupos y las sociedades que componen la humanidad. Fuente de intercambios, de innovación y de creatividad, la diversidad cultural es tan necesaria para el género humano como la diversidad biológica para los organismos vivos. En este sentido, constituye el patrimonio común de la humanidad y debe ser reconocida y consolidada en beneficio de las generaciones presentes y futuras. Artículo 2 – De la diversidad cultural al pluralismo cultural En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable garantizar una interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y grupos con identidades culturales a un tiempo plurales, variadas

y dinámicas. Las políticas que favorecen la integración y la participación de todos los ciudadanos garantizan la cohesión social, la vitalidad de la sociedad civil y la paz. Definido de esta manera, el pluralismo cultural constituye la respuesta política al hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural es propicio para los intercambios culturales y el desarrollo de las capacidades creadoras que alimentan la vida pública. Artículo 3 – La diversidad cultural, factor de desarrollo La diversidad cultural amplía las posibilidades de elección que se brindan a todos; es una de las fuentes del desarrollo, entendido no solamente en términos de crecimiento económico, sino también como medio de acceso a una existencia intelectual, afectiva, moral y espiritual satisfactoria. DIVERSIDAD CULTURAL Y DERECHOS HUMANOS Artículo 4 – Los derechos humanos, garantes de la diversidad cultural La defensa de la diversidad cultural es un imperativo ético, inseparable del respeto de la dignidad de la persona humana. Ella supone el compromiso de respetar los derechos humanos y las libertades fundamentales, en particular los derechos de las personas que pertenecen a minorías y los de los pueblos indígenas. Nadie puede invocar la diversidad

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cultural para vulnerar los derechos humanos garantizados por el derecho internacional, ni para limitar su alcance. Artículo 5 – Los derechos culturales, marco propicio para la diversidad cultural Los derechos culturales son parte integrante de los derechos humanos, que son universales, indisociables e interdependientes. El desarrollo de una diversidad creativa

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exige la plena realización de los derechos culturales, tal como los definen el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos y los Artículos 13 y 15 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Toda persona debe tener la posibilidad de expresarse, crear y difundir sus obras en la lengua que desee y en particular en su lengua materna; toda persona

tiene derecho a una educación y una formación de calidad que respeten plenamente su identidad cultural; toda persona debe tener la posibilidad de participar en la vida cultural que elija y conformarse a las prácticas de su propia cultura, dentro de los límites que impone el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales. Artículo 6 – Hacia una diversidad cultural


accesible a todos Al tiempo que se garantiza la libre circulación de las ideas mediante la palabra y la imagen, hay que velar por que todas las culturas puedan expresarse y darse a conocer. La libertad de expresión, el pluralismo de los medios de comunicación, el plurilingüismo, la igualdad de acceso a las expresiones artísticas, al saber científico y tecnológico -comprendida su presentación en forma electrónica- y la posibilidad, para todas las culturas, de estar presentes en los medios de expresión y de difusión, son los garantes de la diversidad cultural. DIVERSIDAD CULTURAL Y CREATIVIDAD Artículo 7 – El patrimonio cultural, fuente de la creatividad Toda creación tiene sus orígenes en las tradiciones culturales, pero se desarrolla plenamente en contacto con otras culturas. Ésta es la razón por la cual el patrimonio, en todas sus formas, debe ser preservado, realzado y transmitido a las generaciones futuras como testimonio de la experiencia y de las aspiraciones humanas, a fin de nutrir la creatividad en toda su diversidad e inspirar un verdadero diálogo entre las culturas. Artículo 8 – Los bienes y servicios culturales, mercancías distintas de las demás Ante los cambios económicos y tecnológicos actuales, que abren vastas perspectivas para la creación y la innovación, se debe

prestar particular atención a la diversidad de la oferta creativa, al justo reconocimiento de los derechos de los autores y de los artistas, así como al carácter específico de los bienes y servicios culturales que, por ser portadores de identidad, de valores y sentido, no deben ser considerados mercancías o bienes de consumo como los demás. Artículo 9 – Las políticas culturales, catalizadoras de la creatividad Las políticas culturales, en tanto que garantizan la libre circulación de las ideas y las obras, deben crear condiciones propicias para la producción y difusión de bienes y servicios culturales diversificados, gracias a industrias culturales que dispongan de medios para desarrollarse en los planos local y mundial. Al tiempo que respeta sus obligaciones internacionales, cada Estado debe definir su política cultural y aplicarla utilizando para ello los medios de acción que juzgue más adecuados, ya se trate de modalidades prácticas de apoyo o de marcos reglamentarios apropiados. DIVERSIDAD CULTURAL Y SOLIDARIDAD INTERNACIONAL Artículo 10 – Reforzar las capacidades de creación y de difusión a escala mundial Ante los desequilibrios que se producen actualmente en los flujos e intercambios de bienes culturales a escala mundial, es necesario reforzar la cooperación y la solidaridad

internacionales para que todos los países, especialmente los países en desarrollo y los países en transición, puedan crear industrias culturales viables y competitivas en los planos nacional e internacional. Artículo 11 – Forjar relaciones de colaboración entre el sector público, el sector privado y la sociedad civil. Las fuerzas del mercado por sí solas no pueden garantizar la preservación y promoción de la diversidad cultural, clave de un desarrollo humano sostenible. Desde este punto de vista, se debe reafirmar la preeminencia de las políticas públicas, en colaboración con el sector privado y la sociedad civil. Artículo 12 – La función de la UNESCO Por su mandato y sus funciones compete a la UNESCO: a) promover la integración de los principios enunciados en la presente Declaración en las estrategias de desarrollo elaboradas en las diversas entidades intergubernamentales; b) constituir un punto de referencia y foro de concertación entre los Estados, los organismos internacionales gubernamentales y no gubernamentales, la sociedad civil y el sector privado para la elaboración conjunta de conceptos, objetivos y políticas en favor de la diversidad cultural; c) proseguir su acción normativa y su acción de sensibilización y fortalecimiento de capacidades en los ámbitos relacionados con

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la presente Declaración que correspondan a sus esferas de competencia; d) facilitar la aplicación del Plan de Acción cuyas orientaciones principales figuran a continuación de la presente Declaración. Anexo II Orientaciones principales de un plan de acción para la aplicación de la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural Los Estados Miembros se comprometen a tomar las medidas apropiadas para difundir ampliamente la Declaración Universal de la UNESCO sobre la Diversidad Cultural y fomentar su aplicación efectiva, cooperando en particular con miras a la realización de los siguientes objetivos: 1. Profundizar en el debate internacional sobre los problemas relativos a la diversidad cultural, especialmente los que se refieren a sus vínculos con el desarrollo y a su influencia en la formulación de políticas, a escala tanto nacional como internacional; profundizar particularmente en la reflexión sobre la conveniencia de elaborar un instrumento jurídico internacional sobre la diversidad cultural. 2. Progresar en la definición de los principios, normas y prácticas en los planos nacional e internacional, así como en los medios de sensibilización y las formas de cooperación más propicios para la salvaguardia y la promoción de la diversidad cultural. 3. Favorecer el intercambio de conoci-

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mientos y de las prácticas recomendables en materia de pluralismo cultural con miras a facilitar, en sociedades diversificadas, la integración y la participación de personas y grupos que procedan de horizontes culturales variados. 4. Avanzar en la comprensión y la clarificación del contenido de los derechos culturales, considerados parte integrante de los derechos humanos. 5. Salvaguardar el patrimonio lingüístico de la humanidad y apoyar la expresión, la creación y la difusión en el mayor número posible de lenguas. 6. Fomentar la diversidad lingüística -respetando la lengua materna- en todos los niveles de enseñanza, dondequiera que sea posible, y estimular el aprendizaje de varios idiomas desde la más temprana edad. 7. Alentar, a través de la educación, una toma de conciencia del valor positivo de la diversidad cultural y mejorar, a esos efectos, la formulación de los programas escolares y la formación de los docentes. 8. Incorporar al proceso educativo, tanto como sea necesario, métodos pedagógicos tradicionales, con el fin de preservar y optimizar métodos culturalmente adecuados para la comunicación y la transmisión del saber. 9. Fomentar la “alfabetización digital” y acrecentar el dominio de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación,

que deben considerarse al mismo tiempo disciplinas de enseñanza e instrumentos pedagógicos capaces de reforzar la eficacia de los servicios educativos. 10. Promover la diversidad lingüística en el ciberespacio y fomentar el acceso gratuito y universal, mediante las redes mundiales, a toda la información que pertenezca al dominio público. 11. Luchar contra las disparidades que se han dado en llamar “brecha digital” -en estrecha cooperación con los organismos competentes del sistema de las Naciones Unidas- favoreciendo el acceso de los países en desarrollo a las nuevas tecnologías, ayudándolos a dominar las tecnologías de la información y facilitando a la vez la difusión electrónica de los productos culturales endógenos y el acceso de dichos países a los recursos digitales de orden educativo, cultural y científico, disponibles a escala mundial. 12. Estimular la producción, la salvaguardia y la difusión de contenidos diversificados en los medios de comunicación y las redes mundiales de información y, con este fin, promover la función de los servicios públicos de radiodifusión y de televisión en la elaboración de producciones audiovisuales de calidad, favoreciendo en particular el establecimiento de mecanismos de cooperación que faciliten la difusión de las mismas. 13. Elaborar políticas y estrategias de pre-


servación y realce del patrimonio natural y cultural, en particular del patrimonio oral e inmaterial, y combatir el tráfico ilícito de bienes y servicios culturales. 14. Respetar y proteger los sistemas de conocimiento tradicionales, especialmente los de los pueblos indígenas; reconocer la contribución de los conocimientos tradicionales, en particular por lo que respecta a la protección del medio ambiente y a la gestión de los recursos naturales, y favorecer las sinergias entre la ciencia moderna y los conocimientos locales. 15. Apoyar la movilidad de creadores, artistas, investigadores, científicos e intelectuales y el desarrollo de programas y actividades conjuntas de investigación, de carácter internacional, procurando al mismo tiempo preservar y aumentar la capacidad creativa de los países en desarrollo y en transición. 16. Garantizar la protección del derecho de autor y los derechos con él relacionados, con miras a fomentar el desarrollo de la creatividad contemporánea y una remuneración justa de la labor creativa, defendiendo al mismo tiempo el derecho público de acceso a la cultura, de conformidad con el Artículo 27 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. 17. Contribuir a la creación o a la consolidación de industrias culturales en los países en desarrollo y los países en transición y, con

este propósito, cooperar en el desarrollo de las infraestructuras y las competencias necesarias, apoyar la creación de mercados locales viables y facilitar el acceso de los bienes culturales de dichos países al mercado mundial y a los circuitos internacionales de distribución. 18. Fomentar políticas culturales que promuevan los principios consagrados en la presente Declaración, entre otras cosas mediante modalidades prácticas de apoyo y/o marcos reglamentarios apropiados, respetando las obligaciones internacionales de cada Estado. 19. Lograr que los diferentes sectores de la sociedad civil colaboren estrechamente en la definición de políticas públicas de salvaguardia y promoción de la diversidad cultural. 20. Reconocer y fomentar la contribución que el sector privado puede aportar al realce de la diversidad cultural y facilitar, con este propósito, la creación de espacios de diálogo entre el sector público y el privado. Los Estados Miembros recomiendan al Director General que al ejecutar los programas de la UNESCO tome en consideración los objetivos enunciados en el presente Plan de Acción, y que lo comunique a los organismos del sistema de las Naciones Unidas y demás organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales interesadas, con miras a reforzar la sinergia de las medidas que se adopten en favor de la diversidad cultural. ♦

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Documentos Conclusiones de la mesa N° 5 del Encuentro de la Red en Defensa de la Humanidad en Caracas (2004) En Diciembre de 2004 se realizó en Caracas el Primer Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad. En el mismo se establecieron diez mesas de discusión que dieron como resultado los diez ejes de acción de la REDH. A continuación presentamos las conclusiones de la mesa n° 5, cuyo tema de discusión fue: En defensa de la unidad en la diversidad y de la cultura para todos (Puede consultarse el texto en inglés en este enlace).

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Principios: 1. La cultura es una creación de la humanidad, que al mismo tiempo expresa su enorme diversidad. En este sentido, la diversidad es un valor fundamental y la defensa de la humanidad está conectada con la preservación y el enriquecimiento de la pluralidad. 2. Actualmente, la humanidad se enfrenta a las más brutales políticas, procedentes del centro del imperio, encaminadas a imponer patrones culturales únicos y elementos de un pensamiento único. Es absolutamente imprescindible que opongamos acciones prácticas para frenar esas políticas e impulsar la pluralidad de expresiones culturales y de formas de vida que garantizan la libertad, la democracia y la tolerancia. 3. Debemos oponernos también a todo intento de imponer supuestos principios universales que sólo encubren visiones particulares del mundo que pretenden convertirse en hegemónicas. La universalidad verdadera que debemos construir debe fundarse en el diálogo intercultural y libre, que la construye como verdadera expresión plural de la humanidad. 4. La mercantilización de la cultura es una amenaza tanto para la diversidad, como para la supervivencia misma de lo humano. La mercantilización destruye lo que hay de rico en las expresiones sociales y ataca la pluralidad de identidades. Debemos encontrar formas de desmercantilizar la creación y la difusión de los bienes culturales. 5. La educación es una forma de reproducir y conservar la cultura en toda su diversidad. En consecuencia, todos los gobiernos deben prestar particular importancia a la planificación cultural y educativa como modo de crear distintos pensamientos que sirvan de contención a las formas hegemónicas del imperio que promueven el pensamiento único. 6. Demos intensificar el debate de las ideas. Y para ello requerimos la creación de redes alternativas para la circulación de estas ideas renovadoras: redes informáticas, televisoras regionales, publicaciones periódicas, encuentros, etc., que permitan el desarrollo de


la intercomprensión cultural como una práctica habitual. 7. Hacer un enérgico llamado a todos los pueblos y a los gobiernos que están a favor de la diversidad, para que se opongan a todas las políticas que intentan aplastar las alternativas que están buscando nuevas formas de democracia participativa y solidaridad social, especialmente a las acciones e intenciones del gobierno norteamericano en contra de las iniciativas populares, particularmente en Cuba y Venezuela. 8. Expresar la conveniencia de que se cree un secretariado permanente, sin carácter burocrático, que coordine las acciones y fomente la intercomunicación de todas las iniciativas orientadas a concretar el logro de los fines expuestos en esta declaración. Propuestas de políticas culturales y lingüísticas: a. Apoyar el proceso de revitalización y patrimonialización de los idiomas indígenas y minoritarios a nivel universal, en el marco del estudio e investigación de la interconexión entre lenguas y culturas, universos simbólicos y cognitivos. Esto implica buscar alternativas válidas al uso exclusivo del inglés en las instancias afectadas por la globalización y poner de relieve la importancia de la lengua árabe en particular, entre otras lenguas. b. Asumir como la óptima valoración cultural posible de carácter universal, la inagotable diversidad expresada por la multietnicidad y la pluriculturalidad. c. Promover políticas culturales que obedezcan a lógicas distintas a la mercantilización, trascendiendo de manera crítica la noción de industrias culturales. Ello debe favorecer el libre acceso a los bienes culturales y tradicionales, y a las posibilidades de creación cultural. También incluye la promoción y creación de los medios de representación para la defensa de las culturas locales, a fin de que sean respetadas a nivel universal. d. Promover una revisión crítica de los íconos de las formas impuestas en el contexto de las políticas culturales y educativas. Asimismo, con base en la plataforma de principios que queda hoy establecida como “Llamamiento de Caracas”, proponemos dar continuidad

Ilustración: Sándor Gónzalez Vilar (Cuba)

a este encuentro mediante la creación de una organización permanente, con sede en Caracas. Esta organización exigirá un reconocimiento por parte de las instancias internacionales que correspondan (ONU, UNESCO, PNUD, etc.), así como por parte del gobierno e instituciones progresistas del mundo. Además, promoverá el surgimiento y desarrollo de movimientos afines locales y nacionales en todo el mundo. Se propone, asimismo, la creación de un Instituto Bolivariano Universal de la Cultura, el cual sería creado con el fin de cumplir los siguientes objetivos: a. Vincular y aglutinar los distintos organismos ya existentes, públicos y comunitarios, para la formación de una red de creación y difusión de productos culturales. b. De igual manera, vincular todos los medios existentes para difundir y programar nuestras propuestas culturales. c. Estimular la producción de libros, películas, revistas, programas de televisión, contenidos de Internet, música, teatro, títeres y cualquier vehículo de comunicación, asumiendo también, la difusión de los mismos. d. Crear una campaña, un decálogo, un lema, una bandera, donde se enarbole la idea de cultura como bien universal y como derecho humano fundamental. e. Generar vínculos con el mundo entero y, particularmente, con nuestros hermanos del continente africano. ♦

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Estéticas de la liberación

Paciencia de signos Por Aimé Césaire

Aimé Césaire: (Martinica). Poeta, dramaturgo, ensayista y político. Es uno de los fundadores del pensamiento de la negritud. Su trayectoria política y su obra escrita es fundamental para comprender la historia de la isla de Martinica durante el siglo XX. Entre sus textos destacan: Cuaderno de retorno al país natal (1939); Discurso sobre el colonialismo (1955), Discurso sobre la negritud (1950); Toussaint Louverture, la revolución francesa y el problema colonial (1962).

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Sublimes excoriaciones de una carne fraterna y hasta las fogatas rebeldes de mil aldeas azotadas arenas fuego mástil profético de las carenas fuego vivero de murenas fuego fuego faroles de situación de una isla en pesadumbre fuegos huellas de hoscos rebaños que se deletrean en los barros pedazos de carne cruda gargajos suspendidos esponja rezumante de hiel vals de fuego de los céspedes llenos de cucuruchos que caen del impulso frustrado de grandes ta-bebuyas fuegos de los tizones perdidos en un desierto de llantos y cisternas huesos fuegos desecados más nunca tan desecados que no palpite un gusano pregonando su carne nueva semillas azules del fuego fuego de los fuegos testigos de ojos que para las locas venganzas se exhuman y se agrandan polen polen y por los guijarros donde se redondean las bahías nocturnas de suaves manzanillos buenas naranjas siempre accesibles a la sinceridad de las sedes larga.


Estéticas de la liberación

Balada de los dos abuelos Por Nicolás Guillén

Nicolás Guillen: (Cuba). Poeta, periodista y activista político. Su obra es una de las principales reivindicaciones de la presencia de la cultura negra en América Latina y el Caribe, siendo conocido como el poeta del son. Entre su obra destacan: Negro Bembón, Motivos del son, Sóngoro cosongo, Elegías, Hay que tener voluntad.

Sombras que sólo yo veo, me escoltan mis dos abuelos. Lanza con punta de hueso, tambor de cuero y madera: mi abuelo negro. Gorguera en el cuello ancho, gris armadura guerrera: mi abuelo blanco. Pie desnudo, torso pétreo los de mi negro; pupilas de vidrio antártico las de mi blanco! Africa de selvas húmedas y de gordos gongos sordos... --¡Me muero! (Dice mi abuelo negro.) Aguaprieta de caimanes, verdes mañanas de cocos... --¡Me canso! (Dice mi abuelo blanco.) Oh velas de amargo viento, galeón ardiendo en oro... --¡Me muero! (Dice mi abuelo negro.) ¡Oh costas de cuello virgen engañadas de abalorios...! --¡Me canso! (Dice mi abuelo blanco.) ¡Oh puro sol repujado, preso en el aro del trópico; oh luna redonda y limpia sobre el sueño de los monos!

¡Qué de barcos, qué de barcos! ¡Qué de negros, qué de negros! ¡Qué largo fulgor de cañas! ¡Qué látigo el del negrero! Piedra de llanto y de sangre, venas y ojos entreabiertos, y madrugadas vacías, y atardeceres de ingenio, y una gran voz, fuerte voz, despedazando el silencio. ¡Qué Nicolás Guillén de barcos, qué de barcos, qué de negros! Sombras que sólo yo veo, me escoltan mis dos abuelos. Don Federico me grita y Taita Facundo calla; los dos en la noche sueñan y andan, andan. Yo los junto. --¡Federico! ¡Facundo! Los dos se abrazan. Los dos suspiran. Los dos las fuertes cabezas alzan; los dos del mismo tamaño, bajo las estrellas altas; los dos del mismo tamaño, ansia negra y ansia blanca, los dos del mismo tamaño, gritan, sueñan, lloran, cantan. Sueñan, lloran, cantan. Lloran, cantan. ¡Cantan!

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Estéticas de la liberación

Arriba: Chacchadoras Derecha: Título: Awicha Autor: Alfonso Álvarez del Vecchio Fotografía digital Taquile, Lago Titicaca, Perú 2012

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Estéticas de la liberación

Arriba: Inmaterial Izquierda: Diablo en Yare Autor: Alfonso Álvarez del Vecchio Fotografía digital San Francisco de Yare, Venezuela 2013

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