National geographic spain 2017 06

Page 86

WorldMags.net costos para mantener contentos a los trabajadores. Después de un año, Zdanovich conoció a una mujer que trabajaba en la panadería del pueblo y que se convirtió en su esposa. Actualmente está empleado como reparador en el depósito local. Hace tres años se dislocó el hombro al empujar un vagón. Sus jefes en la agencia ferroviaria lo urgieron a que se fuera a casa y descansara, pero que no presentara un reporte. Desde entonces vive con el hombro prácticamente inmóvil y con dolor; de alguna manera no le molesta, o por lo menos no lo suficiente como para tomar un tren para el largo viaje hacia el hospital. Prácticamente, el único empleo que hay en la BAM está en la agencia ferroviaria, que mantiene

pero le siguen dando trabajo físico en la terminal. “No puedo trabajar, pero eso no parece interesarles”, dice. Le pregunta a Miroshnichenko si necesita pagar más para avanzar en la fila para una cirugía. Ella le responde que probablemente no, pero le escribe una carta donde indica que no está apto para trabajar por el momento. Él se va feliz y regresa al cabo de unos minutos con pasteles de repollo recién horneados y un frasco de leche de cabra. “Tómelos”, insiste. Después de años de tratar pacientes en las aldeas pequeñas de la BAM, Miroshnichenko dice: “No solo conoces a la gente, sino hasta a sus perros”.

al día siguiente, el tren se detiene para ver pacientes en Zolotinka, una aldea de edificios de departamentos semivacíos sobre una colina. Desde que la taquilla de la estación cerró en 2012, Zolotinka se ha aisLAS BABUSHKAS VIENEN EN lado aún más. Ahora, los residentes que BUSCA DE ULTRASONIDOS quieren viajar en la BAM se ven obligaPARA TODO PORQUE SUPIERON DE ELLOS EN UN PROGRAMA DE TELEVISIÓN dos a conducir 70 kilómetros sobre un QUE PROTAGONIZA EL DOCTOR AGAPKIN. camino sin pavimentar hasta Nériungri para comprar boletos. Es complicado ir a cualquier parte, así que la gente suele evitarlo. Unos cuantos vagones atrás, cerca del las vías para aquellos que viven a lo largo de ella laboratorio del tren, me encuentro con una niña y no tienen otro medio para moverse. Es un sis- de chaqueta rosa y una larga trenza rubia, que tema cerrado y de este modo, y muchos otros, la anda por el corredor en espera de su madre. Su vida se siente como en los años finales de la Unión nombre es Anya y está en séptimo grado, una de Soviética. dos niños en su clase. Anya me dice que le gustan El acelerado auge de construcción, lubricado las ciudades grandes, aunque la mayor que ha por el petróleo de Moscú, no significa nada aquí. visto es Blagovéshchensk, una estación de transNo han aparecido ni edificios de departamentos bordo regional de 200000 personas en la frontera ni cines ni centros comerciales nuevos en los úl- con China. “Ya le dije a mi mamá, tan pronto timos 20 años. Los beneficios prometidos por el como acabe la escuela me voy a mudar a Moscú”, capitalismo de libre mercado no han llegado y explica. Como ella la imagina, la capital es una muchos de los privilegios que ofrecía el sistema ciudad de “grandes plazas abiertas, con muchos soviético, como las vacaciones subsidiadas al mar lugares para tomar fotos y torres con relojes”. AunNegro, han desaparecido. que quizá le gustaría vivir en Londres, donde Tan pronto como Zdanovich entra en el con- “tienen una torre grande también con un reloj”. sultorio de Yelena Miroshnichenko, la médico Después, esa misma tarde me encuentro con general del tren grita: “¡Ah, Mijáil Pavlovich, sa- Anya y unos cuantos de sus amigos en la zona de bía que conocía esa voz!”. Él saca el brazo lasti- juegos, que es su única fuente de entretenimienmado y la doctora le revisa el hombro. Se supone to en Zolotinka, y camino con ellos colina arrique sus jefes debían reasignarlo a trabajo técnico, ba hacia unas barracas de ladrillo abandonadas. 60

national geo graphic • junio de 2014

WorldMags.net


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.