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8 OPINIÓN
/ Miércoles 26 de agosto de 2009
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Billinghurst: Alcalde de Lima y Presidente del Perú Por Otto Guevara Montalvo E-mail: ottoguemon@yahoo.es En el transcurso de nuestra historia republicana, han habido muchos políticos que han intentado llegar a la Presidente de la República, después de haber sido alcalde de la ciudad de Lima, pero casi todos, no han tenido la suerte de lograrlo. En las elecciones generales del año 1912, se presentan dos ex alcaldes de la ciudad de Lima, a la contienda electoral como aspirantes a ocupar la Presidencia de la República y a sucederlo en el cargo al gobernante Augusto B. Leguía. Los candidatos eran: Don Antero Aspíllaga Barreda, y don Guillermo Billinghurst Angulo. El primero, fue candidato del partido Civil, que en ese momento era gobierno, y además, tenía mayoría en las Cámaras Legislativas, y la Junta Electoral Nacional estaba presidida por el doctor Alejandro Deustua, personero del Poder Ejecutivo; todo esto, hacía que se constituyera en el candidato oficial. El segundo, al ver que la oposición al régimen de Leguía, no se ponían de acuerdo para presentar un candidato de consenso, y como el tiempo corría, a comienzos de mayo de 1912, - poco menos de un mes antes de las elecciones - lanza su candidatura, haciendo circular desde las provincias, la noticia de tener el apoyo del pueblo. Antero Aspíllaga, fue elegido en 1886 diputado por Chiclayo, lugar donde se encontraba su hacienda azucarera de Cayaltí; llegó a ser dos años después, Ministro de Hacienda en el gobierno de don Andrés Avelino Cáceres. En el año 1892, formó parte de la Cámara de Senadores como representante por Lima. Fue reelegido en los comicios sucesivos de 1895, 1903 y 1909. Presidió la Cámara de Diputados en los años 1902, 1903, 1909 y 1910. En el año de 1910, fue Alcalde Lima, renunciando - según el historiador Jorge Basadre G - por cuestiones éticas, siendo reemplazado por don Guillermo Billinghurst, quien era considerado un político progresista. Guillermo Billinghurst, dueño de una holgada posesión económica, producto de la venta de las aguas de Pica a la Compañía de agua potable de Iquique, y las acciones de varias salitreras, así como otros negocios. Fue elegido diputado por Tarapacá en 1878, llegó a ser Primer vice - Presidente de la República en el gobierno de don Nicolás de Piérola, y Senador por la Provincia de Tacna; ocupando la presidencia de la Cámara de Senadores en el año 1896. También ocupó la Presidencia del Partido Demócrata, fundado por "El Califa". En el año de 1898, Billinghurst promueve su candidatura presidencial, ahuyentando el apoyo
de don Nicolás de Piérola y del partido demócrata, lanzando enconados ataques al partido civil y, en diversas oportunidades, hablando con acrimonia y desdén contra don Manuel Candamo, jefe de esta agrupación política. Después de retornar de su alejamiento de la política activa, en 1909 y 1910, fue elegido Alcalde Lima, en reemplazo de don Antero Aspíllaga; quedando al frente de la administración municipal hasta fines de 1910, siendo reemplazado por su Teniente Alcalde, Nicanor Carmona, abuelo por la línea materna, de don Alberto Andrade Carmona, Alcalde Lima (1996-2002). Para los historiadores, estas elecciones, que ponían frente a frente a dos hombres que habían ocupado importantes cargos en la más alta esfera del poder de la administración pública, y que, lo único que les faltaba, era llegar a ocupar la primera magistratura de la Nación, fueron las más apasionantes de la República Aristocrática. El 19 de mayo de 1912, ante la imponente manifestación pública llevada a cabo en La Alameda de los Descalzos a favor de Billinghurst, la victoria estaba decida. Esta demostración de apoyo popular, que había logrado obtener Billinghurst, en comparación a la convocada por su contrincante en la Plaza de la Exposición, donde concurrieron pocos simpatizantes, hizo que le entregaran al Presidente Leguía, un memorial en que le pedía que anulara los sufragios; a ésta demanda, se sumaron los partidos Civil Independiente, Liberal, y Constitucional, y una asamblea de universitarios. Apareciendo por primera vez el pueblo, en la escena política peruana, los partidarios de Billinghurst se constituyeron en protagonistas decisivos en la organización de un paro general en Lima, - el primero que se conocía en la Capital - recorriendo las calles el día inicial de las elecciones para romper las masas, y poner en fuga al personal de las comisiones receptoras del sufragio, porque todo hacía presumir que el gobierno estaba manipulando las elecciones. Ante tal situación, Aspilla se dirigió al Parlamento, remitiéndole las actas de varias provincias; al mismo tiempo, llegaron a ambas Cámaras Legislativas, otras actas de diversos lugares de la república, en la que les pedían que declararan la nulidad del proceso, y efectuasen la elección del Presidente y de los vice - presidentes. El Congreso de la República, poniéndose al margen de la Constitución, decidió, la sesión del 12 de agosto de 1912, resolver el problema, eligiendo como Presidente de la República, por 132 votos contra 30 votos, a don Guillermo Billinghurst Angulo. Fue de esta manera, como llegaría al poder, el hombre que había realizado una campaña casi municipal, teniendo como plataforma electoral, todas las obras que había realizado cuando ocupaba la Alcaldía de Lima, proponiendo, además, la construcción de casas, escuelas, y sobras sanitarias, en estrecha colaboración con los municipios.
ALGO MÁS QUE PALABRAS
Juventud, divino tesoro Víctor Corcoba Herrero corcoba@telefonica.net No es literatura, aunque la historia podría denominarse: buscando poesía desesperadamente… La lozanía se lleva el papel de los buscavidas, que buena falta nos hace. Lo predijo el poeta que recolectó el tiempo para sí, cuando dijo: juventud, divino tesoro. Todo esto viene al hilo de un encuentro de jóvenes. Realmente deseo que tomen la palabra y busquen el exacto verbo para que remuerda los interiores de los adúlteros adultos. Pongo la esperanza, pues, en los cientos de miles de chavales, una riada de mocerío, dispuestos a encender la lámpara de las ideas y a no dejar que se apague la mecha del pensamiento. El batallador cónclave, apiñado en la República de Corea, está ingeniosamente dispuesto a pedir pactos entre gobiernos, por necesidad urgente del planetario, y así lograr realidades en la próxima cumbre sobre cambio climático, que tendrá lugar en Copenhague en el mes de diciembre. La verdad que hay mucha vida oculta tras las acciones y opciones humanas, consentidas y asentidas por gentes de mando en plaza, que todavía siguen acosando y ahogando el medio ambiente. El susodicho encuentro, que no solo hay que estimar sino también engrandecer para denigrar a la legión de contaminadores que reproducen contaminantes como cucarachas, se celebra en la ciudad surcoreana de Daejeon estos días de agosto, bajo el auspicio del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (PNUMA). Sólo ellos tienen la lucidez sin ataduras, el genio vivo y la genialidad desmembrada de intereses. Los ciudadanos, invadidos por tantas políticas corruptas, precisan de esta sangre joven dispuesta a regenerar la vida y a socializar globalmente la red ecológica, sin más demora. No es tiempo de reconocer lo que es una realidad palpable. Si no somos capaces de afrontar estos nuevos desafíos con un renovado sentido de la justicia e igualdad social, en una apuesta decidida por las energías limpias, se corre el riesgo de ensanchar una degradación ambiental de terribles consecuencias. El ser humano no puede ser un peligro para su propio hábitat. La acción es estúpida. Hay, por consiguiente, una necesidad perentoria de alumbrar nuevos modos y maneras de vida, de educar en la obligación de respetar el medio ambiente. Todas las fuerzas políticas, económicas, sociales, la misma persona como individuo de una colectividad, han de verse y vivirse como gestores de su medio ambiente en el que no tienen cabida los explotadores. Quizás tengamos que articular las lenguas bajo un lenguaje común, el de vivir y dejar vivir; modular las ciencias humanas con las ciencias naturales, concertar filosofías con la interpretación filológica del universo. No tenemos otra mansión que el planeta, al que hemos de cuidar y cultivar con el abecedario de la libertad responsable, teniendo siempre como criterio orientador el bien de todos, no el bien de algunos como viene sucediendo. Como alguna vez dijo Kofi Annan: "una sociedad que aísla a sus jóvenes, corta sus amarras: está condenada a desangrarse". Ellos, sin duda, son el empuje vital para que la sociedad cambie. En consecuencia, prestemos atención a su voz que, en su palabra, arde la auténtica solidaridad que tanto escasea en el mundo.