OPINIÓN
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Año de la Integración Nacional y el Reconocimiento de Nuestra Diversidad
DIRECTOR
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/ Jueves, 20 de setiembre de 2012
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CONSEJO PARA PADRES E HIJOS Por Ricardo Laurencio Vara
Antes de elegir una carrera universitaria o técnica, los alumnos de educación secundaria deben recibir una adecuada orientación vocacional de acuerdo a sus gustos y preferencias, motivaciones propias e intereses para evitar así casos de deserción, mala selección, frustración. La orientación vocacional reduce de manera sustancial el tiempo que a una persona le costaría reconocer en que área presenta habilidades. Utilizar correctamente este recurso posibilita que el resultado sea óptimo. Según la psicóloga Janet Oliveros del Instituto Cuestalt de Lima, elegir una carrera profesional es una de las decisiones más difíciles que debemos tomar, ya que será una actividad a la cual generalmente nos dedicamos casi toda la vida. Por ello, frecuentemente el proceso de selección genera temor, ansiedad y confusión entre los jóvenes, quienes mucha veces no tienen ni idea de lo que quieren hacer de su vidas. Es conveniente reflexionar y seguir un plan de acción que ayude a los jóvenes a elaborar una elección que no sea realizada de forma impulsiva. Sostiene Janet, que la familia, y en especial los padres, tienen que ser soporte emocional, de comprensión y tolerancia para el adolescente. Por eso es importante entre padre e hijo debe existir una comunicación abierta y receptiva. Saberlos escuchar, dejarlos que tomen su tiempo para decidir. «Hay que tomar en cuenta que el joven está dejando el colegio, los amigos y la seguridad de casa para decidir la actividad de su vida a mediano y largo plazo, y eso es un gran fuente de tención y preocupación», asegura la especialista; advirtió a los padres que si los presionan y obligan a elegir una carrera que no les gusta se corre el riesgo de que los muchachos adquieran una actitud desafiante, rebelde y en oposición al sistema familiar, propiciando las mentiras, generando un clima de desconfianza, de conflicto y de disputa entre padres e hijos. Decidirse es una tarea difícil para los jóvenes que salen del colegio y deben elegir su norte en la vida. La psicología Janet brinda algunos consejos para quienes aun están en la disyuntiva. Sostiene que hay que sacudirse de las influencias externas. Muchas veces se opta una carrera por presión familiar, porque está de moda o promete un trabajo rentable. Pero nada de eso importa al final; recuerda que eres tu el que estará sentado varios años estudiando y no tus padres o amigos. Consejos para tener en cuenta: que es primordial que descubras cuál es tu verdadera vocación. Debes identificar para que seas bueno, cuáles son tus puntos fuertes y obviamente tus puntos débiles. Debes plantearte que te gusta hacer y que profesión te gustaría ejercer en un futuro. Ten en cuenta donde podrás trabajar, porque detalles como si se ejerce en una oficina o al aire libre; o si vas a trabajar en contacto con el publico o no, pueden jugar a favor o en contra de tu decisión.
P RODUCCIÓN : C ONTACTA P ERÚ
ABOGADO AUGUSTO NOREÑA LLANOS EIRL. RUC: 20489481627 HECHO
EL MALESTAR SOCIAL DEL MUNDO Desde España... Desde España...
ALGOMÁS MÁSQUE QUE ALGO PALABRAS PALABRAS Víctor Corcoba Herrero corcoba@telefonica.net
La verdad. No me gusta esta ola de malestar social que afecta al mundo, en unos países más que en otros, pero lo cierto es que la situación de desempleo y desamparo se acrecienta cada día, en parte porque el imperativo ético de la justicia social no funciona. Cuando se cierran todas las puertas con individualismos egoístas, la insolidaridad toma gobierno en nuestras vidas y resulta difícil entregarse al bien común. Porque únicamente, desde un justo clima de convivencia responsable, es posible la verdadera solidaridad, lejos de cualquier búsqueda de lucro y poder. Hay que ir a la raíz de los problemas. Debemos buscar siempre los auténticos valores, que no son otros que los derechos humanos fundamentales. Hemos de establecer, igualmente, un sincero diálogo con los demás. Esto es importante. Sólo así, podremos salir de esta crisis que viene produciendo un tremendo sentimiento de malestar global. Algo que empuja a la crispación, a los desórdenes, a una vida comunitaria que se hace irrespirable e irresistible. Las abundantes situaciones de miseria, explotación, de falta de garantías ciudadanas, conducen a una verdadera situación de inquietud y desasosiego. A consecuencia de esta ansiedad, vivimos en una convulsión permanente que debe cesar. Este es el riesgo fatal que corremos, fruto de una cultura interesada, que juega con la mentira y convive con la manipulación de los mercados. La realidad es que gran parte de la población mun-
dial carece de acceso a una protección social adecuada. Esto es gravísimo para una civilización que se cree avanzada y anda en retroceso. Nadie debería vivir por debajo de un nivel de ingresos determinados. Sería una manera de reducir el desencanto actual. La búsqueda de la justicia social es vital para comprimir esta intranquilidad que nos circunda. Hoy, las desigualdades, son escandalosas. También la falta de respeto por la dignidad de vidas humanas es otra de las cuestiones vergonzosas. Añadir, además, la falta de una cultura de la tolerancia en un mundo global. Ahora bien, bajo este contexto de pesadumbre generalizado, tampoco se pueden cometer actos de violencia, que no llevan a ningún sitio. La manifestación pacífica es lícita, en cambio la violenta siempre será ilícita, y quitará razón a sus convocantes. Por consiguiente, los efectos de esta crisis financiera y económica no pueden llevarnos a una recesión de pensamiento, es más, pienso, que debemos mantenernos firmes y unidos, frente a las fuerzas que nos dividan o discriminen. Todos, al unísono, debemos adoptar medidas de consenso para crear entornos de sosiego que propicien el logro de la paz, de la inclusión social, y de un trabajo decente para todos. Ha llegado, pues, el momento de oponerse a tantos males que afligen a la humanidad, compartiendo horizontes y buscando solución a las diferencias. Tomemos la preocupación necesaria y hagamos piña. Al final nos daremos cuenta que sólo el progreso de la cooperación puede ayudarnos a salir del túnel. Cooperar es señal de que el mundo se humaniza, y humanizado, es más fácil entender y comprender a los demás, mirando desde el propio corazón de cada uno.