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SALUD PARA TODOS Incontinencia de orina y sus repercusiones en la mujer

Incontinencia de orina y sus repercusiones en la mujer

La incontinencia de orina es un síntoma muy frecuente e incómodo que las mujeres tienden a ocultar por vergüenza, pero que altera de forma significativa su calidad de vida. Y, al contrario de lo que muchas piensan, no se trata de un síntoma “normal”, sino de una patología que tiene diferentes formas de tratamiento y, lo que es más importante, que puede prevenirse.

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Por Dra. Mariana Piastri

Laincontinenciadeorinaeslapérdida involuntaria de orina a través del meato uretral. Debemos saber que existen diferentes tipos de incontinencia que obedecen a diferentes mecanismos fisiopatológicos. Estos son: • La incontinencia de orina de esfuerzo: Es aquella relacionada directamente a una debilidad del piso pélvico y se manifiesta ante esfuerzos como la tos, la risa, el estornudo, levantar peso e incluso bailar. • La incontinencia de urgencia: Se presenta ante una alteración intrínsecadelmúsculodelavejigao fallas en su mecanismo de cierre. Se manifiesta con pérdidas involuntarias de orina cuando la vejiga está llena y no conseguimos alcanzarelbañosinqueaparezca. • La incontinencia de orina mixta:

Es aquella que comparte ambos mecanismospatogénicosy,porlo tanto, la incontinencia de orina se presenta en todos los momentos antedichos. De más está aclarar lo incómodo que puedeserestoparalamujerquedebe

ABRIL 2022 • Pág 46 # 42 • comenzar a utilizar toallitas o compresas de forma de no mojar la ropa interior e incluso la ropa de calle. Algunaslleganalpuntoderestringirlas actividades que antes les daban placercomohacerejercicio,salirabailar, ir al gimnasio o simplemente hacer upa a un bebé. En casos más graves, el uso de pañales es el recurso final al que estas mujeres acceden para que losescapesnoseanvisibles. La alteración de la calidad de vida es tal que incluso puede desencadenar síntomas depresivos. Lamentablemente, los episodios de incontinencia también pueden presentarse durante el encuentro sexual, por lo que muchas, incluso, llegan a evitar este tipo de contacto con sus parejas. El rango de edades en los que puede presentarse este incómodo síntoma es enorme. Suele evidenciarse en mujeres jóvenes durante sus embarazosoposterioresalnacimiento,pudiendo mantenerse posteriormente o mejorar para recidivar luego si no se realizan tratamientos preventivos para evitar que esto ocurra. También puede aparecer en las mujeres madurasoenlamenopausia,debidoala debilidad que puede presentarse en este período en el piso pélvico ya que el déficit de hormonas predispone a ello. Puede ocurrir incluso en niñas que requieren un tratamiento precoz yabordajemultidisciplinario.Y,finalmente, puede aparecer también en aquellas mujeres que hacen ejercicio intenso como correr, levantar peso o crossfit. Básicamente, si analizamos la situación con detenimiento, todas nosotras podemos desarrollar algún tipodeincontinencia. Ahora, la pregunta que todas nos hacemos es: ¿cómo prevenirla? Y para contestarla debemos conocer de qué se trata nuestro piso pélvico. El piso pélvico es un conjunto de estructuras compuestas por músculos y ligamentos que cierran por debajo nuestra pelvis. Tiene funciones importantísimas como son la continencia,lamicción,ladefecación,elparto vaginal,larespuestasexualfemenina y el orgasmo, además de ofrecer soporte a todos los órganos de la pelvis yelabdomen.Importante,¿no?Estas estructuras musculares dependen directamentedelacantidaddeestrógenos circulantes, por lo que, en momentos como la menopausia, suele versedeterioradosinohacemosalgo al respecto. Durante el embarazo, el peso del útero grávido puede someterlo a demasiada presión y manifestarse la incontinencia. Esto es más marcado luego de un parto vaginal, donde el piso pélvico alcanza su mayorgradodedistensiónparapermitir elpasajedelfeto. Por tanto, de todo lo anterior se deduce que mantener un adecuado tono en nuestros músculos del piso pélvico redunda en beneficio. Así comovamosalgimnasioparaejercitarlosmúsculosesqueléticosytener una mejor figura, deberíamos ocuparnos de que nuestro piso pélvico tenga un buen estado de salud. Todo músculo que es sometido al ejercicio responde generando hipertrofia e hiperplasia, es decir, mejorandoeltonodesusfibrasyengrosándolas. Este músculo, además, se vuelvemásvitalysanogenerándose nueva vascularización y favoreciendo su inervación. Entonces, se pueden trabajar los músculos del piso pélvico realizando ejercicios que los contraigan como los ejercicios de Kegel u otros que intentan disminuir la presión que se ejerce sobre ellos, conocidos como ejercicios hipopresivos. En los primeros, buscamos que se produzca la contracción voluntaria de los músculos, lo que lleva un tiempo de reconocimiento de nuestro cuerpo y nuestra genitalidad que debemos permitirnos para lograrlo. Para localizarlos debemos saber que estos músculos son los que cortan el chorro de orina y la expulsión de la materiafecal,porloquesiqueremos ubicarlosdeberíamossimularloque hacemos en el momento de cortar la micción. Podemos incluso probar algunas veces cortar el chorro de orina, pero esto no es recomendado ya que altera el mecanismo normal de la micción. Una forma de poder notar su contracción es introducir un dedo en la vagina e intentar apretarloconnuestrosmúsculos.Allíevidenciaremos un aro que se contrae alrededor de nuestro dedo. Luego que los hemos localizado, debemos tener la conciencia y la voluntad de contraerlos rítmicamente durante nuestro día a día. Podemos hacer series de 5-10 con descanso entre ellas e ir incrementando la cantidad de repeticiones o intentar mantener una contracción por algunos segundos para luego relajarlos. Sin dudas deberíamos hacer una contracción voluntaria en aquellos momentos en que puede generarse un aumento de la presión sobre el piso pélvico, como al toser, estornudar, levantar un peso, o reír. Estodebehacersedeformavoluntaria,debidoaquenuestrosuelopélvico suele estar laxo durante la mayor parte del día si no nos proponemos trabajarlo. Incluso durante el acto sexual, específicamente durante la penetración, podemos poner en marcha la contracción de nuestros músculosymejoraremoselestímulo sexual en nosotras mismas y el otro. Ya que el piso pélvico está involucradoenelorgasmofemeninoylascontracciones espontáneas y rítmicas son parte del mismo, muchas mujeres notan una mejor calidad en sus orgasmos al trabajar los músculos de esta región. Es de destacar que haciendo nuestro piso pélvico más sano y tónico además prevenimos el desarrollo de prolapso, que es la salida de los órganos genitales a través de la vagina o, si ya está instaurado, podemos evitar su evolución a formas más graves. Lo mismo ocurre con la incontinencia de orina, de no presentarla podemos evitarla, pero, si ya está presente, podemos evitar

su agravamiento. En cuanto a los ejercicios hipopresivos, con estos se busca elevar los órganos pélvicos y abdominales realizando inspiraciones a glotis cerrada de forma de disminuirelpesosobreelsuelopélvico. Requieremásentrenamientoyaque no son fáciles de realizar, aunque existen tutoriales en todas las redes sociales. Los profesionales que están mejor capacitadosparabrindarunabuena evaluación y educación de piso pélvico son los licenciados en Fisioterapia, quienes cuentan con una especialización para ello. ¿Y si ya tengo incontinencia de orina? Antes que nada debes recurrir a tu ginecólogo para valorar el tipo de incontinencia que presentas. De tratarse de la incontinencia de urgencia, el tratamiento suele ser farmacológico con drogas que evitan la contracción involuntaria del músculo detrusor (aquel que rodea la vejiga). El resultado con estos fármacos suele ser bueno y debe mantenerse de forma crónica. Si se tratase de incontinencia de esfuerzo, tu ginecólogo recomendará diferentes opciones según el grado de incontinencia y si se acompaña o no de prolapso. El tratamiento puede incluir intervenciones quirúrgicas, donde contamos con múltiples técnicas y procedimientos que pueden utilizar tejidos propios de la mujer o mallas artificiales, según lo que se requiera reparar. Actualmente, existen tecnologías de última generación como el láser o las ondas electromagnéticas (HIFEM) que sin llegar a ser tratamientos invasivos en casos seleccionados logran un muy buen resultado. De todas formas, el ejercicio de nuestropisopélvicosiemprevaaser bueno y necesario para mejorar los resultados de cualquier tipo de tratamiento que se proponga realizar. Por lo tanto, no hay excusas, siempre son recomendados, no suponen riesgos y además son gratis. Por último, una pequeña aclaración final: existen algunas mujeres que no deberían realizar contracciones de sus músculos, sino mejorar la relajacióndelosmismos.Sonaquellas mujeres que presentan vaginismo (dolor durante la penetración vaginal) o algunas con dolor pélvico crónico. Siempre es mejor valorar con un profesional tu sintomatología antes de poner en marcha algunos tratamientos.