Hágase la Música!

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Nº 14 ENERO / FEBRERO 2010

PLÁCIDO DOMINGO RECIBE EL GRAMMY AL MÉRITO

JENUFA LEOS JANÁCEK Mozart El genio polifacético

HAGASELAMUSICA.COM

PERCY GRAINGER por Jorge de Hegedus

TEMPORADA 2010 TEATRO COLÓN DE BUENOS AIRES LOS CUENTOS DE HOFFMANN EN EL METROPOLITAN

TOSCA GIACOMO PUCCINI GIUSEPPE

SU OBRA DEBE SER COMPRENDIDA COMO PLACER PURO Y SENCILLO. SU LENGUAJE MUSICAL Y ESCÉNICO SON INIGUALABLES.

por Alejandro Villarreal


HAGASELAMUSICA.COM CUATRO Aテ前S EN INTERNET


hagaselamusica.com, el único sitio Web de Música Clásica, Ópera y Tango con transmisión de una radio en vivo las 24 hs, dos canales de videos e informes mp3 y una revista; además de información de actualidad y enciclopédica, cumple cuatro años y quiere compartirlo con ustedes: fieles testigos de nuestro camino! hagaselamusica.com nació el 21 de enero de 2006, en Mar del Plata. Aquel momento marcó un hito en cada una de nuestras historias por la sorpresa del alcance, los nuevos amigos (que no vemos pero nos hacen sentir su apoyo y calurosa presencia) y el desafío de un nuevo medio… un canal de acceso a la comunicación fluida y permanente con los amantes de la música. Hoy hagaselamusica.com es el sitio de habla hispana por excelencia en cuanto a música se refiere. Una guía que permite valorar el talento del compositor, la sensibilidad del intérprete y las emocionantes revelaciones que encierra su esencia. Un recorrido que describe además el contexto histórico y panorama cultural de cada época. hagaselamusica.com está a cargo de un equipo de profesionales que selecciona y actualiza el material en forma constante a través del relevamiento de los medios especializados del mundo. Y transmite en vivo las 24 hs. a través de Radio HLM. Nuestra historia cuenta con momentos memorables en lo institucional como las dos nominaciones al Premio Matear (uno de los reconocimientos más importantes a nivel nacional, de los sitios de Internet) como “Mejor sitio de Música”; pero también con innumerables anécdotas de encuentros y reconocimientos menos difundidos aunque no por eso desestimados. Otro paso que marcó nuestra identidad promoviendo un crecimiento importante fue la incorporación durante el segundo año de vida de hlmtango.com… un espacio de privilegio para un estilo musical propio que desata pasiones sin fronteras, un género que día a día va conquistando el mundo con sus cortes, quebradas y poesía. Ese fue el objetivo: llevar a todos la rica y valiosa historia del 2 x 4. En octubre de 2008 nació Revista Hágase la Música. Un sueño persistente pensado para los melómanos, amantes del arte en general y todos los que atesoran y veneran a aquellos que tienen la capacidad de despertar sus sensaciones. Una invitación a recorrer páginas motivadas por el agradecimiento, la humilde retribución a los artistas, a los compositores e intérpretes que supieron despertar nuestra inquietud por conocer más de este arte y difundirlo. Con motivo de cumplirse el tercer aniversario de la publicación de Hágase la Música en la red, en enero de 2009 publicamos hlmjazz.com, un producto que invita a recorrer un mundo particular y tan vasto que merecía un espacio propio. 2009 marcó también la interacción de nuestro sitio con las distintas redes sociales. Ingresamos a Facebook, generamos un espacio propio en Youtube y publicamos nuestro blog a través de Wordpress. Cumplimos cuatro años! Es tiempo ahora de continuar el recorrido, convencidos de que la historia y la evolución se construyen con la participación de todos, la responsabilidad de aportar lo que esté a nuestro alcance y el compromiso de hacerlo con la profesionalidad que ustedes, nuestros destinatarios, exigen y merecen. Es por eso que la música no admite límites, porque es un código universal creado por artistas geniales que plasmaron sus emociones, construyeron mundos nuevos y nos condujeron a explorar lo más profundo de las sensaciones humanas... que dedicaremos más que estos cuatro años a descubrirlos, reconocerlos y difundir su obra.


Gobierno de Colombia promueve programa para creación de orquestas profesionales

26º Edición del Festival de Música de Canarias Cuatro grandes figuras internacionales de la dirección sinfónica protagonizarán la 26º edición del Festival de Música de Canarias. La cita musical más importante de las Islas dará comienzo con sendos conciertos inaugurales, los días 8 y 11 de enero, en Gran Canaria y Tenerife, respectivamente, a cargo de la orquesta más antigua del mundo, la Staatskapelle Dresden. Gustavo Dudamel (foto) participará por primera vez en el Festival con dos conciertos al frente de la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo, formación que ya ha visitado el Festival.

Bajo la batuta del gran Zubin Mehta (Bombay, 1936), este concierto contará, además, con una de las voces más reconocidas de la escena internacional: la del barítono Thomas Quasthoff. El programa incluye las «Seis Piezas para Orquesta de A. Weber, los Kindertotenlieder» de G. Mahler y «Also sprach Zarathustra», de R. Strauss. La joven estrella de la dirección de orquesta, el venezolano Gustavo Dudamel (Barquisimeto, 1981), constituye otro de los principales alicientes de la programación. Pese a su juventud, Dudamel es ya una de las batutas más aplaudidas, valoradas y solicitadas en los escenarios de medio mundo, donde ha cosechado alabanzas unánimes por parte del público y de la crítica especializada. Caracterizado por una exquisita sensibilidad y un estilo fresco y dinámico, Dudamel participará por primera vez en el Festival con dos conciertos al frente de la Orquesta Sinfónica de Gotemburgo, formación que ya ha visitado el Festival. Juventud y consolidación se combinan también con la presencia de Vladimir Jurowski y Mikhail Pletnev en la relación de directores invitados al Festival de Música de Canarias. Jurowski (Moscú, 1972), menos mediático que Dudamel pero igualmente considerado en el ámbito internacional, ofrecerá dos conciertos al frente de la London Philarmonic Orchestra. Por su parte, el también ruso Mikhail Pletnev (Ariángelsk, 1957) será el responsable de clausurar la presente edición del Festival al frente de la Orquesta Nacional Rusa, formación fundada por él mismo.

El Ministerio de Cultura de ese país presentó el programa "Colombia nos toca, música sinfónica para todos", una iniciativa que busca generar en los próximos años 19 nuevos proyectos orquestales de nivel profesional. Las estrategias fundamentales de esta iniciativa son la organización del Sistema Nacional de Música y la promoción y concertación de la inversión pública en los diferentes niveles del Estado. Baldur Brönnimann, director titular de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia; Paula Marcela Moreno Zapata, ministra de Cultura; Lina Moreno de Uribe, primera dama de la Nación y Andrés Cepeda, cantautor en la presentación del programa.

Para ello se fortalecerán las iniciativas de integración del Comité Nacional Sinfónico y se abrirá una línea especial del Programa Nacional de Concertación del Ministerio de Cultura, que facilitará la financiación de nuevas orquestas profesionales. “El Plan Nacional de Música para la Convivencia ha tenido un gran objetivo, que ha sido fortalecer el Sistema Nacional de Música, dentro del cual el movimiento sinfónico ocupa un lugar fundamental. Es por eso que el programa "Colombia nos toca" busca alinear los esfuerzos del Gobierno para lograr que en el 2014 el país tenga 19 orquestas profesionales de música sinfónica”, afirmó la Ministra de Cultura, Paula Marcela Moreno Zapata. Así, el programa "Colombia nos toca" prevé consolidar a 2012 un total de nueve proyectos sinfónicos profesionales en Antioquia, Eje Cafetero, Valle del Cauca, Cauca, Norte de Santander, Santander, centro sur y Caribe occidental. A 2014, proyecta la consolidación de tres nuevos proyectos sinfónicos en municipios de las mismas regiones atendidas en la fase inicial (Eje Cafetero, centro sur y Caribe), así como la conformación de siete nuevas organizaciones sinfónicas en el centro oriente colombiano, el Pacífico norte, el Caribe oriental, las sabanas, la Orinoquía, la Amazonía y el sur andino. Paralelamente, según afirmó el Gerente de la Asociación Nacional de Música Sinfónica, Juan Luís Restrepo Viana, el programa tiene como metas “buscar estrategias que le den sostenibilidad a las orquestas, a través de garantizar una financiación pública, una eficiencia organizacional como proyectos de industria cultural y unas políticas que les permitan esta estabilidad en el mediano y el largo plazo”. A su vez, se consolidará a la Asociación Nacional de Música Sinfónica como agente de la organización del sector, coordinador de la Red Nacional de Orquestas, laboratorio de desarrollo de modelos artísticos y productivos y como el agente para el seguimiento de la ejecución de las políticas, planes y programas públicos del sector.


EFEMÉRIDES

ENERO FEBRERO

2010

02 de Enero de 1922

01 de febrero de 1896

Nace la cantante italiana Renata Tebaldi. Poseía una de las más hermosas voces italianas del siglo XX.

En el Teatro Regio de Turín se estrena "La Boheme" de Giaccomo Puccini. En la representación de la obra de Puccini dirigió la orquesta un joven que lo hizo de manera brillante: era Arturo Toscanini.

06 de enero de 1993 Muere en París, Francia, el bailarín y coreógrafo Rudolf Nureyev, considerado la más importante figura de la danza de la segunda mitad del siglo XX.

11 de enero de 1801 Muere Domenico Cimarosa, compositor italiano. La ópera napolitana tiene uno de sus últimos representantes en Cimarosa, cuya música, por la calidad de sus melodías y la inventiva de su instrumentación, constituye el precedente más directo de la de Rossini.

05 de febrero de 1887 Se estrena "Otello", de Giuseppe Verdi. El mundo había pensado que "Aída" era el punto culminante pero también el punto final de la trayectoria creadora de Verdi. Pero Otello demostró que ambas cosas no eran ciertas.

06 de febrero de 1903 Nace Claudio Arrau, pianista chileno. Su nombre evoca una trayectoria musical casi infinita.

14 de enero de 1900

10 de febrero de 1881

Se estrena en Roma "Tosca" de Giacomo Puccini. Desde entonces se ha convertido en una de las óperas más populares de todo el repertorio.

Estreno en París de "Los Cuentos de Hoffmann" de Jacques Offenbach.

12 de febrero de 1924 16 de enero de 1957 Fallece Arturo Toscanini, director de orquesta italiano. Toscanini ha sido el director de orquesta más famoso del siglo XX y durante cuarenta años de su vida, una leyenda viviente.

Se estrena "Rhapsody In Blue" de George Gershwin.

13 de febrero de 1976 Muere la soprano Lily Pons. Una voz cristalina y extendida hacia el agudo, sumada a una grácil figura y simpatía personal, constituyen los pilares de su formidable éxito.

21 de enero de 1941 Nace en Madrid el tenor Plácido Domingo. Su debut lo celebró en 1961 en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México encarnando a Alfredo en “La traviata”, de Verdi.

13 de febrero de 1883

27 de enero de 1901

17 de febrero de 1653

Muere en Milán, Giuseppe Verdi. Compositor italiano dedicado en forma casi exclusiva a la ópera, género para el que compuso 26 obras.

Nace Arcangelo Corelli, músico y compositor italiano. Contribuyó a la cristalización del “concerto grosso”.

Muere en Venecia Richard Wagner. Compositor de origen alemán, renovador de la ópera romántica.

20 de febrero de 1791 27 de enero de 1756 Nace en Salzburgo, Wolfgang A. Mozart. Compositor de origen austriaco, considerado el más grande genio de la música de todos los tiempos. Con su corta vida, de sólo 35 años, cultivó con excelencia todos los géneros, desde la música sacra y coral hasta la ópera, pasando por la sinfonía y la música de cámara, representando junto a Haydn y Beethoven la cúspide del clasicismo musical.

Nace Karl Czerny, pianista y compositor austríaco.

23 de febrero de 1685 Nace Georg Friedrich Haendel, compositor alemán. Su obra fue abundante y en comparación con J. S. Bach puso más el acento en la melodía y la armonía que en el contrapunto.

27 de febrero de 1897 Nace Marian Anderson, contralto estadounidense.


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La vida de Giuseppe Verdi acompaña su obra y puede dividirse en tres períodos. El primero nace en sus comienzos y llega hasta el estreno de Il Trovatore y La Traviata en 1853, con obras en las que los coros tienen un papel preponderante. El segundo período concluye en 1871 con la composición de Aida. Tras una pausa de más de 15 años, compuso las obras de su último período: la ópera trágica Otello y la bufa Falstaff, dos obras que están inspiradas en Shakespeare. "El campesino de Roncóle", como se llamaba Verdi a sí mismo, nació en esta aldea lombarda durante el breve período de la ocupación francesa, por lo que su acta de bautismo se redactó en este idioma, el 10 de octubre de 1813, cinco meses después de nacer Richard Wagner. Los dos compositores más importantes del teatro musical de la época no llegaron a conocerse personalmente. La vida del alemán transcurrió de una manera mucho más dramática, durante toda su vida provocó violentas luchas, ásperas polémicas, juicios contradictorios. La carrera de Verdi, en cambio, sube cada vez más, en un ascenso incontenible. Por supuesto, tampoco a él le faltaron enemigos y envidiosos, pero los acontecimientos exteriores de su vida son, sobre todo en el ámbito privado, mucho menos espectaculares. A partir de los cuarenta años, Verdi domina la vida operística de su patria, diez años después llega a convertirse en el compositor más interpretado de la vida musical internacional y sus obras

mantienen esa posición sobresaliente hasta el día de hoy. Es el primero en la estadística internacional de interpretaciones, seguido por Mozart, Puccini, Rossini, Wagner y Richard Strauss. La mayor parte de la vida de Verdi transcurrió en Sant'Ágata, la hermosa finca rustica que hizo edificar con las crecientes ganancias de sus óperas y en cuyos campos, bosques y establos se sentía mucho mejor, más cómodo que en la actividad de los grandes teatros, que visitaba en lo posible sólo para los estrenos de sus obras, con los días necesarios para los ensayos, en cuya exactitud ponía el máximo interés. La mayor parte de su vida la pasó al lado de la misma mujer: después de haber perdido en su juventud a su primera mujer y sus dos hijos, encontró en la famosa cantante Giuseppina Strepponi una compañera ideal, que acompañó en silencio y con modestia, pero con infinita comprensión y afecto, su ascenso y su fama.

Sus predecesores y modelos musicales fueron Donizetti y Bellini, en parte también Rossini, que dominó la vida musical de la época como ningún otro compositor. Verdi debutó con éxito a los veintiséis años en la Scala de Milán, con Oberto, pero fracasó totalmente un año después con la comedia Un giorno di regno. Este fracaso coincidió con la pérdida de su familia, durante una epidemia, y ambas cosas lo llevaron, por primera y única vez en su vida, al borde de la desesperación y del suicidio moral. Sólo con un gran esfuerzo volvió a componer; así surgió Nabucco, un éxito decisivo. El coro de los esclavos hebreos («Va pensiero sull'ali dórate») es una de las melodías de ópera más populares del mundo. Con I lombardi obtuvo otro gran éxito, en parte gracias a que los coros, cuyos textos podían aplicarse a la situación política de Italia en ese momento, tenían una amplia repercusión popular. Verdi se convirtió en el ídolo de los jóvenes revolucionarios, que soñaban con una Italia unificada y no con los numerosos pequeños Estados en permanente conflicto y por lo general dominados por potencias extranjeras. Más tarde, Verdi denominó «años de galeras» aquella época de intensísima producción operística. Apenas encontraba tiempo para pulir las partituras. Sin embargo, en esta elevada cantidad de obras tempranas hay varias obras maestras. La fase decisiva de su creación comienza probablemente con Rigoletto: a partir de entonces lo descubren también los escenarios más importantes del extranjero y lo interpretan cada vez más. Dos años más tarde, La Traviata sufre un fracaso total, pero éste ya no puede alterar su posición, y poco tiempo después cambia la opinión sobre esta obra gracias a una interpretación más acertada.


A partir de entonces sus óperas muestran un grado cada vez mayor de refinamiento, así como una tendencia cada vez más nítida hacia el «drama musical». Este desarrollo, totalmente inherente al espíritu de la época, se ha interpretado a menudo, equivocadamente, como una inclinación hacia el «germanismo» y el «wagnerismo», cuando en realidad se trataba de un fenómeno completamente internacional que acabó con muchas características de la vieja ópera del siglo XVIII: los «números», es decir, la sucesión de partes musicales completas; el predominio del aria; la división entre las partes musicales cerradas (aria, dúo, trío, coro, etc.), el recitativo tratado como canto hablado. El drama musical exige además una caracterización psicológica más profunda de los personajes, así como un dramatismo más intenso en el desarrollo de la acción. Era natural que Verdi se esforzara por alcanzarlo. No necesitaba modelos en ese camino. Admiraba a Wagner, pero jamás se le habría ocurrido imitarlo. Sabía demasiado bien (y lo expresaba con una frase muy inteligente) que «no se podía componer un Tristán bajo el cielo de Italia». A medida que crece su fama, crece también su rechazo de la actividad teatral usual. Durante mucho tiempo no confía el estreno de ninguna de sus nuevas obras a ningún teatro de su patria: La forza del destino se estrenó en San Petersburgo, Don Carlo en París. Y lo mismo sucedió con Aida, solicitada desde hacía mucho tiempo por El Cairo, antes de estrenarse allí. Con ello, la carrera de Vérdi parece terminada brillantemente; en ese momento, a los sesenta años, no manifiesta más deseos de componer. Y es necesaria la diplomacia de su editor y amigo Giulio Ricordi para interesar a Verdi por una nueva ópera. Pero incluso cuando se ha decidido, mantiene el plan en secreto, también ante el poeta Arrigo Boito, que supo entusiasmarlo con su extraordinaria versión del Ótelo de Shakespeare. Por último, pasan más de quince años desde la composición de Aida hasta que la Scala estrena, en el verdadero sentido del término, este drama musical. Y el «milagro de la vejez» se produce cuando da a conocer a los ochenta años el Falstaff; y así refuta la profecía de Rossini, formulada medio siglo antes, que decía que nunca podría componer una buena comedia. Verdi y Giuseppina murieron a edad muy avanzada y fueron enterrados en la misma tumba dentro de los muros del asilo para compositores que se estaba construyendo y al que el maestro había legado su fortuna. Poco tiempo antes de su muerte (el 27 de enero de 1901), no sólo había dispuesto la construcción de este establecimiento, sino que también había escrito en su testamento: «Dispongo que mi sepelio sea muy modesto y que tenga lugar al amanecer o por la tarde, a la hora del Ángelus, sin cantos ni música...». Pero el último punto no pudo cumplirse. La multitud que llenaba las calles de Milán irrumpió espontáneamente con la melodía de «Va pensiero sull'ali dórate» y acompañó así hasta la tumba al más querido de los maestros italianos.

Rossini inició la renovación romántica de la ópera italiana y la continuaron Bellini y Donizetti, tocando la cúspide en las partituras neorrománticas de Verdi. Aún siendo contemporáneos, Verdi y Wagner fueron contrapuestos. Si Verdi mimaba al público, Wagner lo despreciaba; si Wagner es un revolucionario, Verdi, un tradicionalista decidido a prolongar la obra de sus compatriotas compositores de óperas. Verdi también fue patriota, su nombre fue utilizado como símbolo de la unión italiana bajo la casa de Saboya (Evivva VERDI: Evivva Vittorio Emmanuele Re D' Italia). Conoció el arte francés y el alemán, pero buscaba inspiración sólo en la tradición nacional. Sostenía que el arte que no posee naturalidad y simplicidad no es arte. La música comprendida como placer puro y sencillo, como entretenimiento. Su lenguaje musical y escénico fue creciendo y superándose con el tiempo, desde el Oberto de 1839 a su último Falstaff de 1893.

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Compuso hasta 26 óperas entre 1839 y 1893. Encontró su inspiración en autores románticos como Schiller, Víctor Hugo, Dumas (hijo) y Byron, además de Shakespeare en sus dos últimas obras. En las óperas del primer período hasta 1853 se destacó por los coros y luego la unidad dramática que culminó con Aída (1871). Tras 15 años de pausa, retomó la composición con una ópera trágica (Ótelo) y otra bufa (Falstaff).


Los años cincuenta y sesenta Hubo una segunda etapa de Verdi en la que compuso algunas de sus óperas más famosas como la trilogía de Rigoletto, Il Trovatore y La Traviata, además de Un bailo in Maschera (censurada en Nápoles y estrenada con éxito en Roma) y Aída, creada por encargo para la inauguración del Canal de Suez. También en este período compuso otras óperas que no fueron apreciadas por el público, como I Vesprí siciliani, Don Carlos, Simón Bocanegra y La forza del destino. La creación de óperas se espació cada vez más en este período. Los autores se dedicaban a experimentar nuevos esquemas dramáticos y armonías más sofisticadas, dando mayor presencia y originalidad a la orquesta y a los coros y utilizando la recurrencia de motivos en momentos cruciales de la trama argumental y dramática.

Primeras óperas El estilo de Verdi puede fragmentarse en un primer período que culmina con el retiro en 1851 a Sant' Ágata, otro postergado hasta el estreno de Aída en 1871, y finalmente la época que culmina con la composición de las Cuatro piezas sacras. La primera etapa se da en los años 40 del siglo XIX, cuando compuso el drama Nabucco. Luego, se inclinó hacia los clásicos como Shakespeare o Schiller encontrando la inspiración para Macbeth y Luisa Miller. Otra ópera de este período es La batalla de Legnano, estrenada en 1849, con motivo de festejar la revolución italiana. En esta etapa, Verdi se rodeó de libretistas consagrados como Solera, Cammarano o Boito y participó activamente en los textos. Trabajó la psicología de los personajes, retratándolos musicalmente más allá del simple belcantismo heredado de Rossini y Bellini. Su paleta orquestal es amplia, aunque diferente del sinfonismo de la de Wagner.

Obras tardías Entre Aída y la siguiente ópera, Otello, pasaron 16 años en los que Verdi compuso música sacra (Réquiem) y su único cuarteto de cuerdas. Comenzó a trabajar en Otello estimulado por Boito, quien más tarde consiguió ilusionarlo con la comedia lírica Falstaff. Estas dos últimas obras resumieron la esencia de la ópera italiana de todos los tiempos, la primera en el plano trágico y la segunda completando la herencia de la ópera bufa. En ellas como en otras anteriores, el estilo de Verdi evolucionó y se diferenció por completo de la artificialidad de Wagner abogando por un realismo sutil desde lo psicológico de los personajes. Esta inclinación hacia lo real se denominó verismo, una corriente de creación cuyos mejores ejemplos fueron la Cavalleria Rusticana de Mascagni y varias obras de Puccini.

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Con Falstaff Verdi llega a un estilo claro, casi mozartiano, en el que cada frase, cada melodía, cada sonido destella, brilla e ilumina. ¿Recordó Verdi el dicho de Rossini, que medio siglo antes le había aconsejado que se dedicara a las óperas serias y se alejara de las comedias? Verdi había desmentido de manera realmente profunda aquella profecía, que afirmaba que nunca escribiría una buena comedia musical. El mundo de la música lo comprendió inmediatamente: en el estreno del 9 de febrero de 1893 estaban Mascagni, cuya Cavalleria rusticana había comenzado a conquistar el mundo, y Puccini, que acababa de lograr un éxito decisivo con Manon Lescaut. La nueva generación se inclinaba ante el viejo e indiscutido maestro y admiraba su joven espíritu, que al final de su carrera había emprendido algo nuevo y estaba en condiciones de realizarlo. Las generaciones posteriores tampoco tuvieron dudas respecto de Falstaff. Richard Strauss dijo que la ópera de Nicolai, Las alegres comadres de Windsor, era una comedia encantadora, mientras que Falstaff, basada en las mismas fuentes arguméntales, era una inmortal obra maestra.


Bicentenario y Reapertura El Teatro Colón de la Ciudad de Buenos Aires anunció su temporada del Bicentenario, que coincidirá con la reapertura de su sala tras un cierre de tres años y contará con figuras como Daniel Barenboim, Zubin Mehta y Yo-Yo Ma. El 25 de Mayo de 2010 tendrá lugar una Gala de Reapertura, con selecciones populares de ópera y ballet como El lago de los cisnes de Chaikovski y La bohème de Puccini.

ÓPERA Bohème será el primero de los seis programas de ópera. Subirá el 26 de mayo con un total de seis funciones, con dirección de Stefano Ranzani, régie de Hugo de Ana y un reparto encabezado por Virginia Tola. El segundo título será Don Giovanni de Mozart, con dirección del brasileño John Neschling y escena de Michael Hampe; Virginia Tola volverá a estar en el reparto, junto con Norah Amsellem, John Tessier y otros. Manon de Massenet subirá en agosto, con dirección de Philippe Auguin, régie de Renaud Doucet y los cantantes Anne Sophie Duprels y Víctor Torres. En septiembre Katia Kabanova de Janacek volverá al escenario del Colón después de 40 años, con dirección de György Rath y régie y escenografía de Pedro Pablo García Caffi. El programa de octubre será doble, ambos títulos en estreno: Una tragedia florentina de Zemlinsky compartirá el escenario con Violanta de Korngold, ambas con dirección de Stefan Lano y régie de Hans Hollmann. La temporada de ópera cerrará en noviembre con Falstaff de Verdi, que subirá con dirección de Marco Guidarini, régie de Oswald y los locales Paula Almerares, Graciela Alperyn y Darío Schmunck.

FILARMÓNICA El Abono de la Filarmónica abrirá el 3 de junio, con 18 conciertos, la mitad de los cuales dirigirá el titular Arturo Diemecke. Otros directores serán Alejo Pérez, Rosen Milanov y Günther Neuhold, y entre los solistas destacan los pianista Jean-Yves Thibaudet (Concierto en Fa de Gershwin, 10 de junio), Ivo Pogorelich (N° 2 de Chopin, 1° de julio), Nelson Freire (N° 1 de Brahms, 22 de julio), Rudolf Buchbinder (Grieg, 29 de julio), Andras Schiff (Emperador de Beethoven, 26 de agosto) y la chelista argentina Sol Gabetta (Elgar, 4 de noviembre). Los programas incluirán algunas novedades como Desert Music de Steve Reich (con el Estudio Coral de Buenos Aires), ZZ's Dream de Osvaldo Golijov, Diario IV de Gerardo Gandini, Corpus Christi de Luis Mucillo y el Concierto para trompeta de Berns Alois Zimmermann (con el solista Reinhold Friedrich).

ABONO BICENTENARIO Con un total de ocho conciertos, reunirá los nombres más rutilantes de la temporada: Daniel Barenboim, Zubin Mehta y Yo-Yo Ma. Barenboim vendrá con su Orquesta de West-Eastern Divan, para un concierto el 25 de agosto con la Sinfonía 9 de Beethoven, y con la Orquesta y el Coro de la Scala de Milán, para dos programas Verdi: Aida en versión de concierto, el domingo 29 de agosto, y la Misa de Réquiem, el lunes 30. Zubin Mehta se presentará con la Sinfónica de Munich el 1° de octubre (Passacaglia de Anton Webern y sinfonías Linz de Mozart y Titán de Mahler), y Yo-Yo Ma ofrecerá un programa de cámara con la pianista Kathryn Stott el 11 de junio. El Abono Bicentenario incluirá también actuaciones del gran pianista húngaro András Schiff y del dúo de Karin Kechner-Sergio Tiempo, además de un programa dedicado a los bicentenarios americanos con un estreno de Mario Perusso.

CENTRO DE EXPERIMENTACIÓN Habrá doce programas, entre ellos cuatro estrenos encargados por el Centro: El Box, de Ricardo Bartís y Marcelo Delgado, Extravagancia Satánica, de Rafael Spregelbud y Helena Winkelman; Mediometraje, de Mariano Llinás y Gabriel Chwojnik; y un espectáculo coreográfico de Miguel Robles y Marta Lambertini. Habrá también otra ópera de Delgado (El aparecido, con escena de García Whebbi) y conciertos de Gandini y Horacio Lavandera, entre otros.

BALLET La programación abrirá el 19 de junio con Manon (Kenneth MacMillan), en reposición de Karl Bumett. La segunda fecha será el tríptico Tema y Variaciones/Variaciones Donizetti/ Séptima Sinfonía, las dos primeras coreografías de Balanchine sobre Chaikovski y Donizetti, y la tercera de Vitorio Biagi sobre Beethoven; las obras subirán en reposiciones de Victoria Simon y el propio Biagi, con solistas del New York City Ballet. En octubre será el turno de El corsario, con los solistas Paloma Herrera y Marcelo Gómez, para cerrar en diciembre con La Bayadera, que bailarán Alina Cojocaru y David Hallberg.

REFORMAS Edificio histórico: desde el primer subsuelo lado Tucumán, hasta el tercer piso, lados Tucumán y Viamonte, se ubican los camarines de artistas, confiterías de Sala y locales de apoyo técnico. El escenario: con nuevo piso de madera, dos plataformas de elevación con tapas mecanizadas, iluminación de emergencia, sistemas contraincendio, y los mecanismos del telón cortafuego y del disco giratorio de piso modernizados. Contará con nuevo equipamiento luminotécnico, sistema de audio y video, y de interponía renovados. El Foso de Orquesta: con nuevo piso de madera y mecanismo para nivelar con la línea de escenario de manera de conformar un único plano para poder deslizar los pianos. La Sala Principal: lucirá el colorido recuperado, de acuerdo al código expresivo original de sus autores. Asientos y pasamanos estarán tapizados en terciopelo de lana, los entelados de muros y cortinados incorporan una nueva cualidad: serán ignífugos. El telón de terciopelo será restaurado. Mejoras de condiciones de accesibilidad para personas con movilidad reducida. Salidas de emergencia señalizadas y protegidas. El Salón Dorado: sistema de aire acondicionado central. Se renuevan todas las instalaciones eléctricas y se agregan los sistemas de detección y extinción de incendios. Lucirán recuperados: el maruflage, los vitrales, el piso de roble de eslavonia, las pátinas y dorados, el aparato ornamental, luminarias y la totalidad de las aberturas y herrajes. El Foyer: restauración de los estucos símil mármol, de los mármoles, los vitrales cenitales, los pisos de teselas, apliques de bronce y ornamentos.


Rolando Villazón vuelve a la Ópera de Viena con "El elixir del amor" El tenor mexicano Rolando Villazón, tras un año de pausa debido a un problema con las cuerdas vocales, regresará a los escenarios con "El elixir del amor", donde encarnará al personaje de Nemorino en la Ópera de Viena. Tras su ausencia debido a una enfermedad, Rolando Villazón volverá a actuar por primera vez en la Ópera de Viena: el 22 de marzo de 2010. Villazón actuará luego en la Ópera de Berlín, los días 26 y 31 de marzo, así como el 2 de abril, en la obra "Eugen Onegin", de Chaikovski. Tras varios conciertos en París y Baden-Baden (Alemania), debutará en Zúrich con "La Traviata", de Verdi, mientras que el 15 de agosto ofrecerá un concierto de "Lieder", acompañado de la pianista francesa Helene Grimaud, en el Festival de Salzburgo. Foto: Felix Broede / DG

La Scala homenajeó a Plácido Domingo en conmemoración de su debut hace 40 años Intensos y calurosos aplausos de 20 veinte minutos de duración con un público en pie han demostrado el pasado 9 de diciembre al tenor español Plácido Domingo el fervor y el amor que los italianos le profesan tras el concierto que conmemoraba su debut, un 09 de diciembre de 1969, en la Scala de Milán con la ópera "Ernani" de Verdi. Domingo festejó 40 años de su primera vez en el teatro milanés y eligió para la ocasión cantar la parte de Siegmund en el primer acto completo de "La Valquiria" de Richard Wagner. Tras la ejecución del concierto y la entrega del público, Domingo comentó emocionado a los periodistas: "Ha sido una gran experiencia humana. Cantar en la Scala tiene siempre algo de más. Con un público que da tanto y al que yo creo que también he dado tanto..."



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La música para Manfred fue compuesta en 1848-1849. Schumann dirigió el estreno de la obertura en Leipzig, el 14 de marzo de 1852. La obra completa fue puesta en escena ese año en Weimar. Schumann padecía períodos de grave desequilibrio mental. A veces se sentía impulsado por hostigaciones interiores que no lo dejaban descansar hasta que terminaba una composición. Manfred, por ejemplo, fue compuesta por hostigaciones constantes de voces interiores. Era un proyecto especialmente apropiado para Schumann. Justamente había terminado la ópera Genoveva, que se refiere a una mujer trágica. Ahora sentía la necesidad de reconciliar uno de sus principales conflictos de personalidad, abocando sus esfuerzos a la realización de una composición dramática referida a un héroe masculino. Así como era alternativamente dependiente o independiente de terceros, así como su conducta vacilaba entre el aislamiento y la intimidad, así como inventaba dos alter egos imaginarios para representar las fuerzas opuestas de su personalidad, así como luchaba con el clasicismo frente al romanticismo en sus composiciones, también padecía Schumann de un conflicto de identidad sexual. En su época juvenil había tenido intimidad tanto con hombres como con mujeres y ahora buscaba reconciliar su ambigüedad a nivel artístico: una ópera sobre una mujer seguida inmediatamente (en verdad comenzó Manfred a menos de un día después de terminar Genoveva) por una obra dramática sobre un hombre. Schumann se identificaba con el Manfred de Lord Byron, un héroe melancólico lleno de turbulencias interiores. El poema de Byron representa a Manfred en la cima de un peñasco en los Alpes. Experimenta una culpa intensa por haber destruido a una mujer cuyos errores en verdad habían sido los de él. Le distrae "un bello sonido, una voz vivida, una armonía palpitante". Manfred contempla la posibilidad de escapar a través del suicidio. Se da cuenta de que si decide no saltar quizá se vea sumido en la locura. Pero él evita ambas formas de autodestrucción. Los paralelismos entre el héroe de Byron y Schumann son extraordinarios y no es sorprendente que el compositor se sintiera atraído por Manfred. Como explica el musicólogo Frank Cooper: Schumann "conocía demasiado bien los dilemas de Manfred. ;o buscaba la locura que buscaba Manfred, pero esta buscó, halló y poseyó a Schumann. Su tragedia fue enloquecer mientras trataba desesperadamente de aferrarse a la cordura y al arte que sólo la cordura puede producir. Quizá por eso Manfred es una creación tan curiosa". Aunque Schumann compuso 15 escenas, en la actualidad la música de Manfred se conoce principalmente por la obertura. El dilema del héroe está simbolizado por esta apertura tan extraña: tres acordes parejamente espaciados que aparecen en la partitura como síncopas pero que no pueden ser escuchados como tales, ya que nadie en la orquesta toca realmente sobre los tiempos fuertes. El dilema del músico es cómo hacer que esos acordes suenen fuera de compás cuando el compás mismo es inaudible. Los tres acordes permanecen aislados de la posterior introducción, elaborada y lenta. Tampoco regresan de ningún modo manifiesto durante toda la obertura anhelante, perturbada y romántica. Por lo tanto la música no ofrece ninguna solución, del mismo modo en el que el Manfred de Byron no resuelve sus problemas.


Juan Diego Flórez yrecibirá Plácido Domingo el premio al Mérito

nominado al Grammy

Un Grammy que reconocerá su mérito y trayectoria profesional le será entregado al tenor Plácido Domingo por la Academia de la Grabación, durante la semana de la 52 entrega anual de premios. En tanto el cantante peruano de ópera, Juan Diego Flórez, ha sido nominado al Grammy, dentro de la categoría de Mejor Interpretación Vocal Clásica, por su celebrado trabajo en "Bel canto Spectacular".

31 ENERO

La Academia Nacional de Grabación de Artes y Ciencias anunció que durante la semana, que concluirá con la entrega anual de premios el 31 de enero, se realizarán diversas actividades, como actuaciones en vivo para rendir homenaje a los géneros de jazz y clásicos.

El tributo a Domingo, quien ha ganado siete premios Grammy y tres Grammy Latino, cuenta con un repertorio de 130 papeles en Opera, más de 100 discos y 50 videos musicales, se efectuará el 27 de enero en el Broad Stage en Santa Mónica. En tanto Juan Diego Flórez fue nominado al Grammy por "Bel canto Spectacular". Flórez, se debatirá el cotizado galardón con los cantantes Anne Sofie von Otter por Bach, Lorraine Hunt Lieberson por Recital At Ravinia, Susan Graham por Frisson Français y Renée Fleming por Verismo Arias. El tenor es el único peruano que figura entre las nominaciones al Grammy 2010.

"Para la academia que celebramos la música de 356 días al año estamos orgullosos de reconocer estos extraordinarios individuos en nuestros eventos durante la semana del Grammy", declaró el presidente de la organización, Neil Portnow.

"Bel canto Spectacular" es un disco que contó con la participación del tenor español, Plácido Domingo y la Orquesta de la Comunidad Valenciana, entre otras grandes figuras de la ópera.

"Estas personalidades han tenido un profundo impacto en el jazz y la música clásica y han dedicado sus vidas en asegurar que estos géneros permanezcan como una parte vital de nuestra cultura", añadió.

Vale recalcar que la edición número 52 de los premios Grammy se celebrará el próximo 31 de enero, en Los Ángeles, con un show que será televisado en vivo a través de la cadena CBS.


Publican en Internet un estudio del año 1770 que confirmaba que Mozart era un genio La Royal Society Británica publicó recientemente, por primera vez en Internet, con motivo de la celebración de su 350 aniversario, históricos manuscritos de personajes famosos, entre los cuales destacan varios escritos y un estudio del año 1770 que confirmaba que Mozart era un genio. Se trata de las conclusiones del historiador y abogado inglés Daines Barrington que sometió al pequeño Wolfgang a una serie de complicadas pruebas musicales para comprobar si era realmente el prodigio que todos anunciaban. La Royal Society Británica también dio a conocer documentos manuscritos de personajes como Isaac Newton y Benjamín Franklin. La institución científica británica, que es la más antigua del mundo, pondrá online durante el mes de diciembre una serie de facsimilares de los grandes genios. El portal de la institución, llamado Trailblazing, contendrá 60 artículos con estos documentos durante el mes de diciembre para conmemorar así su 350 aniversario. Entre los artículos figuran también varios trabajos del científico contemporáneo Stephen Hawking sobre los agujeros negros, junto a un estudio de 1770 que confirmaba que Mozart era un genio. Se trata de las conclusiones del escéptico Daines Barrington que sometió al pequeño Wolfgang Amadeus Mozart a una serie de complicadas pruebas musicales para comprobar si era realmente el genio que todos anunciaban durante uno de sus primeros viajes a Londres en 1764. Al final de su experimento, Barrington quedó convencido y escribió que su don musical era "increíble", pese a que en muchos aspectos era como cualquier otro niño de ocho años. "Cuando estaba tocando para mí, entró un gato favorito, por lo que inmediatamente dejó su clavicordio y no pudimos hacerlo regresar en mucho rato", relata en su informe publicado en 1770. "A veces también corría por la habitación con un palo entre las piernas como si fuera un caballo". El prolífico compositor Wolfgang Amadeus Mozart fue autor de óperas como "La flauta mágica" y "Las bodas del Fígaro", quien no obstante su corta vida y malograda carrera, es considerado uno de los más grandes genios de la música clásica occidental y uno de los más interpretados en la actualidad.


TOSCA GIACOMO PUCCINI

Tosca se estrenó prácticamente con el siglo XX, el 14 de enero de 1900,en el romano Teatro Costanzi, y constituyó un éxito inmediato entre el público de esa ciudad. Pero la crítica, con su acostumbrada sordera, no oyó más que truculencias, censurando su "crueldad sádica" y "la brutalidad de su argumento". Acusaciones que resultarían familiares a todos aquellos que hubieran asistido quince años antes al estreno de otra gran ópera naturalista: Carmen de Georges Bizet.


Cuando la gran actriz francesa Sara Bernhardt presentó en Milán su inimitable versión de La Tosca, obra teatral del dramaturgo naturalista Victorien Sardou, se encontraba entre el público un joven compositor de ópera que al nacer había recibido el generoso nombre de Giacomo Antonio Domenico Michele Secondo Maria Puccini. Corría el año 1889 y Puccini acababa de estrenar Edgar, su fallida ópera en cuatro actos. No había sido una obra de su propia elección, sino un encargo sobre un libreto impuesto por su editor, Giulio Ricordi. Puccini tardó cinco años en escribir la música, y cuando por fin se estrenó la ópera, convenció aún menos al público de la Scala que al compositor. "Una cantonata", diría de ella Puccini: "Un gran error." Pero el compositor no cometió un nuevo error cuando, viendo actuar a la Bernhardt, aunque sin entender una palabra de francés, reconoció las posibilidades operísticas de La Tosca. Impresionado por la fuerza de su argumento, escribió ese mismo año a Ricordi rogándole encarecidamente que negociara con Sardou los derechos operísticos del drama. Pero el fracaso de Edgar había minado la confianza de Ricordi en un todavía joven Puccini, y si bien estaba seguro de las posibilidades de La Tosca, no lo estaba tanto de que en aquel momento fuese él el más indicado para aprovecharlas, ya que nunca había compuesto nada igual. Con la eficacia que caracterizaba al director de la más importante editorial musical de Italia, una auténtica fuerza en lo que a la ópera italiana se refiere, Giulio Ricordi no tardó en conseguir el permiso de Sardou, que también ansiaba ver La Tosca convertida en ópera. Para llevar a cabo su proyecto decidió asignar los derechos musicales de la obra al barón Alberto Franchetti, nombrando a Luigi Illica para la preparación del libreto. Pero transcurrían los años, y tras la consagración y la madurez que aportaron a su autor los éxitos de Manon Lescaut y La Bohéme, Puccini volvió a interesarse por la obra de Sardou. La noticia de que Puccini estaba considerando seriamente escribir la música para una versión de La Tosca fue motivo de júbilo para Ricordi e Illica, aunque probablemente por razones distintas. Pero, ¿cómo conseguir que Franchetti renunciara ahora al encargo, teniendo él el derecho moral, y posiblemente legal, sobre la obra de Sardou? Illica, hombre de mundo donde los hubiera, tenía una solución, y no dudó en aplicarla. Sabía que Franchetti, consciente del éxito que había obtenido como libretista de Manon Lescaut y La Bohéme, tenía en alta estima sus opiniones, y aprovechándose de esta circunstancia se empeñó en desanimarle: que si este argumento nunca funcionará como ópera; que si no es en absoluto apropiado para su gran estilo, señor barón; que si un fracaso de crítica y público le haría mucho daño, señor barón; que si lo que usted necesita, señor barón, es un libreto digno... Y el barón Alberto Franchetti, finalmente, renunció. Acto seguido, el tándem Illica-Giacosa, de tan aclamado éxito en la realización del libreto de La Bohéme, puso manos a la obra en una estrecha, aunque a menudo nada pacífica, colaboración a tres, ya que Puccini, con su agudo sentido para todo lo que era teatro, intervenía continuamente. Hacía ya casi una década que estaba de moda el verismo, versión italiana del naturalismo francés, pero Puccini nunca había compuesto algo en este estilo. El éxito en 1890 de Cavalleria Rusticana, de Mascagni, seguido por Pagliacci, único éxito duradero de Leoncavallo, había dejado la puerta abierta. Pero hasta Tosca ningún compositor había sabido cruzar su umbral en igualdad o superioridad de condiciones con ellos. Con Tosca, Puccini lo consigue, superando con creces los dos hitos anteriores del verismo. La obra original de Sardou ya era en sí truculenta, pero al reducir sus cinco actos a tres por necesidades del libreto, se produjo una mezcla realmente explosiva. En sólo tres actos había que concentrar un asesinato, una ejecución, torturas, celos, amor, lujuria, resistencia frente a la fuerza de ocupación, la caza de un prisionero fugado y un suicidio. Y Puccini supo afrontarlo encontrando la solución menos esperada y que mejor funcionó: el lirismo. Sabía que no era suficiente apoyar tanta acción y tanta pasión con una música igual de activa y apasionada, sino que también hacía falta destacar la belleza del ser humano, esa llama que no puede apagar ni la crueldad ni la brutalidad y que nutre la esperanza cuando todo parece imposible. Y para lograrlo utilizó un continuo melodismo que no se limitaba a unas pocas arias, sino que se extendía también por todo el recitativo, consiguiendo una obra de excepcional belleza. Tosca se estrenó prácticamente con el siglo, el 14 de enero de 1900, en el romano Teatro Costanzi, y constituyó un éxito inmediato entre el público de esa ciudad. Pero la crítica, con su acostumbrada sordera, no oyó más que truculencias, censurando su "crueldad sádica" y "la brutalidad de su argumento". Acusaciones que resultarían familiares a todos aquellos que hubieran asistido quince años antes al estreno de otra gran ópera naturalista: Carmen, de Georges Bizet. Esa noche en Roma se temió incluso que la violencia se extendiera más allá del escenario, ya que poco antes de la hora del comienzo, a la tensión de cualquier estreno se añadió el inexplicable rumor de que alguien iba a tirar una bomba en el teatro durante el primer acto. El temido artefacto nunca apareció, y tras el éxito de la obra se atribuyeron los rumores a la envidia de los rivales del compositor. Pero ¿quién podía haber sido? ¿Quizá Leoncavallo, rechazado por Puccini como primer libretista de Manon Lescaut? ¿O Edoardo Sonzogno, dueño de la editorial que más competía con Ricordi, y propietario de los derechos de Cavalleria Rusticana y Pagliacci? ¿No sería quizá el barón Alberto Franchetti, otrora encargado de escribir la música de Tosca? Nunca se supo, pero hay que reconocer que, tratándose de Tosca, puede que el estallido de una bomba no hubiese estado del todo reñido con el argumento. En todo caso, Tosca fue un éxito y lo sigue siendo. Desde entonces se ha convertido en una de las óperas más populares de todo el repertorio. Tras su estreno neoyorquino en la Metropolitan Opera en 1901, se volvió a interpretar allí varias veces al año, durante treinta y una temporadas consecutivas!


Sir Simon Rattle y la Filarmónica de Berlín actuaran en febrero en Zaragoza La prestigiosa Orquesta Filarmónica de Berlín, considerada como una de las diez mejores del mundo, actuará por primera vez en Zaragoza, bajo la dirección de Sir Simon Rattle, el 24 de febrero de 2010 para conmemorar el quince aniversario del Auditorio de la capital aragonesa. Acompañada como solista por la pianista Mitsuki Uchida, la agrupación interpretará la obra San Francisco Polyphony de G. Ligeti, el Concierto para piano y orquesta número 4 en Sol, Opus 58 de Beethoven y la Sinfonía ;° 2, en Re, Opus 43, de J. Sibelius. La Filarmónica de Berlín es una orquesta que no suele hacer giras y las salidas que hace son "muy especiales" y a ciudades de más de un millón de habitantes, por lo que el concierto de Zaragoza ha supuesto un trabajo "muy duro" con el Comité y sus gerentes, ha reconocido el gerente del Auditorio, Miguel Ángel Tapia.

aniversario de este equipamiento cuya construcción, ha asegurado, supuso "un antes y un después" en los Auditorios.

La única presencia que se conoce de este conjunto en Zaragoza fue en los años 41 y 42, en plena Segunda Guerra Mundial, y en una etapa delicada para la orquesta, también ha actuado algún cuarteto y algunos miembros han impartido clases magistrales, aunque el empeño de los dirigentes del Auditorio, desde sus inicios, ha sido poder contratarla al completo.

Los precios de las entradas, que saldrán a la venta el 22 de enero, oscilarán entre los 40 y 80 euros frente a los 200 que cuestan en Madrid, ha explicado el consejero municipal de Cultura del Ayuntamiento de Zaragoza, Jerónimo Blasco, quien ha resaltado que el Auditorio de Zaragoza es un "insignia" en los equipamientos culturales y uno de los "estandartes" de la candidatura a la capitalidad europea 2016.

Tapia ha informado de que se intentará además de que los componentes de la orquesta impartan alguna clase magistral a los alumnos del Conservatorio.

Para ello se ha aprovechado la fama del Auditorio de Zaragoza, considerado como "el hijo" del de Berlín, que la soprano Magdalena Kozena, esposa de su director, Sir Simon Rattle, actuó hace dos años y que la Filarmónica ofrecía también un concierto en Madrid el día antes.

Blasco también ha avanzado que aunque los presupuestos de esta infraestructura para 2010 se recortan casi un 5 por ciento, se van a mantener todas las actividades y los ciclos, los tres grupos residentes y el concurso Montserrat Caballé.

Según ha destacado Miguel Ángel Tapia este concierto será "un acontecimiento" propio de la conmemoración del quince

Por el Auditorio pasan cada año más de 17.500 espectadores de música clásica y más de setecientas orquestas.


Montserrat Caballé recibió la más distinguida condecoración de Italia

La soprano española, Montserrat Caballé, ha recibido hoy la más alta condecoración de la República italiana, la "Dama Di Gran Croce", que le ha concedido el Presidente de la República, Giorgio %apolitano, por su "labor humanitaria". %apolitano ha decidido en esta ocasión recibir a la soprano española en su despacho del Palacio Quirinale y entregarle la condecoración personalmente. El presidente de la República ha transmitido a la soprano que no sólo es admirador de su voz y de su música sino que además lleva a cabo "una extraordinaria labor humanitaria" y ha recordado cómo Caballé cantó a favor de las víctimas del atentado del tren de Bolonia en los años 80 y por los afectados de los terremotos que han convulsionado Italia, añadieron. Por su parte, Monserrat Caballé se mostró muy emocionada por las palabras y cariño mostrado por Napolitano y comentó que lo que más le enorgullece es sentirse útil porque además de para cantar, su voz sirve para ayudar a la humanidad.



Orquesta Sinfónica

de Bahía Blanca Ligada a la cultura de su ciudad y la región, la Orquesta Sinfónica de Bahía Blanca, que cumplió el año pasado sus primeros 50 años de vida, sigue creciendo, renovándose, cumpliendo con su público y difundiendo el placer universal por la buena música. Actualmente bajo la dirección del maestro José Antonio Cerón Ortega el organismo provincial, una de las más australes del mundo, cuenta con más de cien integrantes. La primera función de la entonces denominada “Orquesta Estable de Bahía Blanca” fue un 22 de agosto de 1959, gracias a gestiones del periodista Miguel A.Cavallo, Alberto Fantini, José Escariz, Antonio Schulz, Alberto Guala, Omar Meloni, los diarios “La Nueva Provincia “ y “El Atlántico” y muchas otras figuras e instituciones de la época. El primer director designado fue Simón Blech, pero ante su imposibilidad de hacerse cargo se nombró a Gianni Rinaldi. Pronto el organismo comenzó a crecer, con concursos para designar instrumentistas que permitieran la ampliación del repertorio. La existencia y progreso de la institución llevó a la creación de la “Asociación Amigos de la Orquesta”, entidad civil sin fines de lucro que desde entonces brinda su colaboración desinteresada. Su carácter provincial la ha llevado a brindar funciones en casi todas las localidades de la región (Punta Alta, Patagones, Tornquist, San Nicolás, Pringles, Cnel Suárez, por citar sólo algunas), pero también actuó en escenarios de Ushuaia o Fermo (Italia), haciéndose conocer con éxito entre muchos y diferentes públicos . Actualmente bajo la dirección del maestro José Antonio Cerón Ortega el organismo provincial, una de las más australes del mundo, cuenta con más de cien integrantes y ha sido honrada con la visita de directores y solistas de primer nivel internacional, como Pedro I. Calderón, Juan Carlos Zorzi, Jordi Mora, Mario Benzecry, Pia Sebastián, Horacio Lavandera o Martha Noguera, entre muchos otros. Designado en 2008 director titular de la Orquesta Sinfónica Provincial de Bahía Blanca-Argentina mediante concurso público, el maestro mexicano Cerón Ortega ha desarrollado una intensa actividad musical en diversos países del mundo como Director Huésped de Ensambles y conjuntos Orquestales.

José Antonio Cerón Ortega Cerón Ortega ha sido un estrecho colaborador de la Fundación del Estado para el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela (FESNOJIV), que agrupa a las Orquestas Simón Bolívar. Ha sido Director Fundador de la Orquesta Amadeus del Núcleo Valera en el Estado Trujillo, perteneciente al sistema de orquestas antes mencionado y Coordinador Nacional del Sistema Cerón de Iniciación Musical, usado por esta reconocida organización musical venezolana, lo que le ha hecho acreedor de invitaciones como Director y Facilitador de cursos y seminarios en varios países de Latinoamérica y el Caribe.



DAVE BRUBECK Brubeck soportó al principio de su carrera, criticas durísimas sobre su forma de tocar, sobre su música y sobre su calidad como pianista. Con la perspectiva histórica que da el tiempo, se le reconoce el haber intentado y logrado una fusión entre elementos de la música europea y el jazz, sobre todo como compositor. En 1951, crea su famoso cuarteto con Paul Desmond desde donde se lanza a dar conciertos por colegios y universidades hasta conseguir fama mundial.

Dave Brubeck, nació en el seno de una familia burguesa y muy religiosa el 06 de diciembre de 1920. Su madre era pianista, sus dos hermanos mayores estudiaban música clásica y el joven David, estudiaba piano y violonchelo desde los nueve años. Profundiza sus estudios de piano, teoría y composición en el "College of Pacific" tras renunciar a sus estudios de veterinario. El ejercito lo envía en 1944 a combatir con las fuerzas aliadas en Francia y tras el armisticio, dirigió una pequeña orquesta militar. Cuando vuelve a EE.UU. estudia con el prestigioso compositor francés, Darius Milhaud y organiza un octeto experimental con otros alumnos del maestro francés. Ídolo manifiesto de Duke Ellington - su música hizo que Brubeck abandonara los terrenos de la música clásica por el jazz - soportó

al principio de su carrera, criticas durísimas sobre su forma de tocar, sobre su música y sobre su calidad como pianista. Con la perspectiva histórica que da el tiempo, se le reconoce el haber intentado, y en cierto modo logrado, una fusión entre elementos de la música europea y el jazz, sobre todo en su faceta de compositor. En 1951, crea su famoso cuarteto con el saxofonista alto, Paul Desmond, desde donde se lanza a dar conciertos por colegios y universidades hasta que en 1954, la prestigiosa revista "Time", le dedica su portada. Cuando en 1956, se incorpora al cuarteto el excelente batería, Joe Morello y el no menos magnifico contrabajista, Gene Wright en 1958, el cuarteto se refuerza sensiblemente ganando en calidad y eso hace que Brubeck y Desmond, empiecen a ser conocido fuera de los Estado Unidos realizando giras por los cinco continentes con el patrocinio del Departamento de Estado americano, El éxito de masas y publico, le llega en 1959 cuando graba la extraordinaria composición creada por Paul Desmond, "Take Five". Aquel disco grabado para Columbia, titulado "Time Out" produjo records de venta y de audiencia que se prolongó prácticamente hasta la marcha de Desmond del cuarteto, hecho que ocurrió en 1967. Desde entonces, un par de felices reencuentros con Desmond y un pianista que todavía hoy a sus mas de ochenta años, se le recuerda con simpatía.

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Románticos Grandes compositores

Lo pasional y sentimental traducido en una impronta personal muy marcada en la obra de algunos creadores caracteriza al romanticismo. La siguiente es una primera aproximación a los compositores que abrieron el camino a esta nuevo modo de comprender y vivenciar la música. Todos les deben su inspiración a los maestros del pasado, aunque les confieren una nueva personalidad, desde el J. S. Bach recuperado de Mendelssohn, al Haydn modélico de Schubert o la opulenta tradición operística que concluye en Rossini. Simultáneamente, su obra fue objeto de culto y admiración de la joven generación de creadores que nacía sin complejos, como el imaginativo y exuberante Berlioz, el virtuoso y bonvivant Liszt, el atormentado Schumann que encontró en las canciones de Schubert la pasión eterna de la música, o la vena patriótica y ensoñadora de Chopin. Son algunos de los ejemplos de un estilo que mira con respeto a las obras de madurez de Beethoven.

Franz Schubert (1797-1828) Nació en Viena. Aunque comenzó a estudiar con su padre, pronto éste vio su potencial y lo envió a tomar clases con el director del coro de la parroquia, y luego acudió a la escuela de la capilla de la corte imperial. Desde entonces empezó a componer un deslumbrante catálogo de obras e inició un movimiento romántico que abarcó toda Europa. Es el paradigma del compositor que escribe por placer, que alcanza la felicidad en la creación. Sus obras más reconocidas son la Sinfonía inacabada, el quinteto La Trucha y el cuarteto La muerte y la Doncella, aunque su aporte principal lo hizo renovando el repertorio de los lieder con unas 600 canciones, algunas englobadas en ciclos como El viaje de invierno, La bella molinera o El canto del cisne. Asimismo, compuso obras para piano entre las que se destacan los Momentos musicales y los Impromptus.


Héctor Berlioz

Gioacchino Rossini

(1803-1869)

(1792-1868)

Nació en pleno período napoleónico. Fue un destacado renovador del género sinfónico que confrontó con la intransigencia del resto de los músicos en casi todos los temas, desde el uso del saxofón hasta su soporte a la nueva visión dramática de Wagner. Tuvo una vida excéntrica y apasionada. Ganó el Prix de Roma, el más importante de Francia entonces, pero no por su singular Sinfonía fantástica, sino por una cantata hoy casi olvidada. Además de compositor, defendió sus postulados de música programática como columnista. Tuvo éxito en las principales capitales europeas donde estrenó su obra, pero no en su propio país, Francia. Escribió un Tratado de Instrumentación que reeditó y corrigió Richard Strauss.

A los 37 años, el italiano había compuesto 38 óperas. Desde entonces no volvió a componer otro drama, lo que perdura como un misterio en la historia de la música. A los 12 años comenzó a componer canciones, ya sabía tocar el clave, la trompa y la viola. A los 18 le encargaron componer una ópera y surgió El contrato matrimonial y otras, hasta que logró el éxito con La piedra de toque y sobre todo con Tancredo y La italiana en Argel en 1813. Luego viajó a Nápoles, donde compuso Otelo y La Cenicienta, entre otros dramas. Sin embargo, su mayor éxito fue El barbero de Sevilla y su mayor desilusión, el fracaso ante el público de Guillermo Tell. Más óperas destacadas son La urraca ladrona y Semirámide, además de un Stabat Mater.

El Romanticismo fue una reacción contra el espíritu racional e hipercrítico de la Ilustración y el Neoclasicismo, y favorecía ante todo la supremacía del sentimiento frente a la razón, del liberalismo frente al despotismo ilustrado, de la originalidad frente a la tradición grecolatina, de la creatividad frente a la imitación neoclásica y de la obra imperfecta, inacabada y abierta frente a la obra perfecta, concluida y cerrada. Los autores despreciaban el materialismo burgués y preconizaban el liberalismo en política y el amor libre.

Félix Mendelsshon (1809-1847) Destacada figura del prerrománticismo, de formación e inspiración clásica e incluso barroca. Sus principales maestros fueron Palestrina, Haendel y J. S. Bach. A pesar de su academicismo, encontró su inspiración en la naturaleza y la fantasía. Defendió las formas pequeñas (como la romanza sin palabras) pero trabajó todos los géneros, desde la música de cámara a la sinfonía, las oberturas y los oratorios. Dirigió orquestas y enseñó piano y composición. Conoció a von Weber y Spohr, y fue amigo de Schumann. Su estilo tiene el sentimentalismo de un romántico y el gusto y equilibrio de un clásico. Sus obras más conocidas son entre otras las Sinfonías Escocesa e Italiana, la suite de El sueño de una noche de verano y el oratorio Elias.


Jenufa de Leos Janácek Janácek trabajó durante diez años en esta ópera, en una época triste, en la que murió su hija; después sufrió un rechazo de Praga. En Brno se llegó al estreno y a unas pocas repeticiones: el mundo de la música no se dio por enterado. Sólo el 26 de mayo de 1916 llegó esta misma ópera con otro título al Teatro Nacional de Praga, pero la guerra impidió su difusión. El escritor Max Brod la tradujo al alemán. Con su versión, la ópera llegó a la Opera de Viena en 1918, desde donde se difundió rápidamente el prestigio del compositor de 64 años.


Drama musical moravo en tres actos Libreto: Gabriella Preissová Título original: Jeji Pastorkyna Idioma original: checo Personajes: La anciana Buryja (contralto); Laca Klemen, su nietastro (tenor); Stewa, su nieto (tenor), la sacristana Buryja, viuda, nuera de la anciana Buryja (soprano o mezzosoprano); Jenufa, su hija adoptiva (soprano); el capataz (barítono); el juez (bajo); su esposa (mezzosoprano); Karolka, hija de ambos (mezzosoprano); una criada (mezzosoprano); Barena, moza del molino (soprano); Jano, joven pastor (soprano); la tía (contralto); músicos, campesinos.

Lugar y época: Una aldea de Moravia, a fines del siglo XIX. Argumento: El primer acto se desarrolla frente al molino de la

anciana Buryja. Jenufa espera a que Stewa vuelva de la ciudad, a la que ha ido para someterse al examen médico previo al reclutamiento. Si tiene que alistarse, la joven se expondrá, junto con el niño que lleva en el vientre, al escarnio. Laca, hermanastro de Stewa, acusa a éste con resentimiento: primero le quitó el afecto de la anciana Buryja y luego el de Jenufa, de la que esta fielmente enamorado desde la adolescencia. Stewa regresa eufórico por haberse librado del servicio militar; el presumido joven arroja monedas a la multitud.

Entre tanto, aparece la sacristana y no quiere saber absolutamente nada del matrimonio de su hijastra con aquel borrachín licencioso. Primero debe demostrar, durante un año, que también puede comportarse seriamente. Jenufa, sin embargo, suplica a Stewa que se case con ella cuanto antes, pero el joven tiene mucha menos prisa que ella. A decir verdad, jura por sus hermosas y suaves mejillas que nunca la abandonará, pero sus palabras no parecen sinceras. Cuando Stewa se ha ido, sale Laca de su escondite. Lo ha oído todo, quiere advertir a Jenufa, quiere prometerle su amor auténtico y profundo, pero ella lo rechaza con dureza. Enloquecido por los celos, Laca le corta la cara con un cuchillo, pero en seguida siente un profundo arrepentimiento. El acto segundo se desarrolla en la casa de la sacristana. Todo el mundo cree que Jenufa se ha ido de viaje, pero la joven está escondida en una habitación donde ha vivido horas amargas y felices. Es madre del hijo de Stewa, pero el padre no ha querido verlo todavía. Ha pedido la mano de la hija del juez. Atormentada por la preocupación, la sacristana piensa en el modo de dominar la situación desesperante. Como única solución se le ocurre eliminar al niño, matarlo. Ha hecho llamar a Stewa por última vez. Éste llega malhumorado, culpa a la sacristana de haber retrasado su boda y habla despectivamente de Jenufa, que ha quedado desfigurada. Luego se va. La desesperación de la sacristana crece. Cuando la visita Laca, cosa que hace a menudo después del incidente con Jenufa, la sacristana le confiesa la verdad: que Jenufa no ha salido de viaje. Ha tenido un hijo, pero el niño ha muerto, añade la sacristana, expresando su deseo más secreto. Cuando Laca se va, la sacristana toma una decisión desesperada. Aprovecha el sueño febril de Jenufa para sacar al niño de la casa y arrojarlo al caz del molino. Jenufa lo busca después de despertar y no puede comprender las palabras de su madrastra, que le dice que el niño había muerto dos días antes, mientras ella yacía con fiebre. Abstraída, oye que Laca le pide que lo perdone; una y otra vez cree oír el llanto del niño en el caz del molino. El matrimonio de Laca con Jenufa es el centro del acto tercero, el más dramático. Ha llegado el juez con su familia; su hija Karolka aparece del brazo de Stewa, con el que se casará al cabo de unos días. Un grupo de niñas canta para Jenufa una alegre e inocente canción de boda. De repente, la sacristana empieza a desvariar. En el momento en que debe bendecir a la pareja, llegan de fuera unos gritos penetrantes. En el caz del molino han encontrado el cadáver de un niño. Jenufa, horrorizada, reconoce la ropa. Los campesinos la amenazan, pero entonces la sacristana confiesa, en una escena grandiosa, su horrible crimen. Ella sola cometió el asesinato. Se descubre la bajeza de Stewa y Karolka se aleja de él; llevan a la sacristana a prisión. Laca y Jenufa se quedan en la casa, profundamente impresionados, pero unidos por un profundo amor surgido del sufrimiento.

Libreto: Un intenso drama campesino, bien concebido y llevado de una manera eficaz al escenario. Para la versión musical fue necesario abreviar un poco la pieza teatral, lo que se hizo de manera coherente. Música: El estilo de Janácek es demasiado personal para que se pueda encuadrar en una tendencia. Se podría llamar «naturalista» en el sentido de Mussorgski, pues comprende elementos del verismo, pero también del romanticismo tardío. Su armonía es «moderna» y sin duda en esa época tuvo un efecto novedoso, vanguardista. Está al servicio de la «expresión», de la descripción anímica, muchas veces también de la recreación del ambiente, sobre todo en las partes en que se lleva al escenario la vida campesina y se describen los tipos de la aldea tal como los conoció y estudió el compositor durante toda su vida. En las danzas del primer acto es donde Janácek se acerca más al folclore. Estas danzas respiran vida, en ellas vibra algo más que el placer descriptivo. Los diálogos siguen con sorprendente exactitud la melodía del habla: para reconocerla y valorarla por completo habría que oír la obra en idioma original; toda imitación en un idioma extraño debilita el efecto de manera insalvable. A pesar de esta imitación de la vida, la línea melódica se eleva en los puntos culminantes hasta llegar a una cantilena casi «italiana», a una melodía de amplio vuelo y sensibilidad.

Historia: La tragedia de su creador está en la cantidad de

representaciones de Jenufa: Janácek trabajó durante diez años en esta ópera, en una época triste, en la que murió su hija; después sufrió un rechazo de Praga que lo afligió profundamente. En Brno se llegó al estreno (el 21 de enero de 1904) y a unas pocas repeticiones: el mundo de la música no se dio por enterado. Sólo el 26 de mayo de 1916 llegó esta misma ópera, con el título de Jeji Pastorkyna («La hija adoptiva»), al Teatro Nacional de Praga, pero la guerra impidió su difusión. El escritor Max Brod, entusiasmado por la obra, la tradujo al alemán (pertenecía a una burguesía alemana de Praga muy independiente y muy mezclada con elementos judíos, en la que hay que incluir, además de muchos otros nombres de importancia, a Rilke y a Kafka), y fue luego uno de los más decididos defensores de Janácek. Con su versión, la ópera (con el título de Jenufa, con el que se conoce en las regiones de habla alemana) llegó a la Opera de Viena (1918), desde donde se difundió rápidamente el prestigio del compositor de 64 años. Fuente: "Diccionario de la öpera" de Kurt Pahlen


27 DE ENERO DE 1756 NACE

MOZART


A las ocho de la tarde del 27 de enero de 1756, en la ciudad de Salzburgo, nace Mozart. Al día siguiente es bautizado con los nombres Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus, este último sinónimo de Amadeus. Su padre, Leopoldo, había nacido en Augsburgo en el seno de una familia de artesanos encuadernadores, y a los diez años ya se encuentra en Salzburgo estudiando en el colegio de San Salvador de los jesuitas. Estuvo tentado de seguir la carrera eclesiástica, se jactaba de tener conocimientos de filosofía y jurisprudencia y, sin duda, debió adquirir una formación humanística sólida con una amplia especialización en la música que, si bien no le permitió descollar como compositor, le valió para tener siempre un puesto de músico al servicio de la corte del príncipe arzobispo de Salzbu-go, y para escribir un importante método para la enseñanza del violín, que publicó el mismo año del nacimiento de su hijo y que se siguió usando en el siglo XIX. A la edad de 28 años contrae matrimonio con Ana María Pertl, perteneciente a una familia burguesa de la ciudad, y de su matrimonio vienen al mundo siete hijos de los que sólo sobrevivieron «Nannerl», y Wolfgang. Leopoldo Mozart nos deja ver en sus escritos su buen sentido, una voluntad firme y una ambición proporcionada a la calidad de siervo a la que estaba sometido un músico en la época, De la madre sabemos de su buen carácter y abnegación en los momentos difíciles, y no mucho más, puesto que sólo nos habla brevemente desde las posdatas de las cartas. Tanto «Nannerl», cuatro años mayor que su hermano, como Wolfgang, estuvieron dotados de facultades prodigiosas para la música, que el padre no estaba dispuesto a que quedaran ocultas. Los dos niños tocaban el piano extraordinariamente, así es que cuando Mozart tan sólo tenía seis años comenzó ya su vida viajera. La familia completa parte hacia Viena en un carruaje en el que llevan un pequeño piano. Este primer viaje culmina con dos conciertos ante la familia imperial en el palacio de Schónbrunn. Es la presentación en la ciudad donde el músico desarrollará más tarde la mayor parte de su vida y su obra, y donde finalmente morirá. Tras un corto periodo de descanso de cinco meses en Salzburgo, los Mozart plantean un segundo viaje más ambicioso a París y Londres. Con una primera etapa en Munich, donde tocan para Maximiliano III de Baviera, continúan viaje a Augsburgo; allí dan tres conciertos con «poco o ningún provecho» porque, como dice el cabeza de familia renegando de su patria chica, «todos los que fueron al concierto eran luteranos». En la residencia veraniega del príncipe elector del Palatinado, Mozart escucha por primera vez a la célebre orquesta de Mannheim, lo que sin duda constituía una de las experiencias musicales de la época. A mediados de agosto llegan a Frankfurt, donde van a dar cinco conciertos de auténtica exhibición circense, tocando diversos instrumentos y acertando las notas de campanas, relojes y copas...Allí, Goethe, ocho años mayor, conoció a Mozart, «un hombrecito con peluca rizada y espada». Después de algunas etapas más, como Colonia, donde tocan en su ya «sucia catedral», y Bruselas, llegan a París el 19 de noviembre. En París fueron invitados de la corte real la noche de Año Nuevo de 1764. El resumen que hace Leopoldo de los cinco meses de estancia en la capital francesa es bastante bueno: «Hasta el momento en que Wolfgang contrajo en febrero una leve enfermedad catarral, todo salió a pedir de boca». Y sin embargo, a Leopoldo, como luego a Wolfgang cuando vuelva con su madre, todo le parece mal en París, desde las calles llenas de mendigos, hasta la artificiosidad de las mujeres, pintadas como marionetas, y sobre todo la música: «Toda la música francesa no vale un comino».

En el mes de abril se trasladan a Londres donde darán dos conciertos públicos y otros dos en la corte de Jorge III. Mozart conoce en Londres la música de Abel y la de Johann Christian Bach, el menor de la dinastía, con quien, a pesar de la diferencia de edad, traba una amistad grande. Bach da a conocer a Mozart la ópera italiana e influye en su formación pianística y sinfónica. El viaje de regreso, con escalas en La Haya, París y Munich, entre otras, está plagado de contratiempos; todos los miembros de la familia, a excepción de la madre, van cayendo enfermos. El pequeño Wolfgang ya había enfermado en el primer viaje a Viena, y en París como vimos. En Salzburgo van a tener diez meses para hablar de sus triunfos y para saborear la rutina de la vida de su ciudad. Leopoldo declara: «Mis hijos están acostumbrados al trabajo, si cayeran en el ocio, todo mi edificio se vendría abajo». Efectivamente, las cuentas salen bien; con las ganancias en efectivo y lo que se saca de la venta de los regalos se puede decir que ha merecido la pena. Además, eso no es todo, para el temperamento inquieto de Wolfgang, el cambio de ambientes ha sido sin duda estimulante y con sólo diez años trae en su equipaje un sinfín de partituras que ha compuesto; minuetes para piano, sonatas para violín y piano, tres sinfonías; porque ya es todo un compositor. No sabemos que en este tiempo, ni Wolfgang ni su hermana fueran a la escuela. Lo más seguro es que su padre se ocupara de su educación, al fin y al cabo Rousseau por aquellas fechas se aparta de la conveniencia de la educación colectiva, y defiende al padre y al preceptor como las personas aptas para que el niño desarrolle su naturaleza y su personalidad. Esto nos puede hacer pensar en una infancia sin amigos y sin juegos, cosa poco probable si tenemos en cuenta las obligaciones de Leopoldo como músico de la corte, el temperamento de Wolfgang y el hecho de que los hermanos podían jugar juntos y ganar amigos entre sus convecinos. Quizás por eso Wolfgang escribe a su compañera de juegos desde Bolonia: «Hoy he tenido ganas de montar en burro, porque en Italia es costumbre». Pasado este periodo, la familia entera emprende un nuevo viaje a Viena. En la ciudad hay una epidemia de viruela y los Mozart se refugian en Olmütz donde a pesar de las precauciones, la enfermedad alcanza a los dos jóvenes, llegando Wolfgang incluso a perder la vista durante unos días. Cuando vuelven, las cosas no van a ir mucho mejor, porque la emperatriz María Teresa ha enviudado, y el luto de la corte paraliza casi por completo la vida musical. Con todo, Mozart recibe el encargo de componer una ópera, La finta semplice, sobre un libreto que no puede estimular a hacer nada nuevo. La música sigue el modelo italiano del que vio numerosos ejemplos en aquellos días, y particularmente el de Piccini, y consigue elevarse en muchos momentos muy por encima de su libreto. El estreno de La finta semplice tendría lugar más tarde, de vuelta en Salzburgo, en el palacio arzobispal y con muy escasos medios. Sin embargo, Mozart no se irá de Viena con las manos vacías, porque el célebre médico Antón Mesmer, que hizo universal su apellido con sus experimentos sobre magnetismo, le encargó una ópera para que pudiera ser representada en el jardín de su casa. Con un libreto basado en una fábula de Rousseau, y recordando los modelos franceses, surge Bastien und Bastienne. La música cuenta la historia de los pastores que dan nombre a la ópera, de un solo trazo, como deben contarse las pequeñas historias, y aun nos divierte con el mago Colas que «mesmeriza» a sus anchas en honor del anfitrión.





"Los Cuentos de Hoffmann" en el Metropolitan de Nueva York El Metropolitan de Nueva York presentó el pasado 3 de diciembre su nueva puesta en escena de "Los Cuentos de Hoffmannn" de Jacques Offenbach. La ópera está basada en los famosos Cuentos de la ETA Hoffmann, el autor alemán de la fantasmagoría del siglo XIX. Hoffmann mismo es su protagonista, retratado como un poeta en busca del amor verdadero que encuentra obstáculos a cada paso y le impiden dar por tierra con su eterna búsqueda. No ayuda en absoluto su adicción por las bebidas fuertes. El tenor maltés Joseph Calleja es simplemente impresionante en el papel protagonista. Presencia vocal y una ajustada técnica convierten a Calleja en uno de los tenores más completos de la actualidad. Su voz hace recordar al gran tenor sueco Jussi Bjoerling. Sin temor por hacer semejante comparación, me atrevo a decir que además el timbre de Calleja tiene como suma un calor mediterráneo atractivo. Hoffmann es un personaje seductor, tenso, suave, y dramáticamente concentrado. Él vive, como dice la historia, frustrado por sus fracasos amorosos y por sus bloqueos creativos, demostrado en la puesta del Met por la gran cantidad de documentos en el suelo alrededor de su escritorio. Otro punto alto es el de la musa y a la vez amigo de Hoffmann, Nicklausse, en la voz de la joven mezzo Kate Lindsey. Es de una energía y pureza inimaginable. Su memorable presencia al lado de Calleja es la unión perfecta que hace de Hoffmann uno solo: el escritor y su musa son inseparables. El tercer protagonista en esta ópera es el mismísimo Diablo que adopta distintos nombres a lo largo de la obra. Lindorf, Coppelius, Dr. Miracle y Dapertutto son representados por el barítono Alan Held que interpreta a cada uno con una postura dominante y un costado siniestro impecable. Su presencia junto a Antonia y el pasaje entre la vida y muerte de ésta toma carácter extraterrenal con la voz y actuación de Held. Las tres mujeres de Hoffmann merecen un párrafo aparte. Las sopranos Kathleen Kim, Anna Netrebko y Ekaterina Gubanova son brillantes en sus roles. Kim en el papel de Olimpia demuestra una técnica superlativa, el grado de frialdad que requiere este personaje logra en la voz de Kim un estado de mecanismo superior. Su voz, una catarata de notas afinadas, y su actuación como la muñeca mecánica son memorables, de hecho cosechó una de las mayores ovaciones de la noche. La diva del mundo de la lírica, Anna Netrebko en el papel de Antonia es sólida, encantadora y conmovedora, la soprano rusa da muestras sobradas de su lugar como una de las cantantes del momento. Netrebko sencillamente es brillante. La tercera mujer en cuestión es Giulietta, interpretada por Ekaterina Gubanova quien encuentra en el dúo con Calleja el punto más alto de su actuación. Gubanova es pura solidez en una participación ajustada de manera perfecta al personaje que interpreta en la obra. En esta lista interminable de personajes y quizás ubicándolos en el relato por importancia en la ópera y no por brillantez interpretativa nos encontramos con el tenor Alan Oke, que lleva adelante los cuatro papeles cómicos. Andrés, Cochinilla, Frantz y Pitichinaccio, son hechos a la medida de Oke que camina el escenario con la soltura y la gracia exacta. Su voz es de una entereza técnica que sucumbe solo ante su comicidad actoral. Esta gran ópera deja ver que Hoffmann es un hombre herido emocionalmente, frustrado por el amor utópico que una y otra vez cree alcanzar. Solo Hoffmann sabe de vivir anhelando ese amor que nunca llega y en él la búsqueda desesperada lo lleva a malograr sus sueños más elevados, quizá en él nos vemos reflejados todos… No siempre el verdadero amor esta al final de nuestra búsqueda, no siempre las búsquedas son acertadas, no siempre llegamos en el momento justo a un lugar correcto, no siempre lo que uno encuentra es lo que busca. El amor en las manos del compositor más importante del mundo de su tiempo, el de las operetas irreverentes y geniales, toma un rumbo extremadamente terrenal. Offenbach nos dice a lo largo de su obra que no hay amor soñado posible pero en el estribillo edificante del final nos deja una luz de esperanza… lo elevado esta en soñarlo, ahí nacen las ilusiones de las que se alimenta el alma humana. El Metropolitan de Nueva York deslumbró con una producción inolvidable de “Los Cuentos de Hoffmann” a cargo del director Bartlett Sher, con escenografía de Michael Yeargan y vestuario de Catherine Zuber. Sher revitaliza la obra de Offenbach, le da un entorno inesperado llevándonos por un viaje de fascinación psicológica a través de la vida y los amores de Hoffmann. Una producción inquietantemente oscura. El concepto de Sher nos relaciona de manera definitiva con el escritor y su musa, con el artista y su intelectualidad, con el hombre y sus temores. Confirmo una vez más, Sher revitaliza "Los Cuentos de Hoffmann", los hace suyos y da una imagen nueva para aquellos que desean introducirse a esta ópera maravillosa. Por último y como si lo descrito no fuera suficiente para aplaudir de pie hasta perder la sensibilidad en la palma de las manos por una causa más que justa, tengo que decir que ver al legendario, reconocido y mítico James Levine al frente de la Orquesta del Met es recorrer con la mente la historia de la ópera de los últimos 30 años. Ningún ser humano puede soportar semejante afrenta de genialidad en tan pocas horas. Solo hay una cosa que puede superar lo visto en el Metropolitan y es salir con mi amor soñado de la mano, cosa que hice inmediatamente después para envidia de Hoffmann. Perdón Hoffmann! Alejandro Villarreal Director de hagaselamusica.com


Pianista, compositor y director de orquesta australiano, nacido en la ciudad de Melbourne el 8 de julio de 1882. Fue un prodigio que inició sus estudios de piano a muy temprana edad con su madre, Rose Annie Aldridge. Es de hacer notar que hasta los cinco años de edad hubo una relación muy especial con su progenitora. ¿La razón? Después del nacimiento de Percy, ésta contrajo sífilis, probablemente contagiado por su propio esposo, y por tal motivo se negaba a tocar a su hijo para no contagiarlo. Esto dio motivo a que sus padres se separaran, y su progenitor, el cual era de profesión arquitecto, retornó a su país de origen, Inglaterra.

PERCY (ALDRIDGE)

GRAINGER


El niño Percy prácticamente no fue a la escuela primaria; su propia madre lo formó en toda la curricula que corresponde a un niño: idioma inglés, idiomas extranjeros, matemática, historia, geografía, etc. Luego, a los diez años de edad siguió sus estudios con Louis Pabst. Dos años más tarde hizo un largo viaje puesto que su madre lo llevó a Alemania para estudiar en el “Conservatorio Hoch” de la ciudad de Frankfurt. Ahí tomó clases de piano con James Kwast y composición con Ivan Knorr. Pero los estudios con este último se interrumpieron abruptamente puesto que el maestro no estaba en nada de acuerdo con las ideas de vanguardia de su joven discípulo, el cual se convirtió en un verdadero “enfant terrible”. A esa edad ofrece su primer concierto y el éxito llegó a tal nivel que fue aclamado como un verdadero artista. En este conservatorio tuvo como compañeros de estudios a futuros compositores de la talla de Cyril Scott (1879 - 1970), Henry Balfour Gardiner (1877 - 1950), Norman O'Neill (1875 - 1934) y Roger Quilter (1877 - 1953). A comienzos del siglo XX se trasladó a Londres en donde vivió hasta el comienzo de la I Guerra Mundial. Después viajó a los Países Escandinavos y también Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. Pero hay que destacar a esta altura que se produjo un hito muy importante en Grainger: en 1906, durante su estadía en Inglaterra, tuvo todavía la oportunidad de conocer al célebre compositor noruego Edvard Grieg (1843 - 1907). Finalmente se establece en los Estados Unidos, pero lo hizo en instancias en las cuales había estallado la Gran Guerra. En 1917, cuando esta nación entró a formar parte de la contienda del lado de los aliados, Grainger se alistó en una banda militar en donde tocó el saxofón y el oboe. Además dio numerosos conciertos para reunir bonos de guerra y ayudar a la Cruz Roja Norteamericana. En 1918 se hizo ciudadano naturalizado de los Estados Unidos. Un año más tarde hizo su primera presentación ante el público de Nueva York. El 8 de agosto de 1928 contrajo enlace con una joven llamada Ella Viola Ström la cual era poeta. Pero lo llamativo de esta boda fue que se efectuó en el “Hollywood Bowl” de California, a la cual asistieron nada menos que 20 mil personas. Obviamente este acontecimiento fue una excelente ocasión musical debido a que el recién casado dirigió una composición propia titulada “A una Princesa Nórdica”: ¡una verdadera declaración de amor ante un público numeroso! En 1946 se presentó nuevamente como pianista en el “Hollywood Bowl” nada menos que bajo la batuta del famoso director inglés Leopoldo Stokowski (1882 - 1977). Hay información que dicho concierto fue grabado y la misma todavía existe. A fines de la década de los años treinta comenzó a crear e introducir efectos electrónicos para distintas composiciones. Por este motivo, Grainger trabó conocimiento con un físico de nombre Burnett Cruz. Ambos inventaron una máquina "Free Music Machine", es decir, una especie de precursor del sintetizador electrónico. En 1938 fundó en la ciudad de Melbourne un museo en donde se guardaron todos sus manuscritos, inventos y recuerdos. Además hizo excelente amistad con un “divo” del jazz como lo fue Edward Kennedy "Duke" Ellington (1899 - 1974) y también con el genial George Gershwin (1898 - 1937). Pese a que muchos lo han considerado como un músico superficial, ello ha sido injusto. En el área del piano fue un gran intérprete de Liszt, Chopin, Schumann, Grieg, etc. La prueba de ello fue la gran demanda para que se presentara ante el público. También era un excelente director de orquesta. Es cierto que sus

interpretaciones eran verdaderamente liberales, pero bajo un cariz sumamente interesante. Este artista tuvo gran suceso como concertista y también como docente privado, cobrando cifras elevadas para esa época: 5000 dólares por concierto y 200 por cada lección de 1 hora (¡!). Percy Grainger no tenía problema alguno para movilizarse en los distintos países en los cuales actuaba. Ello se debía a que, entre otras virtudes, hablaba nada menos que 11 idiomas, incluidos el islandés y el ruso. En 1940, al igual que en la guerra anterior, dio conciertos para apoyar a los ejércitos aliados que luchaban contra el “eje”. Este australiano fue una persona sumamente excéntrica, que superaba inclusive al recordado pianista ruso Vladimir de Pachmann (1848 - 1933). Cometía actos tales, como por ejemplo ir corriendo desde el hotel en donde estaba alojado hasta la sala de conciertos para hacer su correspondiente presentación. Según sus propias expresiones, tocaba mejor al… “sentirse cansado” (¡!). El colmo de esta excentricidad fue cuando estuvo en cierta ocasión en Sudáfrica, dio un concierto; pero luego de ello caminó 105 kilómetros para llevar a cabo su siguiente actuación en una ciudad que estaba a esa distancia; de todas formas llegó a tiempo. Por esta causa le pusieron el apodo de “el pianista del jogging”. Cuando hacía sus giras por barco, se pasaba paleando carbón en la sala de las calderas, tales eran sus deseos de gastar energía. También llegó a rehusar las terminologías musicales provenientes del idioma italiano; por ejemplo el "poco a poco crescendo molto" lo transformó en "louden lots bit by bit". Percy Grainger fue también un compositor muy prolífico, especialmente de música coral, de cámara: dúos, tríos y cuartetos. Además dio un gran aporte al arte musical mediante una extensa recopilación de música folclórica y tradicional de los países escandinavos e Inglaterra. En ese sentido, hizo reiterados viajes a lo largo y a lo ancho de esta última nación para efectuar de esta forma grabaciones de melodías tradicionales. Obviamente utilizó para ello el viejo sistema del cilindro. Sobre los mismos hizo distintos arreglos. Entre sus obras más conocidas figuran "Country Gardens", “Shepherd´s hey”, "Irish Tune from County Derry," "Molly on the Shore," "Lincolnshire Posy”, y otras composiciones más. Hizo además aproximadamente unas 3000 presentaciones ante el público tanto como pianista como director. En dos ocasiones se le ofreció el “Doctorado H. C.”, pero en ambas instancias las rechazó. En cierta ocasión este músico expresó lo siguiente: “Creo firmemente que llegará un día en el cual la música se convertirá en el ‘lenguaje universal’. Pero ello no ocurrirá mientras nuestra visión musical se limite solamente a cuatro países europeos entre los años 1700 y 1900. El primer paso en la dirección correcta es abarcar la música de todos los pueblos y períodos, sin prejuicios de clase alguna, y esforzándose por poner en circulación la mejor música. Solamente entonces estará justificado el llamar a la música como ‘el lenguaje universal’”. Percy Grainger falleció de cáncer en la ciudad de Nueva York el 20 de febrero de 1961. Sus restos fueron repatriados y enterrado en el cementerio de West Terrace de Adelaida, en el sur de Australia. En ese momento contaba con 78 años de edad.

JORGE DE HEGEDÜS


ANTONIO VIVALDI

Cronología 1678 Nació el 4 de marzo en Venecia. 1703 Se ordenó sacerdote. 1704 Enfermo de asma, fue dispensado de la misa y nombrado maestro de violín.

1713 Estrenó su primera ópera, Ottone in villa. 1716 Estreno en el Orfanato de la Piedad del oratorio Judith triunfante.

1717 Estreno de La coronación de Darío en Venecia. 1720 Estreno de la ópera La verita in cimento en Venecia.

1725 Se ausentó durante diez años del Orfanato de la Piedad para atender a la composición.

1732 Estreno de La fida ninfa en Verona. 1737 Viajó a Ámsterdam para el centenario del teatro de ópera local.

1740 Publicó en París su Op. 14, Seis sonatas para violoncello y bajo.

1741 Viajó a Viena, donde enfermó y murió el 28 de julio.

Principales Obras 1712 L'estro armónico. 1713 La Stravaganza. 1720 La venta in cimento (ópera). 1724 Concierto para flauta Nº 2 en sol menor. 1725 Las Cuatro Estaciones. 1727 Orlando (ópera). 1728 La Cetra. 1734 L'Olimpiade (ópera). 1737 Il pastor fido (sonatas para flauta). 1740 Seis sonatas para violoncello y bajo Op. 14.




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