Para evitar los contagios se recomienda lavarse las manos y cambiar de toallas para secado de ubres entre una vaca y otra, pero el ordeñador no lo hace por temor a la artritis. -Mecánica del ordeño: El método de ordeño manual también es importante. La técnica correcta es la denominada “Mano llena”, que consiste en hacer presión sobre el pezón con los dedos índice, medio anular y meñique en forma continua y sucesiva, “empujando” la leche hacia abajo y afuera. Pero por facilidad o por comodidad o por vicio, el ordeñador prefiere utilizar técnicas nocivas para la salud del pezón. “Puño Cerrado”: Consiste en exprimir el pezón comprimiendo todos los dedos a la vez, esto permite el flujo de leche al exterior, pero también implica cierto reflujo del pezón a la cisterna de la ubre, permitiendo que bacterias presentes en el pezón asciendan. “Exprimido con nudillo”: Consiste en extraer la leche deslizando el nudillo sobre el pezón. Esto además de ser molesto y dolorosa para la vaca, predispone a la presentación de fibrosis en el pezón denominado “garbancillo”, que además de ser molestos obstruyen la salida de la leche y provocan subordeño. “Exprimido con dedos índice y medio”: Se extrae la leche jalando el pezón entre estos dedos, es menos traumático que el anterior, pero también implica malestar y cierto riesgo de fibrosis.
Después del ordeño. 1.- El retiro inadecuado e inoportuno de la unidad de ordeño y la ausencia de un sellador para evitar que la película de leche que queda en el pezón constituya un medio de cultivo y forme un tapón mecánico para evitar la entrada de bacterias. 2.- Al finalizar el ordeño el esfínter del pezón tarda 15 minutos en cerrarse totalmente lo que facilita el ingreso de bacterias a la ubre cuando la vaca se echa en un corral sucio y húmedo.