Nuevos Estudios sobre la Sábana Santa de Turín

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Nuevos Estudios sobre la Sábana Santa de Turín Por Aníbal Clemente Cristóbal www.historiayarqueologia.com

Desde el pasado 23 de diciembre de 2011, se ha estado publicando en medios especializados de Cultura y Ciencia, como la Revista Digital de Información e Investigación “Historia y Ciencia” (www.historiayciencia.es) o en la Red Española de Historia y Arqueología, nuevos estudios e investigaciones referentes a la enigmática Sábana Santa de Turín sobre la autenticidad de la misma. El Sudario de Turín es una tela de lino de 436 cm de largo por 113 cm de ancho, que se encuentra en la Catedral de San Juan Bautista, en Turín, Italia. También conocida como la Sábana Santa o Santo Sudario, la tela muestra la imagen de un hombre con heridas propias de una crucifixión como muestran las heridas por la penetración de un objeto punzante en muñecas y pies.


El nuevo estudio es la última pieza fascinante de un rompecabezas que ha desconcertado a los científicos durante siglos y ha generado toda una industria de investigación, libros y documentales. Nuevamente se reabre el debate entre la Ciencia y la Religión, donde los expertos de cada campo comienzan a arrojar nuevas investigaciones y pruebas científicas de que la imagen de la Síndone no es una burda falsificación medieval como en un principio se había sostenido basándose en los análisis del radiocarbono C14 realizados por laboratorios de Oxford, Zúrich y Arizona en 1988 que parecían respaldar la teoría y que datan entre 1260 a 1390 y por otro lado se destacaba de que no existía ninguna razón teológica por la que debamos deducir que la Resurrección deja huellas. De hecho, cuando los Evangelios hablan de las apariciones de Jesús en los 40 días que precedieron a la Ascensión, no recogen ningún fenómeno similar a “materializaciones”. Sin embargo, aquellas pruebas fueron a su vez disputadas sobre las bases que estaban sesgadas por la contaminación por fibras de tela que se utiliza para reparar la reliquia cuando fue dañado por un incendio en la Edad Media y que la “materialización” fuese omitida o perdida de los Evangelios aceptados por la Iglesia Católica.

Las cuestiones teológicas Nos encontraríamos dos peculiaridades respecto a otros crucificados que encuentran una explicación perfecta leyendo, por ejemplo, a San Mateo. Y en la devoción del Vía Crucis, de origen apostólico y tan propia de la Semana Santa, encontraríamos una respuesta a uno de sus misterios. Primera peculiaridad: la corona de espinas. No se conocen casos de crucificados a quienes se haya impuesto esa afrenta adicional. Los estudios anatómicos sobre la Sábana han encontrado hasta 50 heridas en la zona. Sólo la reivindicación de Jesús de ser Rey explica la burlesca coronación. Segunda peculiaridad: la flagelación. Constó de 120 golpes, y como demuestra su disposición a lo largo de todo el cuerpo, por delante y por detrás, fue sistemática y profesional. La dirección e intensidad de las marcas ha permitido además determinar que fue aplicada por dos personas de diferente estatura. ¿Qué se extrae en conclusión? Que fue un castigo en sí mismo, separado de la Crucifixión. Ahora bien, las técnicas romanas de flagelación son conocidas en sus tipos y en sus efectos, y la padecida por Jesucristo fue mediante un flagellum taxillatum (correa terminada en bolas), que con ese número de azotes podía causar el fallecimiento.


<<< Imagen de la Verónica con la Santa Faz. Pintor alemán anónimo entre el año 1400‐1420. Actualmente se encuentra en la Alte Pinakothek, Munich.

Dicho de otra forma: todo apunta a que cuando el hombre de la Síndone fue flagelado, su crucifixión no estaba decidida. Y eso está en perfecta consonancia con el relato evangélico. ¿Y qué misterio que ofrece la Sábana encuentra explicación en la Tradición? Se ha acusado a algunas estaciones del Vía Crucis de carecer de base bíblica, y en ese sentido la víctima por excelencia ha sido la sexta: la Verónica limpia el rostro de Jesús. Sin embargo, los estudiosos de la Sábana Santa no tienen dificultad en sugerir que esa obra de amor tuvo lugar. Todo proviene del coágulo de sangre en forma de número tres bien visible en la frente, y que el doctor Pierre Barbet, cirujano y pionero en estas investigaciones médicas, considera “el sello de su autenticidad”. Pero eso no interesa tanto como la observación de otro médico, José Javier Domínguez, de que el segundo gran coágulo, subsidiario del anterior, formado sobre la ceja izquierda, presenta una peculiaridad: sus últimos estratos “no llegaron a secarse”. Y adelanta dos hipótesis para explicarlo. Una, que alguien, camino del suplicio, enjugase el rostro de Jesús: “Se llevó parte del coágulo aún sin secar”. Y ahí aparece la Verónica. O bien que no fuese la Verónica quien se lo llevase, sino el Pañolón de Oviedo, el cual, según los estudios de José Delfín Villalaín, mantiene una correspondencia absoluta con la Sábana Santa en tipo de sangre (el raro AB) y disposición del cuerpo durante la crucifixión.

Pruebas de Reproducción de la Síndone La Agencia Nacional para las Nuevas Tecnologías, la Energía y el Desarrollo Económico Sostenible italiana (ENEA) ha realizado un estudio durante los últimos cinco años para intentar reproducir la Sábana Santa, que se encuentra custodiada en Turín. Los científicos han corroborado en su intento por realizar una copia que no se trata de una falsificación, como aseguran algunos, sino que el sudario es real. Los expertos intentaron replicar la impresión del Sudario usando rayos láser ultravioleta de alta intensidad, pero sólo consiguieron una mediocre réplica. Los investigadores sólo consiguieron imitar el efecto de la tela, aplicando en el lino láseres ultra violeta de alta intensidad y abrasando el material. Comprobaron que presenta unas características físicas y químicas tan peculiares que actualmente hacen imposible obtener en el laboratorio una coloración idéntica en todos sus componentes. Por lo tanto, se desecha la teoría de que un falsificador medieval fue el autor de la reliquia.


Los materiales tratados con láser sufren una modificación de su estructura que depende de las características de espectro, intensidad y duración de la misma luz. Una de las propiedades de la luz láser ultravioleta (la luz ultravioleta es una radiación electromagnética invisible, con una longitud de onda inferior a la luz visible, pero más grande que la de los rayos X) es la de penetrar muy poco dentro de los materiales, incluidos los tejidos. Y precisamente una de las características de la imagen sindónica más difíciles de reproducir es la extrema superficialidad del color: en efecto, cada hilo de lino, que tiene un diámetro de unos 0,3 milímetros, contiene en torno a doscientas fibrillas (se trata de fibras elementales con estructura cilíndrica), y la parte coloreada penetra dentro de la fibrilla más superficial sólo en el llamado “primary cell wall”, una película muy sutil de un espesor de 0,2 milésimos de milímetro: es un espesor tan pequeño que es difícil imaginar. Los resultados del informe de ENEA indican que “esta incapacidad de repetir (y por lo tanto de falsificar) la imagen de la Sábana Santa impide formular una hipótesis fehaciente respecto al mecanismo de formación de la impresión. De hecho, al día de hoy la ciencia todavía no está en condiciones de explicar de qué modo se ha formado la imagen corpórea en el Santo Sudario. Los científicos se lamentan de la imposibilidad de realizar mediciones directas en la tela de la Sábana Santa y en parte podría ser una justificación. De hecho, el último análisis experimental in situ de las propiedades físicas y químicas de la imagen corpórea del Sudario fue efectuado en 1978 por un grupo de 31 científicos en nombre de la Shroud of Turin Research Project, Inc. (STURP)”.

Pruebas Fisico‐Químicas Así mismo, El Confidencial y de www.30giorni.it informaban de que los científicos han usado instrumentos de vanguardia, puestos a su disposición por diversas casas productoras, cuyo valor comercial alcanza los dos millones y medio de dólares. Han efectuado numerosas mediciones no destructivas de espectroscopia infrarroja, visible y ultravioleta, de fluorescencia de rayos X, de termografía y pirólisis, de espectrometría de masa, de análisis micro Raman, fotografía en transmisión, microsocopía, extracción de fibrillas y test microquímicos", continúan las conclusiones del estudio.

‐ Resultados obtenidos de los laboratorios del ENEA EFECTO DE COLORACIÓN LATENTE La tira superior muestra un tejido de lino irradiado con intensidad láser inferior al valor límite para obtener la coloración. La parte de la derecha ha sido calentada a 190°C durante 15 segundos para obtener un envejecimiento (deshidratación) artificial, y presenta una coloración en correspondencia con la zona irradiada; la tira inferior muestra el mismo tejido un año después: también la parte no calentada (la de la izquierda) presenta una coloración tras envejecimiento natural. [© ENEA]

Los resultados obtenidos han ido más allá de nuestras expectativas. Hemos demostrado que un impulso de luz ultravioleta extremadamente breve (pocos nanosegundos) en un intervalo muy reducido de valores de energía y densidad de potencia es capaz de colorar con la misma cromaticidad de la imagen sindónica el tejido de lino. Localmente hemos conseguido colorar, como queríamos, solo el primer estrato de fibrillas expuesto a la luz láser, es decir, el “primary cell


wall”, dejando la parte interior de la misma fibrilla no coloreada. Además, hemos observado que basta aumentar muy poco el valor de intensidad para obtener una coloración siempre superficial, pero mucho más profunda de 0,2 micrómetros. Al contrario, basta una reducción infinitesimal de ese valor para no obtener la coloración, o, como hemos podido demostrar, obtener una coloración “latente”, es decir, invisible por el momento, pero que se manifiesta y aparece después de un envejecimiento superior a un año. Se trata de la primera vez que, en analogía con la imagen sindónica, se consigue colorar solo el “primary cell wall” de la fibrilla de lino mediante radiación, un resultado que no se había obtenido hasta ahora con métodos químicos por contacto (colorantes, pastas químicas, polvos, ácidos, vapores, etc.) y al que sólo se había acercado una técnica que utiliza la llamada “descarga de corona” (la “descarga de corona” es un fenómeno por el que una corriente eléctrica fluye entre un conductor de elevado potencial eléctrico y el aire circunstante pero sin provocar un arco; el aire ionizado emite radiación visible y ultravioleta), como ha experimentado Giulio Fanti de la Universidad de Padua, con el que estamos colaborando en este trabajo de investigación. Nos da una idea del ruido que han metido estos resultados el hecho de que el primer artículo que describe nuestros resultados fue publicado en marzo de 2008 en la conocida revista científica Applied Optics (revista mensual de la Optical Society of America de Washington, la misma donde fueron publicados los resultados Sturp), y esto a distancia de muchos años del último artículo relativo a experimentos concernientes la Sábana Santa publicado por la misma revista: en efecto, después de la datación del C‐14 las principales revistas científicas se han negado, con posturas de extrema cautela, a publicar artículos sobre el tema, y solamente un resultado tan clamoroso ha podido superar esta actitud. Nuestros resultados fueron presentados luego de forma oficial en dos conferencias internacionales, la “High‐Power Lasers” celebrada en la Universidad de Lisboa y “The Shroud of Turin: Perspectives on a Multifaceted Enigma” celebrada en la Universidad de Columbus, en Ohio, Estados Unidos, en agosto de 20083, y los resultados más recientes van a ser publicados en la revista científica Journal of Imaging Science and Technology. Estas notas fueron también presentadas y discutidas en el IWSAI (International Workshop on the Scientific Approach to the Acheiropoietos Images), que se celebró en Frascati del 4 al 6 de mayo de 20105. Aunque muy significativos, nuestros resultados no permiten aún formular una hipótesis cierta y practicable sobre la modalidad de formación de la imagen sindónica: basta pensar que, si consideramos la densidad de potencia de radiación que hemos utilizado para obtener la coloración de un único centímetro cuadrado de lino, para reproducir la imagen entera de la Sábana Santa con un solo flash de luz harían falta catorce mil láseres que dispararan contemporáneamente cada uno en una zona distinta del lino para reproducir la misma imagen; para entendernos, una fuente de luz láser cuyas dimensiones sean las de un edificio. Por ahora, podemos únicamente afirmar con certeza que nuestro resultado de coloración símil‐sindónica, en los límites de los instrumentos que el progreso tecnológico nos ha puesto a disposición hasta ahora, se puede reproducir perfectamente en laboratorio. Lo hemos verificado varias veces, con atención. Por consiguiente, se trata de un resultado científico a todos los efectos.


Posteriormente a las manchas de sangre, producidas evidentemente por contacto con el cuerpo, la “estratigrafía” resalta la sucesiva superposición a dichas manchas de una débil imagen amarillenta, que es la que hoy nos permite ver los rasgos de un cuerpo humano. La relación de sucesión manchas de sangre – imágenes del cuerpo está demostrada, ya que no hay imagen debajo de las zonas manchadas de sangre.

El grupo de trabajo que ha realizado los experimentos. De izquierda a derecha: Daniele Murra, Paolo Di Lazzaro y Giuseppe Baldacchini [© ENEA] “Las implicaciones son... que la imagen se formó por una explosión de energía ultravioleta tan intensa, que sólo puede ser sobrenatural. No creo que se haya hecho nada igual”, asegura a The Independent Luigi Garlaschelli, profesor de química en la Universidad de Pavía.

El Dr. Paolo Di Lazzaro, investigador principal, asegura que “si sus resultados van a suscitar algún tipo de debate filosófico o teológico, es cuestión de los expertos y de la conciencia de cada persona”. “No hay métodos químicos o físicos conocidos que pueden dar cuenta de la totalidad de la imagen, ni ninguna combinación de circunstancias físicas, químicas, biológicas o médicas para explicar la imagen adecuada”.

Conclusiones de la Investigación Tratando de resumir los resultados de las investigaciones de los científicos del Sturp, podemos decir que dichos resultados han demostrado ampliamente (más allá de teorías totalmente fantasiosas que por desgracia, en contraposición con datos seguros, siguen circulando sobre el tema, sobre todo en una acientífica divulgación mediática persistente) que la Sábana Santa es un lienzo de lino muy antiguo, con huellas de sangre, quemaduras, manchas debidas a agua, restos de polen y de tierra; la presencia simultánea de sangre, suero y bilirrubina humanos (la bilirrubina es un pigmento de color amarillo rojizo contenido en la bilis y es un producto del catabolismo de la hemoglobina) lleva a la conclusión de que el lienzo envolvió a un hombre ya muerto, que había sufrido fuertes traumas. La distribución de las manchas de sangre demuestra además que la muerte ocurrió, tras haber sido azotado y torturado, por crucifixión, y corresponde exactamente a lo que refieren los Evangelios sobre la pasión y muerte de Jesús de Nazaret.


La conclusión es que las marcas no fueron hechas por pinturas, pigmentos o tintes y que la imagen no era “el producto de un artista”, pero al mismo tiempo no pudieron ser explicados por la ciencia moderna. Los resultados del informe de Enea indican, además, que "el Sudario se remonta al siglo I, es decir, no es medieval. También hemos comprobado la total ausencia de pigmento, o sea, es posible decir que no fue hecho por la mano del hombre. Todos los fragmentos que hemos hallado son de origen orgánico", dice el documento, que incluso habla de "sangre". La comisión de investigación resumió en su informe final que "en la Biblia está escrito que Jesucristo estuvo en el Sudario 40 horas. La investigación puso de manifiesto que el cuerpo estuvo en el tejido exactamente 40 horas. “Es posible decir que el Sudario es auténtico en un 95%". Físicos nucleares, químicos térmicos, biofísicos y patólogos forenses de los EE.UU concluyeron que: “La imagen es un misterio.” Uno de los mayores objetos de veneración del cristianismo, la cubierta parece mostrar la huella de un hombre con el pelo largo y barba, cuyo cuerpo tiene heridas consistentes y claras de haber sido crucificado. Científicos italianos también declararon que no se conformarán con los resultados obtenidos y continuarán su investigación y los experimentos para obtener más precisiones del origen de la tela.

El acta de defunción de Jesucristo en Santo Sudario

Barbara Frale, historiadora e investigadora del Archivo Secreto Vaticano, hace unos meses, dio a conocer un estudio en el cual afirma haber descubierto inscripciones en la Sábana Santa de Turín, correspondientes al “acta de defunción” de Jesucristo. Según la investigadora, en la sábana hay rastros de frases escritas en griego, arameo y latín, que se refieren a la muerte de un personaje llamado Jesús Nazareno. Pero eso no es todo. El descubrimiento, realizado a través de un análisis informático de fotografías, que Frale le realizó al sudario, reveló, además, la fecha de la muerte, el motivo de la condena y la fecha en la que se podía entregar el cuerpo a la familia.


En una entrevista, concedida al diario La Nación, la historiadora explicó que la hora novena era la hora en la que termina el día para los hebreos, mientras que el año 16 de Tiberio corresponde al año 30 d.C.

“(I)esou(s) Nnazarennos (o)pse kia(tho) in nece(m) pz(o). Traducción: “Jesús Nazareno depuesto a la hora novena. Condenado a muerte en el año 16 de Tiberius”. Dichas palabras se cree fueron escritas en un papiro con el objetivo de identificar el cadáver, ya que en aquella época el primer año los restos tenían que permanecer en la fosa común y después, los familiares podían pedir el cuerpo para ser enterrado en el sepulcro familiar. El punto, es que dicho escrito permaneció por varios siglos en el manto y las letras se llegaron a calcar suavemente en la sábana de lino. Es importante mencionar que en 1978 un grupo de expertos ya habían descubierto las palabras, pero no lograron descifrarlas.


Foto: Bárbara Frale. Según dijo, estas palabras fueron escritas en un papiro con el objetivo de identificar el cadáver, ya que en aquella época el primer año los restos tenían que permanecer en la fosa común y después, los familiares podían pedir el cuerpo para ser enterrado en el sepulcro familiar. Para la investigadora, las letras permanecieron varios siglos sobre el manto y esto explicaría el motivo por el cual se llegaron a calcar suavemente en la sábana de lino. Ya en 1978 un grupo de expertos descubrieron palabras en la sábana, pero no lograron descifrarlas. Tras las declaraciones de Barbara Frale, otros científicos y estudiosos de la Sábana Santa han puesto mencionado que las pruebas son falsas. El sitio theage.com.au, publica que Antonio Lombatti, un historiador de la Iglesia que ha escrito libros sobre la Sábana Santa, rechazó esta información y las calificó como producto de la imaginación: “La gente trabaja con fotos granulosas y creo que ve cosas”… “Todo es el resultado de la imaginación y software de computadora”. Además Lombatti, mencionó que las víctimas de la pena más cruel utilizada por los romanos, por lo general se dejaban en la cruz o eran echadas en un tiradero para añadir un efecto disuasorio a la ejecución, lo cual echa por tierra la teoría de Frale, en la que menciona que eran puestos en la fosa común y después de 12 entregados a sus familiares… “el mensaje era que ni siquiera tendrían una tumba para llorar”, explicó.

DIAGRAMAS: Método de sujeción del cuerpo a la madera mediante clavos de en una crucifixión romana.


Flagelación:

Tipos de Cruz y el Titulus (Arameo‐Latín‐Griego):

Por Aníbal Clemente Cristóbal Director de la Red Española de Historia y Arqueología. Coordinador General de la Revista Digital Historia y Ciencia. www.historiayarqueologia.com www.historiayciencia.es


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