tenidas casi exclusivamente por medio del comercio con los achuar. Los shuar se raconocen inferiores en fabricar cerbatanas y declaran que no tienen en su región plántas que produzcan veneno de primera calidad. Las mismas cerbatanas miden, más o menos, m. 2, 10 de largo y'están bechas de u~a única piezC! de chonta que ha sido rajada por toda su longitud en dos piezas, unidas luego con gran precisión y amarradas juntas con tiras de fibra, pegadas en su lugar con una capa de cera negra de avispas. Las flechas de cerbatana son de fácil fabricación en una fracción de mjnuto, cortando la nervadura delgada de la hoja de tagua (tintiuk l ). Durante la caza las flechas son llevadas en una aljaba colgada del cuello, o a través del pelo sobre las orejas. En una extremidad está envuelto seibo, para engendrar resistencia cuando se sopla. La velocidad con la cual las flechas son producidas hace de la cerbatana un arma extremadamente económica para la acción, comparada por ejemplo con el arco y la flecha, que los shuar no usan. La fabricación de arcos como he observado entre los indios Conibo de la región del do Ucayali, en el Oriente del Perú, es en comparación un proceso que emplea mucho tiempo y hay siempre el peligro de perder las flechas en las cimas de los árboles cuando se cazan los monos o los pájaros. En cambio las flechas de la cerbatana son tan fáciles de hacerse que su pérdida no le importa nada al cazador. También, por cuanto he observado, las cerbatanas tienden a ser más precisas cuando se cazan pequeños pájaros a corta distancia. Una última ventaja en la cacería, comparada con el arco y la flecha, es que el movimiento implicado en usar el arma es tan insignificante y la fuga de las.flechas tan poco se hace sentir, ';lOO las animales raramente se molestan si el cazador no da en el blanco. Naturalmente, comparada con las armas de fuego, la cerbatana es también más económica, pero limitada en alcance y ae acción no suficientemente rápida sobre animales grandes y peligrosos. Los perros son comúnmente usados para cazar sajinos, jaguares y ocelotes, aunque un cazador armado con una escopeta o una carabina puede cazar al acecho solo. Cuando llevan a un perro a la caza del sajino, el hombre es acompañado por una mujer que lleva el perro de la mano, y también frecuentemente es asistido por otro cazador. También cazando felinos peligrosos, sólo se usa un perro para hacer refugiar el animal en un árbol, pero hasta una docena de personas pueden participar.
55