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ARQUITECTURA JUSTINIANEA
forma basilical. En ambas son particularmente bellos sus revestimientos de taracea de mármoles de colores. Desgraciadamente, nada existe del Palacio Sagrado construido por Constantino y ampliado por sus sucesores. Abundan, sin embargo, las descripciones literarias, que nos hablan de su lujo fantástico y permiten imaginar el escenario de las grandes ceremonias y fiestas de la corte. Descríbense como sus partes principales (fig. 364) el palacio de la Calcé (G), o de bronce, así llamado por sus puertas de ese metal; el de Dafne (I) —por la estatua de la amada de Apolo—, el Triclinio de los diecinueve lechos (H), el Magnasaura o salón del trono, el Crisotriclinio (P), de planta octogonal, como la iglesia de San Vital (figs. 367, 368), de que se trata seguidamente, etc. Las letras A y B indican el emplazamiento de Santa Sofía y de la plaza del Augusteo. En Rávena, a orillas del Adriático, levántanse todavía tres obras capitales del arte bizantino. La iglesia de San Vital (figs. 367, 368), construida hacia el año 530 por el arquitecto Juliano, es, como Santa Sofía, de lo más bello de la arquitectura justinianea. Como San Sergio y Baco, es de planta octogonal, que aquí se manifiesta también al exterior. Además, las arquerías de planta semicircular que allí sólo se emplean en cuatro de los lados del octógono central, aquí se extienden a todos ellos, salvo al de la capilla mayor. San Vital no es sólo edificio de gran belleza por los efectos de perspectiva que producen el movimiento de su planta, sus múltiples columnas y sus curvas superficies, sino por el lujo y calidad de sus mosaicos. Los retratos de los emperadores y de sus altos dignatarios son buen testimonio del empeño puesto por Justiniano en deslumbrar al viejo imperio de Occidente (láms. 347, 348, 353). Las iglesias de San Apolinar in Classe (549), o del Puerto (figura 370) y de San Apolinar el Nuevo (fig. 369) (558), son, en cambio, del tipo basilical constantiniano, de tres naves, aunque enriquecidas con hermosos mosaicos. Los capiteles de la primera son de modelo teodosiano, de hojas revueltas. Las torres de las iglesias de Rávena son cilindricas.
Figs. 365, 366.—Santa Irene.—La Pammakáristos, Constantinopla. (Delojo.)
Figs. 367, 368.—San Vital, Rávena. (Delojo, Miles.)
MONUMENTOS POSTERIORES AL SIGLO VIII. ITALIA. RUSIA. CAPADOCIA.—
En la segunda etapa de florecimiento de la arquitectura bizantina las principales novedades consisten en la introducción y desarrollo en la cúpula con tambor de las características ya expuestas; en la generalización del triple ábside y en disponer en los templos más importantes un pórtico cubierto con cúpulas. Uno de los monumentos más antiguos de este período es la iglesia de Skripu, de fines del siglo ix. La de la
Figs. 369, 370.—San Apolinar Nuevo y del P u e r t o , Rávena. (Delojo.)
Figs. 371, 372.—La T h e o t o k o s , Constantinopla. (Hartmann.)