Arroyo y Suipacha

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Agenda laboral de Miguel donde figura la cita del trabajo que fue a realizar, el 17 de marzo de 1992, a Arroyo 932.

Neli y sus hijos, hoy.

Vendió el auto y se quedó con la camioneta, que compartía con Fabián, su socio. La utilizaban para colocar equipos de aire acondicionado. Un gran proyecto laboral, en su querido Paysandú, estaba en pleno crecimiento. Esa camioneta que, el 17 de marzo de 1992, Miguel decidió no manejar porque una fuerte gripe, que lo había tenido en cama la semana anterior, aún lo mantenía débil. Así fue como, a diferencia de otros días, bajó las herramientas en la puerta del edificio de Arroyo y Suipacha, lindero a la Embajada de Israel. Allí, a las 14:45 horas –según había marcado en su agendalo esperaba un cliente. Aún no sabemos si llegó a tocar el timbre o si alguien le contestó. Tampoco sabemos si vio alguna situación extraña. En un parpadear de ojos Fabián lo perdió entre la nube de polvo y escombros. Todavía se pregunta ¿cómo hizo para llegar desde el centro al barrio de Flores, donde Miguel vivía con su familia para avisar a Nelly, su mujer, lo que había pasado?

Fue recién dos días después que la noticia de su muerte llegó, en la voz quebrada de Nelly, quien cubierta de un llanto desgarrador, se envolvió en un abrazo eterno con sus tres hijos, mientras Maurito, el cuarto, de tan sólo dos años, dormía inocente en un rincón de la casa. Fueron 48 horas de búsqueda desesperada en hospitales, comisarías y el depósito de cadáveres. Dos días de angustia, de dichos y contradichos, suposiciones, rezos y esperanza, hasta encontrar el cuerpo de Miguel que, desde el primer día, yacía en la Morgue Judicial; un cuerpo irreconocible por efectos de la onda expansiva de aquella bomba que, el 17 de marzo de 1992, a las 14:45 horas estalló en la sede de la Embajada de Israel, al 900 de la calle Arroyo, de la ciudad de Buenos Aires, llevándose a Miguel, mi padre y a 22 personas más y, con ellos, la felicidad y paz de sus familias y seres queridos.

“Así era Miguel, vital y alegre con las simples cosas de la vida.”

hoy


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