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Columna Medica ´

#SALUD

Entendiendo El Hambre Emocional

El hambre emocional, la tan mencionada pero poco entendida

En algún momento de la vida, todos experimentamos un episodio de hambre emocional. A diferencia del hambre física, que se siente en el estómago y desaparece después de comer, el hambre emocional es esa sensación intensa de satisfacer un antojo en específico, sin medida, sin control y no desaparece después de comer.

Algo que hay que entender es que el hambre emocional es completamente normal y natural, es la necesidad de nuestra mente de expresar y ponerle palabras a nuestras propias experiencias emocionales, formando parte de un componente importante de la salud mental. Cuando está necesidad no es satisfecha y por el contrario es reprimida es común que se genere una conducta alimentaria para atenuar las emociones negativas. Es así como el hambre emocional se convierte en la necesidad de comer como respuesta a una emoción, en lugar de una necesidad física real de alimento. A menudo se asocia con el aburrimiento, el estrés, la ansiedad, la tristeza o la soledad, y puede llevar a comer en exceso o elegir alimentos poco saludables.

Usualmente en el núcleo familiar no se educa para aceptar las emociones ni para aprender a expresarlas de una forma asertiva y cuando no se sabe qué hacer con todo lo que se está sintiendo o se quiere evitar una emoción, se come para tratar de manejarlas, y funciona a nivel cerebro, ya que estimula ciertos neurotransmisores que nos hacen sentir bien, sin embargo, ofrece una recompensa a corto plazo y comúnmente viene acompañada de insatisfacción y culpa.

Hay que comprender que no se trata de controlar, evitar o suprimir el hambre emocional, si no de entenderla sin juzgarla, ya que nos brinda información sobre nuestro estado emocional, lo importante es gestionarla, regularla y reconducirla adecuadamente. Algunas formas de manejar el hambre emocional incluyen:

Identificar, aceptar, validar y expresar las emociones subyacentes que pueden estar provocando el antojo de comida.

Reconocer los pensamientos irracionales que se tienen de una situación en específico y sustituirlos por pensamientos funcionales.

Hacer una actividad que ayude a enfocarse en el momento presente y libere el estrés como caminar, leer, meditar o hablar con un amigo/a.

Practicar técnicas de relajación como la respiración profunda o el yoga.

Elegir opciones de alimentos saludables que satisfagan el antojo, como frutas, verduras o una pequeña cantidad de chocolate oscuro.

Es importante aprender a escuchar las señales del cuerpo para distinguir entre el hambre emocional y física, y desarrollar estrategias de regulación emocional para lidiar con el estrés y las emociones difíciles.

LOS

10:00 am

Danae

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