adecuadamente. Conozcamos ahora las tareas fundamentales de cada estudiante, más allá de las obligaciones grupales que ya conocimos en la estructuración del proyecto: 1. Conformar los grupos de trabajo. 2. Interactuar con el profesor para aclarar dudas y definir el proyecto. 3. Definir el plan de trabajo (actividades individuales, reuniones, etc.) 4. Individualmente buscar y recoger información, proponer diseño y soluciones. 5. Revisión de la información y planificación del trabajo. 6. Desarrollo del proyecto y reuniones con el profesor. 7. Entrega de un primer informe o propuesta de resultados. 8. Presentación de los resultados obtenidos y de los aprendizajes logrados por el equipo. Para elaborar una práctica real con una metodología de trabajo por proyectos, debemos pensar en qué recursos necesitamos para llevarlo a cabo y de qué recursos disponemos. Es importante saber ajustar nuestras necesidades o las necesidades del proyecto a la realidad que vivimos, y no al revés. Quizá no seamos capaces de alcanzar todos los objetivos ideas de un proyecto, y en realidad no sucedería nada si no lo hacemos. Adaptar esos objetivos a nuestro contexto es realmente primordial. Debemos pensar si todo el proyecto debe ser desarrollado en el aula o parte del mismo puede ser interesante experimentar fuera. Si vamos a proponer a los alumnos realizar una fase de investigación en la que deban sondear a una muestra representativa de la población, debemos tener en cuenta qué materiales necesitarán nuestros alumnos para llevar esta acción a cabo una vez fura del aula. Seguramente necesitemos de algún medio TIC para realizar este proyecto. El uso de tabletas digitales facilita la labor de recogida de datos y de trabajo colaborativo, ya que levanta las limitaciones físicas al acceso a la información. Ya no es necesario que llevemos el ordenador a cuestas o que necesitemos de batería. Si es posible disponer de esta tecnología o de smartphones, pueden ser recursos muy interesantes para el proyecto.
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