Libro del año 2012 "La Gran Esperanza"

Page 73

72

La gran esperanza

“Cuando estas cosas comiencen a suceder –dijo Jesús–, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. Él llamó la atención de sus seguidores a los árboles que estaban a punto de florecer en primavera: “Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas sabed que está cerca el reino de Dios” (S. Lucas 21:28, 30, 31). Pero, en la iglesia, el amor de Cristo y la fe en su venida se habían enfriado. El profeso pueblo de Dios estaba ciego a las instrucciones del Salvador referentes a las señales de su aparición. La doctrina del segundo advenimiento había sido descuidada, hasta que llegó a ser, en gran medida, olvidada e ignorada, especialmente en los Estados Unidos. Una devoción absorbente por la ganancia de dinero, y el ansia de popularidad y poder, indujo a los hombres a poner muy en lo futuro ese día solemne cuando el actual orden de cosas terminará. El Salvador predijo el estado de apostasía que existiría precisamente antes de su segunda venida. Para los que vivieran en ese tiempo, Cristo dejó esta amonestación: “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”. “Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar de pie delante del Hijo del Hombre” (S. Lucas 21:34, 36). Era necesario que los hombres fueran despertados y pudieran prepararse para los solemnes acontecimientos relacionados con el fin del tiempo de gracia. “Grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?” ¿Quién soportará la aparición de aquel de quien está escrito: “Muy limpio eres de ojos para ver el mal, ni puedes ver el agravio”. “Castigaré al mundo por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los fuertes”. “Ni su plata ni su oro podrá librarlos”. “Serán saqueados sus bienes, y sus casas asoladas” (Joel 2:11; Habacuc 1:13; Isaías 13:11; Sofonías 1:18, 13).

El llamado a despertar – Ante la proximidad de este gran día, la Palabra de Dios llama a su pueblo para que despierte y busque el rostro del Señor con arrepentimiento:


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.