125 Comente con sus amigos y familia lo que haría si le tocase el premio mayor y pase el mayor tiempo posible ansioso por saber los resultados. No piense en otra cosa. Sino es el afortunado ganador, busque en las noticias de la televisión para saber quién fue el afortunado. Observe el rostro de esta persona y búsquele la mayor cantidad de defectos posibles. Termine esta rutina el domingo de noche, antes de dormirse, con un simple comentario. ¡Hay gente con suerte! y vuelva a intentarlo nuevamente sin claudicar jamás.
7.- Adquiera a lo menos un diario todos días y dele una mirada rápida a los titulares, otra pasada muy rápida a lo poco que hay de contenidos, pero deténgase en la sección de crímenes, accidentes automovilísticos, violaciones y asesinatos. Complemente este hábito escuchando lo mismo en la radio y luego en la televisión. Saboree con morbosidad las escenas y si es posible grábelas en video para mostrarlas a la familia. No deje de comentar con la familia, amigos, taxista y quien se le ponga adelante las noticias recopiladas. Siempre haga un comentario final diciendo ¡Qué mundo en el que vivimos! o la preferida de los latinos ¡a dónde vamos a llegar!
8.-No cometa la imprudencia de sentirse responsable de su actual situación. Culpe al Gobierno de turno, a los políticos, a la Municipalidad(está de moda), a la competencia, a la crisis de turno y por último a sus subalternos o al jefe. ¡Nunca jamás a usted mismo! Porque si lo hace, corre el riesgo de sentirse dueño de su destino y esto puede ser el principio de algo diferente para lo cual no está preparado.
9.-Siéntase importante cada vez que alguien se acerca a usted para pedirle algo. Comprenda que esto ocurre porque usted tiene algo que el otro desea. No se lo dé. Acostúmbrese a decir que no. Es más, ni siquiera lo diga, simplemente no conteste. Pero si no tiene más remedio que compartir, valore mucho más lo que da de lo que recibe.
10.-Cada vez que le propongan algo, piense más en los intereses de la persona que le hace la propuesta que en los suyos. Tenga la más absoluta seguridad de que cuando alguien le hace una propuesta, es que gana algo con ella. Esto es lo importante, no lo que usted pueda obtener. Céntrese más en los problemas que en las oportunidades. Si alguna vez alguien le propone participar en un negocio, haga una lista de los problemas que éste podría ocasionarle. ¡No piense jamás en los beneficios!
11.- Ironice lo que pueda y con el mayor desprecio cada vez que alguien le sugiera que usted puede aspirar a algo más. Pídale que se lo demuestre. Pero no se preocupe, si esto llegase a ocurrir, simplemente desconfíe y piense intensamente en los intereses que puede tener esa persona.