EL LIBRO NEGRO DE LAS MARCAS

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NEGOCIOS TURBIOS

No hay rubro en el que los derechos humanos se pisoteen tanto como en el del petróleo. Para obtener ganancias a partir del oro negro, algunas multinacionales del petróleo financian guerras, pagan comandos asesinos y tornan inhabitables regiones enteras.

A

lguna vez esta región debió de haber sido hermosísima: playas de arenas blancas y esteros con palmeras y manglares. Tierra adentro, un sistema de ríos ramificados en medio de la espesura del bosque. Aguas ricas en peces, que ofrecían a los lugareños alimento y agua potable y alimentaban la tierra fértil. Gente amistosa, ciudades llenas de vida, naturaleza virgen y especies animales exóticas como el cocodrilo enano, el hipopótamo enano y el leopardo. Un paraíso turístico. Pero por el delta del Níger, en el sur de Nigeria, no se ve ningún turista. La austríaca Susanne Geissler, quien visitó la región en enero de 2001 en el marco de un proyecto de la UE, describe la situación como la de una película de terror: "Apenas se puede respirar. El paisaje se ve sólo a través de una capa de niebla gris. El aire está apestado por las plantas industriales y el tránsito. Y a través de ese velo gris resplandecen por todas partes unas llamaradas de gas ardiente de varios metros de altura 1 . Al principal culpable de este escenario fantasmagórico, que transformó una próspera región de unos 35.000 kilómetros cuadrados en un desierto industrial, aquí lo conocen todos: se llama Shell.

Shell en Nigeria La multinacional anglo­holandesa Royal Dutch Shell extrae y produce petróleo en el delta del Níger desde 1958, cuando este país aún era una colonia perteneciente a la corona británica. Shell Petroleum Development Corporation (SPDC), la compañía subsidiaria local, es la principal extractora de petróleo en Nigeria. Casi la mitad de la producción nigeriana, de más de dos millones de barriles diarios 2 , va a parar a su cuenta. Shell trabaja en estrecha colaboración con la compañía nigeriana nacional, Petroleum Corporation (NNPC), con la compañía petrolera francesa Elf y con la italiana Agip. Todas ellas conforman un holding. 3 Pero desde el 10 de noviembre de 1995 se ha interrumpido la paz familiar. Ese día, el dictador nigeriano Sani Abacha mandó a matar a Ken Saro Wiwa, escritor y activista por los derechos humanos que había protestado durante años contra Shell. Sus familiares afirman que por ese motivo había que apartarlo del camino. Su asesinato colocó tanto al régimen 1

Entrevista realizada por Klaus Werner el 19.3.2001 En un barril caben casi 159 litros. En el año 2000, el precio por barril en el mercado mundial rondaba los 28,5 dólares. En una entrevista con el semanario alemán Die Zeit, Jeroen van der Veer, director ejecutivo de Shell, declaró: "Nuestras ventas mundiales superan los cinco millones de barriles de 159 litros por día, de los cuales nosotros solamente extraemos alrededor de 2,3 millones. Esto significa que más de la mitad del petróleo que vendemos tenemos que comprarlo al precio del mercado mundial." (Extraído del artículo "Wir machen gute Gewinne", publicado en Die Zeit, 39/2000) 3 La SPDC se encuentra a la cabeza de una joint vetiture con la compañía estatal "Nigerian National Petroleum Corporation" (NNPC), que tiene una participación del 55 por ciento. Shell se queda con el 30%, y el resto se lo llevan la petrolera francesa Elf (10%) y la italiana Agip (5%) 2

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