San basilio

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San Basilio San Basilio el Mayor, padre de San Basilio el Grande, fue el hijo de un cristiano de buena cuna y de su esposa, Macrina, ambos sufrieron por la fe durante la persecución por Galerio (305-314), y pasaron varios años de privaciones en las agrestes montañas del Ponto. San Basilio el Anciano fue notable por su virtud (Acta SS, mayo, VII) y también ganó una buena reputación como maestro en Cesarea. Él no era sacerdote (Cf. Cave, Hist. Lit., I, 239). Estaba casado con Emelia, la hija de un mártir y fue padre de diez hijos. Tres de ellos, Macrina, Basilio y Gregorio son venerados como santos; y de los hijos, Pedro, Gregorio y Basilio alcanzaron la dignidad del episcopado. Bajo el cuidado de su padre y de su abuela, Macrina, quien conservaba las tradiciones de su paisano, San Gregorio Taumaturgo (c. 213-275) Basilio fue formado en los hábitos de piedad y estudio. Él era todavía joven cuando su padre murió y la familia se trasladó a la propiedad de la abuela Macrina en Annesi en el Ponto, en las riveras del Iris. Cuando era un muchacho, lo enviaron a la escuela en Cesarea, en ese entonces "una metrópoli de las letras", y concibió una ferviente admiración por el obispo local, Dianio. Más tarde, se fue a Constantinopla, la cual en ese entonces "se distinguía por sus maestros de filosofía y retórica", y de allí se fue a Atenas, donde se volvió compañero inseparable de San Gregorio Nacianceno, quien, en su famoso panegírico sobre Basilio

da una descripción sumamente interesante de sus experiencias

académicas. De acuerdo a él, Basilio ya se distinguía por su mente brillante y seriedad de carácter y se asociaba sólo con los estudiantes más aplicados. Él era hábil, serio, industrioso y muy avanzado en retórica, gramática, filosofía, astronomía, geometría y medicina. Conocemos los nombres de dos de los maestros de Basilio en Atenas: Prohaeresio, posiblemente un cristiano, e Himerio, un pagano. Se ha afirmado, aunque probablemente incorrectamente, que Basilio pasó algún tiempo bajo la enseñanza de Libanio. Él mismo nos dice que trató sin éxito de unirse como alumno de Eustatio. Al final de su residencia en Atenas, Basilio estando cargado, dice San Gregorio Nacianceno "con todo el aprendizaje obtenido por la naturaleza del hombre", estaba muy bien preparado para ser maestro.


Cesarea tomó posesión de él con gusto "como un fundador y segundo patrón, y como él mismo nos dice rechazó las ofertas espléndidas de los ciudadanos de Neo-Cesarea, quienes deseaban que el tomara a su cargo la educación de los jóvenes de su ciudad. Eestudiante y distinguido profesor, dice Gregorio (Or. XLIII), "ahora no le quedaba otra necesidad que la de la perfección espiritual". Su hermano Gregorio de Nisa, en su vida de Macrina, nos da a entender que el éxito brillante de Basilio como estudiante universitario y profesor había dejado trazos de mundanalidad y autosuficiencia en el alma del joven. Basilio comenzó a relacionarse de nuevo Dianio, obispo de Cesarea, el objeto de su afecto juvenil, y parece que Dianio lo bautizó, y lo ordenó como lector tan pronto como regresó a Cesarea. Cayó bajo la influencia mujer, su hermana Macrina, que

había fundado una

comunidad religiosa en la propiedad de la familia en Annesi. Basilio mismo nos dice cómo, igual que un hombre se levantó de su profundo sueño, él volvió sus ojos a la maravillosa verdad del Evangelio, vertió muchas lágrimas por su vida miserable, y oró pidiendo la guía de Dios: "Entonces leí el Evangelio, y vi allí un gran medio para alcanzar la perfección; vender todos los bienes, compartirlos con los pobres, deshacerse de todos los cuidados de esta vida y el impedir que el alma vuelva a ver con simpatía las cosas de esta tierra" En este punto Basilio se deja influenciar por lo espiritual dejando de dar importancia a los terrenal. Tiene la disponibilidad de velar por el pobre, necesitado, hambriento y desdichado. Tomando muy en serio su papel decide visitar los monasterios de Egipto, Palestina, Coele en Siria y Mesopotamia, se sintió nutrido de la gran piedad mostrada por los monjes. Con una clara visión de lo que quería funda un monasterio en su pueblo de nacimiento Ponto, como punto diferente impregna una tradición cenobítica o de comunidad, la cual sirvió de inspiración en hombres y mujeres. Basilio llegó a ser conocido como el precursor de San Benito. A esta época puede ser referida la "Moralia"; y un poco más tarde vinieron dos libros contra Eunomio y


alguna correspondencia con San Atanasio. Es posible, también, que Basilio escribió sus reglas monásticas en sus formas más cortas mientras que estaba en Ponto, y luego las amplió en Cesarea. Basilio todavía retuvo una considerable influencia en Cesarea, y se considera altamente probable que él tuvo que ver con la elección del sucesor de Dianio, quien murió en el 362, después de haberse reconciliado con Basilio. En todo caso el nuevo obispo, Eusebio, fue prácticamente puesto en su oficio por el anciano San Gregorio Nacianceno. Luego de que Eusebio hubo persuadido al renuente Basilio a ser ordenado sacerdote, le dio un lugar prominente en la administración de la diócesis (363). La capacidad de Basilio para administrar los asuntos eclipsó tanto al obispo que surgieron malos sentimientos entre ambos. "Toda la porción más sabia y eminente de la Iglesia se levantó contra el obispo y para evitar problemas Basilio se retiró de nuevo a la soledad del Ponto. Un poco más tarde (365), cuando los intentos de Valente por imponerle el arrianismo al clero y al pueblo requirió la presencia de una personalidad fuerte, Basilio fue reinstalado a su puesto anterior, siendo reconciliado con el obispo por San Gregorio de Nazianzo. Parece que ya no hubo más desacuerdos entre Eusebio y Basilio y este último pronto se convirtió en el verdadero jefe de la diócesis. "Uno”, dice Gregorio de Nazianzo , "conducía al pueblo, el otro conducía al líder". Durante los cinco años que pasó en este importantísimo oficio, Basilio demostró ser un hombre de poderes poco usuales. Él les dictó la ley a los principales ciudadanos y a los gobernadores imperiales, zanjó disputas con sabiduría y de forma terminante, asistió a los necesitados espiritualmente, buscó "el sustento para el pobre, la hospitalidad para los extranjeros, el cuidado de las doncellas, legislación escrita y no escrita para la vida monástica, arreglos de oraciones (¿liturgia?), adorno del santuario" (op. cit.). En tiempos de hambruna, él fue el salvador de los pobres. En el año 370 Basilio sucedió al obispo de Cesarea, y fue consagrado de acuerdo a la tradición el 14 de Junio. Cesarea era entonces una poderosa y rica ciudad. Su obispo era metropolitano de Capadocia y exarca del Ponto, lo cual abarcaba más de la mitad de Asia Menor y comprendía once provincias.


Basilio extendió su actividad a los asuntos diocesanos se lanzó vigorosamente a las problemáticas disputas teológicas que en ese entonces rasgaban la unidad de la cristiandad. Redactó un resumen de la fe ortodoxa; atacó verbalmente a los herejes que estaban cerca y escribió elocuentemente a los que estaban lejos. Su correspondencia muestra que hizo visitas, envió mensajes, dio entrevistas, instruyó, reprobó, reprendió, amenazó, reprochó, tomó a su cargo la protección de las naciones, ciudades, individuos grandes y pequeños. No tenía adversario quien se opusiera exitosamente, pues, era un luchador frío, persistente, no se perturbaba en la defensa de la doctrina y de los principios. Su postura dice mucho sobre su carácter , arrojaba una luz clara del tipo de obispo cristiano con el cual los emperadores tenían que tratar Mientras ayudaba a Eusebio en el cuidado de su diócesis , Basilio había mostrado un marcado interés por el pobre y el afligido; ese interés se mostró ahora en la erección de una magnífica institución, el “Ptochoptopheion” o “Basileiad”, una casa para el cuidado de extranjeros sin amigos, el tratamiento médico de los enfermos pobres y el entrenamiento industrial de los trabajadores no calificados. Construido en los suburbios, logró tal importancia que llegó a ser prácticamente el centro de una nueva ciudad con el nombre de "Pueblo Nuevo". Era la casa madre de las instituciones parecidas erigidas en otras diócesis y era un constante recordatorio a los ricos de su privilegio de gastar su riqueza en un modo cristiano. Se debe mencionar aquí que predicaba tan clara y fuertemente las obligaciones sociales de los ricos que los sociólogos modernos se han aventurado a reclamarlo como uno de los suyos, aunque con no más fundamento que el que existiría en el caso de cualquier otro maestro consistente con los principios de la ética católica. La verdad es que San Basilio fue un amante práctico de la pobreza cristiana, y aún en su exaltada posición conservó esa simplicidad en la comida y la ropa y esa austeridad de vida por la que él se hizo notar en su primera renuncia al mundo.


En medio de sus labores, Basilio pasó sufrimientos de muchas clases. Basilio murió el 1 de enero de 379. Su muerte fue considerada como una pérdida pública; los judíos, paganos y extranjeros rivalizaban con su rebaño para rendirle honor. Los primeros martirologios latinos (el Jeronimiano y el de Beda) no mencionan la fiesta de San Basilio. Los primeros en mencionarlo fueron Usuardo y Ado, quienes lo colocan en el 14 de junio, la supuesta fecha de la consagración de Basilio al obispado. En el “Menaion” griego se le conmemora el 1 de enero, día de su muerte. En 1081 Juan, patriarca de Constantinopla, a consecuencia de una [visiones y apariciones | visión]], estableció una fiesta en honor común a San Basilio, a San Gregorio Nacianceno y a San Juan Crisóstomo, la cual se celebraría el 30 de enero. Los Bolandistas dan un relato del origen de esta fiesta; también registran como algo digno de notar que no se mencionaban reliquias de San Basilio antes del siglo XII, en cuyo tiempo se decía que partes de su cuerpo, junto con otras reliquias muy extraordinarias, habían sido llevadas a Brujas por un cruzado que rBaronio le regaló al Oratorio de Nápoles una reliquia de San Basilio enviada de Constantinopla al Papa. Por consenso común, Basilio está entre las más grandes figuras de la historia eclesiástica y el más bien extravagante panegírico por Gregorio de Nazianzo han sido casi igualados por muchos otros panegiristas. Físicamente delicado y ocupando un alto puesto sólo unos pocos años, Basilio hizo un trabajo magnífico y duradero en una época donde se experimentaron las más violentas convulsiones mundiales que haya vivido el cristianismo. Por virtud personal él logró distinguirse en una era de santos; y su pureza, su fervor monástico, su estricta simpleza, su amistad por los pobres llegó a ser tradicional en la historia del ascetismo cristiano. De hecho, la impresión de su genio quedó sellada indeleblemente en la concepción oriental de la vida religiosa. En sus manos la gran sede metropolitana de Cesarea se formó como una especie de modelo de la diócesis Cristiana; casi no hubo ningún


detalle de la actividad episcopal en que él no marcara líneas guías y en que no diera un espléndido ejemplo. No menos glorioso es el hecho de que el mantuvo una dignidad sin temor e independencia hacia los oficiales del estado lo cual la historia ha mostrado más tarde ser una condición indispensable de la vida saludable del episcopado católico. Escritos Dogmáticos De los cinco libros contra Eunomio (c. 364) los últimos dos se clasifican como falsos por algunos críticos. El trabajo ataca el arrianismo equivalente de Eunomio y defiende la Divinidad de las tres Personas de la Trinidad. Está bien resumido por Jackson (Nicene and Post Nicene Fathers, Series II, VIII). La obra "Sobre el Espíritu Santo”, o tratado sobre el Espíritu Santo (c. 375) fue evocado en parte por la negación macedonia de la Divinidad de la Tercera Persona y en parte por cargos que Basilio mismo había "pasado por alto al Espíritu” (Gregorio Naz., Ep. LVIII),que él había defendido la comunión con todos los que admitían simplemente que el Espíritu Santo no era una criatura (Basilio, Ep. CXIII), y que él había ratificado el uso de una nueva doxología, a saber, " Gloria al Padre con el Hijo junto con el Espíritu Santo" (De Sp. S., I, I). El tratado enseña la doctrina de la divinidad del Espíritu Santo, mientras que evita la frase "Dios, el Espíritu Santo" por razones de prudencia (Greg. Naz., Or. XLIII). Wuilcknis y Swete afirman la necesidad de tal reticencia por parte de Basilio (Cf. Jackson, op. cit., p. XXIII, nota.) En referencia a las enseñanzas de Basilio sobre la Tercera Persona, como lo expresó en su obra contra Eunomio (III, I), surgió una controversia en el Concilio de Florencia entre los latinos y los griegos; pero fuertes argumentos tanto externos como internos colocan a Basilio del lado del "Filioque". Los escritos dogmáticos fueron editados separadamente por Goldhorn, en su "S. Basilii Opera Dogmatica Selecta" (Leipzig, 1854). El "De Spiritu Sancto", fue traducido al inglés por Johnston (Oxford, 1892); por Lewis en la Serie Cristiana Clásica (1888); y por Jackson (op. cit.). Exegéticos Estos incluyen nueve homilías "Sobre el Hexaemeron" y trece (Maran) homilías genuinas sobre Salmos particulares. Un amplio comentario sobre los primeros dieciséis


capítulos de Isaías es dudosa autenticidad (Jackson), aunque por una mano contemporánea. Un comentario sobre Job ha desaparecido. "El Hexaemeron” fue altamente admirado por Gregorio de Nazianzo (Or. XLIII, no. 67). Fue traducido en su totalidad por Jackson (op. cit.). Las homilías sobre los Salmos son morales y exhortativas más que estrictamente exegéticas. Al interpretar la Escritura, Basilio usa tanto el método literal como el alegórico, pero favorece el sistema literal de Antioquia. Su segunda homilía contiene una denuncia de la usura, que se ha hecho famosa. Homiléticos Veinticuatro sermones, de carácter doctrinal, moral y panegíricos son considerados generalmente como genuinos, aunque todavía permanecen sin resolver algunas dificultades críticas. Ocho de estos sermones fueron traducidos al Latín por Rufino. Los discursos colocan a Basilio entre los más grandes de los predicadores cristianos y hacen evidente su talento especial en predicar sobre las responsabilidades de la riqueza. Lo más notable en la colección son las homilías sobre los ricos (VI y VII) copiados por San Ambrosio , y la homilía (XXII) sobre el estudio de la literatura pagana. Esta última fue editada por Fremion (París, 1819, con trad. al francés), Sommer (París, 1894), Bach (Münster, 1900), y Maloney (Nueva York, 1901). Se ha escrito mucho en referencia al estilo de Basilio y su éxito como predicador. (Cf. Villemain, "Tableau d'éloq. Chrét. au IVe siècle", Paris, 1891; Fialon, "Etude Litt. sur St. B.", Paris, 1861); Roux, "Etude sur la prédication de B. le Grand", Estrasburgo, 1867; Croiset, "Hist. de la litt. Grecque", París, 1899). Morales y ascéticos Este grupo contiene mucho de origen dudoso o falso. Probablemente, son auténticos los últimos dos de los tres tratados introductorios, y los cinco tratados: "Morales", "Sobre el juicio de Dios", "Sobre la Fe", "Las Reglas Monásticas Largas", "Las Reglas Monásticas Cortas". Los veinticuatro sermones sobre moral son un centón de extractos de los escritos de Basilio por Simeón Metafrastes. En relación a la autenticidad de las Reglas ha habido mucha discusión. Como está claro por los tratados y por las homilías que tratan sobre los asuntos morales y ascéticos, San. Basilio era particularmente hábil en el campo de la instrucción espiritual.


Correspondencia Las cartas existentes de Basilio son 366, dos tercios de ellas pertenecen al período de su episcopado. Las así llamadas "Epístolas Canónicas" han sido catalogadas como falsas, pero son casi seguramente genuinas. La correspondencia con Juliano y con Libanio es probablemente falsa; la correspondencia con Apolinar es incierta. Todas las 366 cartas están traducidas en "Padres Nicenos y Post-Nicenos". Algunas de las cartas son realmente tratados dogmáticos, y otras son repuestas apologéticas a ataques personales. En general son muy útiles pues revelan el carácter del santo y por las descripciones de su época que ofrecen. Litúrgicos La llamada "Liturgia de San Basilio” existe en griego y en copto. Data el menos del siglo VI, pero su conexión con Basilio ha sido asunto de discusión crítica (Brightman, "Liturgies, Eastern and Western", Oxford, 1896, I; Probst, "Die Liturgie des vierten Jahrhunderts und deren Reform", Münster, 1893, 377-412). Ediciones de San Basilio La editio princeps del texto original de las obras existentes de Basilio aparecieron en Basilea, 1551, y la primera traducción completa al Latín en Roma, 1515 (manuscrito autógrafo en el Museo Británico). La mejor edición es la de los benedictinos mauristas, Garnier y Maran (París, 1721-30), republicada con apéndices por Migne (P. G., XXIXXXXII). Para fragmentos atribuidos a Basilio con mayor o menor certeza, y editados por Matthaei, Mai, Pitra y otros, vea Bardenhewer, "Patrologie" (Friburgo, 1901), 247. Porciones de cartas recientemente descubiertas en papiro egipcio fueron publicadas por H. Landwehr, "Grieschische Handschriften aus Fayûm", en "Philologus", XLIII (1884).


Bibliografía:

Greg. N., Prationes, especialmente XLIII; IDEM McSorley, Joseph. "St. Basil the Great." The Catholic Encyclopedia. Vol. 2. New York: Robert Appleton Company, 1907. Butler; Vida de los Santos. Salesmán, P. Eliécer; Vidas de Santo 1 Sgarbosa, Mazrioy Luigi Giovannini . Un santo para cada día. <http://www.newadvent.org/cathen/02330b.htm>.


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