Huellas de una idea Algunas razones por la cual se tiene que superar la envidia son: la envidia contamina el alma. Al igual que una cisura, la envidia es una herida al alma, provoca por un trastorno de vanidad en nuestro interior, al no tener la capacidad de ver el éxito en otras personas, al igual que Isaac con los filisteos; estos últimos envidiaban a Isaac por su prosperidad (gen. 26.12-16) generando como resultado una acción violenta, en potencia o no, sobre la parte generadora de la envidia. La envidia provoca una acción. Como se mencionaban en el anterior la envidia genera una un dolor en el alma que forma, una reacción de parte de la persona que siente el malestar. Por la 3 ley Newton sabemos que cada acción genera una reacción, y esta puede llevar a resultados tanto despreciables como intolerables (Dan 6.4-5). La envidia es una fuente de raíces de amargura. Lo hiriente causa enfermedad, la enfermedad muerte. Y la muerte trae consigo la ausencia de vida; la envía como fuente de amargura es muy común, ya que lo problemático de esta situación es que se incluye directa o indirectamente la palabra odio, las raíces de amargura dañan no solo el alma si no que el espíritu, afecta la relación Dios, y dejan una puerta abierta hacia un abismo que no se pueden salir, y termina con resultamos no esperados: pecado. (Génesis 4.5-10). Jesucristo es la salida de los problemas, el único que nos puede ayudar a salir de una herida del corazón como es la envidia; el conoce nuestro interior y sabe cuáles son nuestros pensamientos. Abramos nuestro corazón a Jesús, él es nuestro maestro, el especialista en relación de almas y purificador de vidas. La oportunidad la tenemos todos los Días y é está atento, a que tomemos una decisión sobre nuestra vida: invitar a Jesús a que reine en nuestro corazón. La gracia de Jesús este siempre con nosotros. Dios los bendiga.
ORACIÓN, ADORACIÓN Y LECTURA BÍBLICA. La vida del cristiano está hecha de altos y bajos pero la diferencia del mundo secular es que en cristo hay esperanza. Cada día es una oportunidad de manifestar en nuestra conducta el resplandor de tener a Jesús en nuestro corazón. El cristianismo no se limita solo la iglesia, es más fue de ella inicia la verdadera carrera del éxito. Es cierto que congregarnos nos alimenta el alma, pero Dios se glorifica más si nosotros llevamos nuestra relación con él mucho más lejos que la iglesia. Existen tres cosas que harán que nuestra relación con Dios mejore, recordemos que la gracia y el perdón son frutos de vivir en comunión con Nuestro Padre Celestial. Existen tres elementos que pueden fortalecer nuestra relación con Dios: La lectura bíblica diaria, la oración y la adoración.
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