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En las mujeres, la tasa se ha más que duplicado, aumentando del 8,8% al 18,5%, mientras que en los hombres casi se ha triplicado, pasando del 4,8% al 14%.
La obesidad no solo afecta la calidad de vida, sino que también incrementa el riesgo de enfermedades crónicas y mortales, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas y ciertos tipos de cáncer.
Esta situación subraya la necesidad urgente de que los gobiernos y los dirigentes políticos de la mano de la industria del fitness, implementen medidas efectivas para fomentar la pérdida de peso, promover la prevención y reducir el riesgo de enfermedad.
Tradicionalmente, el sector del fitness se ha asociado más con la promoción de cuerpos fuertes y estéticamente atractivos, que con una lucha eficaz contra la obesidad o el sobrepeso.
A pesar de las últimas décadas de auge en la industria del fitness, la obesidad ha seguido aumentando.
Muchos gobiernos perciben el fitness principalmente como una actividad para mejorar la forma física, especialmente entre los jóvenes, sin reconocer su potencial en la lucha contra la obesidad y las enfermedades costosas asociadas.
Esta percepción ha llevado a que el sector del fitness no se vea como una solución integral para la sociedad en su conjunto.