12
Soberanía Alimentaria n.35
Foto: Irene Díez Miguel
fuese realista creer que una vez suprimida toda intervención humana, empezarían a aparecer paraísos por los más «diversos rincones de nuestro país», todo sería mejor sin tanto perturbar. A fin de cuentas, la población rural ya estaba en regresión, ya éramos europeos (como Alemania), y yo remanecía tras una premiada tesis, un libro original y mis primeras publicaciones científicas. Solo me faltaban datos. Y los primeros no tardaron en llegar.
pocas expectativas de mejora. Lo que sí acababa por aparecer era un responsable oficial que ya había tomado la decisión de que allí no había nada importante que no fuese flora y fauna: nada relativo a opciones de desarrollo que pudieran revertir en la población local, y menos que esta participara en la toma de decisiones. El despotismo ilustrado no necesita que le ayuden a tomar decisiones. Las montañas son —en nuestro inconsciente acomodado— una referencia usual de los espaLas trabas entre lo natural cios naturales más valiosos. Y quizá provenga de y lo cultural ello nuestra propensión a recluirlas como espa¿Quién esperaba encontrar que en muchas cios de protección integral, a patrimonializarlas zonas tradicionalmente pastoreadas ni la flora es para nuestro uso y disfrute urbano y a subestipobre ni la diversidad es baja y que se genera un mar que en ellas vive una parte importante de aumento de la cobertura vegetal y no una pérdida la población, precisamente la que las ha sabido de ella? Varias tesis doctorales y proyectos han guardar, conjugando el aprovechamiento de los dejado constancia de ello, pero también de las recursos con la preservación de valores. Si estaconsecuencias de subestimar el conjunto de exter- mos a tiempo de salvar algo, bueno será entender nalidades positivas que están ligadas al manejo que enfrentamos un problema de Estado y que si tradicional de nuestros agrosistemas montanos. el ser humano está entre los problemas, también Hoy, con las mediáticas noticias de nuestra ha de estarlo entre las soluciones. galopante despoblación rural, parece que empeEl cuidado de nuestro patrimonio (natural zamos a darnos cuenta de la magnitud del patriy cultural) será lo que nos identifique ante las monio natural y cultural que se nos está yendo, generaciones venideras. La trabazón entre lo para siempre. Pero no parece que comprendamos natural y lo cultural es lo que habremos de saber que urge reaccionar. En muchas de las zonas de integrar en nuestros objetivos de sostenibilidad montaña en las que hemos trabajado, ni había y nuestros paradigmas de concordia entre desaproblemas de mala gestión de los recursos, ni rrollo y conservación. A diferencia de otras zonas