Castillo, y el Prof. Pablo Canziani, investigador del CONICET. “La agricultura —incluyendo cambios en el uso de la tierra y los recursos forestales es el sector con mayor incidencia en la emisión de gases de efecto invernadero en Argentina, con el 51 por ciento del total”, dijo Augusto de la Torre, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y uno de los autores del estudio. Argentina es uno de los cuatro países en desarrollo que ha cumplido con entregar dos informes nacionales a la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC por sus siglas en inglés) indicando el firme compromiso del gobierno para enfrentar sus consecuencias en varios sectores de la economía nacional. El experto del Banco Mundial reconoció asimismo la sólida arquitectura institucional de Argentina y la voluntad de los distintos actores
involucrados para identificar y enfrentar los desafíos inmediatos y a largo plazo del cambio climático.
El incremento de temperaturas en Argentina El estudio afirma que el calentamiento del sistema climático ya está afectando el clima de la región. Las temperaturas han aumentado en 1°C durante el siglo XX, mientras que los niveles de elevación del nivel del mar han alcanzado 2 a 3 mm/año desde la década de los ochenta. En Argentina es muy probable que las temperaturas se incrementen en 1°C en todo el país hacia el 2020/2040, particularmente en el norte, provocando una mayor evaporación y, como consecuencia, un incremento en la aridez y desertificación. El estudio también señala que la elevación del nivel del mar puede
provocar una erosión de la costa, especialmente al sur de Patagonia. El informe advierte que en los próximos años puede producirse un aumento en la frecuencia o magnitud de los desastres naturales.
Políticas de mitigación y adaptación El informe señala que existe un gran potencial para la reducción de emisiones a través del mejoramiento de la eficiencia energética, especialmente en la iluminación residencial y comercial. Por otra parte, el estudio recuerda que América Latina y el Caribe tienen un potencial considerable para la generación de energía renovable. Las condiciones de viento son excelentes en muchos países de la región. Los mejores recursos eólicos se encuentran en la Patagonia (Argentina y Chile), México, América Central y el Cari-
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