TM TEMA DEL MES
Criterios y técnicas de actuación en el Patrimonio Edificado
REHABILITACIÓN DE FACHADAS DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO: INTERVENCIONES CON COMPROMISO
� Dr. Arq. Javier Pinilla Melo Profesor de Patología en el Master Universitario en Conservación y Restauración del Patrimonio Arquitectónico, ETSAM-UPM
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MAYO 2023
La iniciativa Nueva Bauhaus Europea está movilizando parte de los fondos de reconstrucción tras la pandemia para fomentar la rehabilitación del patrimonio arquitectónico y conseguir un entorno construido de alta calidad, en consonancia con los principios del sistema de calidad de la cultura de construcción (Baukultur) de Davos, las Laboratorios de El Encín recomendaciones del grupo de expertos MAC y los principios de calidad revisados del ICOMOS para intervenciones financiadas por la UE con potencial impacto sobre el patrimonio cultural. Pero, ¿cuáles han de ser los criterios y qué técnicas han de emplearse para efectuar una correcta intervención sobre el Patrimonio Edificado?
l paradigma de la construcción ha cambiado en los últimos años, no podemos seguir construyendo obras nuevas en el extrarradio de las ciudades, consumiendo recursos y generando residuos, necesitamos rehabilitar nuestro parque edificado. La rehabilitación es la alternativa más sostenible; como nos recordó Hubert-Jan Henket, “el edificio más verde es el que ya existe” y su rehabilitación debe realizarse con el mayor respeto al Patrimonio Arquitectónico. Antes de intervenir en una fachada debemos conocer su funcionamiento, que va a depender del periodo histórico de su construcción. Desde los orígenes de la arquitectura, las fachadas han sido gruesos muros estructurales que nos protegían del ambiente exterior con inercia térmica, y cuya composición y ornamento configuraban la imagen exterior del edificio. Con la llegada del s. XX y la madurez de la industria siderúrgica y del hormigón, aparecieron las primeras fachadas de vidrio y la diferenciación entre estructura y fachada. Las fachadas de fábrica dejaron de ser estructura y pasaron a apoyarse en esta y nació la fachada libre, el muro se desdobló en hojas para alojar cámaras de aire, que fueron posteriormente rellenadas con aislantes térmicos surgidos del desarrollo de la industria química tras la Segunda Guerra Mundial. Los edificios se componen de estructuras, envolventes, instalaciones y acabados interiores, su construcción se
realiza en ese orden, y su renovación suele realizarse en el orden inverso. Los primeros elementos que exigen su renovación son los acabados interiores, a veces por desgaste, otras por cambios de uso; los siguientes son las instalaciones, los avances tecnológicos en muchos casos aceleran la renovación de las instalaciones antes de llegar a su fin de vida para mejorar los servicios del edificio. Los elevados costes de rehabilitación de las fachadas posponen su ejecución hasta que se llega a un elevado deterioro, o hasta que la mejora de sus prestaciones técnicas se vuelve prioritaria para reducir los consumos energéticos. La estructura es el elemento que tiene mayor durabilidad y cuya renovación conlleva mayores complicaciones, por lo que es la última en acometerse. Mayores exigencias Las fachadas que hoy nos toca rehabilitar fueron construidas en otras épocas, con diferentes tecnologías y con menores requerimientos funcionales. Las fachadas de las nuevas edificaciones deben satisfacer unas mayores exigencias de estanquidad al agua y al viento, y de aislamiento térmico y acústico para los cumplimientos de los requisitos de habitabilidad y ahorro de energía. En el caso de la rehabilitación, las intervenciones que realicemos sobre fachadas existentes deben reali-