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ARQUITECTURA CON NOMBRE PROPIO

� Jordi Fernández

Arquitecto cofundador de ON-A

Renaturalizar las ciudades: más cerca del futuro

E

l futuro y los retos a los que se enfrenta la arquitectura han sido siempre uno de los motores de nuestro estudio. Desde que empezamos en 2005, junto a Eduardo Gutiérrez, hemos intentado, no solo imaginar cómo sería el futuro, sino ayudar a hacerlo mejor. Es por eso que nos tomamos como imperativo profesional estar al tanto de las nuevas tendencias, avances tecnológicos, nuevos materiales y nuevas formas de vivir. Esto nos ayuda a ir obteniendo pistas que nos iluminan de alguna manera el camino y nos permiten decidir cuál será el siguiente paso. A menudo incluso buscamos fuera de nuestro entorno para encontrar soluciones innovadoras que puedan resolver problemas actuales. En esta búsqueda de tendencias hemos descubierto muchas cosas, pero hay algo que ya detectamos en nuestros inicios y que ha sido una constante en nuestra trayectoria: la necesidad de renaturalizar las ciudades. Ahora, más que nunca, vemos que esta tendencia se empieza a imponer sobre todos los planes urbanísticos y sociales del futuro, pero ya lleva mucho

tiempo cocinándose en el sector, especialmente para nosotros. Nuestro primer concurso en 2005 ya consistió en renaturalizar una gran área de la ciudad de Algeciras. Se planteaba un proyecto de reconversión de la zona del Llano Amarillo, junto al puerto, y para ello ideamos una propuesta que consistía en elevar una topografía artificial que nos permitía cubrir las instalaciones y usos que demandaba el concurso, añadiendo un gran parque lineal que conectaba directamente con el mar. Ha sido a raíz del inesperado confinamiento cuando se ha hecho más patente la necesidad de disponer de espacios de calidad y al aire libre dentro de las ciudades. Sin duda, creemos que esta va a ser una tendencia al alza en el futuro. La mayoría de ciudades empiezan a buscar nuevos proyectos para sus centros urbanos que incluyan espacios verdes, sistemas de transporte sostenible o incluso autoabastecimiento. Cuando la zona se puede edificar de cero, esto resulta más sencillo; sin embargo, el reto aparece cuando hay que trabajar con instalaciones y edificios que ya existen previamente, adaptando un sistema urbano viejo a las nuevas necesidades sociales y medioambientales. En este sentido, hace poco planteamos una propuesta similar a la de Llano Amarillo en Barcelona. Bautizamos el proyecto como Nou Parc y lo que proponíamos era cubrir las instalaciones del estadio del Fútbol Club Barcelona y sus alrededores con un nuevo manto verde que permitiría añadir hasta 26 hectáreas de parque a la zona. Este concepto es aplicable a muchos otros lugares de cualquier ciudad. Mediante la elevación de la topografía se pueden ganar nuevos espacios verdes, crear pulmones naturales para limpiar el aire y ofrecer al ciudadano mejor calidad de vida.

Recuperar el contacto con la naturaleza Nosotros creemos firmemente en que la recuperación del contacto con la naturaleza es una gran fuente de bienestar físico y mental. Por eso estamos convencidos de que el futuro en nuestra profesión es la bioarquitectura. La tecnología y los nuevos materiales también definirán este futuro. Hoy en día podemos plantar vegetación en cualquier superficie (jardines verticales, cubiertas verdes, fachadas…) y controlar estos sistemas mediante el uso de sensores y aplicaciones, haciendo un uso muy eficiente del agua, que es el principal recurso a preservar. En este sentido, nosotros

Creemos firmemente en que la recuperación del contacto con la naturaleza es una gran fuente de bienestar físico y mental. Por eso estamos convencidos de que el futuro en nuestra profesión es la bioarquitectura. La tecnología y los nuevos materiales también definirán este futuro

Neom Mega-City

Parque Llano Amarillo (Algeciras)

Es difícil concretar cómo serán los caminos que seguiremos, pero sí sabemos que el cambio residirá en nuestra capacidad de adaptarnos a los retos y en cómo aprovechemos la tecnología y los avances a nuestro alcance

Propuesta Nou Parc, en el estadio del FC Barcelona

ya hemos trabajado con proyectos de edificios verdes en distintas tipologías, como por ejemplo la casa unifamiliar Green Nest House en Barcelona o la Bio-Tech Tower en Taipei. Otro de los enfoques que debemos potenciar los arquitectos de cara al futuro es repensar la forma en la que entendemos la sostenibilidad de un edificio. Ésta debe ser transversal, desde su construcción hasta su destrucción, pasando por el mantenimiento. Una de las cosas que más potenciamos en nuestros servicios y que estamos viendo cómo cada día crece más la demanda es el hecho de ofrecer herramientas para la gestión de los edificios. El control sobre su funcionamiento, conservación y mantenimiento desde el propio modelo del edificio puede generar un ahorro anual alrededor del 20%-30%.

Usuario más informado y exigente También estamos observando un cambio constante en los estilos de vida, especialmente tras el confinamiento. El usuario está más informado y es más exigente en todos los aspectos; quiere entornos saludables y sostenibles. Ha aumentado considerablemente el valor de las residencias alejadas del centro urbano, aquellas capaces de dar servicios que aportan mayor calidad de vida, como espacios con terraza, jardín o incluso balcones. Ahora también proyectamos las viviendas pensando en el teletrabajo, es una realidad que en algunos sectores ha venido para quedarse y debe tenerse en cuenta a la hora de construir una vivienda. El resultado de todos estos cambios son viviendas más flexibles, polivalentes y con más espacios al aire libre, ya sean comunes o privados. El futuro no deja de ser una hoja en blanco y estamos a tiempo de diseñarlo de la mejor manera posible. Es difícil concretar cómo serán los caminos que seguiremos, pero sí sabemos que el cambio residirá en nuestra capacidad de adaptarnos a los retos y en cómo aprovechemos la tecnología y los avances a nuestro alcance. Por ejemplo, hace un par de años trabajamos en el proyecto Neom Mega-City, en Arabia Saudí. La propuesta planteaba una ciudad-escudo, con una geometría que crea una cáscara protectora contra el clima cálido y hostil de la región. Al mismo tiempo, el escudo sirve como captador de energía y protección solar generando zonas de sombra que ayudan a controlar la temperatura. En el interior de la ciudad se crearon una gran cantidad de áreas verdes con jardines y espacios de encuentro que favorecen el desarrollo y el mantenimiento de la biofilia, manteniendo el aire limpio. A la ciudad no se puede acceder en coche, los vehículos quedan aparcados fuera y las conexiones se realizan en transporte público con hyperloop. ¿Hubiéramos imaginado esta ciudad hace 20 o 30 años? Los cambios en el sector van respondiendo a las necesidades concretas de cada época y tenemos la suerte de que la tecnología actual nos permite avanzar a la vez que nuestras ideas y nuestra imaginación. Hoy estamos más cerca del futuro de lo que lo estábamos hace unos años, pero debemos seguir atentos siempre a los cambios y tendencias para ir construyéndolo sabiamente.

Los arquitectos Jordi Fernández y Eduardo Gutiérrez lideran el equipo de ON-A, una smart office basada en Barcelona y especializada en el desarrollo de soluciones innovadoras basadas en la investigación y la tecnología. Durante más de 15 años han desarrollado proyectos en distintos sectores, destacando su implicación en la renaturalización de edificios y zonas urbanas como expertos en bioconstrucción. Su equipo creativo y multidisciplinar combina disciplinas como el I+D en arquitectura paramétrica, herramientas BIM de gestión y bioconstrucción o la investigación de nuevos materiales y sistemas constructivos. El resultado son proyectos singulares dotados de tecnología y de emoción. El estudio ha obtenido nominaciones y premios como el Dedalo Minosse International Award 2010-11, los Premis d’Arquitectura de Girona 2006 o el Saloni 2010.

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