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CULTURA
24 de Noviembre de 2010
Arte Sacro Olvidado en México Por ESAÚ NÁJERA MARTÍNEZ / Fotografías de ÁUREA PÉREZ
El arte sacro en México no cuenta con ningún tipo de apoyo, por el contrario, ha tendido al olvido. La Iglesia es parte fundamental del desarrollo del país, sin la cual no se entendería lo qué se es hoy, situación que los funcionarios de las distintas instancias gubernamentales no lo han entendido, asegura José Jaime Flores Serrano, escultor del taller Florencia. Comenta que cuando una iglesia cumple cien años de vida se convierte en patrimonio de la nación y ya no es tan fácil restaurar las piezas que la integran, se requiere de una serie de permisos que otorgan el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), de lo cual se desconoce su procedimiento para obtenerlos, pues en varias ocasiones se han solicitado y no se han tenido respuesta alguna.
Tanto a Sari Bermúdez, Sergio Vela y, ahora, Consuelo Saizar, no han dado respuesta, ni a favor, ni en contra; no existe un verdadero impulso en ese tema. Los apoyos en cuestión de cultura van dirigidos al teatro, la literatura, la música y la danza, dejan de lado la escultura y la pintura, entre ellos todo lo referente al arte sacro, afirma. “Ninguna autoridad sabe cómo ayudar a los que se dedican al arte sacro, es muy difícil acceder algún tipo de crédito para hacer crecer la empresa y exportar el producto al extranjero. El arte se maneja a través de las iglesias, de algunas tiendas principales que se ubican en el centro de la ciudad de México y en ciudades como Guadalajara y Monterrey.” Las instancias de cultura han venido degradándolo, pues en caso de realizar y contratar algún restaurador, ellos dañan el patrimonio nacional, pues utilizan resinas, con lo que OBRAS en el taller se va perdiendo
el sentido original de las piezas; además utilizan colores que no son sus originales.
JOSÉ Jaime Flores Serrano
“El arte barroco es la expresión de un sentimiento hacia algo que te imaginas, se caracteriza por su decorado en hoja de oro y por sus expresiones
LA Sagrada Familia
curvas, de ahí se desprende el metros de altura, acaban de terarte sacro utilizado en las igle- minar un Cristo Rey de seis mesias, que es una manifestación tros, que se pondrá a la intemdel fervor de la perie, al momento de ponerlo gente a una dei- pesará alrededor de una toneladad.” da, la pieza se realizó en un Explica que en mes, entre cuatro personas. su taller se han reDice que sus figuras han llealizado cualquier gado a cualquier parte del muntipo de restaura- do, gracias a los distribuidores, ción ya sea pasta, entre sus satisfacciones es samadera, resina e, ber que una de las piezas hechas inclusive, caña, la en su taller está concediendo cual llegó a Méxi- milagros, por ejemplo en Monco en la época de terrey se hizo un Juan Diego y la colonia, los pri- les han dicho que está realizanmeros Cristos eran do milagros, la pieza mide dos de ese material, metros. por eso su restauEl escultor, expone, para elaración es muy borar una pieza sólo necesitan complicada. una foto o idea para materialiAl escultor le zarla, se siente satisfecho y alesorprende que a todo se le dé gre porque está dando a conoauge, menos a la reparación del cer algo a través del arte, patrimonio de las iglesias, que “porque la devoción hacia una también es necesario, pues es imagen es muy grande.” patrimonio cultural y de la naSeñala, que entre lo más comción. plicado que ha realizado es apaJaime Flores, dice que se de- rentar el vuelo de un ángel. dica al arte sacro por su fe a Cristo y a Dios, el gusto se lo heredaron de su padre que tiene alrededor de 60 años dedicado a ese tipo de trabajo artesanal. Precisa, cada pieza que creatiene su dificultad y riesgo, han hecho piezas ESTILOS del artista hasta de 10 y 15
La Biblioteca de Arcadia
Muriel Barbery Exhibe a la Burguesía Francesa su Exitosa Segunda Novela
D
os voces narrativas, una pobre, otra rica, ambas con inteligencia y percepción más allá de lo normal para su estatus y edad, las dos con inclinación por la cultura japonesa, llevan al lector a una trama casi inexistente, cuya acción es puramente intelectual, que da vida a la novela ‘La elegancia del erizo’. En esta obra, su autora Muriel Barbery hace una incisiva crítica a la clase burguesa de Francia por dos flancos: desde su interior, a través de la hija de un matrimonio rico, y en la mirada externa, por medio de la portera de un edificio habitado por familias pudientes. El vínculo para que estas dos almas gemelas se crucen es un anciano japonés, quien con ese impulso oriental innato para encontrar la belleza en lo más pequeño y efímero, logra una comunicación espiritual entre ellas. Los tres tienen en común, y comparten, la delicada virtud de poder ver a los demás más allá de las barreras que impone la convención social; por su conducto la autora desvela, detrás de la ficción, las agrias y difíciles relaciones sociales que son reflejo real del mundo de hoy día. Es una reseña intramuros de la vida cotidiana de los moradores del inmueble ubicado en el número 7 de la rue Grenelle, un lugar que Barbery describe como reducto de las clases altas –políticas e intelectuales– de París, las cuales miran con arrogancia a los empleados,
Por ARTEMISA ALANÍS
a quienes consideran “un mal necesario”, y a todos aquellos que no sean vacíos y superficiales como ellos. En el exclusivo edificio parisino, los protagonistas (Renée, la portera, Paloma, la niña rica, y Kokuro, el viejo japonés) coinciden por azar y van descubriendo sus afinidades, a pesar de la disparidad en sus edades, necesidades e intereses, hasta formar un triángulo secreto de amistad, amor y predilecciones compartidas por la literatura, el arte y la música clásica. Se trata de personajes atípicos, singulares y especiales, cuyas existencias se limitan a sus propias vidas, permanecen ajenos al mundo que les rodea porque están encerrados en sí mismos y escondidos tras la espinosa piel de un erizo. “La señora Michel (Renée) tiene la elegancia del erizo: por fuera está cubierta de púas, una verdadera fortaleza, pero intuyo que, por dentro, tiene el mismo refinamiento sencillo de los erizos, que son animalillos falsamente indolentes, tremendamente solitarios y terriblemente elegantes”, escribe en su diario Paloma, quizá como una justificación de Barbery al título de la novela. Desde el inicio de la narración irrumpen las reflexiones artísticas, filosóficas, humorísticas, científicas y existenciales por parte de las dos protagonistas; la prosa, en apariencia sencilla, oculta juegos de palabras y poesía, algunas frases epigramáticas que tratan de sentar cátedra, así como expresiones de humor e ironía.
La anécdota argumental tiene una impecable escritura, pero le falta dinamismo para ser una verdadera novela, así que podría considerarse como un pequeño ensayo filosófico en el que pueden encontrarse reflexiones sobre el sentido de vida, la crítica a los valores de la sociedad occidental, la lucha de clases, la utilidad de la psiquiatría o la salvación individual a través del arte y la belleza. En el texto la autora cita, implícita o explícitamente, a Platón, Marx, Schopenhauer, Nietzsche, Kant, Descartes, Husserl y Ockham; no desaprovecha la ocasión para criticar las tesis doctorales, en las que estudiantes realizan “autopsias a cadáveres que llevan cientos de años pudriéndose”, en vez de razonar sobre y para la vida, como lo hacían los grandes filósofos. También se refiere a autores como Tolstoi, Flaubert, Le Carre, Mauriac, a compositores de la talla de Bach y Hendel, hace alusiones a los mangas (historietas) japonesas de Taniguchi, así como al cine de Visconti y Ozu, de manera que se trata de una lectura para “iniciados”. Al final de la novela (364 páginas, Editorial Seix Barral, bajo el sello Boooket, abril de 2010) una muerte salva una vida, la de alguien que la creía sin sentido y que ante la pérdida de un ser entrañable le dice: “... Por usted, a partir de ahora buscaré los siempres en los jamases. La belleza en este mundo”.