Semanario
weekend
Motor
Empezamos el año con una excelente dosis de emoción, probando lo mejor que Sport Technologies tiene en casa.
P
@RodrigoFischer
or fin se cumplió el capricho: los dos ST estaban uno junto al otro y lo único que nos detenía para empezar el #vsRin18 era un pesado banco de niebla que cubría toda la pista. Mientras esperábamos a que saliera el sol, recordamos por qué estábamos allí con estos coches: queríamos saber “qué tanto es tantito”. Verás: en su #testRin18, el Fiesta ST nos sorprendió muchísimo, y aunque al igual que en el #vsRin18 del Golf GTI vs Polo GTI, era obvio que el hermano mayor es mejor. Simplemente teníamos que comprobarlo fuera del papel y verlo en acción. La mejor forma de empezar era calentando las llantas. Luego de media docena de giros a nuestro “trazado personalizado”, el pirómetro midió la suficiente temperatura tanto en las Bridgestone del Fiesta como en las Goodyear del Focus. De pronto las tandas de aceleración y frenado empezaron. Los mejores resultados de sus respectivos #testRin18 se repitieron aquí. El Focus ST llegaba de 0 a 100 km/h en 6.9 segundos y se detenía por completo desde los 100 km/h en 34 metros. Por otro lado, al Fiesta ST le tomaba 7.0 segundos y 35 metros, respectivamente. Sin sorpresas, pero la expectativa seguía allí. Lo bueno llegó con la velocidad máxima, pues el empuje del 2.0 litros turbo de 252 caballos del hermano mayor, hace polvo al 1.6 litros turbo de
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197 hp del Fiesta, sobre todo a partir de los 180 km/h. A partir de esa velocidad, el big brother se escapa con toda soberbia a pesar de sus 1,462 kg, casi 200 más que el Fiesta. Ni modo, torque y desplazamiento mandan. La cereza del pastel llegó con las hot laps. Las llantas se conservaron muy bien en sus respectivos calentadores; con poco más de media vuelta al circuito, con mano firme y pie pesado, estaban listas. Un #vbox en cada ST y a darle; la mejor vuelta dentro de una tanda de 12 giros, triunfaba. Claro, el Focus ST ganó, sacando hasta tres segundos por vuelta a su hermanito. Lo destacable es que en el tercer sector, el más revirado de los tres, el Fiesta fue tres segundos más rápido gracias a que su menor distancia entre ejes y vías le dan mucha más agilidad que al Focus. En conclusión, me quedo con cualquiera de los dos. Aunque uno cueste 319,600 y el otro 382,900, creo que ambos son excelentes opciones y tienen una óptima relación valor-precio en sus respectivos segmentos. Personalmente me parece que el Fiesta ST es más de #motorgeek que el Focus ST, sobre todo por ser el coche de M-Sport en el WRC y por tener una suspensión más dura. Así que pensándolo bien, el Fiesta ST es para mí.