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Comunicación

Texto expositivo, argumentativo y dialogado

2.1 El texto expositivo

Los textos expositivos orales o escritos tienen la finalidad de transmitir información de manera objetiva sobre un tema.

Encontramos textos expositivos, por ejemplo, en las revistas científicas, en las enciclopedias, en los libros de texto y en la mayoría de las actividades escolares tales como exámenes, trabajos, explicaciones del profesor o de la profesora…

El texto explicativo

El texto explicativo es una modalidad del texto expositivo. Su finalidad es hacer comprender a la persona destinataria el fenómeno, el acontecimiento o la idea que en él se trata.

El texto explicativo satisface una necesidad de conocimiento o resuelve una duda. No pretende solo hacer saber algo, sino que ofrece explicaciones que aclaran el tema y contribuyen a que sea mejor comprendido.

Observa este ejemplo:

Estereofonía. Un equipo estereofónico reproduce el sonido de tal manera que genera la sensación de relieve acústico, de estar escuchando la música en directo.

Para obtener este resultado estereofónico, el sonido se debe registrar con dos micrófonos como mínimo. Cuando se reproduce, deben emplearse dos o más sistemas de altavoces, cada uno con su canal respectivo.

Características de los textos explicativos:

ESTRUCTURA DE LOS TEXTOS EXPLICATIVOS

La introducción, donde se plantea el contenido que se va a explicar.

El desarrollo de la información.

La conclusión, que resume los aspectos más importantes.

Las explicaciones que transmiten este tipo de textos tienen las siguientes características que facilitan el entendimiento del tema:

• Son textos objetivos; es decir, la persona emisora no opina sobre el tema.

• Suelen utilizar verbos en 3.a persona y en modo indicativo.

• Utilizan un vocabulario adecuado, preciso y específico sobre el tema que se trata.

• Con frecuencia incluyen definiciones que se introducen por medio del verbo ser y expresiones como: se denomina, se llama, consiste en... O bien mediante paréntesis, comas o guiones.

• Suelen recurrir a ejemplos para apoyar la explicación.

• Están ordenados según la lógica del tema del que se trate. Por ejemplo: si el texto trata sobre el clima en las distintas partes de España, la explicación podría organizarse de la siguiente manera:

En el norte…; en el sur…; en la parte central…; en el Mediterráneo…

2.2 El texto argumentativo

El texto argumentativo pretende, mediante el razonamiento, convencer de una idea e influir en las opiniones, las actitudes o los comportamientos de quien lo lee o escucha.

Encontramos textos argumentativos, por ejemplo, en la publicidad, en la propaganda política, en el periodismo de opinión y en nuestras conversaciones con los demás.

Cuando la argumentación se produce en un contexto más formal, el texto se estructura en varias partes:

La introducción, que plantea el tema o tesis.

Exposición de los datos y las ideas que se van a defender.

Planteamiento de las ideas contrarias a la tesis inicial para rechazarlas, o refutarlas, mostrando sus puntos débiles o defectos. La argumentación o cuerpo central.

Puede incluir:

La conclusión, que puede ser un resumen de la argumentación o una vuelta a la idea inicial para confirmarla.

Desarrollo de los argumentos a favor de la tesis. A veces, en estos razonamientos se acude a las palabras de autores o autoras de prestigio en las que apoyar las ideas defendidas; es lo que se llama argumento de autoridad.

En la vida diaria, sobre todo en las argumentaciones orales, si queremos convencer a alguien, le damos, de manera espontánea, las razones o los argumentos para conseguirlo. Observa este ejemplo:

Una vez más, pues, había cometido una tontería con mi costumbre de escribir cartas muy espontáneas y enviarlas enseguida. Las cartas de importancia hay que retenerlas por lo menos un día hasta que se vean claramente todas las posibles consecuencias.

Quedaba un recurso desesperado, ¡el recibo! Lo busqué en todos los bolsillos, pero no lo encontré: lo habría arrojado estúpidamente por ahí. Volví corriendo al correo, sin embargo, y me puse en la fila de las certificadas. Cuando llegó mi turno, pregunté a la empleada, mientras hacía un horrible e hipócrita esfuerzo para sonreír:

—¿No me reconoce? […]

—¿Usted quiere que le devuelvan la carta?

—Así es.

—¿Y ni siquiera tiene el recibo? […] Es completamente imposible.

—Le puedo mostrar documentos —repliqué, sacando unos papeles.

—No hay nada que hacer. El reglamento es terminante.

—El reglamento, como usted comprenderá, debe estar de acuerdo con la lógica […].

—¿Usted conoce el reglamento? —me preguntó con sorna.

—No hay necesidad de conocerlo, señora —respondí fríamente, sabiendo que la palabra señora debía herirla mortalmente—. […] ¿O es que el correo tiene empeño en hacer llegar cartas incompletas o equívocas? Es perfectamente claro y razonable que el correo es un medio de comunicación, no un medio de compulsión: el correo no puede obligar a mandar una carta si yo no quiero.

—Pero usted lo quiso —respondió.

—¡Sí! —grité—, ¡pero le vuelvo a repetir que ahora no lo quiero!

—No me grite, no sea mal educado. Ahora es tarde.

—No es tarde porque la carta está allí —dije, señalando hacia el resto de las cartas despachadas.

[…] —¡Mándela usted así y váyase al infierno! —le grité, mientras me iba.

Actividades

1 Lee este texto y realiza las actividades: La peste, un invitado inesperado en 1348 De pronto, la peste irrumpió en aquel mundo de contrastes y desplegó sobre todas sus gentes y países el común denominador de la muerte.

«Sepa Vuestra Real Alteza que Nuestro Señor Dios ha tocado así fuertemente este reino vuestro de Mallorca, que gran parte de cuanta gente había allí se murió de enfermedad y muchos de aquellos que aquí se encuentran están enfermos y continuamente mueren, porque está este reino desamparado». Lamentaciones como esta de los mallorquines brotaron en 1348 por toda Europa. La trágica epidemia asoló con fuerza todos los reinos y los sumió en la ruina y la decadencia. Inglaterra perdió el 25 por 100 de su población; Escocia, un 30 por 100; Francia y Alemania, casi el 50 por 100. La devastación alcanzó también de manera funesta a los reinos peninsulares ibéricos, a Italia y a la práctica totalidad de los territorios centroeuropeos.

El impacto que causó el terrible morbo fue verdaderamente sobrecogedor. Muchas ciudades observaron impotentes cómo sus habitantes disminuían drásticamente.

Así, la rica y señorial Florencia pasó de 100 000 a 50 000 almas; Venecia, que contaba con 100 000 residentes, perdió 70 000; en Barcelona murieron 38 000 de sus 50 000 pobladores; en Túnez, y en un solo día, perdieron la vida 1 202 personas. La lista sería interminable.

A pesar de que a lo largo de la historia ya se habían producido algunos brotes de peste antes de 1348 como la que en el año 541 afectó a todo el Mediterráneo y al Imperio bizantino, la epidemia no había vuelto a hacer acto de presencia. Se trataba de un mal recuerdo relegado al olvido, y su eclosión sorprendió a las gentes de manera escalofriante.

Ángel Blanco, La peste negra, Anaya.

a) Explica por qué este texto es expositivo.

b) ¿Qué características de este tipo de texto identificas en él?

c) Copia y completa el esquema de la estructura del fragmento que has leído.

Introducci N Desarrollo

Conclusi N

d) Busca un título para cada una de las partes.

e) Los textos expositivos suelen aportar datos, cifras, fechas… Identifica la información de este tipo que proporciona este texto.

2 Infórmate sobre el personaje que aparece en la imagen y escribe un texto expositivo de unas 20 líneas en el que expliques el contexto histórico en el que vivió, su trayectoria vital y profesional, y su importancia para la ciencia y la libertad de pensamiento.

3 Lee el texto siguiente e indica los argumentos y contraargumentos de cada personaje. ¿Cuál es su conclusión?

Una portera de vivienda oculta su vasta formación para no llamar la atención de los propietarios. Pero es descubierta por un nuevo vecino, el señor Ozu, quien descubre su cultura y la invita a cenar.

—Ahora en serio —me dice el señor Ozu—, ¿no le parece fantástico? Su gato se llama León, los míos, Kitty y Levin; nos gustan a los dos Tolstoi y la pintura holandesa, y vivimos en el mismo lugar. ¿Cuál es la probabilidad de que ocurra algo así?

—No debería haberme regalado esa magnífica edición —le digo—; no era necesario.

—Mi querida señora —responde el señor Ozu—, ¿le ha gustado?

—Pues sí —le digo—, me ha gustado mucho, pero también me ha dado un poco de miedo. Es que, ¿sabe?, me esfuerzo por ser discreta, no querría que la gente de la casa se imaginara…

—…¿quién es usted? —completa—. ¿Por qué?

—No quiero llamar la atención. Nadie quiere una portera con pretensiones.

—¿Pretensiones? Pero ¡usted no tiene pretensiones, sino gustos, luces, cualidades!

—¡Pero soy la portera! —protesto—. Y, además, no tengo educación, soy de otro mundo que no es el de ustedes.

—¡Pues vaya una cosa! […]

Prosigo con mi idea.

—Es usted hijo de diplomático, yo soy hija de campesinos pobres. Es incluso inconcebible que cene en su casa esta noche.

—Y, sin embargo —dice—, cena usted aquí esta noche. Y añade, con una sonrisa muy cordial:

—Y me siento muy honrado por ello.

2.3 El texto dialogado

Los textos dialogados son aquellos en los que intervienen dos o más personas que se intercambian información entre ellas, alternando los turnos de palabra.

Los textos dialogados pueden ser orales o escritos, y en ellos se diferencia:

• El diálogo espontáneo, como la conversación, que se produce en situaciones que no se han previsto.

• El diálogo planificado, como la entrevista o el debate, que se realiza en situaciones programadas y formales.

Textos dialogados orales

En los textos dialogados orales predominan la improvisación y la espontaneidad. En ellos se suele usar la lengua estándar y, a menudo, un registro informal.

El diálogo oral se acompaña de:

• Elementos no lingüísticos, como la mirada y los gestos de la cara, los movimientos de las manos y la postura corporal.

• Elementos paralingüísticos, como es elevar o bajar el tono de voz, alargar las vocales, introducir carraspeos, hacer pausas más o menos largas… Todo ello se utiliza con la intención de expresar duda, indecisión, afirmaciones rotundas, sorpresa, etc.

Textos dialogados escritos

En los textos dialogados escritos, el autor o la autora intenta adaptar las intervenciones de los personajes a las características del lenguaje oral.

Al carecer de los elementos no lingüísticos (gestos, movimientos…) y de los paralingüísticos (tono, sonidos, carraspeos…), los diálogos escritos exigen aclaraciones en el texto que indiquen esos significados que se transmiten con la comunicación no verbal.

Recuerda

La lengua estándar sirve de modelo para el conjunto de hablantes de una lengua y, a partir de ella, se fija la norma; es decir, se fijan sus usos correctos.

¿Qué pasa?

Pareces contento.

¡Sí! ¡Acabo de recibir una buena noticia!

—¿Qué pasa? —preguntó Ana con curiosidad—. Pareces contento.

—Sí —respondió Jon con una expresión de inmensa alegría—. Acabo de recibir una buena noticia.

Texto de ejemplo

Nada más verme me dijo:

—Oye, no vuelvas a llamarme doña Luisa, que no soy tan vieja. —Ni tanto ni nada —le dije—; usted no tiene edad, parece que ha nacido así.

No quiso recoger el halago que había en mis palabras; me dijo con su impasibilidad de siempre: —Podría muy bien ser tu madre.

Y yo repuse:

—Pues, a veces, me parece que por dentro podría yo ser la suya. Contestó en el mismo tono: —En ese caso voy a tener que respetarte.

2.4 La conversación

La conversación es un intercambio espontáneo de mensajes orales entre varios interlocutores que alternan sus turnos de palabra.

El turno de palabra es la intervención de cada uno de los hablantes. En la conversación hay alternancia de turnos, pues si no la hay, se convierte en un monólogo.

La conversación puede reproducirse por escrito en textos literarios. Al ser una conversación reproducida, se hace referencia a los emisores, a los actos de habla, a las circunstancias e incluso a la comunicación no verbal.

Estructura De La Conversaci N

La conversación telemática

Los principios de cooperación y cortesía han de aplicarse también a las conversaciones orales y escritas que mantenemos a través de las herramientas digitales, como las videollamadas, los chats y las redes sociales.

Apertura o inicio

Suele consistir en un saludo o en una pregunta. Parte central de la conversación, en la que se trata uno o varios temas.

Características de la conversación

Final o cierre

Suele consistir en una fórmula de despedida.

• Intervienen al menos dos personas, que se alternan en el uso de la palabra.

• Las intervenciones son espontáneas, no están planificadas ni organizadas.

• Los interlocutores intercambian su información de manera directa, por ejemplo en la calle, o indirecta, por ejemplo a través del teléfono.

Principios y normas de la conversación

Al participar en una conversación se ha de intentar que esta transcurra de forma correcta. Para ello, se deben tener en cuenta los siguientes principios:

• El principio de cooperación, que intenta facilitar el intercambio de información con el interlocutor o la interlocutora. Este principio se consigue mediante tres normas: decir en cada momento solo lo que se debe decir, sin extenderse en detalles innecesarios; hablar de temas que tengan que ver con lo que se está diciendo; hablar de manera clara, breve y ordenada.

• El principio de cortesía, que permite que las relaciones sociales entre interlocutores sean correctas. Las normas que desarrollan este principio son: suavizar las críticas y remarcar los aciertos del otro; amplificar el acuerdo y minimizar el desacuerdo con el interlocutor o interlocutora; resaltar la simpatía y disimular la antipatía, si existiera.

2.5 El debate

Un debate es una conversación organizada y regulada por una figura de moderador o moderadora en la que participan varias personas para tratar sobre algún asunto polémico (social, político, científico...).

Una variante del debate es la mesa redonda, en la que, también coordinados por una moderadora o un moderador, cada participante expone su punto de vista sobre la cuestión planteada. Al final suele haber preguntas del público.

Partes del debate

Una presentación de los participantes y del tema, a cargo del moderador o de la moderadora.

Actividades

El debate propiamente dicho, o serie de manifestaciones, con sus réplicas, preguntas, ampliaciones, contestaciones, precisiones, etc.

4 Lee el siguiente texto y responde a las preguntas:

Beraldo —Ante todo, te ruego que me oigas con calma y sin que se te vaya el santo al cielo.

Argán.—Conforme.

Beraldo —Que respondas acorde y sin exaltación a mis palabras..

Argán.—Sí. […]

Beraldo —¿Cuál es tu intención en casarla con el hijo de un médico?

Argán.—Tener el yerno que necesito.

Beraldo —Pero eso a ella no le conviene, sobre todo presentándosele un partido mucho más ventajoso.

Argán.—Para mí, el más ventajoso es este.

Beraldo.—¿Pero el marido es para ella o para ti?

Argán.—Para los dos; quiero tener en la familia las personas que me son necesarias.

Beraldo —Según eso, si Luisa fuera mayor, la casarías con un farmacéutico.

Argán.—¿Y por qué no?

Beraldo —¿Pero es posible que te emperres en vivir zarandeado por médicos y boticarios y que quieras estar enfermo en contra de la opinión de todos y de tu misma naturaleza?

Argán.—¿Qué me quieres decir con eso?

Beraldo —Quiero decirte que no conozco hombre más sano que tú y que no quisiera más que tener una constitución como la tuya. La prueba más palpable de lo bueno que estás y de que tienes un organismo perfectamente sano es que, a pesar de todo lo que has hecho, no has conseguido quebrantar lo

Aspectos importantes

En los debates es importante: saludable de tu naturaleza ni has reventado con tanta medicina. a) ¿Qué características de la conversación tiene este diálogo? b) ¿Quiénes son los interlocutores? c) ¿Cuántos turnos de palabra corresponden a cada uno de ellos? d) ¿De qué están hablando? e) Imagina que este diálogo no fuera escrito, sino oral. ¿Qué elementos no lingüísticos acompañarían a las intervenciones?

• Guardar los turnos de palabra, sin interrumpir a los demás, y escuchar con interés lo que dicen para poder argumentar a favor o en contra.

• No manifestar opiniones muy rígidas ni utilizar argumentos y datos falsos.

El final, en el que el moderador o la moderadora hace una valoración y un resumen final de lo tratado.

• Actuar con espíritu participativo y constructivo.

Argán.—¡Gracias a ellas vivo, querido hermano! Y mil veces me ha repetido el señor Purgón que soy hombre muerto con que deje de atenderme nada más de tres días.

Beraldo.—Pues si no pones coto, tanto te atenderá que te enviará al otro mundo.

Molière, El enfermo de aprensión, Austral.

5 De todas las normas que rigen una conversación correcta, ¿cuál te parece más importante? Justifica tu respuesta.

6 En grupos, escuchad en la radio o en Internet un debate y explicad los puntos siguientes:

• ¿Cuál era el tema del debate que habéis elegido?

• ¿Cuántos interlocutores participaban en él?

• ¿Había un moderador o una moderadora?

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