Koko. Una fantasía ecológica (primeros capítulos)

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• Capítulo

3• Grandia, la terrible mujer de un solo ojo

–¡U

na niña! ¡He cazado una niña! –la que hablaba era una señora grande y rubia de nariz aguileña que llevaba un cuchillo muy afilado y sujetaba a Koko de la camiseta. Bailaba y brincaba y sacudía la cabeza de entusiasmo, tanto que, del ajetreo, se le cayó al suelo uno de sus ojos, que era de cristal. La mujer soltó a la niña y se agachó para recoger el ojo postizo. Mientras lo recolocaba en la cuenca vacía, Koko se parapetó detrás de una mesa; desde allí pudo observar con más detenimiento a su captora. Alta y gordinflona, tenía una pequeña joroba que la obligaba a caminar encorvada. Vestía con pantalones vaqueros y camiseta de licra roja, y llevaba la ropa tan ajustada que, a veces, se le levantaba la camiseta y se le veía el ombligo. –Bienvenida a mi restaurante, niña, me llamo Grandia y hoy tú serás la cena –y le mostró una llave oxidada. Luego la escondió en el bolsillo trasero de su pantalón y añadió–: No pienses que podrás escapar, he echado los cerrojos. 25


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