Catalogo gran museo del mundo maya

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C atá l o g o d e o b r a

Vendedor de chicle en hoja de palma

Mérida, 1946 Impresión sobre papel fotográfico Gobierno del Estado de Yucatán

El oro verde

Tapete con sitios arqueológicos Yucatán, segunda mitad del siglo xx Tejido industrial con hilo de henequén Gobierno del Estado de Yucatán

Con el desarrollo agrícola de Estados Unidos, la demanda de fibra de henequén creció notablemente, y la Península de Yucatán fue su principal proveedor. Uno de los factores que contribuyeron a su explotación fue el desarrollo de la tecnología que facilitaba el proceso de trabajo. Durante el Porfiriato la fibra se exportaba en pacas, y fue hasta el siglo xx que se desarrolló una industria de cordelería y tapetes.

Los tributos principales

Marqueta de cera Siglo xx Cera de abeja moldeada Gobierno del Estado de Yucatán

Ki, el oro verde peninsular

Entre los agaves mexicanos, el de mayor importancia en la Península de Yucatán es el henequén (Agave sisalana), llamado en maya yaaxki. Las hojas de la planta, en forma de lancetas, eran maceradas para obtener fibras que fueron aprovechadas principalmente en la producción de sogas y costales. A fines del siglo xix y durante la primera mitad del siglo xx se desarrollaron las haciendas henequeneras y las desfibradoras, produciendo pacas de fibra de henequén que eran exportadas al extranjero. La actividad henequenera dio lugar a un periodo de tal prosperidad en Yucatán que la planta llegó a ser denominada oro verde.

Tejer fortuna ajena

El algodón fue una de las grandes riquezas de Yucatán. La variedad producida localmente (G. hirsutum) tiene su origen en Mesoamérica, donde su uso como fibra textil data de hace casi tres mil años. Los varones intervenían en el cultivo de la planta y en la selección, limpieza y ulterior abatatamiento de los capullos secos para hacer que las fibras se esponjaran. Las mujeres lo hilaban, arrollando los hilos en un huso que se hacía girar sobre un malacate, disco perforado en el centro. Finalmente, tejían los hilos usando con telar de cintura.

Los principales tributos de los mayas a los españoles fueron las mantas de algodón y la cera de abejas. Las mujeres tejían colectivamente el algodón y eleboraban dos tipos de mantas: la de tributo, una tela delgada y fina, y el patí, con material tosco y de menor calidad. La cera, en cambio, era buscada y recolectada en el monte por los hombres.

La riqueza melífera de la Península de Yucatán

La apicultura era una actividad importante. En la región existían dos variedades de abejas sin aguijón: las meliponas y las trigonas, productoras de miel y cera. Los enjambres capturados en el monte se guardaban en troncos de árboles ahuecados, cerrados en los extremos con discos de barro y apilados en armazones de madera. En la mitad del tronco se hacía una pequeña perforación por donde entraban y salían las abejas. Consumada la floración de las plantas silvestres, se castraban las colmenas y se abrían para extraer su contenido, inicialmente tributado a los gobernantes mayas y luego a los españoles.

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