William Atkinson - El trabajo mental

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La forma más común de este desenvolvimiento está en la manifestación de lo que comúnmente llamamos intuición. Webster define la intución como la “Directa aprehensión o conocimiento; inmediato conocimiento, como en la percepción o consecuencia, rápida y fácil vista o aprehensión.” Otro escritor ha dicho: “La intuición está por encima del campo de la consciencia y sus mensajes vienen, por lo tanto, de lo alto, bien que desconozcamos su proceso. La raza se desenvuelve gradualmente en el plano mental de la Intuición y algún día podrá pasar por completo al plano consciente. Mientras tanto, lanza llamaradas y relámpagos de las elevadas regiones. Muchas de las mejores cosas que poseemos provienen de esa región. El arte, la música, el amor a lo bello y a lo bueno, las más elevadas formas del amor, la misión espiritual, la percepción intuitiva de la verdad, etc., vienen de esa región. Esas cosas no son razonadas por el intelecto y parecen nacer de una región completamente desconocida.” Todo el que desea ayudar al desenvolvimiento de la Superconsciencia, se esfuerza en llegar a su perfecto reconocimiento. Sólo por esta voluntad puede esperar recibir los mensajes de sus más elevadas regiones. A mayor suma de reconocimiento, mayor suma de respuesta. Esto está de acuerdo con la naturaleza y se manifiesta por mil medios distintos. Antes de que se pueda aprovechar cualquier poder físico o mental, se deberá primero reconocer la existencia de ese poder, porque de otro modo es como si no existiese. El indio habla de su estado mental como del “joven elegante que no conoce su propia fuerza”. Muchas personas poseen este físico o mental poder o fuerza; pero nunca habían sospechado su existencia hasta que un momento u ocasión de gran necesidad les ha llevado al reconocimiento, al que ha seguido plenamente la realización y manifestación. Y este es el caso de la Superconsciencia. Antes de proceder, primero debe realizarse intelectualmente la existencia de las regiones mentales. El intelecto es algo obstinado en este respecto y se esfuerza en combatir contra las fantasías de los intrusos que penetran en sus dominios. Pero esto es un error, porque el conocimiento de la Superconsciencia no obra contrariamente a la razón o intelecto; lo que ocurre es que ha llegado más tarde. Después, el intelecto empieza a reconocer en la Superconsciencia aun hermano mayor, a un valioso y eficaz auxiliar. Y, una vez que la armonía se ha establecido, los dos trabajan juntos para el común bienestar del individuo. El reconocimiento de la Superconsciencia, el primer paso en su desenvolvimiento, se realiza sencillamente desde que el intelecto deja de oponer resistencia a los intuitivos relámpagos de aquélla. Esto no quiere decir que el intelecto tenga que aceptar nada contrario a su propio raciocinio; bastará con que reciba agradablemente el auxilio de las facultades intuitivas. La Superconsciencia centellea un mensaje al intelecto, éste procede a la investigación y el primer paso está dado. El reconocimiento debe preceder a la realización y el reconocimiento es desarrollado por la creación de bienestar al recién venido, invitándole a tomar asiento alrededor de la mesa de los consejos de la mente. Cuando el intelecto vacila y esquiva al recién llegado, éste se retira y continúa viviendo aparte. 74


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