Perspecitvas desde el mundo real

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primer lugar estoy convencido de que el dolor no es dañino y que no tendrá malas consecuencias, sino que sencillamente es una sensación desacostumbrada y por lo tanto desagradable. Para comprender mejor las sensaciones de las que voy a hablar, creo que sería mejor que, desde este momento, todos ustedes asumieran alguna postura incómoda. Todo el tiempo tengo deseos de cambiar de postura, de mover mis piernas para cambiar de posición incómoda. Pero por el momento he emprendido la tarea de soportarla, de mantener un "stop" en todo mi cuerpo excepto la cabeza. Por el momento deseo olvidarme del recuerdo de sí. Ahora quiero temporalmente concentrar toda mi atención, todos mis pensamientos, en no permitirme automáticamente, inconscientemente, cambiar mi postura. Dirijamos nuestra atención a lo siguiente: Primero empiezan a doler las piernas, luego esta sensación comienza a subir más y más, de modo que la región de dolor se amplía. Dejemos que la atención pase a la espalda. ¿Hay un lugar donde se localiza una sensación especial? Sólo puede sentir esto quien de hecho ha asumido una postura incómoda, desacostumbrada. Ahora, cuando ya ha resultado una sensación desagradable en el cuerpo, especialmente en ciertos lugares, comienzo a pensar en mi mente: "Yo quiero. Quiero mucho ser capaz de recogerme a menudo para acordarme que es necesario recordarme a mí mismo. ¡Yo quiero! Tú: es yo mismo, es mi cuerpo." Digo a mi cuerpo: "Tú; tú-yo. Tú eres también yo. ¡Yo quiero!" Estas sensaciones que mi cuerpo está experimentando ahora —y toda sensación semejante— quiero que me hagan acordar. "¡Yo quiero! Tú eres yo. ¡Yo quiero! Quiero acordarme, tan a menudo como me sea posible, que quiero recordar, que quiero recordarme a mí mismo." Mis piernas se han dormido. Me levanto. "Yo quiero recordar." Que aquellos que también lo quieran, se levanten. "Quiero recordar con frecuencia." Todas estas sensaciones me ayudará a recordar. Ahora nuestras sensaciones empezarán a cambiar en diferentes grados. Que cada grado, que cada cambio en estas sensaciones me recuerde el recordarme a mí mismo. Piensen, caminen; caminen y piensen. Mi estado incómodo ahora ha desaparecido. Asumo otra posición. Primero: Yo 2º: quiero 3°: recordarme 4°: a mí mismo. Yo — sencillamente "yo" mentalmente. Quiero — yo siento. Recuerden ahora las vibraciones que ocurren en sus cuerpos cuando ustedes se fijan una tarea para el día siguiente. Una sensación similar a la que ocurrirá mañana cuando estén efectuando su tarea, debería ocurrir ahora en ustedes en menor grado. Quiero recordar la sensación. Por ejemplo, quiero ir a acostarme. Experimento una sensación agradable conjuntamente con mi pensamiento sobre ello. En este momento, experimento, en menor grado, esta sensación agradable en mi cuerpo entero. Si se presta atención, es posible ver claramente esta vibración en uno mismo. Para esto, hay que estar atento a los tipos de sensaciones que surgen en el cuerpo. En el momento presente necesitamos comprender el sabor de la sensación del querer mental. Cuando ustedes pronuncien estos cuatro términos —"Yo quiero recordarme a mí mismo"— quiero que experimenten lo que voy a decir. Cuando ustedes pronuncien la palabra "yo", tendrán una sensación puramente subjetiva en la cabeza, en el pecho, en la espalda, de acuerdo con el estado en el que estén en ese momento. No debo pronunciar "yo" sólo mecánicamente, como una palabra, sino que debo registrar en mí su resonancia. Esto significa que al decir "yo", ustedes deben escuchar cuidadosamente la sensación interna y vigilar de manera que jamás pronuncien la palabra "yo" automáticamente,


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